Amor canibal

¿Se han enamorado ustedes alguna vez de una famosa estrella de televisión? ¿Quién no? Esta historia tiene mucho de real, ya que cómo me lo contaron se los cuento.

AMOR CANIBAL

¿Se han enamorado ustedes alguna vez de una famosa estrella de televisión? ¿Quién no?

Esta historia tiene mucho de real, ya que cómo me lo contaron se los cuento.

Después de más de quince días de trabajo pesado, por fin logré pasear por la playa, estuve caminando, mirando boquiabierto a las turistas en sus trajes de baño, algunos verdaderamente espectaculares, no me pude asolear en la playa ya que quería conocer las tiendas y los centros comerciales, me dio hambre y fui a almorzar a un restaurante muy agradable de mariscos tipo buffet, cuando estaba bebiendo una cerveza clara, observé en la calle a dos tipos, parecía que estaban buscando a alguien, de pronto se encontraron con otros dos hombres y comenzaron a discutir, pensé que tenían un grave problema o que se yo, de pronto uno de ellos me miró sorprendido y les comentó a los otros tres apuntándome con su dedo, se dirigieron a mí pero parece que se contuvieron por la gran cantidad de gente dentro del local, yo aún no entendía nada, los miraba sin saber que pensar, seguí dándole algunos tragos a mí cerveza, sin dejar de mirarlos, los tipos tenían toda la facha de delincuentes, dos de ellos eran morenos, uno de ellos estaba calvo y le brillaba la cabeza, tenían todos lentes oscuros, había un negro Afro-Americano muy flaco y con la cara medio chupada como un cadáver, el otro inmediatamente noté que era mexicano, con ropa norteña, con botas de piel exótica, pantalón de mezclilla, un cinto con una gran hebilla plateada y sombrero vaquero. Entraron y se sentaron en un rincón sin dejar de mirarme, aunque hacían como que volteaban para otro lado sin dejar de hablar entre ellos y haciendo llamadas en sus teléfonos, yo terminé mi cerveza y salí del lugar, me perdí entre la gente y pensé que todo terminaría ahí, entré a un centro comercial y me detuve mirando un aparador de aparatos electrónicos, cuando veo a través del reflejo del enorme vidrio, que estaba rodeado precisamente por los cuatro tipos, uno de ellos me estaba apuntando con una pistola negra que tenía oculta debajo de una chaqueta. Me empujaron y salimos de allí me subieron a un auto azul, con esa arma no me atreví a preguntarles nada, en el camino solo me dijeron:

  • No la vas a contar, ya teníamos buscándote mucho tiempo.

Traté de explicarles que era una equivocación pero me callaron inmediatamente de un golpe en la cara y continuaron.

-Solo esperamos indicaciones del patrón, nos sorprendió verte sin tus escoltas, pero en fin, tú sabes tus trucos, reconoce que en esta ocasión te falló

Sonó el teléfono y el hombre solo escuchó, sin decir nada, colgó y volteó del asiento delantero y se levantó sus lentes dejándoselos en su brillosa calva y me dijo: ¡Mí hermano ya te llevó la chingada! Entonces se dirigió al conductor y le ordenó

  • ¡al embarcadero! Entonces sentí un escalofrío espantoso y traté nuevamente de comentarles de su error pero de nuevo me callaron a golpes.

Llegamos a una zona solitaria de la costa, se detuvo el auto junto a una construcción, me taparon la cara y me metieron a una bodega, dejándome amarrado a un barandal de metal, escuché que los tipos esperaban instrucciones, sonaron los teléfonos y salieron varios de ellos, un silencio y solo escuchaba caminar a un tipo, luego escuché una aeroplano o avión que se acercaba y parece que acuatizó a un costado del lugar, en este momento ya no sabía en que pensar. Más tarde regresaron los demás y escuche que sacaron a alguien de una cajuela, inmediatamente nos subieron al avión.

Nos metieron a la parte trasera y nos dejaron encerrados en un compartimiento. En pleno vuelo me di cuenta que era una mujer por el perfume tan delicado que inundó el lugar, oí que la mujer tenía la boca también tapada con alguna cinta, y también percibí que estaba angustiada, lloraba, o al menos eso intentaba

Pasamos cerca de dos horas de zozobra durante el vuelo y de ves en cuando escuchaba que entraban creo que sólo nos veían.

Comencé a procurarme cuando sospeché que nos iban a arrojar al mar. Creo que la mujer también lo pensó.

De pronto, se escuchó una pelea entre los maleantes, gritos y muchos disparos, aquí nos tiramos al piso, la avioneta comenzó a inclinarse y se fue en picada, yo estaba muy asustado y trate de desamarrarme, escuché de pronto que abrían la puerta y me jalaron hacia afuera del compartimiento arrastrándome, yo pensé que era el primero que iban a arrojar al mar, pero de pronto me quitaron el saco de la cabeza y vi al negro flaco, con ojos de angustia, me quitó la cinta de la boca de un jalón y trataba de preguntarme algo pero yo no entendía ingles, el Afro-Americano me repetía constantemente una frase y yo angustiado no sabía que decirle, lo miré y vi que el individuo estaba herido en el estomago, voltee a un lado y los otros dos tipos estaban tirados en un charco de sangre a un lado con orificios en la cabeza, entonces el negro se fue desvaneciendo, y busque la forma de desamarrarme, pasé mis manos amarradas por debajo de mis piernas hasta tenerlas al frente, me dirigí rápidamente a la cabina y me encontré al mexicano muerto con un balazo en la nuca y al piloto, agónico, volteó para mirarme y brotaba de su boca grán cantidad de sangre, avanzábamos al ras del nivel del mar, yo no sabía como ayudar al piloto que comenzó a convulsionarse, hasta que se desvaneció hacia un costado, entonces el avión se fué derrapando y golpeando sin control sobre sus alas, cuando miré que íbamos directo hacia una playa y al tocar las primeras inclinaciones de una especie de duna, la nave comenzó a detenerse gradualmente pero con la velocidad que llevaba se enterró en la arena y dio un vuelco impresionante, quedando todo de cabeza.

Todo quedó en silencio, yo aún permanecía firmemente agarrado al asiento del piloto, y de pronto recordé a la mujer, busque desamarrarme y me dirigí rápidamente a la parte trasera del avión pero en el camino vi un gran hueco al costado derecho y noté que habían desaparecido los cuerpos de los individuos, entonces fui rápidamente hasta llegar al compartimiento, me asomé y encontré a la mujer tirada sobre lo que antes era el techo, inicialmente pensé que estaba muerta pero al tocarla se movió y sin pensarlo le quité la bolsa negra de tela de la cabeza, y ella me miró aterrada, le quité la cinta de la boca. No podía creer lo que estaba viendo, pero no había tiempo para nada la levanté y entre sus gritos histéricos casi la arrastre hasta buscar la salida, que en este caso fue por el enorme hoyo, y nos tiramos al agua que nos llegaba más allá de la cintura, como pudimos llegamos hasta la playa y ahí le desamarré las muñecas y se quedó tirada en la arena con los ojos bien abiertos como si estuviera narcotizada, yo me quedé sentado, durante mucho tiempo no pronunciamos ninguna palabra.

Miramos como las olas del mar chocaban contra la nave. Sus primeras palabras fueron:

-¿Quién eres?

-Pablo Soublet. Le respondí sin mirarle a la cara. Entonces continúo con su interrogatorio.

Y ¿como fue que te metiste con el Dueño de la Tierra?

¿Con quién?

-El Dueño de la Tierra, ¿Qué no sabes quien es? Don Jesús Fregoso "El Dueño de la tierra"

-Es el narcotraficante más buscado, le dije, lo se por las noticias en la televisión. Además a mí me confundieron con alguien, me detuvieron afuera de una tienda.

-¿Te confundieron?

Entonces volteó y me miró, primero yo la miré de reojo luego un poco más frontal, ella se levantó con una mirada de interrogación y se paró enfrente, mirándome minuciosamente acercó su cara, cerca de cincuenta centímetros y dijo impactada:

-¡Dios mío! Te pareces bastante a una persona que yo conozco, vaya que si te confundieron.

Tenía puesta una blusa blanca de algodón sin mangas y con un pronunciado escote y unas bermudas color arena que le hacían verse muy bien y unas pequeñas botas de escalador color verde olivo. Me levanté aún adolorido y comencé a caminar y me preguntó:

-¿Ha dónde vas?...

Yo no le contesté y caminé por la playa, pasaba el tiempo y confirmé que estábamos en una pequeña isla solitaria. Entonces regresé y dos horas después encontré a mi compañera de desgracia que continuaba sentada mirando la destruida carcasa del avión.

-¿Qué viste? me preguntó levantándose de inmediato.

-Nada, no hay nada, estamos en una isla abandonada.

-Como una isla abandonada, si ya no existen, pronto van ha rescatarnos estoy segura.

Esperemos que sea así. Entonces me dirigí al avión y comencé ha sacar todo lo que nos pudiera ser útil.

Reuní maleza y trozos de palmeras secas. Prendí al atardecer una fogata y me quedé completamente dormido, no desperté sino hasta el día siguiente.

Al abrir los ojos vi que el mar había movido el avión llevándolo hacía el fondo, me supongo que por ser de un aluminio muy ligero, me levante mucho más adolorido y observé que se acercaba de manera sinuosa la joven mujer, y me preguntó que íbamos a comer.

Busque entre los objetos que rescaté del avión, no había mucho, una caja con seis botellas pequeñas de agua mineral con gas, una botella de ron, una lámpara, varios habanos, en su interior tenia además una revista pornográfica, una pistola cargada y cerca de ciento cincuenta mil dólares en varios fajos de billete y además un celular pero descubrimos después que estaba dañado.

Busqué algo para comer, corté algunos cocos y con dificultad los abrí ayudado por una navaja que llevaba uno de los individuos.

Siendo un simple empleado de una firma de arquitectos, especializado en aire acondicionado, fui secuestrado por unos narcotraficantes, estuve a punto de ser arrojado desde insospechadas alturas directo al mar, y ahora estaría muerto si los muy estupidos no se hubieran dado tiros como locos, afortunadamente salí bien librado del accidente aéreo y lo mejor es que esta isla desierta se encontraba cerca del accidente, todo un milagro.

Esto aunado a una bella mujer que se encuentra a mí lado, pero que no mueve un solo dedo. No he tenido muy buena comunicación con ella, me habla cuando quiere, o cuando me necesita que es en la mayoría de las veces, se queja de todo como si yo la hubiera traído, incluso toma actitudes creyendo que soy su empleado. Se la pasa tirada en la playa como si estuviera en la ribera de algún lujoso hotel, Pero pronto las cosas cambiaran creo que he sido muy tolerante.

Me he visto en la necesidad de administrar las botellas de agua gaseosa, cuando la actriz tiene hambre busco algunos cocos, descubrí esta mañana algunas alimañas de la región que pueden ser comestibles, como una especie de lagartijas que fácilmente las puedo atrapar, soy un experto, en mi pueblo lo hacía de niño y me las comía asadas. Ahora lo más importante es conseguir un lugar para refugiarnos, se aproxima una grán tormenta.

Del otro lado de la isla, encontré una enorme cueva natural.

Después de revisarla regresé con la mujer para traer el escaso equipo de suministros.

Llegamos a la cueva ya tarde casi al oscurecer y apenas nos dio tiempo de hacer una fogata, acomodé en la arena los revestimientos de los asientos que saqué como un animal desollado ayudado de la navaja, eso nos servirá como camas.

Me quedé mirando el mar, al menos desde este lugar puedo observar por si se aproxima algún barco, ignoro en que lugar estamos, creo que estamos en alguna parte del golfo de México. ¿Pero cuantas islas habrá como esta?

Tomé unas cáscaras de coco y las arrojé a la fogata y comencé a desalentarme pensando curiosamente en mí trabajo, mis jefes no me creerán todo este cuento, lo más seguro es que piensen que me regresé a México, y se estarán acordando de mis antepasados.

Recordé que tengo guardada una botella de ron. La saqué junto con un bacito de plástico, me serví un trago mientras me veía muy seria la artista, tomé un buen sorbo y saqué un puro, quedó sorprendida ya que no recordó o no se percató de algunas de las cosas que rescaté.

Entonces no se aguantó las ganas y me dijo:

-¿Dónde tenias escondido eso? ¿Me puedes dar un trago? Tomé el otro baso y le serví.

Quiero también una fumada… se lo di y se lo puso en los labios tomé el encendedor y al acercarle el fuego al puro, miré una cara muy linda, ella me miró a los ojos. Como sospechaba que no sabía fumar, comenzó a toser como desesperada, se estaba ahogando, así que le dije como hacerlo.

Me senté frente a la fogata recargado en una roca, mirando la lluvia que cada vez era más fuerte.

Continuamos tomando y fumando, comenzó a suavizarse la tención.

¿Tú sabes quién soy verdad?

Claro, que sé quien eres, cualquiera lo sabe.

Bueno… yo te lo digo por que no me has hecho ningún comentario al respecto.

No es el momento para platicar de ese tipo de cosas, ahora solo quiero resolver como salir de aquí, y lo único que se, es que unos cabrones me secuestraron por una confusión, pero creo que contigo no hubo ninguna confusión ¿verdad? (me miró sorprendida)

No, pero no me gustaría hablar de eso.

Tenemos todo el tiempo del mundo, no creo que nos interrumpan, sospecho además que tú eres la responsable de todo esto, también a estas alturas que puede importar, si por poco no la contamos, ya habríamos sido alimento de los tiburones. ¿No crees?

Sí. Se tomó otro trago y más tarde comenzó con su historia.

Para no hacerte larga la historia, todo esto sucedió por que en un tiempo yo fui novia de don Jesús Fragoso, después de que lo conocí en un palenque de gallos ya hace como cinco o seis años, entonces era muy joven, y me comenzó a buscar, me regalaba todo lo que le daba su gana, viajes a cualquier parte del mundo, autos, un departamento muy lujoso en la Ciudad de México y otro en Puerto Vallarta, Jalisco.

Y me produjo un disco titulado "Amor Caníbal", quizá el más grande éxito que he tenido, donde Jesús gastó muchísimo dinero. Pero después lo deje de ver. El gobierno y la mafia andaban tras el, se desapareció. Y durante más de un año no supe ya nada más, con el tiempo conocí en Monterrey a un empresario de espectáculos y comencé a andar con el, pero también tengo más de tres meses que terminamos relaciones, que fué con el que te confundieron

¿Y que hacías en Miami?

Fui invitada para el programa de televisión "Sábado Morrocotudo" con Don Arturo, de la cadena "MUNDOIMAGEN" para presentar mi nuevo disco y platicar de mí participación en una nueva telenovela.

Y al salir del hotel rumbo a los estudios me secuestraron y aquí me tienes. ¿Y tú?

Realmente yo no tengo grandes cosas que contar, trabajo para una empresa mexicana instalando aparatos de aire acondicionado de última generación, de los que puedes ir en tu auto y desde tú celular puedes hacerlo funcionar antes de llagar a tu casa, pero que te estoy diciendo seguramente en tu casa tienes uno de esos sistemas, (solo sonrió dulcemente)

Hacía un calor endemoniado, estábamos sudando como si estuviéramos en el infierno, observé que Adriana Loaiza la famosa cantante y actriz, tenía su blusa empapada en sudor, la tenía pegada a la piel y se transparentaba hasta verse claramente sus pezones, tenía unos senos muy grandes, en persona se le veían así, ya que uno está acostumbrado ha ver mujeres de esa categoría solamente en la televisión o en el cine, sus bermudas igual de mojadas, y le corría el sudor por sus hermosísimas piernas que se veían muy brillosas como si se hubiera untado aceite, o mas bien como si estuviéramos en un sauna, continuamos platicando y bebiendo ron.

Me platicó muchas cosas más de mitos y verdades del mundo artístico, me dijo todas las mentiras que aparecían en las revistas de chismes.

Lo que si me aclaró es que ha rechazado participar en los llamados Reality shows, por que le parecía verdaderamente asqueroso,

Adriana después de un trago más comenzó a abatirse, parece que fué cuando entendió por fin que intentaron asesinarla, y que el que fraguo eso, fué un ex amante, que para colmo era el más buscado delincuente y que cuando ese individuo se entere que está viva, no habrá nada que lo detenga para matarla, y siempre tendrá que andarse con cuidando.

Comenzó a llorar amargamente, arrojó impotente el vasito sobre una de las rocas, fue cuando me acerqué para tratar de calmarla, la tomé de los hombros y ella me miró entre lágrimas, con una revelación sorprendente:

¡Todo esto me saco por andar de puta!, ¡Sí, obtengo el dinero que me da la gana!

Pero la ambición me ganó todavía más, por dinero acepté darle el culo al hombre más horrendo que he visto en mi vida. A ese narco espantoso y corriente.

Traté de calmarla y ella me interrumpió con un mayor coraje consigo misma.

¡No, mira Pablo, es verdad lo que te digo, aquí como me vez, muy linda, que aparezco muy candorosa como estrella en las telenovelas mexicanas y en el cine, y que cada vez que presento un nuevo disco, me entregan reconocimientos de platino, de oro, etc. por las altas ventas. Pero en realidad ¡soy una gran puta!, (Aquí la noté más honesta pero también un poco más ebria, además creo que estaba muy bien que se desahogara.)

Sí Pablo una gran puta, no es la primera vez que me meto por dinero o por poder con cualquier cabrón, que se que me va a llevar hacía un proyecto mejor.

Cuando tenía trece años le di las nalgas a Sergio Treviño, el productor musical del grupo de Rock infantil "Chicle bomba" y después también cogí como loca con los integrantes del grupo, hacíamos unas súper orgías en los hoteles después de los conciertos, el grupo fué mi plataforma para mi lanzamiento como solista juvenil y después como actríz en mi primera telenovela y película, y es verdad, pasé sobre muchas actrices infinitamente más talentosa que yo.

Cada vez que me entregaban un reconocimiento por mi actuación en alguna película, mientras daba mi discurso de agradecimiento, en mi pensamiento tenía siempre presente que, me acosté con un productor o director para obtener lo que me proponía... Pero te puedo afirmar Pablo que no soy la única que ha hecho esto.

¡Y conozco varias compañeras, mucho más asquerosas, deshonestas y cínicas que yo!

Estaba pasmado. Después no dijo más, se había desahogado sin embargo soltó un intenso llanto, que yo no sabía como calmar. La dejé un rato llorando, pues no sabía que hacer realmente yo no sirvo para eso de consolar mujeres, más tarde traté calmarla. Ella me abrazó y sentí sus senos y su blusa húmeda, entonces me besó en las mejillas y una cosa te lleva a otra, continuamos con los labios, se sentían salados, por tanto sudor, le agarraba de su cabello castaño completamente enmarañado y quemado por el sol, su piel sin maquillaje, tenía una piel apiñonada muy atractiva, aquí se veía sumamente tostada, le pasé mi lengua por su cuello, comenzó a suspirar, y me miró con esos famosos ojos color miel, que le brillaban como un felino. Entonces ella pasó también su lengua por mis orejas, no se cuanto duramos besándonos antes de despojarla de su blusa que estaba aferrada a su cuerpo por tanta humedad, quedó en un sostén de un algodón también blanco, sumamente delgado que parecía transparente, pero de cualquier modo se lo quité y quedaron sus senos abundantes, muy grandes, morenos y con pezones tan amplios y oscuros que parecía que eran una ilustración hecha por algún artista del grabado, brillaban intensamente, su cintura era de una mujer disciplinada por el entrenamiento físico, me despoje de mi camiseta y la levanté un poco para quitarle sus bermudas y quedó en sus tangas de colores que se le veían ajustadas, se los saqué de un tirón y me encuentro con un cuidado monte de Venus con una línea de pelos centrales y una gran mata de que comenzaban a cubrir incluso las entrepiernas, aquí yo tenía la verga sumamente parada.

Al quedar desnudos los dos, busque tocarle sus nalgas que eran maravillosas, ella no opuso resistencia, tomó mi pene para sentir mi erección, y lo continuo acariciando fuertemente, como poseída, le besé sus pezones le levanté los brazos hacia arriba y sentí en sus axilas con unos finos pelos que comenzaban a brotar, además de un aroma muy fuerte, por la falta de desodorantes y perfumes, sin embargo su olor natural para mi gusto era muy agradable, realmente mucho muy agradable

Le pase mi lengua por esos senos, redondos y firmes, recorrí toda su cintura y del ombligo al pubis estaba extasiado por su mata de bellos, su sexo era más bien pequeño y como tenía un abdomen muy plano parecía una vulva como escondida, muy hacía adentro. No me resistí y le deslicé mis dedos acariciando entre sus piernas hasta el fondo, tocando entre sus nalgas y su culo y luego regresando y con mi dedo medio se lo fui metiendo en su vulva húmeda, ella suspiraba intensamente, jadeaba increíble, ella no dejaba de acariciar mi pene de arriba hacia abajo. Entonces lo jaló hacía ella y terminé acostado sobre su hermosísimo cuerpo moreno, y no dejó mi verga hasta que se lo introduje y comencé a bombear con todas las fuerzas, ella aquí comenzó a jadear como desesperada, por debajo de mis axilas metió sus delgadas manos y comenzó a arañarme, a tal grado que le quite sus manos ya que parecía una loca frenética, fue cuando mejor decidí voltearla de inmediato por que si no me iba a herir la espalda, entonces la puse en cuatro y aquí al menos tendría ocupadas las manos apoyándose en la arena.

Inmediatamente la tomé de su cintura con una mano le introduje mi verga y le di con tal fuerza que escuchaba sus gritos rebotando en la cueva, la acústica daba la impresión de un extraño sonido estereofónico, pero en este momento no importaba, la agarré firmemente de sus caderas mirándole sus preciosas nalgas morenas que rebotaban contra mis testículos y el contorno de sus caderas, continué con firmeza bombeando, mientras ella me gritó desesperada que estaba por terminar y yo no pude aguantar más y le arrojé un chorro enorme de mi semen dentro de su apretada abertura, le saqué mi pene flácido mientras, miraba como giraba cayendo boca arriba en la arena, sus senos parecía que se expandían hacía los lados, quedó con los ojos cerrados mientras aún respiraba agitada, se veía hermosísima, me quedé extasiado mirándola durante horas cuidándole su sueño.

Por la mañana me encontré con el nacimiento de agua dulce junto a unas rocas, entonces busque a Adriana, y la encontré mirando el mar, había desaparecido la avioneta durante la tormenta de la noche anterior, solo quedaron nadando algunos trozos de aluminio, me acerque a Adriana y le di una de las botellas de agua mineral, la tomo en el acto y comenzó a beber como loca, tenía una resaca espantosa.

Solo tenía puesta su blusa blanca y sus tangas de algodón de esas que están de moda de con un hilo dental que se les mete entre el culo.

La veía muy tranquila, tenía una mirada muy hermosa, casi angelical si no fuese por las aventuras que me contó por la noche, creería en una inocencia perturbadora.

Su cabello enmarañado y quemado por el sol la hacía verse como una imagen primitiva.

Se levantó y pude admirar su hermoso cuerpo, sus piernas largas y bien torneadas, se sacó la blusa y se fue corriendo hacia el mar, chocando las olas contra su cuerpo mientras se metía en las tibias aguas, en ese momento me pregunté ¿en que momento se dió cuenta que se había perdido en tanta podredumbre?, ¿cuando descubrió que era utilizada y que podía utilizar a la gente?

De pronto levantó su mano para saludarme sonriente, luego salió y regresó con ese cuerpo hermosísimo y tostado con esos senos que se movían a cada paso, esas caderas anchas y brazos bien definidos y su vientre con un ombligo redondo como ojo de pájaro yo deseaba que caminara más lentamente, para grabar más firmemente su silueta en mi pensamiento, gradualmente se iba acercando con esa diminuta tanga casi transparente, por donde surgían a los lados pronunciados pelillos oscuros, con las manos se tomó de sus ensortijados cabellos y los llevó hacia su nuca como queriéndolos sujetar sin éxito.

Se tiró en la arena a mí lado y me arrojó un puñado de arena, yo sorprendido le respondí con el juego y la tomé del cuello y la comencé a besar sus labios y mejillas mientras le tocaba todo su cuerpo, tenía que reconocerlo, almacenarlo en mi memoria, sus besos con esos labios resecos y esa lengua húmeda, me remitían a algo remoto, silvestre.

Aquí no se podía pensar que estaba con una famosa estrella, porque esa estrella aquí no existía, solo era una simple mujer de ojos color miel.

mis dedos aferrados a su vulva, le provocaron una serie de pequeños gritos, recordé sus uñas y busque la manera de girarla de espaldas hacia mí y así recostados en la arena le levanté su pierna izquierda y le acomodé mi verga introduciéndole suavemente asta llegar al fondo mientras ella movía sus nalgas, yo bombeaba en un mete y saca sintiendo una lubricación abundante, ella se agitaba exclamando casi a gritos que terminaba, pero yo quería más, la acomodé de perrito y le di con fuerza agarrando esas grandes caderas morenas y metí mis manos para tomar sus senos apretándolos con todas mis fuerzas, como queriendo arrugarlos, me grito: ¡Así papacito!, dáme más, ¡Haaaaaaaaaay! ¡Por el culo por favor! me insistió ¡dame por el culo papito!

Al escuchar sorprendido esto se la saqué de la vulva húmeda y busque introducirle lentamente en el ano apretadísimo, cosa que me costó mucho trabajo, pero fui bombeado y a cada embestida escuchaba sus gritos, mirando sus nalgas y piernas voluptuosas, hasta que terminé escuchando un grito de placer, sin embargo no se la saqué inmediatamente, y yo permanecí así aferrado, como no queriendo separarme jamás.

pocos días después fuimos rescatados por un barco pesquero de Veracruz, yo regresé a México, fuí despedido evidentemente por la empresa como ya lo vislumbraba, fué evidente que no me creyeron la historia, ya que extrañamente nunca salió a los medios de comunicación, a nadie le conté mi aventura con la famosísima estrella mexicana Adriana Loaiza, ella tampoco mencionó nunca nada, tampoco la volví a ver en persona, poco después al delincuente don Jesús Fragoso "el Dueño de la tierra" lo asesinaron en un paraje solitario. Yo me quedé de mutuo acuerdo con los ciento cincuenta mil dólares.

Seis meses después frente a un local de periódicos, vi una de esas revistas de chismes de televisión donde aparecía Adriana en la portada a todo color con una enorme panza y mencionaba que su futuro hijo era fruto del amor con un prominente empresario que conoció en Miami y que nunca revelaría su nombre, compré la revista porque tenía un póster interior de Adriana, lo guardé en la bolsa trasera de mi pantalón de mezclilla y me enfilé rumbo a mi taller para pegarlo en la pared.