Amor accidental x

Susan la hermana de veronica empuieza a investigar a rose. que encontrara?

AMOR ACCIDENTAL

Por B.L Miller

Traductora Guri - Revisora Gorky

Una vez dentro de su habitación, Ronnie movió el interruptor de su computadora y se enfurruñó sobre su cama. Echó un vistazo a su habitación, dándose cuenta, por primera vez, que silenciosa y vacía estaba. Las gruesas alfombras y los sólidos suelos de madera hacían que los sonidos de abajo no se filtraran hasta ella. "Esto es estúpido," frunció el ceño, volviendo a su escritorio de la computadora y se sentó. "Tengo trabajo que hacer."

La carpeta que abrió sin embargo, no era una carpeta de trabajo. Era su juego del solitario. Siguió repasando su libreta de citas y observó que Navidad estaba a diecisiete días solamente. Bien, no lastimaría a nadie si echaba un vistazo al Internet por un rato. Echar una ojeada al sitio de Macy's no dio a Ronnie ninguna idea en absoluto sobre conseguir un regalo para su madre. Había visto varios artículos que pensó que a Rose le gustarían sin embargo. Al cuarto para las doce, Ronnie todavía no tenía ningún presente para los miembros de su familia. "El regalo que siempre cabe," decidió, haciendo click en la forma de un vale de regalo. Es problema resuelto, apagó la computadora y trotó al piso de abajo para almorzar con Rose y mirar a la juez Judy juntas.

Cuando Ronnie entró al cuarto de Rose, se contentó de ver que Karen estaba terminando. "Volveré mañana. No se olvide de hacer esos ejercicios que le enseñé. Usted tiene que mantener esos músculos activos tanto como sea posible o eso retardará únicamente su recuperación."

"Lo haré, gracias," la joven mujer contestó.

"Bien." La enfermera dio vuelta a su atención a Ronnie, asumiendo correctamente que ella era la que estaba a cargo. "Volveré mañana alrededor de las nueve."

El almuerzo fue sencillo un plato de sopa y emparedados, comieron mientras escuchaban a la enojada juez reprendiendo a alguien por pensar que ella pudiera creerle que había liquidado un préstamo pero solo que no podía encontrar su recibo. Para el momento en que los créditos rodaron, ambas mujeres miraron en sus vacíos platos.

"María puede hacer que cualquier cosa sepa bueno."

"Oh, ella es una cocinera maravillosa," Rose coincidió. "¿Ha trabajado siempre para ti y tu familia?"

"Hasta lo que puedo recordar. Su madre trabajó para nosotros también, pero se retiró poco después de que nací. María ha sido todo desde ama de llaves, niñera, árbitro desde entonces." El alto tono del teléfono la interrumpió. "Probablemente otro telemercadeo," murmuró.

"¿No vas a contestar?"

"No. María selecciona las llamadas para mí." Como si en señal, Maria tocó en la puerta. "Ok," Ronnie dijo mientras alcanzaba el teléfono. "Veronica Cartwright."

"Um... si, Srta. Cartwright, soy Jonatán Barker de First Albany Savings y Trust. ¿Cómo está hoy?" Reconociendo el nombre del Vicepresidente Senior del Banco, la postura de Ronnie se agarrotó y empujó su sillón hacía el escritorio.

"Sí, Señor Barker. ¿Qué puedo hacer por usted hoy?"

"Bien... no quería molestarla en casa pero siento que este asunto requiere su inmediata atención." Ella no pasó por alto el toque de nerviosismo en su voz. "El señor Cartwright no ha devuelto ninguna de mis llamadas y me temo que a este punto tengo que buscar recursos en alguna parte más."

Ronnie rodó sus ojos y tomó su lápiz, ligeramente golpeándolo en el escritorio. "¿De qué se trata?"

"Bien... como usted sabe, cuando un préstamo es incumplido, estamos obligados a ir al aval para recuperar nuestra pérdida y dado que usted es la consignataria de los préstamos personales del Sr.Cartwritght..."

"¿Yo consignataria de un préstamo?" El lápiz paró el movimiento. "¿Cuándo fue eso?"

"Oh, yo um..." Ella oyó papeles arrastrándose sobre el escritorio de Barker. "Sí, aquí está. Tengo su firma fechada el cinco de abril como consignataria por el préstamo personal del Sr. Thomas Cartwright." Un toque de nerviosismo se arrastró en su voz. "Usted hizo la consigna de un préstamo personal para él, ¿no es así, Srta. Cartwright?"

El lápiz comenzó a golpear rápidamente. "Supongo que debo haberme olvidado sobre eso, señor Barker."

"Bien, estoy seguro que fue solo un simple descuido de parte del señor Cartwright pero me temo que no hemos recibido un pago en por lo menos cinco meses. Realmente no puedo dejar pasar esto mucho más tiempo."

"No, por supuesto que no." El lápiz se movió con más fuerza. "Usted puede transferir la cantidad atrasada de mi cuenta de ahorros personal."

"Bien, agradezco eso Srta. Cartwright pero me temo que a este punto el préstamo está considerado en incumplimiento y tenemos que pedir la completa liquidación."

"Bien. Usted puede tomar lo que se debe de mi cuenta." Se acomodó el teléfono entre su oído y hombro, liberando su mano para tomar un pedazo de papel. "¿Puede usted por favor decirme la cantidad exacta de la liquidación para que yo pueda marcar mis registros?"

El lápiz se cayó del escritorio y chocó ruidosamente sobre el piso. "¿Qué?"

"Dije que el total con interés y últimos honorarios ascienden a diecisiete mil seiscientos cuarenta y dos dólares y veintitres centavos. Tendré eso retirado de su cuenta inmediatamente."

"¿Señor Barker?"

"¿Sí?"

"En el futuro, asegúrese de comprobar conmigo personalmente antes de aprobar algún préstamo más para algún miembro de mi familia."

"Por supuesto, Srta. Cartwright."

Hubo una pausa antes de que Ronnie se diera cuenta que él había dicho algo más. "Discúlpeme, me temo que no le oí."

"Pregunté si hay algo que el banco pueda hacer por usted hoy." El banquero repitió.

"No, pienso que usted ha hecho bastante, gracias."

"Tenga un buen día, Srta. Cartwright," dijo, pero ella había ya colgado.

De su asiento a solo unos pocos centímetros, Rose oyó cada palabra de la conversación del lado de la ejecutiva. No fue difícil reconstruir qué sucedió. "¿Ronnie?" Toda lo que consiguió era una vista del respaldo del sillón café y del furioso clic del teclado. "¿Ronnie?"

"Necesitas algo, ¿Rose?" Su tono sonó mucho más severo de lo que fue su intención. El mecanografiar se detuvo. "Sabes, hay veces en las que deseo no ser la mayor," suspiró, girando su silla para hacer frente a la joven mujer.

"¿Deseas hablar acerca de eso?"

La primera reacción de Ronnie era decir no, los problemas de esta familia eran siempre tratados privadamente, pero entonces levantó la mirada en unos suaves verdes ojos y se dio cuenta que quería hablar acerca de eso, quería compartir sus frustraciones y sentimientos con Rose. "Tommy obtuvo un préstamo personal y falsificó mi firma en éste como consignataria."

"Oh, eso es terrible," la joven mujer resopló. "Pero, ¿por qué tu lo pagaste?"

"Porque eso es lo que se espera que haga," suspiró. "Si no, Susan o mamá lo harían."

"Pero estás haciéndolo más fácil para que él lo haga otra vez."

"Lo sé, pero no tengo una opción." Empujó su sillón más cerca a la cama. "Incluso aunque soy considerada la cabeza de la familia, hay todavía algunas cosas que tengo que hacer si me gustan o no."

"Es mucha presión a veces, ¿no es así?" Rose puso una suave mano en el antebrazo de la mujer más mayor. "Debe ser muy estresante tener que guardar todo dentro."

Ronnie levantó la mirada en sorpresa. "Sip." Era la primera vez que alguien había expresado alguna comprensión de sus sentimientos desde que era el guardián de la familia. "Tommy acaba de absorberme casi dieciocho mil dólares."

"¡Oh mi dios! ¿Dieciocho mil dólares?"

"Ni siquiera es el dinero lo que me moleta," Ronnie continuó, deliberadamente no enfocándose en el hecho de que la cantidad significa cosas totalmente diferentes a cada una de ellas. Para ella, esta era una fracción de sus ahorros y la verdad no sería echado de menos. Para Rose, bien... ni siquiera quería pensar sobre lo que significaba a la joven mujer que gastaba menos de veinte dólares a la semana en comestibles.

"Es el hecho de que te utilizó," la rubia mujer conjeturó.

"Falsificó mi firma en un préstamo de banco. No puedo imaginarme por qué tendría la necesidad de un consignatario para esa pequeña cantidad, sea lo que sea no manejo sus finanzas. Apenas no puedo creer que tuviera las bolas para hacer eso y después no molestarse en pagarlo." Mientras hablaba, la voz de Ronnie traicionaba más a su cólera e indignación. "Sabía que me ocuparía de esto. Sabía que el banco nunca cuestionaría mi firma en un préstamo para el."

"El te utilizó."

"El me utilizó." Miró en su escritorio y en los aún problemas sin resolver que la esperaban allí. La magnitud del problema hizo que respirará profundamente. "Voy a tener que llamar para una auditoria a la División de Propiedades Inmobiliarias."

"¿Piensas que está defraudando?"

"Si me hubieras preguntado esto ayer, habría dicho que no estaba segura." Se inclinó y tomó una carpeta manila. "¿Hoy? Ahora sé que él está defraudando, solo que no puedo probarlo." Dejó caer la carpeta de nuevo en el escritorio con frustración. Su cuerpo era un haz de nerviosa energía y necesitaba sacarla. "Rose, necesito ir al piso de abajo y hacer ejercicio por un rato. ¿Piensas que estarás bien?"

"Estaré bien," la mujer joven le aseguró. "Sé que tienes cosas que hacer. No tienes que hacerme compañía todo el tiempo."

Ah, pero Rose, pensó para si misma. Me gusta hacerte compañía. Se levantó y empujó su sillón de nuevo al escritorio. "Regresaré en más o menos una media hora. Si estás levantada podemos ir a la sala de estar y mirar algunas películas más."

"Eso sería agradable."

Sí lo sería, la ejecutiva pensó.

Una agotadora sesión de ejercicios nada hizo para mejorar el humor de Ronnie, que solo parecía empeorar más cuando pensaba en su hermano y en lo que él había hecho. La pera de boxeo sufrió un ataque furioso de golpes, enfatizado por una cadena de maldiciones que podrían hacer incluso que el más estridente de los marineros se ruborizara. Solo cuando estuvo completamente exhausta se quitó los guantes de boxeo y se dirigió al pequeño refrigerador para tomar algo de beber. Cuando sacó la última botella de Gatorade, Ronnie observó el reloj en la pared. Eran después de las tres, bien más allá de la media hora que había planeado en estar fuera. "Maldición."

La puerta se abrió en la oficina quince minutos más tarde con una recién bañada Ronnie llevando un video. "Lo siento, supongo que me enganché en lo que hacía. ¿Nosotras todavía estamos para la película?"

"Oh, sí. Por supuesto," Rose sonrió. Había oído los ahogados sonidos de Ronnie haciendo ejercicio, o rabiando, dependiendo de cómo uno lo mirara, y seriamente dudó que la ejecutiva pudiera estar pasando tiempo con ella.

Como lo había hecho ayer, Ronnie usó su fuerza bruta para llevar la silla de ruedas y a su ocupante los últimos escalones de la hundida sala de estar y ayudar a Rose en el sofá. "Pensé que una comedia romántica sería agradable... a menos que prefieras algo más."

"No, estoy segura que lo que has escogido estará bien," la joven mujer contestó con entusiasmo. Y era la verdad. Rose habría sido feliz mirando una prueba de modelo si eso era lo que Ronnie quería. La inicial incomodidad fue rápidamente desvaneciéndose, remplazada por un sentimiento de amistad y afecto por la mujer que la amparó. Estuvo sorprendida cuando la ejecutiva no bajó la bandeja para aperitivos que había servido como una barrera entre ellas y aún más asombrada cuando Ronnie se sentó en el cojín del medio, solamente a escasas pulgadas de ella. "¿No deseas tu reposapies?"

"Naw, me apetece sentarme por un rato," contestó, metiendo sus pies por debajo al estilo Indio. "¿Estás cómoda?"

"Mucho."

"Bueno." presionó el botón de play en el control remoto y rápidamente adelantó los avances hasta que vio el logotipo de la característica presentación. "Aquí vamos."

El comienzo de la escena estaba casi terminada cuando la nariz de Rose recibió un muy delicioso olor. "¿Palomitas?" Como si en señal, María apareció de la cocina con un tazón grande del convite a disposición así como varias servilletas.

"Si no me necesitas para algo más, me marcharé," María dijo cuando le dio el tazón a Ronnie. "La cena está en el refrigerador, enciende el microondas en medio por tres minutos para calentarla."

"Pienso que tenemos todo puesto, María. Maneja con cuidado."

"Solamente voy a casa, Ronnie. Piensas que vivo a diez pasos" la mujer mayor dijo. "Podría caminar si no estuviera tan endemoniadamente frío afuera."

"Lo sé, pero todavía me permito preocuparme por ti. ¿Después de todo, quién me haría toda la cocina y la limpieza si no estuvieras alrededor?" El brillo en sus azules ojos era la única señal que la mujer de cabello oscuro bromeaba.

"¡Ronnie!" Rose gruñó. María se rió suavemente.

"Mantén eso firme, Verónica Louise, y te sorprenderás." Volteó a Rose. "Vigílala."

"Lo haré," la mujer joven prometió con una sonrisa.

Una vez que María se fue, Ronnie retrocedió la cinta hasta el principio y las dos mujeres se acomodaron para ver a Richard Dreyfuss intentar ganar el corazón de Marsha Mason. El tazón de las palomitas apoyado entre ellas y ambas mujeres afanosamente metían el tentempié untado con mantequilla en sus bocas. Como si estuviera destinado para suceder, las manos grande y pequeña entraron al mismo tiempo y los grasientos dedos se entrelazaron. "Oops," vino la simultánea disculpa mientras sus dedos estaban soltándose el uno al otro.

"Ricas palomitas," Rose dijo, este vez asegurándose de permanecer en su propio lado del tazón.

"Sip, realmente ricas."

Mientras la película lentamente pasaba y el abastecimiento de palomitas disminuía, sus manos continuaron rozándose la una con la otra en la búsqueda de los sabrosos granos de maíz. Después de la cuarta o quinta vez, ambas se dieron por vencidas en disculparse y solo dejaron que sucediera sin hacer comentario. Rose todavía hizo lo posible para evitar estar tocando la mano de Ronnie, pero parecían siempre estar en su lado del tazón. Cuando únicamente los minúsculos pedazos fueron dejados junto con granos de maíz sin estallar, la mujer más mayor pasó el tazón sobre el cojín vacante.

"¿Quieres algo de beber?"

"Seguro, gracias."

"¿Qué es lo que quieres?"

"Cualquier cosa estará bien. Agua está bien."

"Huh Uh." Ronnie se levantó graciosamente del sofá y salió hacia la cocina, volviendo un minuto después con refrescos para cada una.

"Gracias," Rose dijo, tomando el vaso. "¿Quieres retrocederlo para que puedas ver lo que se te pasó?"

"Naw, he visto ésta unas cuantas veces." Se sentó y metió sus piernas por debajo de si misma. "Soy una aspiradora para una buena historia de romance."

Tabitha vagó hacia fuera para ver qué pasaba. "¿Mrrow?"

"No estaremos levantándonos de aquí ahora mismo. Ve a jugar," Ronnie dijo. Al parecer el anaranjado y blanco gato pensó que ella dijo 'vamos sube' porque hizo exactamente eso, cruzándose sobre el regazo de la ejecutiva y colocándose abajo entre las dos mujeres.

"¿Quieres ponerla abajo?" Rose puso su mano debajo del estómago del felino, lista para espantarla.

Ronnie miró al ronroneador gato. Hace dos semanas nunca habría dejado a un animal tomar control de su casa. "Supongo que ella no estará dañando nada." La verdad era que esto hacía a la ejecutiva sonreír internamente en ver a Rose feliz y obviamente el estar alrededor de Tabitha hacía eso. Extendió su mano y dejó que sus largos dedos se unieran a los más pequeños en acariciar al alegre ronroneador felino.

El martes trajo con éste la realización de que los asuntos en Cartwright Corporation no podían ser ignorados más tiempo. Ronnie intentó despedirse de la aún durmiente Rose y se dirigió hacia el jeep.

Los locutores de la mañana estaban ocupados burlándose de las recientes actividades políticas, dejando a la ejecutiva sin elección excepto para el pop en un CD. Guiaba el jeep azul brillante con la serie interminable de luces del tráfico y las calles de un solo sentido hasta que llegó al garaje del estacionamiento Hudson Avenue. Se impulsó sobre la rampa después al elevador hasta que llegó a la fila de los espacios reservados para los ejecutivos de Cartwright. Ronnie se colocó en el sitio reservado para ella y apagó el motor. Tomó algunos minutos para poner su cabeza a modo en el trabajo después de ser la guardiana durante tantos días. Sintiéndose lista para hacer frente a lo que le esperaba, Verónica Cartwright salió de su vehículo y se dirigió hacia el elevador que la podría conectar a su piso. Desde ahí hay un paseo a State Street y al edificio Cartwright.

La peor parte sobre tener las oficinas corporativas en los pisos superiores de un gran rascacielos en el centro de Albany era que tenía que compartir el elevador con todo el mundo que trabajaba en los pisos inferiores. Ronnie se encontró aplastada en la esquina cuando más y más gente se convenció que ellas podrían caber en el pequeño transporte. Agarró su maletín apretándolo contra su cuerpo y esperó una interminable cantidad de tiempo para que las puertas del elevador finalmente se cerraran y comenzar el lento paseo hacia arriba. Las mezclas de colonias y perfumes atacaron sus sentidos, persistiendo detrás después de que sus dueños salieran en sus asignados pisos. Cuando el elevador finalmente llegó el vigésimo octavo piso, una Ronnie agradecida salió para hacerle frente a las puertas dobles de cristal que conducían a las oficinas corporativas Cartwright.

"Buenos días, Laura. ¿Algo importante de lo que necesito saber?" Verónica preguntó, sacando la pila de mensajes telefónicos rosados de su tablilla. Más que medio encontrados arrugados y lanzados en el reciclador azul al lado del escritorio de la joven secretaria.

"Los informes están en su escritorio." La pequeñita mujer de cabello castaño echó un vistazo sobre la libreta de citas. "Usted tiene una reunión a las diez con los inversionistas de Houston y su hermana le ha dejado a usted dicho que le llame tan pronto como llegara." Tomó la chaqueta de su jefa y cruzó el cuarto para colgarlo en el armario. "Ella dijo que es importante."

"Siempre es importante para Susan," Verónica respondió, sin impresionarse. Alcanzando la manija de su oficina ordenando, "llama a mi casa y pon a María en el teléfono para mí."

Una vez dentro de la intimidad del rincón de su oficina, Ronnie dejó sus zapatos debajo del escritorio y caminó silenciosamente alrededor en sus cansados pies, trayendo una taza recién hecha de café de la cafetera personal mantenida en su oficina. Pocos minutos más tarde estaba sentada en su escritorio, la computadora tarareando a la vida. Una educada llamada por el interfon y el destello de luz en su teléfono le dijeron que la tarea de Laura fue efectuada. Tomó el negro auricular y presionó el botón para la línea dos. "María."

"¿Pasa algo?" El ama de llaves preguntó. Era raro que Ronnie llamara a casa.

"Solo quería saber cómo van las cosas con nuestra huésped."

"Rose todavía está durmiendo. ¿Quieres que la despierte?"

"No." Intentó esconder la decepción de su voz. "Escucha, cuando ella despierte, le das mi número de la oficina para que pueda llamarme, ¿Ok?" El sonido de la puerta de la oficina abriéndose hizo que Ronnie levantará su cabeza. Susan estaba parada allí, su lenguaje corporal indicaba que era algo de vida o muerte. "Tengo que irme. Dile que me llame." Colocó el receptor abajo. "¿Qué?"

"¿Conoces a esa 'nueva contratada' tuya? ¿Rose Grayson?"

"¿Sip? ¿Qué sobre ella?"

"Ella nunca se ha presentado a trabajar. La documentación de la rescisión acaba de llegar a mi escritorio."

"¿La documentación de la rescisión? ¿Quién autorizó eso?"

"Grace lo hizo. Contabilidad es su departamento. Dijo que nunca había oído hablar de esta mujer y que nunca se ha presentado a trabajar."

Ronnie tomó el teléfono y presionó los dígitos para el teléfono de Laura. "Consigue a Grace en el teléfono." Dio vuelta su atención de nuevo a su hermana. "Todo lo que involucre a Rose viene a mi escritorio inmediatamente. No debes hacer nada que la involucre sin mi consentimiento."

"Ronnie, ¿qué pasa? ¿Empleas a alguien para un nivel de entrada, les das beneficios completos inmediatamente e incluso no se presenta a trabajar?"

"No te preocupes sobre eso, Susan. Manejaré esto."

"Grace en la línea tres," la voz de Laura saltó a través del intercomunicador. Ronnie tomó el auricular.

"Grace, ¿hay un problema con un nuevo empleado, Rose Grayson?"

"Sí, parece que ella nunca se ha presentó a trabajar." La prima contestó.

"No te preocupes sobre eso. Ella está en licencia médica extendida. Solo procesa su papeleo cada semana. Bajo ningunas circunstancias estarás rescindiéndola."

"¿Por qué? Ronnie, ella nunca se ha presentado. Nunca incluso me he reunido con ésta mujer Grayson. Todas lo que tengo son algunas formas enviadas por fax de Susan la semana pasada."

"Sé todos acerca de eso." Hubo una pausa y pensó que su prima iba a discutir un poco más sobre esto. "Grace, no hay discusión sobre esto."

"Bien. Tu eres la jefa." Hubo un clic seguido por el tono de marcar. Ronnie colgó el teléfono y echó un vistazo en la pantalla de la computadora. "¿Hay algo más, hermana?"

"Por supuesto que hay." Susan contestó, moviéndose alrededor del escritorio hasta que estaba parada al lado de su hermana mayor. "Ronnie, vamos, ¿qué pasa?"

"Nada de lo que necesites preocuparte. Estoy segura que tienes cosas más importantes que hacer que preocuparte a cerca de una pequeña empleada."

"Una pequeña empleada a la que misteriosamente contrataste." La pelirroja se inclinó impensadamente contra el escritorio de caoba. "Ronnie, nunca has empleado directamente a alguien para un puesto excepto a Laura." Un pensamiento se le ocurrió. "Esto no es como cuando estabas en Stanford, ¿lo es?"

La mención de su gran fracaso personal trajo la atención de la ejecutiva apartándola de la computadora. "¿Susan, no puedes dejar algo morir? ¡Ése fue hace diez años!" No había que confundir su tono enojado.

"Hey, tendrías que saberlo mejor que confiar en alguna pobre basura blanca."

"Christine no era una pobre basura blanca. Estaba allí con una beca académica."

"¿Y qué tema era el que ustedes dos estudiaban en la noche en su cuarto?" Susan masculló. "No estabas allí cuando papá contestó al teléfono la noche que ella llamó. No oíste las cosas que le dijo. La manera en que amenazó hacerlo del conocimiento público."

"Para eso, Susan," advirtió con un gruñido bajo. "Habría podido manejarlo."

"¿Cómo? ¿Habrías preferido que todo el mundo supiera que el heredero evidente de Cartwright Corporation era rara?" Se encogió en la mirada ardiente en los ojos de Ronnie. "Mira, eres mi hermana y te amo. Puedo entender que incurriste en una equivocación. Eras joven, no sabías mucho. Solo no quisiera que tuvieras que sufrir con eso otra vez."

"Eso no es lo que está sucediendo." Ronnie tomó un lápiz y comenzó a golpearlo ligeramente en el escritorio.

"Prometiste a papá que no sucedería otra vez."

"¡Y no sucederá!" El lápiz fue lanzado airadamente, provocando que rebotara fuera del escritorio y en el suelo. Ronnie se levantó y miró fuera de la ventana en el horizonte de Albany, viendo en el interior el recordatorio de su gran humillación. La visión de los azules ojos de la rubia que una vez la había llenado de felicidad únicamente para dar vuelta y volverse una chantajista chupando sangre destellaba ante sus ojos. "Yo nunca he... quiero decir... desde..." Se dio por vencida y continuó mirando fijamente fuera de la ventana.

"Ronnie..." Susan estaba parada al lado de su hermana más alta y puso su mano en el antebrazo. "Me sentía tan mal por ti cuando mamá y papá fueron a recogerte al aeropuerto esa noche." La llamada de Christine exigiendo dinero a cambio de mantenerse silenciosa sobre su aventura vino menos de dos horas antes de que Ronnie arribara al aeropuerto del condado de Albany para pasar las vacaciones de Navidad en casa con la familia. "Ese fue el peor día de fiesta que puedo recordar. Todo era griterío y griterío."

Había sido un tema que las dos hermanas nunca hablaron, ni siquiera en ese entonces. Ronnie nunca había sabido los verdaderos sentimientos de Susan sobre el asunto de su sexualidad o el entero incidente del chantaje. Sin voltearse, la mujer más mayor habló. "Había estado anhelando venir a casa. Falté para Acción de Gracias y después de que Chris y yo terminamos" Meneó su cabeza. "¿Qué fue lo que hice tan horriblemente incorrecto?" Preguntó reservadamente.

"¿Confiar en ella o tener sexo con una mujer?" Susan preguntó, volteándose e inclinándose contra el alféizar de la ventana.

Ronnie se encogió de hombros. "Cualquiera... ambas... ah, no importa." Se giró retirándose de la ventana se sentó en su sillón. "Ambas tenemos trabajo para hacer."

"No está bien." La pelirroja dijo, tirando de una silla para sentarse en el mismo lado del escritorio que su hermana. "Mira, lo que dije anteriormente sobre ser raro, yo no quise decir..."

"Olvídate de eso."

"No. Es tu vida. No tengo ningún derecho de juzgarte. El señor sabe, yo he hecho cosas de las que estoy avergonzada."

"No hay juicio en esa declaración, ¿la hay?" Ronnie dijo sarcásticamente, girándose en su sillón un poco y sacando el cajón del teclado. "Supongo que esta bien tener una aventura con tu entrenador personal pero no con alguien del mismo sexo, ¿correcto?"

"No pensé que sabías sobre André" Susan dijo con indecisión, preguntándose solo cuánto sabía su hermana mayor.

"No mucho se me escapa." Metió su contraseña, cambiando la pantalla de la insignia corporativa a su escritorio personal. "Mira, yo he aprendido mi lección, ¿Ok? No frecuento los bares gay, no cruzo los campos de softball, o tengo un desfile de mujeres que entran y salen de mi cama."

"Tienes también treinta tres años y no estas casada, Ronnie. Esto es un negocio. Tenemos que mantener cierta imagen."

"¿Y lo hago!" Se levantó y comenzó a pasearse. "Siempre he acudido a todas las funciones de caridad con un acompañante masculino de buen aspecto. ¿No lo hago? No he hecho nada para fastidiar la preciosa imagen de la familia."

"¿De qué se trata esto, una mujer?" Susan se levantó para hacerle frente a su hermana. "¿Es eso? Realmente. Ayúdeme a entenderlo, hermana. Crecimos juntas. ¿Qué pasa?"

"Susan, estamos en el trabajo. Vamos a dejar esto, ¿Ok?"

"Bien. La misteriosa Rose Grayson permanece en la nómina de pago y seguro porque así lo dijiste." La pelirroja estaba obviamente enfurruñada por el tono brusco. "¿Hay algún otro problema en el que estés interesada o es ella éste?"

"Soy la presidenta, ¿no es así?" Ronnie frunció el ceño. "La cosa entera de Grayson no es un reparto grande, Susan. No tienes que preocuparte de verme a la cabeza orgullosa del próximo desfile gay tampoco. ¿Ahora podemos hablar de algo más?" Fue hacía su escritorio y se sentó. "¿Consignaste algún préstamo para Tommy?"

"¿Por qué Tommy necesitaría un consignatario? Él está consiguiendo mucho dinero. Él incluso no posee un hogar propio a excepción de esa cabaña en el Adirondacks."

"Él incumplió en un préstamo que tenía mi nombre falsificado en el como consignatario."

"Debe haber alguna clase de error."

"Ningún error. Voy a tener enviadas copias del uso para que pueda compararlo a mi firma."

"Quizá alguien inventó el nombre de Tommy también."

"Sip, quizá. Lo descubriré después de que consiga los papeles. Mientras tanto te sugiero que eches un vistazo en tus registros del banco." Alcanzó el ratón y chasqueó abriendo su conexión al banco. "Oh, una cosa más. Estoy pidiendo una auditoria de Propiedades Inmobiliarias."

"¿Qué? ¿Estás auditando los libros de Tommy?" Susan no fue nada sino alarido. "¿Sabes como mirará eso él?"

"Como que no confío en él. No lo hago." Un rápido mecanografiar de su número de cuenta y contraseña y Ronnie echaba un vistazo en sus recientes transacciones. La tarjeta de debito que parecía de repente una tarjeta Visa de platino era práctica. Todas las compras fueron destinadas a su cuenta corriente en menos de dos días, haciendo esto fácil para que verificara que su tarjeta no estaba comprometida. Miraba sobre la lista, observando los artículos familiares como los juguetes de Tabitha y la cama de Rose. "Tu misma dijiste que pensabas que algo estaba pasando. ¿Quieres que descubra que es esto ahora, o quieres esperar hasta que se ventile en la prensa? Pensé que estabas preocupada de nuestra imagen."

Susan se erizó en el comentario pero concedió renuente que su hermana tenía razón. La confianza era un reparto grande con la imagen pública. Los nombres públicos eran recordados y si no lo hicieran cada noche las noticias serían más que felices recordarlos. Era así como los escándalos duraban tanto tiempo en Albany. Hasta el momento los Cartwrights habían sido bastante afortunados en no estar implicados públicamente, no importaba los costos privados. "Está bien," la hermana más joven suspiró. "No puedo ver nada donde lastimaría si él es inocente." Se dirigió hacia la puerta. "¿Ronnie?"

"¿Qué?"

"Si lo es, tendrás que darle mejor una disculpa. Y asegúrate que mamá no descubra sobre esto." El intercomunicador zumbó, seguido rápidamente por la voz de Laura.

"Rose en la línea uno para usted."

Ronnie levantó la mirada hasta ver los ojos de su hermana iluminarse en el nombre. "¿Es esa la misteriosa Rose Grayson?"

"Adiós Susan." Tomó el auricular y presionó el botón. "Hola..." No había que confundirse en el cambio en la voz de Ronnie. Se transformó más suave... más gentil. Había una dulzura en ella que era en contraste directo a su tono anterior. "¿Puedes esperar un minuto?"

"Ya me voy, ya me voy. Pero éste no es el final de esta conversación."

"¡Susan!" Miró mordazmente la puerta. La pelirroja se fue, determinada más que nunca a solucionar el rompecabezas de su hermana y Rose Grayson.

"Hola. Lamento eso. ¿Dormiste bien?" Ronnie dijo, sentándose en su sillón y apoyando sus pies en el escritorio.

"Muy bien. María dijo que querías que llamara."

"Sip... um... Supongo que solo quería que supieras que si necesitas cualquier cosa, déjaselo saber a María. Va a permanecer allí hasta que llegue a casa. Hará cualquier cosa que quieras para el desayuno, solo pídeselo. Oh, y si hay algo que quisieras que te compre en el supermercado, solo déjale saber eso también."

"Estoy muy bien, solo gracias. ¿Cómo está yendo el trabajo?"

"Oh, justo un día típico," Ronnie contestó sarcásticamente. "Es increíble que no tenga una úlcera a veces."

"Desearía que hubiera algo que pudiera hacer para hacerlo mejor para ti," Rose dijo sinceramente.

Ya lo haces, la mujer de cabello oscuro pensó para sí. "Estoy muy bien. Cuéntame tú. ¿Te apetecen los mariscos esta noche?"

"Suena genial."

"Bien. Haré que María nos prepare algo rico." La luz en la línea dos comenzó a destellar. "Pienso que mejor voy de nuevo a trabajar, solo quería averiguar sobre ti."

"Ok, me alegra que lo hicieras."

"Um... sabes si quieres puedes llamarme más tarde."

"Oh. Ok, bien ¿quizá después de almuerzo? No deseo incomodarte."

"Seguro. Después de almuerzo estará bien. No creo que vaya a estar todo el día de todos modos."

"Está bien... bien... ¿supongo que hablaré contigo más tarde entonces?"

"Ok Rose. Relájate y haz lo que la enfermera te diga."

"Adiós."

"Adiós." Ronnie escuchó el tecleo y entonces la señal para marcar por algunos segundos antes de presionar la línea dos. "Verónica Cartwright." Su voz, era una vez más, puro negocios.