Amor en Construcción. VI Parte

En la familia de Gabriela que se reducía a su mamá y su tía, no era un secreto las inclinaciones de la ingeniera, ya que desde el primer momento en que Gabriela se dio cuenta y aceptó que lo de ella eran las chicas, habló con su mamá y su tía.

Sra. María: nada señorita (poniendo un dedo en la boca de Gabriela), yo estoy orgullosa te todo lo que has logrado hija, tus éxitos, gracias a tu esfuerzo, a mi no me falta nada gracias a ti, y aquí soy feliz, así que no se hable mas del asunto! Ok?

Gabriela: Ok Ma!, y mi tía? Que raro que no ha venido a comer, porque lo que vive es comiendo!

Sra. Carmenza: (entrando a la cocina) última vez que me ponen ése tratamiento que no sirve para nada! Ah pero si acá está mi sobrina preferida, Trajiste dulces?

Bueno Disculpen, yo ya me retiro!

Gabriela: Elisa? (abriendo los ojos sorprendida) que haces en mi casa? (Con amplia sonrisa ya en su rostro)

Elisa: Ingeniera.. ehh yo vine hacerle una suplencia a una compañera

Gabriela: y vives por acá cerca?

Elisa: noo, todo lo contrario vivo un poco lejos (tomando su cartera y sus cuadernos)

Sra. María: (que hasta ahora solo estaba de público) y ustedes dos se conocen?

Gabriela: ah si mamá ella es Elisa.. (Señalando a Elisa)

Sra. María: si ya la joven se presentó cuando llegó, de dónde se conocen ustedes?

Gabriela: ella es enfermera, trabaja en el hospital que está al lado del Centro Comercial que estamos construyendo.

Sra. María: ah ok ya entiendo.

Elisa: Bueno disculpen yo ya me tengo que ir

Sra. María: pero porque no te quedas un ratito y te tomas un chocolate y pruebas un dulce

Sra. Carmenza: (que ya estaba comiendo) si son muy buenos hija!

Elisa: Muchas Gracias, son muy amables pero debo ir a la universidad, en otra oportunidad con mucho gusto

Gabriela: ah si mamá, Elisa estudia medicina.

Sra. María: ah que bueno, estudiosa, así como mi hija que ahora es una ingeniera muy importante!

Elisa: si si, bueno aun me falta el título.. (Sonriéndole a la Sra. María)

Sra. María: ah pero lo vas a tener, porque se te ve en la cara, bien centrada, responsable e inteligente.

Gabriela: Bueno, Elisa te llevo hasta tu universidad, si?

Elisa: no, no se preocupe ingeniera ya me retiro, gracias. (Caminando hacia la puerta), un placer.

Gabriela: yo también estoy de salida tengo una reunión en un rato, así que yo te llevo no te preocupes (abrazando a su mamá) Chao Mami, vengo luego con más tiempo

Sra. María: Cuídate hija! (hablándole en un susurro a su hija) y te me portas bien, mira que te conozco y la muchacha se ve tranquila.

En la familia de Gabriela que se reducía a su mamá y su tía, no era un secreto las inclinaciones de la ingeniera, ya que desde el primer momento en que Gabriela se dio cuenta y aceptó que lo de ella eran las chicas, habló con su mamá y su tía. Aunque las Sras. Eran muy tradicionales y no entendían como iba eso en un principio, poco a poco entendieron y aceptaron a Gabriela tal cual era, hasta el punto de estar orgullosas de ella. Aunque lo que si no le aceptaban era que la ingeniera era una pica flor. No podía ver a una escoba con minifalda porque allí caía.

Gabriela: Chao mamá, chao tía! (tirándoles un beso al aire) y con una cara de “no se de que me hablas mamá”

Gabriela y Elisa ya caminaban hasta la camioneta

Gabriela: mi mamá y mi tía son inseparables, pasan el día peleando pero no pueden estar si la otra.

Elisa: usted creció acá? (un poco sorprendida porque era una urbanización sencilla, muy parecida a la de ella, muy bonita y con gente trabajadora)

Gabriela: si, y mi segunda casa era el polideportivo dónde nos encontramos, en la piscina, yo también formé parte del equipo de natación, por eso me dio tanta gracia cuando dijiste que la gente como yo no acostumbraba a ir a eso lugares.

Elisa: yo nunca me imaginé esto

Gabriela: Vamos? (Señalando a su carro)

Elisa: no, de verdad no tiene que molestarse, gracias. Por acá debe pasar algún transporte público que me lleve a la universidad

Gabriela: (riendo) cómo se ve que no has vivido por aquí!, por acá pasan los buses cada hora, y si es que pasan.. y como llegaste hasta acá? En taxi?

Elisa: no, me trajo mi hermano

Gabriela: la verdad es que eres la última persona en el mundo que esperaba ver en mi casa

Elisa: mire, yo puedo tomar un taxi (empezando a caminar)

Gabriela: (deteniendo a Elisa de manera delicada por un brazo) yo te hago la carrera gratis!, yo conozco un atajo que vas a llegar rapidito a la universidad, si?

Elisa acepto y se montó en la camioneta. Gabriela tomo el atajo, que más bien parecía una carretera vieja, sólo se veía arboles de lado y lado y parte de la carretera era de tierra.

Elisa: Está segura que por acá llegamos a la universidad? (con cara de preocupación)

Gabriela: pareciera que estamos lejísimos de la ciudad, verdad?

Elisa: si, primera vez que paso por aquí, yo no quisiera llegar tarde a clases

Gabriela: y no vas a llegar tarde, te lo aseguro. Yo siempre tomaba éste camino cuando quería evitar un poco el tráfico.

Elisa: y cómo se siente de su herida?

Gabriela: perfectamente bien! Gracias. (Viendo a Elisa a los ojos y con una sonrisa perfecta que enamoraba a muchos y ... muchas)

El carro de repente se apagó, Gabriela intentó prenderlo nuevamente pero no respondía.

Elisa: que pasó?

Gabriela: no se, se apagó.

Elisa: ajá pero cómo?

Gabriela: nos quedamos sin gasolina (con cara cómo de que iba a recibir un golpe allí mismo)

Elisa: y ahora? (llevando sus manos a su cabeza y liberando todo el aire que tenía en sus pulmones)

Gabriela: bueno, nos tocará esperar que alguien nos auxilie.

Las dos se bajaron del auto.

Gabriela: la verdad, lo siento. Fue un descuido mío, es la primera vez que me pasa esto, bueno.. (Haciendo cuentas en su cabeza)... cómo la tercera.

Elisa: por eso me dijo que no iba a llegar tarde a la universidad, no por lo tarde, sino porque simplemente no llego! (con tono molesto)

Gabriela: Elisa, de verdad lo siento.

Elisa: es que yo debí regresarme sola..

Gabriela: yo no lo hice a propósito de verdad

Elisa: cómo usted tiene un carro y no le coloca gasolina?

Gabriela: esto me pasa a mi por tratar de hacer un favor (viendo al cielo)

Elisa: y a mí por estar aceptando favores!

Gabriela dio media vuelta y abrió la maletera de la camioneta para sentarse a esperar que las auxiliaran, mientras que Elisa se sentó a un lado del camino en una piedra. Pasaron más de 30 minutos y nadie aparecía. Elisa se puso de pie y caminó hasta la camioneta.

Elisa: hasta dónde llega ésta carretera?

Gabriela: a otra que enlaza con la entrada de la autopista

Elisa: me voy caminando.

Gabriela: a pie no vas a llegar nunca.

Elisa: seguro llego más rápido que sentada aquí esperando que alguien nos auxilie! (tomando sus cuadernos, su bolso y empezó a caminar)

Gabriela se paró, para ver a Elisa que se detuvo

Elisa: ah! Si llego a pasar por una gasolinera, les aviso para que la vengan a auxiliar?

Gabriela: tu, tu de verdad piensas que yo hice esto a propósito?

Elisa: Buenos días Ingeniera, y gracias por la carrerita

Gabriela: espera, espera! (Cerrando la puerta de la maletera del carro y caminando hasta donde estaba Elisa.) de repente encuentro en el camino una casa con alguien que me auxilie.

Elisa: y el carro?

Gabriela: quien se lo va a llevar, si no tiene gasolina. (Empezando a caminar al lado de Elisa)

Gabriela: yo también tenía cosas que hacer en la oficina sabes?

Elisa: …

Gabriela: tu no eres la única que tiene cosas que hacer en la vida, y quedarme accidentada en el medio de una carretera no es precisamente mi definición de diversión.

Elisa: (empezando a reír)

Gabriela: que pasa? Cual es el chiste?

Elisa: el chiste es su atajo. Tenemos rato caminando y nada! (riendo)

Gabriela: bueno pero es que en carro es más rápido.

Elisa: si, me imagino

Gabriela: mira (señalando) eso parece una casa, deben tener un carro que use gasolina, nos pueden ayudar.

Elisa: si, pero está lejos del camino

Gabriela: tienes dos opciones Elisa, o sigues caminando, para llegar a la avenida, o me acompañas hasta allá para ver si nos pueden ayudar, además puedes conocer algo nuevo en ésta ciudad. Se ve muy bonito! (extendiéndole la mano a Elisa)

Elisa: (girando su cabeza a un lado) bueno, la verdad es que ya perdí media mañana, vamos!

Siguieron por un camino lleno de flores silvestres, hasta llegar a una pequeña casa.

Gabriela: Buenas!! (Tocando la puerta y viendo a través de ella), vamos por el otro lado, parece que está abierto..

Entraron a la pequeña casa quedando maravilladas con lo que allí había, piezas talladas en madera, piedra, arcilla, alguna pinturas en acuarela con gran calidad, el sitio parecía un pequeño museo.

Elisa: Que hermoso! Cómo puede existir un lugar así por aquí?

Gabriela: si, realmente increíble (apreciando una escultura de madera de una mujer acostada con sus manos en la cara) hasta se puede decir que valió la pena accidentarnos (girando con su sonrisa perfecta para ver a Elisa )

Elisa: No, no lo creo. Es primera vez en todo el año que falto a un día de clases! (borrando de forma automática la sonrisa de Gabriela)

Gabriela: tu de verdad eres tan responsable (con cara de: “osea no te creo”)

Elisa: Pues si!

Gabriela: pero en la vida a veces ocurren imprevistos

Elisa: en la mía muy pocos, cada segundo cuenta (viendo una pintura en acuarela con flores de diferentes tipos)

Gabriela: y cómo lo haces? Porque déjame decirte que yo soy un desastre con piernas, no hay un sólo día que no me ocurre algo inesperado. Fíjate cómo esto, estar aquí contigo, atravesar ése campo y ver todo esto.

Elisa: eso es porque usted se da el chance de que le pasen ésas cosas

Gabriela: así que es mi culpa (asintiendo con la cabeza)

Elisa: pues en vez de quedarse en el carro, esperando que la auxilien, inventa y se va a caminar por allí a ver que encuentra

Gabriela: y de eso no se trata justamente la vida? (viendo fijamente a Elisa) de ir viendo y aprendiendo a ver que se encuentra?

Elisa: vivir así es muy riesgoso (negando con la cabeza y con media sonrisa)

Gabriela: y tu cómo vives Elisa?

Elisa: Paso a paso, y pisando sobre seguro

Gabriela: tu te hubieses quedado en el carro? (asintiendo)

Elisa: si el carro es mío, claro que sí.

Gabriela: pero eso contradice tu teoría de que en la vida cada segundo cuenta.

Elisa: por que? (viendo a los ojos a Gabriela)

Gabriela: porque cada segundo cuenta si tu te das permiso para vivir. Cómo ésa pintura (señalando al cuadro de acuarela) que ahora existe para nosotras porque nos permitimos estar aquí, te arriesgaste a seguir caminando, si no es así, ni nos enteramos que ésa pintura existe. O me equivoco?

Elisa: no, no se equivoca.

Gabriela: puede que tu tengas razón y yo sea un poco impulsiva, y hasta irresponsable pero así es más divertido no? De que otra manera se aprende a sentir? (Acercándose a Elisa lentamente)

Elisa: …

Gabriela: No tienes respuesta?

Elisa: (dándole la espalda a Gabriela) la verdad yo no pienso en eso, tengo otras cosas en que pensar.

Gabriela: ujm! Tus estudios de medicina, ser enfermera y la defensora del hospital!

Elisa: (girándose para ver nuevamente a Gabriela) me ha costado mucho esfuerzo mantener mi trabajo mientras estudio

Gabriela: si, no lo dudo, y te admiro por eso!, yo no creo que hubiese podido

Elisa: uno no sabe de lo que es capaz, hasta que la vida lo pone a prueba Ingeniera.

Gabriela: te voy a poner una prueba a ti (señalando con sus dedos índices a Elisa)

Elisa: … (Con cara de sorpresa y nerviosismo) “Dios, por que ésta mujer me pone tan nerviosa”- a mi?

Gabriela: si!.. Serías capaz de dejar de decirme usted o Ingeniera?

Elisa: y cómo quiere que la llame?

Gabriela: Gabriela! (sonrisa perfecta al ataque) “o mi amoorrr si te da la gana, OK! Yo no pensé eso Gabriela” ya nosotras tenemos cierta confianza no?

Elisa: así cómo confianza, confianza (negando con la cabeza)

Gabriela: (riendo) oye, pero que difícil eres no?

Elisa: (riendo) sí, un poco

Gabriela: “Ay Dios!, así o más perfecta?” Dilo: Gabriela, Ga-brie-la (con una mueca graciosa en su cara)

Elisa: (riendo al ver la cara de Gabriela con más libertad)

Gabriela: ah bueno por lo menos te hice reír, eso es algo! (riendo a la par con Elisa)

Elisa: si, me hiciste reír Ga-brie-la

Pasaron varios minutos Gabriela sentada en un banco de madera (siguiendo con la mirada a Elisa) y Elisa viendo una vez más todas la creaciones artísticas que allí estaban

Elisa: y si no viene nadie? (girando para ver a Gabriela)

Gabriela: esperamos 10 minutos más y si no, pues nos vamos!

Elisa: a dónde?

Gabriela: bueno no se, a otra parte, debe haber algo más, ven! Siéntate (señalando un banco a Elisa, que caminó hasta el banco y se sentó) mas relajada?, aunque no lo creas tu y yo nos parecemos mucho

Elisa: No, no lo creo

Gabriela: tu viste de donde vengo, no nací en cuna de oro, lo que tengo me lo he ido ganando a pulso, así cómo tu (señalando a Elisa) con méritos propios.

Elisa: Si, pero tu eres distinta, te comportas diferente.

Gabriela: porque ahora lo soy, tu lo vas a entender. Cuando tengas tu consulta privada, y asumas nuevas responsabilidades, vas a ir cambiando sin darte cuenta. Y eso necesariamente no es malo.

Elisa: si, puede ser.

Gabriela: por qué medicina?

Elisa: no me veo haciendo otra cosa, desde niña siempre lo tuve claro. Mi papá quería ser médico, pero al quedar mi mamá embarazada de mi hermano mayor muy joven, tuvo que renunciar a sus sueños y asumir responsabilidades. Es irónico porque luego de que mi papá murió, Augusto, mi hermano mayor, asumió gran parte de la carga familiar y apoyó a mi mamá en lo que pudo. Luego murió mi madre, y mi hermano terminó por asumirnos a todos. A mi hermano menor, a mi hermana mayor y a mí. El quería ser Ingeniero, así cómo tu, pero a los 23 años abandonó sus estudios para convertirse en prácticamente nuestro padre.

Gabriela: vaya, hablas de tu hermano con total admiración, y lo entiendo. Es un gran hombre, no cualquiera hace lo que el hizo. Para cualquier otro, hubiese sido más fácil dejar ésa gran responsabilidad a otro. Un claro ejemplo: mi padre (con cara de desilusión) para el fue más fácil abandonar a mi madre e irse a otro país, yo tenía apenas 7 años. De pequeña prefería imaginarlo muerto, a saber que estaba en otro lugar del mundo sin saber de mí (encogiendo sus hombros) que no me quería tener a su lado, que no le importaba eso me dolía mas (con ojos brillosos)

Elisa: y nunca más supiste de el?

Gabriela: no, aunque no tuve una tumba, lo lloré y lo enterré, de que otra manera podía sentir que yo si era importante no? Que si valía..

Elisa: Claro que si vales Gabriela (mientras le tomaba la mano a Gabriela)

Gabriela sorprendida por la acción vio como la mano de Elisa y luego la vio a los ojos; las dos se pusieron nerviosas y Elisa se separo rápidamente de Gabriela

Elisa: mejor nos vamos si? Acá no creo que llegue alguien.

Gabriela: si, estoy de acuerdo. Mejor seguimos.

Salieron de ésa casa y volvieron a la carretera y siguieron caminando

Elisa: Dios! Tengo sed! Ya no puedo

Gabriela: provoca un vaso lleno de agua, con hielito así todo picadito

Elisa: vamos! Ya cállate! (dándole un pequeño golpe a Gabriela mientras reía)

Gabriela: Elisa, escuchas eso?

Elisa: que? Viene un carro? (viendo para todos lados)

Gabriela: no, no oye bien!

Elisa: suena como a ..

Gabriela – Elisa: AGUA! Agua!!

Gabriela: (tomó a Elisa por la mano) ven por acá! (mientras tiraba de ella)

Elisa: capaz y nos caemos por un barranco por culpa tuya!

Gabriela: Lo sabía!! mira!

Señalándole a Elisa un pequeño riachuelo, el agua provenía de una pequeña cueva que al caer formaba un pequeño hilo de agua, como una “micro-Cascada”

Gabriela: ve! Que tienes que empezar a confiar en mí (señalando el riachuelo) Agua pura de manantial!! (Sonriéndole a Elisa que le devolvía la sonrisa seguida de una mueca de -oh que sorprendente eres – que hizo reír a las dos a la vez)

Elisa y Gabriela se refrescaron con el agua.

Elisa: esto es increíble, parece cómo un sueño sabes?

Gabriela: pero no lo es! Quieres que te lo demuestre?

Elisa vio a Gabriela con cara de extrañeza, quedando sorprendida al ver cómo ésta tomaba un poco en su mano y se la salpicaba en la cara.

Gabriela: No es sueño!

Elisa: me mojaste Gabriela?

Gabriela: el agua en la vida real moja no? (levantando sus hombros y colocando cara de soy inocente)

Elisa: ah el agua en la vida real mojaaa (entrando al riachuelo, el agua no le pasaba de las rodillas)

Gabriela: que vas hacer? (sabiendo las intenciones de Elisa)

Elisa tomó agua entre sus dos manos y se la tiró toda a Gabriela, que respondió rápidamente de la misma forma, sí, un guerra de agua!. Las dos no paraban de reír.

Gabriela: ya, para, para! Ganaste! Ganaste!

Gabriela tomó a Elisa por la cintura, las dos quedaron frente a frente, podían sentir la respiración de la otra. Gabriela sin saber bien lo que hacía, era cómo que algo la atrajera más a Elisa y sin pensarlo se acercó más a ella hasta que rozó sus labios. Fue un beso corto, sólo labios. Gabriela se alejo sólo un poco para ver a una Elisa que no reaccionaba, pero que tampoco le ponía mayor resistencia. Subió su mano para limpiar un poco el agua que tenía Elisa en su cara y se acercó de nuevo volviendo a posar sus labios en los de Elisa. Esta vez el beso fue más profundo, Elisa abrió un poco su boca recibiendo la lengua de Gabriela. El beso se extendió por poco más de 5 segundo. Hasta que Elisa reaccionó. Apartándose de Gabriela y sin poder entender que había pasado.

Gabriela: Elisa.. (viendo cómo Elisa salía del Riachuelo y tomaba sus cosas)

Elisa: mejor vámonos si (con voz nerviosa) ya es muy tarde..

Gabriela: Elisa yo.. (acercándose a donde estaba Elisa)

Elisa: tienes toda la camisa mojada, y apenas te acaban de quitar los puntos del brazo, se te puede infectar. Vamos, si. (empezando a caminar, seguida por Gabriela que no sabía que decir)

Caminaron nuevamente hasta llegar al camino y siguieron Elisa adelante seguida por Gabriela que también estaba intentando saber que había pasado y asimilando todo lo que había sentido al besar a Elisa, sensaciones completamente diferentes a lo que pudo haber sentido con besos anteriores. A lo lejos vieron como se acercaba un camión que se detuvo al ver a las dos mujeres dándoles señales para que se detuviera.

Un señor de más de 60 años era el conductor.

Señor: Muchachas que hacen ustedes por acá?

Gabriela: Buenas tardes señor, (viendo su reloj que ya marcaban casi la 1 de la tarde) nos quedamos sin gasolina y bueno estamos buscando quien nos auxilie.

Señor: caramba, bueno móntense, yo las llevo hasta su carro y les doy un poco de la mía.

Gabriela: Muchas gracias Sr. (abriendo la puerta para que Elisa se montara y luego ella).

Llegaron hasta donde había quedado la camioneta, el señor sacó gasolina de su camión y le colocó al carro de Gabriela. Gabriela intentó darle dinero al Sr. por la ayuda pero éste se negó.

Señor: vayan directo a la gasolinera que está en la salida, miren que no tienen mucho! Se cuidan. Despidiéndose de la muchachas.

Elisa se subió en la camioneta. Gabriela hizo lo mismo y se giró para ver a Elisa.

Gabriela: Elisa (interrumpida por Elisa)

Elisa: te molesta si pongo música? No verdad. (Prendiendo la emisora y girando su cabeza hacia la ventana para no ver a Gabriela)


Saludos a tod@s... y Perdón...

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Adriana! @Relatosmaud