¿Amor, deseo o simple soledad?

El sexo virtual bien llevado es divertido, morboso y hasta con cierto toque romántico. Pero si hay un engaño para lograr mas emociones puede ser muy dañino.

Antes de Navidad me encontraba experimentando con el chat caliente, quería conocer de manera segura que cosas me había perdido estos años. Que descortés de mi parte, no me he presentado; me llamo María del Carmen, tengo 39 años, bajita, delgada, senos medianos y un culito pequeño pero paradito.

Me gusta el chat pues he tenido buenas experiencias virtuales, también hay los que solo buscan quién se las mame, como si tener sexo virtual fuera unicamente eso. Pues entre los que conocí se presento uno de nombre Alejandro, con casi 50 años, muy caballero y galante. Todo bien hasta allí, conversación sobre cine, libros y diversos temas que hacian una delicia el tiempo que pasabamos juntos.

Después de una semana de solo conversar tome la iniciativa y le pedí se quedará conmigo esa noche conectado hasta el amanecer. No necesito de más indicaciones. Lo que él escribía era lo que siempre busque, besos tiernos que suben de tono, descienden por el cuello devoradores y ansiosos; su boca prendida a mis senos,y luego bajando por mi vientre.

Yo me estaba masturbando de lo más rico, imaginando todo y devolviendo cada caricia virtual con toda pasión. Describió una comida de coño espectacular, que practicamente me dejo empapada, tenía los dedos metidos hasta el fondo y luego la penetración, ese mete y saca hasta que me vine dos veces solo de pensar en ese ritmo descrito con tal maestría. Me envió un video de como aún estaba duro y deseoso de más, ansiaba otra ronda y para que negarlo yo también, le dije que hiciera conmigo lo que imaginará; y la segunda parte fue quizás mejor.

Imagino que estaba al borde de su cama con mi espalda hacia él, y empezo a acariciarme; aparto mi cabello del cuello y lo besaba desde la nuca bajando por la espalda hasta llegar a mis nalgas, pidiendo permiso para penetrar mi culito, que ternura. Besando las nalgas y humedeciendo mi hoyito con su lengua, hasta que lo metía despacio, con cuidado de no dañar, describiendo cada mordida en el cuello, sus manos en mis senos y llegando el al fin a un orgasmo tan fuerte que en su video su semen salía a chorros largos mojando todo su vientre.

Continuará...