Amo ser la esclava de mi esposo (1) (corregido)

Me doy cuenta de lo mucho que disfruto de esto.

Este es mi primer relato, espero que les guste.

Para comenzar quiero describirme, soy una joven de 27 de Monterrey, México,  tengo el pelo negro  hasta la mitad de mi espalda, piel blanca y ojos color mil, mido 1,65 y gracias a mi mamá tengo unos pechos de buen tamaño, en lo general soy de esas chicas que tiene cara tierna y algo infantil, lo que me causaba problemas al querer entrar a los bares cuando era un poco más joven, estoy casada desde hace 9 años con Carlos. Sin más comenzaré a contarles lo que me sucedió hace un año.

Mi esposo es un hombre de 30 años, al él siempre le han gustado la chicas jóvenes y es por eso que se caso conmigo, últimamente cada vez que salíamos no perdía la oportunidad de mirar otras chicas  de 17,18 años lo cual provocaba un poco de celos en mí, la verdad no soy muy celosa pero  al ver que les ponía tanta atención me hacía sentir celos de ellas, yo las miraba y la verdad tenía que admitir que eran chicas realmente muy guapas las que veía, claro en el momento por los celos las veía como cosas feas.

Una mañana después de pasar casi un mes con esta situación, me desperté para prepararle un café, y mientras se lo tomaba le pregunté sin mas ¿te gustaría tener  una mujer más joven verdad? una chica de 18 años.

-amor claro que no, tu eres  la mujer que me gusta.

-no me mientas, si tienes un mes que no dejes de ver a cada chica que nos topamos.

Él siguió negándolo  hasta que se dio cuenta de que no dejaría de insistir y me dijo:

  • sí, la verdad me gusta y imagino cosas cuando las veo, pero no te cambiaria a ti por nadie,

-¿entonces solo es que tienes esa fantasia de cogerte a una niña?

-si

No volvimos a tocar el tema durante un mes completo, en el cual el seguía viendo a las  chicas pero disimuladamente, situación que me molestaba aun mas. Una tarde después de salir de comprar, mientras veíamos juego de tronos le dijo:

-Carlos, lo pensé por mucho tiempo y  aunque lo quieras disimular sigues viendo a las niñas esas.

Él pensando que lo dejaría me dijo:

-¡perdón, perdón! de verdad no se qué me pasa.

-no, no Calor tranquilo amor, lo que pensé es que si te quieres coger a una niña de 18 años pues tienes mi permiso así ya se termina esta obsesión tuya.

Carlos no podía creer lo que le estaba diciendo, me miraba como si no supiera quién era.

-de verdad amor lo pensé y creo que hasta es un poco excitante el imaginar que se lo haces a una de esas chicas que ves.

Carlos por fin reacciono y me dijo:

-si me gustaría, ¿pero de verdad estás segura?

-sí, mira ya hasta pensé quien puede ser, tengo una compañera de trabajo que tiene una hijastra que según lo que nos cuenta no la trata muy bien que digamos, es una niña muy hermosa,  la conocimos una vez que fuimos a una reunión en su casa, es de cabello castaño, ojos verdes y tiene una carita como de niña que no mata una mosca, debe de medir como  1,70 y tiene uno de los mejores cuerpos que te puedas imaginar.

-¿pero ella porqué?

-pues porque como está sola y la maltratan es mucho más sencillo que logres que quiera algo contigo.

Después de eso estuvimos planeando todo para que él se la encontrara en la calle "casualmente", al principio la invitaba a comer y al cine y cosas así, y yo notaba que algo me sucedía porque realmente no me molestaba que lo hiciera, mientras el salía con ella yo me imaginaba que la besaba o que la tocaba y  realmente me excitaba al pensarlo, pero no sucedió nada  la primera semana, un día después de salir con ella,  Carlos llego a la casa y me conto como todas la veces, como le había ido con Erika y me dijo:

-ya está mas suelta conmigo, nos besamos y le metí mano.

Sus palabras en lugar de molestarme, me emocionaban muchísimo.

-¿y que mas pasó?

-pues  la convencí de que mañana venga a cenar aquí a la casa, le dije que tu ibas a salir y que podíamos estar a solas.

Le dije a mi marido que estaba perfecto, pero que yo quería verlo todo, y así planeamos que me escondería un  closet que tenemos en el cuarto  y que  desde ahí los vería.

el día llego y me prepare en mi posición, mi marido llego con Erika, los podía escuchar como entraban a la casa y se reían, por Dios si hasta la risa de ella me excitaba, después de un tiempo de conversación que fue subiendo de tono, en pese a escuchar como se besaban, entonces mi marido hizo lo que me estaba muriendo porque hiciera, la  condijo hasta mi  habitación, entonces la vi, ya no tenía la blusa puesta, era tan hermosa, en ese momento me di cuenta que yo también me sentía atraída por ella, tenía algo que no podía sacarme de la  cabeza, el la tiro sobre la cama y empezó a quitar el pantalón mientras le besaba los pechos,  los jadeos de Erika me estaban poniendo a mil, mi esposo le quitó el pantalón  dejando ver una ropa interior con un gatito, bajos hasta sus pies y los empezó a besar subiendo por sus piernas hasta llegar a aquella cueva pequeña y húmeda, yo para ese momento ya estaba empapada y trataba de no jadear para que no descubriera mi escondite. Carlos le quito su ropa interior y le empezó a hacerle un sexo oral que la hizo jadea incontrolablemente, la imagen bastó para que yo empezara a meterme los dedos  mientras en mi mente inconscientemente pensaba lo delicioso que deberían saber aquellos juegos que salía de Erika, Carlos se paró al borde de la cama y jaló a Erika de las piernas para colocarla justo en el borde con las piernas bien abierta y dándome el mejor espectáculo de mi vida, Erika al sentir tal jalón dio un grito de excitación, entonces coloco la punta de su pene en la entrada y fue presionándola hasta que la introdujo hasta  mas de la mita, la pequeña niña dio un grito entre mezcla de dolor y de placer, y Carlos se quedo quieto esperando a que Erika se acostumbrara a tenerlo dentro de ella, un segundo después empezó el baile de caderas tanto de ella como de mi esposo, me encantaba verla gemir, me gustaba ver como mi esposo la estaba haciendo temblar y como ella pedía mas y mas, yo seguí masturbándome ahora frenéticamente, con cada gemido que Erika daba me llevaba al punto del orgasmo, mi marido la  puso de pie y le apoyo la cara en la cama con el culo bien parado, era la mas excitante imagen para mi, tenía el culo de Erika justo frente a mí y veía como su vagina palpitaba de un color rosa casi rojo y sin un solo bello, me imagine que estaba ahí lamiéndosela ,así estuve tocándome y viéndolos  hasta que los dos quedaron rendidos en la cama, verla ahí a ella feliz  satisfecha me hizo sentir bien , no sé que me posó durante este mes que mi marido la estuvo cortejando, pero realmente  estaba viendo a esa niña de una manera diferente y la verdad no quería que terminara.

Ella se levanto al escucho un ruido de un auto, y pensado que podría ser yo, se vistió lo mas rápido que pudo y le dijo a mi esposo que se fueran de ahí, mi esposo la calmo y le dijo que  no era mi auto y le pregunto que si le había gustado, a lo que ella contesto, que sí, que fue lo mejor de la vida, pero que el tenia su esposa, Carlos le dijo: tu no te preocupes que vamos a hacer esto otras veces, de mi esposa me encargo yo, eso aunque no era parte del trato que hice con él, era justo lo que yo deseaba escuchar en ese momento, Carlos y Erika salieron del cuarto y se fueron a la sala, en ese momento  salí del closet toda empapada de mis jugos y de sudor, y me di cuenta que Erika por el miedo y la prisa no se  había puesto su ropita de gatito, la recogí y sin  pensarlo la lleve a mi nariz para oler ese aroma  que me estaba haciendo alucinar.

Esta es la historia de cómo entro Erika a nuestras vidas, en el próximo relato les contaré como me van metiendo de una manera inesperada a mí en esos juegos  y como me doy cuenta más de lo mucho que me gusta ver a Erika complacida.