Amor Divino 4
Llega el final de la historia.
Amor Divino 4
TÁRTARO
Ares además de el ánfora, pidió a Eris que robara un medallón que Hefesto había creado para Zeus, con la capacidad de robar el Arcanum tanto a Dioses como a Titanes, llegar hasta el Megas Drepanon no fue tarea fácil, las trampas creadas por Hefesto eran realmente peligrosa y les quedaba una última.
Custodiando el Megas Drepanon se encontraba Talon el gigante de Bronce, parecía una estatua gigante, pero cuando alguien no autorizado se acercaba al arma, este se activaba y era un adversario realmente terrible, Ares seguro de su gran poder subestimo al gigante pensando que sería pesado y lento.
Siempre había subestimado a su hermano Hefesto, cuando fue a atacar a Talos, ni siquiera tenía la guardia alta, y recibió un golpe tan grande del gigante que quedo incrustado contra la pared del Tártaro, Eris le miraba a Ares con gesto de preocupación, entonces decidió anudarle, mientras Ares distraía a Talos, Eris se haría con el arma.
Eris llego hasta el arma y cuando la tuvo en las manos se dio cuenta de que era una guadaña de gran tamaño y de color negra, el arma fue menguando hasta adquirir en tamaño con el que Eris y Ares pudieran usarla, pues todos sabemos que los Titanes eran más grandes que los Dioses.
Eris- Ares ya tengo el arma.
Ares- Lánzamela, según me contó una vez mi padre esta arma tiene la capacidad de cortar cualquier objeto aunque este, este imbuido en poder y magia.
Ares se hizo con el Megas Drepanon y corto los dos brazos a Talon, de ellos empezó a caer un torrente de bronce fundido, Talon no se daba por vencido y seguía haciendo su trabajo, entonces Ares salto de la roca de donde estaba hasta el suelo y le hizo un corte en el talón, el gigante de bronce cayo al suelo y según iba perdiendo el bronce fundido sus movimientos iban cesando hasta que se quedó inmóvil.
Ares empezó a reír como un loco, ya había cumplido parte de su plan, ahora le quedaba cumplir la segunda parte.
MONTE OLIMPO
ALTHEA
Estoy muy nerviosa, si al final no tengo ningún poder o resulto ser una persona normal, perderé a Hestia, no puedo permitirme eso, aquel golpe que le di a ese dios tendrá que significar algo, la reina Hipólita llego escoltada por dos mujeres hermosas, pero con algunas cicatrices, parecían muy experimentadas en la lucha si me tocaba luchar con ellas estaba apañada.
Se presentaron eran La general Antiope y la teniente Menalippe, antes de empezar la prueba desayunamos, yo no tenía ningún hambre, Hestia me dio un tierno beso y eso me infundió valor, las pruebas consistían en una prueba de resistencia con obstáculos, perdí estrepitosamente, creo que esa tal Antiope me doblo un par de veces, pero miraba a la reina a la cara y no veía desagrado, la segunda prueba consistía en la fuerza, esta vez me toco medirme a Menalippe, aguante un poco, pero termine perdiendo otra vez, no daba una y mi sueño de estar con Hestia se desvanecía.
La última prueba consistía en detener flechas con unos brazaletes que me proporcionaron, ahí ya me estaba cagando de miedo, mire a Hestia y esta se acercó a mí.
Hestia- mira Althea, no tienen punta, te dolerá, pero están diseñadas para herir y no matar, Hipólita jamás pondría en peligro una vida inocente, por lo menos al la primera.
Yo- ¿Qué quieres decir?
Hestia- Que si pasas el corte, las siguientes flechas sí que tendrán punta y si pasas esa prueba, no habrá ninguna duda, eso querrá decir que tendrías el poder de una amazona.
Cuatro amazonas más aparecieron y se pusieron en formación con sus arcos apuntando a mí, cuando lanzaron fui capaz de parar tres de las cuatro, la cuarta me dio en el hombro y menudo dolor.
Volvieron a situarse, pero esta vez fueron ocho en vez de cuatro, entonces recordé un consejo que me dio la reina Hipólita, confía en tu instinto, este te llevara a tu amazona interior y con eso a tu poder, me concentre y empecé a notar algo extraño, cuando lanzaron las flechas, me moví de forma instintiva y conseguí para las ocho flechas.
Ahora llegaba la hora de la verdad o pasaba el corte o me dejaban como un colador, mire a las gradas y allí estaba Hestia al lado de su hermano Zeus, Hestia tenía un semblante confiado, claro como no era a ella a la que apuntaban con flechas afiladas.
Lanzaron las flechas, pero estaba tan concretada que no me di cuenta de que habían adelantado algo su posición, la reina dio la orden y disparador, mis brazos se movieron solos, yo misma estaba perpleja de cómo había podido detener esas ocho flechas, entonces Hipólita dirigiéndose a los Dioses dijo.
Hipólita- No hay duda, es la descendiente de Alexia, tiene su mismo porte.
Yo- perdonad que me meta, pero como he podido hacer yo esto.
Hipólita- Los conocimientos igual que el poder se lega a generaciones futuras, tú has conseguido despertar parte de ese legado, felicidades tienes poderes de amazona, pero tienes mucho que aprender, siéntete afortunada dos de las mejores guerreras de la historia serán quienes te adiestren.
Yo no me sentía nada afortunada, el corazón me iba a mil por hora y el único consuelo era que podría seguir viendo a mi amor, hablando de ella salió corriendo bajo las escaleras de la grada de cuatro en cuatro y salto sobre mí, me dio el beso más apasionado que me habían dado jamás.
Hefesto fue a su taller después de la prueba, contento de que Hestia no tuviera que renunciar a mí, pero entonces se dio cuenta y salió corriendo para avisar a los demás dioses.
Hefesto- Alguien ha robado el medallón Zeus, y me temo que ha sido mi hermano, que pretenderá hacer con él.
Zeus- Creo que lo que pretende es hacerse con los poderes de Cronos, entonces podrá liderar a los Titanes en contra del olimpo.
Hefesto- Eso es imposible, a no ser que también tenga el ánfora.
Hefesto- salió corriendo y vio que el ánfora también había desaparecido, no le puso mucha seguridad porque todos en el olimpo sabían lo que costo derrotar a los Titanes y erróneamente pensó que nadie en su sano juicio volvería a liberarlos, no pensó en el mal juicio de su hermano Ares.
Cuando bajaron al Tártaro se encontraron que la única celda que seguía ocupada era la de Cronos, estaba tumbado en el suelo totalmente debilitado y sin poderes entonces Zeus le pregunto.
Zeus- ¿A sido Ares verdad?
Cronos- Ese chico te va a hacer lo mismo que tú me hiciste a mí.
Zeus- Parece que te divierte.
Cronos- Si te destruye me daré por satisfecho.
Zeus- Veo que me sigues teniendo mucho cariño.
Cronos se rió con mucha dificultad y miro a su hijo a los ojos, le dijo.
Cronos- Tiene mis mismas debilidades, si le derrotéis solo te pediré una cosa.
Zeus- ¿Qué cosas?
Cronos- Encierra a ese niño malcriado en esta celda para siempre, yo le infligiré el castigo que se merece, si piensa que puede manipularme y salirse con la suya pronto aprenderá una lección que no olvidara.
Zeus- ¿Te ha manipulado él a ti o al revés?
Cronos- ¿Qué insinúas?
Zeus- Que si él gana y me mata tú ganas, pero si él pierde tú te vengas de él y vuelves a ganar, creo que el manipulado ha sido el tonto de mi hijo, tengo la sensación que los Titanes le traicionaran en cuanto tengan la oportunidad, ellos solo responden ante ti, así ha sido siempre y así será.
Zeus y los demás se fueron del tártaro oyendo las risas de un Cronos que se saldría con la suya pasara lo que pasara, lo que más le preocupaba era el arma de Cronos el Megas Drepanon, si Ares no lo controlaba tenía el poder de destruir la tierra.
HESTIA
Estaba muy contenta, Althea tiene sangre amazona eso significa que podrá venir al Olimpo para poder estar juntas, pero lo que más me gustaría a mi seria poder bajar al mundo, en el poco tiempo que estuve no me dio tiempo a verlo todo y me quedaron muchas cosas por ver y otras tantas por aprender, además que Atenea y Artemisa están muy pesadas en que siga con mi adiestramiento, me dijeron que si esa vez no llegan a aparecer Ares habría acabado conmigo, y no lo niego, las furias fueron una cosa, pero Ares era muy superior a mí, por algo es el dios de la guerra.
Estaba sumergida en mis pensamientos cuando note unas manos que me acariciaban desde atrás, conocía perfectamente esas manos eran las de Althea, su mano se fue colando despacio entre mis piernas proporcionándome un gran placer, con la otra mano me estrujaba uno de los pechos, pero con delicadeza, mientras lo hacía me pellizcaba uno de mis pezones, eso hacia que me mojara más y ya cuando empezó a besarme el cuello casi me vengo en ese mismo instante.
Que tendría esa mujer que me calentaba de esa manera, mira que en olimpo ahí mujeres muy hermosas, pero ninguna consiguió que yo sintiera esto por ninguna, hasta la propia Afrodita lo intento, pero nada, la única que me estimula y me enciende como la llama sagrada es Althea.
Me gira y mirándole a los ojos le bese y le metí yo mi mano dentro de su vestido, primero toque esos pezones que tanto me gustaba mamar y después baje hasta su coño, lo tenía como un manantial, primero le metí un dedo, después fueron dos y al final le estaba masturbando con los tres dedos.
Altea se corrió jadeando mirándome a los ojos, tome una decisión, me tomaría muy en serio el adiestramiento con Atenea y Artemisa, Ares atacaría en cualquier momento y por lo que había escuchado su traición había ido demasiado lejos.
Altea me tumbo mientras estaba divagando y metiéndose entre mis piernas corto de raíz todos mis pensamientos, solo me deje llevar por el placer que estaba sintiendo, Althea escalo hasta compartir mi propio sabor conmigo y nos estuvimos besando por un buen rato, después fui yo la que sentándola sobre mi cabeza empecé metiéndole la lengua en su encharcado coño, Althea cada vez gemía con mayor intensidad y eso era música celestial para mí, la parte más bonita fue, mientras yo le comía el coño y ella se restregaba contra mi cara nos agarramos de las manos haciendo una unión perfecta.
Al final termino corriéndose, terminamos tumbadas abrazadas debajo de las llamas sagradas, últimamente estas llamas estaban viendo demasiado, menos mal que no hablaban.
A la mañana siguiente siguió nuestro adiestramiento, Zeus quería que pudiera controlar las llamas sagradas a mi voluntad, los Titanes se acercaban y todo poder era poco.
Yo- Hermano te veo más que preocupado, siento ser yo la culpable de esto.
Zeus sonrió me miro y me dijo que no me preocupara que aquí el único culpable era el malcriado de su hijo, los dos salimos a ver los progresos de Althea, según comento Menalippe el adiestramiento consistía en despertar su instinto y legado, de esa manera podría defenderse de posibles ataques, no podría enfrentarse a un Dios o a un Titanes, pero si podría enfrentarse a la horda que traería Ares.
La guerra contra los titanes era inevitable, todos podíamos sentir como se acercaban al monte Olimpo liderado por un Ares que estaba totalmente consumido por la ira y el odio, estaba acostumbrado a salirse siempre con la suya y si no era así montaba alboroto, pero esto era distinto, se lo tomo como algo personal, como si yo fuera de su propiedad, le demostraría lo equivocado que estaba.
Althea consiguió despertar el instinto y el legado y entonces la reina Hipólita le hizo entrega de los brazaletes, armadura y armas de su antepasado Alexa, todas ellas habían sido vueltas a forjar por Hefesto para que le brindaran la máxima protección, todos los dioses cogieron cariño a Althe sobre todo Apollo y Hermes que la trataban como una hermana pequeña, Atenea y Artemisa la trataban como a mí como a una buena amiga.
TÁRTARO
Ares liberó a los Titanes exceptuando a Cronos pues veía en este a su peor y único enemigo entre los Titanes, se equivocaba, cuando no pudo resistirse a mofarse del gran Cronos Ares fue atacado por el Titán Tifón dejándolo inconsciente, acto seguido Tifón libero a Cronos y los Titanes estaban listos para la revancha contra los Dioses Olímpicos.
Tifón libero a cronos y le entrego el Megas Drepanon, entonces Cronos volvió a tener ese monstruoso poder que le caracterizaba, Tifón que era el segundo al mando miro a su rey y este le dijo.
Cronos- No se me olvida la promesa que te hice, podrás volver a luchar contra Zeus y esta vez vencerlo, pero aunque derrotado saldrá vivo, si alguien tiene que matar a Zeus seré yo, después mataré a mis otros cinco hijos y su descendencia y reinaré por siempre, gracias entupido nieto, gracias a ti el Olimpo está condenado.
Eris que no se terminaba de fiar de Ares, guando el medallón como seguro, y escapo del Tártaro, usando una copia del mapa de Hefesto, lo copio después de copular con el dios de la guerra, mientras este dormía, prefería un castigo de Zeus que quedarse ahí y ser la comida de los Titanes.
MONTE OLIMPO
Cuando los titanes se han liberado del Tártaro un estruendo se escuchó en todo el mundo seguido de terremotos, maremotos y un cambio climático, todos los volcanes de la tierra se activaron, no había duda, la segunda Titanomaquia había dado comienzo, Zeus miro a todos los presentes y les dijo.
Zeus- ¡El Olimpo jamás ha sido vencido en batalla y hoy tampoco caerá!
Hera- Althea tú serás la guardiana de Hestia mientras esta concentra las llamas sagradas para poder utilizarlas en combate.
Hestia- Pensé que solo los Rayos de Zeus hacían daño a Cronos.
Hera- Aunque seas pacífica eras la única que tiene un poder para poder detener a Cronos, esta vez Zeus y tú lucharéis juntos, llamas y rayos, Cronos no se lo esperara.
Althea- ¿Estás segura de que una novata como yo tenga tanta responsabilidad?
Hera- ¿Tienes miedo?
Althea- Estoy aterrada.
Hera- Eso es bueno, el miedo es útil te mantiene alerta, Hipólita, Antílope y Menalippe confían en ti y eso ya es una garantía, además ellas estarán en primera línea con su ejército.
ALTHEA
Me temblaban las piernas, pero entonces Hestia se me acerco me beso y me abrazo, no so como explicarlo, pero eso me dio un subidón de moral y confianza, me veía capaz de enfrentarme a todo.
De repente el suelo empezó a temblar, algo se acercaba a lo lejos, figuras grotescas salí a mirarlas y entonces vi a Apollo montado en su carro tirado por caballos de fuego, Hermes con sus sandalias haladas y su guantelete para recoger las almas de los caídos, Atea con su bonita Armadura y su escudo La Égida en la mano izquierda y una espada magistral en la mano derecha.
Artemisa llevaba una armadura que emulaba el brillo de la luna y un escudo dorado forjado por Hefesto capaz de derribar montañas, todos los dioses estaban listos para defender el olimpo hasta las últimas consecuencias.
Los últimos en llegar fueron Poseidón y Hades, Poseidón solo llevaba una armadura que le cubría la mitad del pecho y el brazo izquierdo, en el brazo derecho llevaba su magnífico tridente.
Hades no llevaba armadura alguna, solo un casco que le cubría toda la cara y el vidente (lanza de dos puntas) en la mano derecha, se me acerco y me pregunto.
Hades- ¿Tú eres la mortal por la que mi sobrino ha armado semejante jaleo verdad?
Mirando al suelo avergonzado.
Yo- Así es.
Hades- Podrías llevarme con ella, hace mucho que no la veo y quiero saludarla.
Le llevé donde Hestia estaba concentrando todo su Arcanum, dejo de hacerlo para saludar y abrazar a su hermano, las pisadas cada vez se oían más cerca, me temblaban las piernas, mire a Hestia y la sonreí.
HESTIA
Estaba muy preocupada por Althea, sabía que era una mujer dura, pero esta batalla sería épica y no sabía si alguno saldría con vida, esperaba que ganáramos y no morir en el intento, Althea estaba aterrada, pero me sonreía demostrando más valor que muchos de los dioses del Olimpo, si salíamos vivas de esta batalla, pensaba hacerle el amor hasta desfallecer.
Los Titanes estaban a las puertas del Olimpo, mi padre había venido con intención de acabar con sus hijos, bien yo tenía cosas por las que luchar y personas a las que proteger sobre todo a Althea, en su mirada veía la misma determinación, las hordas que Cronos había traído traspasaron las defensas, Hermes y Apollo hacían lo que podían de repente el Olimpo se vio infestado de estas criaturas del averno, los dioses estaban muy ocupados intentando rechazar a los Titanes.
Althea estaba luchando de una manera torpe, pero efectiva, sus movimientos confundían al enemigo y le daba tiempo a asestar los ataques que Antílope le había enseñado, pero eran demasiados y a mí me estaba costando encauzar la llama sagrada, en un momento tenían a Althea rodeada, parecía que iba a ver morir al amor de mi vida, pero de repente vi el vidente (lanza de dos puntas) de Hades despedazar a esos engendros y nos dijo.
Hades- Althea, tú y yo escoltaremos a Hestia al lado de Zeus y Hera, hermana estas lista.
Yo- Sí.
Hades y Althea se fueron abriendo camino, Althea teniendo a un dios del calibre de Hades a su lado le dio tranquilidad y consiguió centrarse, convirtiéndose en una mujer letal de verdad, pude notar la sonrisa de Hades debajo del casco.
Llego la hora de la verdad, cuando salimos fuera vi como Zeus estaba siendo atacado por Cronos y Tifón a la vez, Bastantes Titanes habían caído, pero los más poderosos seguían en pie, Libere al Máximo mi Arcanun, mi cabello y ojos volvieron a tornarse del mismo color que el de las llamas sagradas, y lance un ataque contra Tifón, hiriéndolo gravemente, del resto se encargo mi hermano Poseidón, clavándole el tridente en la mitad del pecho, Tifón de rodillas miraba a Zeus y en su mirada se veía como lamentaba no haberse podido vengar de él.
La batalla estaba siendo cruenta, pero la mayoría de los Titanes habían caído, milenios de inactividad les estaba pasando factura, ya no tenían el poder de antaño, pero nuestro padre Cronos no tenía intención de rendirse, Hera, Poseidón, Zeus, Hades, Demeter y yo nos pusimos en formación y le lanzamos nuestro mejor ataque.
Poseidón le lanzo toda la furia de los siete mares, Hades le lanzo la sombra del inframundo, Demeter lo envolvió en unas raíces increíblemente resistentes, Yo le lancé mis llamas sagradas y por último Hera uso su poder para contener esas llamas que poco a poco iban incinerando a nuestro padre, este gritaba de dolor, pero seguía adelante, mire a mi hermano Zeus que estaba concentrando mucha electricidad entre sus manos, entonces vi como el cielo se partió en dos y de él emergió un rayo que impactos en el pecho de Cronos, en ese mismo momento la segunda Titanomaquia había llegado a su fin, Cronos intento detener ese rayo con el Megas Drepanon, pero el rayo partió el arma y perforo el pecho de Cronos hiriéndolo de muerte, Zeus se acerco a nuestro padre y usando sus rayos cerro la herida de Cronos.
Cronos- ¿Por qué me has curado Hijo?
Zeus- Ares necesitará compañía en el Tártaro, esta vez nos aseguraremos que paséis los dos la eternidad en ese agujero.
Cronos sonrió, por lo menos podría descargar su frustración contra su Nieto, yo mire a Althea que estaba herida, pero nada de gravedad, nos acercamos la una a la otra y nos besamos apasionadamente, algunos dioses nos imitaron y fue un buen final.
Esta batalla me ha enseñado que el amor es el arma más fuerte, Althea se Hizo fuerte gracias al amor que sentía por mí, yo conseguí estar a la altura de mi hermano Zeus gracias a la fuerza que el amor que sentía por Althea me proporcionaba y por último, el amor que sentimos los unos por los otros hizo que pudiéramos vencer a los peores enemigos que los Dioses pudiéramos tener.
EPILOGO
Althea se convirtió en Amazona de puro derecho y Zeus le entrego un salvoconducto que le permitía entrar y salir del olimpo a voluntad, ella siguió en la tierra haciendo lo que mejor sabia hacer en el mundo que era salvar vidas y amarme a mí.
Gracias a los demás Dioses Hefesto ha podido crear otros brazaletes que permiten contener mi arcanum, Atenea dio un poco de su escudo, Apollo dio varios eslabones de su carro, Hermes dio unas alas antiguas que no usaba, Artemisa dio algunas de sus flechas, Hera dio parte de su espada, Afrodita dio su collar y así todos los dioses y diosas contribuyeron a que volviera a tener la oportunidad de pisar la tierra.
Althea puso una clínica en el barrio más pobre de la ciudad y es ella la que se encarga de curar a la gente más pobre y yo sigo haciéndome cargo de la llama sagrada, pero ahora cuento los minutos que me quedan para ver a mi amada, andamos las dos a caballo entre el Olimpo y la tierra, soy inmensamente feliz, Hades nos dejo entrar en los campos Elíseos y allí fue donde hicimos el amor después de la victoria contra los Titanes mirándonos fijamente a los ojos mientras gemíamos de placer entrelazando nuestras piernas y restregándonos los sexos mutuamente.
Ares esta cumpliendo condena en la misma celda de Cronos, por lo que me contó Zeus Cronos lo tortura salvajemente todos los días veinticuatro horas al día, esta vez Zeus no tiene intención de interceder por su hijo, sé que este implora clemencia, pero ninguno de los dioses moverá un dedo por ayudarlo, está ahí por sus propias decisiones y ahora que apechugue.
Eris entrego el collar a Hefesto y fue castigada a ser una estatua de mármol durante unos cientos de años para que recapacitara por el daño que había causado.
Durante mi vida ningún dios ni diosa llamo mi atención como para perder la virginidad, tuvo que ser una mortal la que me llevara de la mano al mayor de los placeres, a los que ya no podría renunciar.
Fin.
Me gustaría dedicar este relato a Gertrudis (Giovanna) y a su mujer Almudena, gracias a sus comentarios descubrí lo mucho que disfruto en escribir relatos lésbicos, espero poder seguir entreteniéndoos a las dos por mucho tiempo.
Gracias por vuestro apoyo.