Amor a la Italiana, LAir Du Temps

Feliz Navidad ;) como siempre, estoy atenta a correos, intentaré responder a tod@s tan rápido como pueda, un abrazo!

Camilla despertó sobresaltada, el calor había interrumpido su plácido sueño, revisó el reloj y se sorprendió al ver que eran las dos de la tarde, se sentó en la cama y movió un poco su cuello, miró alrededor… Las puertas del balcón abiertas, las cortinas corridas, sobre el escritorio de enfrente, en medio de copas a medio llenar y un par de botellas vacías reposaba una estatuilla plateada, Camilla se levantó y la tomó, pero algo faltaba, buscó con la mirada en el escritorio

-¿buscabas esto? – escuchó, Alessandra cerraba la puerta tras de si, sostenía en su mano una guía Michelin – aún no puedo creer que tenga mi nombre – Camilla dejó la estatuilla en el escritorio y se acercó para besarla

-más te vale que empieces a creerlo, literalmente es algo tangible – la rubia rió y besó la frente de Camilla

-no lo habría logrado sin ti

-si… tienes razón

-¿oh? – Rieron, Camilla se asomó al balcón, la vista desde aquel hotel de Madrid era impresionante – me encanta éste hotel, la catedral de la Almudena es una de mis construcciones favoritas y puedes verla desde aquí con mucha facilidad – dijo Alessandra abrazándola desde atrás

-es hermoso

-no tanto como tu – dio un suave beso a su cuello

-¿cuándo volveremos?

-mm el restaurant está en buenas manos, estaba pensando que podíamos tomarnos unas vacaciones – Camilla volteó y rodeó el cuello de la rubia

-sabes que este premio no es algo de tener y olvidar ¿verdad?

-lo sé

-y sabes que ahora te lloverán miles de ofertas, entrevistas… y que tendrás que equilibrarte entre todo ese peso y el restaurant

-también lo sé – dijo Alessandra soltando un suspiro – pero conseguí a alguien que podrá ayudarte, no te dejaría sola con toda la responsabilidad

-de acuerdo – dio un suave beso a sus labios

-¿entonces? ¿Dirás que si a unas vacaciones conmigo?

-recibí un mensaje de Victoria hace un rato

-¿qué decía? – Camilla sonrió

-tenemos que volver

Giuliana caminaba por los pasillos del canal revisando su teléfono celular, en realidad estaba más interesada por sus redes sociales, había estado bastante interesada en la gala Michelin de ese año, y el éxtasis le había llegado al ver quien se había hecho con un galardón

-¡hey! Giuliana – escuchó, Portia, su asistente venía hacia ella con un vaso de café en la mano – Rodrigo te está buscando, quiere saber si tienes lista la propuesta del programa para ésta semana – la rubia dio un sorbo al café y frunció el entrecejo

-¿llamas a esto un Macchiato?

-¿no te gusta? Es de una nueva cafetería que está…

-no… no quiero saber – le extendió el vaso, la chica lo tomó – dile a Rodrigo que hablaré sobre algo que está en tendencia y ya

-¿no se supone que debes informar al panel de lo que harás?

-se supone – dijo Giuliana pensándolo un momento – bueno, tengo cosas que hacer, deshazte de eso – dijo señalando el vaso y siguió su camino, Portia le dio un sorbo y se encogió de hombros

-no está mal – y caminó en dirección contraria

-hey, quieren entrevistarme ésta noche vía online – dijo Alessandra mostrando su celular a Camilla, ésta se inclinó un poco sobre su silla

-era cuestión de tiempo – sonrió – uuh es el programa de Giuliana Rossi, no están escatimando – Alessandra resopló y se recostó en su silla - ¿todo bien?

-¿debería sentirme abrumada?

-¿por qué?

-pensé sobre lo que dijiste, y tienes razón… es algo importante, hay personas que se han suicidado por perder esto después de lograrlo

-¿y crees que vas a perderlo?

-no… pero… es mucha presión

-bueno, apenas han pasado 24 horas desde que ganaste, enfoquémonos en descansar un poco y prepararnos para volver, y mantener eso que te hizo ganar

- nos hizo ganar – Camilla no respondió, solo sonrió y volvió su vista a la piscina del hotel

Vanessa tomó sus audífonos, los conectó a su celular y colocó su canción favorita, la que siempre la llenaba de energía al momento de empezar a trabajar en algún proyecto, guardó su celular en el bolsillo y al ritmo de Shoop salió de casa con su skateboard en mano, una vez fuera se impulsó un poco antes de ponerse a rodar en la vereda sobre ésta, era una fresca mañana, en exactamente cuatro minutos había llegado a su destino, tomó su skateboard y entró a una juguetería, echó un vistazo a los peluches, las cocinitas, los camioncitos y autitos a control remoto, pasó de ellos, caminó un poco más hacia el área tecnológica y escrutó con seriedad las cámaras digitales para niños, audífonos de colores y con pequeñas orejitas, tablets entre otros, en eso sintió que alguien le tocaba el hombro, se quitó un auricular, una chica le sonreía

-¿puedo ayudarte? – Vanessa volteó por completo y su mirada se posó en un pequeño teclado posicionado en un mostrador detrás de la chica

-sí, quiero eso… envuelto para regalo por favor – dijo sonriendo

Victoria por su parte caminaba de un lado a otro en la cocina, revisaba su celular y le escribía a Vanessa enojada, la llamaba, pero la pelinegra no respondía, en eso escuchó la puerta principal cerrarse

-¿Dónde estabas? – Vanessa intentó inútilmente esconder la Skateboard tras de si – dime que no saliste en eso

-ehm… fui cerca…

-no me importa, sabes lo que pienso sobre esa cosa – Vanessa la recostó a una encimera- ¿qué es eso? – dijo mirando un paquete en la otra mano de la pelinegra

-es un regalo, en eso estaba – Victoria respiró hondo

-lo siento, es que… sabes lo que pienso con respecto a usar tu skateboard

-lo se – Vanessa dejó el paquete sobre la encimera - ¿está todo listo?

-si – Victoria se acercó a la nevera y sacó un pequeño pastel de dos pisos adornado con crema rosa en el primero y blanca en el segundo, tenía una decoración de pequeñas flores hechas con crema rosa bordeando el segundo piso y en medio una velita rosa también – vamos – sonrió, subieron al segundo piso de la casa que compartían, caminaron al fondo del pasillo , abrieron la puerta de una de las habitaciones, había muebles en tonos rosa pálido, muy bien combinados con las paredes en tono blanco, juguetes tirados en el suelo y una cama Montessori decorada con pequeñas bombillas en forma de estrellas, allí plácidamente dormida se encontraba una niña con el cabello color miel, igual que el de Victoria, ésta se acercó y dejando el pastel con cuidado a un lado sobre la cama dio un suave beso a la frente de la niña – despierta cumpleañera – la niña se quejó un poco antes de abrir los ojos, frunció el entrecejo y parpadeó un par de veces antes de pasar su mirada de Vanessa a Victoria y viceversa

-feliz cumpleaños Valerie – dijo Vanessa sonriendo y dejando el paquete sobre la cama también

-tienes que pedir un deseo – dijo Victoria levantando el pastel y encendiendo la velita, la niña se sentó en la cama sonriente, cerró sus ojitos un par de segundos y luego sopló la vela

-cinco años – dijo Victoria sonriente mientras guardaba el resto del pastel en la cocina, luego de que la pequeña soplara la vela habían bajado a comer – pasó muy rápido, hace nada gateaba por ahí

-y ahora no hay quien la pare – rió Vanessa, el teléfono de Victoria empezó a sonar alertando una llamada entrante, ésta lo tomó

-¿diga? Si… entiendo, enseguida salgo para allá

-¿otra reunión? – preguntó Vanessa bajando la mirada

-prometo que llegaré temprano

-es que… yo tengo la prueba de sonido con Sophía, y habíamos acordado que te quedarías con Valerie mientras tanto, no me tardaré

-lo siento – Victoria levantó delicadamente el rostro de Vanessa posando su mano en su mentón – es algo de último minuto yo… estoy haciendo lo mejor que puedo para ayudar a mi papá con la empresa y… sabes que no ha sido sencillo, te prometo que llegaré temprano – Vanessa retrocedió y metió sus manos en los bolsillos

-siempre es una promesa – sonrió de lado – iré a alistar a Valerie, la llevaré conmigo al estudio – Victoria la miró con tristeza, dio un beso a su frente y se marchó sin acotar nada

Sophía mientras tanto estaba sentada al piano, tocaba con sentimiento, sus ojos cerrados, dejando que sus dedos recorrieran cada tecla por instinto, la melodía de Ashes resonaba en el estudio, al terminar los últimos acordes abrió los ojos y escuchó un par de aplausos, sonrió al ver a Grace entrar

-hola extraña

-hola, chica fantasma

-traje café, lo dejé fuera

-gracias – Sophía se levantó y dio un suave beso a los labios de Grace, salieron a la oficina del estudio

-¿no llega Vanessa aún?

-viene en camino, tuvo una complicación de último momento

-bien ¿qué tal los acordes para el cover?

-excelentes, será algo reñido decidir entre los suyos y los míos – respondió Sophía recostándose de espaldas al escritorio, Grace se acercó y rodeó su cuello

-mm… podríamos pensar en algún tipo de soborno ¿no crees?

-uuh… ¿incitándome a hacer trampa? Me gusta – rieron, en eso se abrió la puerta de la oficina dejando ver a Vanessa entrando de la mano con la pequeña Valerie, Grace fue a cargarla y a darle un par de besos en las mejillas

-mírate – dijo sonriendo – estás enorme - rozó su nariz a la de la pequeña, la niña rió

-tengo cinco – dijo sonriente

-wow – Sophía saludó a Vanessa con un apretón de manos – que rápido ¿no? – la pelinegra sonrió y asintió

-¿lista para perder? – Sophía rió

-da lo mejor que tengas Cunnington

En unos minutos Grace se encontraba dentro del estudio con los audífonos puestos y frente al micrófono, Sophía daba unos últimos ajustes al tablero desde fuera con Valerie sentada en sus piernas, Vanessa estaba sentada en el banquillo frente al piano, se colocó los audífonos también e hizo una seña de “ok” con su mano, acto seguido comenzó a tocar, nuevamente los acordes de Ashes inundaron el lugar pero ésta tonada era un poco más melancólica, Grace había empezado a cantar también, buscando seguir el ritmo de la pelinegra, Vanessa tenía sus ojos cerrados, concentrada solo en el sonido que producía el piano gracias a ella, intentando dejar salir todas y cada una de sus emociones con cada tecla que pisaba, recordaba el pequeño desacuerdo con Victoria en la mañana, y todos y cada uno de los desacuerdos que últimamente tenían, recordaba la voz de Valerie preguntando por su otra mamá, y como los últimos meses había sido arropada solo por una de ellas a la hora de dormir, respiró hondo mientras seguía tocando y poco a poco la canción iba llegando a su fin, así, con los ojos cerrados creó las últimas notas, respiró hondo y los abrió para ver a Grace sonriéndole

-eso estuvo excelente – volteó a ver a Sophía quien sonreía también, presionó un botón desde el tablero  -bueno, admito mi derrota – Vanessa rió - ¿qué te pareció Valerie? – preguntó Sophía a la pequeña

-lindo – dijo sonriente, Vanessa y Grace salieron del estudio, Sophía notó los ojos llorosos en la pelinegra

-¿todo bien?

-¡si! Es… es que esa canción es muy emotiva – Valerie alzó los brazos para que su mamá la cargara, cuando lo consiguió rodeó  el cuello de Vanessa con sus bracitos

-¿han sabido algo de Alessandra y Camilla? – preguntó Grace

-dijeron que llegarían a tiempo para – susurró a continuación – la fiesta

-excelente – rió Sophía  - por cierto, tendremos una reunión el miércoles con una desarrolladora de videojuegos, quieren que nos hagamos cargo del soundtrack del tráiler

-genial, aquí estaré

-es… un contrato importante – dijo Sophía adoptando ahora un tono serio – es una empresa extranjera que puso sus ojos… y oídos, en nosotros, así que… necesito tu cooperación al cien porciento

-descuida socia – sonrió Vanessa – estaré aquí desde muy temprano – caminó con Valerie en sus brazos hasta la puerta – avísame sobre cuándo empezarán las grabaciones del cover – dijo a Grace

-recibirás mi mail – le guiñó un ojo, Vanessa se despidió y salió de la oficina – creo que no lo están pasando muy bien – dijo acercándose a Sophía y colocando una mano en su hombro – Sophía suspiró

-ninguna de las dos

Victoria por su parte salía de una reunión de emergencia de la empresa de su padre, quien se había visto obligado a ausentarse por estar delicado de salud, caminaba rápido en sus tacones hacia el elevador intentando evitar que la retuvieran por más tiempo, presionó el botón en la pared con apuro

-señorita Salvatore – escuchó a lo lejos, acto seguido presionó el botón con mucha más insistencia

-no llegará más rápido porque lo presiones así – le dijo un hombre de traje que se acercó a ella

-Phillip – dijo forzando una sonrisa política

-¿tienes prisa? Creo que los ejecutivos de la junta aún quieren discutir un par de cosas contigo… ¡pero! Si es mucho trabajo yo con mucho gusto puedo encargarme

-ja… muchas gracias Phillip pero para eso estoy yo aquí, puedo manejarlo – dijo volviendo su vista a la pantalla led que indicaba por qué piso iba el elevador, todavía a tres pisos de distancia

-bueno, solo digo… es bueno contar con ayuda de vez en cuando, y no es nada de qué avergonzarse reconocer cuando… no se puede con algo

-¿insinúas que no puedo manejar la empresa de MI padre Phillip? Porque creo que en ese caso podría reunir a la junta solo para que plantees tus quejas, comentarios y sugerencias…  - dijo Victoria enfrentando al hombre quien rió

-calma cariño, no hay por qué alterarse… solo digo, si necesitas ayuda de alguien que sepa cómo se maneja esta empresa desde hace años… sabes dónde está mi oficina – el ascensor abrió sus puertas por fin y Victoria entró, cuando estaban a punto de cerrarse Phillip metió su mano, los sensores hicieron que las puertas se abrieran de nuevo – pero entiendo que… no siempre la experiencia es lo que vale cuando la empresa pertenece a papá – presionó el botón para que las puertas cerraran y sacó su mano, Victoria reaccionó para contestarle pero fue muy tarde, respiró hondo y oprimió el botón del penúltimo piso, se recostó a la pared del ascensor y frotó su frente con la yema de sus dedos, esto había sido un dolor de cabeza los últimos meses, su padre, quien antes presumía de ser un roble ahora estaba delicado de salud tras un infarto, no podía enfrentarse a situaciones de estrés, ni nada que provocara exaltación innecesaria, las puertas del elevador se abrieron y Victoria caminó rápido por el pasillo hasta su oficina, al llegar cerró la puerta tras de sí, se dejó caer en su sillón frente a su escritorio y cerró los ojos, en eso escuchó que tocaban a su puerta

-estoy ocupada – respondió sin abrirlos

-soy yo – escuchó la voz de Bella

-pasa – la puerta se abrió y la asistente de Victoria entró cerrando la puerta tras de si y colocando el pestillo, la castaña abrió los ojos - ¿todo bien?

-tú dime… te ves terrible

-ah, nada… Phillip molestándome otra vez, como siempre

-sabes que podrías deshacerte de el

-no sería ético, tiene muchos años trabajando aquí, sabe cómo se maneja la empresa, a diferencia de mi... no sé en qué pensaba papá

-hey – Bella se sentó frente a Victoria – el confía en que hagas un buen trabajo, y eso has estado haciendo

-Bella, por favor… si no te tuviera a ti esto se habría caído hace meses

-me rindo – se encogió de hombros – al menos intenta aparentar que eres inquebrantable cuando estés fuera de tu oficina – Victoria rió – por cierto ¿cómo van las cosas en casa?

-pues… estoy segura de que Vanessa está muy molesta conmigo, intenta no demostrarlo pero no soy tonta, sé que no está bien, y la entiendo… yo… odio tener que dejar a Valerie, pero no tengo opción

-Vanessa te ama, ella entenderá

-al menos tengo mi agenda libre para el sábado

-sí, me encargué personalmente de que no intentaran ocupar ni siquiera un minuto de tu tiempo ese día

-perfecto… sería el colmo no poder asistir a la fiesta de cumpleaños de mi hija

Mientras tanto, Alessandra se veía al espejo y retocaba su cabello, tendría una entrevista en un par de minutos, Camilla por su parte revisaba que el espacio donde Alessandra iba a estar sentada estuviera bien ambientado, con buena iluminación y una bonita vista, sonrió al ver a la rubia acercarse con un outfit de blazer y pantalones color crema  a medida, el blazer de manga corta y un top blanco debajo del mismo

-¿demasiado?

-para nada – sonrió Camilla quien se acercó y le dio un beso

-¿por qué no te has alistado? – preguntó la rubia viendo que Camilla usaba solo ropa de estar

-porque la entrevista es para ti, yo solo estaré sentada frente a ti apoyándote – Alessandra rodeó su cintura

-no me gusta la idea, llegué hasta acá gracias a ti también, tu formas parte del restaurant, y de mi vida…

-no seas cursi y ve a sentarte – rió – ya casi es hora

Alessandra obedeció y fue a sentarse en el escritorio frente a la computadora, terminó de arreglarse con nerviosismo cuando de pronto la interrumpió una videollamada, Camilla le sonrió en aprobación y la rubia aceptó, del otro lado estaba sentada una rubia hermosa, llevaba una camisa larga a botones de color combinado, negro y blanco, un collar adornaba su cuello

-vaya vaya pero si es la mismísima Alessandra Di Salvo, en persona… o casi

-señorita Rossi, el placer es todo mío

-ah por favor, dime Giuliana

-bueno, Giuliana – dijo Alessandra sonriendo

-mucho mejor, bien… el motivo de mi llamada es para invitarte a mi programa de esta semana

-oh, creí que esto sería una entrevista…

-no cariño, quizás fue mi asistente quien malinterpretó mi idea, esta era solo una llamada amistosa, para conocerte, saber un poco de ti… la chef Alessandra Di Salvo y su rotundo éxito en la carrera gastronómica

-wow, pues… muchas gracias, y si, me encantaría asistir a tu programa, de hecho mi vuelo sale por la mañana así que estaré de vuelta pronto

-excelente, entonces me encargaré yo misma de hacerte llegar la información, los requerimientos de vestuario y demás

-de acuerdo, muchas gracias

-no hermosa, gracias a ti… llámame cuando llegues, podríamos ir a tomar algo… estrictamente profesional claro está – le guiñó un ojo, Alessandra no pudo evitar soltar una risita al ver la expresión de enojo de Camilla quien estaba detrás del computador

-ahm, claro… yo, te contactaré en cuanto llegue

-perfecto, esperaré con ansias cariño, un beso, ciao – y colgó la llamada, Camilla cerró la laptop enojada y miró a la rubia

-¿soy yo o esa mujer coqueteaba contigo? – Alessandra rió y solo se encogió de hombros

El miércoles por la mañana Vanessa se levantó temprano, hizo el desayuno para Valerie y la alistó para ir a la escuela, dio un beso a su frente antes de que la pequeña caminara hasta el edificio y se despidió de ella con la mano cuando la vio entrar, se dirigió en su auto hasta el estudio donde la esperaba Sophía emocionada

-esto será genial, siempre quise hacer soundtracks para videojuegos

-estás muy emocionada – dijo Vanessa revisando su celular

-¿por qué siento que tu no lo estás?

-si lo estoy, solo que… bueno, ya debes intuirlo, las cosas no van bien con Victoria, intento apoyarla pero se me dificulta cada vez que Valerie me pregunta por qué su mamá no está para la cena o por qué su mami no viene a traerla a la escuela, no me malinterpretes, amo a mi hija y por supuesto que estaré para ella siempre que me necesite pero…

-te entiendo – dijo Sophía dando una palmada a su hombro – descuida, habla con Victoria, se que lo resolverán

-gracias – sonrió Vanessa, el teléfono de Sophía la alertó con un mensaje

-bueno, es nuestra señal, nos esperan en la sala de juntas – caminaron hasta el final del pasillo a un enorme salón con paredes de vidrio, una vez dentro se encontraron con dos jóvenes sentados a la mesa, un chico y una chica – Vanessa quiero presentarte a Nikolai Pavlov e Irina Sokolova, ambos cofundadores de High Game Entertaintment

-es un placer – sonrió Vanessa mirando a los chicos, Irina se levantó y le extendió la mano

-el placer es nuestro señorita Cunnington, Sophía nos ha hablado maravillas de usted y sus pistas

-gracias – dijo Vanessa – puede tutearme si lo desea

-lo mismo – dijo – contestó la rubia guiñando un ojo y soltando la mano de Vanessa para sentarse

-bien, manos a la obra entonces – sonrió Sophía y procedió a cerrar la puerta del estudio

Alessandra y Camilla por su parte habían arribado la noche anterior al país, y muy temprano en la mañana se alistaron para ir al restaurant donde las esperaban con una pequeña celebración por el triunfo de la rubia quien se mostró agradecida y se tomó el tiempo para dedicar unas palabras

-muchas gracias – sonrió – pero este logro no es solo mío, todos y cada uno de ustedes cumplen una función muy importante en L’entrée du Paradis, no lo habría logrado si su apoyo y constancia, este triunfo significa que debemos esforzarnos mucho más, mantener y mejorar lo que nos hace merecedores de semejante mención… así que gracias, y ¡a cocinar! – todos rieron y aplaudieron también, Alessandra y Camilla caminaron hasta la oficina donde las esperaba Marcelo

-bambina – la abrazó – supe que llegarías lejos desde que te vi manejar un cuchillo por primera vez

-exageras – rió Alessandra

-sí, quizás… pero si supe que esto era lo tuyo – la volvió a abrazar

-gracias tío – se separaron

-Camilla – dio un beso a cada mejilla – me alegra verte

-igualmente – sonrió ésta con timidez, aún se podía sentir un poco de tensión entre ellos

-ahm, tío, la chef que contrataste…

-está un poco retrasada, pero estará aquí pronto – Alessandra arqueó las cejas

-la puntualidad es algo primordial para un chef

-si… pero no la habría recomendado si no fuera alguien capaz

-bueno, los dejaré solos – dijo Camilla -  yo iré a ver cómo van con el menú de hoy – dio un beso a la mejilla de Alessandra y se marchó, la rubia se sentó en su escritorio y su tío tomó lugar frente a ella

-¿todo bien?

-excelente – contestó su sobrina – la apertura del próximo restaurante está a la vuelta de la esquina y todo va viento en popa, además con semejante reconocimiento no sé qué más podría pedir – Marcelo se impulsó un poco hacia adelante

-bueno… estuve hablando con tu papá

-oh no… aquí vamos – rió la rubia

-si si – rió Marcelo – creo que ya debes saber de qué voy a hablarte

-tío, se que lo que más desean es un nieto pero… Camilla y yo decidimos no tener hijos, esto… - dijo colocando su mano sobre el escritorio – esto es nuestro proyecto más grande, lo más importante que tenemos ahora y hemos llegado muy lejos como para parar

-lo más importante que tienes querrás decir… el logro es solo tuyo hija, se que amas a Camilla pero…

-no voy a hablar de esto contigo, lo siento, se que no superas lo que pasó entre ella y Sophía, pero si me perdonaste a mi va siendo tiempo de que la perdones a ella

-si la perdoné

-de corazón… - Marcelo levantó las manos

-me riendo – se levantó – solo piénsalo un poco más, ustedes aún son jóvenes, la familia debe crecer

-¿qué hay de Valerie?

-Valerie no es tuya – rió – dudo que Alphonso se conforme con una… ¿nietastra? – Alessandra rió

-puedo pensar lo del caniche – su tío la miró con falso enojo y se marchó

Camilla por su parte estaba ayudando con el mise en place, le indicaba a uno de los nuevos integrantes de la cocina el orden por prioridad, sus trucos personales y rememoraba una que otra anécdota de cuando estaba en la academia cuando la puerta se abrió dejando ver a una chica morena de cabello corto, llevaba un casco en su mano y una chaqueta de cuero con una franelilla blanca debajo y unos jeans ajustados con unas botas  corte bajo

-¿puedo ayudarte? – se acercó a preguntarle

-si, busco a… Marcelo Milleni – dijo leyendo de la palma de su mano – o en su lugar a… Alessandra Di… Di… ¿Salto? – dijo frunciendo el ceño intentando leer

-Di Salvo – dijo Camilla extrañada

-si, ella – sonrió la chica – soy su nueva chef

-ah… - Camilla soltó un exhalo nervioso – eres tú… si ehm, sígueme – de camino a la oficina se toparon con la rubia quien venía caminando junto a Leonard, miró de arriba abajo a la chica y luego miró perpleja a Camilla – ehm, ella es… ¿cuál era tu nombre? – preguntó

-Gabrielle Vasili – dijo extendiendo su mano a Alessandra quien la estrechó dudosa

-es la nueva chef – dijo Camilla haciendo énfasis

-¡ah! – Alessandra soltó la mano de la chica – un placer,   le decía a mi tío que la puntualidad es algo primordial para un chef y si estás realmente interesada ene ste puesto te recomendaría recordar eso

-si, mil perdones, tuve un contratiempo pero no se va a repetir

-bien… Leonard te mostrará el camino a los cambiadores, Camilla… ¿podemos hablar?

-si – respondió la morena – un placer Gabrielle – la chica le sonrió

-igualmente, con permiso – se retiró junto al mayordomo y Alessandra y Camilla regresaron a la oficina

-es bastante extraña – sonrió Alessandra

-si, pero creo que puede ser algo refrescante para el restaurante – Alessandra rodeó su cintura y la atrajo hacia si

-¿ah si?

-si – Camilla rodeó el cuello de la rubia con sus brazos  - tú eres muy estricta

-¿quieres que te muestre que tan estricta puedo ser? – dijo comenzando a dar besos suaves a su cuello

-mmm si, pero no en tu oficina – se separó y dio una palmada al hombro de la rubia – tengo ciertos recuerdos desagradables – Alessandra rió

-bien, si… lo siento, vamos a casa, quiero descansar un poco

-vamos a casa… pero no tengo en mente dejarte descansar – la rubia rió y ambas salieron de la oficina

-bien, esto haremos – dijo Sophía – usaremos el viejo truco de divide y vencerás – estaban fuera de la oficina, Nikolai discutía arduamente en ruso al teléfono

-¿sabemos qué pasa?

-al parecer no están de acuerdo en algunas cosas, le dije que podíamos esperarlos todo el tiempo que quisieran pero él quiere apresurar las cosas, así que yo intentaré hacer que se calme, lo invitaré a comer algo y tú ve con Irina

-¿por qué yo con Irina?

-porque tienen edades y gustos parecidos, se entenderán

-eso es absurdo…

-¿quieres enfrentarte a un ruso furioso?

-no…

-bueno, ve por ella – Vanessa respiró hondo antes de ir a buscar su chaqueta y marcharse, una vez en su auto intentó encenderlo pero no obtuvo resultado así que optó por tomar un taxi

-hola – dijo al llegar a la recepción del edificio – soy Vanessa Cunnington, busco a la señorita Sokolova

-¿tiene cita?

-ahm, no… pero trabajo con ella en la música para el videojuego

-espere un momento mientras la llamo – Vanessa asintió y fue a sentarse en un sillón cerca de la recepción, en eso un ascensor se abrió dejando ver a Irina con lo que parecía ser una longboard, se levantó y caminó rápido hasta ella

-¿Irina? Hola…

-hola – sonrió la rusa – ven – la tomó de la muñeca y siguió caminando

-¿a dónde vamos?

-a patinar – Vanessa la siguió extrañada, llegaron hasta un patio grande detrás del edificio donde había varias rampas de patinaje y un mediotubo, también había varios casilleros, Irina se dirigió a uno, dejó la patineta en el piso y abrió el casillero, sacó dos cascos, regresó y le extendió uno a Vanessa quien rió bajo y lo tomó

-hace tiempo no hago esto

-¿eso o tienes miedo de ver quien es mejor?

-uh… - Vanessa rió, se puso el casco y tomó la longboard, primero subió a ella y se deslizó un poco por las rampas más pequeñas, luego de haber calentado empezó a hacer unas cuantas piruetas, y hasta un par de carvings, luego regresó hasta la rusa

-vaya – dijo Irina – tienes talento – aplaudió un par de veces e hizo una reverencia muy teatral, Vanessa rió

-si, bueno… en mi juventud amaba andar en patineta todo el tiempo, incluso tuve una motocicleta

-¿en tu juventud? No sabía que eras una abuela – dijo tomando la patineta y parándose sobre ella

-no… pero…

-¿cuántos años tienes?

-27

-yo tengo 29, y amo patinar… no es cuestión de edad ¿sabes? Es todo cuestión de vivir, y yo quiero llegar a los 80 y poder decir: he vivido… – Vanessa miró al suelo y solo sonrió en respuesta, Irina patinó despacio hasta ella - ¿y tú? ¿Puedes decir que has vivido? – Vanessa levantó la mirada y notó que la rusa estaba bastante cerca, se quedó paralizada ante sus ojos grises, Irina sonrió y se acercó un poco más hasta casi rozar los labios de la pelinegra – aún puedes – en eso el teléfono el Vanessa empezó a sonar, la pelinegra se alejó rápidamente de la rusa y respiró hondo un par de veces antes de responder

-hola amor – era Victoria – quería saber si podrías pasar por Valerie al kínder, Bella tiene que quedarse conmigo un par de horas más, de verdad lo siento

-si, no… no hay problema, yo iré

-lo lamento, se que dijiste que estabas trabajando junto con Sophía y el equipo del videojuego pero algo se presentó, si quieres puedo pedirle a Bella que libere mi hora de almuerzo con los ejecutivos y podemos almorzar las tres juntas

-descuida, yo iré – Irina mientras tanto había bajado de la patineta y se encontraba texteando en su celular – te aviso cuando esté con ella – tras decir esto colgó, volteó a ver a Irina – yo, eh… tengo que ir a buscar a mi hija

-si, eso escuché, si quieres puedo llevarte

-no no, está bien, puedo ir por mi cuenta

-anda, iremos con un chofer… no pasará nada – Vanessa miró la hora en su reloj y lo meditó un par de segundos

-de acuerdo

Al cabo de un rato habían llegado a las afueras del kínder donde estudiaba la pequeña Valerie, quien se alegró enormemente al ver a su mami esperándola en la entrada, corrió hasta ella y Vanessa la cargó

-hola mami, hoy vimos las estaciones del año

-¿ah si? – dijo Vanessa sonriendo

-si, mi favorita es el invierno porque hace frío y viene Santa

-¿en serio? También es la mía – dijo Irina sonriente

-me gusta la nieve – dijo la pequeña – soy Valerie – dijo extendiendo su mano como si de un adulto se tratara

-mucho gusto Valerie, soy Irina – dijo la rubia riendo mientras estrechaba su manito, Vanessa rió también en eso la maestra de la niña se acercó a ellas

-hola, dejó su dibujo – se lo entregó a Vanesa quien pasó a cargar a Valerie con un brazo y a recibir la hoja con la otra mano

-gracias ¿se ha adaptado bien?

-muy bien diría yo, ha hecho buenas migas con sus compañeros, es colaboradora a la hora de guardar los juguetes y es muy inteligente para su edad – sonrió, miró a Irina – me alegra que vinieran ambas, es fundamental para un niño ver que ambos padres puedan estar presentes en su entorno escolar, nosotros recomendamos que cada padre o madre pueda sacar un tiempo para hacer acto de presencia ya sea para traerlos o llevarlos a casa

-oh no, no soy su mami – rió la rusa – soy solo una amiga de Vanessa

-eh, Victoria tuvo una reunión de último momento hoy, pero sé que le habría encantado estar aquí

-ya veo… bueno, lamento la confusión, ehm… de igual forma a finales de este mes tendremos una presentación con los niños, para celebrar el fin del verano… así que sería grato tenerlas en el público, la pequeña Valerie participará en un número musical

-claro, aquí estaremos – la maestra sonrió y se despidió, Vanessa dejó a Valerie en el suelo y tomó su manito – bueno – dijo a Irina – te agradezco que me trajeras, pero creo que debemos irnos a casa

-¿tan pronto? Pensé que podríamos comer un helado ¿te gusta la idea Valerie?

-¡si! – Gritó la niña con emoción - ¿podemos mami?

-ehm, estoy segura de que la señorita Irina tiene cosas que hacer, así que es mejor que solo volvamos a casa

-la señorita Irina tiene la tarde libre – tomó la otra mano de la niña y comenzó a caminar, Valerie soltó la mano de Vanessa y la siguió – rápido o no te tocará helado – le dijo a la pelinegra quien resopló y las siguió

Continuará…