AMO+Cornudo sumiso+esposa caliente=FELICIDAD

Buen AMO, Cornudo sumiso y una esposa bien caliente y sumisa, que ejerce cuando el AMO quiere de ama del cornudo, es la mezcla perfecta para llegar a la FELICIDAD plena.

Soy lectora asidua de esta página y después de leer muchos relatos, he querido aportar mi granito de arena, sin la intencion de marcar doctrina, que cada una es libre de vivir su vida como quiera. Después de algunas relaciones fallidas encontré a un hombre, que es muy buena persona, que me ama y me trae en palmitas, ¿Qué más se puede pedir? Pues nada más. O eso era lo que yo pensaba. Ya digo que mis relaciones anteriores me habían dejado malas huellas y habían provocado en mi recelos, hasta que conocí a este hombre. No tardamos en irnos a vivir juntos. Poco a poco nos fuimos haciendo uno al otro. Él tenía más experiencia que yo en el mundo o eso creía.

Éramos una pareja muy típica y muy normal, el tal vez físicamente mejor que yo y yo me considero de lo que se dice del montón, pero resultona. No llegamos a los 40 años, tenemos carrera, aunque nuestros trabajos no tengan nada que ver con ellas y llevamos una vida social muy activa. Tenemos actividades en común y todo perfecto, algunas veces nos cuesta llegar a fin de mes, cosa normal en esta sociedad y aunque nos neguemos que no nos afecta, algo si afecta en la relación diaria cuando esos momentos de fatalidad llegan, pero lo que digo normal.

Mi pareja de forma sibilina y muy suavemente, me fue metiendo en mi cabeza nuevas vivencias, nuevas experiencias. Todas relacionadas con el sexo, desde iniciarme en el sexo anal, al bondage suave, muy suave y poco a poco queriéndome meter en los tríos, intercambios, etc.

Esto como que me choco un poco al principio y para no enrollarme más, al final cedi pero teniendo una cosa muy clara, no me enrollaría con tías y él tampoco lo haría, no puso pegas y acepto sin más, sería un chico. Soy bastante escrupulosa y era reticente a eso de acostarme con alguien, conocido o no, que no sabias donde había “estado” antes.

Las experiencias que tuvimos, algunas no estuvieron mal, pero como que no era lo que yo deseaba. Faltaba algo.

Siempre he sido muy desconfiada y de rebote y de una manera muy peculiar, conocimos a un chico, que desde el principio trastoco nuestro mundo. Dichoso día, pensándolo ahora. Mi pareja y yo hablamos de el de forma constante. A mí me había cautivado, era una persona culta, simpática y atrayente. Pasado un tiempo ya habíamos hablado de todo, desde lo más íntimo y personal a lo más mundano.

Quería, necesitaba y deseaba estar con él a toda costa. Sentir sus caricias, sus besos, sentirle plenamente. Pero él no quería o buscaba otra cosa. Al final buscaba otra cosa, era el “dominio” no solo de mí, sino de mi pareja. Me quede fría cuando me lo dijo, peo más fría me quede cundo con el tiempo mi pareja me dijo que no le importaba ser un sumiso. Me tenía que haber sonado mal, incluso tal vez me tenía que haber escandalizado, pero sonó muy bien a mis oídos.

Empezamos una nueva relación con nuestro “amigo” y ya que vivía en otro lugar distinto al nuestro, tuvimos nuestras primeras conversaciones para ver qué era lo que quería exactamente. Lo que nos quedó claro en esas primeras conversaciones fue que el manejaría las relaciones sexuales. Al principio me costaba mucho desde decir ciertas cosas a tener que ser “agresiva” o “dominante” con mi pareja. Está bien que lo manejaba pero a mi manera y muy hábilmente. Esto era nuevo y no era lo mismo.

Nuestro Amo, lo llamare así a partir de ahora, era muy duro, lo que me desesperaba y nadie sabe cuánto. En bastantes ocasiones nuestra “desesperación” me llevaba o nos llevaba a no poder controlar los deseos. Empezó de una manera sencilla, para ir subiendo poco a poco, quería que nos diéramos cuenta de que el estaba metido en su papel para que nosotros nos metiéramos en el nuestro.

Mi pareja parecía mas sometida que yo, lo que me fascinaba y me sorprendía, nunca pensé que estuviera dispuesto a tanto. Ya sentía que el otro, pasaba de ser el otro, a ser mi confidente especial y si, también mi amo. Era lo opuesto a mi pareja, una persona con una sensibilidad especial, pero a la vez un hombre duro y seguro.

Como mujer que soy, aunque no puedo generalizar, mi instinto me llevaba a tratar de “controlarlo” de llevarlo a donde quisiera como hacia con mi pareja, pero era y es una batalla perdida. Exceptuando en algunos instantes de decaimiento, donde hablar con él me hacía sentirme mejor, en los otros momentos era implacable en su postura como AMO.

Llego un momento en que quise darle celos o que viera que no nos tenia seguros y me salió mal. Mi pareja me animaba y percibí como sin hacerlo, trataba de apartarme de nuestro AMO. Pero no lo lograba porque lo tenia en mi cabeza y en mi corazón. En algunos momentos llegue a pensar en dejar a mi pareja, para que se sintiera bien, pero no me lo permitió.

Durante mucho tiempo fue un toma y daca, porque según pasaba el tiempo, mi desesperación aumentaba, mi tristeza me llenaba, mi enojo era grandísimo y quería alejarme de él, era una relación toxica y aunque mi pareja no se daba cuenta, notaba como trataba de separarme de él, de la persona que amaba y aunque parezca contradictorio amaba a mi pareja también.

Me alejaba pero volvía a él, hasta que fui aprendiendo a conocerle, a saber e intuir lo que deseaba y fue como encontrar la piedra filosofal, mas bien fue un sueño quien me hizo ver todo y lo puse en macha, sin decir nada a mi pareja, empecé a ser como el quería. A mi pareja le deje claro que no quería a otros, que le quería a él, así que se tendría que olvidar de otras terceras personas. El darle lo que quería y cuando menos me lo esperaba, APARECIÓ mi AMO.

Un día que empezó como un día más, apareció y al verlo, al oírlo, sé que seré muy poco fina, pero se me cayeron las bragas. Menudo pivonazo, era como un armario empotrado. Me lo quise comer allí mismo y me tuve que contener, porque había aparecido en mi trabajo. Quedamos para comer y el resto de la mañana no di pie con bola. Me encanto ese hombre y llegue a la comida muy nerviosa, porque me apetecía cualquier otra cosa que comer.

Una vez que llegue me dijo que llamara a mi pareja, que le dijera lo que pasaba y que en una hora estuviera allí. Mi pareja se quedo desconcertada. Quise llevarle a mi casa con la excusa de estar mas tranquilos y no quiso. Me vinieron mis inseguridades y me dio todo un vuelco, porque me preguntaba que hacia yo con u hombre así. Me sonreía, me acariciaba el dorso de la mano y me ponía chorreando.

Llego mi pareja que llegaba descolocado, raro y a la vez excitado. Sentados y tomando un café, lo primero que hizo fue echarnos una regañina muy grande y le dijo a mi pareja que su intención había sido siempre tratarle con consideración, pero que no se lo merecía que había tratado de alejar a su puta (yo) de el y eso lo iba a pagar. Recalcando que eso no quería decir que en el resto de las cosas cambiara nada que seriamos 3.

Nos quiso aclarar porque había elegido ese día y nos llevamos una sorpresa había pedido destino a nuestra ciudad y se lo habían concedido. Mi ilusión iba en aumento. Donde me lleve la desilusión fue cuando después de estar dando vueltas, llego y se despidió. No me quedo nada mas que al subir a mi casa, aunque estaba ofuscada le obligue a mi pareja a saciarme y no lo consiguió.

Pasaron varias semanas y otra vez sin esperármelo, quiso que fuéramos a mi casa. Estando en ella, no se anduvo con miramientos, empezó a ejercer desde el primer segundo. Se dirigió a los dos pero principalmente a mi pareja, mientras me tenia un brazo por el hombro y acariciaba uno de mis pechos.

Te tenía preparado una transición suave pero sabes que he de castigarte. Mi intención era convertirte primero en un cornudo mirón, luego con el tiempo un cornudo bisexual, para acabar siendo un cornudo sumiso, pues he decidido que será todo de una vez. Mi pareja me miraba y yo pasaba, estaba en la gloria con esa mano acariciándome.

Pensaba que serian mas palabras que hechos, hasta que le dijo a mi pareja que nos desnudáramos, nos desnudamos y mi pareja estaba tan cortada que su pene estaba normal. Me hizo a mi quitarle el polo que llevaba y que pinchazo me dio más abajo del estómago, menuda tableta que tenía. Me hizo sentarme de nuevo junto a el y me dio el primer beso, que paso a ser un tórrido beso en segundos.

Hizo que mi pareja le quitara los pantalones y la ropa interior, quedándome embobada y embelesada con el majestuoso pene que tenía, estaba en erección y era como un monolito. Ahora si se empalmo mi pareja, menudo viciosillo esta echo.

Desde ese día nos fue enseñando, dominando y cada vez éramos más felices. Aunque mi felicidad no era completa, quería que viviera con nosotros y es que no sabíamos ni donde vivía, se limitaba a decirnos que en cuanto encontrara piso. Nosotros queríamos que se viniera con nosotros.

Un día nos pidió que consiguiéramos un día libre, tenía algo especial para nosotros. Nos recogió en nuestra casa y el GPS del coche nos llevo a donde el quería. Nos llevo a un piso magnifico solo hacía falta amueblarlo y me dijo que eso era misión mía. Según el seria nuestra casa.

Un mes después estábamos todos viviendo juntos y de cara a los demás compartíamos piso y gastos. La realidad que no pagamos anda todo era cosa de nuestro AMO, eso nos llevo a una mejor unión porque por lo menos los problemas económicos desaparecieron, que ya es mucho. El día que nos fuimos a vivir juntos fue el 20 de septiembre de 2016. Costaba adaptarse con relación a las familias, que no sabían nada, a excepción de un numero muy reducido de personas.

El 20 de junio de 2017, nos llevo de cena para celebrar algo y fuimos sin saber que nueva sorpresa nos deparara, porque siempre era una caja de sorpresas, con él no había como aburrirse. En los postres nos saco unos papeles y nos dijo que era hora de formalizar mas aun nuestro compromiso. Firmaríamos un contrato de unión entre los 3, no valido ante nadie pero si para nosotros. La sorpresa estaba en que lo firmaríamos la noche del 20 de septiembre de 2017. Después de que mi pareja y yo ante todo el mundo nos casáramos. Había preparado la boda para ese día si aceptábamos y aceptamos.

Nos casamos y fue como una boda normal. Lo mejor vino por la noche, en la madrugada. Mi marido ya, había hecho de todo, con nosotros, era muy sumiso, había probado el semen de nuestro AMO casi todos los días, le había comido el culo, todo lo que le ordenábamos. Habíamos sido azotados con placer. Solo faltaba una cosa y nuestro AMO, me lo dijo a mi en privado, le íbamos a desvirgar el culo.

Sabíamos que lo iba a pasar un poco mal, por el tamaño del pene de nuestro AMO. Nos follo a los dos y fue una noche especial e inolvidable. El único que no me follo fue mi marido oficial. Que tuvo prohibido follarme hasta que nuestro AMO me dejo preñada.

En el mes de julio de este año nació nuestro retoño. Para nuestra felicidad y no tanto para nuestras familias, sobre todo para la de mi marido oficial.

La felicidad llama a la felicidad aunque no sea con los parámetros de esta sociedad. Lo importante es que vivimos perfectamente juntos, con otro tipo de visión familiar. No fue fácil el camino hasta llegar aquí, nuestros miedos, nuestras dudas, nuestras desconfianzas fueron piedras en el camino, pero mis sueños, mi amor lo hicieron todo posible, la cosa esta en no rendirse.