Amor accidental xiv

Después de la fiesta veronica se enfrenta a los interrogatorios de su hermana, y descubre que tommy anda en muy malos pasos. que más le tocara enfrentar ahora?

AMOR ACCIDENTAL

Por B.L Miller

Traductora Guri - Revisora Gorky

Remolinos de recuerdos de las navidades pasaron bailando en los sueños de la rica mujer; regalos deseados y recibidos, risas y felicitaciones, papel de envolver rasgado apartado en la expectativa de los tesoros ocultos dentro. El sonido de alguien llorando suavemente se rompió atravesando la niebla, sacando a Ronnie de su niñez y regresándola al presente. Sus ojos se abrieron en la oscuridad de la noche y le tomó un momento para darse cuenta donde estaba y lo que ella oyó. "Rose," susurró para si, sacudió el peso del sueño y se levantó.

"¿Rose?" Llamó de la puerta.

"¿Te desperté? Lo siento," la joven mujer se atragantó, agradecida que la oscuridad mantuviera sus lágrimas ocultas de la mirada de su amiga.

"Sabía que las cosas que tenía no harían ningún bien," Ronnie dijo cuando entró en el cuarto y se sentó en la cama. "¿Quieres que salga ahora? Estoy completamente sobria."

Rose sacudió su cabeza. "No, no te vayas por favor." El dolor era prácticamente insoportable pero el pensamiento de atravesar este sufrimiento sin Ronnie era incluso peor. "Por favor." Estiró su brazo y agarró la mano más grande con la suya. "¿Puedes... puedes tu quedarte aquí conmigo?" Hubo un cambio en el peso cuando la más alta mujer se deslizó bajo las sábanas.

"Estoy justo aquí." Ronnie se atrevió a moverse tan cerca como pudo, diciéndose que era para la comodidad de Rose y no la propia. Estaba sorprendida cuando sintió la suave mejilla presionarse contra su hombro.

"¿Está todo bien?" La joven mujer susurró. Ronnie sintió que las lágrimas comenzaron a empapar atravesando el algodón y se dio cuenta que Rose debió haber estado llorando durante mucho tiempo antes de que hubiera sido despertada.

"Está muy bien," Ronnie contestó, moviéndose un poco más cerca.

"Esto duele," Rose admitió, levantando su cabeza para permitir que el brazo de Ronnie se deslizará debajo. Ellas movieron sus cuerpos en una más cómoda posición, por lo menos tan cómodas como pudieron considerando que la lastimada mujer no podía rodar sobre su costado debido a sus piernas quebradas. Ronnie consiguió enterrar su cara en el suave dorado cabello, respirando en el delicado olor. Rose se encontró arrimándose en la curvatura del hombro de la mujer más mayor, un lugar mucho más cómodo para ella de lo que la almohada más suave podría jamás ser. En los brazos de Ronnie se sentía segura, protegida, cuidada. El palpitante dolor estaba aún allí, ya de alguna manera este parecía soportable ahora. En menos de minutos ambas mujeres estaban profundamente dormidas.

Rose se despertó por el palpitante dolor en sus piernas y el sonido de Ronnie tecleando en la computadora. "Buenos días," bostezó, acurrucándose nuevamente dentro del calor de su almohada.

"Buenos días. Tus pastillas están allí en la mesita." La ejecutiva paró de mecanografiar y volteó para quedar frente a ella. Fue entonces que Rose notó que Ronnie estaba vestida para el trabajo, una falda sastre gris y chaqueta combinación acentuada por una blusa color crema.

"¿Tú saliste ya?" La mujer joven se incorporó despacio, claramente sorprendida.

"Llamé el hospital tan pronto como desperté y les expliqué la situación." Movió su sillón más cerca y sirvió un vaso de agua de la jarra. "La doctora Barnes estaba allí y extendió otra receta para ti inmediatamente," dijo mientras daba el vaso a Rose. "Después fue solo cuestión de salir corriendo y recoger esta." Miró a la joven mujer tomar las pastillas antes de que se girara y presionara en algunas más teclas. "Tengo que irme. ¿Necesitas algo antes de que me vaya?"

"No, estoy segura que Karen estará aquí pronto. ¿Está Maria aquí?"

"Sip, llegó aquí hace cerca de una media hora. Le dejaré saber que estás despierta." Ronnie se levantó y apagó la computadora. "¿Estás segura yo puedo conseguirte algo?"

"No, de verdad, estoy lista. Ten un buen día en el trabajo. ¿Crees que Tommy estará allí?"

"Lo dudo. Él dijo algo anoche acerca de no estar en la oficina hoy." Un destello de la cólera sobre los acontecimientos de anoche nubló sus facciones. "Es mejor que él no aparezca tampoco." Estiró una mano y dio a Tabitha una rápida caricia. "El número de mi oficina es dos en el marcado rápido si quieres darme una llamada."

"Oh, no quiero molestarte o algo así." Rose silenciosamente deseaba que Ronnie le diera un abrazo de despedida pero no se atrevió a pedirle uno.

"Si deseas llamarme, solo hazlo. No te preocupes acerca de molestarme porque no lo haces." Vaciló por un momento. "Sería agradable oír una voz amistosa a la mitad del día."

"Ok. Entonces te llamaré más tarde." Dejó el vaso abajo y miró a su amiga. "¿Ronnie?"

"¿Mmm?"

"Gracias por salir esta mañana. Yo de verdad agradezco eso."

Ronnie sonrió. "De nada." Estiró la mano y dio a la mano de Rose un apretón. "Ahora de verdad tengo que ir trabajar. Llámeme más tarde, ¿Ok?"

"Okay."

Era tarde cuando la puerta a la oficina de Ronnie se abrió y Susan entró, llevando una carpeta manila. "Tenía razón," la pelirroja dijo triunfantemente cuando lanzó la carpeta sobre el escritorio.

"¿Tenías razón acerca de que?" Ronnie preguntó con desinterés, no molestándose en desviar la mirada de su computadora.

"Tu huésped." Recogió la carpeta y la abrió, repasando la información que había obtenido. "Rose Grayson se graduó del instituto de Albany. No hay registros incluso de que hubiera acudido a la universidad en alguna parte o que posea una tarjeta de crédito. Ella incluso no tiene una licencia de conducir."

Ronnie se levantó rápidamente, enviando su sillón balanceándose hacía atrás cuando arrebató la carpeta de las manos de Susan. "¿La investigaste?"

"Tuve que hacerlo," la hermana más joven protestó. "Obviamente crees todo lo que ella dice."

"¿Y qué te importa a ti?"

"Ronnie, ella no tiene obviamente nada y vio un buen ticket de comida."

"No tienes idea acerca de lo que estás hablando." Cerró de golpe la carpeta abajo sobre su escritorio. "Rose no me está utilizando."

"¿No? ¿Sabes dónde trabajaba antes de que le dieras un trabajo?"

"En Money Slasher, lo sé. Ella era una cajera allí."

"Una cajera de medio tiempo," Susan corrigió, "Ganando el salario mínimo. De lo que puedo decir, antes atendía las mesas en un restaurante barato."

"¿Cuál es tu punto?"

"¿Mi punto es por qué estás haciendo esto? ¿Por qué dejas a una pobre basura blanca vivir de ti?"

"No... tú... ¡jamás la llames así otra vez!" Ronnie gritó. "No tienes idea de lo qué estás hablando, y en cuanto a la 'basura blanca', ¿le has dado una buena mirada a Tommy últimamente?"

"Estás intentando cambiar el tema."

"¿Lo estoy? La estás juzgando porque no tiene el dinero que tú y yo tenemos. ¿Cómo de justo es esto?" Se acercó a la ventana y miró en el triste cielo gris. "¿Te tomaste el tiempo de hablar con ella para averiguar qué clase de persona es? No. No todo el mundo que no tiene dinero es suciedad y no todo el mundo que es rico es una buena persona."

"No estoy diciendo eso."

"¿No lo estás? Averiguas que no nació privilegiada y enseguida asumes que es una excavadora de oro."

"¿Entonces qué es ella, Ronnie? Ayúdeme a entender porque ahora mismo no lo hago," Susan cuestionó. "Intenta mirarlo desde el punto de vista de la familia. Una mujer de la que nunca hemos oído hablar de repente se muda a tu casa, completamente con un gato y obvios problemas médicos y ¿esperas que solo nos recostemos y no estemos preocupados?"

"Sí. Es mi vida, Susan. Quién se aloje en mi casa es mi preocupación, no la tuya. No hice una investigación sobre Jack cuando anunciaste que ibas a casarte con él."

"¿Estás planeando casarte con ella?"

"Aún no aceptas que ella es solo una amiga, ¿no?" Cruzó el cuarto y se dejó caer en el sofá de cuero negro. "¿Por qué te preocupa tanto?"

"Solo no deseo verte lastimada... otra vez."

"Esto no es como Christine, te dije eso antes."

"Puede que no lo pienses así, pero lo qué yo vi..."

"Entonces tu mira mejor otra vez. Rose no desea nada de mí. Ella es solo una amiga. Para de intentar hacer esto en algo más de lo que es." Dio un puntapié a sus zapatos sacándoselos y metió sus pies bajo sus piernas. "No la conoces, Susan. No sabes como es. Anoche su botella de Percocet fue robada. Me ofrecí ir a conseguir más pero no quiso que lo hiciera. ¿Eso suena como alguien que está solo interesado en mi dinero? Ella no me ha pedido una sola vez que la compre una maldita cosa. Todo lo hago, porque quiero hacerlo, no porque ella me lo pida." Agitó su mano descartándolo. "¿Lo entiendes?, olvida esto."

"Mira. Eres una adulta. Que tomas tus propias decisiones. Investigué todo lo que pude sobre ella hoy. Toda la Información está en ese expediente. Haz con esto lo que quieras." Susan se dirigió hacia la puerta. "Ronnie, no te olvides de la cena de mañana con mamá."

"Oh, tengo muchas ganas de que empiece esta," dijo sarcásticamente. "¿Le enviaste a ella una copia por fax de tu precioso informe? ¿O solo sacaste un anuncio en el Times Useless?"

"Eso no fue necesario, Ronnie. Estoy solo cuidando de ti."

"La última vez que miré, me ocupaba de mi misma muy bien. No recuerdo haberte pedido ser mi niñera."

"Bien. Haz lo que quieras, tú lo harás de todos modos." Susan se fue, no molestándose en cerrar la puerta. Laura, que había estado escuchando las voces levantadas, discretamente la cerró y volvió a su escritorio, sabiendo que el intercomunicador estaría llamando en algunos segundos.

"Laura, guarda mis llamadas." Un segundo después, dos líneas se encendieron y la joven asistente administrativa habría apostado su cheque completo a que ella sabía a quién llamaba su jefa.

"Residencia Cartwright," María contestó.

"Hola María, ¿puedo hablar con Rose por favor?" Ronnie aún estaba sentada en su sofá en la oficina, las multilíneas bloqueadas del teléfono colocado en el piso al lado de ella. Era de esas veces que agradecía la longitud extra en el cordón del teléfono gris, incluso si este conseguía enredarse en sus pies debajo del escritorio de vez en cuando.

"¿Hola?"

"Hola allí." El sonido de la voz de Rose, hizo sonreír a Ronnie, la tensión de su conversación con Susan desapareció. "¿Cómo estuvo la juez Judy hoy?"

"Oh, no creerías los casos que ella tuvo."

"Cuéntame sobre ellos," pidió, acomodándose nuevamente dentro de una cómoda posición. Ronnie no podía explicar esto pero el sonido de la voz de Rose tenía un efecto calmante en ella y, en estos momentos, necesitaba ese confort.

Algunos días después, Rose fue al hospital para que le quitaran los puntos y le tomaran nuevas radiografías de sus piernas. Ronnie estaba sentada en la sala de espera, leyendo una vieja revista de hace seis meses para pasar el tiempo.

"Casi termino," la doctora Barnes dijo, quitando la última puntada en la mejilla de Rose. Dio un paso atrás y echó sus guantes del látex en el recipiente rojo de los desechos. "Buen aspecto. Pienso que no quedará cicatriz. Recuerde mantener ésta alejada del sol hasta que esté completamente curada. No que sea un problema en esta época del año." Hizo una anotación en el registro de Rose. "Usted se está recuperando espléndidamente. A ese ritmo que va, no veo ninguna razón por la que usted no esté usando muletas hacia finales de la primavera."

"¿Finales de la primavera?"

"Finales de la primavera," la doctora repitió. "Su cuerpo sufrió un severo trauma. Su tobillo estaba quebrado en siete partes. Va a tomar tiempo para curar. Entienda eso, Srta. Grayson, nosotros estamos hablando de meses de terapia, no semanas." El corazón de la joven mujer se hundió en las palabras. Ella sabía que tomaría tiempo, solo que no tan largo. ¿Cómo reaccionaría Ronnie? Seguramente eso sería demasiado tiempo de permanecer en el lugar que estaba rápidamente pensando como hogar.

A pesar de los miedos de Rose, Ronnie tomó las noticias bien, más preocupada sobre el progreso de la recuperación que el marco de tiempo. Aunque causó un poco de molestia, la joven mujer insistió que podría viajar en el asiento trasero de la Cherokee sentándose de lado, permitiendo que las piernas se apoyaran sobre el terciopelo gris intenso. Ronnie hizo lo posible para evitar los baches, pero todavía había algunas veces en que miraba en el espejo retrovisor y veía a Rose hacer muecas de dolor cuando pasaban sobre un punto particularmente áspero de la calle. "Sabes que podría quedarme en casa esta noche," dijo cuando giraban dentro de Cartwright Drive.

"No, tu madre y hermana están contando contigo. Estaré bien."

"¿Pero qué si necesitas utilizar el cómodo o algo así? ¿Qué si necesitas una bebida?" Tiró del jeep en el camino de entrada y apagó el encendido.

"Iré antes de que te vayas. Si llenas esa jarra en la mesita, estoy segura que estaré bien."

Ronnie fue la última en llegar al condominio de su madre. Culpó al tráfico de la hora pico de viernes pero la verdad era que encontró difícil dejar a Rose sola. Una jarra llena del agua, latas de refresco enfriándose en la hielera, varios bocados todo al alcance de la mano de la lastimada mujer... no dejó nada a la improvisación, incluso hasta anotó el número de teléfono de su madre solo por si Rose necesitaba algo.

La pequeña mesa redonda del comedor tenía apenas suficiente sitio para todo el mundo. Ronnie se encontró sentada entre Elaine y Susan. Era bastante malo quedar pegada al lado de una persona derecha pero el fuerte olor del perfume de su tía amenazaba con quitar el apetito de Ronnie. "Huele maravilloso," Susan dijo cuando la fuente de la carne fue colocada en la mesa.

"Gracias, querida," Beatrice contestó como si hubiera sido quién hubiera pasado las horas preparando la comida en vez de su asistente de medio tiempo. "Sabes que tu hermana siempre disfruta de una buen asado de cerdo."

"Si lo sé," Ronnie de buena gana coincidió, estirando el brazo a la fuente.

"Hey, deja algo para el resto de nosotros."

"Vamos Susan, no te preocupes de eso," su madre la regañó. "Hay suficiente para todos." Volteó a su hija mayor. "Toma tanto como desees, querida. Estoy segura que debes estar cansada de esas cenas recalentadas que María hace para ti."

Ronnie se sirvió el humeante gravy sobre su cerdo. "María es una estupenda cocinera, madre, lo sabes."

"Sé que cuando yo dirigía la casa ella trabajaba hasta las ocho de la noche. Nunca tuve que preocuparme de los platos sucios amontonados hasta la mañana."

"Tengo una lavavajillas."

"Humph, otro electrodoméstico comprado para que ella trabaje menos, sin duda." Beatrice se sirvió con un cucharón un poco de salsa sobre su plato. "Sabes que la echas a perder."

"Lo sé," Ronnie sonrió, sacando una sonrisa de su hermana y un ceño fruncido de molestia de su madre.

"Primero fue cada fin de semana libre, después fueron las horas acortadas. Por lo menos ella va, estás pagándole para permanecer en casa justo como esa gente de bienestar."

"Madre, ella hace una semana completa de trabajo, justo como cualquier otra persona."

"Estoy segura que ella está más ocupada que nunca con tu amiga allí," Susan concordó.

"Sí, ¿cómo está esa pobrecita, querida?" Elaine preguntó. "Ella parece una chica tan agradable. ¿Cuál era su nombre? Rachel, Ruth..."

"Rose," Ronnie corrigió.

"Ah sí," el pariente de visita dijo, en absoluto interesado en el nombre correcto. "Bien de todos modos, ella parecía una chica agradable. Pásame el maíz, por favor. ¿Bea, viste en el periódico donde están con la chusma emocionada sobre los cuidados de la salud otra vez?"

"Pienso que el presidente tendría cosas mejores acerca de que preocuparse," la matriarca replicó. "Jack, ¿sabes de alguien sin seguro?"

"Por supuesto que no, mamá," él contestó, aprendiendo hace mucho exactamente que respuestas su suegra quería oír.

"Ven, eso es mi punto exactamente. Ellos necesitan preocuparse de cosas más importantes como reformar el código de impuestos o traer de nuevo la oración a las escuelas." Beatrice tomó un trago de vino. "Estoy diciéndoles, aquí es en donde el país está mal. Hubo una época en que los niños respetaban a sus mayores. Ahora no puedo conseguir que el muchacho del periódico lo deje en la puerta cuando está lloviendo. Y él pregunta porqué no le doy propina. Propinas que debería ganarse, pero parece que hoy en día piensan que la merecen solo por hacer sus trabajos."

Durante el resto de la cena y después de cenar, y las bebidas, Ronnie intentaba prestar atención a la conversación pero encontró su mente escabulléndose de nuevo en pensamientos de la rubia mujer que la esperaba en casa. Se preguntaba si estaría durmiendo en el sofá o si Rose la dejaría compartir la cama otra vez. Esperaba lo último. La mente de Ronnie estaba tan ausente que no oyó que su madre se dirigía a ella y fue únicamente cuando Susan la pateó por debajo de la mesa que la trajo de nuevo al presente. "Lo siento, ¿qué?"

Beatrice frunció el ceño molesta. "Te pregunté si planeas venir aquí para Navidad. Honestamente, Ronnie."

"Lo siento, estaba solo pensando sobre algo."

"O alguien," Susan dijo tan quedamente que solo su hermana pudo oírla.

"Realmente creo que pasaré Navidad en casa este año," contestó, dándole una mirada furiosa a su hermana menor.

"Oh bueno. Elaine me preguntó si la acompañaba a un crucero pero no quería que estuvieras sin un lugar para ir."

"¿Qué sobre Tommy?" Susan preguntó.

"Él dijo que tenía otros planes este año, algo sobre ir hasta las montañas con algunos amigos suyos. Tú y Jack tienen a los niños, así que la única que me preocupaba era tu hermana."

"Estaré bien, mamá." Ronnie miró su reloj. "No me di cuenta del tiempo. Necesito volver para la oficina y recoger algunos expedientes antes de que se haga mucho más tarde." Se levantó y dejó su servilleta en el ahora vacío plato. "La cena estuvo estupenda, como siempre."

"Esa es mi hija, siempre trabajando," Beatrice dijo. "Tal vez algún día encuentres el tiempo para sentar cabeza y darme algunos nietos."

Ronnie ignoró el comentario y se puso su chaqueta. "Realmente necesito irme." Echó un vistazo fuera de la ventana. "Está comenzando a nevar fuerte allí afuera."

"Claro, por supuesto. Ve, y trabaja en la fabricación del dinero. Supongo que tendré que depender de Jack y Susan para que me den un nieto."

"Supongo que sí," la mujer de cabello negro dijo cuando alcanzó la manija de la puerta. "Jack, tú mejor ten cuidado en el camino a casa, parece que hay aguanieve. Buenas noches a todos."