Amigos y mas amigos ii
Os recuerdo que estamos en 1971, en esa época, lo más moderno, eran los relojes y calculadoras digitales, aparte de los radio-casetes portátiles, también llegaban los primeros reproductores de video y si querías ligar, eran por la calle, urinarios públicos, transportes como el metro, también habían lugares, como las saunas (solo para hombres) y clubs privados un poco camuflados, casi todos estábamos en el armario
AMIGOS Y MAS AMIGOS II
Estaba en el trabajo, serian alrededor de las 13,30 y sonó el teléfono, lo cogí y una voz juvenil, preguntó por mí, le respondí que era yo mismo y se dio a conocer, me dijo que nos había visto el día anterior, en el concesionario donde trabaja su hermano, me dijo que se llamaba Víctor y le gustaría que le mostrara todo lo que él había visto el día anterior, quería aprender, le pregunté la edad y contestó que 13 años, y yo le dije que era pronto para practicar, ése juego y lo tenía que hablar con su hermano, sino nada. Le pregunté porque no se lo decía a su hermano, a lo cual me respondió, que su hermano lo seguía viendo como a un niño, ya que él los había criado. Le volví a repetir que Chema, su hermano era quien tenía que decidir y que ya le diríamos algo.
Estuve pensando y llamé por teléfono, a Chema, el hermano, se puso al momento y le expliqué la llamada de Víctor, me dijo que ya me llamaría y me diría algo.
Os recuerdo que estamos en 1971, en esa época, lo más moderno, eran los relojes y calculadoras digitales, aparte de los radio-casetes portátiles, también llegaban los primeros reproductores de video y si querías ligar, eran por la calle, urinarios públicos, transportes como el metro, también habían lugares, como las saunas (solo para hombres) y clubs privados un poco camuflados, casi todos estábamos en el armario.
Estaba en casa de mis padres, comiendo, y sonó el teléfono, salí rápido y lo cogí, era Chema, me preguntó si podía hablar, yo conteste afirmativamente. Me expuso su plan, si yo disponía del fin de semana, a partir del viernes al mediodía, podría ir a su casa, para que yo fuera el tutor de su hermano pequeño, dijo que en mí podía confiar, dejando a su hermano en mis manos y que lo cuidaría mejor, que si caía en otras manos, por lo menos fue sincero y yo le dije, que no pasaría nada malo, que lo cuidaría como si fuera el mío, me apunté la dirección y quedamos en vernos el viernes a las 16,30. Nos despedimos y colgué el auricular.
Ha llegado el viernes y estoy en la portería, de la dirección, que me dio Chema, toco el timbre, suena su voz y me abre la puerta de entrada, cuando entro entra detrás mío un niñato, y me da las gracias, por no cerrar, nos dirigimos al ascensor y yo toco el ático, él no toca ningún botón, es bastante joven y bonito, no mide más de 1,60, musculado, lleva equipo de futbol, y tiene un culito respingón, pelo rizado y bastante rubio. Llegamos al piso y salgo, el chaval detrás mío, también se acerca a la misma puerta, ésta se abre y Chema me da la mano y le pregunta al niñato, si quería hablar con su hermano, a lo que el chico dijo, que solo le diera el encargo, de que bajaría para hacer los deberes, ya que sus padres se iban y su hermano, llegaría hasta la noche y después se fue. Yo entré, y cuando cerró la puerta, Chema me dio un beso en los labios.
Me fue enseñando todo el piso, consta de un dormitorio de matrimonio, con una cama inmensa , un baño completo con bañera de hidromasaje, luego dos dormitorios más grandes, se podría decir que dobles, en cada uno una cama individual y en uno de ellos, esta Víctor, hojeando una revista de coches, todo está muy ordenado, luego hay otro baño, éste con un plato de ducha, estilo gimnasio, a ras de suelo y una enorme alcachofa de ducha en el techo, que tiene forma rectangular, nunca había visto una igual, espectacular, salimos y fuimos al salón comedor, enorme, una mesa para ocho, dos tresillos uno de dos y otro de tres plazas, además uno individual, una mesa con ruedas con un gran televisor y debajo un reproductor de videos, girando a la izquierda la cocina-office, grande, como toda la casa, abrió el frigorífico, que era americano, con dos puertas y un dispensador de hielo y agua fría, volvimos al salón y las puertas correderas que daban a la terraza, increíble, la vista de ensueño, se veía todo el Parque de la Ciudadela y el Zoo a su lado, al fondo el mar, tuve que cerrar la boca para que no me cayera la baba.
Miró el reloj y comentó que tenía que irse, llamó a Víctor y nos presentó formalmente, diciéndole que yo era su tutor el fin de semana, lo acompañamos hasta la puerta y Chema se fue. Le pedí a Víctor, que me volviera a enseñar todo el piso, y así lo hizo, me comentó que la habitación con la cama grande era de Chema, la otra de su hermano, pero que venía de uvas a peras, porque estaba en Galicia trabajando y por último, la suya, la cama estaba en medio de la habitación y el armario empotrado, tenía puertas de espejo correderas, parecía más grande, en el otro lado, un escritorio, con máquina de escribir eléctrica, libros, libretas, revistas de coches y su lámpara de estudio, posters en la pared, uno de Mark Spitz, un nadador americano, otro de David Cassidy, de una teleserie juvenil, muy mono y otro de Miguel Bosé.
Entonces recordé al vecino y le comenté lo que había dicho, de bajar a estudiar, oí un leve chasquido de boca, y Víctor me dijo, que se habían criado casi juntos, iban a la misma clase y antes solían hacer los deberes juntos, en una casa o en la otra, pero que hacía meses, no le dirigía la palabra, que salía con una niña del colegio de al lado suyo, y estaba en el equipo de futbol, donde estaba yéndole bien, pero a él lo había ignorado y no sabía porque quería bajar después de tanto tiempo, yo le contesté que ya lo sabríamos cuando bajara.
Le puse delante del espejo y le pregunté, que veía, él contestó que su reflejo, yo insistí, mírate detenidamente ¿que ves? Dijo, un chaval de 13 años, que apenas tiene músculos y no muy alto, bastante delgado y se calló. Yo le dije, que estaba equivocado, me puse detrás de él, levanté su cara, tienes la piel aceitunada, ojos verdes con motas de color miel, nariz recta y labios carnosos y sensuales, orejas pegadas a la cabeza y el pelo con su media melena color negro como un cuervo totalmente liso ¿te parece poco? y cuando sonríes se ilumina toda tu cara, pero lo haces poco.
Le levanté los brazos hacia arriba y cogí el suéter y se lo fui sacando, una vez fuera lo dejé en una silla, que estaba al lado, volví a insistir ¿que ves?, contesto no tengo las formas de tú tienes, yo contesté, que había hecho natación desde los 6 años y poco a poco el cuerpo se va formando, pero que no todo el mundo, tiene el mismo cuerpo, porque seríamos fotocopias unos de otros, crucé los brazos por delante y mirando al espejo, le señalé las formas de su cuerpo, diciéndole, que sí tenía leves formas en los pectorales, la cintura era estrecha y se lo hice saber, desabroché los botones de su vaquero, eran unos Lewis 501, de los más caros, cuando terminé de desabrocharlo, le empecé a dar suaves besos por la nuca y fui subiendo hasta llegar a la oreja, vi nuestro reflejo y Víctor, tenía los ojos cerrados y le ordené que los abriera, tenía que ver todo lo que yo hacía, para un día hacerlo él y sabría cómo hacerlo,
Continué lamiendo la oreja y sobretodo el lóbulo, mientras él gemía le puse las manos en la cintura del pantalón y los fui bajando, cuando pasaron los muslos se deslizaron solos, hasta el suelo, me aparté y me puse delante de él, le insté a que me sacara la camiseta, debido a que la llevó muy ceñida, le costó un poco, pero lo consiguió, dejó la camiseta con la suya en la silla, y puso sus manos en mi pantalón vaquero y desabrochó los botones, le dije que no los bajara, que todavía faltaba algo, primero le saqué los mocasines y le saqué los pantalones de sus tobillos, terminó con las camisetas y entonces le puse la mano en la nuca, dije ¡mírame!, acerqué mi cara a la suya , junté mis labios a los suyos, mi lengua salió de mi boca y fui siguiendo el contorno de sus labios y me introduje en su boca, saboreándole, absorbiéndole, Víctor, casi no podía respirar, pero se fue adaptando y al rato, también él estaba saboreando mi boca haciendo una lucha de lenguas. Salí de su boca dejándole un vacío, pasé mi lengua por su barbilla y fui descendiendo por su cuello, seguí bajando y le humedecí un pezón, con la otra mano le acariciaba el otro, luego cambié de tercio, el acariciado estaba en mi boca y el otro, lo pellizcaba con suavidad, me entretuve un rato, notando la respiración agitada del chico, seguí bajando con mi lengua, llegué al ombligo, lo penetré saboreándolo, continué mi camino y llegué al slip, que se notaba una erección, pasé mi boca por encima del slip, babeando y oliendo, y la verga creció aún más, deslicé su ropa interior y salió disparada una hermosa verga, no muy larga, pero si gorda, le saqué el slip y me quedé delante de su verga, la cogí con una mano y tiré de la piel hacia abajo y la empecé a lamer, de arriba a abajo y de repente me la tragué entera, casi me ahogo, por el grosor, pero sabía bien, fui chupándola , entrando y saliendo de mi boca, los gemidos del niño eran un placer, a mis oídos, miré hacia arriba y vi que miraba como lo estaba haciendo, le acariciaba los huevos, estirándole un poco la piel hacia abajo, él puso sus manos en mi cabeza, acariciándome el pelo, noté las palpitaciones del pene y paré, lo quité de mi boca y me incorporé, le busqué la boca dándole un buen morreo, así sabría el sabor de su polla.
Le cogí las manos y las puse sobre mi pecho, y él acercó su boca y chupó uno de mis pezones, se deleitaba, yo notaba que lo estaba haciendo, por gusto, no forzado y eso me contentó, siguió chupando también el otro, mientras sus manos me reseguían desde los pectorales hasta mi cintura, fue bajando lamiéndome todo, sin dejar nada sin lamer, metió su lengua en mi ombligo, como le había enseñado, el placer era grande, puso sus manos en la cinturilla de mi vaquero y lo fue bajando, tal como pasó con la camiseta, al llevarlos tan ceñidos, le costó un poco, pero no cejó y al final, estaban en los tobillos, de un tirón me saqué los mocasines y él me quitó los pantalones, como no suelo usar slip mi rabo, estaba erguido y delante de su boca, puso una mano en mi verga y acercó su lengua, siguió el contorno de mi cipote y al rato, se la fue introduciendo en su boca, le costaba, pero insistió y la perseverancia le ayudó a dilatar más la boca, se la tragó del todo, le tocaba la campanilla, yo me retiré un poco, para que respirara y él volvió a metérsela , ahora ya tenía la medida tomada, succionaba al tiempo que entraba y salía de su boca, estaba haciéndolo muy bien, y no quería terminar, lo aparté y le hice levantar, le acerqué mi boca y volvimos a darnos besos de tornillo yo le pasé saliva mía a su boca, él hizo lo mismo y entonces, sonó el timbre de la puerta....
Víctor, se puso un quimono japonés, bastante corto, le llegaba a medio muslo, era de color negro con un anagrama rojo en la espalda, y me dio una toalla grande de baño blanca, que me enrollé alrededor de la cintura y fue a abrir la puerta. Entraron al salón donde yo me encontraba, Víctor traía una cara de enfado, se sentó en el sofá grande y el vecino a su lado, me presentó como su tutor de fin de semana, nos dimos la mano, Luis que es el nombre del vecino, que yo ya conocía del ascensor, le dijo a Víctor que tenía que hablar con él, yo me iba a retirar, cuando Víctor dijo que no me fuera, me volví a sentar y Luis carraspeó la garganta y empezó pidiéndole disculpas, por haberlo dejado de lado, que últimamente tenía un problema y que hacía casi tres meses que no salí con aquella chica, estaba descentrado en el equipo de futbol y no salía, ni con compañeros, ni con nadie, que se estaba desmoronando, que sentía con toda el alma, haberlo apartado, porque el único que él siempre había confiado, era él y lo había casi traicionado, dejándolo de lado, le estaba resbalando unas lágrimas por las mejillas, Víctor lo cogió por los brazos poniéndolo de pie y se abrazó a él, no cabía ni un papel, entre ellos, era una escena muy sentimental, Víctor le levantó la cara y le dio unos besos en ambos ojos, diciéndole que todo estaba bien, que no pasaba nada, que todo se arreglaría, siguió bajando y le dio un beso en la boca, muy suave y ligero, Luis volvió a llorar, esta vez con más intensidad, me acerqué a los dos y los abracé a los dos. Entonces dije, nos vamos a la ducha y le pregunté a Luis ¿te apetece ducharte con nosotros?, a lo que contestó que sí, cámbiate en el cuarto de Víctor, te esperamos dentro.
Se fue al cuarto y aprovechando, que estábamos solos en la ducha, le dije a Víctor, que no le tocara el culo, para nada, solo si él lo pedía, el moreno no lo entendía, pero yo le dije que más tarde se lo explicaría, estábamos regulando el agua y llegó Luis, con slip y le conminé para que se lo quitara, así lo hizo y entró , el agua estaba templada y como la alcachofa del techo era rectangular nos mojábamos los tres, nos echábamos agua, nos empujábamos como niños pequeños, yo cogí una botella de aceite suavizante de la piel, apagué la ducha, y les dije que pusieran las manos, echando ése líquido en las manos de ambos, y les dije que tenían que ponérselo por todo el cuerpo, uno al otro, con suavidad y no dejar ningún rincón, se adelantó Víctor, empezando por el cuello, los hombros, por los pectorales del rubito, se entretuvo en los pezones y descendió hasta el ombligo, ahí también se entretuvo y paró, yo dije: por todo el cuerpo, entonces siguió y embadurnó la bonita verga, los testículos, entremedio de las piernas y siguió bajando untándole de aceite, hasta llegar al empeine de los dos pies, yo dije, perfecto, Luis te toca, él empezó siguiendo la pauta del amigo, desde la barbilla, descendió poco a poco, se detuvo en los pezones, siguió hasta el ombligo y no se paró, siguió untando el pene y los huevos del moreno, ahí se detuvo más tiempo, y siguió hacia abajo, hasta los empeines, se levantó. Ahora la espalda y las nalgas bajando hasta los tobillos, me dirigí a Luis y le conminé a que esta vez empezara él y así lo hizo, empezó desde los hombros, bajó por toda la espalda, la cintura, llegando al culo, ahí se quedó dubitativo, pero reaccionó y siguió, incluyendo la raja del culo de su amigo, le dije que también, por debajo de los huevos, así lo hizo, continuó hacia abajo hasta los tobillos y se incorporó, me miró y miró a Víctor, se dio la vuelta dándole la espalda a éste, él empezó igual, fue bajando por la musculada espalda del futbolista, llegó a la cintura, le hizo una buena sesión de masaje, pasó de largo del culo y continuó por las piernas, hasta llegar a los tobillos, se puso de pie y Luis se giró mirando a Víctor y dijo, te has dejado una parte, a lo que el otro respondió, que no estaba seguro si a él, le gustaría que lo tocara en ése sitio, a lo que éste contestó, tú si puedes, porque confió en ti y Víctor volvió a untarle el trasero, incluyendo la raja del culo, cuando terminó los hice mirarse de frente y les insté a que se abrazaran y así lo hicieron, la cabeza de cada uno descansaba en el hombro del otro, yo noté que eran muy afines, pero todavía no se habían dado cuenta, son muy jóvenes.
Los obligué a que restregaran todo el cuerpo uno al otro, las vergas estaban ya inhiestas, los separé y me puse en medio, les di la botella del aceite y les dije que me tocaba a mí, yo tenía enfrente a Víctor y Luis a mi espalda, se pusieron aceite en las manos y me empezaron a hacer un masaje corporal al mismo tiempo, uno por delante y el otro por detrás, noté que se entretenían mucho en mi cuerpo, incluso Luis, que ya no estaba tan nervioso, como al principio, estaba relajado y creo que disfrutaba.
Cuando terminaron de untarme, los acerqué a mí, para que se frotaran conmigo, me separé un poco y bajé un poco la cara y uní mis labios con Víctor, mientras acariciaba a Luis, le metí la lengua y él respondió igual con su lengua, dejé esa boca y me dirigí a la de Luis, éste novato la tenía cerrada, se la fui abriendo poco a poco, con mi lengua, fue reaccionando, la abrió y dejó que lo absorbiera, tímidamente su lengua empezó a jugar con la mía, entrando y saliendo de mi boca, me separé de él y junté sus caras, succionaron sus lenguas con ansia.
Los separé suavemente, e insté a Víctor que se agachara delante de Luis, y no tuve que decir nada más, le cogió la verga, tiró la piel hacia abajo, y se puso a lamerla, con fruición, se la introdujo hasta el fondo, se retiró y volvió a metérsela dentro, cada vez más rápido, Luis con los ojos cerrados, empezó a gemir, me acerqué a él y le susurré, que abriera los ojos y mirara bien lo que le estaba haciendo Víctor, para que viera la mamada que le estaban haciendo y así lo hizo, le dije ¡no termines todavía, que hay más! Entonces con suavidad le tocó la cara a Víctor haciéndole incorporarse y para mi sorpresa se agachó y se puso a lamerle el pene a su amigo, noté que era la primera vez, porque intentaba que entrara toda, pero debido al grosor, le costaba, me puse a su lado y le iba diciendo la manera mejor de hacerlo, siguió mis instrucciones y lo consiguió sin arcadas ni ahogamientos, arreció la chupada, pero Víctor lo detuvo, se levantó y yo me puse entre ellos, dando el frente a Víctor y la espalda a Luis, le cogí el miembro de éste y lo puse entre mis piernas, por debajo de mis nalgas y fui friccionando hacia delante y hacia atrás, el entendió, me agarró por las caderas y empezó con embestidas como si me estuviera follando, mientras cogí la cabeza de Víctor y le susurré que se agachara, él iba a chuparme, pero con la mano, me levanté los testículos y le amorré allí, supo lo que quería, empezó a chupar el capullo de Luis cada vez que se lo permitía los empujes, mientras yo notaba los lametones que daba, Luis estaba frenético entrando y saliendo de entre mis piernas, su respiración era muy agitada, avisé con la mano a Víctor, que se acercaba el final y no tardó, las convulsiones junto a los trallazos de semen fueron enormes, quedó exhausto y se apoyó en mi espalda, se separó y el moreno se lanzó a chuparle el pene, dejándoselo limpio, se levantó y me dio un morreo, saboreando el semen del rubio, que se unió a nosotros en el beso a tres.
Le di la espalda a Víctor y no tuve que decir nada más, cada uno sabía lo que tenía que hacer, volvimos a tener sexo sin penetración, éste pene al ser más grueso rozaba mis piernas con más fruición y Luis agachado lamía debajo de mis huevos, alcanzando el cipote de su amigo, cuando empujaba, yo le acariciaba el pelo ensortijado, instándole a que lo lamiera todo, esto no tardó mucho, Víctor soltó unos bufidos y unos chorros de semen salpicaron la cara del rubio, como hizo éste después de correrse se apoyó en mi espalda, cundo su respiración fue más normal se separó y Luis se tiró a devorarlo, lo lamía y succionaba, como si fuera lo último que iba hacer, se puso de pie y volvimos a darnos los fluidos que habían salido de aquel pene gordito. Víctor cogió la mano de Luis, le besó la palma y tiró de él hacia abajo y se pusieron a lamer el semen que había quedado entre mis piernas, yo me empecé a masturbar, pero unas manos me lo impidieron, se colocaron delante mío y se fueron turnando, introduciéndose mi polla en la boca, ahora uno y después el otro, mientras me tiraban de la piel de la bolsa de los huevos acariciándolos, yo tenía una mano en cada cabeza, instando a que se lo tragaran todo, sin forzar, les avisé que ya estaba a punto y me masturbaron con fuerza y me corrí en sus caras, creo que hacía tiempo que no soltaba tanto semen, me lamieron dejándome limpio y se pusieron de pie, y les fui lamiendo la cara, a uno y al otro, y ellos quisieron saborear mi corrida y juntamos de nuevo nuestras bocas, mientras nos íbamos acariciando.
Nos enjabonamos y terminamos de darnos la ducha, salimos y nos secamos, fuimos a la habitación de Víctor y nos vestimos, fuimos al salón, les pregunté si les apetecía beber algo y los dos al unísono dijeron ¡coca cola! Fui a la cocina y cogí de la nevera una botella del refresco y tres vasos, salí al salón, llené los vasos y me senté en el sofá individual. Luis me preguntó, que clase de tutor era, yo respondí, que enseñaba Ciencias Naturales, Historia y Humanidades.
Ciencias Naturales, porque así enseño como es el cuerpo y como aprender las cosas importantes sobre el mismo, Historia de cómo el mundo por causa de las religiones se prohíben ciertas cosas, que antiguamente eran normales y tercero Humanidades es una parte de la Filosofía de la vida, aprendes a conocer a la gente, su carácter y los comportamientos de las personas. Me callé, pareció pensativo y asintió dándome las gracias por esa magnífica experiencia, miró la hora y se levantó, diciendo que su hermano ya habría llegado, Víctor lo acompañó a la puerta, al rato éste volvió diciéndome que Luis me había puesto por las nubes, sonreí y le dije que no le hiciera caso, él también sonrió, se sentó y puso la tele en marcha.
Sonó el teléfono, Víctor lo cogió, estuvo hablando unos momentos y colgó, se giró y me dijo, que su hermano vendría más tarde, que iba a cenar con un cliente, que cenáramos los dos.
Le pregunté si le apetecía un revoltillo de huevos con tomate y tostadas, me dijo que no lo había probado nunca, pero que parecía delicioso, así que nos dirigimos a la cocina, fui, buscando los utensilios he hice la cena, Víctor me felicitó, diciendo que estaba todo buenísimo, al terminar lavamos los platos y los cacharros dejándolo todo en orden, y nos fuimos al salón, me senté en el sofá grande y Víctor se tumbó apoyando la cabeza sobre mis piernas, me miró sonriendo y me dio las gracias por ése día, tan especial, acerqué mi boca a sus labios y nos dimos un beso, nos pusimos a ver la tele, al rato él se quedó dormido, con una media sonrisa.
Me quedé adormecido y entonces oí la puerta, unos pasos sobre el suelo de madera y llegó a mi altura, era Chema, se agachó y me dio un beso en los labios, también se acercó a su hermano e hizo lo mismo, éste se despertó y le echó los brazos al cuello y susurró, te quiero. Entonces Chema dijo ¡todos a dormir! ¡Venga a la cama! Y el chaval se levantó, nos dio las buenas noches y se fue a su habitación. Yo le pregunté dónde iba a dormir y él me contestó, conmigo, en mi cama, es muy grande, asentí y me levanté fui al baño y me lavé la boca, oriné y me limpié un poco, él había hecho lo mismo en el otro baño, me saqué la ropa y me quedé desnudo, me encogí de hombros diciéndole, que no usaba pijama, el apartó un poco las sabanas enseñándome que él estaba desnudo, diciéndome, yo tampoco, me metí en la cama a su lado, pero él se incorporó, poniendo la almohada como respaldo y yo lo imité, creo que quería saber todo.
Me preguntó si no me importaba, quedarme hasta el domingo por la tarde, le contesté que no, que había dicho a mis padres, que volvería el domingo por la noche, que estaba en casa de un compañero de clase y que íbamos a trabajar en los apuntes del cole, él asintió y continuo explicándome, que Peer, el danés del día anterior, había pasado por el trabajo y le había invitado a pasar el fin semana en su casa, me comentó que había ido con un chaval, que parecía tener mi edad y lo presentó como uno de sus hijos. Entonces puedo decirle, que sí, mañana lo llamo y a ti te llamaría, para saber cómo os va todo, ¿te parece bien? Yo contesté, que por mí no había problema y él dijo que me dejaría dinero, por si queríamos comer fuera y otros gastos, asentí.
Gracias por todo, y ahora cuéntame con todo detalle, que ha pasado esta tarde, cuando me fui. Empecé a contarle todo con detalle, incluido el olvido del recado del vecino y la visita del mismo, en el momento más inoportuno y todo lo que ocurrió después, no olvidé nada, él estaba sonriendo, y me dijo, que él no habría saber llevado el tema, tan bien. Me cogió la cara con una mano, para que me girara y me besó con mucha intensidad diciéndome, que el relato lo había puesto cachondo, cogió mi mano y la bajó, para que lo tocara y notara que estaba muy excitado. Dejé la mano donde él la había puesto y le acaricié la verga, me puse encima de él, seguimos comiéndonos la boca, yo también estaba en erección, le chupé los pezones. Pellizcándole con los dientes, descendí y me puse su hermosa verga en la boca, el tiró de la ropa de la cama hacia abajo de los pies, quería verme, chuparle, esto lo ponía a cien, me empujaba la cabeza, forzando a que me tragara todo ése esplendido rabo, yo succionaba y lamía, arriba y abajo, le di la vuelta y empecé a comerle el culo, le abría los cachetes para dejar el botón rosado a la vista, y ataqué, él gemía de placer, movía las caderas y el trasero, lo levantaba un poco para que metiera más la lengua, tiré de él hasta dejarlo de rodillas al filo de los pies de la cama, me puse de pie y seguí comiéndole el culo, ya notaba que estaba a punto y entonces lo penetré con fuerza, pegó un gritito, pero no de dolor, le separé las nalgas y empecé con la follada, entraba en él y la sacaba del todo y volvía a meterla, en ése momento noté que me estaban chupando mi culo, adiviné, quien era, pero no dije nada, lo saqué de detrás mío, con una mano y le hice señas, que se sentara en el suelo apoyando la espalda en el final de la cama, le hice un gesto con la boca, indicándole, que era lo que tenía que chupar, y lo entendió, así lo hizo, se puso entre mis piernas, apoyando la espalda en la cama e inclinó la cabeza hacia atrás y la vio, la verga de su hermano, la cogió con su mano, forzándola, hacía abajo y se la metió de golpe en el boca, empezó a subir y bajar la cabeza y boca haciéndole una sonora mamada a su hermano mayor, con mis envestidas y el placer que sentía en su verga no pudo aguantar más, y se corrió, el pequeño chupaba y chupaba, se tragó toda la leche del mayor, y con el movimiento del esfínter, debido a la corrida, yo también, acabé soltándolo todo en el interior del culo, me dejé caer encima de la espalda de Chema, Víctor subió a la cama a nuestro lado, lo besé y su hermano se acercó y se unió a nosotros, saboreando su corrida en la boca del jovencito, fui bajando le cogí el rabo y me lo puse en la boca, empecé a darle una mamada, lo chupé y le levanté las piernas, y seguí deslizando mi lengua hasta llegar a su culito, donde me estuve recreando chupando y metiendo mi lengua en su agujerito virginal, su hermano se desplazó y ocupó mi lugar en su verga, el niño movía las caderas, del placer que recibía, no pudo aguantar más y se corrió en la boca de su hermano, le bajé las piernas y morreé al mayor, para comerme parte del manjar que había soltado el joven, éste también se nos unió, hartos nos dejamos caer en la cama, nosotros estábamos extenuados. El mayor apagó la luz y susurró quedamente, fantástico mis niños, os quiero...