Amor Comprado: Pablo, El chico efímero.

Ernesto ha encontrado en Pablo lo que hace tiempo no tenía... pero el futuro siempre es incierto... al igual que su relación con Pablo.

AMOR COMPRADO

CAPÍTULO XIV “PABLO, SIMPLEMENTE… MI CHICO PERFECTO”

DICIEMBRE 2002.

No creí que en la Ciudad de México nos negaran el matrimonio… en fin, quizás algún día lo aprueben; por el momento me conformo con estar junto a Pablo, pues él simplemente es… “mi chico perfecto”, aquel que me ha demostrado su amor incondicional a cada instante que hemos pasado juntos.

Decidimos ir a comer a un restaurante que estaba cerca; Pablo y yo no teníamos mucho dinero, lo admito, pero no tenía ningún inconveniente con pagar entre los dos; todo sea por pasar una tarde libre con mi chico.

Pablo y yo entramos al lugar y elegimos una mesa que estaba cerca de la ventana; en cuanto nos sentamos, un mesero se acercó y tomó nuestra orden para desaparecer, dejándonos sólo a nosotros dos ahí.

  • Muchas gracias por todo – empezó a decir – Me devolviste mi alma.
  • Y tú me has hecho sentir lo que hace tiempo no sentía – le dije – agradezco al tiempo haberte encontrado.
  • Lo sé – suspiré – yo también le agradezco al tiempo dejarme conocerte… y por eso quiero pedirte algo.
  • Lo que sea, Pablo – sonreí – adelante, dime que necesitas.
  • Ernesto… yo – comenzó a decir, un poco nervioso – yo quisiera que dejes de trabajar.
  • ¿Cómo? – exclamé - ¿Por qué?
  • Porque cada que haces una filmación… me dan celos – suspiró – ver cómo besas a cualquier chico, cómo dejas que…
  • Entiendo – suspiré – sé perfectamente que esto pasaría algún día.

Pablo rompió en llanto; me levanté y lo abracé mientras él se aferraba con fuerza a mi cuerpo «No quiero perderte, tengo miedo de que dejes de amarme» dijo entre sollozos; acaricié su cabello y él me sujetó con más fuerza «No te dejaré, mi amor» le dije.

DÍAS DESPUÉS.

Pablo y yo llegamos a un acuerdo y, después de renunciar ambos en la productora pornográfica, decidimos buscar un trabajo para solventar los gastos; evidentemente, encontrar empleo no fue nada fácil pues, tuvimos que dejar un sinfín de solicitudes en cualquier lugar que ofreciera empleos «Ojalá y encontremos algo pronto».

ENERO 2003.

Un mes… ha pasado un mes y ni Pablo ni yo hemos encontrado trabajo; lo bueno es que nos estamos apoyando con las cuentas bancarias que conservamos de aquel mundo… en fin, después de tanto tiempo, es momento de enfrentar a mi familia. * Pablo – le dije – voy a salir. * Voy contigo – dijo. * Pero iré a buscar a mi familia – suspiré – a mis padres. * No te dejaré ir solo – dijo – tú y yo iremos juntos.

Me sentí aliviado y feliz al saber que Pablo está dispuesto a acompañarme, aun sin saber cómo es mi familia… nos salimos a prisa y tomamos un taxi, el cual nos llevaría directamente a mi antigua casa… aquella que guarda demasiados secretos.

En cuanto llegamos, vi la fachada de la casa… estaba exactamente igual a como la vi la última vez… toqué el timbre y, después de unos minutos, abrió un joven de tez blanca, con el cabello corto y castaño, su nariz afilada… y sigue delgado… no cabe duda que no ha cambiado mucho… tan sólo se ve más alto… en cuanto lo vi, lo quise abrazar, pero él me apartó de inmediato… «¿Qué pasa? – exclamé - ¿A caso no me reconoces? ¿No recuerdas quién soy?» Pregunté inquieto mientras él se quedaba inmóvil «Soy Ernesto, tu hermano» * ¿Ernesto? – preguntó confuso – No puede ser, ellos dijeron que jamás regresarías.

Óscar, a punto de cumplir 16 años, me abrazó con fuerza mientras lloraba «Lo sabía, sabía que tú jamás me abandonarías» decía mientras se aferraba a mí como si no quisiera separarse de mí nunca más.

Óscar me contó que ellos lo sacaron del internado y lo obligaron a vivir ahí, con clases particulares, sin poder salir «Mi prisión con lujos» la describió «Me gustaría salir de aquí y huir lejos, a donde no puedan encontrarme, donde sí pueda ser feliz» * Hola – saludó a Pablo - ¿Quién eres? * Soy… - empezó a decir nervioso – soy… un amigo de tu hermano. * Él es Pablo – le dije a Óscar – mi novio.

Pablo se quedó sorprendido y un poco asustado, pero no dijo nada, ni tampoco se movió, tan sólo se acercó y me abrazó con fuerza desde atrás, mientras yo sujetaba sus manos con las mías. Óscar nos observó un segundo y sonrió «Te ves feliz con él, hermano»

De pronto, mis padres llegaron a la casa y se sorprendieron bastante al verme una vez más ahí «¿Qué haces aquí?» preguntó mi madre «Tú no deberías haber vuelto» exclamó mi padre, mientras dejaban unas bolsas sobre el comedor. * Veo que no han cambiado mucho desde la última vez que los vi – les dije – sinceramente esperaba lo peor de ustedes. * Ernesto – dijo mi madre con nerviosismo - ¿Cuánto tiempo sin verte? – dijo hipócritamente - ¿Por qué no nos dijiste que te irías por un buen tiempo?

La observé fijamente con asombro «No puedo creer que finja para ocultar la verdad» pensé mientras decía «Porque no tuve ni siquiera tiempo para despedirme de nadie, “mamá”» dije disimulando mi rabia con una sonrisa forzada.

No podía creerlo, le hice señas a Pablo mientras me despedía de todos, para después salir de esa casa lo antes posible; Pablo no hizo ningún comentario al respecto en el trayecto, cuando llegamos a casa, le dije «Necesito hablar contigo, es importante».

Pablo y yo terminamos discutiendo a causa del mundo pornográfico pues, a pesar de su petición, no tenía más remedio que regresar para poder solventar los gastos, debido a que se nos estaba complicando bastante encontrar un nuevo empleo.

Fui a la oficina de “El zorro” quien, al enterarse de que estaba ahí, me atendió lo más pronto posible; apenas entré y lo vi exactamente igual que la última vez; “El Zorro”, es un tipo de 30 años, blanco, alto, musculoso, y carismático, con ojos miel y labios delineados; me indicó que me sentara y así lo hice. * Siempre es bueno ver a antiguos empleados – sonrió – sobre todo si fueron tan buenos como tú. * Y siempre es bueno saber que puedes llegar a tu antiguo empleo donde te reciben de maravilla – dije. * ¿A qué se debe tu visita? – me preguntó. * Es simple – le dije – quiero negociar mi regreso a tu productora. * Lo sabía – dijo sonriente – algún día tenías que regresar, y es tiempo de que lo hagas.

“El zorro” y yo estuvimos discutiendo las condiciones en que regresaría y el pago que recibiría por cada película grabada; además, en las grabaciones sería indispensable el uso del preservativo, como de costumbre pues, durante el tiempo que estuve trabajando ahí, siempre nos obligaban a usarlo en cada grabación.

FEBRERO 2003.

Debo admitir que, a partir de mi regreso a la productora, nuestra situación económica se ha estabilizado… pero mi situación sentimental con Pablo se ha quebrado mucho, a tal grado que ya no dormimos en el mismo cuarto.

Cada noche me pongo a pensar en mi pasado… y no sé por qué razón termino recordando a Julio… en fin, me tapé con la cobija y cerré mis ojos, para poder dormir pero, como de costumbre, terminaba abriendo los ojos.

De repente sentí que alguien me acariciaba la espalda, así que de inmediato giré mi cabeza y pude ver a Pablo a mi lado «Perdóname, sé que no soy quien para obligarte a dejar tu empleo – dijo – pero es sólo que a veces los celos me traicionan». * Perdóname tú a mí – le dije – por aferrarme a ese mundo.

Lo abracé y rompí en llanto pues, a pesar de todo, a él me había acostumbrado tanto que no podría vivir sin él; me pidió regresar al cuarto y así lo hice; apenas nos recostamos en la cama, él me atrapó entre sus brazos mientras nos fundíamos en un cálido beso.

Sin perder un segundo, ambos nos desnudamos con rapidez y él se puso encima de mí, mientras me besaba y me acariciaba el rostro «Te amo mucho, y si tengo celos es porque tengo mucho miedo a perderte»

Pronto sus ojos se inundaron en lágrimas, las mismas que yo limpié con mis manos «No llores, hemos pasado muchas cosas juntos, y ya verás que seguiremos así por mucho tiempo más» De inmediato lo besé y él me correspondió.

De pronto, me acerqué a su pene y lo metí en mi boca para practicarle sexo oral, es magnífico hacer esto sin que te estén grabando; saboreé su pene y lo masturbaba de vez en cuando hasta que, después de un rato, me indicó que estaba por correrse, así que decidí apartarme y dejar que su semen espeso y caliente saliera disparado con fuerza, cayendo sobre las sábanas.

Él se levantó y me acercó el rostro al suyo para fundirnos en otro beso apasionado, mientras me recostaba a su lado; después él se separó de mí y me levantó las piernas para practicarme el beso negro, hasta que, después de un rato, me empezó a meter uno por uno sus dedos. * Ya estás dilatado – dijo - ¿Estás listo? * Completamente – le dije – pero, por favor, hazlo con suavidad.

Pablo comenzó a introducir su pene en mi ano lentamente, podía sentir cómo su miembro invadía poco a poco mi cavidad, hasta sentirlo completamente adentro, lo que me hacía sentir completo, libre, feliz… todo lo que quería lo había encontrado en él.

Pablo inició un suave vaivén que me elevó hasta el mismo cielo, mientras me besaba con delicadeza y ternura; nos fusionamos en uno solo, tal cual dice aquella canción de “Laura Pauisni” ♫Esta noche te busqué, haré el amor contigo, soñaré dos corazones y un latido, grito a Dios que eres mío, un instante más y estás llegando sobre mí hasta que se confunden nuestros cuerpos, nuestra piel♫

Después de un rato, Pablo dijo “Voy a correrme” mientras tensaba su cuerpo y sentía cómo me apretaba con sus brazos hasta quedar ambos exhaustos y abrazados en la cama; no cambiaría esto por nada del mundo.

Pablo se recostó a mi lado y colocó sus manos debajo de su cabeza mientras cerraba los ojos, y yo me acerqué a él y recosté mi cabeza sobre su pecho, mientras escuchaba sus rápidos latidos de su corazón… sin decir nada, cerré mis ojos y suspiré profundamente; lo amo tanto que me moriría si llegase a perderlo.

De repente me desperté agitado, pues no sentía su presencia; observé la cama, estaba vacía; me levante y de inmediato lo busqué por todos lados sin tener éxito; hasta que me di cuenta de que había una carta sobre la mesa; al verla, mi corazón comenzó a latir con rapidez, haciéndome sentir que me faltaba la respiración.

Tomé la carta y la abrí, para poder leer su contenido; mis manos temblaban al igual que todo mi cuerpo; comencé a leer la carta y puse cara de asombro mientras una lágrima comenzaba a resbalar a través de mi mejilla:

“Querido Ernesto:

Siento mucho decirte esto, a pesar de todo el amor que te tengo, pero no he encontrado otra alternativa posible más que alejarme de tu vida; sé que en este momento no lo entiendes y crees que te estoy traicionando pero no es así, lo hago por tu propio bien, porque mi amor hacia ti es tan grande que no permitiré que este mundo te consuma y es por eso que estoy escribiendo esta carta para poder explicar el motivo de mi partida.

Me sentí muy bien a tu lado, pasamos momentos únicos, maravillosos e irrepetibles, y te fuiste colando en mi corazón tan sigilosamente que no pude evitar enamorarme de ti; tú eres un chico muy especial, tienes un brillo que jamás encontré en nadie más… eres mi complemento, mi felicidad… mi todo.

Sin embargo, hay algo con lo que no puedo, ni podré jamás, y es con tu corazón pues, aunque tú me digas que me amas, sé que tu corazón muere por ver a aquel joven que amaste por vez primera y que nunca has podido olvidar.

“Julio, mi vida entera” repetías varias veces mientras dormías a mi lado; cuando escribí aquella carta que tú leíste antes de llegar a México, tenía la esperanza de ocupar un lugar en tu corazón y que pudieras amarme tanto como yo te amo a ti… sin embargo, entiendo que has vivido muchas cosas y, aunque no sé qué ha pasado entre aquel chico y tú, sé perfectamente que él ha sido el único que ha logrado ganar tu corazón.

No me busques más, he decidido regresar al mundo de la pornografía, pues es mi vida; durante mucho tiempo he trabajado en esto y ahora sé que yo no tengo escapatoria posible… al menos no por ahora; pero tú, con tu hermoso corazón, tienes muchas cosas para dar, cosas que no podrías hacer si permanecieras en este mundo… me hubiera gustado que nos casáramos ¿Sabes? Cuando te vi decidido a dar ese paso, comprendí que no podíamos seguir juntos pues, hay cosas que te atan al pasado y que primero tienes que resolver.

Ernesto, sé libre y lucha por todo lo que tú quieras obtener en la vida, pues sé que eres capaz de todo y aún más; esto no es un adiós, pues confío en que el tiempo nos reencontrará en algún momento ¿Cuándo? No lo sé exactamente, pero sé que nos veremos el día en que tú y yo estemos preparados para vernos sin que nos duela estar frente a frente.

Con cariño, para un gran chico, el mejor que he conocido en este mundo, para Ernesto.

De Pablo.

Deposité la carta en un libro, y de inmediato comencé a empacar mis cosas en la primera maleta que encontré pues, sin Pablo, ya no tenía nada que me atara a este lugar… ni a este mundo. Lo único que me queda por hacer es regresar al lugar que alguna vez fue mi hogar para poder reclamar a mi hija.


AGOSTO 2003.

Cinco meses duró mi noviazgo con Pablo… y seis meses han pasado desde aquel día que dejó la carta, el día que se marchó; sinceramente, no sé cómo he podido sobrevivir en este mundo o… quizás simplemente, el hecho de tener una pareja ha quedado en último lugar en mi lista de “las cosas más importantes para sobrevivir en este mundo”:

Me concentré en mi nuevo empleo en la oficina, como auxiliar administrativo; ordenando el papeleo y recabando firmas. No es precisamente el mejor empleo, lo admito, pues el pago no es tan bueno y apenas me alcanza para pagar la renta del apartamento donde vivo desde hace tres meses.

Fui a la oficina del Licenciado Jorge Barrios, mi jefe; a quien le dejé el papeleo sobre su escritorio «No te vayas» me dijo «Siéntate, necesito hablar contigo» Lo observé detenidamente, a él le pasaba algo… algo que le preocupaba, le inquietaba… su rostro moreno y facciones finas, normalmente relajado… en esta ocasión se veía contraído, tenso… ¿Qué tiene? Pensé.

Jorge Barrios es un señor de 35 años, de tez moreno claro, cabello castaño oscuro ondulado, labios finos, nariz chata, ojos miel y orejas pequeñas; de cuerpo delgado pero con músculo debido al constante ejercicio que realiza… en fin; técnicamente, un señor en forma. * Ernesto – empezó a decir – he visto que tú eres muy eficiente en tu puesto. * Muchas gracias, Licenciado Barrios – dije – espero poder seguir así por mucho tiempo más. * ¿Qué edad tienes, muchacho? – me preguntó. * Tengo 18 años, Licenciado – respondí. * Bien – sonrió – tengo una propuesta para ti – dijo – pero la decisión de aceptarla, solamente es tuya – dijo – no te sientas de ningún modo comprometido a aceptar si no quieres ¿Está claro? * Completamente, Licenciado – dije.

La propuesta fue demasiado simple para mí; quizás para alguien quien todavía cree que su príncipe azul llegará para vivir juntos y ser felices por siempre sería una pésima propuesta… pero, para alguien como yo; que se ha acostumbrado a vivir dejando a un lado esa tontería del amor y aprovechar cada oportunidad que da la vida… es lo más sencillo del mundo.


Por fin llegó el día acordado… justo en este momento estoy firmando mi carta de renuncia ante el Licenciado Barrios en su despacho para poder ir al lugar donde estaba viviendo, guardar mis cosas en maletas, pagar el último mes de alquiler, entregar las llaves, salir de ese lugar, llegar a la casa del Licenciado, sacar mis cosas y ordenarlas en el cuarto del Licenciado, que ahora es también mío.

De repente, dos niños gemelos, de aproximadamente 4 años, de tez moreno claro, como el Licenciado, entraron en la habitación corriendo y, al verme, se sorprendieron tanto como yo; evidentemente, hay muchas cosas que el Licenciado no me ha dicho; pero que iré descubriendo poco a poco. * ¿Quién eres? – me preguntó el primer niño, de cabello castaño y ondulado. * Soy Ernesto – sonreí – y viviré aquí. * ¿Quieres jugar con nosotros? – me preguntó el segundo niño – por cierto, yo soy Axel y él es Felipe. * Por supuesto – sonreí – Por cierto ¿Qué edad tienen? * Tenemos 4 años – dijo Felipe – ¿Y mi papá? * ¿Quién es tu papá? – le pregunté. * Mi papá Jorge – sonrió Axel.

Vaya, una nueva sorpresa… el Licenciado tiene dos niños, dos gemelitos adorables… ¿Por qué no me dice todo de una vez? ¿Qué otras cosas iré descubriendo con el tiempo? ¿Qué motivos tiene para dejar su vida tan reservada?

Pronto la noche llegó, y me sentía un tanto incómodo en aquella casa, sobre todo porque los gemelos se habían encerrado en su cuarto y no habían salido para nada; claro que de vez en cuando los iba a ver, para cerciorarme de que estuvieran bien; decidí ir a la cocina y buscar algo para poder preparar la cena mientras esperaba la llegada del Licenciado.

De repente escuché un portazo; de inmediato corrí hasta la entrada principal y vi al Licenciado en estado de ebriedad, acompañado de un compañero de trabajo, quien me dijo que el Licenciado se había pasado de copas y por eso él lo estaba llevando hasta ahí.

Él me ayudó a subirlo a la recámara y se fue, dejándome solo con el Licenciado; yo lo tapé con las sábanas y me bajé después de tomar un cobertor, el cual agarré para poder dormir en el sillón, pues en ningún momento habíamos acordado dormir juntos; así que dejé el cobertor sobre el sillón, subí para buscar alguna almohada y volví a bajar para acomodarla, no sin antes ir a ver a los gemelitos, que dormían tranquilamente; bajé las escaleras y me acomodé en el sillón «Mi primera noche aquí» pensé.


Odio esto, pero no me queda otra alternativa más que seguir buscando a Ernesto en las calles o en donde sea que puedan ir las personas desaparecidas… algo tenía qué hacer, pero ¿Qué? Me estaba empezando a desesperar demasiado cuando me pareció verlo en un parque con unos niños «¿Será él?» me preguntaba mientras me quedaba inmóvil, hasta que, después de titubear, me fui acercando poco a poco hasta que logré estar atrás de él. * Hola – saludé con voz temblorosa, completamente asustado por el simple hecho de no saber quién era.

Sentí que mi cuerpo se tensaba y mis piernas flaqueaban… estaba hecho un manojo de nervios… recé para que no fuera Ernesto y que sólo hubiera sido una confusión, alguna broma de mi imaginación… algo que me evitara sentir pena y miedo al mismo tiempo; pero en cuanto el chico giró su cuerpo para saludar, no pude evitar sentir que mi cuerpo no respondía mientras la oscuridad me envolvía lentamente.


Desperté con pesadez; poco a poco fui observando el lugar con claridad «¿En dónde estoy?» pensaba cuando escuché la voz de un joven «Niños, vayan al jardín a jugar, no se preocupen por nada»

Cerré los ojos para tomar fuerza y los volví a abrir para poder levantarme; en cuanto lo hice, me quedé pasmado «No puede ser, es él» pensé. «¿Qué hago ahora? ¿Cómo puedo justificar los hechos? ¿Qué pensará él ahora? * Tanto tiempo sin verte – empezó a decir – y de la nada, me encuentro contigo en la calle. * ¡Ernesto! – exclamé asombrado – Yo…

De pronto sentí un fuerte golpe en la mejilla, seguido de un sinfín de palabras «¿Tienes idea de lo que he tenido que vivir por tu culpa?» gritó mientras me agarraba de la playera para que pudiera ver sus ojos llenos de rabia «Creí que eras mi hermano, pero ahora me doy cuenta de que sólo eres un monstruo sin escrúpulos» «Te creía diferente» «Después de todo lo que hice para encontrarte…»

Ernesto no pudo más y rompió en llanto, dejándose caer en el suelo, arrastrándome con él, hasta que me soltó; fue entonces cuando me acerqué a él con miedo y traté de abrazarlo, pero Ernesto se hizo a un lado «No me toques» murmuró.

Me senté a su lado y escondí mi cabeza entre mis rodillas, mientras también empezaba a llorar; me dolía esta situación, no sé… me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes y poder decirle a él que jamás quise hacerle daño… pero hay cosas que no se pueden remediar.

De pronto sentí una mano que limpiaba mis lágrimas con delicadeza; alcé la mirada y pude verlo ahí, con sus ojos llorosos y el rostro enrojecido «Perdóname» murmuré, mientras me lanzaba a él para abrazarlo… creí que me rechazaría pero, después de un rato, pude sentir sus brazos rodeando mi cuerpo mientras recargaba su cabeza sobre la mía.

“A pesar de todo, siempre seguirás siendo mi hermano”

ÚLTIMOS CAPÍTULOS DE TEMPORADA.

--------------------------------------------------------------------------

Aquí les dejo un capítulo más de "Amor Comprado". ¡Espero que les guste! Muy pronto sabrán el desenlace de esta temporada... ¿Será el final de la historia? Jejejeje..!! Aún no lo sé.

Saludos.

Guadalupe.

guadalupe00023@gmail.com

http://www.facebook.com/guadalupelopezmexico

Y para los que tengan whats app, mi número es +525523313893.

Nota: Pido una cordial disculpa porque no he puesto el link de los sitios web, pero no lo he hecho porque no he actualizado las páginas. Sólo espero actualizarlas pronto.