Amor accidental xxvi

La relacion de rose y veronica toma un nuevo giro

AMOR ACCIDENTAL

Por B.L Miller

Traductora Guri - Revisora Gorky

Ronnie introdujo la llave en la cerradura. "¿Qué es ese olor?" Preguntó, arrugando su nariz. Susan se encogió de hombros en su falta de una respuesta y sacó una bufanda de su bolso. La puerta se abrió y la ejecutiva movió el interruptor. "Hijo de perra," respiró. Las ropas estaban esparcidas por todas partes, los cojines del sofá estaban en el piso, la mesa del café y cada otra superficie horizontal estaba cubierta con latas de cerveza y basura. Cerveza rancia y ropas sucias se mezclaron con otro olor inidentificable.

"Oh mi dios," Susan dijo cuando observó la escena. "Esto es asqueroso."

"Triste es más lo que es," Ronnie murmuró, recogiendo un pequeño espejo cuadrado que encontró sobre la barra. La reveladora hoja de rasurar estaba reclinada al lado de este. "Es una buena cosa que viniéramos aquí primero." Mostró a su hermana el espejo empañado con un fino polvo blanco. "No hay manera que podemos hacer que mamá vea este lugar con este aspecto." Susan asintió en el acuerdo. Ronnie lanzó el repugnante espejo sobre la barra y desabrochó su chaqueta. "Supongo que mejor buscamos algunas cajas y bolsos de basura para toda esta mierda." Para su sorpresa, la pelirroja, que era adversa a cualquier clase de trabajo doméstico, no discutió.

"Pondré algo de música," Susan dijo, abriéndose paso para el estéreo. "Vamos ver ¿cómo funciona?" Presionó el botón de power y fue inmediatamente golpeada con unos incesantemente altos decibelios de ruido.

"¡APAGA ESA COSA!" Ronnie gritó cubriéndose sus oídos. Un segundo después había tranquilidad silenciosa otra vez.

"¿Cómo podía soportar escuchar esto fuerte?"

"Maldición si lo sé. Quizá las drogas afectaron su audición. Bien empecemos a trabajar. Quiero llegar a casa a una hora decente." La cocina compartía una media pared con la sala de estar, permitiendo a las dos hermanas platicar mientras recogían la basura. Ronnie levantó la tapadera del bote de basura en la esquina. "Oh Dios." Lo cubrió rápidamente. "Creo que descubrí de donde viene ese olor" se ahogó, dando algunos pasos atrás.

"No puedo oler eso más," Susan gritó desde el lado lejano de la sala de estar. "Todo lo que huelo es cerveza." Movió un cojín para encontrar una pizza medio comida pegada a la alfombra. "Oh Ronnie, no quiero tocar esto."

"Te diré que vamos a hacer limpiaré lo que sea que estás mirando si tú sacas estos platos de esto... um... supongo que lo llamarías agua." Se acercó con las puntas de sus dedos pero solo no podía lograr tocar el viscoso líquido. "Sé que no estaré tocando esto."

"Debimos haber traído guantes." La pelirroja recogió una lata vacía de cerveza y comenzó a tirar dentro de la bolsa. "¿Así qué las cosas están bien entre tú y Rose?" Preguntó casualmente.

"Nos llevamos bien, sí." Ronnie arqueó una ceja. "Susan, te dije..."

"Lo sé, lo sé. Ustedes no son amantes, ustedes son solo amigas." La hermana más joven agitó su mano descartándolo. "Me rendí intentando resolver esto." Puso la caja abajo y se acercó a la barra que separaba la sala de estar y la cocina. "Ella me da la misma historia que tú pero ustedes no actúan como amigas."

"Tenemos muchos trabajo que hacer aquí, Susan."

"Ronnie, mírame." Cuando habló otra vez, su voz era más suave. "No me importa. He observado la manera en que ustedes dos actúan alrededor de una con la otra."

"¿Y qué ves?"

"¿Qué veo?" Susan dio una pequeña sonrisa. "Te veo feliz en cierto sentido que nunca pensé que serías." Se rió en el sonrojo de su hermana. "Vamos, tú hiciste la pregunta. Realmente Ronnie, es obvio para mí que estás enamorada de ella. Por lo que respecta a cómo Rose siente sobre ti..." La cabeza de la mujer de cabello oscuro se levantó rápidamente. "Ella no es Chris."

"No, no lo es" la ejecutiva convino enfáticamente. "Rose nunca me ha pedido nada. Lo que le he dado, es porque he querido hacerlo."

"Veo eso," Susan contestó. "¿Piensas que no he estado observando? Tomas más días libres de lo que hiciste alguna vez y no vas a ninguna parte. No veo ningún auto nuevo, aunque no vi tu Porsche por ahí. ¿Lo vendiste?"

"Sí." La verdad era que, tan pronto como fue reparado, había firmado a Hans para venderlo en cualquier precio que él pudiera. "No quiere autos o cosas costosas. Incluso no tiene licencia de conductor. No está intentando conseguir nada de mí."

Susan levantó sus manos. "No tienes que defenderla, Ronnie. Solo estoy diciendo que no vi algunas de las cosas que me dijeran que está utilizándote y no creo que lo haga. Me gusta."

"¿Te gusta?" La sorpresa se mostró en su cara. Es era una rara confesión de su hermana más joven. "Así qué... estaría bien contigo si nosotras fuéramos... ¿una pareja?"

"No voy a fingir que entiendo por qué quieres estar con una mujer. No tiene ningún sentido para mí." Levantó su mano para impedir a su hermana hablar. "Pero esta es tu vida, y Rose te hace feliz, entonces eso es todo lo que importa. Así que sí, está bien conmigo si ustedes dos son pareja." Miró a Ronnie venir de detrás de la barra y alegremente aceptó el abrazo. "Es tu vida, hermana, si Rose es la que está para ti entonces no dejes que nadie las mantenga separadas" susurró en el oscuro cabello.

Ronnie retrocedió hasta que estuvieron a una distancia de un brazo separadas. "¿Qué hizo que cambiaras de opinión? Te recuerdo llamándola de todo, más un reencarnación de Christine."

"Estaba equivocada," Susan se encogió de hombros. "Hey, eso sucede." Frotó sus manos.

"Estoy haciéndola mi secretaria," Ronnie ofreció voluntariamente. "He estado llevando trabajo a casa para que lo haga y hasta ahora no ha habido error." Sonrió suavemente. "Tiene una buena cabeza para las cifras también... muy organizada." Si, la sonrisa creció más ancha. "¿Tú sabes que no se me da bien ordenar mi mail?"

"¿Quieres decir que desenmarañó ese desorden que llamas tu inbox?" Susan movió su cabeza. "Recuerdo cuando le pediste a Laura que hiciera eso. Pensé que iba a renunciar allí mismo."

"Rose lo hizo incluso sin ser pedido" Ronnie dijo orgullosamente. "Así es como ella es."

"Parece que eres muy afortunada, hermana. Ahora suficiente de esta sensible charla. Tenemos trabajo para hacer aquí. ¿Deseas intentar y conseguir el estéreo a un volumen que no rompa los vidrios?"

"Seguro." Ronnie se movió a través del cuarto, la sonrisa nunca dejó su cara.

"¿Ella dijo eso?"

"Yup... ooof."

"Oops, me gusta eso." Rose movió sus codos del pecho de Ronnie y se colocó, cruzando sus brazos sobre el pecho izquierdo de la mujer de más edad. Apoyó la barbilla encima de ella entrelazando los dedos. "¿Así qué realmente dijo que le gusto?"

"Dijo que le gustas." Ronnie sonrió en la oscuridad, su mano suavemente frotaba la espalda de la mujer más pequeña. "¿Ves? Has ganado sobre las mujeres Cartwright."

"No a todas."

"Amor, incluso yo no he ganado sobre mi madre todavía. Creo que solo tendrás que aceptar que dos de tres no es malo."

"Bien..." Rose subió poco a poco hasta que sus caras estuvieron a la misma altura, cabellos dorados y negros se mezclaron sobre sus hombros. "Hay realmente una única Cartwright que es la que importa para mí." Los ojos de Ronnie se cerraron cuando suaves labios presionaron contra los suyos. "Y ahora esa Cartwright necesita dormir un poco." A pesar de sus palabras, Rose no pudo resistir inclinarse para un beso más largo. "Mmm, a veces me pregunto si soy realmente Cenicienta y tu estás sosteniendo la zapatilla de cristal."

"Si lo hiciera, eso me haría una muy afortunada mujer," Ronnie contestó.

"Nunca entenderé que hizo que alguien como tú corriera el riego sobre alguien como yo." Rose movió la mayoría de su peso sobre la cama y reclamó el hombro de la mujer de más edad como su almohada. "A veces temo que todo esto sea algún sueño maravilloso y voy a despertar y encontrar que te fuiste," sintió los brazos de Ronnie apretar protectoramente alrededor de ella.

"Nunca dejaré que suceda, Rose. No permitiré nunca que vuelvas a la manera en que acostumbrabas vivir."

"Eso no me asusta." Frotó su nariz más intensamente en el hombro de Ronnie.

"¿Entonces qué lo hace?"

"Perderte," reservadamente admitió. "Todo el dinero y posesiones en el mundo no significan nada para mí sin ti."

"Te amo también," Ronnie susurró, levantando su cabeza el tiempo suficiente para poner un beso en la cabeza de Rose. Ellas se acurrucaron juntas, colocando las piernas hasta que encontraron una cómoda posición y la sensación pacífica de estar una con la otra las relajó dentro del sueño

El reloj marcaba justo pasadas las seis cuando la llamada de la naturaleza tiró de Rose de su dormitar. Somnolientos ojos verdes se abrieron y se enfocaron sobre la mujer durmiendo debajo de ella. Le llevó algunos minutos liberarse del rompecabezas humano que ellas habían formado durante la noche.

Después de un rápido viaje al baño, Rose se colocó las muletas y fue a la cocina a preparar una jarra de café. Servía el humeante líquido en dos tazas en el momento en que Ronnie entró en el cuarto. "Buenos días. Pensé que te gustaría un poco de café."

"Mmm, sí gracias." La alta mujer se acercó y envolvió sus brazos por detrás alrededor de Rose. "Buenos días, amor." Presionó sus labios en la cabeza de la joven mujer. "Tengo que recoger a mi madre en un par de horas."

"Entonces definitivamente necesitas tu café," Rose dijo, entregando las dos tazas. "Y si vas a darme un beso de buenos días, eso estará correcto."

Ronnie movió su cabeza. "Mmm, aliento de la mañana. Nada de besos hasta después de que cepille mis dientes."

"Correré el riesgo."

"¿De verdad?" Una ceja se levantó un poco cuando dejó las tazas abajo. Dando la vuelta, tomó primero una muleta, después la otra, y las puso al lado antes de coger a Rose en sus brazos. "Así qué tu quieres un beso de buenos días, ¿hmm?" Bajó su cabeza y volcó todo su amor en una serie de suaves besos. Mordió y persuadió con sus labios hasta que sintió la boca de Rose abrirse para ella. Ronnie tragó un suave gemido cuando su lengua exploró el interior de la boca de la joven mujer. ¿Oh sip, querías este, no es así? Para su completa sorpresa sentía una muy insistente lengua empujando dentro de su propia boca. Ahora fue el turno de la ejecutiva gemir. Cuando se separaron, fueron varios segundos antes de que su respiración volviera a un manejable nivel. "¿Así?" Preguntó con voz ronca. "Éste tiene su aprobación para un beso por la mañana, ¿Srta. Grayson?"

"Oh sí, muy agradable." Rose se alzó para otro rápido rozar de labios antes de alcanzar sus muletas. Bésame así cada mañana y seré feliz por siempre. Con renuencia retrocedió, su cuerpo entero gritaba por más contacto. "Mejor bebe tu café antes de que se ponga frío."

Ronnie miró el reloj. "Preferiría pasar el día contigo, tú sabes." El agudo pitido esbozó un ceño de la ejecutiva. "Recibiré esta. Con mi suerte es probablemente Susan que intenta eludir tratar con mamá hoy." Tomó el teléfono. "Residencia Cartwright... Sip, buenos días a ti también, hermana. ¿Qué sucede?" Rose miró como las oscuras cejas se fruncían en desconcierto. "Mm hmm, ella está despierta... no, nosotras acabamos de levantarnos y estamos tomando café." Ahora la frente se elevó y los azules ojos se trabaron con los verdes. "Bien... seguro, eso suena bien para mi. Déjame preguntarle, aguarda." Ronnie sostuvo el teléfono sobre su pecho. "Susan desea saber si te gustaría salir a desayunar."

"Uh, seguro." Sería la primera vez que saliera de la casa a excepción de las citas con su doctor y el funeral. Observó una sonrisa cruzar la cara de Ronnie.

"Seguro, suena bien, Susan." Ellas ultimaron detalles mientras Rose bebía su café. Para el momento en que Ronnie colgó, su café se había enfriado bastante para beberse en cuatro largos tragos. "Debemos irnos ahora. Se supone que nos encontraremos allí en cuarenta y cinco minutos. Correré arriba y me vestiré." Recogió la ahora vacía taza de Rose y la dejó con la suya en el fregadero. "¿Me haces un favor?"

"Lo que sea," la joven mujer contestó.

"¿Usas esa camisa color oxido?" Una sonrisa tímida vino a los labios de Ronnie. "Pienso que te ves realmente preciosa con ella."

"No creo que ninguna de las faldas vaya con ella."

"Los pantalones color caqui lo hacen. Estoy segura que la pierna es bastante amplia para franquear el molde."

Rose sonrió. Cuando había abierto esas ropas en Navidad pensó que irían bien juntos. También sabía que Ronnie tenía una debilidad por esa camisa en particular. "Seguro, pero eso te costará."

"¿Costarme?" El desconcierto giró en diversión cuando vio la calculadora sonrisa.

"Tienes que usar esa camisa gris de algodón y esos jeans negros."

"¿Los anchos o los ajustados?"

"Los ajustados." Rose se dio cuenta de cómo podría ser tomado y se ruborizó. "Solo pienso que esos te sientan muy bien." Murmuró, apartando la mirada cuando sus orejas giraron a una incluso más brillante tonalidad de rojo.

"Huh uh," Ronnie sonrió maliciosamente. "Estás linda cuando te ruborizas, tú sabes eso."

"Me has dicho eso antes."

"Eso es aún verdad." Se acercó a la mesa y se arrodilló hasta que sus ojos estuvieron al nivel con los de la joven mujer. "En realidad, la verdad es, que eres hermosa en cualquier momento. Con o sin un sonrojo." Se inclinó y dio a Rose un beso en la mejilla. "Vamos, estoy hambrienta."

"¿Puedo traerles a las señoras algo de beber para empezar?" La camarera preguntó. Las tres mujeres estaban sentadas en una mesa, Susan sentada sola en un lado. Rose abrió su boca pero antes de que pudiera pronunciar un sonido, Ronnie habló. "Café en este lado y a ella té... limón, sin crema. Estaremos listas para ordenar cuando usted vuelva."

"Vuelvo enseguida con sus bebidas."

"¿Sabes ya qué quieres?" La ejecutiva preguntó sin levantar la mirada de su menú. Dio un suave toque debajo de la mesa a Rose para que entendiera que la pregunta era dirigida a ella.

"Um..." Exploró el menú, observando con gran alarma los precios abajo a lado derecho. ¿Seis dólares cincuenta centavos por dos huevos y pan? ¿Dos noventa y cinco por el café? Su apetito se redujo en proporción directa a los precios. "Creo que realmente no estoy tan hambrienta. Quizá solo una tostada y café."

"Oh no, Rose," Susan dijo. "Tienes que probar sus huevos benedict. Es el mejor en Albany, lo juro."

"No, estaré bien con las tostadas, estoy segura." Sabía sin mirar que era la receptora de una inquisitiva mirada de Ronnie. Quizás se olvide de mi estómago quejándose antes. La camarera volvió con sus bebidas y cuando habían sido servidas miró expectantemente en Ronnie.

Con un asentimiento de su cabeza, la mujer de cabello oscuro indicó a Rose. "Ella tomará dos huevos, con pan tostado, picadillo de carne de res y papas fritas. Tomaré lo mismo excepto que quiero tocino en vez de picadillo y mis huevos deben estar bien cocidos. ¿Susan?"

"Tomaré unos waffles Belgas con fresas y crema."

"Correcto, le traeré su comida pronto."

Rose miraba a Ronnie boquiabierta. "Dije que estaba bien con una tostada."

"Susan, ¿nos disculpas por un momento por favor?"

"Seguro, Ronnie. En realidad creo que necesito hacer un viaje al tocador de damas." Tomó su bolso y abandonó la mesa.

"¿Por qué hiciste eso?" No había acusación en el tono de la joven, solo curiosidad.

"¿Por qué mentiste acerca de no tener hambre?" Ronnie contradijo. "Mírame. Dime que únicamente deseas una tostada y que el precio no tenía nada ver con esto." Su mano derecha se deslizó bajo la mesa y comenzó a acariciar el muslo izquierdo de Rose. "Entiendo que pienses de cuanto cuesta todo. Desearía que no lo hicieras, pero se que lo haces. También se que no voy a sentarme aquí y dejar que comas solo una tostada para el desayuno." Una mano más pequeña agarró la suya debajo de la mesa y la apretó.

"Ok, gracias." Rose se inclinó más cerca. "En realidad, el picadillo y los huevos suenan maravillosos."

"Tú los amarás, confía en mí."

Un corto tiempo más adelante Rose limpiaba el plato con el último trozo de pan tostado mientras las dos hermanas hablaban. El tema actual era impuestos, y para alguien que siempre acostumbra la forma fácil, era un tema con el que se sentía penosamente fuera de lugar. Las mujeres Cartwright, por otra parte, habían charlado durante toda la comida sobre exenciones y vacíos legales. Rose sonrió y desayunó tranquilamente, escuchando los ricos tonos pero no las palabras de su alta compañera. Excluyó a Susan completamente y así, pasó por alto su nombre la primera vez que fue mencionado. "Lo siento, ¿qué?"

"Pienso que la estamos aburriendo, Susan." Ronnie rió cuando vio el culpable rubor cubrir la clara piel.

"Dije que Wendy necesita cualquier recibo que tengas para tus impuestos." Viendo la confundida mirada de Rose, Susan explicó. "Wendy es nuestra contable. Ella hará tus impuestos para ti pero pienso que le está faltando algún papeleo. Tiene únicamente tu W-2 de Cartwright."

"Bien, tengo el único de Money Slasher. No me llevará mucho tiempo llenar la forma así que no he evadido este aún. ¿Por qué tendría una declaración de ingresos de Cartwright? Ronnie no decidió darme el trabajo como su secretaria hasta la semana pasada."

"Whoops," Ronnie dijo. "Puedo explicar." Se giró en su asiento para poder hacer frente a Rose. El corto banco y sus piernas largas significó que su rodilla terminara apoyada sobre el muslo cubierto de color caqui. "¿Recuerdas cuando hice que firmaras todas esas formas para que nosotros pudiéramos conseguirte en el seguro? Tú estás en la nómina de pago desde entonces."

"¿Quieres decir que no sabías que estás recibiendo un pago cada semana?" Susan preguntó. La aún impresionada Rose meneó su cabeza. "Firmaste una autorización directa del depósito para la unión de crédito. Llenaste un W-4 para tus exenciones."

"No recuerdo lo que firmé. Estaba aún en el hospital y con todo ese matador dolor..."

"Ronnie, ¿no le dijiste lo que estaba firmando?"

Ahora fue el turno de la ejecutiva para ruborizarse. "Bien..." Miró a Rose. "Cuando estabas en el hospital, todo lo que podía pensar era en asegurarme que tuvieras el mejor cuidado. Sé que te dije que eras ahora empleada de Cartwright Corp."

"No pensé que querías decir que en realidad recibiría pago." Discretamente puso su mano en la rodilla de Ronnie. "Debe haber cientos de dólares allí adentro."

"Me gusta más miles," la ejecutiva corrigió. "No pago a mis trabajadores morralla suelta como Money Slasher. Pago un salario real. Por eso la gente con habilidad y talento no nos deja después de algunos años y entra a alguna otra firma."

"Ronnie, no puedo conservar ese dinero. No lo gané. ¿No puedes solo devolverlo o algo así?" Eso ganó risa de ambas Cartwrights. "¿Qué?"

"Rose querida, ¿tienes alguna idea cuánto papeleo estaría involucrado en hacer algo así?" Susan se rió suavemente otra vez. "Eso es imposible."

"El dinero es tuyo, Rose," Ronnie agregó. "Siento no haberlo mencionado antes. Honestamente no pensé en cosas como cheques y tu por supuesto no has necesitado ningún dinero."

"Está bien. Podemos hablar acerca de eso en algún otro momento." Rose llevó la taza de café a sus labios, mentalmente decidiendo a qué instituciones benéficas daría el dinero si no podía convencer a Ronnie que lo devolviera.

"Hablando de más tarde," la ejecutiva miró en su reloj. "Mejor nos vamos."

"Espera." Susan puso su mano a través de la mesa, rogando a su hermana permanecer donde estaba. La pelirroja miró a Rose con tal seriedad que hizo que el pulso de la joven mujer se acelera con nerviosismo. "Solo quiero decirte algo antes de que nos vayamos." Se lamió los labios y echó un vistazo rápido en su hermana mayor antes de continuar. "Rose, amo mucho a mi hermana, con Tommy desaparecido, bien... esto justamente me ayudó a hacer que me diera cuenta que estaba siendo injusta con ella. Nunca la he visto más feliz que cuando está contigo."

"Susan, no me avergüences," Ronnie advirtió juguetonamente aunque el calor se levantaba en sus orejas.

"Oh tú quédate tranquila o le diré sobre la vez que una vez cogiste el auto de papá para un paseo subrepticio y fuiste detenida por la policía," la hermana más joven advirtió. "Ahora, como estaba diciendo antes de que tan groseramente me interrumpieran, ella es feliz y eso es lo que es importante." Tomó la cuenta y le echó un vistazo antes de pasarla a través de la mesa a su hermana. "Tú turno. Treinta y ocho y seis para la propina."

"Gracias, sabes que odio calcular eso." Ronnie abrió el bolso y sacó su cartera, pasando a través de varias tarjetas plásticas hasta que encontró la que buscaba. Pocos minutos después la cuenta fue pagada y estaban paradas junto a sus vehículos, que estaban estacionados uno a lado del otro.

"Tengo que dejar a Rose y entonces te encontraré en casa de mamá," Ronnie dijo cuando quitó la alarma y abrió la puerta del pasajero.

"Ok, no tardes mucho." La pelirroja giró hacia Rose. "Fue agradable que nos acompañaras a desayunar."

"Gracias por invitarme" contestó. "Y gracias por lo que dijiste allí adentro... con respecto a que ella merecía ser feliz."

"Yeah yeah, todo el mundo es feliz," Ronnie dijo con un fingido gruñido. "Excepto mamá, que va a tener un ataque si no llegamos pronto."

"Estaba siendo seria," Rose dijo, golpeando el brazo de la alta mujer.

"También yo." Miró a su hermana más joven. "Susan, aprecio lo que dijiste allí adentro... así como lo de anoche."

"¿Crees que dirían algo si dos hermanas se abrazan en público?"

"¿A ti de verdad te preocupa lo que digan?" Ronnie contradijo. Ellas se abrazaron, para sorpresa de Rose, Susan le dio un rápido abrazo. Se despidieron y estaban pronto sobre la carretera.

Después de ser dejada en la casa, Rose se encontró sin nada que hacer. Ronnie no estaría seguramente de regreso hasta media tarde. Anduvo alrededor, vagando dentro y fuera de cada habitación en la primera planta. Entonces sus ojos siguieron las escaleras. La curiosidad consiguió lo mejor de ella y colocó las muletas en la escalera inferior.

Aunque había estado en el dormitorio de Ronnie antes, esta era la primera vez que realmente lo miraba. Esta es bastante grande para un apartamento entero.Un acolchado banco situado debajo de una impresionante ventana. Una puerta abierta al lado conducía al baño privado y la joven mujer hizo una nota mental para visitarlo más tarde. Rose vio que su amiga tenía no uno sino dos tocadores así como el increíble vestidor. Un espejo de cuerpo entero empotrado haciendo juego con la madera situada en una esquina. Una cabecera, con luces y entrepaños, complementada por una cama king sized. Había mesitas de noche de ambos lados también. Sobre la pared opuesta a la cama estaba una versión más pequeña del centro de entretenimiento del piso de abajo. Rose abrió las puertas para revelar una televisión de veintisiete pulgadas, una colección de videos de Ronnie y un VCR. Sus ojos, repasaron familiares títulos buscando algo interesante para ver. Hileras de cintas que no tenían cajas o etiquetas en los costados. Tomó uno y miró el título. Oh Ronnie, no sabía que tenías esta clase de cintas. Sonrió y la metió en la VCR. Bien, ésta debe ser interesante. Colocó las almohadas en la cama y se sentó para ver su primera película de adultos.

Para su sorpresa, había realmente un argumento para la película. Rose no prestó atención al título pero calculó rápidamente que era sobre dos amantes femeninas que son separadas dentro de una celda por un cruel vigilante. La primera escena de sexo apareció rápidamente y verdes ojos se ensancharon en la vista de dos desnudas mujeres besándose la una a la otra. Eran los mismos lentos, suaves besos que compartía con Ronnie. Entonces sus besos cambiaron. Llegaron a ser más apasionados y una mujer comenzó a gemir cuando la otra apretó su pezón. De repente los sueños de Rose tenían otra dimensión agregada a ellos cuando intentó imaginar a Ronnie hacer el mismo sonido. "Mmm..." Miró a las dos mujeres comenzar sus actos de placer y se imaginaba cada uno haciéndolo con su compañera. La excitación fue inmediata pero más que eso era otra sensación, una mucho más importante. Las mujeres en la pantalla hicieron que Rose se diera cuenta que esto era más que un acto físico. Incluso aunque eran actrices interpretando un papel, cada tacto era tierno, casi amando. Entre los quejidos y los gritos había repetidas declaraciones de amor de la una por la otra. Por eso es que lo llaman hacer el amor, se dio cuenta quizás por primera vez. Ahora entendía lo que estaba negándole a Ronnie... y lo qué Ronnie estaba negándose a si misma honrando su promesa a su padre. Apagó la VCR, Rose se sentó y miró fijamente la pantalla azul durante varios largos minutos mientras las últimas piezas del rompecabezas cayeron en su lugar.

"¿Probarás las costillas de cerdo?" Ronnie preguntó, pegando sus labios con satisfacción. "Te digo que, no hay nada como una buena comida china para llevar."

"No, no las he probado todavía," Rose contestó reservada, sus ojos nunca abandonaron su plato, el contenido que estaba siendo empujado alrededor sin objetivo por su tenedor.

"Deberías. Los rollos de huevo están bastante buenos también. Absolutamente nada de grasosos."

"Hmm Um." El brócoli y el cerdo sufrieron más cambios.

"¿Rose, pasa algo? Has estado silenciosa desde que llegue a casa."

"Ronnie, ¿puedo preguntarte algo?"

"Cualquier cosa, sabes eso."

"Si nunca le hubieras hecho esa promesa a tú padre... si nada estuviera siendo para ti un obstáculo... querrías..." La rubia mujer meneó su cabeza y levantó sus ojos con miedo e incertidumbre en su mirada. "¿Podríamos nosotras ser amantes?"

Ronnie se puso de pie. "Creo que hemos terminado de comer. Vamos a la habitación y hablaremos. Me ocuparé de los platos más tarde."

"Sí, eso sería mejor." Rose convino, levantándose en su pie bueno. Sí, tú y yo nos acurrucáramos juntas en el sofá... "¿Ronnie? estaría bien si solo fuéramos al dormitorio? Quiero decir, nosotras podemos siempre ver televisión allí adentro, ¿correcto?"

Campanas de advertencia y los silbidos explotaron en la cabeza de Ronnie y tragó reflexivamente. "Uh... ¿estás segura?" Considerando el tema de discusión, no estaba completamente segura que acostarse juntas en la cama era una sensata idea.

"Sí." Y con esa palabra dicha en voz alta, Rose se dio cuenta que sí, realmente estaba segura... acerca de todo. Una vez dentro del cuarto, Rose reclinó las muletas contra la pared y pacientemente se equilibró en su pie bueno.

"¿Quieres cambiarte primero?" Ronnie preguntó mientras bajaba las sábanas.

"No, estamos bien justo de la manera en que estamos." Una vez que las ropas de cama estuvieron listas, se deslizó entre ellas y rodó sobre su costado para hacer frente a la mujer que había capturado su corazón. Ronnie comenzó a unírsele. "Espera." Rose estiró la mano y encendió la lámpara. "¿Podrías apagar la luz?" Pronto el brillo fue substituído por una cálida, suave luz.

"Así que estamos en la cama y quieres hablar," Ronnie ofreció cuando se acomodó.

"Si nosotras estamos," asintió apoyándose en un codo, posó la mirada en los azules ojos sin fin. "¿Vas a contestar a mi pregunta? Si no hubieras hecho esa promesa a tu padre, podríamos ser amantes?"

"Creo que no estás segura..."

"Olvídate de eso por un minuto." Extendió la mano y recorrió ligeramente con la yema de su dedo debajo de la quijada de la mujer más mayor. "Si fuéramos solos tú y yo, nadie más." Ronnie estaba aún usando su camisa gris y con tres botones desabrochados, la visión era completamente tentadora. Rose movió su yema del dedo abajo de la cincelada quijada a la larga garganta y más allá, parando solamente cuando este encontró el borde del encaje del bra. Observó con cierto placer que la respiración de la mujer más mayor se había acrecentado.

"Rose, te amo y lo sabes." Ronnie extendió una mano y acunó su mejilla. "Si no hubiera obstáculos, si realmente fuéramos solo tú y yo, sí. Estaría muy honrada de ser tu amante." Fue recompensada con un rápido beso. Los curiosos dedos estaban conduciéndola a la locura pero no podía encontrar la fuerza para pararlos.

"Ronnie..." Los distrayentes dedos lentamente desabrocharon el botón siguiente de la camisa gris. "Somos solo tú y yo. No hay obstáculos."

"Rose..." Su cuerpo respondió inmediatamente a su camisa siendo desabotonada. Los pezones se endurecieron debajo del blanco bra y todo su cuerpo hormigueaba con excitación. Abrió su boca para protestar y para encontrar una cálida, suave lengua presionar contra la suya. "Mmm." Bajo la gentil insistencia, Ronnie se relajó y dejó a la joven mujer tomar el control. Rose la sintió ceder y disminuyó la presión de sus labios. Su mano libre viajó por su propia voluntad, deslizándose debajo de la camisa de algodón y contra la cálida piel. En un movimiento que impresionó a ambas, la errante mano se cerró sobre la suave copa de encaje y apretó un poco. Ronnie jadeó y su cuerpo se arqueó en el tacto.

"Te gusta esto," Rose observó, dándole al firme montículo otro apretón y disfrutando la reacción inmediata. Dejó su mano donde estaba, bajó su cabeza hasta que sus labios estuvieron contra el oído de su amante. "Ronnie," dijo roncamente. "Te amo y deseo hacer el amor contigo." Enfatizó su declaración chupando un dispuesto lóbulo, después maniobró hasta la boca de Ronnie. Teniendo cuidado de no golpear la espinilla de la mujer de más edad, Rose deslizó su pierna izquierda entre las más largas.

"Rose..." Tenía todas las intenciones de parar esto antes de que fuera demasiado lejos pero en vez de eso su cuerpo obedeció a su mente, su mano se cerró alrededor de la de Rose, alentando más exploración. Ronnie estaba ardiendo y luchó por encontrar una razón para resistirse. "N- no debemos."

"¿Por qué?" La rubia mujer sacó su mano de debajo de la camisa de algodón y miró a su amante con toda seriedad. "¿Dime por qué debemos continuar negándonos esto a nosotras mismas?"

"Lo prometí..." Los dedos presionaron contra los labios llenos.

"No." Había una sosegada cólera en la voz de Rose. "No Ronnie. Puedes prometer muchas cosas pero renunciar a tu felicidad para siempre no es una de ellas." Suavemente trazó una definida ceja negra. "No puedes prometer renunciar a mi felicidad, tampoco." Sus ojos se agitaron bajando para estudiar los labios antes de viajar de regreso para llegar a perderse en ese pozo de interminable azul. Ronnie no se movió, todavía luchando con sus demonios internos. Apoyándose sobre su codo derecho, Rose utilizó su mano izquierda para soltar su blusa, trance que la hacía exponer cada vez más carne cuando cada botón fue desabrochado. Sonrió en la intensa mirada en los ojos de Ronnie. Una vez que la camisa color óxido colgara holgadamente, Rose tomó la mano más grande en la suya y la trajo al área cubierta por la seda beige. "Por favor, no, no luches contra esto," susurró cuando sintió la resistencia de Ronnie. Presionó su pecho contra la cálida mano y gimió cuando sintió el tentativo apretón.

La limitada experiencia de Rose no la había preparado para la sacudida que el tacto de Ronnie le trajo. Otro apretón y estaba segura que simplemente moriría sin que su amante la tocara. Sintió que era empujada sobre la cama y no se opuso. Largos oscuros cabellos cosquillearon su cara y la lengua que buscando entró a su boca era completamente insistente. "Siimphf." Nada puede sentirse mejor que esto, pensó para si misma ansiosamente cuando devolvió el beso con igual frenesí.

"Te amo," Ronnie exhaló cuando el beso finalmente terminó. Apoyada en su codo, su cuerpo a medias encima de la mujer más pequeña. Sintió a Rose intentar sacar la camisa gris de los jeans. "Espera." Girando sobre sus rodillas, desabotonó y bajó el cierre de sus pantalones. Desabrochó el último botón en su camisa y lentamente sacó los extremos. Ahora colgaba libremente en su cuerpo, bastante abierta para mostrar un vislumbrar de su bra debajo. Con una lentitud que era tortura para el sistema nervioso de la joven mujer, Ronnie deslizó el tejido gris de sus hombros, dejándolo caer en la cama detrás de ella. "¿Este también?" Preguntó, tocando el gancho del frente de su bra.

"Por favor," Rose pidió. Su amante sonrió ante la urgencia en su voz. Una rápida vuelta y las copas cayeron. El bra cayó encima de la camisa y durante varios segundos ninguna de las dos mujeres habló. Los ojos de Rose estaban mirando la más hermosa vista que jamás había visto y dijo tanto con la mirada en su cara. "Bésame otra vez."

Oh sí, eso es mucho mejor, pensó para si cuando sus manos viajaron sobre la desnuda piel de la espalda de Ronnie. Estaba plenamente consciente de los lugares donde su camisa estaba abierta y su piel tocaba. Compartieron una serie de perezosos besos hasta que sintió una inquieta mano intentando quitar su camisa. "Sí," convino, intentando quitarla mientras aún estaba acostada de espaldas.

"Por favor... permíteme," Ronnie pidió. Rose asintió y se dejó ser atraída a una sentada posición. Su camisa se encontró lanzada contra la silla en la búsqueda de Ronnie por quitarlos del medio. El bra beige terminó en el piso. Se bajó de nuevo de la cama pero su amante permaneció donde estaba. Corazones palpitando con fuerza y cuerpos pulsando cuando ellas miraron abiertamente la una los pechos de la otra. Donde su propia aureola era de color rosado, la Ronnie era más oscura, casi café. Bajó la mirada y estaba sorprendida de ver sus pezones todavía manteniéndose firmes como pequeñas gomas, la piel alrededor de ellos aún suaves pero comenzando a fruncirse. Incluso el día más frío no hace que ellos se levanten así musitó mientras miraba de nuevo para ver los pezones de su amante comenzar a hacer la misma cosa.

"Tú... eres... hermosa," Ronnie susurró. Se bajó y lentamente, muy lentamente, piel desnuda tocó la piel desnuda. Ambas gimieron suavemente y sonrieron en el reconocimiento del placer mutuo. Largos dedos se hundieron en el dorado cabello mientras los más pequeños se envolvieron alrededor de su musculosa espalda. Sus bocas jugaron un juego de dar y tomar, lenguas bailando de un lado para otro mientras ellas flotaban en el amor de una en la otra.

"Oh... oh sí, esto es agradable," Rose jadeó cuando sintió la boca de su amante trasladarse a su cuello. Sintió los labios separarse y la suave lengua lamía su piel. Subió sus manos para posarlas en la nuca de Ronnie. "Si... mmm, esto se siente tan bien."

"Siii." El cuerpo de Ronnie estaba presionándose contra el suyo, traicionando el aumento de la pasión de la mujer más mayor. Rose dejó que su mano derecha bajara hasta que llegó a los botones de los jeans negros. Desde que fueron desabotonados, había mucho espacio para que se deslizara adentro. Cuando agarró la firme mejilla, Ronnie gimió contra su piel y comenzó a chupar su cuello en serio. "Rose..."

"Si Ronnie... esto se siente sí tan bien." Apretó más duramente y fue recompensada con renovadas contorsiones.

"Vas a conducirme a locura, ¿sabías eso? No puedo concentrarme cuando haces eso." Admitió apartando su trasero de las distrayentes caricias de Rose. Separó las piernas más pequeñas con un toque con las propias, colocándose de modo que sus labios estuvieran a la par con los pechos de la joven mujer. El largo cabello oscuro formó una suave capa que cosquilleaba cuando este se movía sobre la clara piel. "Te amo tanto," Ronnie dijo jadeantemente cuando reclamó los labios de Rose para los propios. Fosas nasales dilatadas con irregulares respiraciones cuando se besaron apasionadamente.

"Pero..." Lo que sea que Rose iba a decir fue perdido cuando sintió un beso en la superficie inferior de su pecho. "Ooooh." Ronnie contestó con un ahogado gemido y continuó lamiéndole y mordisqueándole su suave carne. "Se siente tan bien..." Oh, esto es el cielo. Nada puede sentirse mejor que esto. Sintió la cálida respiración en su pezón un instante antes de que una húmeda lengua rodara sobre este. "Oh, Ronnie, siiii..."

Las pruebas de intentos con los muchachos adolescentes nunca habían preparado a Rose para la sensación de ser amorosamente succionada. La arrancada sensación fue contestada con un intenso palpitar entre sus piernas y sus caderas se movieron por propia voluntad, presionando duro contra Ronnie. Sus manos estaban enterradas profundamente en el oscuro cabello y estaba dividida entre mantener a Ronnie donde estaba o pedirle que le diera al otro la misma atención. Antes de que pudiera decidir, la lengua y los amorosos labios soltaron su tesoro. "Oh, no pares..."

Ronnie se rió suavemente y presionó su muslo contra el centro de Rose. "No estoy parando." Usando sus codos para apoyarse, se inclinó para un beso. "Te amo, Rose."

"Te amo." Sus bocas continuaron dando y tomando, las manos de Rose bajaron entre sus cuerpos y acunaron dos dispuestos montículos de carne. El gemido de Ronnie vibró a través de sus labios y Rose contestó con uno propio. Sus dedos se enfocaron, moviéndose en círculos más pequeños hasta que ellos estaban suavemente acariciando las endurecidas cimas.

"Oh amor," Ronnie jadeó. "Y-tú no puedes... unggh... hacer eso." Osciló retirándose fuera del alcance y movió su cabeza. "Te dije que no puedo concentrarme cuando haces eso."

"Esto se siente tan agradable." Rose estiró su mano solo para ser detenida por una mano más grande, más fuerte.

"Sí," la mujer más mayor convino. Besó cada nudillo, luego las palmas antes de liberar las manos de Rose.

"Quiero..." ¿Cómo digo esto sin sonar cruda? "Quiero..." Envolvió los brazos alrededor del torso de Ronnie y subirse, agachando su cabeza con tiempo para traer su boca a su meta.

"¡Oh Dios, Rose!"

Rose encontró su cabeza sostenida en el lugar por las manos de Ronnie mientras alegremente recorría su lengua sobre la oscurecida aureola. Oh si... esto es agradable. Oyó tanto como sintió la respiración de Ronnie acelerándose y sonrió contra el erguido pezón antes de frotar sus labios de un lado para otro contra el. Se rindió a las fuertes pero gentiles manos que la empujaban de nuevo sobre la cama.

"Deja... que te... muestre... a ti... algo que deseo... mi Rose," Ronnie dijo antes de bajar su boca al pecho de Rose.

"Oooh...." La boca y las manos de Ronnie estaban en el movimiento constante en sus pechos. Sus manos agarraban y soltaban el oscuro cabello y sus caderas estaban en constante movimiento contra el torso de la mujer más mayor. "Ronnieeee..." Bajó la mirada para ver la boca succionando su pecho. "Te sientes... oh, tan bien... haciendo esto..." Su respiración se aceleraba y sus caderas presionaban duramente contra el torso de Ronnie. Su amante contestó con un descendente empuje contra su muslo, haciendo a ambas extremadamente conscientes de su propia humedad. "Por favor... Te necesito..." Intentó alcanzar entre sus cuerpos el botón de sus pantalones.

"Siiii..." Ronnie asumió el control de la tarea, liberando el pecho que estaba succionando y se levantó dándose sitio. Largos dedos hicieron su trabajo rápido del botón y el cierre pero en vez de quitarlos, la mujer de oscura cabellera se colocó hacia atrás, poniéndose de lado sobre Rose para permitir que su mano derecha se deslizara entre los caquis y las bragas blancas de algodón.

"¡Oh sí, SÍ!" Rose gritó cuando dos dedos presionaron contra su muy sensible área. Tomó la cara de Ronnie y la trajo para un ardiente beso. "Oh no pares por favor." Sus oscilantes caderas causaron aflojamiento en el tejido, dando más sitio para que los traviesos dedos exploraran. Ellos echaron un vistazo bajo el elástico después lo retiraron, alternando suaves roces con firmes frotaciones. Rose se levantó rápidamente, más rápidamente de lo que jamás había hecho y la asustó. Enterró su cabeza en el cabello de Ronnie y se aferró firmemente. "Ronnie..." Sus respiraciones venían en rápidos descargas y no estaba segura si sobreviviría al intenso placer enviado a través de su sistema. Los dedos cambiaron la dirección, frotando el algodón en movimiento circulares contra su clítoris. Rose gimió y movió sus caderas frenéticamente. "No puedo... oh Ronnie... por favor... yo..."

"Shh... te tengo..."

"Ronnie... oooh..." Sus manos se agarraron desesperadamente en los hombros de su amante. "Por favor... más fuerte... Oh... si Ronnie, siiii..." La cálida respiración acarició su oído, ambos confortando y excitando al mismo tiempo.

"Rose, te amo."

"Siiii." Un intenso palpitar comenzó profundamente dentro y ganó ímpetu cuando se extendió externamente.

"Mi preciosa Rose... si estás cerca, puedo sentirlo." La presión y el ritmo se incrementaron y el cuerpo de la joven mujer reaccionó, oscilando de un lado para otro más rápido mientras sus dedos agarraban los hombros de Ronnie más fuertemente.

"Si... más fuerte... ooh..." Sus dientes firmemente apretados, Rose se balanceó sobre el borde por un agonizante duración de tiempo. Después un largo dedo se deslizó debajo de las empapadas bragas y resbalaron entre sus hinchados dobleces. "¡Oh Dios!" Una vez, dos veces, tres veces a través de su clítoris y el mundo estalló para Rose. "Ronnieeeee... ah." Gritó cuando el orgasmo pulsó a través de ella, robando a la joven mujer de toda razón y sentido. Una ronca voz murmuraba palabras que no entendía en su oído y estaba vagamente consciente de ser suavemente mecida pero la realidad era un plano lejos lejos fuera de ella en este momento. Sentía a su cuerpo ir blando y confió en los fuertes brazos de su alrededor para protegerla mientras flotaba sin rumbo en el resplandor.

Largos minutos después Rose encontró la fuerza para levantar su cabeza e investigar dentro de una amorosa mirada de azul. "Te amo."

"Mmm, te amo también," Ronnie dijo, sellando las palabras con un beso.

"¿Quieres que me mueva?"

"No, quédate aquí, yo quiero sostenerte."

"Suena perfecto," Rose murmuró, frotándose más profundamente en el abrazo de su amante. "Podría justo permanecer así para siempre."

"Seguro. Siempre que tu quieras." Ronnie estaba delirantemente feliz y satisfecha de pasar el resto de la tarde abrazada a pesar de no tener su propia liberación aún. Todo lo que le importaba era la tierna mujer en sus brazos. Los minutos hicieron tictac antes de que la cabeza de Rose se levantara otra vez. "¿Estás bien?" preguntó.

"Estupendamente," la rubia mujer contestó, besando la carne desnuda cerca de sus labios. "Eres maravillosa."

"Tuve puntería para complacer."

"Mmm, muy buena puntería," Rose bromeó.

"¿Te dije qué te amo?"

"Una o dos veces, dímelo otra vez." Destelló una brillante sonrisa que Ronnie sintió la necesidad de recompensar con una serie de besos.

"Te... amo... a ti... con... todo... mi... corazón." Incapaz de resistirse, profundizó el beso, rodándolas para que Rose estuviera en la parte de abajo. Pero cuando comenzó a besar una línea hacía la garganta de la mujer más pequeña, Ronnie se encontró detenida por insistentes manos. Se levantó y las manos se movieron para reclamar sus pechos. Comprendiendo la muda petición, Ronnie juntó sus codos para sostenerse sobre el cuerpo de su amante. Había olvidado de cuan sensibles eran sus pezones hasta que sintió las palmas de Rose frotarlos. Gimió y se arqueó al tacto. "Oh si.. .eso es agradable."

"Te gusta esto," la joven mujer observó.

"Mucho..." Las manos se movieron y Ronnie ahora encontró que sus pezones eran rozados por curiosos pulgares. "Mucho." Sentía los índices de Rose juntarse y comenzar a apretar en un movimiento de bombeo. "Oh sí, eso es taann agradable..." Intentó mirar pero se sentía demasiado bien y sus ojos se negaron a permanecer abiertos. "Sí Rose, esto es... agradable y tierno... mmm."

"Ronnie..." Las pequeñas manos dejaron los pechos y se envolvieron alrededor de su espalda, suavemente impulsándola hacía adelante. Tomando la indirecta cuando vio la rosada lengua moverse rápidamente hacía afuera y humedecidos labios a la expectativa, ella montó a horcajadas el cuerpo de Rose y se inclinó adelante hasta que sus pechos se movían justo sobre la boca que esperaba. Esta vez se forzó para mirar. Sus ojos se movieron desde el dorado cabello y la clara piel a las pelirrojas cejas enmarcando los ojos verdes. La trayectoria continuó, pasando por los suaves pómulos y de la respingada nariz a los labios y a la amorosa lengua proporcionándole alivio a sus doloridos pezones. Como si lo que sus ojos estaban viendo no fuera suficiente, los oídos de Ronnie fueron tratados con el placer de las palabras de Rose y de las manos que habían estado tocando ocasionalmente su cuerpo ahora deslizándose debajo de la pretina de sus jeans.

"Permíteme... ooh... Rose... deja quitármelos. Necesito quitármelos." Lamentó su petición cuando sintió la cálida boca dejar la sensible carne.

"Sí," la joven mujer convino, intentando bajar el negro tejido.

"Yo lo haré." Rodándose, Ronnie rápidamente se quitó sus jeans y bragas. Antes de que pudiera volver a su posición anterior, se encontró sujetada abajo por su pequeña pero insistente amante. La boca de Rose reclamó su pecho mientras un muslo cubierto de color caqui se deslizó entre sus piernas. El áspero tejido frotó contra un ya hinchado clítoris y Ronnie gritó al contacto.

"¿Te lastimé?" Rose preguntó, con ojos temerosos.

"No." Estiró su mano y acarició la suave mejilla, impulsándola suavemente a continuar su tarea. "No amor, no me lastimaste. Por favor... solo continúa haciéndolo..." Ronnie suspiró cuando la caliente lengua acarició su pecho otra vez. "... Qué estás haciendo." Sintió algo duro rasguñar su piel justo sobre su pantorrilla y, recordó un incidente anterior en la semana, separó las piernas para darle más que suficiente espacio entre el molde de su amante y su espinilla aún curándose. El cambio provocó que su muslo presionara entre las piernas de Rose. Los murmullos fueron interrumpidos por lo que Ronnie consideró ser un muy lindo chillido y repitió el movimiento, ganando un profundo gemido y devolvió un empuje de la rubia mujer. Eso es bueno para la piel. Sus largos dedos fácilmente se deslizaron debajo de los caquis y las bragas para un suave agarre a la redonda carne.

"Oh, Ronnie..."

"Quítate esto, Rose." Sus dedos se movieron más bajo hasta que rozaron húmedos rizos. "Déjame tocarte." Un enfático cabeceo fue todo lo que necesitó para rodarlas. Cuando movió el tejido sobre el molde, un parpadeo de culpabilidad intentó meterse pero el amor rápidamente lo apagó. Sus ojos viajaron hacia arriba, su pulso se aceleró en el húmedo sitio visible en la entrepierna de las bragas de Rose. Rubios rizos asomaban, embromando con una indirecta lo que estaba oculto. Luchando por quitarse la tentación, Ronnie miró sobre el firme abdomen, los perfectos pechos, la mirada de deseo y la pasión en la cara de su querida. "Eres tan hermosa," susurró reverentemente. Enganchando sus dedos bajo la pretina, quitó la última barrera antes de coger a Rose arriba en sus brazos.

Por largos minutos se abrazaron juntas, intercambiando besos y tiernos tactos mientras convenientemente se acostumbraban ambas a tocar y ser tocadas. Fue Ronnie quién dio el primer paso, bajando la mano y movió sus dedos a través de los suaves rizos rubios. "¿Te gusta esto?" Murmuró, sus labios rozaron su cabello quitándose del oído de Rose.

"Mmm, eso es agradable." Intentó hacer lo mismo pero sentada en el regazo de su amante hizo esa hazaña imposible. "Quiero tocarte también."

"Me gustaría eso," Ronnie admitió, moviéndose hasta que estuvieron una al lado de la otra.

Tuvo que acomodarse un poco para el alcance más corto de Rose pero pronto los dedos jugaban en los oscuros rizos. "Eres suave, como un gatito," comentó. Su dedo medio se movió más abajo, mojándose en los pulidos pliegues. Trayéndolo hasta su boca, Ronnie lamió la dulce esencia.

"Mmm... ¡oh!" Fue tomada para cuando el dedo de Rose bajó pero no únicamente tocando sus labios inferiores sino metiéndolo entre ellos, rozando contra su clítoris. Su mano bajó y agarró la pequeña muñeca. "Por favor..." Tomando dos de los dedos de Rose, utilizó sus más largos para dirigirlos contra su centro. "Ah... oh sí." Ronnie levantó su rodilla y se abrió para su amante. "Rose, por favor..." Presionó los dedos más pequeños contra ella en un movimiento circular y suspiró. Sintió resbaladizos sus muslos internos y débil observó que cuando se dada su propio placer nunca produjo una cantidad tan copiosa de fluído.

"Lo tengo," Rose dijo cuando tomó el control, inclinándose y suavemente poniendo a Ronnie de espalda contra la cama. "¿Me... me deseas... adentro?" Dijo las últimas palabras deteniéndose pero el gemido de Ronnie y la elevación de la cadera contestaron eliminando cualquier temor que tuviera. Lentamente, con indecisión, empujó un dedo hacia adentro. Estaba asombrada de la sensación del caliente húmedo músculo que rodeaba su dedo. Oh Ronnie... estás tan caliente y suave. La reacción de Ronnie fue inmediata, gritando y presionándose duramente contra el dedo de Rose.

"Sí Amor, más... por favor Rose... siiii." Ella etió un segundo, entonces un tercero. La transformación era asombrosa. El jefe de una corporación importante era incapaz de formar una oración completa. Su nombre llegó a ser un mantra en los labios de Ronnie, combinados con palabras tales como más fuerte, más rápido, más profundo, y el ocasional oh solo para redondear esto. Rose presionó dentro más profundamente, la piel entre su anular e índice quemaban cuando intentó satisfacer la petición de su amante. Oh Dios, Ronnie... te sientes tan bien. La mujer de cabello oscuro se movió debajo de ella pero Rose se negó a dejar ir su premio. La sensación de los músculos internos apretando sus dedos la excitó y no había duda en su mente que la voz de Ronnie era dos octavas más arriba que lo normal. El metal del marco de la cama crujía con cada empuje y los gritos de su amante llegaron a ser más urgentes. "Rose."

"Estoy justo aquí." Giró su cabeza y besó la suave piel.

"Yo... Rose..." Los muslos de la alta mujer comenzaron a temblar.

"Te amo, Ronnie." Sintió los músculos rodeando sus dedos apretarse y comenzó a bombear tan duro y rápido como podía. Repentinamente fue cogida en un apretón demasiado fuerte para romperse cuando las caderas de su amante se arquearon levantándose de la cama.

"Yo..." El oscuro flequillo se pegó a la frente empapada de sudor y cada palabra fue rasgada de los fuertemente apretados dientes. "Te... amo... oh Rose... Rose, yo. Yo... ohhh."

"Sí amor... si." Ellas resistieron juntas, los dedos de Rose se enterraron en el interior profundamente. Únicamente cuando el último espasmo pasó retiró sus dedos y se acurrucó en los brazos de Ronnie.

"Esa es una sonrisa bastante grande que he visto en tu cara," Ronnie dijo cuando el habla volvió.

"Soy feliz."

"Mmm." Besó la frente de Rose. "Me alegra oírlo."

"¿Puedo preguntarte algo?"

"¿Cuántas veces tengo que contestar a esa pregunta?"

"Lo siento." Besó los labios de Ronnie en disculpa... entonces otra vez por el puro placer escarpado de esto. Abrazándose tan juntitas como podía, Rose reclinó su cabeza en el amplio hombro. "¿Era esto... lo que esperabas?" ¿Realmente te complací?

"Fue todo lo que deseaba y más." Rose sintió los dedos debajo de su barbilla y levantó su cabeza para mirar dentro de los tiernos ojos azules. "¿Qué te pareció a ti?" Ronnie preguntó. "Esta es tu primera vez. ¿Cómo te sientes con esto?"

Rose se movió y unió sus labios. "Me sentí muy, muy amada." Puso su cabeza de nuevo en el hombro de Ronnie. "Mmm, agradable."

"¿Solo agradable?"

"Más que agradable." Se giró sobre su estómago y apoyó su cabeza en el abdomen de Ronnie. "Pienso que haré de esto mi nueva almohada." Con el calor de su amante contra ella, Rose dejó sus ojos cerrarse. "Mmm, puedes mantenerte firme."

"Faltaría más." Moviendo su brazo a una posición más cómoda, Ronnie comenzó a mover su mano arriba y abajo de la espalda de Rose. "¿Así?"

"Mm hmm."

Algunos momentos en la vida son solo sencillamente perfectos. Para las nuevas amantes, este era uno de ellos. Relajadas... saciadas... simplemente disfrutando de la sensación de los cuerpos de la una en la otra. La mano de Ronnie se movía sobre la espalda de su amante, alternando entre perezosas figuras en ochos y largas curvas pasando de los hombros a las caderas. Rose devolvió el cariñoso tacto con uno propio, dejando los dedos deslizarse sobre el flexible muslo. Las tiernas caricias eran agradables pero los brazos podrían permanecer vacíos solo mucho antes de que la necesidad creciera demasiado grande. "Ven aquí," Ronnie susurró, extendiendo sus brazos. Pronto estaban abrazadas, compartiendo suaves besos y tiernas palabras de amor. Finalmente la lámpara fue apagada y el sueño reclamó a dos mujeres muy felices.