Amor accidental xxv

La muerte de tommy a traido mucho estress para las hermanas, y beatrice su madre no es nada facil de llevar. aunque rose ha sido de apoyo la tension se siente en el ambiente terriblemente.

AMOR ACCIDENTAL

Por B.L Miller

Traductora Guri - Revisora Gorky

Beatrice estaba sentada en la mesa con una taza de té en una mano y un pañuelo en la otra. "Señora Cartwright, ¿le importaría si me siento aquí?" Rose preguntó dulcemente. "Todavía no puedo estar de pie por mucho tiempo."

"Bien sí, siéntese. María, un poco más de té."

"Gracias," la joven mujer dijo cuando tomó asiento. El ama de llaves se acercó con la tetera y una taza de café para Rose. Intercambiaron miradas pero no dijeron nada. Beatrice miraba su reloj.

"Pensaba que Ricky estaría levantado ya. Él siempre es un madrugador."

"Estuvo levantado hasta tarde. Tuve problemas para conseguir que se durmiera."

"Eso es, usted los vigiló, ¿no es así?" Rose asintió. La matriarca sorbió su té. "Ese Ricky. Es como Tommy, usted sabe."

"Me temo que no me familiaricé con su hijo. ¿Por qué usted no me cuenta sobre él?"

Ronnie entró en la cocina una hora más tarde buscando su café. Su garganta comenzaba a estar seca después de hacer tantas llamadas. Una ceja se arqueó en la vista de su madre, Rose, y Susan sentadas y hablando en la mesa. Dado que la espalda de Beatrice daba hacia ella, Ronnie esperaba poder entrar furtivamente, conseguir el café, y salir. El sonido de la voz de su hermana, sin embargo, truncó esa esperanza. "Ronnie."

"Buenos días Susan." Se dio vuelta e hizo frente a la mesa. "Mamá, Frank y los niños estarán aquí en un rato. La mayoría estará aquí esta tarde."

"¿Hiciste los preparativos? Quiero qué te asegures de que tenga lo mejor, lo mejor de todo."

"Me ocuparé de eso" Ronnie dijo. "Tengo algunas más llamadas por hacer. Laura puede encargarse de los socios y ponerlo en la prensa." María le dio la taza. "Regresaré más tarde."

"¿Llamaste a tu tía Elaine?"

"Su servicio contestó. Regresará la llamada."

"Pero estás en el teléfono." La voz de la matriarca se levantó incisiva. "No podrá llamar Verónica, no quisiera que se enterara de esto en las noticias."

"Tengo la llamada esperando, mamá. No conseguirá la señal ocupada."

"No puede enterarse de esto en las noticias. Tommy era su sobrino preferido."

"Le dejé un mensaje con su servicio." ¿Qué es lo que quieres que yo haga? No puedo hacer que me llame. Tragó su café, haciendo una mueca de dolor en el quemante calor que bajaba por su garganta.

"Señora Cartwright. ¿Le gustaría un poco más de té?" Rose preguntó.

"No en este momento, querida. Debo ir a pasar algo de tiempo con mis nietos." Miró a su hija más joven. "Susan, supongo que si tú y Jack tienen otro niño lo llamarás Thomas."

"Mamá, hemos decidido que tres..."

"Tonterías. Eres ciertamente bastante joven y no es como qué tu figura podría arruinarse por otro niño. Tu hermana continúa sin mostrar ningún interés en tener niños." La matriarca se levantó. "Voy a ir con los niños y después puedes llevarme a casa, Ronnie. Te dejaré saber cuando esté lista."

Los nudillos de la alta mujer dieron vuelta al blanco cuando agarró la asa de su taza y echaba fuego por los ojos en la retirada de su madre. Susan se paró al lado de su hermana. "No sabe lo que está diciendo. Está solo dolida por lo de Tommy."

"Sabe exactamente lo que está diciendo, hermana. El problema es que nosotras continuamos aguantando esto." Volteó a Rose. "La gente va a comenzar a llegar pronto. Es posible que quieras entrar en tu habitación antes de que suceda."

"No." Recogió sus muletas. "Puedo ayudar. Vigilaré a los niños para que los adultos puedan estar juntos. No me importa."

"¿Estás segura?" Ronnie la miró y fue difícil forzarse para no buscar un abrazo. ¿Sabes cómo de loco va a estar y tú aún quieres ayudar? Estaba segura que no sería tan generosa si la situación fuera inversa. Entonces otra vez, cuando viene de ti, no hay nada que yo no haría. "Gracias," dijo suavemente.

"Por supuesto. Eso es lo menos que puedo hacer." Rose sonrió y Ronnie se encontró irremediablemente perdida en ésta.

"Ahem." La tos cortés de Susan rompió el momento.

"Es mejor que regrese a las llamadas telefónicas."

"Ronnie, me aseguraré de que mamá llegue a casa. Tú preocúpate de entrar en contacto con todo el mundo," la pelirroja dijo.

Estaba casi anocheciendo cuando Susan y su familia se fueron a casa de Beatrice. Ronnie decidió permanecer oculta en la oficina tanto como fuera posible mientras sin que lo supiera Rose estaba haciendo lo posible para mantener a la matriarca alejada de ella. Cuando la minivan se retiró de su camino de entrada, la mujer de cabello oscuro exhaló un suspiro de alivio y entró a la sala de estar. Maldición. En su escondite, no había notado que el grupo de parientes que llegaron estaban sobrepasando a aquellos que se habían ido y ahora cerca de treinta Cartwrights estaban flotando alrededor. Vio a Rose inmediatamente y fue directamente a ella. "Hola."

"Hola. Tu madre se fue."

"Vi eso." Echó un vistazo, su alta figura le permitía ver pasar la masa de gente. "¿Piensas que podrían ser un poco más ruidosos?"

"¿Quién es el de chaqueta azul con la corbata deshecha?"

"Michael. Posee una representación de Toyota. Uno de los primos," Ronnie dijo cuando miró al hombre joven, frunciendo el ceño en su actuación de duelo.

"Oh."

"¿Por qué preguntas?"

"Estaba diciéndome que él y Tommy estaban muy unidos."

"Yeah y estaba 'unido' a papá después de que murió. Entonces no consiguió nada y ahora no."

"Quieres decir que está únicamente actuando así porque..." Rose se detuvo, pensando de cómo Delores actuaba cuando su padre murió. "Eso es horrible."

"Estoy sorprendida que esté aquí y no saqueando el condominio de Tommy en éste momento. Debe haber estado tan cercano a él que olvidó la dirección por todo su dolor." Oculta de la vista de otros, una pequeña mano recorrió la espalda de Ronnie y comenzó a frotar en suaves círculos.

"Estarán marchándose pronto, ¿no es así?"

"Bien, no hay razón para que ellos se queden. Todos dieron sus condolencias a mamá y averiguaron cuando y donde el entierro esta programado. Solo cayeron aquí porque no tienen un lugar mejor para estar." Un fuerte estruendo del cuarto de juegos atrajo su atención. "Vuelvo enseguida."

El estruendo resultó ser una barra completa con sus ocupantes. "Hey, Cuzz," el borracho hombre arrastró las palabras. Dos de la media docena de hombres que estaban parados alrededor se movieron para ayudarlo a levantarse. Un alcoholímetro no era necesario para saber que todos estaban absolutamente borrachos.

"Frank, ¿qué estás haciendo?"

"Los muchachos y yo estamos solo levantando un poco a Tommy." Se tambaleó de nuevo directo sobre el taburete. Ella caminó más allá de él y fue detrás del bar.

"Una botella de escocés y la mitad de una botella de vodka. Ustedes individuos han estado brindando por él suficientemente, creo." Tapó el vodka y apagó la luz detrás de la barra. "Creo que es hora para que sus esposas los lleven a sus casas." Caminó alrededor apagando las luces y colgó los tacos. Uno por uno los hombres refunfuñaron y salieron del cuarto, no todos sin ayuda. Le llevó un poco más de tiempo separar al grupo de mujeres reunidas hablando de cada tema imaginable. Únicamente cuando el último pariente se fue hizo a María aparecer con la aspiradora. "No te preocupes esta noche," Ronnie dijo.

"Mira ese cuarto," el ama de llaves dijo incrédulamente.

"Todavía estará aquí por la mañana, María. Este ha sido un largo día y estoy agotada. Por favor, solo deja esto hasta mañana, ¿Ok?"

"Si lo deseas. Estaré aquí a primera hora como de costumbre. ¿Debo traer algo especial del supermercado?"

"No, nada"

"Un rollo de pasta para galletas chocolate chip," Rose intervino. "Um, tú sabes a los niños le encantan las galletas. Quizá los mantendrá ocupados." Cogió la ligera sonrisa en los labios de Ronnie y sabía que su idea fue bien recibida. "Mejor que sean dos," enmendó, sus ojos nunca dejaron a los de su amiga.

Una hora más tarde, dos cuerpos estaban acurrucados alrededor uno del otro, ambos luchando con los bostezos. "Eres una mujer increíblemente atenta," Ronnie murmuró en el oído de la joven mujer.

"¿Mm?"

"Las galletas. Y se que toleraste a mi madre para mantenerla apartada de mí." Apretó el hombro bajo de su mano. "No sabes cuánto agradezco eso."

"Tú tenías bastante sobre que preocuparte." Se retorció metiéndose en el cálido cuerpo detrás de ella. La ventaja más grande de tener su molde acortado era que podía acomodarse tan cerca como deseara con Ronnie. "No es tan mala."

"Eso es porque no es tu madre."

"Cierto."

"Esa es una buena cosa también." La mano que había estado apretando el hombro de Rose, se movió hacía su cintura.

"¿Por qué es eso?"

"Porque," Ronnie contestó mientras tiraba de la más pequeña mujer sobre su espalda y ponía las manos en ambos lados de la cabeza de cabellos dorados. Relajó sus hombros, trayendo sus labios tan cerca que sus respiraciones se mezclaron. "Eso te haría mi hermana y garantizo que hay veces en que mis pensamientos en ti, están lejos de ser fraternales." Incluso en la tenue luz de la luna Rose pudo ver la maliciosa sonrisa antes de que fuera substituida con una cara más seria. "No sabes cuánto me has ayudado hoy. Me hiciste sentir... bien... muy especial."

"Con todo lo que significas para mí, ¿cómo podría hacer algo menos?" Subió su mano y acarició la cincelada cara sobre ella. "Y tu eres especial. Sé que va a ser difícil tratar con tu familia por los próximos días pero estaré allí ayudándote a atravesar esto. Ahora vamos, estás cansada, estoy cansada, y mañana será otro largo día. Ya hemos hablado suficiente por esta noche." Rose puso su mano en el hombro de Ronnie y tiró de el, forzando a la más alta mujer a acostarse contra ella. "Eso es mejor."

"¿Rose?"

"¿Mm?"

"¿Puedo quedarme así... en tus brazos?" La mujer que normalmente se hacía cargo sonaba casi como una niña asustada con su petición. Tan duro como esto era para Rose en oír a Ronnie en tal dolor, esto llenó su corazón de saber de que era la mujer de más edad que volteaba por consuelo. "Siempre," susurró, apretando su agarre.

"No puedo creer que se haya ido." Hubo un largo silencio. "Sé que las cosas habían sido difíciles entre nosotros últimamente pero eso no es lo que veo cuando pienso en él."

"¿Qué ves, Ronnie?" Susurró, su mano se movía acariciando el largo cabello. "Cuéntame sobre el Tommy con el que tú creciste, el que tú amabas."

"Era de pequeño el muchacho más lindo." Rose sintió el cuerpo contra el suyo relajarse cuando los felices recuerdos emergieron. "Estabamos unidos cuando era pequeño. Lo que sea que yo estuviera haciendo, quería hacerlo. Era mi sombra." Una lágrima cayó y Ronnie tragó difícilmente.

"Hey, ¿harías algo para mí?"

Un asentimiento. "Cualquier cosa."

"Piensa atrás a un feliz momento, solos tu y Tommy. Cierra los ojos y representalos en tu cabeza." Esperó algunos segundos. "¿Lo estás viendo? Ahora, cuéntame sobre eso. ¿Es verano o invierno?"

"Verano."

"¿Adentro o afuera?"

"Afuera. Estamos acampando con la familia."

"¿Qué es lo que ustedes dos están haciendo?"

"Pescando." Rose sintió la sonrisa de Ronnie contra su pecho. "Era un día perfecto. Estábamos en el muelle, solo nosotros dos." Su frente se surcó. "No sé donde estaban todos los demás."

"No te preocupes de ellos," la joven mujer dijo, continuando su suave caricia a la oscura cabellera. "Estabas pescando con Tommy. ¿Capturaste un pez?"

"No, pero él lo hizo." Se relajó contra Rose otra vez. "Bonito muy grande. Luchaba como el diablo también."

"Cierra tus ojos. Ahora piensa sobre ese día y cuánta diversión tú y Tommy tuvieron juntos. Eso es..." Rose cerró los ojos y dejó que la profunda y regular respiración cerca de su oído la calmara en el mismo pacífico sueño.

Rose fue una constante fuente de apoyo para Ronnie. El informe de la autopsia había vuelto con desagradables noticias. Una variedad de drogas ilegales fueron encontradas en el sistema de Tommy. Los Cartwrights habían esperado mantener la información privada, pero ellos eran un nombre en Albany y mientras las noticias de la mañana divulgaron que uno de los Cartwrights había muerto en un accidente anormal, las noticias de la tarde no estuvieron tan amables. Una estación, encontró la excusa perfecta para reutilizar viejas imágenes, enganchó la noticia de la autopsia de Tommy con un informe sobre drogas en Corporate América. Esto produjo, mucho para la consternación de la familia, manada de reporteros de noticias alrededor de la casa de Ronnie, negándose a aceptar la corta declaración que la familia estaba de luto y no tenía ningún comentario sobre los resultados de la autopsia. Antes de que el día hubiera terminado, ellos recibieron noticias que el conductor del camión de basura había demandado un juicio contra el estado de Tommy. Beatrice declaró que la autopsia era nada menos que una 'exagerada fabricación' y el conductor del camión 'un codicioso oportunista' que intentaba aprovecharse de un desafortunado accidente. Rose escuchaba las observaciones y asentía frecuentemente, haciendo su parte para hacerle las cosas más fáciles a Ronnie.

Para el día del funeral, sin embargo, la paciencia de la ejecutiva y la tolerancia estaban ambas en bajo suministro. Los últimos días habían amontonado frustración sobre frustración en ella y la familia parecía felizmente ignorante de la tensión que estaban poniendole. No únicamente reuniéndose en su casa para llorar, se reunían para visitarse con cada uno de los otros, no permitiéndole a Ronnie privacidad o tranquilidad. A pesar de los mejores esfuerzos de Rose, Beatrice todavía conseguía deslizarse más allá e interrogar a su hija sobre cada detalle del servicio. Había discusión de las más pequeñas cosas, tales como quién viajaría en que limusina, en quién estaría en el porta féretro, incluso sobre en que sección de terreno de la familia debería ser sepultado. Ronnie guardó la cólera en su interior, liberando esta únicamente después que todo el mundo se había ido. Entonces, su saco de entrenamiento sería el receptor. Solamente cuando estaba físicamente y emocionalmente agotada podía meterse a la cama y buscar el confort de los brazos de Rose. Los papeles invertidos se sentía extraño sin embargo al mismo tiempo confortaba a Ronnie. En los brazos de la mujer más pequeña podía dejar el estrés irse y encontrar paz. Reforzaba su fuerza interna, permitiéndole hacer frente a los desafíos de los recientes acontecimientos.

"María estará aquí más o menos en una hora para recogerte." Ronnie subió el cierre de su falda y alcanzó su cinturón. "Volverá aquí en vez de ir al servicio del entierro de modo que alguien esté aquí para cuando la gente comience a llegar." Abrochó el cinturón y tiró del abrigo. "Ya está. Creo que estoy lista ahora." Se puso un pequeño sombrero negro sobre su recogido cabello.

"Desearía poder estar allí contigo," Rose dijo seriamente.

"Lo se, cariño." Tomó la barbilla de la mujer más joven. "No se qué habría hecho sin ti éstos últimos días."

"No se qué habría hecho sin ti estos últimos meses," Rose contradijo.

"Sabes si pudiera estarías allí justo a mi lado."

"Es mejor si permanezco atrás con Maria. Será más fácil entrar y salir con mis muletas."

"Oh, déjame ayudarte con tus tenis antes de que me vaya."

"Puedo hacer eso, Ronnie. Te arrugarás tu falda."

"Siéntate." Sus largos dedos hicieron rápidamente el trabajo de aflojar los cordones. Se arrodilló y puso una mano en la pantorrilla de Rose. El material satinado de su alta calceta hasta su rodilla no coincidía con la suavidad natural que Ronnie normalmente sentía. Usando su rodilla como un reposapiés, puso el tenis en el pie de su compañera y comenzó a atarlo. "Recuerda, que la iglesia va a estar abarrotada. Asegúrate de conseguir un asiento. No quiero encontrarte apoyada de espaldas contra la pared, ¿lo comprendiste?"

"Lo comprendí." Se inclinó y ajustó el lazo en la blusa de Ronnie. "¿Llevas tu pañuelo?"

"Y un repuesto."

"Todo bien entonces, supongo que estás lista." Rose hizo una pausa por un segundo, entonces puso las manos en los hombros de la mujer más alta. "Ronnie, se que piensas que tienes que ser así de grande, una mujer fuerte pero tú no lo eres. Incluso aunque ustedes dos tenían problemas, era de todas formas tu hermano y se que lo amabas. Si tienes que llorar, hazlo." Sus palabras le ganaron un tierno beso en la frente cuando su compañera se puso de pie.

"Te veré después del servicio." Ronnie se quedó inclinada bastante tiempo para meter un errante mechón del dorado cabello detrás de la oreja de Rose. Si solo hubiera una manera de tenerte conmigo hoy. Esto va a ser tan duro hoy sin ti justo allí a mi lado.

Según lo esperado, la iglesia estaba abarrotada con los amigos, la familia, y los socios de los Cartwrights. A pesar de las palabras de Ronnie, Rose estaba contenta de estar parada de espaldas contra la pared pero un hombre que estaba sentado en el último banco se levantó y le ofreció su asiento. Recargada de espaldas en la pared, María tomó posesión de las muletas de modo que nadie tropezara sobre estas. Desde su posición en la parte de atrás de la gran iglesia era imposible ver a Beatrice y sus hijas en la banca de adelante. Rose escuchó las monótonas palabras cuando el sacerdote atravesó las habituales frases de confort y oraciones de consuelo. Cuando el final se acercaba, indicó a María para sus muletas, decidiendo que era más fácil salir ahora que esperar y hallarse enganchada dentro del tropel de gente.

Justo cuando se subía en el auto de María las puertas de la iglesia se abrieron. Desde su ventajosa posición, pudo ver a los seis hombres llevando el ataúd. Miró cuando Beatrice salió, flanqueada por sus hijas. Rose escudriñó pero estaba demasiado lejos realmente para ver los ojos de Ronnie. La cabeza de su amiga estaba agachada y su brazo estaba alrededor de su consternada madre. Vio que Susan estaba también proporcionando apoyo a la afligida mujer cuando bajaban los escalones y entraban en la limusina que las esperaba. Al darse cuenta que María la esperaba, Rose puso las muletas en el asiento trasero y subió al auto.

Justo como Ronnie había pronosticado, los amigos y los miembros de la familia comenzaron a fluir dentro de la casa menos de media hora después de que el funeral hubiera terminado. Largas mesas cubrieron un lado de la sala de estar, platos apilados con panes, carnes, y quesos. Apoyada contra una pared fuera del flujo principal del tráfico, Rose observó que era el primer sitio al que la gente iba en cuanto ellos llegaban. Dado que el cuarto de lavado tenía muchas barras y perchas, este servía como un improvisado guardarropa. Los fríos vientos de marzo retrasaron cualquier idea que la gente pudiera haber tenido sobre guardar sus chaquetas para la estación todavía.

Las puertas eran abiertas y cerradas por cincuenta personas que había allí para el momento en que Ronnie llegó con su madre y hermana. Rose vio la melena de de cabello oscuro sobre el resto de la muchedumbre y comenzó a dirigirse hacía allá. El viaje fue hecho más fácil cuando había sido vista y la resuelta ejecutiva la encontró a medio camino. "Hola." De esta cercanía, era fácil ver el maquillaje encubriendo los oscuros círculos debajo de los ojos de Ronnie. Apoyándose pesadamente en su muleta derecha, Rose discretamente extendió su mano y entrelazó sus dedos, dándoles un ligero apretón.

"Hola tú misma," Ronnie dijo, devolviendo el cariñoso gesto con uno propio. "Absolutamente una muchedumbre." Rastreó el área, rápidamente observando a esos que serían problema cuando el tiempo fuera pasando y las bebidas continuaran fluyendo. "Tú espera, Rose. Antes de que la noche termine te garantizo por lo menos una pelea a puño."

"¿Pelea a puño? ¿En un funeral?"

"Les doy una hora para lamentar la muerte de Tommy. Después de eso, el tema girará en su testamento y las especulaciones de quién conseguirá que y entonces la pelea estará comenzando, estoy segura." Se dirigieron hacía una esquina cercana a las escaleras. Rose observó como su compañera desplazaba su peso de una pierna a la otra y de regreso otra vez.

Pienso que has sufrido en esas ropas suficiente tiempo, Rose pensó para si misma.

"Ronnie, vienes a mi cuarto por un minuto."

"Seguro," contestó, agradecida por la oportunidad de escaparse. La primera cosa que Ronnie notó cuando entró en el cuarto fue uno de sus trajes ordenados cuidadosamente en la cama. "Pensé que estarías más cómoda en tus pantalones," Rose dijo con un encogimiento de hombros. A la enfática mirada en los zapatos en el piso agregó, "sé cuánto te duelen tus pies después de estar en tacones todo el día. Los bajos estarán perfectamente aceptables con esos pantalones. Te he visto usarlos antes."

"¿Así qué tuviste a María escogiendo esto para mí?"

"No," Rose contestó con una orgullosa sonrisa. "Los escogí yo misma y los traje abajo. María estaba ocupada."

Las atenciones casi trajeron a Ronnie a las lágrimas. Parpadeando rápidamente, extendió la mano y dejó que un dedo trazara la quijada de la mujer más pequeña. "Gracias." Dio un paso atrás y un puntapié a sus zapatos. "Mejor me cambio y regreso allá. Estoy segura que alguien está buscándome. Probablemente mi madre." Agregó la última parte aguantando su respiración. La falda golpeó el piso seguido rápidamente por su fondo.

"¿Todo fue bien en el servicio?"

"Nada que no pudiera manejar." La quijada de Ronnie se apretó notoriamente pero no dijo nada, en su lugar recogió sus pantalones y los deslizó sobre las piernas cubiertas por las medias. Rose notó la tensión pero no dijo nada, asumiendo que sería por el estrés del funeral y los parientes. Los largos dedos del pie se menearon dentro de los cómodos pero elegantes zapatos mientras la blusa gris era metida dentro de la delgada pretina. "Ah, me siento mejor ya."

"¿Hay algo que pueda hacer por ti?" Rose preguntó. "Como intentar mantener a tu madre ocupada. Está cansándose de mí colgando alrededor de ella, tú sabes."

"Lo oí. Susan estará dirigiendo la interferencia por la mayor parte. Puedes quedarte aquí, que mucho recomiendo por cierto, o puedes solo salir allí y escuchar a mis primos y a mis primos segundos y a Dios sabe quién más divagar acerca de nada de importancia."

"Bien, cuando lo pones de esa manera." Sonrientes ojos verdes acompañaron la sarcástica observación. "¿Cómo puedo resistirme?"

Para Rose, los sonidos no era nada sino un estruendo general. Ronnie, por otra parte, los últimos años aprendió en cómo ocuparse de una muchedumbre y poder identificar las conversaciones individuales fácilmente. Mientras se movía a través del cuarto, cuidadosamente escuchó los diferentes temas. Para el momento en que llegó con Frank, sabía más sobre el barco nuevo que su primo había comprado que cuando él lo hizo. El conocimiento permitió que se deslizara fácilmente dentro de la conversación. Moviéndose de persona en persona, Ronnie recorrió la habitación. Cuando pensó que había saludado a todo el mundo, intentó escurrirse a la cocina en donde había visto a su belleza rubia ir algunos minutos antes.

"Ronnie." Los azules ojos rodaron en el sonido de la voz de su madre.

"¿Sí, Madre?" Volteó para ver a Beatrice parada detrás de ella. Para ese instante, la agitación que había sentido hacia sus parientes se disipó en la cara de la afligida mujer. Ronnie inmediatamente suavizó su tono. "¿Hay algo que necesites?"

"¿Dónde está tu hermana?"

"No lo sé." Irguió su cuello para ver sobre la muchedumbre pero no había señales del distintivo cabello rojo. "Quizá Jack la llevo a su casa."

"Vamos Verónica," las arrugadas manos fueron a sus caderas. "Sabes que Susan no se iría sin despedirse de mi," la reprendió. "Honestamente, a veces me pregunto que estás pensando."

"Lo siento, mamá. No estaba pensando." La ejecutiva resistió el impulso de frotar sus sienes. Era una inútil defensa contra una madre el dolor de cabeza de todos modos.

"Bien, la muerte de Tommy nos tiene afectados a todos." Beatrice limpió sus ojos con su pañuelo. "Tu padre tenía tan altas esperanzas de él. Una trágica pena, eso es lo que es." Un nudoso dedo se levantó en el aire y los ojos de la matriarca crecieron de par en par. "Lo tengo."

"¿Tienes qué?" Ronnie preguntó con indecisión, segura que no le gustaría la respuesta.

"La manera perfecta de decidir sobre el legado de Tommy. Siempre disfrutó su tiempo en la universidad. Puedes establecer una beca en su nombre." Una autosatisfecha sonrisa se formó en la cara de la mujer mayor. "Sí, esa sería la manera perfecta de honrarlo."

"Podemos hablar acerca de eso en algún otro momento, mamá."

"No hay nada para hablar," Beatrice dijo firmemente. Los ojos de Ronnie se estrecharon levemente cuando vio a Michael deslizarse detrás de su madre.

"Hola tía Beatrice, hola Ronnie."

"Michael," la ejecutiva dijo llanamente.

"¿Quieres lo qué todo mundo está bebiendo?" Levantó su vacío vaso.

"Nada para mí," Ronnie dijo. Y estoy dispuesta a apostar que el tuyo ha sido vaciado más de una vez, pensó para si misma cuando el tenue olor del alcohol flotó hacía ella. Beatrice levantó su vaso casi lleno para indicar que estaba muy bien en ese momento también.

"Oh bien." Miró en sus zapatos, entonces se movió en las dos mujeres. "Entonces Ronnie, ¿tienen decidido cuando ustedes van a hacer que su testamento se lea?"

"No me di cuenta que había una gran prisa para hacer eso, Michael," dijo. Las dagas que sus ojos lanzaban fueron desperdiciadas en él, dado que su mirada estaba por todas partes excepto en ella.

"No, ninguna prisa en absoluto," encogió los hombros. "Es solo que nosotros estábamos muy unidos y pensé que debía saber cuando eso será." Levantó la mirada y finalmente se dio cuenta de las mortales miradas que estaba consiguiendo. "Bien um..." intentó despejar su garganta, que repentinamente sintió como si un limón fue exprimido en ésta. "Estoy seguro que me dejarás saber cuándo será."

"Me aseguraré de que todo el mundo afectado sea notificado."

"Correcto, como dije." Limpió su sudorosa mano en el lado de su chaqueta. "Bien, si las señoras me disculpan." Volteó y tomó a la mano de su tía en la suya. "Tía Beatrice, siento tu pérdida." Ronnie rodó sus ojos cuando Michael besó la mano de la mujer mayor. "Cuz, te veré alrededor." Desapareció en la muchedumbre, dejándola otra vez sola con su madre.

"Um, pienso que mejor iré a ver si todo está bien en la cocina." Dio medio paso atrás como preparación a su rápido escape.

"Tonterías. Estoy segura que María puede manejar cualquier cosa que surja," Beatrice dijo descartándolo. "¿Por qué no vas a encontrar a tu hermana?"

"Esa parece una buena idea, mamá. Regreso enseguida." Ronnie giró y se movió a través de la muchedumbre tan rápidamente como podía. Para su desagradable sorpresa, terminó cara a cara con Michael.

"Ah, fantástico encontrarte aquí," dijo, sonriendo en su propio chiste.

"No piensas que la rutina de Eddie Haskell era mucho un sátira, ¿Michael?"

"Oh por favor, ese es justo mi encanto natural."

"Lo que sea." Tanto como disfrutaba una buena lucha verbal, éste no era ni el tiempo ni el lugar para esto. "¿Has visto a Susan?"

"La última vez que la vi. Estaba en la cocina con esa amiga tuya." Las voces levantadas cogió la atención de ambos.

"Mierda, John. Te dije que vendieras cuando estaban en cuarenta y ocho y un octavo. No es mi problema que no lo hicieras." La gente rápidamente se apartó de los dos enojados hombres, formando un círculo.

"Tú eres mi corredor. Se supone que te ocuparías de estas cosas por mí. ¿Tienes alguna idea de cuánto dinero perdí?"

"Sabías que ellos hablaban de la fusión." Ronnie rompió a través del círculo en ese momento. "Si no actúas rápidamente, serás derrotado."

"¿Cómo Sally Ryan?" La ejecutiva respiró profundamente. Los nombres de las antiguas novias nunca eran una buena señal.

"Sabías que no tenía una cita para el baile. No es mi culpa que la invitara a salir antes de que tú lo hicieras."

"Sabías que quería salir con ella. Era todo de lo que hablé ese año."

Ronnie sabía que esto iba a intensificarse rápidamente dentro de una clásica riña Cartwright. Pisó entre los hermanos que peleaban. "¡SUFICIENTE! Se supone que ustedes están aquí de luto por la muerte de Tommy, no peleando sobre alguna chica que perdieron hace quince años." Un intenso latido comenzó detrás de sus ojos, la señal de un relativo dolor de cabeza. "John, no estás en secundaria más. Supera esto." Los hombres intercambiaron terribles miradas y se alejaron en diferentes direcciones. Un murmullo de palabras y entonces todos los demás volvieron a sus anteriores conversaciones. Ronnie pasó sus dedos a través de su cabello enérgicamente.

"¿Estás bien?" Una suave voz por detrás de ella preguntó.

"Yeah." Volteó para ver los familiares ojos verdes mirándola con preocupación. "De verdad, Rose. Estoy bien."

"Solo me aseguraba. Te oí gritar."

"Solo una típica reunión Cartwright," Ronnie masculló. Cogió un flash de naranja y rojo en la esquina de su ojo. "Uh oh." Susan y su madre estaban acercándose rápidamente. "Veo que mamá te encontró," dijo una vez que su hermana estuvo al alcance del oído.

"Te dije que no se había ido todavía," Beatrice dijo. La mirada en los ojos de Susan dejó en claro que ella no deseaba haber sido encontrada. Oh chico, esto va estar bueno, Ronnie pensó para si misma. "Estaba justo diciéndole a tu hermana que quiero revisar las cosas de Tommy. ¿Supongo que todavía tienes las cajas arriba en el ático?"

"¿Qué, de cuándo vivió aquí? Él tomó lo que quería y tiré el resto."

"Pero había trofeos y cintas y premios..."

"Si no se los llevó, estás se perdieron."

"¿Y nunca se te ocurrió que yo podía querer esas cosas?" Beatrice estaba parada directamente delante de su hija mayor. "¿Cómo puedes ser tan desconsiderada?"

"¡Mamá!" Susan exclamó. Rose estaba parada allí silenciosamente, su atención centrada en el tic del músculo en la quijada de Ronnie.

"Mañana iré a revisar su apartamento y veré si guardó algo."

"No te preocupes. Tu hermana me recogerá y buscaré yo misma." Las hermanas intercambiaron miradas. Susan se encogió los hombros, esto era lo primero que oía acerca de eso también.

"Pienso que debes esperar algunos días, mamá. Sus pertenencias no irán a ninguna parte." Ronnie estaba preocupada de lo que pudieran encontrar allí.

"Tonterías. Mañana estará bien."

"No pienso que mañana..."

"¡Verónica Louise!" El tic se convirtió en un sólido apretar. Rose se movió más cerca a su amiga y discretamente puso sus yemas de sus dedos contra la espalda de Ronnie. Los músculos estaban agrupados y apretados, otra indicación de la tensión de Ronnie. Presionó levemente y comenzó a frotar en pequeños círculos.

"Bien, mamá. Susan y yo te llevaremos al apartamento de Tommy mañana." Genial, ahora tengo que ir esta noche y comprobar las cosas. Se reclinó casi imperceptiblemente en el suave tacto de los dedos de Rose.

"Honestamente, no se por qué haces las cosas tan difíciles, Ronnie. En este día de todos los días tienes que ser tan testaruda." Beatrice puso en los ojos secos su pañuelo. "Pido una simple cosa. Solo quiero algo para recordar a mi hijo y lo tienes que hacer difícil."

"Mamá..."

"No Susan, pedí una simple cosa de ella. Solo porque no podía llevarse bien con su hermano no es excusa para trastornarme."

La espalda de Ronnie ahora era un sólido grupo de tensión y le tomó un momento antes de que pudiera relajar su quijada suficiente para hablar. Los suaves movimientos que circundaban su espalda aumentaron en presión. ¿Piensas que estoy a punto de perder, no es así? Echó un vistazo de lado en su compañera. Ver la mirada de comprensión y apoyo en esos verdes ojos fue suficiente para guardar el agudo comentario de pasar a través de sus labios. En su lugar miró a su madre y asintió. "No era mi intención trastornarte. Supongo que todos nosotros estamos todavía en shock." Ronnie sabía que estaba rindiéndose, pero hoy no era el día para estar en el estrado con su madre. "Mejor iré a comprobar unas cosas. Discúlpadme." De espaldas a su madre, dio a Rose una cariñosa sonrisa y salió del cuarto.

Entrando en la cocina, Ronnie estaba contenta de ver que la única persona allí era María. Se acercó al refrigerador y sacó una botella de agua. Tomó un largo trago antes de hablar a su ama de llaves. "¿Tienes aspirinas? Tengo un palpitante dolor de cabeza y realmente no quiero salir allí otra vez."

"Hablando con tú madre otra vez, ¿no es así?" María abrió un cajón y sacó un blister. "Estoy segura que hay algún Tylenol o Motrin aquí adentro."

"Lo siento," Susan dijo cuando entró. "Está muy rara hoy." Las dos hermanas estaban paradas cerca del extremo de la encimera. María encontró algo para hacer en el cuarto de lavado, permitiendo a las dos mujeres su privacidad.

"¿Cuándo fue la última vez que estuviste en su casa?" Ronnie preguntó antes de echar tres píldoras en su boca y tomar varios tragos de agua.

"¿Estado? Nunca he estado allí. ¿Por qué iría a su apartamento?"

"Vamos a tener que ir allí, y tú lo sabes. Quién sabe lo que habrá o que cosas podria tener." Puso la botella nuevamente dentro del refrigerador. "¿Puede Jack mantener un ojo en los niños?"

"Estoy segura que puede." Susan miró en su reloj. "Nosotros estaremos marchándonos en algunos minutos. ¿Quieres reunirte en casa de Tommy alrededor de las seis o siete?"

"Siete sería mejor. Quién sabe cuánto tiempo los demás van a quedarse." Ronnie miró fuera de la puerta de cristal en el arco iris de autos que dejaron en desorden su camino de entrada. "Por lo menos otra hora o dos."

"Y entonces ahí está mamá."

"Oh no." Ronnie meneó su cabeza. "Tú no vas a dejarla aquí conmigo. Cuando te vayas, ella se va." Echó un vistazo en la sala de estar. "Hablando de lo cuál, ¿qué le pasa a ella?"

"No lo sé. Después de que te alejaste continuó sin parar hasta que Rose le preguntó algo acerca de Tommy y de sus trofeos. Vi eso como mi escape y lo tomé." La pelirroja se inclinó y habló en un conspirador tono. "Personalmente, no pienso que está realmente interesada en sus trofeos."

Ronnie sonrió con orgullo. "No lo está. Está intentando impedirme que cometa matricidio."

"¿Quieres traerla con nosotras esta noche?" Susan ofreció.

"No. Esperemos que no estemos allí mucho tiempo." Hizo una pausa por un momento, entonces agregó "pero fue amable de tu parte preguntar." Suspiró y golpeó sus nudillos en la barra. "Supongo que no puedo ocultarme aquí siempre."

"Me llevaré a mamá con nosotros cuando nos marchemos. No tendrás que sufrir mucho más tiempo."

"¿Cómo lo hice para sobrevivir dieciocho años con ella?" Ronnie preguntó, meneando su cabeza en el desconcierto. "No puedo hablar con ella un día sin necesitar de cortar o retorcer su cuello."

"Oh, eso es fácil," la pelirroja sonrió. "Yo estaba allí la mayor parte del tiempo."

"Eso es, tú estabas." Ronnie golpeó ligeramente un elegante dedo en su barbilla. "Te recuerdo." Esquivó un juguetón empujón. "¿No fuiste tú la que chocó el auto de papá con su bici y me culpó?"

"Um... bien eso fue hace mucho tiempo, Ronnie. ¿No fuiste tú la que se olvidó de abrir su ventana una noche y tuvo que furtivamente entrar por la mía?"

"Ah, cierto." Envolvió el brazo alrededor de los hombros de su hermana. "Pero no fuiste tu la que..." Comenzó cuando caminaron de regreso a la sala de estar.