Amigos y mas amigos iii

Estamos a mediados de Marzo, está haciendo bastante buen tiempo y estoy pensando como pasar el sábado y domingo, tenemos que seguir con la instrucción de Víctor, y si hay suerte tendremos la compañía de Luis, el vecino de arriba.

AMIGOS Y MAS AMIGOS III

Me desperté a las 7 h., como un día normal, Víctor y Chema dormían plácidamente, salí de la cama y fui al cuarto de baño me lavé la boca y después de orinar, me metí en la ducha, no estuve mucho rato, volví al cuarto y me vestí, a continuación me dirigí a la cocina, hurgué por los armarios y el frigorífico, puse una cafetera en el fuego, hice zumo de naranja y puse pan de molde en la tostadora, preparé las tostadas con mermelada de melocotón, corté unas lonchas de queso manchego tierno, quitando los rebordes y las puse encima de las tostadas untadas con la mermelada, calenté un cazo de leche y encontré Cola cao, lo puse en la mesa de la cocina, y en ése momento entró Chema, se había puesto un slip, anoche no llevaba, y desperezándose, dijo que así muchos días se iba a engordar, apareció también Víctor, llevaba puesto el quimono negro y rojo, nada debajo porque se notaba, llegó bostezando yo les di los buenos días y se sentaron a la mesa.

Iban a sacar el queso de encima de las tostadas, y yo protesté, les dije que lo probaran, que el contraste era delicioso, casi al unísono mordieron la tostada, tal como la había preparado, y afirmaron que estaba muy bueno, que no lo habían probado nunca y Víctor le contó lo que habíamos cenado el día anterior, diciéndole que también estaba, muy bueno. Chema acarició la cabeza del pequeño y le dijo, que por la noche, lo hizo muy bien, éste me miró a mí y sonrió, diciendo que tuvo un buen maestro. Cuando terminaron se fueron a la ducha y yo aproveché y limpié todo.

Estamos  a mediados de Marzo, está haciendo bastante buen tiempo y estoy pensando como pasar el sábado y domingo, tenemos que seguir con la instrucción de Víctor, y si hay suerte tendremos la compañía de Luis, el vecino de arriba.

Chema, salió bien vestido, pero de sport, y llevaba una bolsa de piel,  que parecía de deporte,  muy elegante, me dijo que en el cajón de la cómoda había dejado dinero, para nuestros gastos, esperó a que apareciera Víctor y despidiéndose de nosotros con un beso en la boca, se fue y desde lejos dijo, portaros bien, hacer lo que yo haría y cerró la puerta. Nos quedamos solos y le pregunté, que le apetecía hacer y él contestó, seguir aprendiendo más, a lo que yo le contesté tiempo al tiempo, todo llegará pero sin prisas, me dirigí a la terraza y me apoyé en la barandilla, estuve mirando el panorama y me di la vuelta, era el edificio más alto y solo estaba, el sobreático, donde vive Luis.

Volví a entrar y me dirigí al dormitorio de Chema, para saber la cantidad de dinero, que había dejado en la cómoda, me sorprendió, había dejado 10.000,- pesetas, en billetes variados, se había pasado tres pueblos, dejó demasiado devolví  el dinero donde estaba y salí al salón, miré hacia la terraza y Víctor estaba girado hablando con alguien del piso de arriba, salí y vi que estaba hablando con su amigo. Este me preguntó si podría pasar el día con nosotros, sino tendría que ir a casa de su abuela y no le apetecía, miré a Víctor y asintió, entonces le dije que sí, que estaríamos más distraídos. Se metió dentro de su casa y al cabo de un rato, sonó el timbre de la puerta, nos dirigimos para abrir, me encontré con Luis y otra persona, que él me presentó como su hermano Fernando, le di la mano, diciéndole que era el tutor de Víctor y le comenté que tenían bastante trabajo para el semestre, noté la mirada ávida de Fernando, me dio un repaso de arriba abajo y se despidió, dándome la mano fuertemente, que yo correspondí también con fuerza, el chaval entró y suspiró. Dijo, que si no me conocía su hermano, no lo hubiera dejado estar con nosotros.

Les dije, que como hacia buen tiempo, podíamos tomar un poco el sol, en la terraza, desnudos, porque nadie nos vería, los dos afirmaron y dispusieron unas tumbonas  de mimbre, que estaban en un armario, que yo no había visto, en la misma terraza, también había una mesa y sillas del mismo estilo. Se pusieron de cara al sol y Víctor, fue al cuarto y sacó tres toallas de playa enormes, y las dispusieron una en cada tumbona, lo estaban disfrutando, se empujaban y reían como críos, yo los miraba con ternura, y me vinieron mis propios recuerdos a la mente, los deseché al momento, no era el sitio para recordar. Fui a mirar, en los baños y encontré una loción para tomar el sol, la cogí y salí al exterior.

Se habían echado uno en cada tumbona del extremo, dejándome a mí la del centro, yo las acerqué que casi se tocaban una a la otra, como nos habíamos desnudado, me tumbé boca arriba, les pasé la loción solar, para que se fueran poniendo, por todo el cuerpo, por la parte delantera, insistiendo, que el sol de Marzo, quema mucho la piel, así lo hicieron, primero uno, después el otro, y al final me la pasaron a mí, también me embadurné y cerré los ojos, intentando pensar al paso siguiente. Pero ni Víctor, ni Luis, estaban dispuestos a dejarme relajar, querían seguir experimentando y eso los ponía bastante alterados, Víctor comentó que casi no había podido dormir de la excitación, que fue para él, la noche pasada, y le estuvo contando a su amigo Luis, la noche movida que habíamos tenido, éste último se quedó sorprendido, que Chema, el hermano mayor, hubiera transigido en el juego, le comenté que a veces cuando el juego está en marcha, uno no se para a pensar, solo en disfrutar. En esto consiste tener sexo en disfrutar, mejor si los dos o tres, depende del caso, se lo pasan bien, si solo lo pasa bien uno, eso es egoísmo y callé.

Víctor se dio la vuelta, estaba con erección, yo lo había visto, me levanté me senté en el borde de su hamaca y le empecé a poner crema por la espalda, fui descendiendo y también en el culo, ahí me entretuve, le di un buen masaje en la raja del culo, buscando el botón virginal, y con el dedo bien untado, lo fui acariciando, éste empezaba a abrirse y cerrarse, le introduje un dedo y se quejó, pero no lo saqué, insistí en rotación del dedo, se estaba abriendo, pasé más abajo y metí la mano entre sus piernas y le tomé la verga, desplazándola hacia abajo, la acaricié, volví a las piernas terminando el poner crema.

Luis nos estaba mirando en silencio, con la cara de medio lado, cuando vio que había terminado con Víctor, se puso él boca abajo, dándome a entender, que quería crema con masaje, así lo hice, pero ésta vez separé un poco la hamaca y me puse a horcajadas de la misma, y empecé a ponerle la crema en la espalda, como a Víctor, fui bajando y llegando al culo, hice lo mismo, pero éste estaba ya dilatado, gimió un poco, movió un poco el culo, le puse la verga también hacia abajo y masajeé las piernas, pero antes me acerqué a su oído y le dije, que ya era hora, que yo sabía lo que le pasaba, pero Víctor no se merecía que se lo ocultara, asintió.

Junté de nuevo las tumbonas y Luis se puso boca arriba, cruzó un brazo, sobre su cara y empezó: Mi hermano, Fernando, cuando vuelve a casa bebido  y no están mis padres, me penetra, a veces viernes y sábado o solo sábado, depende de la semana. Fernando hace un año y medio, volvió de la mili, cuando se fue salía con una chica y llevaban saliendo desde hacía tres años, cuando volvió, siguió viéndola pero estos últimos tres meses, se emborrachaba, estaba más arisco, no se podía hablar con él.

Hace tres meses, me despertó un ruido y oí un improperio, se había dado un golpe con la pata de una silla, me quedé callado, haciéndome el dormido, me llegó el sonido de su cuarto, se estaba desnudando, oí los zapatos en el suelo, a continuación el interruptor de la luz del baño, sentí que orinaba, al momento cerró la luz y escuché que mi puerta se abría, iba con cuidado, encendió la luz de la mesita y puso mi camiseta encima, para amortiguar la luz, bajó mis mantas y sabanas, hasta los pies, yo estaba de lado, sin moverme no sabía lo que ocurría, puso sus manos en mi cintura u tiró del pijama hacia abajo, solo se bajaron del culo y me giró boca abajo, él estaba totalmente desnudo, se escupió en la mano y noté que se masturbaba, yo giré la cara de medio lado y me obligó para que no lo mirara, sin miramientos me puso el cipote de su rabo en el culo y empujó  con fuerza, yo di un grito, pero me silenció con la mano, me estaba partiendo en dos, con su peso encima no podía respirar, me dolía y él no paraba, notaba que entraba y salía,  cada vez más y más fuerte, resoplando y murmurando ¡eres mío! Repitiéndolo constantemente y entonces noté las sacudidas de su corrida, eran potentes, yo quería morirme ¿qué le he hecho yo, para que me trate así? Cuando se levantó y salió de dentro de mí, empecé a llorar, el me dio un golpe en la cabeza y dijo ¡no se lo puedes contar a nadie, sino entonces será peor! Y se fue, yo me quedé llorando, por esto estos últimos meses, no era yo mismo, ahora que os lo he contado, no querréis nada conmigo y era todo.

Me acerqué le abracé, le separé el brazo de la cara, que estaba mojada de lágrimas, y lo besé en la boca, al otro lado se puso Víctor, y también le besaba los ojos lamiéndole esas lagrimas que él estaba derramando, porque notaba el calor y la calidez que le dábamos, se secó la cara con la mano, y sonrió con una  sonrisa alegre como la misma de ésa mañana. Le dije ¿quieres vengarte? Si es así lo emborrachamos y nos lo follamos los tres, se río a carcajadas y contestó, que le gustaría hacerle lo mismo, que él le había hecho. ¡Déjame pensarlo!

Me acerqué a su oído y pregunté ¿dejarías que Víctor te follase? A cambio, tú serás el primero de su vida, con cuidado, por supuesto. El respondió, que sí, pero que también me quería tener dentro de él, por la manera de tratarlo, parecía más su hermano, que el verdadero, le di un beso intenso en la boca y su lengua fue en busca de la mía, enroscándose entre ellas, también se unió Víctor y los tres, ya estábamos un poco salidos

Lo recosté en la tumbona, boca arriba, acerqué a Víctor cerca de la cara de Luis, e indiqué a ésta con un gesto de la lengua y boca, lo que tenía que hacer, giró de lado la cabeza, estiró un brazo agarrando el culo del moreno y la otra mano cogió la polla de éste y se la puso en la boca, haciéndole una buena mamada, haciendo un pequeño ruido, debido a la saliva y que apretaba los labios, para chupar mejor y darle placer. Mientras yo me senté a horcajadas en su hamaca, levantándole las piernas y dejando su orificio a mi alcance, me incrusté en el con mi lengua, dándole masajes circulares, mordisqueando los cachetes, y abriéndolo, poco a poco, sin forzar, iba dilatando, cuando noté que estaba a punto, porque él movía el culo, con ganas, tiré del brazo de Víctor y lo puse delante de mí, enfocando su verga hacia el agujero de Luis, le susurré, puedes hacerlo, pero con cuidado, insistí, fóllatelo, te ésta esperando. Víctor, puso su mano en la verga y la empezó a meter, yo susurraba, sin prisa, pero sin pausa. Yo sujetaba las piernas en alto del rubio, cuando ya se la había metido toda, Luis dio un resoplido, dije, Víctor separa con las dos manos los cachetes del culo y embiste, así lo hizo, a Luis se le escapó ¡joder! Que lleno me siento, movió el culo en círculos y ésta era la señal ¡Víctor, es todo tuyo! Y comenzó la cabalgada, le puse una pierna de Luis en cada mano y yo me acerqué a la altura de su boca, me agaché primero, le di las gracias y le besé intensamente, momentos después él tenía su boca ocupada con una parte de mí, succionando casi al mismo tiempo, que recibía las embestidas de su amigo, éste no pudo aguantar más y se corrió en el interior de Luis, estaba jadeando y sudoroso, temblaba y le preguntó a su amigo si le había hecho daño, éste que estaba liado conmigo, hizo un gesto negativo con la cabeza, y aproveché el momento y me separé de su boca, diciéndole, que no quería terminar aún, asintió. Me puse en la parte de su culo y sustituí a Víctor, él se acercó a la cabeza y empezó a comerle la boca, yo metí mi rabo entero de golpe y me quedé quieto, había notado el respingo, que había dado, al cabo de unos segundos, empecé la follada, ésta vez sí resoplaba, movía el culo con avidez, le abrí bien las nalgas y penetré a fondo, el gemido no era de dolor, se notaba en sus movimientos, y yo la sacaba del todo y la introducía lentamente, y él empujaba el culo, hacia mí. Con el movimiento de entrar y salir, el semen de Víctor, se deslizaba por la cintura hacia la espalda, debido a la posición, me salí de su interior y sujetándole las piernas me zambullí a comer y chupar todo el semen que se había escapado del interior y después me dediqué a comerle el agujero penetrado, que gozada y él también, sus caderas no paraban de moverse. Le tendí las piernas y me acerqué a su boca y los dos me comieron la mía, para saborear el semen.

Puse la mano en el pecho joven de Luis y le dije, que lo había soportado muy bien, a lo que me contestó, no le soportado, sino disfrutado, gracias a los dos y nos dio un beso.

Víctor, ahora te toca a ti, le dije en susurros, sin nervios con tranquilidad se tumbó en la misma hamaca, le gustaba ahí porque olía a Luis y yo protesté, así que no pinto nada, pues me voy y los dos a la vez dijeron ¡no!¡no te vayas por favor, te queremos con nosotros!. Me hice el ofendido y los abracé diciendo: No os enamoréis de mí, porque soy un pájaro de paso, pero vuestra amistad es buena, me alegra y la comparto con gusto, con mucho más que gusto y les guiñé el ojo.

Me puse otra vez a horcajadas y levanté las piernas de Víctor y acerqué mi boca a su virginal agujero, comencé a lamer, chupar  introduciendo mi lengua dentro de ése botón, lo penetraba con mucha suavidad, se iba abriendo, poco pero ya se abriría, me mojé un dedo y se lo fui introduciendo, él se quejaba un poco, lo saqué y lo metí de nuevo, ya no le molestaba tanto, le comencé a dilatarlo dando rotaciones al dedo, ampliando el agujero, le metí otro dedo más, se quejó de nuevo, pero siguió chupando la verga de Luis, la engullía con gusto, yo por mi lado, ya casi lo tenía dilatado, pero la prueba de fuego, estaba por llegar. Tiré de Luis y le susurré que siguiera mis movimientos de la mano, que fuera con cuidado, para no desgarrarlo, me entendió y  ocupó mi lugar en el culo, lamiéndolo, yo me agaché y lo besé en la boca, hice la señal, para que empezara, Luis introdujo la punta de su pene y suavemente, siguiendo el gesto de mi mano, fue entrando, le indiqué que parara, volví a hacer el gesto de seguir, y se introdujo del todo, hice el gesto de quedarse quieto, otro movimiento de mi mano y movió las caderas, indiqué la separación de nalgas y así lo hizo, las separó y empujó, se paró sin decirle yo nada, pero por los besos y suspiros que daba Víctor, sabía todo lo que notaba entre sus piernas, el gesto que hice, le conminó a salir un poco y volver a entrar, haciéndole en varias veces, ya casi salía del todo y entraba empujando con fuerza, Víctor no se quejó, solo respiraba con más dificultad, pero gemía quedamente, al tiempo su verga estaba endurecida de nuevo, me desplacé de su boca a su miembro y lo engullí golosamente, él soltó un resoplido de placer.  Volví a la cara, pero ésta vez le puse mi rabo en la boca y trabajó la lengua junto a los labios, en ése momento oí a Luis, que no podía aguantar más y Víctor le instó ¡córrete! ¡Córrete dentro! Y jaleado de ésta manera, se corrió dentro de su culo, con un gemido de gozo. Me salí de su boca y ocupé el lugar de Luis, me introduje dentro de Víctor, se quejó, por ser mi verga más grande y gorda que la del rubio, persistí y continué entrando y saliendo de su interior, cada vez más seguido y más fuerte, las embestidas me hacían sudar un montón, al fin llegó mi orgasmo y lo llené con mi semen, una buena corrida, después de aguantarme varias veces. Salí de su interior y agachándome lo fui limpiando, chupándole y mordisqueándole, se unió a mi Luis, que también quería su parte, Víctor movía la cabeza de gozo, gimiendo. Nos acercamos a él y volvimos a darnos las bocas, para disfrutar de las corridas, y así éste perdió la virginidad.

Los llevé a la ducha, y les informé que se sentaran un rato en el inodoro, ya que el semen a veces, da descomposición, fueron uno a cada baño, al rato salieron y nos metimos todos en la ducha, les lavé bien el culete, introduciendo un dedo con jabón, para que todo estuviera bien listo para la próxima cogida. Nos dirigimos al cuarto y nos vestimos de calle y me los llevé a comer. Fuimos andando, donde los quería llevar no estaba lejos. Iban uno al lado del otro, bromeando y diciendo tonterías, les llamé al orden y  puse uno a cada lado mío, nos paramos y muy serio les dije mirándoles a la cara, no os enamoréis uno del otro, y menos de mí, sois muy jóvenes, cuando uno se enamora, pierde al otro, porque se vuelve intransigente, egoísta y suele terminar mal, con rencores y uno con el corazón roto durante mucho tiempo. No es fácil olvidar el primer amor pero, te hace sufrir, asintieron, y dije que yo estaría, en contacto con ellos si me necesitaban, para hablar o contarme cualquier problema.

Llegamos a la calle de detrás del Restaurante Las Siete Puertas, había un local muy viejo, creo que se llamaba El Portalón, vendían cavas, vinos y hacían tapas o bocadillos, siempre estaba a tope y tenías que estar de pie, habían unos toneles que se utilizaban de mesa de tapeo. Pedimos unos bocatas de tortilla de patatas y otro de beicon frito, para beber, les iba a pedir un refresco, pero cambié de opinión y pedí una botella de cava rosado espumoso, con tres copas, se miraron sorprendidos, les comuniqué,  que era por haber superado mi prueba. Nos quedamos hartos de comida y volvimos para la casa, ellos estaban un poco chispeados, y eso que el cava era flojito, pero no lo habían probado nunca, el efecto fue mayor. Llegamos a casa y nos dejamos caer, en el sofá largo, puse la tele y se quedaron fritos uno apoyado en el hombro del otro. Les aflojé los pantalones y saqué los zapatos, los tumbé a lo largo del sofá y se acomodaron, siguieron durmiendo, yo me desnudé y me fui a la terraza, para aprovechar el sol, me tumbé en una hamaca y me quedé dormido, aunque no pasó mucho tiempo, noté que me estaban mojando los labios, abrí ligeramente la boca y una verga se instaló en ella, me puse a chupar, abriendo los ojos vi que la otra verga estaba a las puertas de mi boca, la cogí con la mano y la empecé a masturbar, solté la que estaba chupando y engullí la otra, masturbando a la anterior. Dije ¡no estabais dormidos! ¡Estamos dispuestos a seguir con las clases! contestaron riendo, me levanté, cogí una de las toallas y nos metimos dentro.

Puse la toalla encima del sofá de piel y me senté, Víctor se agachó y empezó a comerme la polla y Luis se puso de pie en el sofá, metiéndome su rabo en la boca, se habían desnudado antes de despertarme y ahora querían dominarme, me dejé, me lo estaba pasando muy bien, quería ver a que podían llegar. Víctor se me engullía la verga con pasión, descendió a los huevos y los fue lamiendo, como si fuera una golosina, también me mojaba la entrada del culo con su cálida lengua, mientras yo seguía chupando la verga del rubio Luis mientras le acarició los huevos, pasando los dedos hacía detrás, en su entrada, cuando le tocaba ésa parte él empujaba más su verga en mi boca. Encogí las rodillas y levanté las piernas, de esta manera Víctor podía acceder mejor a mi culo, el cual empezó a chupar con intensidad, su lengua parecía de fuego, me estaba dilatando y yo gozaba. Se irguió un poco y apuntó su verga y empujó, entrando toda ella de golpe, me cogió de los tobillos y me empezó a cabalgar, lo estaba haciendo muy bien y yo estaba orgulloso, de la manera que me estaba complaciendo, Luis sacó su polla de mi boca porque estaba a punto y bajo y se inclinó a chupar mi verga.

Víctor salió de mi interior y Luis ocupó su lugar follándome, le volví a succionar la verga al moreno y sin mediar palabra se mojó con saliva el trasero y se fue sentando, encima de mi verga, se la fue tragando poco a poco, empezó a subir y bajar, pero luego con las embestidas fuertes que me estaba dando Luis , se amoldaron al compás, yo le iba a coger su rabo para masturbarlo, pero me lo impidió, entrecruzó los dedos de sus manos con las mías y me separó los brazos, así inclino su boca sobre la mía y nos fundimos en un beso feroz, el hacía fuerza sobre mis brazos y forzaba mi boca, me estaba gustando, Luis embestía con furia y al tiempo yo me empotraba en el culo de Víctor, éste estaba jadeando y de pronto soltó toda la leche hacia mi cara y el pecho, sin tocarlo se había corrido, al hacerlo apretó su esfínter dándome placer al punto que no pude aguantar y terminé dentro de él , y Luis que seguía dentro mío, también se corrió dentro de mí.

Luis se dejó caer encima de la espalda de Víctor y éste encima de mí dándome la boca. Les sonreí, dándoles las gracias por hacerme gozar tanto. Nos movimos y se sentaron a mi lado, estábamos exhaustos, fui a la cocina y traje unas bebidas, para reponernos.

Hablando un poco, le pregunté a Luis, me gustaría que me contaras con detalle, lo que suele ocurrir, en tu cuarto, cuando llega tu hermano Fernando. El empezó a contarnos, que su hermano se metía en su cuarto bajándole el pantalón y lo ponía boca abajo y lo penetraba, entonces le pregunté, si bebía algo recién llegado a casa, a lo que me contestó que a veces sí, se tomaba algo, creía que era whisky, eso me dio una idea. Le dije que hoy era sábado, y contestó que posiblemente, vendría bebido. Le pregunté a Víctor donde tenía su hermano las cosas de farmacia, me indicó que en el baño grande de la bañera, me dirigí allí y encontré lo que buscaba, cogí tres pastillas de Valium y salí al salón, les mostré las pastillas y sonriendo, les comuniqué, que disueltas con el whisky lo dejaría adormecido, fuimos a la cocina busqué el mortero y machaqué las pastillas y le pedí a Víctor un trozo de papel, para hacer un sobre donde, colocar el polvo de las pastillas, me dio una hoja de cuaderno pequeña y la doble varias veces, para que no se escapara nada del interior, se lo pasé a Luis y le comenté, que por la noche. Cuando se vaya a dormir, deje un vaso con el polvo removido, encima de la mesa del comedor, al lado de la botella del licor, dijo que así lo haría.

A la ducha, cenaremos algo ligero, después veremos  un rato la tele y a dormir, esperemos que salga todo  bien, le dije a Luis, éste asintió,  creo que estaba pletórico. Cenamos una crema de espárragos con trozos de pan frito, les gustó bastante, después limpié la cocina con su ayuda y fuimos a ver la televisión. Alrededor de las 21 h. Sonó el teléfono, lo cogió Víctor, era su hermano Chema, quería saber cómo habíamos pasado el día, le estuvo contando lo que habíamos hecho y me pasó el auricular, me dio las gracias, porque el tono de voz de su hermano pequeño, le dejaba muy tranquilo, aunque confiaba en mí, pero no en los jóvenes, nos despedimos y colgué.

Eran ya las once de la noche, y Luis se despidió de nosotros, lo acompañamos a la puerta, y le susurré que si ocurría algo me llamara, y que nos contaría mañana lo ocurrido, lo besamos y nos volvimos al salón, cerré la tele y nos fuimos a la cama, ésta noche dormiríamos en la cama individual del cuarto de Víctor, cuando tocó su cabeza la almohada se quedó dormido, me eché a su lado y lo abracé, se pegó a mí y nos dormimos. Pensé en mañana, y deseé que a Luis, le fuera todo bien, ya lo sabremos....

Agradezco, todos los comentarios, y espero que os guste. Un saludo.