Amigos y mas amigos xiii

Me levanté y dándole en fuerte abrazo, diciéndome, con su acento, ¡No has venido a verme! y girándome la cara, me dio un morreo, en toda regla, me pasaba un palmo de altura y tenía que agacharse un poco, cuando nos separamos, miré las caras de los otros, todos con la boca abierta. Le presenté diciéndoles ¡éste es Rudy!, claro que sabían quién era,

AMIGOS Y MAS AMIGOS XIII

Cuando terminamos de comer, felicitamos al cocinero, él modesto, dijo que el mérito era de Raúl, que le había enseñado a cocinar, entonces les felicitamos a los dos. Raúl, tomó la palabra y dijo a Sergei, que hoy saldríamos, por la tarde y seguramente cenaríamos todos fuera, sino había inconveniente, por parte de alguno. Sergei, se puso lívido, diciendo, si era seguro, para todos, que él también saliera de casa, a lo que respondió, que como yo había sugerido era hora de salir del escondrijo, con                                            precaución, pero en grupo, no pasaría nada, entonces se quedó más tranquilo.

Karim y Raúl, se acostaron un rato, en su habitación, Carlos pidió permiso, para hacer algunas llamadas, para atar el lunes algo, que le rondaba por la cabeza, yo ayudé a Sergei a lavar los platos y luego, me dijo, que fuera con él, me llevó directamente a su habitación, pensé que tal vez quería sexo, pero al cerrar la puerta, se echó en mis brazos, besándome la cara.

Me separé un poco, diciéndole que no estaba bien, lo que hacía, se sintió un poco avergonzado, pero dijo, que estaba contento de poder salir de allí, aunque fuera un rato y de esa manera me daba las gracias, por haberlo conseguido y entonces soltó, que no sabía que ropa se iba a poner, porque en su encierro, nadie había quedado en comprarle nada de ropa.

Fuimos al armario y realmente daba pena, solo tenía dos camisas, dos pantalones y muda de ropa interior, más calcetines y una chaqueta gastada, aparte de la ropa de ensayo de danza, que ya estaba bastante usada, al igual que las zapatillas de ballet, yo miré y remiré, pero no veía nada decente para que se pusiera para salir, aunque fuéramos al lado. Le pregunté dónde estaba el vestidor de Karim y Raúl, lo seguí y entramos en una habitación, tan grande como todo su dormitorio, las puertas de los armarios eran plegables y de espejos, en el centro había un enorme banco de madera, yo estaba alucinando en colores.

En ése momento entró Carlos sonriente, pegó un silbido, por la cantidad de ropa, trajes, camisas, jerséis, camisetas tejanos, zapatos de todo tipo, chaquetas, abrigos e incluso, aunque incongruente ropa de deporte. Le dije a Carlos que Sergei no tenía ropa para salir a cenar e ir a tomar algo, entre los dos fuimos sacando diferentes prendas, las dejábamos en el banco, que para eso estaba allí.

Le dije a Sergei, que se desnudara, él me hizo caso y se sacó toda, la ropa excepto el calzoncillo, le hicimos probar, diferentes modelos y combinaciones, pero con todas, no me satisfacían parecía mayor de su edad y eso no era lo que yo tenía en mente, abrí el último armario, porque quería que pareciera aún más joven, y entonces lo encontré. Me dijo que era de Karim, le tendí los pantalones de piel negra y una chaqueta también de piel negra, estilo motorista, con cinturón.

Los pantalones le quedaban un poco grandes, pero no se notaba demasiado, busque en los cajones donde había visto una camiseta de tirantes azul celeste, se la puso, por dentro del pantalón, le pregunté dónde estaban los foulard, que yo había llevado como tanga en el ensayo, el respondió que secándose, me dijo dónde y fui a buscarlos, al volver, le dije que ya estaban secos, junté el negro y el azul celeste y con la ayuda de Carlos los unimos trenzándolos y se los pase, por donde suele ir el cinturón, atándoselo delante, con dos nudos suaves, le ayudé a colocarse la chaqueta de piel y el foulard blanco se lo coloqué alrededor del cuello, desahogado y de una manera, que no le molestara, le dije a Carlos que me dejara sus gafas estilo aviador y se las puse, le di la vuelta para que se mirara en los espejos, todos nos giramos y nos quedamos mudos, de lo que habíamos conseguido, parecía tener poco más de 16 años, en plan buscavidas, pero muy, muy apetecible, le pregunté que le parecía.

Sonreía, se quitó las gafas, y dijo que nunca había llevado, algo tan bonito, pero que Karim, quería mucho a esas prendas de piel y tal vez no cedería, pero desde la puerta sonó su voz, diciendo, que le quedaba de fábula y no había problema en que lo llevara, yo le saqué el foulard del cuello y sacándome una cruz de oro con su cadena se la coloqué a él, le dije que ya me la devolvería, sobretodo que no la perdiera, ya que era un regalo de Rudy, un amigo muy querido, me aseguró, que tendría cuidado.

Colocamos el resto de ropa en su sitio y salimos, Sergei estaba pletórico, como un niño con juguete nuevo, nos abrazó a Carlos y a mí y a Karim, le dio un beso en la mejilla, éste se quedó parado, ya que el chaval, nunca demostraba emociones, excepto en la nota del periódico, que relataba la muerte de su amigo, pero aparte de agradecimientos, era lo máximo, que habían sacado de él. Yo le contesté, que seguro se debía a las confesiones que habíamos dicho, por la mañana, el asintió y se fue a la ducha.

Sergei se quitó la chaqueta dejándola en el respaldo de una silla y se sentó en el sofá junto a Carlos y yo me senté en su otro lado, diciéndole que se calmara, que todo iría bien. Salieron Raúl y Karim del vestidor, les pregunté si podían dejarme una camiseta de tirantes y una corbata vieja o que no usaran, fui con Raúl al vestidor, me señaló las camisetas y las corbatas, que menos usaban, me dejó solo y yo me cambié la camiseta gris, que llevaba por una de tirantes blanca, encontré un foulard de flores en tonos pastel, azul y beige, me lo puse alrededor del cuello, para ver el efecto, ahora faltaba la corbata, escogí una de rayas en diagonal azul, beige y blanco.

Me la pasé por las presillas del pantalón vaquero, que como siempre se ajustaba a mi cuerpo, como una segunda piel y sin slip, se marcaba toda mi herramienta, me até la corbata, en la parte delantera, hacia un lado, de tal manera, que la parte más ancha de la misma, reposara por encima del bulto de mi verga, me miré, estaba igual de espectacular, que Sergei, seguro, que no pasaríamos desapercibidos. Salí al salón poniéndome mi chaqueta de piel marrón oscuro, se habían girado todos, soltando algún silbido. Raúl dijo, hoy no vamos de discretos, por lo menos vosotros cuatro, dirigiéndose a Karim, Carlos Sergei y yo, nos reímos todos.

Carlos insistió que podríamos ir de nuevo al restaurante Kansas, que a lo mejor le gustaba a Sergei, en lugar de ir a un Restaurante más elegante, dijeron, que no había problema, y comimos allí a Sergei, le encantó mucho, después nos sentamos en la terraza del Drugstore del Pase de Gracia, tomamos café y luego un vasitos de vodka helada, en honor del chaval y brindamos, por él.

Vimos pasear a bastante gente, estábamos muy relajados, sin darnos cuenta habían pasado más de hora y media, nos levantamos, nos dirigimos al coche y nos fuimos a un pub musical privado llamado Bourbon`s, llamamos a la puerta y por la mirilla nos miraron, abriendo la puerta, dejándonos entrar. Cuando entramos yo me dirigí a la barra, donde estaba el dueño y su camarero, que me apreciaban mucho, por haberles resuelto un pequeño problema, en un accidente de coche, os recuerdo que por las mañanas trabajo en una compañía de seguros de automóviles y tomo nota de los partes de accidentes de los asegurados. Les di un beso a cada uno y les indiqué que nuestro grupo nos sentaríamos al fondo, nos sentamos en un sofá rinconero y José, el camarero, se acercó preguntando que íbamos a tomar, pedimos y se retiró, al rato trajo las bebidas, marchándose de nuevo.

Entonces, me preguntaron que los conocía y les conté lo de su accidente y como lo había resuelto, Raúl dijo, creo que conoces tú más gente, que nosotros, yo contesté que me había espabilado y con retentiva visual más la retentiva de nombre, me había servido de mucho, asintieron. Sergei, se le iban los pies, con la música y eso que estaba baja, para no tener problemas con los vecinos.

Pedro, el dueño, se acercó a nuestra mesa y les presenté oficialmente, a Sergei le dije, que era un primo mío francés y que no hablaba español, a continuación, me soltó: Ayer preguntaron por ti, yo le pregunté ¿quién? Y él sonriendo me dijo, ¡Rudy!  Y parecía ansioso por encontrarte, me dijo, que si te veía estaría en Barcelona, toda la semana. Sé que al salir de aquí se fue a la discoteca de arriba, algunos clientes lo vieron allí. Le di las gracias y se fue a la barra de nuevo, entonces dirigiéndome a mis amigos, les dije, si después más tarde podíamos acercarnos a la Discoteca Bocaccio, nadie se opuso, creo que estaban interesados en conocer a ése Rudy.

Eran pasadas las doce de la noche, cuando llegamos a la Discoteca Bocaccio, ninguno de ellos había estado nunca, ni Raúl y Karim tampoco, oían hablar a conocidos, de lo bien que estaba, de los famosos, que aparecían por allí y solía estar llena de gente de clase alta (en fin, ricos) y eso no les atrajo nunca.

Le dije que parara el coche delante de la puerta, Raúl, así lo hizo, me bajé el primero del coche, que el portero había abierto las puertas, esperé a que bajasen todos y le pedí las llaves del coche a Raúl, se las entregó al aparcacoches y al rato, cuando el joven volvió, entramos y yo fui el último, pasándole un billete de 50 pesetas doblado, al portero, en la mano, el respondió ¡Gracias!

Nos paseamos por el interior, les dije, que era la zona de descanso y para poder hablar o ligar, había una barra, muy larga con tres camareros y en el lado opuesto estaban unos sofás rojos granate con unas mesas en el centro, para las copas y ceniceros, también había un guardarropa, para dejar los abrigos, chaquetas, bolsos u otros objetos, al fondo estaban los baños, para señoras y caballeros, una escalera de caracol, con el pasamanos y el suelo de los peldaños enmoquetados, de color granate, cerca de la entrada y guardarropa hay una escalera muy ancha, también con los pasamanos y la alfombra encima del mármol de las escaleras, también granate.

Estábamos a punto de bajar a la parte inferior, la discoteca, cuando me tocan el hombro, me doy media vuelta y me encuentro con el dueño, o por lo menos, quien llevaba el local, era Oriol Regás, me abrazó, diciéndome que hacía tiempo que no iba, le dije que lo sentía, pero el trabajo, me lo impedía y entonces presenté a mis amigos, volviendo a decir sobre Sergei, que no hablaba español, le dije que les estaba enseñando el local. Me apartó un poco y acercándose a mi oreja, dijo: Ayer Rudy, preguntó por ti, le dije, la verdad, que hacía mucho tiempo que no venías y se llevó una decepción, igual vuelve hoy. Si viene, le digo que estas abajo ¿Te apetece? Yo le contesté, que perfecto.

Descendimos las escaleras, rodeados de espejos y apliques de cristal en las paredes, parecía, que estábamos en un harén, así me dijeron todos. En la parte inferior, estaba la pista de baile y una barra muy larga, aún no estaba lleno a tope, me acerqué a la esquina de la barra y llamé al camarero, se sorprendió de verme, así me lo dijo, sonriéndole, le pedí nuestras copas y él las puso muy eficazmente, como siempre.

Raúl se sentó en un taburete, Karim y Carlos se quedaron a su lado, yo tiré de Sergei y lo saqué a la pista, se quedó mirando, a la gente y viéndome a mi bailar, se animó y comenzó a bailar delante mío, no paraba de sonreir, se notaba que lo pasaba bien, después cuando sonaba música lenta, nos acercamos a la barra, al lado de los otros, Karim dijo, que se nos veía muy bien, disfrutando. Subimos al piso superior, para dejar las chaquetas y nos sentamos en unos de los sofás rojos con las copas, cuando las terminamos, Raúl pidió otra ronda de lo mismo, cuando nos trajeron las bebidas y el camarero se retiraba, me encontré de cara con Rudy.

Me levanté y dándole en fuerte abrazo, diciéndome, con su acento, ¡No has venido a verme! y girándome la cara, me dio un morreo, en toda regla, me pasaba un palmo de altura y tenía que agacharse un poco, cuando nos separamos, miré las caras de los otros, todos con la boca abierta. Le presenté diciéndoles ¡éste es Rudy!, claro que sabían quién era, nada menos que Rudolf Nurèyev.

Se sentó a mi lado, acariciándome la pierna y con su brazo, encima de mis hombros, me achuchaba y no paraba de decir, en francés, ¡mon petit David!, entonces hablando en francés, le presenté a mis amigos, diciendo también el trabajo, que tenían, cuando iba a presentar a Sergei, Rudolf vio la cadenita, en el cuello del chaval, le dije, que se la había prestado por hoy, ya que teníamos un gran dilema, con el joven.

Y entonces lo presenté, le dije, que era Sergei Maximov y estaba refugiado en casa de Raúl y Karim, y que a su compañero del ballet, Viktor Alexei, lo habían acribillado en la calle, desde entonces no había salido de la casa por miedo al KGB, hoy era su primera salida y no sabíamos que íbamos a hacer, ya que no podía estar encerrado siempre.

Me comentó que había leído algo al respecto y era una lástima lo del otro bailarín, se dirigió a Sergei en ruso y estuvieron hablando un rato, al momento, hizo una seña a Oriol, el dueño, pidiéndole un teléfono, éste no tardó mucho y conectándolo, en un lateral del sofá, miró si tenía línea, al tiempo le preguntó ¿lo de siempre? A lo que Rudy, respondió ¡si, lo de siempre!, Descolgó el auricular y marcó un número y hablando inglés, colgó, descolgó de nuevo y volvió a marcar, ahora en francés y colgó.

Me miró y luego a Sergei, dirigiéndose a todos, dijo, que estaba seguro de poder solucionar el problema, trajeron unas copas y unas botellas de champan, las llenaron y levantando su copa brindó por Sergei, diciendo ¡el mundo te espera! Y descolgando el teléfono de nuevo, ésta vez en castellano, llamo a su hotel, dando la orden, que tenía invitados y que prepararan la suite contigua, dio las gracias y colgó.

Supongo que no tendréis, otras obligaciones, ya que he reservado la suite para vosotros, recalcando para todos vosotros, se miraron entre ellos, asintieron, y yo le di las gracias, dándole un sonoro beso en la mejilla. Se levantó y tirando de mí, cogiendo a Sergei nos invitó a bajar a la pista, al fin bajamos todos , e incluso Raúl, que se consideraba mayor, se puso a bailar, estábamos bastante alegres, pasaron una hora y media y salimos del local, nos trajeron el coche de Raúl y apareció un Rolls Royce negro, con chofer,  y abriendo la puerta, se subió insistiendo que Sergei y yo subiéramos, con él, le dijo a Raúl, que fuera al Hotel Ritz, que nos encontraríamos en la entrada. Nos fuimos todos, llegando casi al mismo tiempo, todo el trayecto, estuvieron hablando en ruso.

Bajamos del enorme coche y esperamos en el vestíbulo, poco después, aparecieron Carlos, con Karim y Raúl, Rudy se acercó a recepción y le entregaron dos llaves, les dio las gracias y fuimos al ascensor, ya que íbamos a la última planta, que yo recordaba tan bien.

Entramos detrás de él en su suite y luego fuimos a abrir, la otra, las dos se comunicaban, entre si con una puerta doble, solo las separaba la sala de estar, con un sofá enorme, sillas con apoyabrazos, todo bastante recargado en un rincón una mesa con sillas y un mueble con un televisor, en el interior de mueble una pequeña nevera, dejaron las puertas dobles abierta y nos dirigimos a la de Rudy, llamaron a la puerta y él fue a abrir, entró un camarero, bastante joven y muy guapo, arrastrando un carrito, preguntó si nos servía él, pero le contestó, que más tarde, le dio un billete y éste salió.

Levantó las tapas de los grandes platos y había sándwiches fríos, y fresas con nata, copas de champan, comimos con hambre y mientras Rudy nos contó su idea, para el día siguiente, quedamos encantados con su resolución, al terminar, se fue al vestidor y se cambió de ropa, poniéndose más cómodo, llevaba un batín de seda azul marino, y yo sabía que debajo, no llevaba nada, sugirió que nos pusiéramos más cómodos, ya que nos repartiríamos en las dos suites.

Raúl, Karim y Carlos se sacaron, parte de la ropa, quedándose en ropa interior, sentándose en el sofá, él se sentó en una de las sillas y yo me senté sobre la alfombra, yo, iba desnudo y Sergei, se quedó con slip, sentándose a mi lado, Rudy me acariciaba el cabello, el lóbulo de la oreja, yo atraje a Sergei, más cerca de mí dándole un tierno beso en la boca, resiguiendo con la lengua el contorno de sus labios, cuando metí mi lengua la absorbió, y luego metió la suya en mi boca, yo ya tenía una erección, lo mismo que Rudy, que apartó la parte delantera del batín dejando su verga tiesa a la vista de todos.

De reojo, vi que los tres del sofá, se estaban animando, dándose besos entre ellos, alargué la mano al carrito y cogí un poco de nata que quedaba y se la puse en la verga de Rudy, éste gimió por el contacto, y arrastré conmigo a Sergei, estando arrodillados delante del gran bailarín, nos pusimos a lamer la nata de esa larga polla, era la gloria, sabía bueno, Sergei hacía lo mismo, que me veía hacer a mí, pero no puso reparo a nada, incluso, tendió una mano, acariciando los dos hermosos huevos rotundos y llenos.

Rudy desplazó su culo más adelante, para poder comerle mejor el rabo y chuparle el agujero del culo, con una fresa, se la froté con su agujero, éste se abría y cerraba, con vida propia, dejé la verga a Sergei y me dediqué al riquísimo ano, con mi lengua le abría más y más, yo sabía lo que le gustaba, y supe que miraba las vergas de Karim y Raúl, esto le daba más morbo.

Se levantó de la silla y cogiéndonos de la mano, los fuimos a la enorme cama, me tumbó boca arriba, se quitó el batín, al tiempo que Sergei se sacaba el slip, Rudy se puso entre mis pierna y agachando la cabeza, se fue comiendo toda mi verga, yo estiré el brazo acercando a Sergei a la altura de mi cabeza y doblando la almohada me tragué los 21 cm de verga del chaval, chupándole todo el tronco y acariciando con una mano los huevos, él gemía y Rudy, saboreando mi rabo, se masturbaba, pero paraba y luego volvía a sacudírsela, Sergei, me acariciaba el pecho, deteniéndose en los pezones, se mojó los dedos y me los pellizcaba, dándome más placer.

Rudy, se acercó a Sergei abriéndole las nalgas le comenzó a chupar y lamer el agujero del culo, éste siguió gimiendo y girándose, se agachó encima de mi falo, metiéndoselo en la boca, subía y bajaba su boca, apretando los labios dándome más placer si cabe, estábamos haciendo un 69 y Rudy,  seguía degustando ese culo, pequeño y duro de su compatriota, metiéndole un dedo, sacándolo después, volvía a meter y sacar, mojándolos con su saliva y su lengua.

Yo seguía comiendo la verga de Sergei, un momento después, tumbó a Sergei en la cama a mi lado y poniéndose de rodillas a la altura de las caderas, del joven se clavó toda la verga, había descendido de golpe y se fue levantando poco a poco y volvía descender, clavándose la verga, yo le comía la boca a Sergei, que jadeaba y se unió la boca de Rudolf, a las nuestras, me puse de pie y acerqué mi verga a su boca, engulléndola rápidamente, sabía lo que venía después.

Me coloqué detrás de Rudy y le fui enculando, mientras tenía dentro, la verga de Sergei, una vez dentro de él comencé a follarle, los dos se comían la boca con desespero, y yo embestía, dándoles placer a los dos, a Sergei por el roce de nuestras vergas y a Rudy por la doble follada que recibía, mientras acariciaba ambos cuerpos, y no pude aguantar más y avisándoles, me corrí, soltando toda la leche en el interior de ese magnífico culo tragón, con el contacto caliente de mi semen, Sergei, también soltó todo el semen acumulado y Rudy soltando unos bufidos se corrió encima del joven Sergei, corriéndose abundantemente.

Deslizó sus piernas quedando tumbado encima del chaval y yo encima de Rudy, había sido una buena cabalgada, estábamos extenuados. Me deslicé hacía su culo y engullí todo el semen recibido en él, tanto el mío como el de Sergei, lo movía como batiendo un helado, yo le abría mucho los cachetes, y así fui tragándome todo, dejándole seco de semen, pero mojado de mi saliva, volví a subir a la altura de los dos , que seguían comiéndose las bocas, giré un poco a Rudy y comencé a limpiar su semen de encima del joven Sergei, éste pasaba su mano, por la corrida y se la metía en su boca, dándole luego, besos a Rudy, entonces me uní a ellos con mi boca, ansiosa de saliva. Satisfechos nos recostamos en la cabecera de la cama y nos fijamos en la escena del salón.

Allí, estaban los tres desnudos, Karim y Raúl sentados uno al lado del otro, Carlos nos daba la espalda y estaba agachado y con los pies encima del sofá, subiendo y bajando, de la verga de Karim, al tiempo que se agarraba fuertemente en el cabezal del sofá, para no caerse, y doca la boca a Raúl, que se agitaba su verga, muy lentamente. En ese momento Carlos se levantó de encima de Karim y cruzando por encima de Raúl, se sentó encima del vergón de éste, volviendo a subir y bajar, teníamos una bonita visión, de una buena follada, Rudy estiró su brazo y me dijo, que tenía que probar con nuestros amigos, que le encantaban las dos vergas, yo le dije, que seguro, ellos estarían encantados de abrirlo por dentro.

Estaba encantado con el movimiento del ángel, tatuado en la espalda de Carlos, perecía que en cualquier momento echaría a volar, me fijé y volvía a estar listo para la acción, acariciándose su verga. Mientras mirábamos, llamaron a la puerta y él se acercó abriendo, era el camarero, con más champan, miró la escena, e iba a retirarse, cuando, le preguntó, si terminaba su turno, él contestó, que aún le quedaba una hora, para finalizar su trabajo, le dijo, que sería bienvenido a la suite, él asintió, retirándose, después de darnos un buen repaso a nosotros, que estábamos empalmados y tumbados en la cama.

Carlos volvió a cambiar y se empaló en la verga de Karim, una vez dentro, Raúl se levantó y colocándose entre las piernas de Karim, se las levantó, poniéndoselas en los hombros y clavando su gordo pene, dentro de su amigo, éste soltó un gemido, que quedó acallado por la boca de Carlos y con cada embestida de Raúl, Carlos era embestido hacia arriba, se lo estaban montando de película, Rudy, dijo que parecía un ballet, pero, ellos siguieron y siguieron hasta que Carlos no aguantó, corriéndose encima del pecho de Karim, éste al notar el esfínter apretando su pene, se corrió dentro de Carlos y lo mismo hizo Raúl, en el interior de Karim, desde luego fue apoteósico.

Los gemidos de los tres, eran sonoros sobre todo a la hora de correrse. Raúl salió del culo de Karim y pasándole los dedos por el mismo, se los puso en la boca de Karim y Carlos, lo repitió, hasta quedar limpio, Carlos se levantó de la estaca, que lo había taladrado e hizo lo mismo, pasando sus dedos, les dio a chupar el semen de Karim a ambos, mientras se besaban y éste recogió con su mano el semen de Carlos derramado sobre su pecho y se lo introdujo en su boca, besándose los tres de nuevo.

El pobre Sergei alucinaba, de tanto sexo, pero también volvía a estar duro y los del salón, estaban sentados de nuevo, Rudy se levantó y acercándose a ellos llenó de nuevo las copas y nos trajo las nuestras también llenas, bebimos todos, después de hacer un brindis a modo de saludo. Nos reunimos con ellos en el salón, me acerqué a Karim y acercando mi boca a su oído, le pregunté ¿qué tal ha sido, tu segunda vez? Y él girándose un poco, me respondió: ¡perfecto, pero es mi tercera vez, durante la siesta, me poseyó con locura y fue fantástico, gracias a ti!

Sonó la llamada en la puerta y Rudy, fue a abrir y apareció el joven camarero, con otra bandeja de emparedados, levaba la chaqueta blanca medio desabrochada, dando a entender, que su turno había terminado, el bailarín le llenó una copa y se la dio, el joven fue bebiendo y todos, volvimos a comer un poco, él también cogió un emparedado, cuando terminamos de comer, Rudy, acercándose a él le terminó de desabrochar los botones restantes, quitándole la chaqueta y dejándola en el respaldo de una silla, luego, comenzó por los pantalones, le desabrochó el botón, después de quitarle el cinturón, le abrió lentamente la bragueta y deslizó sus manos por l cintura de manera, que la prenda, se deslizó hasta el suelo, continuó con los calzoncillos, que ya marcaba un buen paquete.

El joven estaba excitado, al deslizarlos hacia abajo, saltó una hermosa verga, grande y gruesa, no como Raúl, pero casi, larga como la de Sergei, estaba medio tapada por la piel, pero prometía, salió de entre medio de la ropa, dejándola al lado de la chaqueta y volviendo a ubicarse delante de Rudolf, éste puso una mano en los huevos del chaval, acariciándolos y su otra mano, cogió la verga, estiró la piel hacia atrás y acercando sus labios, comenzó lamiendo el capullo rosado y metiéndosela entera en su boca, le entró entera, saliendo de su boca, con los labios apretados, al terminar el joven, que se llama Enrique, la tenía como un mástil, de dura, pero se la seguía engullendo, lentamente, agarrándole las nalgas y estrujándolas. Por fin se separó de él

Girando la cabeza hacía mí, me dijo, llevároslo dándole una palmada en el culo y diciéndole: ¡ves con ellos, que tú y yo ya nos divertiremos en algún momento! Y el joven se acercó a nosotros, cogí su mano y nos dirigimos a la habitación de Rudy, nos tumbamos en la cama, Sergei, yo, Enrique y Carlos.

Carlos comenzó a tocar el cuerpo del camarero y a besarle, yo me incliné sobre Sergei y deslicé mi lengua dentro de su boca, que él capturó al momento, chupándola, como si fuera un caramelo, luego, metió la suya en mi boca e hice lo mismo, me coloqué boca arriba y Sergei puso su cuerpo encima del mío, frotando su verga con la mía, a nuestro lado, ocurría lo mismo, Carlos debajo y encima suyo estaba el camarero, también frotándose, parecía que nos leyéramos la mente, acariciando con mis manos todo el cuerpo de Sergei, llegando a sus nalgas u apretándolas, separándole los cachetes, le rozaba su agujero, dándole suaves masajes, éste palpitaba, con mis caricias.

Le hice darse la vuelta y volvimos a practicar un fabuloso 69, me comía la verga y me lamía el culo, deteniéndose en el agujero, yo con mis piernas levantadas, para darle libre acceso, a esa zona, mientras yo seguía chupándole su verga y mojándome los dedos, metía dentro de su culo, notaba. La rigidez del mismo, pero, al rato se relajó y entraban mis dos dedos, sin mucho problema, girándolos, para dilatarlo un poco más. A nuestro lado, Carlos tenía las piernas levantadas y Enrique le chupaba la verga y deslizaba su lengua hacia el ano chupándolo con avidez, cambiaron de posición y también hicieron el 69, chupándose mutuamente las vergas y el culo, Carlos con los dedos mojados los introducía dentro del culito y el joven gemía.

Sergei se estiró encima mío y me dijo, que quería follarme, yo le dije, que yo tenía ganas de penetrarle y él me contestó: ¡cuando estemos solos, te lo prometo, quiero sentirte dentro, mi primera vez! Yo asentí y girándome en la cama, me puse a través, él se arrodilló entre mis piernas, levantándolas, dirigiendo su polla, me penetró de golpe, se paró y saliendo un poco, volvió a meterla, yo me separé las nalgas y siguió empujando. Carlos colocó a Enrique a cuatro patas, también a través en la cama, de manera que, Enrique y yo nos hacíamos un 69, mientras lo follaba a saco, Carlos empalaba al camarero y sus impulsos metían, más la verga, dentro de mi boca, pero él no paraba de chupar la mía, sin descanso.

En la posición que me encontraba, veía como los huevos de Carlos, golpeaban el trasero del camarero, mientras yo acariciaba los del joven, Sergei no resistió más y gimiendo se corrió dentro de mí, apoyando sus brazos encima de la espalda de Enrique, acariciándolo, a pesar de haberse corrido, tenía la verga dura y siguió entrando y saliendo, luego se aflojó y salió de mi interior.

Se tumbó a nuestro lado acariciando nuestros cuerpos, Enrique, se separó de Carlos y dándole la vuelta, lo tumbó boca arriba, levantando sus piernas lo penetró, yo me incorporé, poniéndome detrás del camarero y apuntando mi verga se la clavé, yo estaba de pie encima de la alfombra, agarrándole las caderas, para forzar más la penetración, Enrique se agachó dándole la boca a Carlos y Sergei se puso de pie encima de la cama, con las piernas separadas a la altura de las caderas de Enrique y me acercó su verga a mi cara, yo abrí la boca y degusté ése falo, que me había taladrado, yo seguía embistiendo, el culo que tenía delante y mis empujones hacía que Enrique penetrara más a Carlos y entonces éste explotó salpicando los cuerpos de ambos, también terminó el camarero gimiendo y a mí vez, recibí un trallazo de semen en mi boca, lo que me provocó, que me corriera al instante, dentro del culo de Enrique, yo seguí chupando esa hermosa verga rusa.

Salí del culo del camarero y Sergei, se agachó a chupar mi semen, que goteaba del mismo, Enrique hizo lo mismo con el culo de Carlos, cuando salió de su interior, luego lamió el semen del pecho, saboreándolo, nos volvimos a tumbar en la cama.

Me levanté, fui al salón y allí no había nadie, pero sí en la cama de la otra habitación, estaba Karim boca arriba, penetrando a Rudolf, que lo estaba besando, mientras Raúl, también tenía clavada su gorda verga en el culo de bailarín y empujaba con furia, dándoles placer a ambos, me acerqué diciéndole a Rudy: ¡mira que eres vicioso! , él giró la cara riendo, entonces me subí a la cama poniéndome de pie, delante de él, coloqué mi verga dentro de su boca, al tiempo Karim me hizo descender un poco y comenzó a chuparle el culo, volvía a estar en medio del fregado.

Se me ponía la polla tiesa, el placer de la comida de culo y las chupadas de mi polla, me hizo volver a correr, esta vez dentro de su boca, fue el momento apropiado, para que todos, comenzaran a correrse, los dos dentro de su culo y Rudolf, encima del pecho de Karim, salpicándome también las piernas, se agachó chupando su propio semen, cuando fueron saliendo de su culo, fue chupando las dos vergas, al tiempo, que Karim, secaba el culo absorbiendo todo el semen que se deslizaba.

Volví al otro cuarto y me tumbé, los otros se habían quedado dormidos, me acurruqué al lado de Sergei y me quedé dormido, oía voces de fondo, que estaban hablando, pero el sueño me pudo....