Amor Divino 2

La historia continúa

Amor Divino 2

MONTE OLIMPO

Ares- ¡Ha entregado su virginidad a una mortal, como has podido partirlo padre!

Zeus- Hestia es libre de yacer con quien quiera, y tú acataras lo que ha sucedido, me has entendido.

Ares- ¡Esto no quedará así, nadie humilla al dios de la guerra de esa forma!

Zeus desató sus rayos en forma de su ira y miro a su hijo.

Zeus- ¡Tú no harás nada o atente a las consecuencias!

Ares- ¡Es una orden padre o me estás amenazando!

Zeus- La discusión se acaba aquí, yo soy el rey de los dioses y tú acatarás lo que yo diga, Hestia se sacrificó por el Olimpo hace miles de años, ¿o qué crees que hubiera pasado si Poseidón, Apollo y tú hubierais entrado en conflicto?

Ares dio media vuelta y salió del templo de Zeus refunfuñando, para el era una ofensa imperdonable y Hestia lo pagaría viendo morir a esa mortal que tanto parecía amar.

Zeus mandó llamar a Atenea, Artemisa y Hermes.

Zeus- Atenea y Artemisa estaréis atentas, no creo que Ares se quede de brazos cruzados, Hermes tú bajaras a la tierra he informaras a Hestia.

Mientras tanto, Ares se encontraba en sus aposentos colocándose su armadura y cogiendo su martillo de guerra, decidió hacer una visita al inframundo, quería pedirle ayuda a su tío Hades.

Ares- Tío necesito tu ayuda.

Hades- no pienso involucrarme en esta chiquillada, además Hestia es mi hermana y es la única que no me ha traicionado nunca, yo tampoco la traicionaré a ella.

Ares se sintió contrariado, pero conocía el poder de Hades y sabía que enfrentarse a él no era una buena idea y más en el inframundo donde él era el amo y señor.

Ares- Muy bien, solo quiero hablar con Circe, ¿sabes donde esta?

Hades- Claro, está encerrada en el Tártaro, yo no puedo ayudarte, Hefesto diseño el Tártaro como un laberinto, él es el único que sabe como entrar y salir, ni Hermes con su velocidad podría escapar una vez dentro.

Hades- Ten cuidado con las decisiones que tomes sobrino, no me gustaría verte aquí antes de tiempo.

Ares salió del inframundo y se dirigió otra vez al olimpo, mientras tanto en la tierra Hestia seguía dando clases y quedando con Althea, esta cada vez estaba más mosca, Hestia sabía cosas de la mitología que no salían en los libros.

HESTIA

Creo que me estoy emocionando últimamente, y tengo la sensación de que Althea empieza a sospechar, lo que daría porque supiera la verdad y pudiera conocer el olimpo, allí se le disiparían todas las dudas que tiene y se le saciaría esa sed de conocimiento con el que los dioses y diosas le hemos bendecido.

Me encontraba recogiendo todas mis cosas después de una clase y pude notarlo, el aura de Hermes, venía vestido como un mortal, pero lo reconocería en cualquier sitio, lo abrace, Hermes y yo siempre habíamos tenido muy buena relación, cuando mire a la entrada vi que Althea estaba en la entrada a el aula mirándonos con cara extraña.

Hermes- Preséntame como tu hermano, y no te preocupes por mi Arcanum, Zeus me ha dado una poción que me hace mortal por un periodo corto de tiempo así que puede acercarse sin ser dañada, después tengo algo importante que decirte.

Yo- ¡Ares!

Hermes- Veo que estas enterara.

Yo- Note su aura en dos hombres el otro día, tendré cuidado.

Llame a Althea y le presente a Hermes, estaba tan nerviosa que no me di cuenta de que lo presente con su verdadero nombre, Althea puso cara extraña y comento.

Althea- Hola Hermes soy Althea, en vuestra familia lleváis la mitología en la sangre, todos tenéis nombre de dioses.

Hermes se rió quitándole hierro al asunto, estrecho la mano de Althea y se disculpó diciendo que solo había venido a traer un recado para mí.

Cuando Hermes se marchó, Althea se le quedó mirando el culo, entonces le pregunte un poco celos y bastante picada.

Yo- ¿Tengo que preocuparme de que te guste mi hermano?

Althea- Mientras no lleve faldas y sea mujer, lo he hecho por tardar tanto en presentármelo, parecía que ocultabas algo.

Si ella supiera que si le oculto algo y es de tamaño celestial, le di un beso en los labios y nos fuimos a comer algo, desde que era mortal tenía hambre a todas horas.

MONTE OLIMPO

Ares esperó a que Hefesto se fuera a la forja, sabía que Hefesto tenía un plano de todo lo que diseñaba y tendría un plano del Tártaro, le costó, pero al final lo encontró, era complicado, pero por lo menos no se perdería en un laberinto que cambiaba su configuración cada dos por tres, tomando el plano se adentró otra vez en el inframundo, en la entrada le esperaba su tío Hades, este lo miro y le volvió a repetir.

Hades- Estas a tiempo, una vez que desates la ira de Zeus no habrá vuelta atrás.

Ares ignoró lo dicho por Hades y se adentró en el Tártaro, era un sitio peligroso, los Titanes estaban encerrados allí y demás seres mágicos malvados, después de un buen rato dando vueltas consiguió dar con la celda de Circe.

Ares- Necesito tu ayuda Circe.

Circe- Eso no te saldrá gratis.

Ares- ¿Qué es lo que quieres?

Circe- Mi libertad.

Ares se imaginaba que Circe le pediría eso así que trajo una llave maestra que usaba Hefesto y tenía en su templo, abrió la puerta y ayudo a salir del Tártaro a Circe, una vez fuera esta le pregunto que es lo que quería a cambio de su libertad.

Ares- Necesito saber donde están las tres furias, que aumentes su magia con tus poderes y que cuando llegue el momento dejes a todos los dioses encerrados en el Olimpo sin poder salir de él.

Circe- ¿Para qué quieres eso?

Ares le explico todo lo que había pasado, como Hestia había bajado a la tierra y había entregado su virginidad a una mortal, y este quería venganza matando a la mujer que Hestia amaba.

Circe- Te ayudaré, pero después desapareceré, no quiero que toda la ira del Olimpo caiga sobre mí.

HESTIA

Althea quería conocer mi casa, yo vivía en un barco propiedad de mi hermano Poseidón, era como una casa flotante, la verdad es que me ha costado acostumbrarme a los movimientos del barco, pero una vez hecho, las vistas son estupendas, le prepararé una buena cena y después volveremos a amarnos, rondando Ares por ahí tendré que aprovechar todo el tiempo posible, pues tal vez no tarde en tener que utilizar mi Arcanum para protegerla.

Althea llego, y mientras le sacaba una copa de vino preparamos la cena juntas, fue una cena sencilla, pues el plato principal vendría después, vino con una blusa azul y unos pantalones tipo vaquero blancos que se le pegaban como una segunda piel, estuvo mojada toda la cena, me sentí tentada a irme al baño un par de veces, pero lo guardaría todo para después para que Althea disfrutara de mi cuerpo como yo del suyo, cuando terminamos de cenar, fuimos directas a mi dormitorio, en el armario tenía la ropa que solía usar en el Olimpo y se fijó en un vestido que me regalo Atenea.

Se lo probó y le quedaba mejor que a mí, no pude negarme y se lo regale, cuando se lo quito como ya estaba desnuda, me abalance sobre ella y la bese como enfebrecida, le bese el cuello luego me puse a disfrutar de sus pezones grandes y duros, Althea estaba disfrutando jadeaba y gemía sin parar.

Cuando descendí y llegue a su coño, parecía un lago de lo mojado que lo tenía, su olor y calor me llamaban a degustarlo y así lo hice, despacito recreándome en todo sus recovecos, el sabor era exquisito, pero lo mejor eran los gemidos que emitía Althea, de repente empezó a convulsionar, y empezó a salir un chorro del coño, pensé que me había meado encima, pero según me explico eso era un squirt.

Ahora era mi turno, me quite toda la ropa y me tumbe en la cama con las piernas abiertas, Althea escalo hasta que sus labios se fusionaron con los míos en un húmedo beso, después hizo como yo, empezó a jugar con mis pezones mientras metía una de sus manos en mi encharcado coño, no tarde en correrme en su mano, cuando se separó para qué viera como se relamía la mano llena de mis fluidos y la cara que puso al hacerlo casi me provocan otro orgasmo más.

Cuando termino de limpiarse la mano, se metió entre mis piernas y empezó a lamerme mi sexo, su lengua era una fuente de placer cada vez que me rozaba, intente aguantar, pero el placer era tan intenso que termine estallando en su rostro, volvió a separarse y en ese momento nos besamos, pude saborear mis propios flujos y después vi como se relamía la comisura de los labios, fue muy erótico.

Terminamos todo sudadas y pegajosas, entonces decidimos darnos una ducha, yo mantenía mi cabeza agachada querría pedirle algo que me daba mucha vergüenza, entonces se dio cuenta y me pregunto.

Althea- ¿Pasa algo cariño?

Yo- Quería pedirte algo, pero me da mucha vergüenza.

Althea sonrió y me dijo que nos habíamos visto desnudas y habíamos hecho el amor, que le contara lo que me preocupaba con toda confianza, bueno pues me decidí y se lo dije.

Yo- Althea me gustaría que me ayudaras a llevar el sexo tan arreglado como lo llevas tú, ¿Me harías ese favor?

Althea me dio un beso y me dijo que sin problema, cogió unas tijeras y empezó a recortar aquí y allí, después me depilo las ingles, que daño, me empezaba a arrepentir de haberle pedido nada, pero cuando termino y vi el resultado la verdad es que había merecido la pena.

MONTE OLIMPO

Ares escondió a Circe con un hechizo para que ningún dios pudiera sentirla y menos encontrarla, en todo ese tiempo Circe a base de hechizos encontró a las tres furias, pero también previno a Ares.

Circe- Las furias no reconocen la autoridad del olimpo, no creo que te ayuden, tendrás que ofrecerles algo que no puedan rechazar y siento decírtelo tú no tienes poder para eso.

Ares- ¿Eso crees?

Circe- ¡No lo creo, lo sé!

Ares empezó a reírse como un loco dejando perpleja a Circe.

Circe- Veo que te hace gracia, ¿qué piensas ofrecerles?

Ares- Sus propias vidas, si no obedecen mis órdenes las despedazaré en ese mismo instante.

Circe vio que Ares no bromeaba, tal vez no tendría el poder de su padre, pero tenía una fuerza bruta monstruosa y tal vez si sería capaz de doblegar a esas tres deidades.

Ares salió de la cueva donde tenía escondida a Circe y fue en busca de las tres furias, resulta que moraban en el Tártaro, volvió a mirar el plano de Hefesto y se volvió a internar en el inframundo solo que esta vez Hades no le estaba esperando en la entrada, ya había sido advertido y las decisiones que tomara de ese momento en adelante serian exclusivamente culpa suya, si le salía mal o moría o terminaría en el Tártaro de por vida haciendo compañía a los Titanes.

La configuración del Tártaro era un engorro, eso provocaba que tuviera que dar más vueltas para llegar a su meta, pero al final consigue llegar a la cueva donde habitaban las tres furias, antes de llegar paso por delante de las celdas de los Titanes y estos le reconocieron obsequiándole gruñidos ensordecedores, Ares era consciente que en la Titanomaquia ganaron, pero que podían haber perdido tranquilamente.

Al entrar en la cueva, Ares se encontró de cara con las tres furias, estas le recibieron de forma violenta, pero Ares consiguió reducir a una y mirando a las otras dos les dijo que solo había venido a hablar.

Furias- ¿Qué se te ha perdido aquí dios Olímpico?

Ares- He venido a pediros algo.

Furias- ¿El que?

Ares- Necesito que matéis a esta persona.

Furias- Nosotros no reconocemos la autoridad de unos dioses que nacieron después de nosotras, vuelve por donde has venido.

Ares empezó a perder la paciencia y cogiendo su martillo de guerra golpeo la pared de la cueva con tanta fuerza que hizo temblar todo, las furias se mantenían erguidas, pero por dentro estaban aterradas, el dios de la guerra en persona había bajado hasta el Tártaro para pedirles algo, pero ahora ya no lo estaba pidiendo, sino que era una orden en toda regla.

Ares- Vosotras aréis lo que yo ordene, si no estáis de acuerdo moriréis y ya me buscaré a otro que cumpla lo que he pedido.

Las furias en ese momento hablaron entre ellas y mirando a Ares le dijeron que recuerdo que matarían a esa persona, después le preguntaron el motivo y entonces Ares les contesto.

Ares- No es de vuestra incumbencia, haced lo que os he pedido.

HESTIA

Esa noche tampoco dormí, tenía una mala sensación, mire mis brazaletes y algo me decía que me quedaba poco tiempo en la tierra, días atrás tuve un sueño donde luchaba contra tres seres que no pude identificar, pero eso solo podía indicar que Ares ya había hecho su movimiento y tenía que estar más atenta que nunca.

Al día siguiente mientras comía en el descanso del medio día, me llego un mensaje de Althea, me invitaba al cine esa noche, yo no sabía lo que era un cine, después de mirarlo descubrí que era una sala donde se proyectaban imágenes en una pantalla, le conteste que me gustaba la idea y me puse a preparar la temática de las clases especiales que tenía que impartir a la tarde.

Llego la hora de ir a ese cine, la verdad que no pregunte que película veríamos, cuando entramos la sala estaba vacía, la película era una de esas en sí idioma original subtitulado y parecía ser bastante antigua, yo mire a Althea y le dije.

Yo- ¿No nos habremos confundido de sala no?

Althea- No estamos donde tenemos que estar.

Apto seguido me beso y metió la mano dentro de mi ropa interior, entonces cogió mi mano e hizo lo propio con la suya, nos masturbamos mutuamente mientras de vez en cuando nos besábamos, en un momento Althea se puso de rodillas en el suelo y bajándome las bragas, comió mi sexo proporcionándome un gran placer tuve que morderme la mano para no gritar, al estar tan oscuro no tenía claro si había alguien más.

Cuando me propuse hacerla lo mismo, me indico que era hora de salir que la película estaba a punto de terminar y que esa se la debía, pero que ya se la cobraría por la noche después de cenar.

Cuando salimos del cine, pude notar la magia de tres seres, no sabían quiénes eran, pero podía sentir esa energía belicosa y llena de sed de sangre, me imagine que seria cosa de Ares y me prepare liberando el diez por ciento de mi Arcanum, Althea empezó a sentirse mareada, cada vez estaban más cerca, pronto sabría la identidad de esos seres que nos amenazaban a las dos.

MONTE OLIMPO

Zeus que estaba vigilando a su hermana vio lo que pasaba y de inmediato ordeno a Atenea y Artemisa bajaran para ayudar a Hestia para ello Hermes les presto sus alas para que bajaran lo más rápido posible, pero pronto se dieron cuenta de que no podían salir del Olimpo, estaban encerrados.

Vio que estaban todo menos Ares y Zeus entro en colera, empezó a bombardear con sus rayos la cúpula que Circe había erigido para encerrarlos, Circe sabia que no duraría eternamente, pero si lo suficiente para que las furias pudieran hacer su trabajo.

HESTIA

Por fin las tenía delante, eran las furias, miraron a Althea y atacaron sin pensárselo dos veces, utilice todo lo que Hera me había enseñado, pero solo conseguía repeler sus ataques, pero no conseguía asestarles ningún golpe eran demasiado rápidas, entonces Ares apareció y riendo dijo.

Ares- No esperes ninguna ayuda del olimpo, lo he encerrado.

En ese momento miré a Althea que no conseguía comprender lo que estaba pasando, me miro a la cara y vio como un mar de lágrimas me caían por el rostro, si quería salvar a Althea no tenía otro remedio, entonces grite ARCANUM, y mis brazaletes se hicieron añicos, en ese momento desate mi Arcanum por completo.

Mi pelo pasó de ser negro al color del fuego igual que mis ojos, y unas llamas en forma de espiral cubrieron mi cuerpo y el de Althea, una de las furias quiso agarrar a Althea y su brazo se incineró al contacto con mis llamas sagradas.

Mire a Ares y le dije.

Yo- ¡vas a pagar esto muy caro!

Continuará.