Amor Divino 3

La historia sigue

Amor Divino 3

ALTHEA

Que está ocurriendo aquí, me encuentro ante el ser más majestuoso que haya visto jamás, Hestia mi Hestia es la diosa de la mitología, no me lo puedo creer, ¿pero por qué está llorando?

No puedo respirar bien, ese poder que nos envuelve es como si la gravedad hubiera aumentado mil veces, me aplasta, pero a la vez siento que no me va a hacer daño, estas llamas parecen tan poderosas que hacen que el sol parezca una cerilla.

Debería estar aterrada, pero siento una calidez que me envuelve que me dice que no tengo nada de que preocuparme, Hestia se ve como una diosa sublime, no entiendo por qué quieren matarme, yo no he hecho nada más que amar a una diosa, esos tres monstruos se ven aterradores y muy fuertes, pero desde que Hestia ha gritado la palabra Arcanum las tornas se han cambiado, es tan superior a ellas que siento que todo va a salir bien.

Ver a Hestia levitar envuelta en unas llamas que la protegen y atacan a la vez es impresionante, parece que ese otro hombre al que Hestia ha llamado Ares, dios de la guerra no tiene buena cara, creo que no se esperaba este desempeño de mi amor.

Amor, de verdad se me permitirá amar a una diosa, si me la arrebatan moriría de pena, ha sido buena atenta, humilde y me ha dado más cariño en este corto periodo de tiempo como jamás nadie me había dado.

Hestia- Althea respira profundamente, esa presión que notas es la presión que ejerce mi poder divino, tengo que acabar esto pronto, tu cuerpo no podrá soportarlo por mucho tiempo, la verdad es que no tendrías que haber podido soportarlo ni un instante, me he enamorado de una mujer muy dura.

No pude evitar sonreír, incluso con esa pose divina seguía siendo mi amor, el combate estaba siendo frenético, Hestia ha conseguido esquivar uno de los ataques de una de esas furias o como se llamen, contraatacando con un puñetazo en el estómago que la ha mandado a volar, la segunda furia la ha intentado atacar por la espalda, pero la velocidad de Hestia es incalculable, la ha conseguido esquivar, asestándole una patada desde arriba que ha hecho que ese ser se hunda en el suelo por la violencia de golpe.

La tercera furia tenía dudas, pero a atacado igual después que ese dios repugnante le gritara, pero se ha detenido cuando las llamas de Hestia la han rodeado, entonces Hestia le ha dicho algo.

Hestia- ¡Furia estás rodeada por las llamas sagradas del Olimpo, si te tocan serás incinerada al instante ríndete!

La furia ha bajado los brazos y entonces ese hombre ha lanzado lo que ha llamado su martillo de guerra impactando en el pecho de Hestia, esta ha salida disparada chocando contra la pared del fondo desapareciendo en el interior del edificio, estaba muerta de miedo, pero me he levantado para ver como estaba, si no la ha matado ese golpe ha tenido que fracturarle todos los huesos del pecho, cuando me he dado cuenta Ares estaba en frente de mí, no sé cómo lo he hecho, pero he conseguido esquivar el golpe de su espada y le he propinado un puñetazo que ha hecho que retroceda y pierda el equilibrio, no entendía como lo había hecho, nunca me había peleado y no sabía ningún arte marcial, ¿y esa fuerza descomunal de donde había salido?

Deje de elucubrar, cuando me disponía a socorrer a Hestia un Ares enfurecido me ha gritado que haber donde iba, me había atrevido a tocarle la cara y esa ofensa la pagaría con mi pellejo, en ese momento se lanzó contra mí, me vi perdida, no tenía nada que hacer iba a morir sin remedio, de repente un rayo cayó desde el cielo y han aparecido seis figuras muy brillantes que se han interpuesto ente ese loco y yo.

Zeus- Eres muy valiente pequeña, ¿cuál es tu nombre?

Yo- Althea.

Hera- Un nombre muy bonito.

Yo- Gracias.

Zeus- ¡Ares detén esta locura, hemos destruido la cúpula que nos tenía encerrados en el olimpo, no podrás con los seis!

Hefesto- Hermano, ese mapa que has robado tiene un hechizo que te irá despojando de tus poderes poco a poco, creías que se me podía robar tan fácilmente.

Hera- hijo, ese hechizo es reversible, pero tienes que volver con nosotros al Olimpo.

Joder estaba ante casi todos los dioses del olimpo, empezaba a creer que me estaba volviendo loca, seguro que era un sueño y al despertarme me encontraría en los brazos de Hestia en su casa flotante.

Ares grito ¡Estallido de guerra!, golpeando el suelo, creando una gran explosión que utilizo para escapar, yo cuando el polvo resultante se despejó fui corriendo donde estaba Hestia, estaba viva, su pelo y ojos habían vuelto a su color habitual, estaba inconsciente, pero respiraba aunque con un poco de dificultad, Hermes la tenía en brazos.

Zeus- Tenemos que volver al Olimpo, lo siento pequeña Althea, tenemos que llevarnos a Hestia, al romper el hechizo que contenía su Arcanun para protegerte, le impide seguir en la tierra.

Empecé a llorar desconsoladamente, Atenea y Artemisa me agarraron del hombro para darme ánimos y Hera se me acerco levantando mi gacha cabeza sujetándome de la barbilla, me dijo.

Hera- No pierdas la esperanza de volver a verla.

Con esas últimas palabras otro rayo cayó y me quede sola en ese oscuro callejón, con una pena inmensa me fui hacia mi casa, quería meterme en mi cama y llorar durante toda la noche.

MONTE OLIMPO

Zeus seguía dándole vueltas a como era posible que una mortal pudiera golpear a un dios utilizando una fuerza superior al de un humano, sabía que no era hija de ningún dios, se cercioró de ello, entonces como era posible.

Hera- ¿Qué te ocurre Zeus?

Zeus- Habéis visto como ha esquivado la espada de Ares y le ha propinado un golpe que ha hecho que este retrocediera e hincara la rodilla, el golpe de un mortal por muy fuerte que este sea no hubiera pasado de una caricia para Ares, no lo entiendo.

Hera- ¿Es mujer y que mujeres conocemos que viven en la tierra y tienen la fuerza para luchar incluso contra los dioses?

Zeus- Las amazonas, pero eso es imposible si fuese amazona lo sabríamos, nosotros les concedimos sus poderes.

Hera- Tal vez sea descendiente de alguna de ellas, si no recuerdo mal Hipólita mando a algunas de ellas a fuera de su isla a investigar el mundo, podría ser descendiente de una de ellas.

Zeus mandó llamar a la reina de las Amazonas, Hipólita acudió enseguida.

Zeus contó a Hipólita lo ocurrido y en ese momento Hipolita reconoció esa fuerza, entonces pregunto si podían enseñarle un retrato de esa mujer, cuando Hipólita la vio no tuvo dudas.

Hipólita- Es la viva imagen de Alexia, una de nuestras mejores guerreras, la mandé a inspeccionar la tierra y jamás regreso.

Hera- ¿Podría ser Alexia entonces?

Hipólita- No, sabemos que Alexia murió, pero el parecido es asombroso, es posible que sea algún descendiente de ella y que tenga el poder de una amazona subyugado.

Hestia que estaba despierta y espiando la conversación se sintió muy contenta porque si Althea era descendiente de una amazona y tenía dentro de ella el poder de una podría entrar en el Olimpo, lo malo era que sin Adamantina ella jamás volvería a disfrutar de la vida en la tierra, el Olimpo le gustaba, pero después de disfrutar esa otra vida, le sabía a poco.

TÁRTARO

Ares empezó a sentir los efectos del hechizo del que le había hablado Hefesto, sabía que Hades no le ayudaría y más después de avisarle que no lo hiciera, solo le quedaba una deidad a la que podía recurrir, su abuelo Cronos, aunque encerrado seguro que seguía teniendo suficiente poder para romper el hechizo que Hefesto puso en ese plano.

Ares usando el plano se plantó frente a la celda del Titán y este le reconoció enseguida.

Cronos- ¿Qué hace un célebre Dios Olímpico en un sitio como este?

Ares- Necesito un favor.

Cronos- Bien tú dirás.

Ares- Hefesto puso un hechizo en este mapa que me está quitando mis poderes hasta hacerme mortal, y sé que solo otro dios puede romper ese hechizo, en el olimpo nadie me ayudaras, solo me quedas tu abuelo.

Cronos- Mi ayuda no será gratis, por muy nieto mío que seas, si quieres que te ayude tienes que entregarme a tu padre y con él, el Olimpo.

Ares sabia que estaba haciendo un trato con el mismísimo diablo, pero no le quedaba otra opción, y convertirse en mortal no entraba en sus planes, las celdas de los Titanes, estaban intuidas en un poder que generaba una especie de ánfora que Hefesto había inventado, y solo destruyendo esa ánfora Cronos y los titanes serian libres y él volvería a tener todo su poder, es más con la batalla que se iba a dar sus poderes se multiplicarían.

Lo primero que haría Ares una vez que Cronos restaurara sus poderes seria matar a esa mortal que fue capaz de golpearle haciéndole daño, algo inaudito viniendo de un Mortal, pensó que todo tenía que venir de ese hechizo.

ALTHEA

Había pasado un mes desde que a Hestia le volvieron a llevar al Olimpo, no había noche que no llorara hasta que el cansancio me podía y me dormía, todas las noches al llegar a casa después del trabajo solía sacar el vestido que ella me había regalado, todavía conservaba su olor y muchas noches me dormía abrazado a él.

De vez en cuando Venía el dios Hermes del Olimpo para decirme que Hestia se recuperaba bien y que me echaba mucho de menos, eso me hacía muy feliz, pero también me entristecía porque según parecía esos brazaletes que le permitían estar a mi lado estaban hechos de un metal que ya no existía, según parece Hestia tubo que destruir los suyos para poder protegerme.

Lo único que me mantenía serena era mi trabajo y para hacerlo bien tenía que descansar, no perdía la esperanza como la diosa Hera me había indicado, pero no me estaba resultando nada fácil.

MONTE OLIMPO

Hestia salió de su templo y se dirigió a hablar con Zeus y Hera.

Hestia- ¿Qué es eso de que Althea podría ser una amazona?

Zeus- no estamos seguros, pero cuando Ares te lanzo su martillo alcanzándote en el pecho y perdiste el conocimiento, acto seguido ataco a Althea, esta fue capaz no solo de esquivar su espada, sino de asestarle un golpe que le hizo retroceder.

Hestia- ¿Cómo es eso posible?

Hera- Llamamos a Hipólita y esta tiene la sospecha de que podrías ser descendiente de una amazona llamada Alexia, quiere hacerle unas pruebas para verificar que es una amazona o que por el contrario fue una casualidad y el hechizo de Hefesto afecto a Ares.

HESTIA

No debería, pero saber que mi amor podía ser una amazona me pone muy contenta, las amazonas pueden entrar al olimpo pues son semidiosas, espero que la prueba de positivo y pronto tenga a mi amor entre mis brazos.

Ahora me dirijo a cuidar de la llama sagrada del Olimpo, Apollo ha seguido yendo incuso después de mi vuelta, la verdad es que me ayuda mucho, ha madurado algo, no mucho pues ha heredado la peor faceta de su padre, es un mujeriego empedernido, algún día le van a arrastrar con su propio carro como todas las mujeres que corteja se enteren

Yo- Hola Apollo, ¿cómo va la llama?

Apollo- Muy bien Hestia sin ninguna novedad.

Apollo- Todo saldrá bien Hestia ya los verás, y si no entre Hermes, Atenea Artemisa y yo ya liaremos alguna para que te puedas escapar.

Nos reímos los dos, sabíamos perfectamente que escaparse del olimpo sin que Zeus lo supiera era prácticamente imposible, seguí día tras día con mi rutina esperando volver a encontrarme con Althea.

ALTHEA

Acababa de terminar mi turno en el hospital y me dirigía a la clínica para atender a la gente más desfavorecida, no podía quitar la sensación cada vez que entraba en la clínica que allí fue donde conocí y me enamore de mi diosa Hestia, cada vez que habría una cortina esperaba que estuviera allí, pero desde ese día no había vuelto a verla, estaba revisando unos historiales cuando una compañera me aviso.

Compañera- Una paciente te está esperando, está en la camilla número siete.

Yo- Muy bien allí voy.

Cuando abrí la cortina me encontré con una mujer muy guapa llena de cicatrices y bastante musculada sin ser nada exagerado, esta se me quedo mirando y me dijo.

Amazona- Tienes que acompañarme, mi reina quiere verte.

Yo- ¿Tu reina?

Amazona- Si, la reina Hipólita.

Me quede de piedra, resulta que las amazonas también existían, este mundo en el que me estaba sumergiendo cada vez era más interesante, no le hice esperar, le comente a mi compañera que tenía que salir a visitar a un paciente y que no sabría cuando volvería, ella me dijo que estuviera tranquila.

Me taparon los ojos y nos metimos en una especie de cueva, o eso me pareció a mí, cuando salimos y me quitaron la venda de los ojos cuando estos se acostumbraron, me encontraba en una especie de isla paradisíaca llena de mujeres hermosas, acompañe a la mujer que me trajo y me llevo a una especie de templo, al entrar en él se encontraba su reina.

Hipólita- Hola soy Hipólita reina de las amazonas, ¿tú debes de ser Althea verdad?

Yo- Si soy Althea.

Hipólita- Estás aquí porque queremos saber si eres una amazona o no, tengo entendido que fuiste capaz de golpear a Ares, eso es imposible para un simple mortal, te haremos unas pruebas y sabremos si eres amazona o no.

Yo- Las pruebas las haré aquí?

Hipólita- No, En el Olimpo, los dioses quieren estar presentes.

Eso me puso muy contenta aunque fuera por una vez más vería a Hestia otra vez, me hizo pasar por una puerta que parecía un espejo y cuando cruce sentí un frió mortal, pero al segundo estaba en un sitio que no parecía real, era lo más hermoso que mis ojos habían visto en la vida, todo estaba construido en mármol, había muchas estatuas de dioses y la vegetación era exuberante, dos mujeres vinieron a recogerme, una era Atenea y la otra Artemisa.

Estas entre risas y buen ambiente me llevaron a donde estaba Hestia, antes de entrar en el templo, las dos riéndose me dijeron que me divirtiera mucho, cuando entre en el templo, había una gran llama del mismo color que las llamas que utilizo Hestia aquella vez y al final del templo ahí estaba la mujer de mi vida, mi divinidad, mi amor.

Atenea me dio un brebaje con el que podría estar entre los dioses sin que su poder pudiera hacerme daño, entonces me fui acercando a Hestia sin hacer ruido, quería darle una sorpresa y se la di, cuando me vio empezó a llorar de alegría y no perdimos el tiempo.

Me deshice del vestido que me dieron al llegar a la isla de las amazonas y Hestia hizo lo propio, Zeus cubrió el templo con uno de sus rayos para darnos intimidad y persuadir a algún que otro mirón, no hablamos nada simplemente nos besamos, metí mi mano en su peludo coño, ya había aprendido a arreglárselo y estaba como para comérselo, pero lo primero era degustar otra vez esos pezones tan deliciosos, mientras los tenía en la boca, notaba como el coño de Hestia estaba cada vez más húmedo y el mío estaba a punto de desbordarse, tumbe a Hestia en el suelo y empecé a devorar ese coño divino que me volvía loca.

Para cuando me sacie del de Hestia había tenido por lo menos tres orgasmos, ahora fue su turno, ella seguía tumbada he hizo que me agachara colocándole mi encharcado coño encima de su boca, me hizo ver todas las constelaciones del placer que me estaba proporcionando, mientras tanto me pellizcaba los pezones provocándome unas descargas de placer que me recorrían toda la espalda hasta llegar a mi cerebro.

Me corrí en su boca y después hicimos una tijera rozando nuestros sexos al calor y cobijo de esa gran llama, no pude evitar empezar a llorar de felicidad, volvía a estar en brazos de la mujer que amaba.

En otro lado del olimpo se encontraba Eris la diosa de la discordia, esta había recibido un mensaje de Ares diciéndole que tenía que robar el ánfora que mantenía prisioneros a los Titanes, al principio Eris se negó, pero como estaba locamente enamorada de Ares y este le dijo que solo lo quería para presionar a Zeus, Eris hizo lo que este le pidió.

Eris- Aquí tienes Ares, espero que me lo recompenses como es debido.

Ares- Así será, yo cumplo con mi palabra, pero primero tenemos que hacer otra cosa.

Eris- Que es lo que tenemos que hacer.

Ares- Encontrar la ubicación del MEGAS DREPANON.

Eris- Esa es el arma de Cronos.

Ares - Mi padre y los demás dioses pagarán mi humillación.

Continuará.