Amor efímero

las personas llegan a nuestra vida por algún motivo, tus palabras textualmente.

El día que te vi por primera vez, fuiste un sol que salía de ese autobús, deslumbraste mi ser, me llevaste a este sueño, que inició entre charlas casuales y confesiones de la vida, todo en una amistad de complicidad, pero hoy, aquí, en persona, en mi abrazo de bienvenida, pareces tan real.

Sabes que me gusta el campo, la naturaleza, el agua, el sol; esos son los elementos de la tierra y nosotros como quinto elemento, es magia. Te llevo a San Nicolás, deseo que pruebes  gastronomía rural típica de aquí, se que prefieres carne asada que sopa de pollo, y como no hay vino o tequila, tomamos una cerveza, hace calor en el exterior y dentro de mi.  Estas emocionada, estas conmocionada, y tu mirada grita timidez, pero tus ojos me dicen que te sientes cómoda.  Al terminar los alimentos te tomo de la mano para dirigirte y escalamos un poco la pendiente de la montaña que recién comienza justo en ese restaurant. Realmente el paisaje es hermoso a esta altura, no subimos a la cima, pero vi un lugar muy acogedor para sentarnos un rato y esperar a que llegue el atardecer, me senté, y tu insegura me observaste, sé que no estas acostumbrada a estas superficies, pero te hice la seña que te sentaras frente a mi entre mis piernas para que usaras mi pecho de respaldo, sonreíste mientras seguro pensabas ¿Cómo es posible que siga a esta mujer tan ocurrente? Y sentí tu calor frente a mi. Platicamos, en si de nada, pero de todo lo que yo necesitaba para hipnotizarme con tu voz, y mientras hablabas contemplando el sol que comienza a descender, yo cerré mis ojos respirando profundamente para impregnar mis pulmones, mi mente y mi corazón de tu aroma, sé que no es correcto, perteneces a otro corazón, pero no puedo evitar tu aroma que me incita a pecar. Mis manos buscan camino entre tu cintura, delgada, delineada, tan frágil como la de una pequeña niña, y noto que la fluidez de tu conversación comienza a pausarse, hasta que se detiene cuando te abrazo totalmente y  mi nariz como imán llega a tu cuello junto a tu oreja, percibo con mis labios los músculos de tu rostro dibujar una sonrisa, nerviosa y tímida, tal cual descubren a alguien en alguna travesura, y suspiras, abro mis ojos para terminar de contemplar el sol que a escasos minutos se ocultará totalmente, beso tu cuello y te tranquilizo susurrándote que todo está bien, que ya nos vamos, pero tu cuerpo descansa en mi, y no está tenso como cuando recién te sentaste, estas en sintonía con el entorno, la energía ambiental te equilibra y los últimos rallos solares que se reflejan en tus ojos me muestran tu mirada de ángel, la paz que sientes, y el confort que mis brazos te dan, volteas y me das un beso en mi mejilla para después ponerte de pie y tomar mi mano para levantarme, pero una vez de pie me pongo frente a ti para preguntarte si te sientes cómoda, pero solo sonríes “este lugar me llena de paz” son tus palabras, pero tu pecho está agitado, pongo mi mano sobre él y clavo mi mirada en tus grandes ojos, tu los cierras admitiendo lo que sabes que estoy pensando, me acerco un paso mas a ti, mi otra mano recorre de tu media pierna a tu cintura, y tu respiración se detiene, mi mano sobre tu pecho, por encima de tu ropa baja suavemente sintiendo la calidez de tu piel sobre la ropa hasta llegar a tu cintura, me detengo y abres los ojos, tienes tus pupilas dilatadas y tus mejillas han tomado un poco de color, te ves hermosa, una madona a la que no se puede profanar su cuerpo, eres un ángel con aura del ocaso a sus espaldas, tomo tus dos manos con las mías, me acerco poco a poco a tu rostro para besar tu frente, coloco mis manos en tu carita “eres la mujer mas hermosa que he conocido” y te doy un suave beso en tus labios. Es hora de llevarte a conocer mi casa, mi viejo hogar el espacio donde se siente vacio, se siente lleno, se siente mi esencia, pero falta la de alguien mas.

La temperatura ha disminuido y optamos por continuar conversando en la cama. Comienzas a sacar tu pijama de la maleta, yo aguardo sentada en silencio mientras te volteas de espaldas para comenzar a desvestirte ¿Cómo resistirme a tocar tu piel? ¿Cómo parar mis deseos por recorrerte toda con mis labios? Sueltas tu cabello una vez que te has quitado la blusa y me ves de reojo ¿Cómo interpreto eso, será una advertencia? Y me pongo de pie, te das cuenta de ello y detienes para no desabrochar tu sostén,  me tienes frente a ti de pie, haciéndome recordar “Amor y Psique” de Antonio Canova. Nos conocemos tanto por mensajes, por llamadas, pero esto es nuevo, eres tu, mi luna efímera de esta noche y de las que siguen por el resto de mi vida, hoy es presente, estás aquí. Y con mis manos acaricio tus brazos desde la palma hasta el hombro, pera luego besar el derecho, mientras bajo los tirantes de tu brazier y recorro hasta el broche para quitártelo, tus ojos están cerrados, estas confundida, se que va contra tus principios, soy menor, usualmente tener menos edad que tú no es un atractivo, los abres de golpe y pones mis manos en mi pecho antes de que pueda descubrir tus pezones, levanto mi mirada a la tuya, se que requiero tu consentimiento, he actuado alebrestadamente, tu mente duda en continuar, esto no estaba planeado en tu viaje, suspiras y me tomas de la cintura con ambas manos y las recorres hacia arriba para quitar mi blusa, y ¿sabes? Mi cuarto se vuelve una esfera que nos aparta de todo, realidad o fantasía, aquí estas mi ángel, la piel de tu estomago es tersa, y tus bubis tan suaves como el algodón de azúcar, tus pezones con un color rozado tal cual el atardecer del que hoy fuimos espectadoras, te miro, sabes que lo haré y tus ojos me dan el permiso para besar tus bubis, con calma, con cariño al tiempo que llego a tu pezón, y su textura es distinta, está erecto, es tan cálido, es perfecto, es la belleza del cuerpo de mujer, el tuyo, mientras con mis manos acojo cada bubi tuya, mi lengua acaricia tu pezón que queda expuesto, su calor es mas intenso que mi lengua, paso de uno al otro, ya no basta con probarlos, y los succiono un poco mas fuerte y tu respiración ahoga un gemido, los suelto para levantar mi cara y ver tus ojos, porque mis manos recorren por tu espalda hasta tu cadera para acercarte a mi, para sentir tus pezones en los míos y tu vientre junto al mío, y me besas, suave pero no puedes hacerlo así por mucho tiempo, en especial porque he quitado tus jeans, y acaricio sobre tus calzones tus pompis, tu pelvis y tus labios mayores vaginales, tus besos intensifican, tu humedad me incita a escabullir mi mano dentro, pero me detengo para saborear ese beso, beso que he deseado por años y que solo he vivido a través de películas o sueños, tomo tu carita entre mis manos mientras me tomas de la cintura y me das en besos la droga que me lleva a la excitación total, y te hago detener para arrodillarme frente a ti que estas de pie, pones tus manos sobre mi cabeza, tus dedos entre mi cabello, sabes que haré, pero no cómo lo haré, sobre tus pantaletas percibo tu aroma conforme voy besando y vas abriendo tus piernas, con mi nariz detecto la humedad que se ha filtrado a tu ropa, y doy un simulacro de mordisco a tu florecita por encima de la ropa antes de quitártela, y beso tu vientre mientras mi lengua percibe el sabor de la transpiración de tu excitación, tus caderas, cada milímetro cuadrado es recorrido por mis labios, tus largas y torneadas piernas, hasta llegar a tu rodilla al mismo tiempo que mis manos las acarician por la parte posterior. Me pongo de pie para continuar ese beso interrumpido, mientras te hago caminar hacia atrás donde se encuentra mi cama, entre besos te susurro que me encantas, te susurro que me atrapa tu piel, que me derriten tus labios, y en mi boca pruebo tu sonrisa, te digo que me has mentido cuando decías que tu cuerpo no era atractivo, te reprendo con palabras suaves, como se reprenda a un pequeño, porque tu cuerpo es perfecto. Al llegar al bordo de la cama te das la vuelta rápido para sentarme en ella, y tu permaneces de pie, sonríes perturbadoramente, y me pones nerviosa, me recorro sin perderte de vista hasta la cabecera, después tu con tus piernas abiertas y de rodillas avanzas hasta llegar a mi cabeza, ¿Acaso sabias que moría por probar la miel de tu florecita? Y te sientas en mi pecho, de manera que puedo besarte tu botón de flor, degustar el sabor de la humedad de tu excitación vaginal, y ahogas un fuerte gemido, jadeas al ritmo que mi lengua recorre en sube y baja tu clítoris, gimes cuando inesperadamente lo succiono, colocas tu mano en mi cabello y lo jalas un poco cuando sin que lo esperes giro mi lengua en círculos sobre ese lugar, tu favorito, y siento tu humedad recorrer mis papilas gustativas y succiono porque es delicioso y tu gimes fuerte y jadeas porque sabes que me tienes loca,  agachas tu cara para poder ver, con la poca luz de la luna que entra por la ventana, cómo te estoy haciendo oral, te excita aún mas ver cómo disfruto hacerte esto, y yo abro mis ojos para ver tu rostro, irradias placer, irradias sensualidad, eres un sol que quema, y tus labios están pigmentados, tus mejillas también, y tus cejas dan a tu rostro expresión de gozo que solo se puede sentir con las personas que saben hacerte el amor y conocen tu cuerpo, y mi lengua quiere sentir tu orgasmo, entre caricias, succiones inesperadas y jugueteos en circulo llega tu desahogo de amor, es mi regalo, es tu pase al lugar donde es únicamente tuyo, y del cual yo solo fui el medio para lograr ese orgasmo explosivo, y pronuncias frases en portugués, y con poco aliento aun respiras, poco a poco recuperas tu aliento, pero tu cuerpo está mas activo que un volcán antes de hacer erupción, y yo lo percibo, deseas mas.  Te recuestas a mi lado y me miras ¿Qué podemos decirnos? ¿Qué te puedo preguntar? Recorro tu cabello detrás de tu oreja mientras me miras con incredulidad aún por lo que ha sucedido, mi luna efímera, mi estrella fugaz, si solo eres para mi esta noche, me llenaré de ti, y estas consciente de esta fugacidad, me besas mientras subo sobre ti, mientras entre tus piernas mi sexo encuentra al tuyo que es atraído como imán, mis manos recorren la suavidad de tus piernas, y mi pecho hace presión rítmicamente al tuyo, mi humedad se comienza a mezclar con la tuya, estas muy excitada, y estas sorprendida por tan rápido que responde tu cuerpo, estas tan sensible que tu clítoris percibe el mío mientras lo frota y oprime, estas recostada boca arriba y yo entre tus piernas, muerdes tus labios, gimes porque después de un orgasmo tu clítoris ha quedado tan sensible, tan húmedo, tan expuesto; y nos vemos a los ojos, en realidad pensamos lo que estamos haciendo, en realidad tal vez solo sentimos lo que estamos haciendo, hay química, mucha, hay algo intenso, pero no perpetuo, mi estrella fugaz, sabes que es momentáneo nuestro mundo, nuestro episodio y te dejas llevar, otro orgasmo llega y me derrito en el, mi sexo siente tu fluido y tus jadeos me envuelven en tu mundo, y procuro prolongarlo, hasta que es casi imposible.  Abres tus ojos, te estoy observando, sonríes con timidez y los giras hacia un lado, pero beso tus mejillas y me abrazas, no hablamos ¿por qué deberíamos de hacerlo? Nuestros cuerpos se están comunicando, me vuelves a besar mientras aun estoy sobre ti, suave, intenso, me comes por mi boca y mis manos quisieran adentrarse en tu pecho y cintura, tu piel húmeda, tu aroma a sexo es embriagante, tus pezones se han puesto duros y todo tu cuerpo se ha relajado, tu respiración poco a poco vuelve a su normalidad y me poso a tu lado, para abrazarte, colocas tu cabeza sobre mi brazo, tu cabeza queda frente a mi pecho  y beso tu frente, sigo acariciando tu espalda y cintura, tus piernas están aun entre las mías, no hay palabras, solo caricias mias para ti, solo la esperanza de que mi luna efímera no lo sea, de que mi estrella se quede, que tu, mi sol seas por siempre el calor de mi cama.