Amistad rota en Halloween 1 - Un plan ideal

La amistad entre dos amigos de la infancia se verá terriblemente afectada la noche de Halloween por la orientación sexual de uno de ellos.

Os traigo mi primera historia, esta es una versión editada y mejorada, ya que como con los años he mejorado escribiendo, la versión antigua dejaba bastante que desear, sin más, disfrutad de la historia.

Amistad rota en Halloween - Capítulo 1 ''Un plan ideal''

Se acercaba Halloween, y en esas fechas tan especiales algo horrible estaba a punto de pasar.

-Es tan linda..., con ese largo y ondulado cabello dorado... -susurraba Max, que estaba apoyado en el palco de la pista de atletismo, Max era un chico rubio, de piel blanca tirando a tostada y unos ojos azules que parecían el océano.

Tomi no podía dejar de observar a su amigo, era bastante guapo y popular entre las chicas, pero por su corta edad o por su fama de chico fácil, apenas ninguna se le acercaba, aunque si despertaba miradas y susurros, Max era un chico que gustaba.

-Ahhh... -suspiró de nuevo Max observando a las animadoras de la pista.

-¡Max! -Tomi llamó a su amigo, que a su lado y sentado en el asiento de atrás observaba como no dejaba de mirar a una de las chicas que estaba en la pista, por su parte, Tomi era un chico de piel blanca y con el cabello de color negro, muy negro, sus ojos verdosos oscuros eran adornados por unas pecas que salpicaban su rostro.

-Con esos enormes ojos verdes y esa sonrisa tan tierna... -Maxi ignoraba a su amigo y seguía embobado.

-¡¡Maaaax!! -Tomi insistió con mas fuerza dejando a un lado el libro de la escuela que estaba leyendo y se acercó a Max por detrás del lado derecho.

-No hay duda, esa chica debe ser mi novia..., si tan solo encontrase la forma de acercarme a ella...

-¡¡¡Maaaax!!! -un estruendoso grito en su oído lo sacó de sus pensamientos y lo dejó unos instantes aturdido.

-¿Eh? ¿Tomi? -preguntó Max confundido, mirando el ceño fruncido de su amigo, que lo miraba con enfado.

-¿Qué te pasa? Hace casi media hora que estoy tratando de hablarte, ya tocó la campana y debemos volver a casa, ¿Acaso no me escuchas?

Maxo volvió de nuevo la mirada a la pista con un leve resoplido, como si Tomi molestase, como si fuese una mosca que le revoloteaba.

-¿Me escuchas? ¿Es que acaso no soy tan importante para que me prestes atención? -Tomi le miró desafiante.

Max sabía lo mucho que le molestaba a Tomi su estatura, a pesar de cursar ambos en secundaria, pero en diferentes clases, él seguía midiendo como si estuviera en primaria, y muchas veces se burlaban de él por ello.

-¿Eh? -Max se giró de nuevo y miró a Tomi-. No es nada de eso Tomi, es que..., estaba distraído...

Max sonrió con nerviosismo, miró hacia la pista, donde estaba el equipo de animadoras de la escuela, y sus mejillas se sonrosaron levemente.

-¡Pero si estabas hablando en voz alta! ¡Lo escuché todo! -dijo con enfado Tomi, luego de un resoplido siguió hablando-. ¿Por qué no vas a hablarle? En verdad ya estoy aburrido de verte con esa cara de idiota todos los días.

-¡No te burles! Además tú no tienes ningún derecho a decirme eso, nunca has salido con ninguna chica y eso que muchas se te han declarado.

-Ninguna me gustaba -respondió Tomi, cortando la conversación y empezando a caminar hacia su casa.

-¡Espera! -gritó Max y corrió para alcanzarlo-. ¿Cuál es tu problema? Siempre te enfadas cuando hablamos de chicas

-Es que la verdad no me interesa tener novia. -respondió Tomi un poco enfadado.

-¿Pero por qué? No lo entiendo...

Tomi sujetó con ambas manos las asas de su mochila con fuerza, se notaba que estaba enfadándose, Max se dio cuenta y se calló. Max intento cambiar de tema.

-Bueno, dentro de poco será Halloween, ¿De qué irás disfrazado?

-No lo sé aún... -Tomi se alejó mirando al suelo ignorando a Max y se fue a su casa.

Tras ese suceso, el tiempo transcurrió con normalidad, esa pequeña discusión pasó al olvido y siguieron los días en el instituto de manera normal.

Hasta que, dos semanas después, en una bonita mañana de otoño, María, una compañera de clase, se acercó a Max, ambos estaban en el comedor, Max tenía una bandeja ya casi vacía, terminaba de comer cuando María se sentó a su lado y dejó su bandeja en la mesa.

-Oye Max, tengo un chisme que estoy segura que te interesa. -María observó a Max con una gran sonrisa en su rostro, ansiosa de contarle ese chisme a su amigo.

-María... -dijo Max con algo de enfado-. Ya te he dicho que no me interesan los chismorreos, ve a contárselos a otro.

-¿Ah no? -preguntó María cogiendo una manzana roja de su bandeja y llevándola a su boca.

-Se trata de Sarai. -dijo María para después morder la manzana.

-¿Sarai? -Max enseguida puso atención y recordó a la chica que durante el último mes le había quitado el sueño-. ¿De qué se trata? –preguntó con entusiasmo, no quería escuchar que esa chica ya había conseguido novio.

María sonrió mientras intentaba tragarse el trozo de manzana de su boca, Max, se deseperaba.

-¡Venga habla! -Max parecía cada vez mas nervioso.

-¿No decías que no te gustaban los chismes? -preguntó María y volvió a morder la manzana.

Max miró con enfado a María, le quitó la manzana y la lanzó hacia la papelera que tenían a unos metros, cayendo dentro.

-¿Qué haces? ¡Mi manzana! -se quejó María.

-¡Te aguantas! No me gusta que jueguen conmigo, dímelo ya o me voy. -Max hizo amago de levantarse con su bandeja y María le detuvo.

-Está bien, está bien. -María sujetó a Max del brazo para que volviese a sentarse-. Pero en realidad no se trata de Sarai, sino de su mejor amiga, a quien nunca deja sola...

El rostro de entusiasmo de Max cambió a uno de decepción.

-¿A que no adivinas de quién está enamorada esa chica? -prosiguió María, aunque Max ya había perdido todo el interés.

-Ay, no me vengas a decir que de mi... -dijo Max desilusionado por el cotilleo aburrido y sin sentido.

-No digas idioteces, a esa chica no le gustan los chicos con fama de mujeriegos. -tras decir esto, María abrió el botecito pequeño de zumo que traía y tomó un sorbo.

-¡Yo no soy un mujeriego! -gritó Max enfadado.

-Claro que sí -respondió María mientras dejaba el zumo en la mesa-. Pero ese no es el punto, el chico que le gusta a la amiga de Sarai es..., ¡Tomi!

-¿Eh? -Max se quedó pensativo.

-¿No lo pillas? -preguntó María guiñando un ojo a Max.

Max se quedó en blanco durante unos segundos y María frunció el ceño esperando alguna reacción, entonces Max abrió los ojos como platos, ya había conectado todo.

-¡No puede ser!, Cuando Tomi rechace a esa chica, Sarai se va a enfadar y nunca va a aceptar salir conmigo..., ¡¡¡Sólo por ser amigo de Tomi!!!

-¿Qué dices? -preguntaba María flipando.

-Pues nada, ya me olvido de Sarai. -Max prosiguió divagando-. Porque cuando Tomi rechace a su amiga..., me odiará por los restos de la existencia...

-¿Los chicos no sabéis ver mas allá de vuestra nariz o qué? -María miraba a Max aún sorprendida.

-¿De qué hablas? -Max la miraba extrañado, no entendía a que se refería.

-¡Puedes aprovecharte de esta situación! -dijo con energía María, pero luego vio la expresión de idiota de Max.

-¿Qué? -preguntaba Max sin entender nada.

-Venga, dame un cuaderno y un lápiz, te lo explicaré como si fueses un bebé...

-¡No seas mala! ¡Explícate! -Max estaba ya enfadado.

María se levantó y cogió la bandeja de la mesa, miró a Max, que la observaba con detenimiento.

-Sarai nunca se separa de su amiga, por lo que si Tomi le pide una cita, Sarai irá con ella, y tu...

Max se levantó de golpe.

-¿Ya lo has pillado no? -María suspiró y negó con la cabeza mientras sonreía.

-¡¡Sí!! ¡¡Es mi oportunidad!! ¡¡Tomiiiiiiiii!! -Max salió corriendo como alma que lleva el viento dejando a María con la palabra en la boca.

-¡Eh! ¡Tu bandeja! -se quejó María.

-¡¡¡Tomiiiiiiii!!! -Max corría como un loco por los pasillos del instituto buscando a su mejor amigo, lo vio al final de uno, estaba tomando agua de la fuente, corrió y se abalanzó sobre él.

Al hacerlo mojó a Tomi con el agua que bebía, su camiseta se empapó y Tomi le miró con enojo.

-Perdón... -dijo Max agitado y sudando.

-¿Qué te pasa? -Tomi le miró con duda, veía a su amigo extrañamente raro.

-¡Tienes que ayudarme! -fue lo único que dijo con las manos en las rodillas y sudando, agitado por el sobre esfuerzo al correr buscándole.

-Primero, dúchate, que vas a empapar el pasillo como si fuese un lago, y segundo, ésa no es forma de pedir favores, ¿No crees? ¡Mira como me has puesto!

-Lo siento... -se disculpó Max-. Pero Tomi, tienes que ayudarme, es extremadamente necesario y solo tú puedes hacerlo, anda, ¡Ayúdame!

-Bueno, primero dime de que se trata y luego digo si te ayudo o no.

-Está bien, pero no aquí, vamos a otra parte.

Corriendo llegaron al rincón de un edificio, en la esquina, daba casi a las afueras de la escuela, ahí se la pasaban en el recreo muchas veces, también era su lugar favorito cuando tenían que hablar de cosas privadas dentro de la escuela.

-¿Y bien? ¿De qué se trata todo esto? -preguntó Tomi aún intentando secar su camiseta con un pañuelo.

-Tienes que salir con la mejor amiga de Sarai. -Max pudo ver como Tomi dejó de secarse y le miró, en silencio, Max esperaba que su amigo dijese algo, pero solo le miraba callado-. ¿Y bien?

-¿Cómo? -preguntó Tomi sin entender-. ¿Te volviste loco, has fumado algo o te golpeaste la cabeza? Recuerda que las chuches se comen, no se esnifan... -dijo Tomi burlonamente.

-Por favor, Tomi -suplicaba Max-. Escuché que esa chica está interesada en ti, y como es muy tímida, ella siempre va con Sarai, por favor, ¡Tienes que salir con ella!

-¡Ahhh..., ya entiendo Max! Sólo quieres que salga con ella para tu poder acompañarme y pasar tiempo con Sarai... -replicó Tomi, mientras Max asentía con la cabeza-.¡Pues no lo haré!, ¡No voy a jugar con esa chica para que tu consigas una cita!

-Tomi por favor, además, ¿Jugar? ¿Por qué jugar? Quizás ella te guste ¿No lo has pensado?

-Lo dudo mucho. -replicó Tomi desviando la mirada.

-¿Acaso la conoces? -preguntó Max sin entender, él nunca había visto a la chica y eso que miraba siempre que podía hacia donde estaba Sarai, no sabía si era guapa o no.

-Pero no sé ni su nombre, ni conozco nada de ella, es una desconocida... -prosiguió Tomi excusándose.

-Bueno..., ¡Mejor!, así ya tienes preguntas para hacerle..., anda porfa, no seas egoísta. -Max juntó sus manos en modo de suplica hacia su amigo, que le miraba con enojo.

-¿Egoísta yo? ¡Pero si siempre te ayudo en todo!

-Por favor... -Max miraba con los ojos lagrimosos hacia su amigo.

Tomi no respondió, respiró profundo y miró a Max con tristeza en sus ojos, metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y miró al cielo, pudo observas las nubes blancas moverse lentamente, volvió la mirada a su amigo, que seguía mirándole expectante esperando respuesta.

-Está bien, saldré con esa chica...

-¡Sí! -una gran alegría se adueñó de Max y se abalanzó sobre Tomi con un fuerte abrazo, Tomi intentaba separarse de ese empalagoso abrazo.

-Pero no te prometo que seré amable o bueno con ella, no quiero darle falsas esperanzas ¿Entiendes?

-¡¡Gracias Tomi!! ¡¡Eres el mejor!! -y acto seguido Max dio un fuerte beso en la mejilla izquierda de Tomi, que sorprendido no supo como reaccionar.

Se separaron y Max comenzó a caminar de regreso a la escuela dando saltos de alegría.

-¡Por fin voy a salir con Sarai! -Max era feliz, sus gritos de alegría llamaban la atención del resto de chicos que le miraban con asombro.

Tomi miró a Max alejarse, acercó su mano a la mejilla y la acarició, sus ojos se enrojecieron de impotencia y a la vez felicidad, suspiró y se acercó con rapidez a Max poniéndose a su lado.

-¿Quieres comportarte? -Tomi protestó por actitud de Max, que los hacía dejar en evidencia frente al resto.

Ambos caminaron hasta la escuela y se adentraron en ella.

(Continuará...)

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Creado (2011), revisado y editado (2021) por @TomiXuak

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