Amor a la Italiana... casi casi fin

Se que dije que iba a publicar el sábado pero como no estoy muy segura de si abran el ciber... les envío lo que tengo hasta ahora, espero no perderme por mucho tiempo, mil gracias por leer!!

Ya arregladas salieron a caminar por el vecindario tomadas de la mano, Victoria preguntaba sobre cada casa y cada local que veía

-¿crees que soy tu guía turística?

-¡claro! Jamás había venido aquí

-jajaja, pues bienvenida – rió Vanessa, pasaron cerca de una motocicleta increíble, una Benelli Tornado Naked  TRE1130R blanca, la cual estaba aparcada en la acera, Vanessa perdió su mirada en ella mientras caminaban

-¿te gusta? – Vanesa sonrió y asintió – ven – dijo Victoria regresando a donde estaba la motocicleta, se subió e hizo señas a Vanessa para que se subiera también – será divertido, súbete…

-¿estás loca? Su dueño podría estar cerca, quizás se moleste si nos ve aquí

-descuida, no pasará nada… ¿quieres probarla no es así? Sube – un poco dubitativa Vanessa subió y tomó el manubrio, sonrió… se veía bastante potente, Victoria rodeó la cintura de su chica y apoyó su mentón en su hombro

-Vic ¿qué haces? Debemos bajar, el dueño aparecerá en cualquier momento – Victoria rió y dio un beso al cuello de Vanessa

-la dueña no hará nada

-¿dueña? ¿la conoces?

-la estoy abrazando justo ahora – dijo sonriendo y mirando a Vanessa, ésta se quedó inmóvil por un instante

-¡¿what the….?! ¿esto es mío? – Victoria sonrió y asintió – pero… debió costarte una fortuna… no puede ser mío

-saca tu llave – dijo Victoria separándose un poco de Vanessa quien buscó en su bolsillo y se la mostró a Victoria – ahora introdúcela en la ranura – ésta obedeció y al girarla escuchó el potente rugido del motor – espero que sepas conducir, iremos de compras

-no pueden ir sin esto – escucharon la voz de Bella, venía con un par de cascos y un bolso en sus manos

-de donde sales – rió Vanessa aún estupefacta por la motocicleta

-de todas partes rió Bella

-¿esto también lo compraste tú? – dijo Vanessa viendo a Victoria

-no, es mi regalo – dijo Bella guiñando su ojo – para ambas – sonrió – feliz cumpleaños Vane

-gracias – sonrió Vanessa ampliamente, ambas se colocaron sus cascos, Victoria se encargó de llevar el bolso y Vanessa arrancó con cuidado, Bella sacó su teléfono celular y marcó

-señorita Milleni, el plan arrancó

-de acuerdo Bella, ayudaré con los preparativos, iremos en una hora… ajá, bien, te veremos ahí, hasta luego – Sophía sonrió y colgó, buscó dos tazas de café y regresó a su habitación, miró a Camilla quien yacía casi muerta (profundamente dormida luego de una noche de sexo salvaje y agitado) en su cama, se acercó hasta la mesita de noche y dejó las tazas para luego dedicarse a besar la espalda de su novia quien solo se limitó a suspirar entre sueños – amor, levántate ¿si? Tenemos cosas que hacer… hoy es el cumpleaños de Vanessa

-mm…

-despierta… anda

-nou… - dijo aún muy adormitada – Sophía rió, bajó su mano por la espalda de Sophía y acarició sus glúteos provocando en ésta unos cuantos suspiros, pasó un dedo entre ellos y luego lo llevó hasta su vagina, penetró un poco para humedecerlo, sacarlo y meterlo de improviso, Camilla gimió fuerte - ¡amor! Eso… dolió un poco – dijo ya despierta y con cara de enojo

-lo siento – dijo Sophía preocupada - ¿estás bien?

-era broma – rió Camilla… - bien, tenemos que alistarnos

Mientras tanto Vanessa conducía con cautela, Victoria sonreía abrazada a su chica

-¿qué hacemos en el mar?

-creí que te gustaría pasar un rato aquí – sonrió y dio un beso al cuello de su nena – está bien aquí… detente – Vanessa obedeció, ambas bajaron - ¿te gusta?

-es hermoso – sonrió Vanessa viendo al frente, Victoria la abrazó por detrás

-te amo – dijo apoyando su mentón en su hombro, Vanessa se giró y la besó… - mm ¿es eso un yo también? – Vanessa asintió sonriente – bien, nos daremos un rico baño de playa

-¿eh? Pero no tengo traje de baño

-¿y?

-¿estás loca? No… no puedo

-confío en que traigas ropa interior

-pues si…

-entonces no veo el problema, tengo una toalla en el bolso… también una tela acolchada para que podamos recostarnos a gusto a… tomar el sol – dijo de forma pícara – Vanessa rió – entonces – comenzó a besar sus mejillas lentamente mientras retiraba uno a uno los botones de su camisa, para luego desabrochar su cinturón y desabotonar su pantalón, hasta que por último bajó su cremallera – adelántate, entraré en un minuto

-estás loca Victoria Salvatore

-si… y el motivo eres tú Vanessa… Vanessa – rió

-bien, cuando entres al agua deberás decirme cual es mi apellido – dijo terminando de desvestirse para luego ir en ropa interior al agua, Victoria rió, acomodó la sábana acolchada en la arena, colocó cuatro rocas en las esquinas para que no se moviera y dejó la toalla doblada sobre esta, al empezar a desvestirse recibió una llamada…

-¿hello?

-Vic… hola

-Alessandra, ¿qué quieres?

-¿es verdad?

-¿qué cosa?

-vas a casarte con la mocosa esa… ¿es verdad?

-¿casarme yo?

-no deberías, esa niña solo te quiere por tu dinero Vic, por eso quiere casarse contigo – Victoria se quedó pensando… ¿casarse con Vanessa? – no aceptes… es mi recomendación, déjala Vic, basta de esos juegos de niños, necesitas a una mujer a tu lado… a mi

-¿de verdad? – dijo con sarcasmo – Alessandra… solo me das risa, Vanessa… es un millón de veces mejor que tú, me ama de verdad… es capaz de cualquier cosa solo por verme feliz, la amo ¿sabes? Y si… me casaré con ella, y ni tu ni nadie va a impedir eso – colgó, cayó sentada en la sábana… ¿Vanessa iba a proponérselo?

-amor, tardaste más de un minuto así que vine a ver – dijo Vanessa caminando empapada hasta Victoria, peinó su cabello hacia atrás para retirar el exceso de agua, Victoria la miró, se levantó y sonrió, dio un beso lleno de emoción a sus labios

-acepto – dijo abrazándola

-¿cómo dices?

-que acepto – rió Victoria, como pudo alzó a Vanessa quien la veía extrañada – si quiero casarme contigo

-¡¿qué?!

-ibas a proponérmelo – rió Victoria – lo se, se que debí esperar a que lo dijeras tú pero… también se que que es muy muy muuuy loco de mi parte dejarme llevar así… que no tenemos mucho tiempo de estar juntas pero, acepto Vane, si quiero casarme contigo – Vanessa sonreía a pesar de que no entendía nada de lo que Victoria le decía pero, la vio tan pero tan feliz que no pudo hacer más que seguirle la corriente, Victoria la bajó y la abrazó – te amo tanto

-yo… también te amo – sonrió Vanessa abrazándola también – ehm, no tengo un anillo – dijo sonriendo

-descuida – sonrió Victoria tomando el rostro de Vanessa entre sus manos – esperaré, podrás sentirte orgullosa de darme mi anillo de compromiso, así no te quejarás por no comprar nada – Vanessa rió, besó a Victoria y la tomó de las manos

-vamos a nadar

-¡vamos!

Alessandra estaba más que enojada, fue hasta el club de Fabrizzio y miró todos los preparativos para la fiesta sorpresa de Vanessa, Camilla la vio de paso y caminó hasta ella

-¿qué haces aquí?

-vine a ver este circo

-hueles mucho a alcohol…

-ah si, estuve tomando unas copas con… no se con quien – rió – Cami, ¿te gustaría ir a tomar unas copas conmigo? – dijo acercándose a ella, Camilla se alejó al tiempo – ah… cierto, estás con la… cantante esa, si te secuestro…sería un buen plan – dijo atrayéndola

-¡déjame! – dijo Camilla tratando de zafarse, Sophía se dio cuenta del pequeño escándalo y corrió hacia allá

-suéltala en este instante o llamo a seguridad

-oblígame

-claro que lo haré

Sophía saco a Alessandra del club, la llevo hasta el estacionamiento y la sostuvo por su cuello

-¿que rayos pasa contigo? No eras así…

-yo... No se que me pasa - lloraba - simplemente ya no se que hacer... No quiero estar sola… Amaba a camilla, no quería dejar ir a victoria y ahora ambas son felices con las personas que aman - Sophía la abrazo

-cálmate... Date un tiempo, deberías viajar, salir de la ciudad te hará bien - Alessandra la abrazo también

-pero... ¿Que pasara con mi restaurante? No puedo dejarlo solo…

-todo estará bien, tus empleados lo mantendrán con vida - rio Sophía

-no... - se separó de Sophía - camilla… ¿Crees que podría encargarse de el?

-pues... No lo se, deberías preguntarle

-vamos adentro...

Camilla miró a Alessandra con cara de pocos amigos, Sophía rió

-tranquila amor, venimos en paz, Alessandra quiere ofrecerte algo

-¿qué? – dijo con duda

-quiero que quedes encargada de mi restaurante en mi ausencia, podrás tomar todo tipo de decisiones, lo harás bien… no hay duda de eso

-a… ¿dónde irás?

-no lo se, estaré fuera por un tiempo, quedas encargada – sonrió

-¿te irás ya? ¿por qué no te quedas?

-mmm, no, es el cumpleaños de la nueva novia de mi ex, no quiero desentonar, además… debo hacer mis maletas si quiero irme mañana – Camilla la miró con tristeza…luego disimuló un poco y se abrazó a Sophía – se ven muy bien juntas… suerte – sonrió y decidió salir del lugar, Sophía miró a Camilla y le dio un beso leve

-lo harás bien, se que si

-si… - sonrió Camilla sin muchas ganas… - eso espero

Mientras tanto, Vanessa sonreía alzando a victoria en el agua, la sostenía por sus glúteos mientras que victoria rodeaba el cuello de Vanessa, fundidas en un húmedo beso sentían la brisa y el agua, Vanessa sonrió e interrumpió el beso sintiendo la dureza de los pezones erectos de su novia

-wow - rio, victoria se sonrojo e impulso su cuerpo sobre el de Vanessa hundiéndolas a ambas, luego de unos segundos salieron y rieron

-deberíamos vestirnos ya... Hay otros lugares a los cuales iremos - tambaleantes caminaron tomadas de la mano hasta la orilla, victoria hizo ademan de recoger la toalla pero Vanessa se lo impidió atrayéndola hacia si y comenzando a besarla desesperadamente, como si no lo hubiera hecho en años, Victoria correspondió y rodeo la cintura de su novia, subió por su espalda y desabrocho su bra, Vanessa la miró

-espera... ¿Y si hay alguien?

-descuida - sonrió Victoria - sugerí vías alternas - tras decir esto termino de retirar el sujetador, poco a poco recostó a Vanessa sobre la tela acolchada y beso sus pechos, lamia y mordisqueaba sus pezones y los masajeó, Vanessa gemía tiernamente y también retiró el sujetador de Victoria, ambas se besaron e hicieron el amor hasta quedar exhaustas, sonreían y se miraban, jadeantes y sudadas, victoria se colocó parcialmente sobre Vanessa, la miro a los ojos y sonrió

-te amo… Muchísimo, y esto que estamos por comenzar... Jamás creí que me encantaría algo así - Vanessa sonrió, miró a victoria y opto por besarla, necesitaba ayuda en eso urgentemente - bien, es hora de vestirnos, ya que perdimos valioso tiempo deberemos ir a arreglarnos - decía esto mientras acariciaba la venita de Vanessa

-si haces eso hare que perdamos aún más tiempo

-lo siento... Es solo que me encanta acariciarla

-vamos - rió Vanessa levantándose, ambas se vistieron y pusieron marcha a la ciudad, mientras iban en camino Vanessa se fijó en un cartel que había justo en medio de la autopista sugiriendo vías alternas ya que según estaba cerrada por reparaciones, rio para sus adentros

-te dije que había sugerido vías alternas - rio victoria abrazando más a su chica, al llegar al departamento ambas fueron a duchas separadas... Si iban a una misma ducha tardarían mucho en salir por obvias razones, una vez listas se encontraron al salir de los cuartos, victoria con un elegante vestido azul claro con un corte desde el muslo hasta abajo y un estoce tentador en la espalda, llevaba brillos al nivel del busto, Vanessa por su parte llevaba v una camisa de seda color vino, un pantalón de lino negro y unos Vans color vino también, Victoria rió – te ves muy bien

-no tanto como tú

-bien, vamos

-¿en mi motocicleta?

-no – rió Victoria, se acercó a Vanessa y despeinó un poco su cabellera – me gusta más así

-quise estar presentable

-es tu cumpleaños – dijo antes de dar un beso a su chica, luego rió y retiró la pintura de los labios de Vanessa – vamos, será divertido

Mientras tanto, Sophía y Camilla ya estaban arregladas en el club, los invitados habían llegado, amigos de Vanessa, de Victoria, otras personas influyentes… el tío de Vanessa se acercó también, le pareció una fiesta un poco ostentosa a decir verdad, se sentó en la barra, Sophía afinaba su guitarra cuando Camilla se acercó por detrás y la abrazó

-hola hermosa – rió

-esa eres tú – dijo volteando para encontrarse con la hermosura que tenía por novia

-es extraño que Victoria y Vanessa no hayan llegado aún, es su fiesta

-conociéndolas… deben estar haciendo eso que tú y yo nos morimos por hacer en este instante – Camilla se sonrojó

–no hagas eso por favor

-lo siento – Sophía rió y dio un beso a su chica – aunque deberías llamarlas, las personas quieren comer pastel

-está bien, déjame marcarle

-ah…, deberíamos irnos ya… - decía Victoria entre gemidos

-es tu culpa por usar un vestido así – rió Vanessa, quien se encontraba entre sus piernas, miraba sus labios un tanto hinchados y húmedos, en eso se escuchó el teléfono de Victoria

-¿si?

-Vic, las estamos esperando, tenían que estar aquí hace media hora

-ah, hola Cami, es Vanessa

-Vane… sea lo que sea que le estés haciendo a Victoria podrán hacerlo luego, por favor vengan

-de acuerdo – rió Vanessa – vamos enseguida – tras decir esto colgó la llamada, se levantó y ayudó a Victoria – nos esperan ya

-lo se, vamos – rió – será una larga velada

Al llegar todos los presentes cantaron el típico “happy birthday to you” Vanessa saludó a sus amigos y fue a conversar con ellos, abrazó a su tío quien la felicitó por su año más de vida, en todo el club se escuchaba: sorry for party rocking

-señorita Salvatore – dijo Bella al oído de Victoria – el señor Cunnigton quiere hablar con usted

-¿está aquí?

-claro… fue invitado

-oh vamos Bella, no quiero verlo ahora

-pues tendrá que hacerlo, ya me ha rechazado muchas veces – dijo caminando hasta ella

-mis disculpas pero, estoy ocupada en este momento, ¿sería tan amable de retirarse? Le daré una cita para mañana a primera hora

-ah, Vic, sobre eso… - dijo Bella en un tono un tanto bajo

-¿por qué habría de retirarme? Es la fiesta de mi hija – Victoria lo miró dubitativa, giró un poco la cabeza hacia Bella

-¿dijo hija? – Bella asintió - ¿Vanessa es su hija?

-pues, si… me pareció muy amable de parte de Bella el invitarme, ya que había perdido el contacto con ella desde esa vez en el casino, tengo entendido que se fue con usted

-eh… si – dijo Victoria, miraba hacia todos lados buscando a Vanessa, aquel hombre sonrió de lado

-si gusta podemos hablarlo mañana, el negocio que hice con su padre vine a finiquitarlo con usted, me marcharé ahora, de todas formas a Vanessa le dará igual el verme aquí o no, con permiso – tras decir esto se marchó

-eh, iré a traerle un trago – dijo Bella caminando despacio hacia la barra, Victoria la siguió

-¡¿no pudiste decirme que el era su padre?!

-creí que lo sabías, tequila por favor

-¡no! No lo sabía, si sabía que mi padre intentaba casarme con ese tipo pero no tenía idea de que fuera el padre de Vanessa – luego lo pensó un momento y se sentó – ambos quieren casarse conmigo – Bella se ahogó con el trago

-¿cómo dices?

-Vanessa me propuso matrimonio en la playa… y el… mi padre de seguro ya aceptó su propuesta por mi

-tienes que decirle a Vanessa, y a tu padre también

-¿Dónde está Vane?

-atrás en la rampa con sus amigos

-vaya, no creí que vinieran chicos

-no nos lo perderíamos por nada

-si, lamentamos lo de ayer, Victoria nos pidió que no dijéramos nada

-¿eso hizo? Lo tenía todo planeado ¿eh?

Victoria caminó tan rápido como pudo hasta la rampa, vio a los chicos

-ehm, ¿podrían darme unos minutos? Vane y yo necesitamos hablar

-claro – se retiraron rápidamente

-gracias por esto Vic, muchas gracias, la fiesta está genial

-me… alegra que te guste – dijo sentándose junto a Vanessa – necesito preguntarte algo

-claro preciosa – dijo tomando su mano y mirándola – eres hermosa – dijo antes de que Victoria pudiera pronunciar palabra alguna

-ah, Vanessa – dijo soltando su mano – tu… apellido

-¿así que ya lo sabes? Bien, dímelo – sonrió

-¿es Cunnigton?

-desgraciadamente – rió – si pudiera quitarlo lo haría, me quedaría con el de mamá – Victoria sintió mareos

-no puede ser…

-¿qué pasa? ¿te sientes mal?

-es que… Vane, ¿no entiendes?

-¿entender qué?

-mi padre quiere casarme con el tuyo

-¿disculpa?

-es por eso que he estado evitando esa reunión, no quiero casarme con el

-pero… nunca mencionaste nada sobre eso

-no creí que fuera tu padre

-bien, esto es lo que haré… hablaré con mi padre

-¿estás loca?

-lo suficiente… pelearé por ti, debe negar ese trato que tiene con tu papá, debe saber cuanto antes sobre nuestra relación – Victoria sonrió, abrazó a su chica

-tengo miedo

-no es muy propio de ti mi vida

-es que… el solo hecho de pensar que seré tu madrastra…

-¿cómo quedaría nuestra relación? –bromeó Vanessa, Victoria le dio un leve golpe en su hombro – era broma amor – rió

-no es gracioso

-descuida, algo se me ocurrirá – Vanessa abrazó de nuevo a Victoria, se dieron un dulce beso y fueron a disfrutar de la fiesta

La semana pasó rápido, Vanessa había comenzado a trabajar con Sophía en su disquera, no hacía gran cosa ya que no se había graduado aún, pero con eso empezaría a ahorrar para el anillo

-tiene que ser el más grande y hermoso – decía

-pero… dices que no ibas a proponerle matrimonio… entonces, ¿cómo es que piensas comprarle un anillo? – preguntó Sophía

-es muy tierno lo que planeas Vane – sonrió Camilla

-el solo hecho de pensar que puedo perderla me hace trizas

-si… que valiente – rió Sophía esta vez - ¿y? ¿cuánto llevas ahorrado?

-doscientos – sonrió Vanessa

-¿viste alguno que te gustara?

-hay uno que se que le gustará, la piedra es enorme

-Vane, ¿no crees que a Victoria no le importará el tamaño de la piedra? Con que se lo des tú basta

-no, se que mi papá le comprará algo digno, y yo… quiero superarlo

-bien, no se diga más – dijo Sophía sacando su chequera, colocó una cifra y se lo entregó a Vanessa – tu adelanto

-espera, quiero ganarlo por mí misma

-es por eso que trabajarás hasta pagarlo – sonrió Sophía – se que no los aceptarás como regalo, así que trabajarás aquí hasta que lo pagues, claro… la mitad de tu sueldo, no te quitaré eso, acá tienes una tarjeta con la dirección de una tienda

-gracias- sonrió - ¿puedo ir a comprarlo ahora?

-corre – dijo Sophía sonriente, luego de que se fuera Camilla se sentó junto a ella

-eso fue muy dulce de tu parte

-tenía que hacerlo, se lo que se siente… ese temor de perder a quien amas – Camilla se sentó sobre ella y la abrazó

-lo siento

-hey, dejemos eso de lado – sonrió y miró a Camilla, serán felices, al igual que nosotras

-por cierto, le diste la tarjeta… ¿me compraste algo? – dijo en broma

-de hecho si – Sophía sacó una cajita de terciopelo azul de su bolsillo y se la entregó a Camilla quien se sorprendió – cásate conmigo Cami

-estás bromeando… si, ¡si! – dijo antes de abrazarla, estaba emocionada, dio besos a Sophía quien no paraba de reír, colocó el anillo en el dedo de Camilla y se besaron tiernamente

Vanessa fue a cobrar el cheque, luego de ir un rato en su motocicleta se detuvo frente al centro comercial donde estaba la tienda indicada, caminó hasta ella y miró los anillos…

-¿puedo ayudarte? – dijo una chica en medio de una sonrisa

-ahm, busco un anillo de compromiso

-estás en el lugar correcto, sígueme – caminaron hasta una vidriera, la chica sacó una especie de bandeja con varios anillos en ella – aquí tienes una gran variedad en anillos de compromiso – eran hermosos, todos y cada uno

-todos me gustan…

-llévalos todos – rió la chica

-no… tiene que ser uno – dijo Vanessa con seriedad – y tiene que ser perfecto

-ha de ser muy importante

-lo es – dijo sin apartar la vista de los anillos

-tengo por aquí algo que nos llegó apenas esta mañana, ¿te gustaría verlo?

-si, me encantaría

La chica guardó la bandeja, regresó con una cajita blanca en sus manos, la abrió y se la mostró a Vanessa, era un anillo hermoso sin duda, plateado con surcos y por piedra llevaba una hermosa esmeralda con un lindo corte

-este… sin duda, me llevo este

-excelente – sonrió la chica - ve a la caja mientras hago el resto…

Emocionada Vanessa pagó y guardó muy bien la cajita, ahora planearía el cumpleaños de su amada, le había sobrado algo de dinero así que no pondría límites a su imaginativa cabecita

-Victoria, ¿cuántas veces debo decir que lo lamento?

-no han sido suficientes, créeme

-pero… de todas formas, Vanessa hablará con su padre, quizás lo convenza

-si… se que no va a defraudarme – dijo Victoria sonriente, recostándose en su cama

-Vanessa es como un chico – dijo Bella inconscientemente, Victoria le arrojó una almohada

-es hermosa

-lo es – sonrió Bella – vístete, llegaremos tarde

-¡no quiero ir a trabajar!

-¿eso es novedad?

-es mi cumpleaños… además Vanessa se fue sin despedirse, sin decirme nada

-ya vendrá, tiene mucho que hacer en la disquera

-ya lo se… dijo que quería comprar el anillo por su cuenta

-¿ya ves? Deja de quejarte y vámonos

Vanessa compró varias cosas, rosas, chocolates, fresas, algunos dulces, vino… Todo tenía que salir perfecto, con la ayuda de Bella había logrado sacar a Victoria del departamento ésa mañana, miró la cama… optó por colocar unas sábanas blancas, miró las rosas…hacer un corazón con ellas sería típico y muy cursi así que prefirió hacer una carita feliz con bombones, colocar el ramo sobre las almohadas y… el anillo, ¿dónde pondría el anillo? Tomó la caja de bombones en forma de corazón… para luego dejarla, demasiado tonto

-por favor… tengo que pensar en algo más

En eso escuchó la puerta abrirse tras de si

-Vane, ¿qué… es todo esto? –dijo Victoria sonriente mirando la cama, los bombones, las rosas…

-¡rayos Bella! Se suponía que la mantendrías alejada hasta las tres

-no va a trabajar sin su PSP…

-esto es hermoso – dijo caminando hasta la cama y tomando las rosas - ¿hiciste esto tu sola?

-si – dijo Vanessa bajando la mirada

-ehm, las dejaré solas – dijo Bella saliendo del departamento a toda prisa

-Vane, está hermoso – dijo Victoria sonriendo

-quería hacerlo perfecto… quería sorprenderte, pero no pude – Victoria sonrió, levantó el rostro de Vanessa y la miró

-¿por esto te fuiste tan temprano? – Vanessa asintió – gracias – sonrió y la besó con ternura

A continuación fueron desvistiéndose, para no quitar la carita feliz hecha con bombones se tendieron en la alfombra, Victoria imprimía besos a las mejillas de Vanessa y la miraba, besó su cuello y terminó de retirar su camisa

-espera, antes quiero darte algo

-¿qué será? – dijo sin hacerle caso, ahora besaba su cuello, Vanessa sacó el anillo de la cajita, tomó la mano de Victoria y lo colocó en su dedo anular, Victoria lo miró asombrada – Vane… creí que lo comprarías después

-recibí un adelanto, trabajaré para pagar el resto

-es precioso – dijo sincera, miraba la piedra – algo inusual, pero hermosa al fin y al cabo…

-verde… como tus ojos – sonrió

-así es – rió y abrazó a Vanessa… - te amo

-no más que yo

Al día siguiente, Vanessa se armó de valor frente al espejo, temblaba un poco,Victoria pasó hacia el baño mientras se colocaba un arete y la notó preocupada

-amor, todo saldrá bien, ya verás – dijo abrazándola por la espalda, Vanessa solo se limitó a sonreír y a arreglar bien su chaqueta, volteó y Victoria le dio un tierno beso, retiró el exceso de pintura de labios de los de Vanessa para luego dedicarle una sonrisa de esas que te devuelven el alma al cuerpo

-se que… debo esforzarme, y créeme que lo haré, pero quiero que esperes aquí

-Vane, quedamos en que iríamos juntas… no es justo que ahora cambies de idea

-quiero ir sola amor, estaré bien, lo prometo – Victoria chocó su frente a la de su chica

-no quiero que te pase nada

-hey, mi padre podrá asustar pero tampoco es como si fuera el diablo en persona

-lo sería si tuviera un bigote – Vanessa rió, besó a Victoria y tomó su casco, también las llaves de su motocicleta, dedicó una última mirada a su amada y salió al encuentro de su padre

Mientras tanto, en la casa Di Salvo, Sophía se acercó a su abuela…

-abue, ¿cómo te has sentido?

-Sophi, mi princesita, estoy bien, ¿qué tal tú? ¿pasó algo con Camilla? – bueno, en cierto modo – sonrió mirando hacia la fuente donde se habían encontrado con su madre aquella tarde, allí la esperaba su hermosa chef, su abuela la miró con sonrisa cómplice y luego vio a Camilla - ¿entonces? ¿vas a decirme qué sucede?

-¿ves  a aquella chica de allá? – su abuela asintió – pues, vamos a casarnos

-¡mia adoratta! – dijo levantándose para abrazar a su nieta, sonrió y besó su frente… ¿le dijiste a tu madre? Tu padre se pondrá feliz de escuchar eso

-justo iba a decirles, pero quise pasar por aquí antes

-pero llámala, dile que venga – Sophía hizo una seña para que Camilla se acercara, al ésta hacerlo la abrazó – bienvenida a la familia hija

-gracias, muchas gracias – sonrió Camilla

-¿a qué se debe esto? – dijo la madre de Sophía caminando hacia ellas

-mamá, que bien que estás aquí, solo falta papá

-¿para qué hija?

-me casaré con Camilla mamá, vinimos a dar esa noticia – la madre de Sophía sonrió y abrazó a su pequeña, en eso llegó el señor Marcelo, quien viendo la alegría en el rostro de su hija, viendo a Camilla, a su suegra y a su esposa imaginó lo que sucedía

-así que lo hiciste – dijo atrayendo a su hija para abrazarla calurosamente

-si papá, finalmente lo hice

-esa es mi hija – dijo revolviendo su cabello – bien Camilla, ¿qué te parece si vamos a celebrar esto? Tú y yo cocinaremos algo especial

-¿yo compartir cocina con usted?

-vamos, cocinaste en mi restaurante

-si pero… usted solo dirigía…

-pero ya eres de la familia, así que cocinaremos juntos

-¿qué estamos esperando? – dijo Sophía emocionada – vamos adentro

-el señor Cunnington la atenderá en un momento señorita – dijo Marcy, la asistente del padre de Vanessa

-¿está en una reunión o algo así?

-algo así – dijo la joven de mala gana – Vanessa se sentó en el enorme sofá de la recepción, miraba a todos lados, afincaba constantemente la punta de su pie haciendo el típico gesto de desesperación, sudaba frío, aún así no se quitó su chaqueta, movía el casco, jugaba con su teléfono, leía los mensajes de Victoria: “¿cómo estás? Te extraño, ¿hablaste con tu padre ya?  Si no me llamas voy a morir de los nervios…”

-disculpe –dijo luego de media hora – ¿podrá atenderme mi papá o no? – la chica al escuchar la palabra “papá” dio su empleo por perdido, enseguida anunció por el intercomunicador

-pase adelante, su padre… el señor Cunnington la espera – Vanessa respiró profundo, se levantó y caminó a la oficina, cerrando la puerta tras de si, vio a su padre detrás de aquel escritorio de madera… roble, quizás pino… no, roble, seguro roble, lo vio sentado en un enorme sillón de cuero mientras su espalda se encontraba recostada al respaldar, mantenía su pierna apenas cruzada sobre la otra, con una mano jugueteaba con un bolígrafo mientras que con la otra sostenía su teléfono, hablaba en otro idioma que Vanessa no supo identificar

-ah, hija mía… es extraño que me visites

-no estoy aquí por ti “calma” – se dijo Vanessa para si misma, debía bajar un poco la guardia – ah, papá, quería hablarte de algo

-bien, dime

-pues, verás, hay… una chica de la cual estoy enamorada

-¿ah si? Mi hija la conquistadora – dijo en tono sarcástico - ¿Qué tiene de malo un hombre para ti? ¿es tan difícil seguir la naturaleza?

-no vine a discutir mi orientación sexual contigo si es eso lo que te interesa o lo que crees que me interesa a mi – dijo colocando el casco en una de las sillas frente a el

-bien – dijo inclinándose un poco hacia adelante – termina de decir eso tan importante

-me casaré con ella, le propuse matrimonio

-bah, todos saben que las maricas no se casan, hasta el mas ignorante lo sabe

-pues creo que el mas ignorante aquí eres tú, el lugar es lo de menos, hay una iglesia aquí en la que… ¿por qué te doy detalles? Ni siquiera estarás invitado, y no somos “maricas” – dijo haciendo énfasis en la palabra – somos gays, esa es la palabra correcta, nos casaremos, seremos felices

-y comerán perdices… blablablá

-si, lo seremos, con o sin tu bendición, a todas estas no me importa

-¿entonces por qué viniste a decirme eso? No me interesa lo que hagas con esa mujer

-en parte si te interesa… aunque no debería, esa mujer es Victoria Salvatore – el padre de Vanessa se quedó estupefacto

-ni se te ocurra… ella es intocable para ti, no puedes ni llegarle a los talones

-no le llegaba a los tacones, hablando francamente, pero me aseguré de bajarla de ellos, esta es la situación – dijo sentándose en una esquina del escritorio- el 55% de la empresa es mía, lo que me hace mayoritaria ¿cierto? Entonces, el trato que tengas con su padre debería tomarlo yo

-no te atreverías

-solo ponme a prueba, te mantendrás alejado de ella, no tienes opción

-tu… nunca te has ocupado de mi empresa, ¡solo eres una mocosa!

-¿tu empresa? Que yo sepa la empresa era de mi mamá, y en su testamento el 55% de las acciones quedaron a mi nombre, puede que no haya trabajado pero su abogado las cuidó por mi, así que… jaque mate señor Cunnington – Vanessa se levantó, tomó el casco y temblando salió de la oficina, entró al baño a lavarse la cara y se miró al espejo, sus ojos estaban un tanto rojos… la presión y los nervios habían sido demasiados, salió y se subió a su motocicleta, esta vez sonriente, la encendió para luego ponerse en marcha la oficina de Victoria

-cálmate, de seguro aún está reunida con el… deja de comerte las uñas

-no puedo Bella – decía Victoria caminando de un lado a otro – algo malo debió pasar, es extraño, dijo que me informaría

-de seguro solo se atrasó, tranquilízate

En eso se escuchó que tocaban la puerta, seguido de esto se abrió dejando ver a Vanessa

-¡amor! – dijo Victoria corriendo a sus brazos y plantando un beso en sus labios - ¿cómo te fue? Dame detalles, por favor cuéntame – Vanessa solo sonrió, Bella entendió el silencio y salió de la oficina cerrándola desde adentro habiendo presionado antes el pequeño botón

-¿tengo que contarte algo? – bromeó Vanessa recostándose al escritorio aún sin soltar a su chica

-claro que si, ¿qué dijo tu papá?

-bueno, estuvo en desacuerdo obviamente cuando le dije que me casaría contigo – Victoria palideció – pero, hablé con el abogado de mamá, me mostró el testamento que dice que soy dueña del 55% de la empresa, así que el trato que tiene tu padre debe cambiar, yo soy quien continúe  con eso

-o sea…

-que nos vamos a casar  - rió Vanessa, Victoria la besó como nunca, empezó a quitarle la chaqueta… - amor, estamos en tu oficina

-tranquila, es a prueba de ruidos

-no es cierto

-tienes razón – rió Victoria terminando de quitarle la chaqueta a Vanessa, besó su cuello y retiró su camisa, prosiguió a masajear sus pechos sobre su bra para luego halarlo un poco, llevó una mano a su espalda y lo desabrochó

-¿con una mano? Increíble – rió Vanessa

-¿qué te puedo decir? – sonrió besando sus pechos, mordisqueando sus pezones y sus areolas en el proceso, llevó sus manos hasta su cremallera y la fue bajando lentamente para luego meter su mano y notando el calor proveniente de la entrepierna, volvió a besar a Vanessa quien rodeó el cuello de Victoria y la dejó hacer, su cuerpo era suyo sin duda alguna, Victoria besó una vez más el cuello de Vanessa antes de ayudarla a subir al escritorio para abrir sus piernas y bajar su pantalón, imprimió besos sobre su bóxer – que bien huele aquí

-shhh, deja de decir eso o seré yo quien te coloque aquí

-luego amor – rió Victoria, najó el bóxer de su chica y comenzó a lamer sus labios mayores, sopló un poco y separó sus labios con su lengua, Vanessa hacía intentos por cerrar sus piernas pero Victoria se lo impidió sujetándolas, se hincó sobre la alfombra y movió su lengua en círculos provocando que Vanessa comenzara a gemir, besó su clítoris despacio mientras que con un dedo hacía círculos lentos  y deseosos en la entrada a su vagina, presionó un poco hasta que entró, la verdad fue con facilidad, estaba bastante lubricada, Vanessa ya gemía un poco más alto, movía su cadera también y acariciaba el cabello de Victoria quien absorbió con fuerza su clítoris provocando que a Vanessa se le escapara un gemido mucho más fuerte, parecido a un pequeño grito, Victoria levantó la mirada asustada - ¿estás bien? ¿te lastimé? – ante la preocupación de Victoria, Vanessa solo optó por acercarla a su vulva indicando que nada estaba mal, Victoria sonrió y continuó su labor, su meta: proporcionarle un orgasmo increíble a su prometida, quien no paraba de gemir, ahora con dos dedos en su vagina y la lengua de Victoria haciendo de las suyas en su clítoris y sus labios, no tardaría en llegar, movió un cadera un poco más y se dejó caer sobre el escritorio tensando su cuerpo y haciendo saber que estaba al borde del éxtasis, sintió cada músculo de su cuerpo endurecer hasta que las palpitaciones en su vagina le indicaron que el trabajo de Victoria había dado frutos, jadeando recibió un beso de Victoria, sintiendo su propio sabor en el, su novia le subió el bóxer y sus pantalones, la besó de nuevo para ayudar a que se levantara

-¿todo bien hermosa? – Vanessa sonrió y respondió entre gemidos

-resolveremos esto en casa