Amor, demecia
Aquel que beba de su manjar exquisito.
Pronuncio tu nombre y las hojas de los arboles se mecieron tras cerrar mis ojos ante aquella vision de la que aun no me libero. Como si el callado viento estuviese cuidando tus pasos, cuidandote de mi perversidad con la que han caido los que tan solo paseaban. Hoy te digo, yo soy yo, el que desea tu nombre en mi oido escuchar el que te quiere ver rodeada de angeles benditos pidiendo me aleje de ti, mientras que tu voz resuene en las paredes de mi prision: -quiero estar en tu infierno hoy, en ese calor desgarrante, quiero ser hoy tuya y de nadie mas- ... Loco, quiza, loco en esta realidad me provoca asco la ilusion con la que vivo aqui asi que duermo y camino, sueño y respiro un cuento infinito y de perversidad. Salvame como a aquellos que profanan tu libertad, salvame, amame como a aquellos que te desnudan con su mirar aquellos que te silencian con una sonrisa vana e iluminan tus ojos con una mentira de la cual ya he sido dueño. Da tus senos de almohada a quien cansado este de la vida. Duerman sobre aquella diosa de oro que no ama ni siente tan solo observa el placer que ella misma causa. Duerman tranquilos que aquella niña bella por la que lloro y muero velara su afortunado sueño. Dichoso el calor de su cuerpo, dichoso el que saboree su miel, dichoso el que exprima su tormento y la sepa hacer estallar tan solo con rozar su piel. Aquel que beba de su manjar exquisito, delicias y delirios, que para mi paladar sensible y mi garganta inexperta, sera veneno fatal, como el agua al fuego como la nieve al volcan. Inyecta aquel suero si quieres verme gozar inyecta directo al corazon que eso deseo, veras que asi podre llorar por una ilusion vana que me recordara a nombrarla mi droga perfecta, mi perfecto amor. Soy como el lobo que llora a la luna llena soliario y lleno de maldad amante de la locura y que odia la verdad. Dios escuchame ahora que no te pido mas, tan solo hazele saber que espero a que el fin sea para resusitarla pues el cielo rechaza a tu siervo, y el infierno no me reclama, que ella sera la dueña de la tierra sola, y yo el rey de una ciudad enterrada. Jugaremos como niños demostrando conciencia y entendimiento amandonos de dia y de noche sobre la rena, bajo el sol y la playa pues ahora el infinito es tuyo, la tierra y mi corazon bella dama. Jugaremos sin perversion pues no habra de quien protegernos, tan solo Dios nos pedira lealtad y nos permitira reir y llorar por nada tan solo en nuestro capricho el nos dara una sonrisa iluminando tus ojos con el sol de cada mañana que mi inexperto corazon te dira a cada anochecer cuanto es que te necesitaba... O.M.V._______________25/06/84