AMO+Cornudo sumiso+esposa caliente=FELICIDAD-3
La realidad es mucho más sencilla que la fantasía, solo hay que desearlo y estar dispuesta y dispuesto a lograrlo, sin miedo, sin tabúes y sobre todo no pensando en que puedan decir los demás.
Esta segunda narración, no me salió como la primera. Ha servido para que me hagan en concreto dos preguntas que despiertan mucho interés. En concreto, cual fue el momento de no retorno con nuestro amo y como paso. La otra pregunta que sentí cuando me quedé embarazada, que sintieron ellos y en especial el que oficialmente es mi marido. Son preguntas fáciles de contestar pero difíciles de escribir.
¿Cuál fue el momento de no retorno con nuestro amo y como paso?
Es difícil de recordar las veces que nos enfadamos, he preguntado y no coincidimos en el número de veces, el mínimo 17 y el máximo 23.
Mi pareja que fue el ideólogo de querer vivir introduciendo a otro hombre en nuestra pareja, lo había diseñado todo de una manera, pero supongo que este tipo de situaciones más o menos se saben cómo empiezan, pero nunca como acaban. Es lo que nos pasó a nosotros.
Para el, los primeros devaneos le venían bien. A mí me tocaba provocar, vestir de manera provocativa, coquetear y el solo era mirar ponerse cachondo y cuando llegábamos a la cama, llegábamos excitados pero el mucho más, lo que llevaba a que acababa más rápido de lo normal y costaba llegar a la segunda parte. Luego ya teníamos contactos más directos y no era difícil llegar a ellos. Porque a los hombre es fácil llevarlos al “huerto” no hay que hacer muchos esfuerzos y eso que no soy Kendall Jenner ni nada parecido, pero se cómo encandilar.
Ya lo conté, llego un momento que me sentía vacía, quería algo más y no sabía el que. Se lo dije a mi pareja y no lo entendió muy bien, porque lo único que hizo fue buscar de otra manera y accidentalmente dimos con el que es nuestro marido, nuestro amo.
El primero que hablo con él fue mi pareja, se entendieron en muy poco tiempo. A mí me costó más, pero fue como cuando monto en bicicleta, al principio era como una cuesta arriba, me costaba un poco, luego llego un llano y me fui implicando más, cuando vino la cuesta abajo, ya estaba muy enganchada a él.
Que llegaba cabreada o con algún problema, hablaba con él y me quedaba relajada y me desaparecía todo. Su forma de ver las situaciones me hacía cambiar el chip. Después de cada conversación acababa muy excitada y eso que no hablábamos para nada de sexo. Al llegar mi pareja a casa, enseguida sabía que había hablado con él, porque acabábamos en la cama antes de cenar. Donde dábamos rienda suelta a nuestros instintos más primitivos.
Ahora trato de recordar la primera vez que tuvimos cibersexo. No era una novedad para mí, que ya lo había practicado con mi pareja cuando no estábamos juntos y una vez los dos juntos con un tío, que no fue nada satisfactorio. A lo que iba, no sé cómo se dio, el caso que ese día lo hicimos y no estaba muy convencida, pero fue algo soberbio. Oír cómo me decía lo que me hacía, con que firmeza me ordenaba hacer cosas, me tenía embrujada. Era un hombre distinto a los demás, supe que no era ningún niñato al que podría dominar, o como a mi pareja hacer lo que yo quisiera, creyéndose el que hacia lo que él quería. Con este hombre me daba la sensación que no funcionaría ninguna triquiñuela para poder hacer lo que yo quisiese.
Ese día me hizo llegar a un orgasmo totalmente distinto y sin ponerme un dedo encima, es que le salía de forma natural ese dominio, ese don de hacer que yo hiciera lo que quisiera. Me llegue a avergonzar y quise terminar rápido, que de buena ganas hubiera seguido, pero pudo la vergüenza conmigo. Esa fue la primera vez que me dije una y no más. Se lo conté a mi pareja y esa noche fue exagerado como se puso, me acribillo a preguntas mientras lo hacíamos.
Me dije que no volvería a suceder, pero a cualquier hora del día me venía a la cabeza y deseaba que me lo propusiera de nuevo, así lo mismo me dejaba convencer, pero lo deseaba. Detrás de ese primer orgasmo vinieron muchos más. Me gustaba mandarle fotos sugestivas y me excitaba pensar cómo se pondría viéndolas, también algún video le envié y lo que más me excitaba, era los comentarios que algunos eran muy bonitos y otros muy obscenos, esos últimos provocaron que más de una vez me masturbase con ellos.
Seguimos así durante mucho tiempo más. No me cansaba y me hubiera gustado decir que me cansaba, pero no era sí. Me enganche a el de tal forma. Que mi pareja se debió de asustar y no me di cuenta en ese momento. Debió de sentir que me perdía, aunque no era si, quería vivir con los dos. Fueron momentos malos, porque discutía con nuestro amo y él no se cortaba para nada en mandarme de paseo, dicho finamente. Le provocaba y no había manera, seguía impertérrito y eso me molestaba más. Yo actuaba por un lado y mi pareja por dos. Mi pareja mí me comía un poco la cabeza y no me daba cuenta, digamos que “enveneno” un poco la relación. Lo que me llevo a hacer alguna tontería que no hubiera hecho.
Para no enrollarme innecesariamente, después de varios tiras y aflojas, nuestro amo y nosotros “recortamos” relaciones. Tratamos de “presionarle” un poco para que hiciera lo que nosotros queríamos y nos llevamos o me lleve una sorpresa, porque aunque sentí más que notar, que a él le causo dolor, no se doblego y corto del todo. Mi pareja hizo como si le doliese, pero como que no era para tanto su dolor y luego de animarme tratándome de llevar a otros derroteros. Estuve pensando y pensando, recordando y recordando, cuando me di cuenta de que mi pareja había sido un poco torticero.
Le hice sentarse un día conmigo, apagamos hasta los móviles porque no quería interrupciones y al final se lo saqué. No me enfade, porque le entendí, vio peligrar todo y se lo hice ver, que le amaba pero que también amaba a nuestro amo, que no me diera as elegir. Le explique lo que sería nuestra vida siendo 3, él ya era un cornudo y eso no lo podía remediar. La diferencia que ahora lo seria pero entre otras cosas con más seguridad. Evitaríamos problemas de salud, contra más hombre estuvieran con nosotros, más posibilidades habría de coger una ETS, era como una lotería y según pasara el tiempo, cogeríamos más números.
También le explique que necesitaba algo más que sexo, necesitaba esa unión que teníamos entre los 3. Él se sinceró y le daba miedo perderme o quedar arrinconado, se lo deje una vez más claro, sería una relación diferente pero no quedaría arrinconado. Después de una conversación larga quedo convencido y tuvimos una noche muy fructífera sexualmente, durante esas relaciones lo puse en situación de lo que le haríamos nuestro amo y yo.
Quedaba arreglar el entuerto con nuestro amo y no sabía por dónde cogerlo. Lo primero que hice fue que mi pareja, se disculpase y que se “rindiese” totalmente a él, que viera que además de un cornudo era su total sumiso. Que aceptaba todo lo que él quisiese. A él le gusto pero el muy cabrito, no le fue suficiente. Porque la situación siguio así. Estaba un día sola en casa porque mi pareja estaba de viaje unos días y me puse a emborronar folios, porque no era capaz de escribir lo que quería y sentía.
Borrador que hacía borrador que rompía. El suelo estaba lleno de hojas rotas. Ya le había mandado muchas cosas cursis, era momento de mandarle algo distinto. Sin tantas finuras ni tantos adornos. Usaría el vocabulario que usaba el conmigo cuando me tenía excitada.
Primero le conté mis sentimientos y luego cambié de registro. Le hice saber que quería que me hiciera correrme, que quería que me hiciera sentir su perra, su puta y le acompañe lo que escribí con una foto que sabía que le gustaría y le invitaba a que al día siguiente me hiciera correrme, se lo pedí de por favor y le decía que no aguantaba más sin que me lo hiciera, para ser más convincente y sabía que eso le provocaría mucha curiosidad, le añadí que sería más especial que otras veces y mucho más osado en todo. No puse nada más. Sería mi manera de discúlpame y arreglar las cosas, porque el torpe de mi pareja no había hecho bien lo que tenía que hacer.
Como sabia el no aguanto y acepto. Lo preparé todo, no quise dejar nada al azar. No le deje ni hablar, le hice una exhibición que sabía que no se le olvidaría en su vida y así fue, porque lo recordamos algunas veces y acabamos como dice el follando, fue uno de mis mejores orgasmos. Me quede sorprendida por mi atrevimiento y sobre todo por mi lengua. Durante un mes y un poco, nos dimos auténticos festivales de sexo y en el último, que acabamos agotados me pidió nuestra dirección, para decirme que al día siguiente a las 9 de la noche estaría en nuestra casa, pero que no le dijese nada al cornudo. El corazón se me salió al oír eso. Me hizo jurar el que no iba a decir nada.
Estuve todo el di aturdida, solo pensaba en la noche. Hasta cuando me levante mi pareja me pregunto si me pasaba algo y le dije que no. Cuando esa noche oí el timbre, todo mi cuerpo se alboroto y corrí a abrir yo, para que mi pareja no abriera. Al abrir la puerta me emocioné, me puse como una perrita entro cerró la puerta y me dio un beso, que se llevó toda mi respiración. Mi pareja pregunto que quien era y me salió del alma cuando le dije que era el que le iba a poner los cuernos a partir de ahora, se asomó y se quedó boquiabierto.
Entramos los deje solos, los oía hablar, me temblaba todo, deje de oírlos hablar, entro en la cocina y supe lo que iba a pasar, lo supe y lo deseaba. Acababa de entrar en nuestra casa y ya me estaba follando en la cocina, apoyada en la encimera. Nos dieron hasta las 6 de la mañana haciendo “ejercicio” y en un respiro, me dio la mayor de mis alegrías, había venido para quedarse y así llegamos a la segunda cuestión.
¿Qué sentiste cuando te quedaste embarazada, que sintieron ellos y en especial el que oficialmente es tu marido?
Fue algo muy bonito y especial. Ya llevábamos viviendo juntos un tiempo, habíamos cambiado de vivienda y todo iba muy bien, nos fuimos adaptando unos a otros y más especialmente mi pareja, que al principio se desanimó un poco y se volvió un poco celosón, pero no de nuestro amo si no de mí. Fue algo gracioso y en cuanto nos dimos cuenta le pusimos solución y todo fue como tenía que ir. Éramos lo que decíamos, un matrimonio de 3 muy bien avenido.
Todo iba también, que nuestro amo propuso lo de la boda y aceptamos de inmediato. Ya conté como fue nuestra boda y en especial la noche de bodas, donde el que ya era mi marido se sintió uno más de verdad, porque así lo dijo después de que nuestro amo, lo poseyera también. Una vez que en el viaje de luna de miel. Nuestro amo, nos enseñó tres anillos iguales, con una forma especial, preciosos. Donde estaban grabados nuestros tres nombres.
Una noche mientras teníamos sexo, me dijo con una suavidad inusitada a mi oído, que quería tener un hijo conmigo, hizo que llegara al orgasmo, oír esas palabras. Era algo que deseaba y no me atrevía a decírselo. Porque ya había tenido dos intentonas y no llegaron a buen término, lo que me dejo muy tocada. Le dije que le amaba y le di un rotundo sí. Ahora había que contárselo a mi otro marido. No sabía cómo hacerlo y fue nuestro amo quien lo dijo, mi marido ni se sorprendió y luego me dijo que ya habíamos tardado en decidirnos. Lo celebramos con champan. Como tuve algunas “diferencias” con el ginecólogo, al final nuestro amo decidido que fuéramos a uno privado y no hubo ningún problema para quitarme el puñetero diu.
El amo se empeñó en un mes en concreto, en no tener relaciones sexuales, reservarnos para los días fértiles, que ya tenía yo muy controlado. Llego el momento adecuado y sabía que me iba a costar porque las otras veces me costó. Como dije fue algo muy especial. Porque mi marido se retiró para dejarnos solos y fue nuestro amo quien se fue a por él y dijo que era cosa de los 3. Mi marido me acariciaba con mucha ternura, era la vez que más que follar, hacíamos el amor y los 3 a la vez. Estaba siendo muy importante, como si fuera algo para recordar siempre y lo seria. Ver sus caras, la de mi marido, una cara tierna, mirándome con dulzura, una mirada especial. La de nuestro amo, la mirada de un hombre fuerte, duro, pero que se vislumbra su deseo por lo que está haciendo y brilla algo de ternura.
Nuevamente tuve un orgasmo brutal y cuando él se vacío en mí, gritándome ese TE QUIERO y con la potencia que me penetraba, presentí que me había embarazado seguro. Lo hicimos así varios días y ya era cuestión de esperar. Cuando me tocaba la regla, no llegaba. No quise decir nada, porque ya había sufrido algún retraso. A la semana me compre un predictor y estaba embarazada. Quise asegurarme y me hice la prueba, dando positivo. Quería llamarles y decírselo, pero aunque me costó me espere a la noche. Se lo dije y me sorprendió la alegría de los dos, como se abrazaban y como nos abrazábamos.
Me trataron como a una reina durante todo el embarazo y quedamos en si se lo contábamos a nuestros padres o no. Aquí nuestro amo, que era siempre el más sensato y al que cuando no se nos ocurría nada a él sí. Nos dijo que era una decisión nuestra, que el aceptaría lo que decidiéramos. Ante nuestra insistencia el cogió un papel y un sobre puso la respuesta y lo cerro. No quería condicionarnos y lo podríamos abrir cuando lo hubiésemos decidido. Nos dejó solos y decimos contarlo a nuestros padres, lo haríamos antes de que naciera y cada uno a solas con sus padres. Su respuesta fue que lo dijéramos.
Un día a mitad de tarde fui a ver a mis padres. Iba nerviosa, pero lo solté rápido. Curioso mi madre se olía que tenía algo con nuestro amo, que la parte de amo, sumisos… es parte no la conté, solo lo del embarazo y que éramos 3 en el matrimonio desde el principio. Mi madre me preguntaba una y otra vez, ¿Pero tu marido ha estado de acuerdo con esto desde un principio? Dando igual que una y otra vez le dijera que sí. Mi padre que soy su ojito derecho, solo decía que algunas cosas le pillaban, mayor. Recuerdo una gracia que hizo diciendo, pues saldrá un niño muy guapo que el padre tiene buena planta. Mi madre solo decía que si se enteraba la gente, me levante y me fui, mi padre me dijo que no me preocupara, que ya se calmaría.
Mi marido no tuvo tanta suerte. Por lo que nos contó le dijeron de todo. Quisimos aplacar el disgusto que tenía que tener y nos dijo con una tranquilidad inusitada, que si no le aceptaban así, si no querían verle feliz, que no había porque lamentarse. Lo cierto que la relación con su familia era como mínimo peculiar. Veo en la mesa vibrar mi móvil, que le había quitado el sonido para que nadie me molestase mientras hablaba con mis padres y se me olvido ponerle el sonido. Cuando lo fui a coger, ya habían colgado, era la madre de mi marido. Mire y tenía varias llamadas perdidas de ella y de su padre.
Volvió a sonar y lo cogí. La primera perla que me dijo la mujer fue PUTA. Mi contestación, tienes razón soy MUY PUTA y no sabes lo que me gusta ¿algo más? Me colgaron y se acabó. El embarazo tuvo solo un problema y es que no podía mantener relaciones sexuales convencionales, por lo que mi boca y mi trasero fueron quienes lo “sufrieron” me hice una autentica experta. Todo salió a pedir de boca. Mis suegros ahora por interés, porque nuestro amo ha colocado a uno de mis cuñados a trabajar, se llevan bien con nosotros.
Mi marido enchochado ejerciendo de padre a todas horas, es increíble se le cae la baba. Si una noche estamos de “fiesta” quien va como loco a ver qué pasa si llora es mi marido. Que eso no quiere decir que nosotros no estemos pendientes. Somos un auténtico matrimonio, la diferencia que formado por 3 personas que se aman.