Amo a mi primo

Mi primo no sabe que me entrego a él y que mi esposo sabe.

FEBRERO 23 DE 2005

Mi primo después de sus vacaciones, pasó derecho para su ciudad y no pudimos encontrarnos, también por razón de su trabajo le fue imposible venir a Bogotá durante varias semanas, yo estaba impaciente por verlo, porque aunque durante éste tiempo he hecho el amor varias veces y con varios, incluso con hombres con una verga mucho mas rica y grande que la de ALBERTO, me hace falta él, porque tenemos una relación casi sentimental y eso me hace extrañarlo.

Cuando me llamó al comienzo de la semana y me avisó de su próximo arribo a Bogotá, me sentí especialmente deseosa y excitada. Hoy me reuní con ALBERTO en su oficina a las 9:20 de la mañana y aunque no estuvimos mucho tiempo juntos pues ambos teníamos bastantes cosas que hacer durante el día, nuestro encuentro fue muy agradable y apasionado; cuando llegué a su oficina, no nos detuvimos a conversar, nuestros cuerpos querían sentir la piel del otro y nuestro deseo mutuo era tan grande que pasamos derecho a hacer el amor, lo primero que hicimos fue sentarnos en el sofá y como adolescentes, comenzamos a acariciarnos todo el cuerpo y a quitarnos en forma desesperada nuestras ropas, mientras eso sucedía aproveché para preguntarle si tenía otra fantasía que quisiera que hiciéramos pero

por ahora no las hay, aunque ya lo he hecho pero él no lo sabe, le dije que me gustaría hacer el amor con dos hombres al tiempo, uno él y otro uno de sus amigos, pero aunque no contestó nada, se noto que no le agradaba para nada la idea, seguimos acariciándonos y basándonos y empecé a subirlo con mi boca mientras acariciaba sus piernas y testículos lo cual le agradó mucho ya que casi llega, durante esta parte comencé a acariciarle con mis dedos su ano lo cual le gustó mucho, como sentí que me estaba dandi vía libre, le metí un dedo en su culo a lo que respondió moviendo su pelvis para sentir como entraba y salía; me recosté en el sofá y él me penetró y empezó a moverse hasta que llegué, le propuse entonces otro lugar y otra posición y fue cuando nos levantamos de allí y nos acercamos al escritorio, yo me senté en el y le pedí que me penetrara lo cual hizo sin pensarlo dos veces, empezó a moverse y yo llegué nuevamente, luego nos detuvimos por unos instantes para descansar y sin cambiar de posición empezó a moverse nuevamente hasta que juntos llegamos.

Antes de despedirnos volví a preguntarle sobre la ida al Carmen pero esto aún se demora por cuestiones de trabajo. Nos despedimos de beso en la boca y quedamos de vernos el próximo miércoles a la misma hora.