Amor a la Italiana... Penúltima
Mil perdones!! se que me he demorado mucho, hice algo que no debería... Escribir varios relatos a la vez, me he quedado enganchada con uno nuevo que publicaré pronto.. Besos! y gracias por leer :D
Al cabo de un rato Bella llegó con el encargo de Victoria quien se deleitó viendo como Vanessa se vestía, aquellos pantalones negros un tanto ajustados sin dejar de lado el respeto y la comodidad, aquella camisa de seda blanca abotonada lentamente solo para provocarla, aquel saco a juego con el pantalón cuyas mangas fueron remangadas junto con las mangas de la camisa hasta los antebrazos y una corbata negra delgada la cual Victoria tomó de la caja donde vino, se levantó y se la colocó para luego darle un beso suave a aquellos labios tiernos
-¿todo listo? – preguntó
-vamos – sonrió Vanessa, tomó la mano de Victoria y juntas salieron a apoyar a Sophía en aquel momento tan difícil
El doctor se acercó a Camilla quien estaba sentada junto a Sophía, ésta recostada a sus piernas mientras dormía y a la vez tenía un intranquilo sueño
-esto estaba entre sus pertenencias – le entregó un collar enredado a otro, ambos tenían como dije la mitad de un corazón, Camilla lo miró un momento y luego lo tomó, lo guardó en su bolsillo para no despertar a Sophía – la compañía funeraria llegó, se llevarán el cuerpo, las pertenencias de la señorita Milleni están aún en su habitación, sería buena idea que la llevara allá al momento en que se lleven a la joven… será menos doloroso – Camilla agradeció con la mirada y una leve sonrisa, acarició la espalda de Sophía con cariño
-Sophi, amor… despierta, tenemos que subir a buscar tus cosas…
-no quiero irme – dijo aún con los ojos cerrados
-tenemos que ir… se llevarán a Sarah, mejor subamos a buscar tus cosas y luego vamos a…
-no, yo me quedo, si quieres por favor tráelas tú – dijo sentándose, los encargados de la funeraria ordenaron que salieran un momento, Camilla no discutió a Sophía lo que dijo y obedientemente subió a buscar sus pertenencias mientras que Sophía se quedaba junto a la puerta para acompañar el cuerpo de Sarah hasta la camioneta, una vez ahí metió sus manos en sus bolsillos y miró la camioneta alejarse, Camilla llegó a su encuentro y se abrazó a su brazo… - estuvimos juntas cuatro años, hasta que se marchó
-lo se
-creí que no me amaba cuando me dejó, creí que solo me había usado… ¿sabes lo que intentaba hacer? – Camilla negó con la cabeza – intentaba impedir que yo regresara contigo
-lo siento – Camilla bajó la mirada, Sophía se separó de ella, tomó su chaqueta y su billetera, caminó hasta la parada y tomó un taxi, Camilla solo se quedó allí, de pie mirando al frente
-dale tiempo – dijo Alessandra acercándose desde atrás – pronto estará bien
-¿crees que es tan fácil? – dijo Camilla volteándose y mirando a Alessandra
-no, pero se que ella va a reponerse, y se que tú la ayudarás
-todo esto pasó por tu culpa – dijo Camilla llorando
-no, esto pasó porque tenía que pasar… nadie es culpable, vamos, te llevaré a tu casa, necesitarás estar arreglada para cuando sea el funeral
Sophía se encargó de todos los arreglos, llamó a la madre de Sarah quien enseguida fue a ver que vuelo salía primero, llegaría lo más rápido posible, luego de llamarla fue al baño, se duchó por un rato, miraba al piso… recostó su frente a la pared mientras las lágrimas le recorrían el rostro junto con el agua tibia que caía
-Camilla… Camilla… - se repetía aquella voz conocida en su cabeza, pero… ¿de quien era? – Take care of her… - Camilla sudaba y se movía, apretaba la almohada… - you are the only one who can protect her – de pronto la imagen de Sarah vino a su mente, se despertó de aquel sueño intranquilo, se levantó sudando, agitada… ¿qué había sido aquello? ¿habría sido verdad o solo un sueño? Miró la hora en su reloj, según Alessandra debía estar antes de la una, se vistió acorde y salió en su motocicleta, al llegar vio un lugar bonito… aunque no se si así pueda decírsele a un cementerio, el lugar ciertamente era hermoso, césped bajo, columnas blancas, mientras caminaba vio a Alessandra conversando con Victoria y una jovencita, caminó un poco más allá y vio una pequeña aglomeración en las sillas, muchas personas vestidas de negro, entre ellas estaba parte de la familia de Sophía, Marcelo rodeaba el cuello de su hija con su brazo, ambos miraban al ataúd que estaba ya posicionado sobre el elevador, tenía un hermoso arreglo floral encima, era una estrella, algo fuera de lo común, tenía rosas blancas, amarillas y unas cuantas rojas en el centro, el ataúd estaba rodeado de muchas más rosas, unos cuantos pasos allá estaba una fotografía de Sarah, sonreía y miraba de lado a la cámara, foto tomada por Sophía días antes mientras cocinaban
-mi pobre niña – dijo Helena al lado de Camilla - ¿es que nunca dejará de sufrir?
Sophía subió a un pequeño podio con un único micrófono que estaba detrás del ataúd, dio un par de toques para llamar la atención y para luego meter sus manos en sus bolsillos
-no soy buena para hablar – comenzó – creo que, la mayoría entiende por lo que estoy pasando, créanme que no es fácil… pero, a pesar de eso, pienso que a Sarah le habría gustado más de ésta forma – hizo señas a un pianista quien empezó unas notas suaves… Sophía carraspeó un poco y sujetó el micrófono con ambas manos para empezar a cantar en un tono suave… - I’ll never forget you but I’ll be gone, I’ll always respect you and life goes on, I’ll never forget you, I’ll never forget you…- luego de eso solo tomó distancia, bajó del escenario y solo caminó en silencio, la madre de Sarah caminó también, mientras ella hablaba Camilla caminó hasta Sophía
-¿te vas?
-si, quisiera estar sola – dijo ésta encogiéndose de hombros
-necesitamos hablar Sophía
-no tenemos nada de que hablar
-por supuesto que si – la miró Camilla decidida – cuando venías en camino parecías dispuesta a perdonarme, ¿qué cambió?
-¿todavía lo preguntas?
-no tengo la culpa de lo que pasó, nadie la tiene
-déjame en paz
-Sophía por favor – Alessandra se acercó a ellas – Camilla tiene razón, no es su culpa
-si… supongo que no, toda la culpa la tienes tú – dijo empujándola – tú y tu falso sentido de la honestidad – volvió a empujarla – supuestamente me extrañabas ¿o no primita?
-¡si! Si te extrañaba, de hecho aún te extraño, pero debes entender que fue un error ¿ok?
-¡un error que le costó la vida a Sarah! – con los gritos los presentes miraron hacia donde estaban las chicas
-¡nadie podía predecir lo que sucedería!
-tú pudiste evitar esto, ¡tu pudiste mantenerte alejada de mi novia pero no lo hiciste!
-tal vez fue ella quien debió alejarse de mi, y mantenerse en sus pantalones – Sophía llena de ira dio un puñetazo a Alessandra quien la tomó del cuello de su camisa para responder con otro puñetazo, Marcelo caminó rápidamente hasta donde se daba a cabo aquella pelea, tomó a Sophía por su abdomen y la alzó un poco mientras que Alphonso hizo lo mismo con su hija, Camilla por su parte se había quedado sin palabras, intentó acercarse a Sophía una vez su padre la soltó, ésta sin embargo solo la apartó y se marchó
-déjala en paz – dijo Marcelo – necesita estar sola
-necesita de mi
-te equivocas, lo menos que necesita es tenerte cerca – respondió molesto
-¿segura estás bien hija? – preguntó Alphonso a Alessandra
-si papá, no pega tan fuerte como parece
-Marcelo, tu hija le debe a la mía una disculpa
-en eso debo corregirte, es tu hija quien debe disculparse con Sophía
-¿por qué Alessa?
-anda, dile el por qué – Alessandra solo optó por caminar a su auto y marcharse de allí
-no entiendo lo que sucede – dijo Byanca acercándose junto con Helena
-¿de qué se trata Marcelo? – preguntó Alphonso
-ya no importa – dijo éste retirándose unos pasos más allá – y Camilla, por favor, si amas a Sophía mantente alejada de ella
-¿qué sucede allá? – preguntó Vanessa
-no tengo idea pero sea lo que sea que esté pasando me divirtió mucho ver como Alessandra era golpeada
-¿por qué te divierte algo así?
-se lo merece
-¿la conoces?
-es mi ex – dijo mirándola a los ojos
-ah… ya veo – Vanessa quien se había fijado todo este tiempo en Alessandra se sintió un poco mal, era hermosa, según le había dicho Victoria antes de saber que era su ex, provenía de una familia adinerada y famosa, tenía un restaurante propio, muy famoso también, y una cuenta bancaria con muchos ceros… ¿ella? Bueno, ella solo era una chica aspirante a DJ, con un empleo los fines de semana en la gasolinera de su tío y estudiante de Música…
-¿pasa algo? – dijo Victoria levantando el mentón de Vanessa con su dedo
-no, estoy bien – sonrió sin muchas ganas
-si quieres nos vamos, no tenemos nada más que hacer aquí
-está bien – sonrió, se despidieron de la familia, caminaron tomadas de la mano hasta el auto de Victoria quien condujo en silencio – esa chica… Sarah, ¿eran muy amigas?
-no nos conocíamos de hace tanto tiempo, mi padre me la presentó hace unos años, vimos que teníamos ciertas cosas en común, además de que ambas éramos adictas a la moda, trabajamos juntas un par de veces, éramos buenas amigas, no las mejores pero si buenas – sonrió
-ya veo – sonrió también, se detuvieron en un café, caminaron hasta encontrar una mesa disponible
-¿qué quieres?
-¿qué pedirás tú?
-pues, un pastel de zanahorias, y no lo se… ¿un latte?
-¿podría pedir uno de chocolate?
-claro, adelante – sonrió
-pero, yo lo pagaré
-¿por qué? Yo puedo hacerlo
-no, hoy pagaré yo… no quiero ser una mantenida
-no te mantengo, te doy gustos… me divierte hacerlo
-¿gustos? Victoria… esta ropa es carísima, este café también lo es
-¿entonces cómo piensas pagarlo? – Vanessa la miró, se levantó y sacó de su billetera aquel billete de cien dólares que Victoria le había arrojado – será como si lo pagara yo – rió irónicamente, Vanessa hizo una pelotita con él y se lo arrojó a la mesa
-te devolveré la ropa ésta tarde, me largo de aquí
-¿eh? – Vanessa salió del café hecha una furia, Victoria salió tras ella estupefacta - ¿qué sucede contigo? Va a llover, mejor entremos
-¡no! Eso es algo que no puedo permitirme pagar, ya lo se…
-no te estoy pidiendo que lo pagues, ¿cuál es tu problema? – Vanessa bajó la mirada, la desvió a otro lado para no encontrarse con los tacones de Victoria – dime, ¿qué sucede? – dijo en el tono más dulce que pudo… hasta ella misma se sorprendió
-es que… tu ex, ella es famosa, es rica, tiene una profesión… en cambio yo no soy nadie, no soy nada, no tengo dinero para pagar un simple pastel y un café, ¡ni siquiera puedo comprarle un pastel a mi novia! – exclamó sin darse cuenta, tras decir esto su cara se tornó rosada, Victoria también se sonrojó un poco para luego sonreír ampliamente
-¿tu novia?
-bueno… es que… van dos veces en que… ya sabes, y pues, creo que… eeeeh, mmm… tal vez… ¿no?
-no entiendo nada de lo que dices – rió Victoria atrayendo a su niña - ¿quieres llamar a esto noviazgo? – Vanessa asintió, Victoria atrajo su rostro y le dio un beso suave – entonces soy tu novia – Vanessa sonrió, acarició la mejilla de Victoria y la atrajo para volver a besarla – y no te sientas así con respecto a Alessandra, ¿recuerdas la diferencia de edad? Bueno, es un factor importante
-¿factor?
-si, entremos y te explico – luego de unos quince minutos, Vanessa tenía frente a ella una rebanada de pastel de chocolate, a su lado una malteada, Victoria por su parte su rebanada de pastel de zanahoria y un latte – bien, ella nació mucho antes que tú, eso la hace más experimentada, no porque sea mejor que tú sino porque es mayor
-¿es mejor que yo? – Vanessa casi se atraganta
-no no no, no quise decir eso… verás, a todas estas… ¿cuántos años tienes? – dijo Victoria con curiosidad, de pronto se dio cuenta de que había aceptado ser la novia de una niña de la cual no sabía absolutamente nada… además de su nombre, profesión y donde vivía
-tengo diecinueve, cumpliré veinte la semana próxima – Victoria perdió la mirada por un momento, estaba haciendo cálculos en su cabeza
-entonces… diecinueve… - dijo un tanto nerviosa tomando un poco de su latte
-si… ¿Cuántos tienes tú? – Victoria tragó grueso antes de responder
-veintiocho – sonrió nerviosa, haciendo un gesto de incomodidad con su labio, Vanessa la miró por un momento – no esperaba que fueras tan pequeña
-¿pues cuantos me calculaste?
-unos… no se… “la verdad creí que tenías menos” – pensó
-vaya – sonrió – que una chica mayor que yo se fijara en mí… es genial
-¿si? Vaya suerte – dijo mirando hacia la ventana y terminando su café, de verdad estaba un poco incómoda… era mucho mayor que esa niña – check please – dijo a la camarera
-¿nos vamos? Aún no he terminado de comer
-está bien, tú puedes quedarte, yo solo… necesito tiempo para pensar las cosas, es que… debo digerirlo – sonrió sin muchas ganas, salió de la cafetería luego de pagar, Vanessa salió de allí unos minutos después que Victoria, dejó el pastel a medio comer y solo caminó, metió sus manos en sus bolsillos mientras caminaba, se vio bastante lejos de casa, pero ¿qué podía hacer? Tomar un taxi sería demasiado costoso, así que decidió caminar hasta que encontrara alguna estación de trenes
Victoria llegó a casa, luego de cerrar la puerta se recostó a ésta, se fue deslizando hacia abajo, Bella, que estaba en la cocina, se asomó y miró a Victoria hecha un manojo de nervios
-¿pasó algo? – Victoria la miró asustada - ¿quién te persigue? – dijo caminando hasta ella, Victoria intentó hablar - ¿cancelaron tu tarjeta? ¿chocaste tu auto? ¿te perdiste algún desfile? – Preguntó tratando de averiguar el por qué de su nueva crisis – habla ya
-tiene… tiene diecinueve – dijo por fin
-¿diecinueve qué, quien?
-ella… solo… diecinueve
-no logro entender – dijo Bella sentándose
-¡Vanessa tiene diecinueve Bella! Tiene diecinueve años – Bella la miró asombrada…
-¿y cuál es el problema?
-¿cuál? Cumpliré veintinueve el mes entrante, ¿aún no ves el problema?
-ciertamente no… a ver –dijo tomando las manos de Victoria para tratar de tranquilizarla - ¿te gusta?
-mucho – dijo bajando la mirada, Bella sonrió
-¿te gusta estar con ella? Ya sabes… no solo en… tu me entiendes
-pues… si, me gusta
-¿entonces cual es el problema?
-Bella… soy diez años mayor que ella
-eh… nueve, años más años menos, ¿qué importa? Lo importante aquí es que esa niña ha significado un cambio importante para ti, mírate… nunca te vi sentada en el suelo, eso es un cambio importante – Victoria rió - ¿ves? Ríes por todo, estás fresca, te ves libre, te preocupas por los demás… te ves muy bien desde que estás con ella
-dijo que quería ser mi novia – sonrió Victoria bajando la mirada
-eso es, me gusta verte así - sonrió Bella - ¿qué respondiste?
-dije que si… pero luego lo arruiné dejándola sola en el café
-¿la dejaste?
-si…
-¿Dónde era?
-cerca de Green Gardens
-eso está muy lejos de donde vive
-lo se… no lo había pensado antes
-debemos ir a buscarla, anda, llámala, iré encendiendo el auto
Victoria llamó al celular de Vanessa pero ésta no respondió, llamó a su casa, tardaron unos segundos en contestar
-¿hola?
-buenas tardes señor Fred, habla Victoria
-ah, hola señorita Salvatore, ¿qué se le ofrece?
-quisiera saber si está Vanessa
-¿Vanessa? ¿no estaría con usted?
-si si pero, pasó algo… ¿ya llegó?
-bueno… - el tío Fred miró a su pequeña que venía entrando empapada por la lluvia, hizo señas para describir a Victoria a lo que Vanessa respondió con una negativa – no ha llegado aún
-por favor en cuanto llegue dígale que me llame… es urgente
-está bien hija, se lo diré – el hombre colgó la llamada y de una vez pasó hasta la entrada al cuarto de su sobrina, tocó un par de veces
-¿qué quieres tío?
-bueno… dado que la joven Victoria te llamó y no quisiste que le dijera que llegaste, supongo que algo pasó entre ustedes
-ya no importa - dijo, se desvistió y tomó una ducha de agua tibia… ah, esa mimada niña rica
Mientras tanto, Sophía quien había estado bastante alterada tras pelear con Alessandra llegó a su departamento, se duchó largo rato, se recostó e intentó dormir, en la mañana fue a la cocina a prepararse algo de comer, o al menos hacer el intento… hizo lo de aquella vez: panqueques, huevos revueltos y tocino, su padre tenía una copia de la llave de su departamento, entró y la vio distraída removiendo algo que… ya olía bastante mal, se quemaba
-déjame ayudarte con eso – dijo tomando la sartén y dejándola en el lavaplatos, tomó otra e hizo unos nuevos huevos revueltos, Sophía solo desvió su mirada – sabes… no puedes estar así el resto de tu vida, yo pienso que…
-sin ánimos de ofenderte papá pero, no me importa realmente lo que piensas
-escucha, he tratado de ser paciente por lo que has pasado pero ya es suficiente, Sarah murió, tú no
-debí ser yo
-¿por qué lo dices? Porque no funcionó con Camilla, ¿es por eso?
-no papá… es solo que, yo iba a proponerle matrimonio cuando…
-¿la culpas de lo que pasó?
-Dios… no, nadie tiene la culpa
-exactamente, nadie la tiene así que por favor deja de actuar como una bebé y enfrenta lo que pasó, ¿quieres intentarlo con Camilla de nuevo? Adelante, arriésgate y ve por ella, pero no sigas en el suelo – dijo esto mientras servía los huevos revueltos en el plato de Sophía – esa niña que solo sabe llorar no es la Sophía que conozco – dio un beso a su frente y se marchó, Sophía comió poco, salió al jardín con Terry, arrojó la pelota, se sentó en los escaloncitos, pensó por largo rato, se levantó y buscó la correa de Terry, la aseguró a su collar y salió con el a dar un paseo, entró a una juguetería y compró un barquito de plástico, llegados a un parque Sophía sacó de su bolsillo los collares de ambas, el de Sarah y el suyo, los colocó en el barquito y dejó que flotara río abajo, agachada junto al pequeño riachuelo lo contempló hasta perderlo de vista
-hasta pronto Sarah – sonrió, la recordó hermosa por última vez, miró de nuevo al frente y sonrió como si la estuviera viendo, se levantó y caminó de regreso con Terry
Camilla mientras tanto estaba culminando unas cuantas entregas en la pastelería del señor Santore, acababa de llegar en ese momento cuando…
-Camilla hija, tienes una llamada… &