Amor adolescente - Parte V

Alejandro comienza su primer día en el Instituto tras el verano. Aparentemente todo es como siempre, sin embargo, la llegada de Hugo, un nuevo alumno a su clase, trastocará al vida de nuestro protagonista. ¿Qué pasará de ahora en adelante? Amor, drama y sexo se entremezclarán en esta historia.

(ESTE RELATO NO CONTIENE ESCENAS SEXUALES EXPLÍCITAS, PERO SIRVE DE NEXO PARA CONTINUAR LA HISTORIA) P.D. LAMENTO LA TARDANZA

PARTE V

” Uff, por fin estaba en casa”, pensé. Después de un extraño fin de semana, había logrado llegar sano y salvo a mi querida guarida y no podía dejar de pensar lo mono había sido Lucas…. No solo me había cuidado muchísimo, sino que me había hecho olvidar todo lo que había pasado con Hugo… bueno, al menos hasta ahora. Cada vez que pienso lo cabrón que había sido Hugo, la sangre brotaba en mi interior. ¿Cómo podía haberme usado de esa manera con engaños ocultándome que salía con Sonia? Me sentía tremendamente utilizado y estafado por ese miserable chulo de barrio. Pero no podía seguir pensando más en él, no podía darle ese gusto a ese cabrón, necesitaba pasar página y dejarle de lado tanto a él como a sus mentiras. Así que al final pensé que lo mejor era que, a partir de ese instante, lo olvidara y lo ignorara por completo, él por su lado y yo por el mío. Sería lo mejor para todos. Además, Lucas era un tío genial que merecía toda mi atención y mi respeto. Por tanto, eso era lo que debía hacer.

Tras haber tomado esa firme decisión, decidí irme a la cama para dormir lo mejor posible e ir fresco a clase el día siguiente. De hecho, a pesar de que el día siguiente era lunes, logré despertarme a la hora y sin que mi padre tuviera que gritarme como un poseso. Me levanté muy descansado y con las pilas cargadas para empezar la semana. Me duché, me vestí y cuando bajé a desayunar mi padre no se creía lo que veía.

-       Hijo mío, ¿Qué te ha pasado hoy? Si aún son las 7:25…- dijo mi padre mirándome de forma incrédula.

-       Papá es que dormí muy bien y estoy listo para empezar la semana- dije tomándome la tostada-” y para poner en su sitio a quien se me ponga en el camino”, pensé para mí.

Después de lograr desayunar bien por primera vez en mucho tiempo, nos dirigimos hacia el instituto. Cuando llegué, Diego y Marta me estaban esperando en la entrada. Al acercarme, se abalanzaron sobre mi:

-       ¿Qué coño te pasó el sábado? ¿por qué cojones no has dado señales de vida en todo el fin de semana? Te he llamado mil veces tío- dijo Marta con su habitual tono maternal.

-       Yo también te llamé muchas veces Alex. He estado muy preocupado- añadió Diego.

-       Chicos, lo siento mucho por no haberos llamado, pero mi móvil se rompió el día de la fiesta y ayer… bueno lo de ayer ya os lo comentaré luego que es un poco largo. Uff…realmente os tengo que contar muchas cosas. ¿Qué tal si os pongo al tanto en el descanso? Que ahora ya entraremos en breve…

-       Vale, en el descanso nos lo cuentas todo, y espero que tus explicaciones sean buenas- me reprochó Marta antes de irse hacia su clase.

-       Bueno, yo me alegro de que al menos estés bien - dijo Diego mientras me daba un beso y se iba.

Yo, por mi parte, me dirigí a mi aula con la esperanza interna de que Hugo no estuviera. Sin embargo, a pesar de que conservaba la fe, mis ilusiones se fueron al traste cuando al entrar lo vi sentado con su habitual cara de chulo. “Joder, que incómodo” pensé. No obstante, me armé de valor y me dirigí hacia mi sitio sin apenas mirarle. Solo me senté, saqué los libros y esperé impertérrito a que el profesor llegara. Él, por su parte, no tuvo ningún amago de hablarme. Y así, ignorándonos el uno al otro, estuvimos las tres horas primeras horas.

Cuando tocó el timbre del descanso, recogí las cosas rápidamente y salí corriendo de clase para evitar cualquier intento de contacto y para encontrarme lo antes posible con mis amigos. Cuando los vi, sin más dilación, les conté todo lo que me había pasado: la historia completa con Hugo, su traición, lo que me pasó con Lucas, etc. Como siempre, tras haber lanzado todo mi discurso, Marta fue la primera en contestar:

-       Pero que pedazo de hijo de puta rastrero- dijo con cara de asco- ¿cómo se puede ser tan cerdo? Es que vamos, me dan ganas de irle y partirle esa boca de chulo que tiene. Que asco.

-       Ya ves tía…-dije dolido.

-       Joder Alex, lo siento mucho. Nunca me imaginé que pudiera ser así- añadió Che.

-       Pero mira, ni se te ocurra pensar más en él. Date cuenta de que no hay mal que por bien no venga, Lucas me parece un tío genial. Además, el otro día, cuando hablé con él, me pareció majísimo. Así que nene adelante con él, y así olvidas al pedazo de cabrón del cani ese.

-       Marta tiene toda la razón. Olvida al innombrable y céntrate en conocer a Lucas- dijo Diego que al verme triste añadió- ven anda, dame un abrazo para que te animes.

-       Me uno- añadió Marta antes de lanzarse y darnos un abrazo conjunto.

Después del abrazo, y de echarnos unas risas por la situación, tocó volver a clase. Joder, otras tres horas con la tensión de tener a Hugo al lado mío, pensé. Cuando llegué al aula, para mi sorpresa, no me lo encontré. De hecho, ni a él, ni curiosamente a Sonia. “Estarán fornicando en el baño los muy cerdos”. Inmediatamente, me quité la idea de la cabeza y lo dejé estar. Él no era a mi nada y si se follaba a Sonia, tres cojones me tenían que importar. Ante eso, decidí ignorar su ausencia y centrarme.

Finalmente, tras tres horas de interminables clases, por fin eran las 14:00. Apenas sonó el timbre salí corriendo hacia mi casa ya que quería comprarme un móvil cuanto antes. Ni siquiera me despedí de mis amigos para llegar lo antes posible. Cuando llegué, mi padre ya me esperaba en el coche.

-       Vaya, vaya. Cuando quieres algo, mira que eres puntual- dijo riéndose.

-       Ya papá, venga vamos a comer ya - le contesté subiéndome al coche y poniéndome el cinturón a toda prisa.

-       Ay, esta juventud…- dijo mientras arrancaba.

Al rato, y después de comer en mi restaurante mexicano preferido, por fin, tenía mi en mis manos mi nuevo IPhone X. ¡Qué feliz era! De hecho, tuve que hacerle mucho la pelota a mi padre cuando volvíamos a casa para que se quedara contento y olvidara el hecho de que me había comprado un móvil después de haber roto el otro que estaba prácticamente nuevo.

Cuando llegué a casa, rápidamente subí a mi cuarto, puse la tarjeta SIM y restauré todos mis datos y archivos con la copia de seguridad que tenía en la nube. De repente, todos los mensajes y llamadas perdidas me llegaron de golpe. Tenía las llamadas y mensajes de Diego y Marta, algunos mensajes de compañeros de clase, comentarios en algunas fotos de la fiesta que habían subido a Instagram, etc. Sin embargo, lo que más me sorprendió fueron unos mensajes que Hugo me había mandado el domingo:

-       Dónde te metiste en la fiesta que no te vi mas; cómo te despertaste de la borrachera de anoche; dónde estás; por qué me ignoras; tío, que haces; dónde estás ahora y con quién; etc.

Al leerlos todos, me quedé perplejo. ¿Quién coño se creía este tío para mandarme esos mensajes y controlarme de esa manera? Estaba flipando, ni mi padre me hablaba así, ¿Qué cojones le pasaba por la cabeza a este tío? Con toda mi indignación, opté por pasar de él, ignorarle e incluso bloquearle, aunque al final, tras pensarlo, no lo hice. Lo dejé estar. Cómo me podía hablar así y luego ignorarme completamente en clase como si nada…

Sin más, quise olvidarlo, y abrí el WhatsApp para hablarle a Lucas, pero me di cuenta de que no tenía su número… Ostias ¿cómo iba a conseguir su número ahora? Podría pedírselo a Cayetana, pensé, pero preguntaría mucho y no sé que sabe…. Joder que marrón. Rápidamente, se me iluminó una bombilla, y decidí agregarlo en Instagram para poder hablarle.

A los pocos minutos, mientras recogía el dormitorio, Lucas ya me había aceptado y me había hablado por Instagram:

-       Hey guapo, ¿qué tal estás? ¿qué tal el día? Tenía ganas de saber de ti

Casi me derrito al leer su mensaje.

-       Hola, Lucas. Pues bien, un lunes normal y aburrido… te iba a hablar por WhatsApp antes, pero me di cuenta de que no lo tenía y por eso te agregué a insta…

-       Ya me lo suponía pequeñín. Anoche me quedé con ganas de mandarte un mensaje de buenas noches, pero me di cuenta de que ni tenía tu número ni tu tenías móvil jaja . De hecho, le iba a pedir a mi hermana tu número directamente cuando llegara a casa, pero tú has sido más listo y te me has adelantado.

-       Es que soy más listo- le escribí para picarle.

-       Tampoco te vengas arriba eeeehh…

- Jajajaja Bobo

-       Mira, estoy saliendo ahora de entrenar, ¿te apetece vernos un rato?

-       Sí, claro. a las 17:30 ¿te parece bien?

-       Perfecto, ¿dónde nos vemos?

-       Donde tú quieras… me da igual

-       Oye, sino te importa y quieres, te puedo recoger en tu casa

-       Vale, si claro. Ortega y Gasset, 81.

-       Madre mía, a todo el mundo le das tu dirección así de rápido… ¡qué facilón!…

-       Eyyyyy qué malo….

-       Es broma principito. En una hora estoy ahí, voy a conducir.

- Jajaj a tonto, te espero.

Tras escribirle el ultimo mensaje, me fui a la ducha para ponerme algo mono para Lucas. La verdad que quería darle una buena impresión tras haberme visto en ropa deportiva tirado en el suelo y luego vomitando como un descocido. Por lo que me esmeré en verme guapo y, sobre todo, conseguir que Lucas me viera guapo jeje. Para ello me probé varias cosas y al final opté por una camisa de color coral, unos vaqueros y unas zapatillas Adidas blancas.

De repente, me di cuenta de que eran ya las 17:30, por lo que me peiné como pude y salí pitando hacia el portal y esperar a Lucas. Para mi sorpresa, no me encontré a Lucas, sino que en su lugar estaba HUGO…. ¿pero que cojones hacía aquí? Sin más, intenté ignorarlo, pero él rápidamente se acercó hacia mi.

-       Hey, ¿cómo estás?

-       Bien- contesté secamente flipando por la situación

-       Me alegro- dijo quedándose frente a mi sin decir nada más

Intenté mantener el silencio y alejarme, pero las palabras brotaron de mi interior

-       Hugo, se puede saber que coño haces aquí, que yo recuerde no habíamos quedado, ni hablado siquiera… y por supuesto, antes que nada, no digas que estabas aquí por casualidad- dije con evidente tono de enfado.

El me miró y contestó.

-       No, la verdad que he venido a hablar contigo. El fin de semana te escribí y no me contestaste y hoy en clase te noté muy frío y distante y quería hablar por si te pasaba algo importante…

¿EN SERIO? Que puta broma es esta, pensé

-       A ver Hugo, te agradezco tu preocupación por mi estado anímico, pero estoy bien. Y, además, no debes preocuparte tanto, eres solo MI COMPAÑERO DE CLASE, nada más- dije recalcando esto último.

Él me miró con cara de sorprendido e iba a añadir algo más cuando vi que Lucas había llegado. Sin más, me disculpé porque me tenía que ir (demasiado amable fui) y me dirigí hacia Lucas (que por cierto estaba guapísimo recién duchado con sus pelitos mojados) sin apenas mirarle.

-       Hola Grandullón, llegaste puntual eee jeje- dije mientras me metía en el coche y él arrancaba.

-       Yo siempre…oye, ¿quién era ese con el qué hablabas?

-       Un compañero de clase….- dije con un tono un poco evasivo

-       Ah… pues parecía que le dijiste algo malo porque miró con una cara de muy pocos amigos la verdad….

-       No creo, es su cara natural- dije mientras reía y le intentaba quitar hierro al asunto. Aunque, pensándolo bien, su cara daba mucho miedo….

CONTINUARÁ….

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Gracias una vez más por leerme. Agradecería vuestros comentarios y sugerencias sobre la trama.

P.D. Siento mucho haber desaparecido estos meses. LO LAMENTO DE VERDAD, pero he tenido problemas personales que ya he solucionado. A partir de ahora, intentaré subir más a menudo y continuar la historia. Espero que os esté gustando, y como ya dije, no dudéis en contactar conmigo y comentarme vuestras opiniones sobre la deriva que está cogiendo la historia (ACEPTO SUGERENCIAS): escritor.principiante95@gmail.com

Saludos lectores míos.