Amor accidental xix

Susan se da cuenta del error que cometio al juzgar a rose y pide a veronica una segunda oportunidad para conocerla mejor.

NOTA: ACLARO A TODOS LOS LECTORES QUE ESTE RELATO ES DE UN EXCELENTE ESCRITOR. YO SOLO LO ESTOY COMPARTIENDO CON USTEDES POR LA TRAMA QUE MANEJA.  ADEMAS QUIERO ACLARAR QUE NO ME SALTE EL CAPITULO VIII, ES QUE ME EQUIVOQUE EN LA NUMERACIÓN. PIDO EXCUSAS POR ESTE CAPITULO TAN CORTO A COMPARACIÓN DE LOS DEMÁS PERO HE ESTADO ALGO OCUPADA. PROMETO ENVIARLES MÁS SOBRE LO QUE VA A SUCEDER CON VERONICA Y ROSE. Y TODO LO QUE LAS RODEA HASTA EL FINAL DEL RELATO.

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AMOR ACCIDENTAL

Por B.L Miller

Traductora Guri - Revisora Gorky

"Allí va nuestro bono," Susan suspiró antes de lanzar el informe de nuevo sobre el escritorio de Ronnie. "Pienso que no he visto nunca unas ganancias más bajas en un cuatrimestre. ¿Te diste cuenta que excelente año habría sido sin esto?"

La ejecutiva abrió la carpeta otra vez, los números aún incomprensibles. Las pérdidas en la división de Real Estate eran bastantes para hacer mediocre el año entero en términos de beneficios. Aunque todos los miembros de la Junta Directiva eran familia y sabían exactamente qué estaba pasando, el resto del mundo de los negocios no, y Cartwright Corporation tendría algunas serias explicaciones que hacer.

Ronnie recorrió sus dedos a través de su cabello y miró a su hermana. "Todo el año. Él ha estado destruyendo todo lo que nosotros hemos hecho. Te das cuenta que esto es solo la punta del iceberg. ¿Aparte esos auditores que van a hacer cuando ellos retrocedan a cuando asumió el control?"

"¿Tú piensas que ha estado robando hace mucho tiempo?"

"No, las auditorias anuales habrían reflejado algo así. ¿Cuándo comenzó a desaparecer en fechas topes y tomando mucho tiempo libre?"

"No lo sé... Marzo, abril ¿quizá?"

Ronnie asintió. "Parece correcto. Él obtuvo ese préstamo en abril." Tomó su pluma y apoyó la punta contra sus labios. La acción tenía un efecto calmante en ella, recordándole la belleza de rubio cabello esperándola en casa. "Pienso que cualquier droga que esté metiéndose. Probablemente crack o heroína. Comenzó a hacerlo antes."

"¿Crack? Ronnie, solo los yonkies le hacen al crack."

"¿Cómo piensas que llegan a ser yonkies, hermana? No pienso que el crack cuide si la persona es rica o pobre siempre y cuando tengan bastantes para la siguiente bolsa, o golpe, o lo que sea que ellos hagan con este." Suspiró y daba golpecitos rítmicos con la pluma contra su barbilla. "Él necesita ayuda, Susan probablemente rehabilitación."

"Es bonita. ¿Cuándo la conseguiste?" La pelirroja preguntó, cambiando el tema.

"Rose me lo dio para Navidad." Ronnie paró de golpear este y lo extendió para mirar en los remolinos veteados de azul y verde acentuados por una fina banda de oro. "Tiene una pluma igual." Espontáneamente, una sonrisa vino a sus labios, una que no fue pasada por alto por su hermana más joven.

"¿Y cómo está ella?"

Era un tema que no habían hablado desde la fiesta y Ronnie miraban a su hermana con sorpresa. "Ella está um... bien. Verá al doctor la próxima semana para que le cambien sus moldes. Pienso que van a ponerle uno corto para su pierna derecha."

"Oh, eso es bueno."

Un silencio cayó entre ellas. Ronnie normalmente podría decir cuándo su hermana estaba solo siendo solícita pero esta vez allí no parecía haber ningún oculto significado, ninguna agenda secreta en las palabras de su hermana más joven. "Um... sip. Dejamos de necesitar a su enfermera porque puede moverse bastante bien por si misma." Hizo una pausa y sonrió. "La comezón la está conduciendo a la locura, sin embargo."

"Oh, apuesto. ¿Recuerdas cuando te fracturaste el brazo? No sé cuanto tiempo le tomó a mamá para que intentara meter un palo o una regla allí para rascarte." La pelirroja dio un puntapié a sus zapatos y se sentó en el sofá. "¿Y, qué le diste a ella? Y ven aquí por un rato. Estoy cansada de hablar a través del cuarto."

Oscuras cejas se levantaron. "¿Desde cuándo tienes deseos de hablar acerca de Rose?"

"No dije que quería hablar acerca de ella, solo te pregunté que le diste para Navidad, eso es todo." Susan bajó la mirada a sus uñas, obviamente evitando la mirada de su hermana. Ronnie estaba indecisa a abrirse, insegura acerca del repentino cambio de actitud.

"Algo de ropa y un par de programas de computadora," dijo, no haciendo ningún esfuerzo para levantarse de su sillón. "No me enloquecí demasiado." La verdad era que había gastado mucho más de lo que originalmente planeó, pero las sonrisas que Rose le había dado valieron cada penique.

"No dije que lo hicieras, Ronnie." Viendo que su hermana no iba a acompañarla en el sofá, Susan estiró sus piernas y dejó sus pies apoyados sobre el cojín. "¿Le gustaron?"

"Sí, le gustaron." La ejecutiva bajó la mirada a su pluma y sonrió, girando el instrumento para escribir en sus manos.

"¿Así que las cosas van bien entre ustedes dos?"

"Susan, ella es solo una amiga. Ya te lo dije." Miró fijamente el lápiz por algunos segundos antes de hablar otra vez, esta vez en voz más baja. "¿Realmente es hermosa, no es así?"

"Es muy bonita, Ronnie," la pelirroja estuvo de acuerdo. "Supongo que no le tomó mucho tiempo entender tu hábito para comer cada lápiz a la vista."

"Yo no los como." Un ligero rubor tiñó sus facciones. "Yo los muerdo. Hay una diferencia. No puedo evitarlo. Lo he hecho desde que era una niña y probablemente continuaré haciéndolo hasta que sea una señora mayor."

"Bien hermana, estoy dispuesta a apostar que no morderás este." Ronnie sonrió.

"No, es demasiado hermoso. Además, probablemente quebraría mis dientes en el."

"¿Dijiste que éste tiene una pluma igual?"

"Sip, justo aquí." Ronnie se volteó por la chaqueta colocada en el respaldo de su sillón y sacó la pluma del bolsillo interior del pecho. "Incluso se aseguró que tuviera tinta azul en vez de negra."

"Sabes, nunca vi alguien tan selectiva acerca de con qué color ellos escriben." Susan se levantó y se cruzó hacía el escritorio para mirarla mejor. Ronnie renuentemente se la dio. "Oh, es preciosa." Hubo un silencio por un momento antes de que Susan le devolviera la pluma. "Estaba pensando que quizá Jack y yo podríamos ir alguna noche para una visita. Nada sofisticado quizá una de esas parrilladas de invierno que antes te gustaba hacer."

"¿Nosotros no hemos hecho una de ésas en qué... dos o tres años ya?" Ronnie movió su cabeza. "No puedo creer que haga tanto tiempo."

"Bien entonces, debemos hacerlo. Será divertido y nosotros conoceremos a Rose."

"La conociste en la fiesta de Navidad, Susan," precisó. "Y recuerdo, que no estabas nada emocionada acerca de eso."

"Bien..." Una culpable mirada pasó sobre la cara de la hermana más joven. "Quizá saqué conclusiones precipitadas."

"Quizá lo hiciste," Ronnie convino.

"Así que quizá quiera una segunda oportunidad," la pelirroja ofreció.

El silencio cayó entre ellas por un momento antes de que Ronnie renuentemente asintiera. "Estamos justo a la mitad del deshielo de enero así que ésta sería la época perfecta para una parrillada de invierno."

"Exactamente. Incluso dejaré a los niños con la niñera para que no tengas que preocuparte."

"No, puedes llevarlos. No han estado allí desde hace tiempo."

"Llevaré su PlayStation para que tengan algo que hacer." Susan extendió la mano y apretó el hombro de su hermana. "Sabes que les gusta vencerte en ese juego de lucha libre."

"¿Todavía tienen eso? Pensé que era para ese pequeño sistema de juego negro que tenían."

"Oh, todavía tienen ese en alguna parte. Ellos únicamente utilizan el PlayStation ahora. Acabo de comprarles un nuevo juego de lucha libre. No sé el nombre de él, por supuesto."

"No importa. Tendrán a mi individuo en la lona en tres segundos justo como lo hacen siempre, excepto Ricky. A él le gusta tirar a mi individuo del ring unas doce veces y ponerlo en coma antes de declararme vencida." Las hermanas rieron, rompiendo la tensión de las últimas semanas.

"¿Qué te parece el sábado?"

"Suena bien. Disculpa." Ronnie presionó el botón del interfono.

"Su mamá en la línea dos. Dice que es urgente," la voz de Laura dijo.

"Gracias." Miró a Susan. "¿Ahora qué?"