Amor delante y detrás de las cámaras i

Dos jovenes se conocen en el trabajo y sin que pasase mucho tiempo su amor aflora de manera pasional

AMOR DELANTE Y DETRÁS DE LAS CÁMARAS

Eugenia

Reneé acababa de llegar a los estudios de Xena. Aquella misma mañana la llamaron para decirla que había sido elegida. Estaba muy emocionada por ello. Al llegar allí preguntó por el señor Robert Tapper, que enseguida la atendió.

  • Hola!, tú debes de ser Reneé verdad? - dijo dándola la mano.

  • Así es, encantada.

  • Lo mismo digo - le dijo el hombre sonriente.

  • Gracias por esta oportunidad - dijo la joven tímidamente.

  • Te la merecías, me gustó mucho como lo hiciste en el casting.

  • Oh, pues muchas gracias.

  • Bueno, te voy a presentar a todos los colaboradores, pero antes ve a conocer a tu compañera de reparto, Lucy Lawless, la conoces?

  • No, no he tenido el placer.

  • Bien, pues ella será la que haga de Xena y tú serás Gabrielle, su amiga inseparable - dijo riendo - mira, ve a los camerinos, ella debe de estar allí.

  • Vale, gracias.

  • Suerte! - dijo el hombre.

Reneé fue hasta los camerinos, una vez entró lo primero que vio fue una alta morena, vestida de cuero. Enseguida se giró para ver quien había entrado. Reneé se quedó mirando aquellos intensos ojos azules que la estaba mirando ahora. Lo cierto es que era una mujer imponente. Tímidamente se acercó a ella y le ofreció su mano a la vez que se presentaba.

  • Hola, soy Reneé, tu nueva compañera de reparto, es un placer conocerte Lucy - dijo con una sonrisa.

  • Siento no poder decir lo mismo... - dijo la morena a la vez que la miraba de arriba abajo.

Reneé se quedó muy sorprendida por aquella actitud, la verdad es que no se lo esperaba. Muerta de vergüenza bajó su mano y su mirada se clavó en el suelo. Una tremenda carcajada la hizo elevarse de nuevo la vista, para que como Lucy no paraba de reírse.

  • Perdona... solo era una broma - dijo la morena a la vez que se acercaba a ella y le daba dos besos - tú serás quien haga de Gabrielle verdad?

  • Si! - dijo con una sonrisa tímida.

  • Espero que no te haya molestado mi broma, es que soy muy bromista, sobre todo con los nuevos - dijo sacándole la lengua.

  • No tranquila!, es que me pillaste totalmente desprevenida, para mí todo esto es nuevo y... - dijo riendo.

  • Te entiendo, la primera vez que yo llegué aquí estaba igual que tú.

  • Vaya... es un consuelo.

  • Bueno, que te parece si te acompaño y te presento a los demás?

  • Pues te lo agradecería mucho - dijo son una bonita sonrisa.

  • Vamos.

Lucy la rodeó con su brazo por los hombros y las dos salieron del camerino para comenzar a conocer a todo el equipo. Una vez se hicieron todas las presentaciones comenzaron a ensayar las escenas. Reneé estaba muy nerviosa, pero poco a poco se fue acostumbrando hasta soltarse totalmente. Cuando comenzó su primer escena con Lucy la morena no hacía más que ponerla caras para hacerla reír. Reneé intentaba no hacerla caso pero era imposible, la risa era contagiosa y prácticamente todos comenzaron a reírse.

  • Corten!, bien chicas, tomaremos un descanso - dijo Rob.

Lucy fue a por un refresco, ofreciéndole uno a Reneé, quien lo cogió con una sonrisa. La voz de Rob llamando a Lucy hizo que la rubia se quedara sujetando el refresco de la morena. Con una sonrisa diabólica comenzó a batirlo fuertemente. Cuando la morena volvió donde Reneé cogió de nuevo su refresco.

  • Gracias - dijo Lucy cuando la pequeña rubia se lo ofreció.

  • No hay de que - sonrió y disimuladamente se apartó un poco de al lado de la morena.

  • Tampoco hace falta que te alejes, no muerdo.

Dijo riéndose a la vez que abría el refresco y comenzaba a salir todo el contenido manchándola entera. Lucy miró a la rubia que estaba agachada muerta de risa, no pudo evitar comenzar a reírse ella también.

  • Vamos empate - dijo la morena riendo.

  • Quieres decir que tengo que estar pendiente de lo que suceda a mi alrededor?

  • Eso mismo, porque esta guerra acaba de empezar.

Sonrientes las dos siguieron grabando durante todo el día. La pasaron haciéndose bromas mutuamente. La verdad es que ninguna se había reído tanto como hoy.

Todo el mundo había acabado de recoger, ya no quedaba nadie por allí. Lucy subió a su coche, al arrancar vio a la rubia, que parecía tener la intención de irse andando. Se acercó con el coche hasta ella.

  • Hey!, te llevo?

  • Oh... hola!, te lo agradezco, pero no quisiera molestarte.

  • Dónde vives?

  • En el centro.

  • Me pilla de paso, anda sube.

  • Esta bien, gracias - dijo subiéndose al coche.

  • Bueno, cansada después de tu primer día de trabajo? - le preguntó la morena a la vez que comenzaba a conducir.

  • Pues no tanto como esperaba, tal vez sea porque me he divertido más que trabajar - dijo riéndose.

  • Vaya... seguro que tienes una compañera de reparto la más de divertida - dijo con inocencia.

  • Jajaja, pues la verdad es que sí, he tenido suerte - Lucy la miró con una sonrisa.

  • Oye, aun no es muy tarde, te apetece que vayamos a cenar algún lado?

  • Claro, eso sería estupendo, me muero de hambre - dijo acariciando su estómago que comenzó a hacer ruidos raros.

  • Será mejor que acelere, no quisiera que el bocho que tienes ahí dentro me muerda - dijo disimulando temor.

  • Date prisa... no sé cuánto tiempo más podré contenerlo - dijo riéndose, enseguida la morena comenzó a reírse con ella.

Ambas llegaron a un restaurante, pidieron la cena que no tardaron en servírsela. Lucy se quedó muy sorprendida al ver como aquella pequeña rubia tragaba la comida. Reneé estaba demasiado entretenida en comer que no se dio cuenta de que unos ojos azules la miraban intensamente.

  • Si quieres... puedes comerte lo mío también - dijo la morena riéndose.

  • Lo siento!, es que... cuando tengo hambre no puedo dejar de comer.

  • Ya lo veo ya - dijo riéndose.

  • La comida de este sitio está muy buena.

  • Si, es uno de mis sitios favoritos, me encanta venir aquí.

  • El día que no te encuentre ya sabré donde buscarte - dijo guiñándola un ojo.

  • Oh... te he descubierto mi escondite - comenzó a reírse.

  • Tranquila, será nuestro secreto - levantó su copa para brindar.

  • Por nuestro secreto - dijo la morena haciendo lo mismo con su copa.

Ambas brindaron. Siguieron cenando tranquilamente a la vez que hablaban de un poco de todo y se conocían más a fondo.

Lucy llevó a Reneé hasta su casa, una vez allí se despidieron, y quedaron por la mañana para ir a los estudios, así la rubia no tendría que estar cogiendo transporte público.

Eran las cinco de la mañana cuando Lucy llegó hasta la casa de la rubia. Minutos más tarde bajó una dormida Reneé, se metió en el coche y con una sonrisa saludó a la morena que intentaba no reírse.

  • Buenos días - dijo sonriendo Lucy.

  • Aun es de noche - se quejó la rubia mientras se reía.

  • Aprovecha para dormir un rato hasta que lleguemos.

  • Si me duermo te daré envidia y entonces tu... tú también... - los ojos de la rubia comenzaban a cerrarse - te... quedarás... dormida - dijo finalmente apoyando su cabeza en el hombro de Lucy.

  • Veo que te gusta tanto dormir como comer... - dijo susurrándola con una sonrisa en los labios.

Lucy condujo hasta el trabajo, una vez llegaron le daba lástima despertar a la rubia que dormía plácidamente en su hombro. De repente una idea pasó por su cabeza. De la guantera del coche sacó un lazo rojo, era una horquilla, se podía enganchar sin ningún problema al pelo, la horquilla no se vería, solo el lazo. Con cuidado se lo puso a la rubia en el centro de la cabeza. Ahora tenía que mentalizarse en no estallar en carcajadas, una vez lo consiguió o al menos eso pensó comenzó a despertar a Reneé.

  • Hey, rubia despierta, ya hemos llegado.

  • Uhm...

  • Despierta - la zarandeaba despacio - tenemos que trabajar.

  • Solo un poco más... - la rubia rodeó la cintura de Lucy con su brazo.

La morena pensó unos instantes de qué manera podía despertarla y otra de sus locas ideas cruzó por su cabeza. Aclaró su voz y se dispuso a gritar:

  • MIRA UN SANWICH GIGANTE!!!!!

  • QUÉ?!, DÓNDE?! - dijo a la vez que se incorporaba y miraba hacia todos lados.

  • JAJAJAJAJA - Lucy no podía dejar de reírse, entre eso y el lazo que llevaba en la cabeza se estaba muriendo de la risa.

  • Oh... eres... - Reneé comenzó a reírse con ella y comenzó a darla golpes flojos, la morena se cubría como podía.

  • Anda vamos, que aun llegamos tarde - dijo Lucy saliendo del coche.

  • Si vamos, pero esta me la pagas.

Las dos salieron del coche, Lucy le dijo a la rubia que se adelantara que ahora la alcanzaba. Reneé comenzó a saludar a todo el equipo que ya estaban comenzando a preparar las cosas. La rubia saludaba a todos los del equipo que veía, pero se extrañó al oír los comentarios de la gente. "Reneé ese color te favorece mucho, vaya, que adornada vienes hoy!, ya me dirás dónde te lo has comprado". Reneé fue pensando en todo lo que le dijeron, se miró de arriba abajo, y lo cierto es que iba de lo más normal. Unos vaqueros y un jersey. Fue hasta los camerinos, allí dejó sus cosas, se dio la vuelta y se miró en el espejo, su cara comenzó a ponerse roja de la vergüenza.

  • Pero... esto... - cuando trataba de obtener respuestas a todas sus preguntas, vio por el reflejo del espejo a Lucy que acababa de entrar. La morena miró al espejo, y ya no pudo más, estalló en carcajadas al ver a la pobre Reneé roja como un tomate - HAZ SIDO TU!!!!

  • Una loca?, dónde?! - dijo Lucy sin dejar de reírse.

Reneé enseguida corrió hacia Lucy que no tardó en darse a la fuga. Ambas corrían por los pasillos de los estudios. La morena iba delante, iba riéndose, Reneé corría detrás de ella intentando alcanzarla. Vio que Lucy se metía en los vestuarios, cuando entró se la encontró empuñando la espada de Xena, con una sonrisa juguetona. Allí estaba Rob, que las miró mientras se reía. Reneé miró a los lados y vio un callado, corrió hasta él y lo cogió.

  • Xena VS Gabrielle... sería interesante - dijo Rob riéndose.

  • Rob será mejor que busques una sustituta para el papel de Xena, porque Lucy no se va a encontrar en condiciones - dijo Reneé acercándose con el callado.

  • Gabrielle quiere morir antes de salir en la serie - dijo Lucy con burla.

  • Esto no me lo pierdo... un cámara! - gritó Rob en broma.

  • Gabrielle la lacitos con un cayadito - dijo Lucy a la vez que estallaba en carcajadas.

  • Ahora verás!!

Reneé corrió hasta ella y ambas comenzaron a chocar sus arma, no lo hacían en serio, aunque Rob se quedó sorprendido al ver lo bien que lo hacían. Cuando ambas comenzaron a agotarse decidieron parar. Cada una apoyándose en una pared y riendo.

  • Buena pelea rubia - dijo Lucy sin poder dejar de reír.

  • Lo mismo digo.

  • Bueno chicas, me alegro que hayáis calentado, ahora os toca el trabajo duro.

Pasaron el día entero trabajando, con alguna que otra broma, pero fue más serio que el anterior. Ya había pasado dos meses, Lucy y Reneé quedaban la mayor parte de los días, se habían hecho muy buenas amigas. La serie iba muy bien, ya había acabado de hacer la primera temporada y todos estaban muy contentos con el resultado. Rob les había dado unos días libres, para que descansaran, ya que pronto tendrían que comenzar con la segunda temporada.

Reneé estaba en casa viendo la tele cuando decidió llamar a la morena para ver si quería acompañarla a hacer compras.

  • Si? - contestó la morena.

  • Lucy, soy yo.

  • Hey!, qué tal Reneé?

  • Bien, y tú?

  • Bien, acabo de levantarme hace nada.

  • Te llamaba para ver si querías venirte de compras.

  • Claro, dame media hora y te paso a buscar - dijo animadamente Lucy.

  • Vale, te espero!

  • Nos vemos ahora, un beso.

  • Un beso.

La rubia cortó la comunicación, fue a la ducha y después se vistió con unos vaqueros ajustados, una camiseta de tirantes y una chaqueta blanca. Cuando estaba dándose los últimos retoques el sonido del timbre la hizo saber que la morena ya estaba ahí. Fue a abrir y se encontró a Lucy con una gran sonrisa. Lo cierto es que hoy la veía más guapa, no sabía por qué. Llevaba unos vaqueros oscuros, con una camisa blanca de botones, con las mangas remangadas hasta el codo.

  • Hola! - saludó Reneé dándola un beso en la mejilla como hacia siempre.

  • Buenos días - Lucy la abrazó por la cintura y le dio un beso en la frente - estas lista?

  • Si, vamos.

Ambas fueron hasta el coche, una vez dentro comenzaron a hablar de todo un poco. Llegaron a un centro comercial, había tiendas de todo tipo. Comenzaron a recorrerlas una a una. No pararon de probarse ropa y comprarse miles de cosas. En una de las tiendas la morena se encontró a la rubia discutiendo con una vieja en la cola para pagar. Miró divertida la escena hasta que vio a la vieja agarraba su bolso con fuerza y comenzaba atizar a la rubia que trataba de defenderse. Reneé consiguió huir de la furia de aquella anciana, llegó hasta la morena que la miraba muy divertida?

  • Haz visto eso? - dijo con indignación la rubia.

  • Es increíble, jamás pensé que una vieja pudiera aporrear a Gabrielle, mi sucesora... esperaba más de ti - dijo negando con la cabeza.

  • Ja!, muy graciosa, habría que haberte visto a ti

  • Jajaja, anda, vamos a comer algo.

Lucy rodeó los hombros de la rubia con un brazo, Reneé hizo lo mismo agarrándola de la cintura. Sonrientes fueron a una hamburguesería de las que había ahí. Estaba comiendo tranquilamente cuando un grupo de chico chicas de unos 16 años se acercaron a ellas.

  • Son Xena y Gabrielle! - gritó una de ellas.

  • Por favor nos dais un autógrafo?

Ambas se quedaron muy sorprendidas, pero sonrientes aceptaron encantadas a darles el autógrafo. Le fue firmando una a una, la última niña les dio una foto, que para sorpresa de ambas actrices jamás habían visto nada igual. En la foto salían ellas dos abrazadas dándose un tierno beso. Lucy se quedó mirando a la rubia que estaba igual de confundida.

  • Niñas, esta foto de dónde la habéis sacado? - preguntó Reneé.

  • De Internet, hay una página muy chula con dibujos así, todas estamos de acuerdo con que hacéis muy buena pareja - dijo contenta la niña apoyada por sus amigas.

  • Y no solo en la serie, si no en la vida real también - añadió otra.

Las niñas se fueron dando saltos de alegría, dejándolas muy confundidas a las dos. Lucy no sabía si reír o llorar, pero optó por reír, los mofletes colorados de la rubia no eran para mejor.

  • Qué te hace tanta gracia?

  • Estas como un tomate - dijo riéndose.

  • Tu también lo estás! - dijo defendiéndose.

  • Vaya, nunca me hubiera imaginado algo así... - dijo Lucy más tranquila.

  • Yo tampoco, creo que será mejor que comencemos a navegar un poco por Internet.

  • Sería buena idea, por qué no te quedas esta noche en mi casa y hacemos una sesión de búsqueda y captura?

  • Claro! - dijo alegre la rubia.

Ambas siguieron pasando el día de tienda en tienda, trataron de olvidar lo que paso a la hora de comer, al menos hasta la noche, que no tardó en llegar.

Ya estaba en la casa de Lucy, habían cenado y ya se había puesto cómodas. Las dos estaban delante del ordenador con los ojos como platos. Las fotos de dibujo que estaban viendo eran bastante explícitas.

  • Esto es... - Reneé no tenía palabras.

  • Ni falta que hace que lo digas...

Siguieron revisando páginas hasta encontrar una de relatos, se hacían llamar fan fincs.

  • Qué será esto? - preguntó Reneé.

  • Averigüémoslo....

La morena pinchó en uno de los relatos y comenzaron a leer, a medida que iban avanzando los colores resaltaban en ambas caras. Dos horas más tarde ambas seguían enganchadas leyendo, pero esta vez se lo tomaban a risa. Lucy estaba de pie por la habitación riéndose mientras Reneé leía en voz alta.

  • La alta morena Xena, miraba con deseo a Gabrielle - decía la rubia mirando a Lucy que parecía hacer lo que ella narraba - despacio se acercó hasta ella y la rodeó con sus brazos por la cintura - Reneé sintió los fuertes brazos de la morena alrededor de su cintura, ella le seguía la corriente - los labios de Xena comenzaron a rodar por el cuello de Gabrielle haciéndola soltar pequeños suspiros... - Lucy comenzó a besar el cuello de Reneé lentamente, haciendo que esta cerrara sus ojos, sin que la morena dejara de besarla los abrió y siguió leyendo lo que pudo - Xena... giró a... Gabrielle... para... besarla apasionadamente en los... labios... - sin pensarlo más Lucy la giró y besó apasionadamente a la rubia que la había rodeado el cuello con sus brazos. Seguían besándose apasionadamente hasta que despacio la morena se separó, tan solo unos centímetros, ambas podían sentir la respiración agitada de la otra en su propia piel.

  • Y... qué más hacía Xena? - preguntó Lucy.

  • Xena... amaba a Gabrielle durante toda la noche - dijo Reneé desviando sus labios a los labios de la morena.

  • En serio? - le preguntó pegándola más a su cuerpo.

  • Totalmente... - respondió a la vez que se lanzaba a los labios de la morena.

Ninguna dejaba respirar a la otra, se besaban una y otra vez. Sin dejar de hacerlo fueron hasta la cama, donde Lucy tumbó a la rubia mientras la besaba y ella se tumbaba encima. Reneé acariciaba la espalda de la morena, despacio comenzó a meter sus manos por dentro de la camiseta de tirantes que llevaba la morena. Sus manos ardían al sentir la piel de la morena. Lucy bajó sus manos hasta los muslos de Reneé y comenzó a acariciarlos, haciendo que la rubia rodeara su cintura con las piernas.

  • Quiero sentirte... - susurró Reneé en un gemido.

Lucy comenzó a desvestirla y se dejó desvestir por las manos inquietas de Reneé, estaban desnudas sintiendo el calor de sus cuerpos. La rubia volvió a rodear con sus piernas la cintura de la morena haciendo mayor el contacto de sus centros, eso hizo que ambas arquearan la espalda. Lucy estaba de rodillas entre las piernas de Reneé embistiéndola lentamente, muy cada una de ellas era fuerte y prolongada. Lucy la tenía cogida de la cintura y la apretaba más contra ella, después bajó su cara hasta los pechos de Reneé, donde empezó una intensa exploración con sus labios, los lamía, los chupaba, los succionaba y los mordía con cuidado de no hacerla daño. Reneé se retorcía de placer debajo de ella. Sus embestidas cada vez eran más rápidas, haciendo que ambas llegaran juntas al más dulce de los placeres. El sudor resbalaba por sus cuerpos, su respiración agitada y los temblores de sus cuerpos hicieron que se abrazaran hasta que se calmaran, pero había sido tanto el cansancio que sin darse cuenta se quedaron dormidas.

El amanecer sorprendió dos cuerpos desnudos y entrelazados, la calma que se sentía aquella mañana era algo que hizo despertar a Lucy. Lo primero que sus ojos fueron fue aquella cara aniñada de la rubia durmiendo plácidamente. Una sonrisa se dibujó en sus labios, su mano acarició tiernamente aquel rostro. Por un momento se puso a pensar a donde llevaría todo esto, todo había pasado muy rápido. Tendrían que hablarlo cuando Reneé se despertara. Unos ojos verdes se abrieron despacio, lo primero que vio fueron aquellos hermosos ojos azules, que la miraban dándole los buenos días.

  • Hola... - dijo la rubia en voz baja.

  • Hola... - se quedaron mirándose unos instante sin saber bien que decir o que hacer - que... tal estas?

  • Bien... - dijo algo sonrojada - y tú?

  • Bien... muy bien - dijo con una sonrisa.

  • Lo de anoche...

  • Fui totalmente consciente de ello, y estoy dispuesta a que comencemos algo, tú y yo, solo si tú quieres...

  • Me encantaría empezar algo contigo... - Reneé se acurrucó más en ella.

  • Supongo que... esto tendremos que mantenerlo al margen del trabajo.

  • Si, será lo mejor.

La morena se separó de ella lo suficiente para darle un tierno beso. Lucy estaba en las nubes, aquel primer beso, después de una noche de pasión, amanecer sintiendo el calor de otra persona en tu cuerpo... era una sensación increíble.

  • Voy a prepararte el desayuno - dijo Lucy.

  • Te ayudo?

  • No, espérame aquí - dijo dándola un suave beso en los labios.

  • Te espero - le sonrío.

Lucy se levantó de la cama siendo consciente de la intensa mirada que recorría todo su cuerpo. Se puso una bata y salió de allí para hacerle el desayuno a la rubia. Reneé quería esperarla, pero ya la estaba echando de menos, así que se levantó, se puso una camisa de Lucy, le quedaba bastante grande, casi podía utilizarlo como camisón, se la abrochó y fue hasta la cocina. Se quedó en el marco de la puerta viendo a Lucy cocinar, sin hacer ruido se puso detrás de ella y la abrazó por detrás apoyando su cara en la ancha espalda de la morena.

  • Hey, no me ibas a esperar en la cama?

  • Uhm... te echaba de menos - la morena se dio la vuelta y la abrazo dándola un profundo beso.

  • No te haces una idea de cómo me encanta besarte.

  • Y a mí que me beses - dijo sonriéndola.

  • Vamos a desayunar.

Entre besos y caricias desayunaron, tras una ducha decidieron ir a pasar el día fuera. Estaba paseando por un parque cogidas de la mano, no les importaba si las reconocían o no, solo quería ser felices, disfrutar de cada momento juntas y dejar que su relación creciera día a día.

El tiempo fue pasando, y con él fue creciendo el amor de ambas. A los dos meses Reneé le pidió a Lucy que se trasladara a su casa, la morena así lo hizo, pero muy a menudo iba a la suya para saber si todo estaba en orden. La serie iba estupendamente, siempre que podían entre descanso y descanso se escapaban para recordarse cuanto se querían.

Sin darse cuenta, los problemas comenzaron a entrar en sus vida, las discusiones se volvieron diarias, no eran más que tonterías, pero eso les estaba afectando mucho. Estaba en casa, y como ya era costumbre estaban discutiendo en el salón.

  • Estas celosa - dijo Lucy.

  • Claro que estoy celosa!, como no iba a estarlo si la mujer que amo se pone a besar a cualquiera?

  • Es parte del guión!, yo no tengo la culpa de eso - decía Lucy tratando de defenderse.

  • Te he visto como besabas a ese tipo y a otros muchos más durante el rodaje de la serie, y ya no lo soporto.

  • Creí que tú me entenderías Reneé, eres actriz!

  • Tus besos no son precisamente de actriz - dijo enfadada.

  • A no?, y cómo son?

  • Son pasionales, son profundos, son los besos que me das a mi cada día! - decía casi con lágrimas en los ojos.

  • Me duele que digas eso... creía que me conocías, pero veo que me he equivocado.

  • Y yo creía que tú me amabas...

  • Y te amo.

  • Si me amaras no... No besa...

  • Maldita sea!, no es más que una estúpida actuación!, por qué no quieres entenderlo?, a veces pienso que esto no es más que una excusa para alejarte de mí, es eso lo que quieres?, quieres que me vaya? - La rubia no contestaba, Lucy se acercó hasta ella y la agarró de los hombros - quieres que me vaya? - su tono de voz ahora era triste y sus ojos comenzaban a humedecerse.

  • Si... y no - dijo la rubia cerrando los ojos mientras dejaba salir libres a sus lágrimas.

  • Qué quiere decir eso?

  • Que quiero que te vayas por que no soporto todas estas discusiones, no soporto verte con nadie, pero tampoco quiero que te vayas porque te necesito, porque te amo, y porque ya no se estar sin ti! - dijo casi desesperada.

  • Tal vez... lo mejor sea darnos un tiempo.

  • Tal vez...

  • Recogeré mis cosas...

Lucy la dejó allí sola, recorrió la casa hasta coger todas sus pertenencias, una vez que lo tuvo todo listo fue a despedirse de la rubia.

  • Bueno... ya está todo, me voy ya - dijo Lucy tristemente.

  • Vale... - la rubia no quería mirarla, porque sabía que no la iba a dejar ir.

  • Ni si quiera... me das un abrazo? - casi era un ruego, necesitaba sentirla una vez más.

  • Será mejor... que te vayas ya - se moría por abrazarla.

  • Esta bien...

Lucy cogió sus maletas y salió de la casa dejando su vida en ella. En el mismo momento que la puerta de cerró, Reneé se derrumbó, Lucy se había ido y era como si se hubiera ido toda su vida. Ya no sentía su casa como su hogar.

Lucy acababa de llegar a su casa, dejó las maletas caer al suelo, se dirigió a su habitación y se dejó caer en la cama. Solo tenía ganas de llorar, de llorar y de gritar. No conseguía entender lo que había pasado últimamente entre ellas. Ella la amaba más que antes, Reneé se había convertido en lo más importante de su vida, sabía que la necesitaba y que quería estar con ella el resto de su vida. Pero no lograba entender a la rubia, esos celos, ella más que nadie debía de entenderlo. Abrazándose así misma cerró sus ojos llenos de lágrimas se entregó a Morfeo.

La vuelta al trabajo ya no era como antes, las dos estaban nerviosas por ver a la otra, querían verse, deseaban tocarse, sentirse, pero era algo que tendrían que controlar. Lucy salía de los camerinos, ya estaba vestida de Xena. Cuando salía se encontró con Reneé que se disponía a entrar.

  • Hola... - saludó la morena.

  • Hola...

  • Qué tal estas?

  • Bien... supongo, y tú?

  • Bien... - ninguna de las dos dejaba de mirarse.

  • Tengo... que ir a cambiarme, luego nos vemos - dijo la rubia apartando la mirada y pasando por su lado sin mirarla.

Lucy estuvo a punto de ponerse a llorar, pero sabía que ahora no podía, ahora más que nunca tenía que aguantarse. Se dirigió a los platos para comenzar a ensayar.

Reneé estaba limpiándose las lágrimas, ver a Lucy de nuevo la superaba. Se moría por tirarse a sus brazos y decirla que volviera a casa, pero pensó que tal vez un tiempo separadas les ayudaría, aunque el alma se les rompiera día a día. Se cambió y fue a reunirse con los demás.

El día se les hizo más largo de lo normal, entre miradas y roces cada vez se les hacía más insoportable. Lucy salía con su coche cuando vio a Reneé parada, como si estuviera esperando a alguien.

  • Hey... quieres que te lleve? - preguntó la morena.

  • N... no gracias.

  • Segura?, no me gustaría que volvieras sola - dijo preocupada.

  • Tranquila, yo...

  • Reneé, ya estoy, cuando quieras, nos vamos.

La voz de unos de los actores que participarían en la serie llamó la atención de la morena. Era justamente el único chico que no había conseguido ganarse la simpatía de la morena.

  • Veo que ya estas acompañada... - dijo con algo de tristeza y rabia a la vez que arrancaba y dejaba allí a Reneé.

  • Oye, qué le pasa? - pregunto el chico.

  • Nada, será mejor que nos vayamos ya, se hace tarde...

  • Claro, te llevo.

Reneé prefirió no irse con Lucy como hacia siempre, porque sabía cómo acabarían, y no quería que eso pasara, no tenía la suficiente fuerza de voluntad para tener a Lucy cerca y no tocarla.

Habían pasado tres semanas y con ello venían las vacaciones. Lucy y Reneé no hablaron más que en el trabajo de cosas de trabajo. Lucy siempre que se iba veía a la rubia pasárselo muy bien con el chico extra y eso era algo que la sacaba de sus casillas.

La morena estaba en casa viendo una de las fotos que se hizo con Reneé, estaban abrazadas y muy sonrientes.

  • Como ha podido terminar todo esto cariño? - se preguntaba con lágrimas en los ojos.

La morena no había podido levantar cabeza desde que Reneé ya no estaba con ella. Los días se le hacían eternos, por las noches no era capaz de dormir y el pensamiento de que pudiera pasar las noches junto con el... ese pensamiento le daban ganas de vomitar.

Eran las diez de la noche cuando Lucy ya no pudo más, cogió las llaves del coche, las de la casa de Reneé, y fue hasta su casa. Ya no podía más, no podía seguir viviendo así, necesitaba a Reneé y haría lo que fuera por conseguirlo.

Reneé estaba en su casa acompañada del chico, estaba cenando mientras hablaban de un poco de todo, de repente él dejó su tenedor y miró fijamente a la rubia.

  • Reneé... hay algo que me gustaría decirte.

  • Si?, dime - dejó también de comer para prestarle mayor atención.

  • Este tiempo juntos... me ha hecho darme cuenta de que... estoy enamorado de ti.

  • Oh... yo... vaya... - Reneé no sabía que decirle, se sentía muy alagada, pero ella amaba a otra persona - yo... lo siento pero...

  • Por favor, no lo digas... dame tiempo, dame una oportunidad - le rogaba el chico a la vez que se acercaba más a ella, Reneé lo miró y no se apartó en el momento que él la besó.

Lucy acababa de abrir la puerta, y lo que vio casi hizo que la volviera a cerrar y esta vez la abriera de un golpe. Estaba llena de tristeza, tenía ganas de llorar más que nunca, pero en vez de eso se aguantó y dio un portazo quedándose ella dentro de la casa.

Reneé y su amigo se separaron de golpe y miraron para ver quién era. La figura de la morena allí de pie hizo que se le parara el corazón.

  • Lucy...

  • Supongo que por esto... ya ni me llamas ni quieres verme ni nada no?

  • Lucy sabes que...

  • Sé qué?! - Preguntó casi en un grito - lo único que sé es que mientras yo me muero por ti tu estas ligándote a otros! - Lucy se dio cuenta de la cara de sorpresa del chico - ah, tu no lo sabías verdad?, pues donde estas sentado Reneé y yo hacíamos el amor cada noche!

  • Lucy cállate! - le dijo Reneé alzando la voz también.

  • Lo amas?! - Reneé no decía nada - dime si lo amas, porque si es así no volverás a saber de mí en tu vida!

  • No, no lo amo! - gritó casi con lágrimas en los ojos.

  • Entonces por qué estas con él?!

  • Es mi amigo! Y además eso no es asunto tuyo!

  • Claro que es asunto mío!, me amas?

  • No pienso contestarte!

Lucy se acercó a ella con paso decidido, la agarró de la nuca y de la cintura y la atrajo hacia si dándola un beso lleno de pasión, de amor, de rabia... Reneé trató de resistirse pero fue imposible, se rindió en aquel tan deseado beso, la morena se separó lo suficiente de ella para mirarla a los ojos y decirla.

  • No hace falta que contestes a mi pregunta con palabras, porque lo acabas de hacer con tus labios - Reneé se separó de ella bruscamente y la dio una bofetada.

  • Lárgate de aquí! - gritó.

  • Se salgo por esa puerta... no volveré jamás - dijo la morena.

  • He dicho que te vayas...

Lucy se fue de allí dando un portazo. Sabía que la rubia la amaba, pero no entendía su actitud, por qué negaba sus sentimientos?, por qué no podía simplemente decirla que la amaba? Llegó hasta el coche, tenía los ojos nublados por la ira y llenos de lágrimas por la tristeza. Arrancó y salió de allí a gran velocidad.

Reneé le pidió disculpas al chico y se despidió de él. Una vez se quedó sola comenzó a llorar. Andaba por la casa y lo único que tenía era recuerdos de Lucy en cada uno de los rincones. Fue al baño y cuando miró su cepillo de dientes se dio cuenta de que el de Lucy ya no estaba. Al mirar la ropa en su armario encontró un lado vacío, la ropa de la morena no estaba allí. Se dio cuenta de que había sido una estúpida, porque ni ella misma era capaz de entenderse. Cogió el móvil y marcó el número de la morena, estaba apagado. Con el teléfono en la mano se tumbó en la cama, deseando poder hablar pronto con la morena.

Eran pasadas las cuatro de la mañana cuando el teléfono de Reneé comenzó a sonar.

  • Si? - contestó.

  • Es usted familiar de la señorita Lucy Lawless?

  • N... - le pareció muy extraño aquella llamada, así prefirió decir que si - sí, sí, qué pasa?

  • Lamento comunicarle que ha sufrido un accidente.

  • QUÉ?! - Reneé se despertó por completo.

  • Por favor, no se altere, esta ingresaba en el hospital de la calle Mayor, ahí podrán darla más información.

  • Gracias!

Reneé enseguida colgó el teléfono y se vistió rápidamente, cogió un taxi y se fue hasta el hospital. Una vez llegó allí pidió en recepción información sobre Lucy, pero la mandaron a la sala de espera donde le avisarían cuando supieran algo.

Dos horas más tarde un doctor apareció en la sala de espera llamando a los familiares de la morena, Reneé se levantó corriendo.

  • Cómo está? - sus ojos se llenaban de lágrimas.

  • La señorita Lucy ha sufrido un accidente bastante grave, ahora acabamos de operarla, solo nos queda esperar ver cómo reacciona.

  • Pero que es lo que le ha pasado?!

  • Tiene contusiones por todo el cuerpo, al parecer el volante se le hundió en el pecho impidiendo al corazón hacer sus funciones.

  • Dios mío...

  • De verdad le digo... que si sale de esta, será un auténtico milagro.

  • Puedo verla? - preguntó mientras todo su cuerpo temblaba.

  • Uhm... bueno, solo unos minutos, después tendrá que salir, necesita descanso.

  • Gracias...

El doctor acompañó a la rubia hasta la habitación. Reneé entró muerta de miedo. Lo primero que vio fue una cama rodeada de máquinas, después el cuerpo de Lucy que estaba enchufada a todas ellas. Tenía varias magulladuras en la cara, y algún que otro corte. Con cuidado agarró su mano y la acarició suavemente.

  • Lucy... cariño... por favor, tienes que salir de esta, sé que ha sido todo por mi culpa, pero no me dejes, no se vivir sin ti, por favor, te necesito... te amo - dijo besándole la mano.

Las horas fueron pasando, y Reneé no tenía ninguna noticia, se estaba desesperando, si seguía mucho tiempo más sin saber noticias le iba a dar algo. Al día siguiente, tenía un café entre sus manos, cada vez estaba más nerviosa, miraba hacia todos lados intentando ver al doctor, en una de esas veces vio que se acercaba a ella.

  • Doctor!

  • Tranquila, tranquila - decía el hombre sonriendo - su amiga acaba de despertar, se va a recuperar, aunque ahora necesitara de todo su apoyo - Reneé comenzó a llorar de alegría.

  • Puedo verla?

  • Claro, vaya, ya conoce la habitación.

  • Si!

La rubia salió disparada hacia la habitación de la morena, según entraba una enfermera salía de ella. Despacio entró y vio a Lucy con los ojos abiertos, se acercó hasta ella y la agarró de la mano.

  • Hola cariño... - dijo la rubia aun con lágrimas.

  • Reneé....

  • Qué tal estas? - dijo acercándose más a ella.

  • Uhm... no se... qué ha pasado?

  • Tuviste un accidente.

  • Dios...

  • Sshhh... Tranquila, estoy contigo, y ya no voy a separarme nunca más.

  • De verdad? - preguntó con un hilo de voz.

  • De verdad... te amo, y eres lo más importante de mi vida, perdóname por todo - dijo volviendo a llorar.

  • Cariño... te quiero - dijo sonriéndole - me das un beso?

  • Tonta... - dijo riéndose a la vez que se acercaba y le daba un suave beso.

  • Ahora... vas a tener que cuidar de mi las 24 horas...

  • Te arrepentirás de eso que acabas de decir... - comenzó a llenarla de besos.

Habían pasado dos meses, Lucy y Reneé vivían nuevamente juntas, pero más felices que nunca, y seguras del amor que sentían la una por la otra. La serie seguían su curso, cada vez tenía más fans, y sobre todo desde que comenzó a haber subtexto. No era algo planeado por la serie, pero a ambas mujeres se les hacía difícil ocultar su amor, y poco a poco fue saliendo a la luz, dejando ver al mundo entero lo felices que eran.

Fin