Amigos y amantes- 3

Me gusta acariciar su cuerpo y ahora nos deslizamos en el agua como dos delfines abrazándonos y besándonos apretando nuestros cuerpos uno contra el otro.

AMIGOS Y AMANTES- 3

Durante toda la mañana siguiente al encuentro sexual con nuestros padres Wolf apenas hablaba, estaba ensimismado, yo conociendo su carácter no pregunté nada, aunque me moría de ganas tras sus últimas palabras, pero agobiarlo sería peor, me lo soltaría en cualquier momento y así ocurrió horas más tarde tumbados en la piscina.

WOLF

Estaba indeciso en exponer lo acaecido tres años y medio antes, el muy pícaro de Kike me conocía bien y no preguntaba, no insistía sabiendo que ello me haría estallar contándoselo todo, le di muchas vueltas y finalmente pensé: ¡Qué coño, porque no se lo voy a contar, es mi amigo, mi compañero y amante ocasional, tal vez me comprenda y si no lo hace, al cuerno con ello!

Tumbados en las hamacas dije: ¿Te acuerdas de la Semana Santa, que fuisteis con vuestra madre a Londres? Kike dijo: ¡Sí hace unos tres años y poco más! Yo dije: ¡Sí, casi tres años y medio para ser exactos! Con voz monocorde continué diciendo: A mí me invitaron los padres de Álvaro junto a más compañeros del colegio a su finca en el Ampurdán, la finca era genial y nos dejaron para nosotros lo que antiguamente habían sido establos ahora reformados, los nuevos establos estaban más alejados de la casa, tenían vacas, ovejas, gallinas, conejos, cerdos y caballos, además de algunos mulos, para nosotros tan de ciudad era fascinante y yo me levantaba al alba acompañando a los guardeses con los rebaños, en la casa grande dormían los padres con Álvaro, Chus y las dos únicas chicas del cole, pero también estaban unos primos que habían venido de Sudamérica, uno de nombre Rubén de unos 25 años y el otro Bruno de unos 20, ellos siempre estaban con los dos hermanos mayores de Álvaro, que también se encontraban allí.

Al segundo día prepararon una fiesta en el campo, como se hacía antiguamente, los más jóvenes juntos y el resto aparte nuestro, yo de vez en cuando miraba al otro grupo intentando saber que contaban y de que se reían, los refrescos y bebidas corrían bastante entre todos y me levanté internándome en el bosquecillo para orinar, mientras hacía mis necesidades escuchaba a los pájaros y el zumbido de las moscas, se respiraba paz y una sublime tranquilidad, me abrochaba los botones de la bragueta cuando de pronto una mano me cubrió la boca mientras me tumbaba al suelo boca abajo susurrando: ¡Has estado excitándome para que ocurriera esto, siempre mirándome, casi suplicándome! Su mano libre arranca mi zapatilla tirando de mi calcetín y lo mete dentro de mi boca, con sus manos libres me baja el pantalón corto y sus dedos no dejan de meterse entre mis nalgas separándolas, mis brazos son estirados por otra persona que no veo, ya que mi cabeza está apretada contra el suelo de yerba, me parece oír el sonido de un cinturón y al poco noto sobre mi culo una polla que se restriega sobre mi culo, poco después mi grito de dolor muere en mi garganta cuando su mano me la aprisiona con fuerza y su verga se encuentra dentro de mi culo, lloró, maldigo en silencio, su voz aterciopelada dice: ¡Ahora ya no tendrás dolor, si juras no gritar te saco el calcetín de la boca! Yo asentí y sacó la prenda de mi boca, yo tosí y la voz susurrante dijo: ¡Ahora vamos a disfrutar juntos! Y su polla entraba y salía con fuerza de mi culo, yo gemía de dolor, agonía y tal vez placer, arrastró mi cuerpo con el suyo quedando de costado y le dijo al otro: ¡Chúpale bien la polla al niño, quiero que disfrute con ello! Y así fue como uno me violaba, el otro me hacía sentir un hombre, finalmente el de detrás terminó sacando su verga y soltando su semen sobre mi culo, su mano siempre estuvo alrededor de mi garganta, yo también derramé mi semen en la boca del otro mientras él se masturbaba como un loco llegando a su final. El calcetín sirvió para secarme el semen de mi trasero, se terminaron de vestir, ayudándome a mí, entonces vi a los causantes, Rubén el violador y Bruno el mamador, en mi mente siempre quedarían así grabados. Rubén dijo: ¡La primera vez es cuando más duele, luego ya no, has estado de 10 chico! Y se alejaron, yo regresé con mi grupo.

Me preguntaron por las briznas de hierba sobre mi ropa y dije que había resbalado por la humedad del suelo. Esa noche no pude dormir bien me dolía el culo y la garganta, salí a tomar un poco el fresco de la noche y casi sin darme cuenta merodeaba alrededor de la casa grande, entonces me di de bruces con Rubén, que simplemente con un slip y zapatillas fumaba tranquilamente, me dijo: ¿Ehhh chico, tampoco puedes dormir? Yo asentí con la cabeza y él continuó: ¡Siento haberte tratado de ésa forma, pero no estaba seguro que lo hicieras de forma voluntaria y tenía ganas de poseerte, perdóname! ¿Cómo te llamas? Yo dije: ¡Mi nombre es Jorge, pero todos me llaman Wolf! Rubén asintiendo dijo: ¡Realmente eres especial, te queda bien el apodo de Wolf, tienes una mirada lobuna que me atrajo desde el primer momento! Tiró su cigarrillo al suelo pisándolo y dijo: ¿Te apetecería subir conmigo al cuarto? Yo asentí de nuevo como si un imán tirara de mí.

Su habitación estaba algo alejada de las otras y tenía un baño dentro, en la gran cama Bruno dormía plácidamente, Rubén dijo que había bebido más de la cuenta, en el otro lado sobre una mullida alfombra frente a frente me abrazó soltando: ¡Eres hermoso y cuando te posea te haré feliz de nuevo, aunque reconozco que me gusta que se resistan un poco, eso me excita más aún! Puso sus manos sobre mis hombros obligándome a agacharme delante de él, de su slip sacó una gran polla y la acercó a mi boca, diciendo: ¡Abre la boca y no uses los dientes! Su otra mano levantó mi barbilla y abrí al boca, él sujetándose la verga la golpeo contra mis labios y cara, la metió dentro de mi abierta boca, sus manos apretaban mi cabeza forzándome a tragarme esa descomunal verga, al poco la sacó y tosí, lo fue repitiendo hasta que mi boca se fue acostumbrando a la intrusa, ya no apretaba mi cabeza y sus manos fueron sacándome la sudadera, gemía en silencio, no sé bien porqué su cuerpo tan perfecto me llamaba tanto la atención, mis dedos acariciaban su tableta abdominal y se posaban sobre sus caderas, las nalgas tan duras me excitaban y las fui apretando, se apartó de mi boca diciendo: ¡Cómo sigas así la noche durará poco! Me hizo levantar y él se agachó abriendo y sacándome el pantalón junto al slip y el calzado, una mano sopesó los huevos mientras la otra acariciaba mi verga diciendo: ¡Dentro de unos años, tendrás un portento aquí, harán cola para mamártela! Y sin miramientos se la llevó a la boca, el calor dentro de su boca hizo que tuviera una rápida erección, su cabeza adelante y atrás me llevaba al éxtasis, me dio la vuelta mirándome el trasero y dijo: ¡Tengo que enseñarte a limpiarte bien el culo, para estar siempre disponible! Y tirando de mí caímos sobre la alfombra quedándome boca abajo, él escupió sobre mi ano y luego sobre sus dedos, los fue pasando sobre mi agujero mientras separaba mis nalgas, sus dedos eran insistentes y poco a poco entró uno, el ano me ardía, al poco entró otro más y los movía dentro de mí, mis manos primero sobre la alfombra para después intentar que parara, entonces noté el peso de todo su cuerpo sobre el mío, su polla rozaba mi entrada, mis manos hacia atrás intentaban impedir que me penetrara, pero el reía cerca de mi oído, su capullo fue entrando, me acalló poniendo su mano sobre mi boca deslizándola al cuello, en mi espalda notaba sus palpitaciones aceleradas dijo: ¡Muy bien Wolf, te resistes cómo a mí me gusta y has conseguido que me corra dentro de ti, eso es perfecto, así tenemos toda la noche para domarte, mi pequeño “Lobo”! Su verga fue entrando más profundamente y giró nuestros cuerpos separando mi pierna, notaba esa verga dura y candente, sus manos me atenazaban el cuerpo pero una descendió sujetando mi verga y me masturbó mientras la suya se incrustaba una y otra vez dentro de mí, el otro brazo por debajo de mi barbilla apretaba mi garganta, yo gemía, su boca siempre junto a mi oído decía: ¡Ahora cambiaremos de posición para que veas como te estoy follando, necesito ver tu rostro mientras te penetro!

Y poniéndome boca arriba levantó mis piernas clavándose de nuevo dentro de mí con un golpe potente, gemí, no de dolor, simplemente sus palabras en mi mente me enardecían más, con mis piernas dobladas veía mi verga dura sobre mi vientre goteando placer y su polla entrando una y otra vez dentro de mí con tanta fuerza que me cortaba la respiración, admiraba todo su cuerpo en tensión moviéndose mientras me taladraba, no sé la expresión de mi cara, pero alargó su mano levantándome la barbilla e inclinó su cuerpo sobre el mío y me besó, sus labios tan carnosos me supieron a gloria, su lengua entraba y buscaba la mía al final ambas luchaban entre sí, ahora sus embestidas eran más fuertes, notaba que sacaba toda su polla para clavarla de nuevo y yo gemía en su boca, mi corazón estaba acelerado y mi verga temblaba entre nuestros cuerpos y la mía estalló soltando semen y más semen, parecía un surtidor, entonces noté que mi culo se inundaba, era su semen que me llenaba el culo, gimió en mi boca diciendo después: ¡Eres un chico malo, has conseguido hacerme correr en muy poco tiempo por dos veces!

Fuimos al baño y bajo la ducha metió sus dedos dentro de mi ano limpiándolo de su semen también de otros restos menos agradables y me indicó la mejor manera de hacerlo hasta quedar bien limpio, nos secamos y regresamos a la habitación, nos metimos en la cama de costado, yo en medio de Bruno el durmiente y Rubén pegado a mi espalda abrazándome, apagó la luz, notaba sus besos en mi nuca y hombros, susurraba: ¡Wolf eres increíble, sino te doblara la edad, me gustaría que fueras mío para siempre! Yo medio dormido dije: ¡Gracias Rubén, me gustas mucho, eres espectacular…! Y me quedé frito de agotamiento.

Entraba unos rayos de luz a través de las persianas, mi verga estaba dura y notaba un profundo placer abrí los ojos encontrándome la espalda de Bruno delante de mi cuerpo, su cuerpo se movía rítmicamente, bajé mi mano sobre su costado sujetando su cadera y noté que se estaba follando con mi verga, pasé mi mano sobre su costado encontrándome con su dura polla totalmente erecta, la apreté con mi mano y gimió, besé su espalda y giró la cara hacia mí, dijo: ¡Siento haberte despertado! Yo dije: ¡No hay mejor sensación que ser despertado de esta manera! Yo notaba sobre mi trasero la polla de Rubén erecta de nuevo la sujeté llevándola a mi ano, apreté hacía atrás clavándomela dentro, su brazo reposaba sobre mi cuerpo, notaba su verga palpitar dentro de mí, los empujones que daba Bruno sobre mi verga calentaban también a Rubén, al estar entre ambos comencé a meter y sacar, ambas pollas, empujaba adelante clavándome en Bruno para después ser penetrado por la de Rubén, estiró su brazo y acarició la espalda de Bruno entonces abrió los ojos diciendo: ¡Wolf ya te dije, que eres un chico malo, no me dejas ni descansar un poco, pero bueno como estamos despiertos que continúe la fiesta!

Tal como estábamos giró nuestros cuerpos quedando Bruno boca abajo, yo sobre su espalda clavado en él y Rubén sobre la mía con su verga en mi culo, ahora él empujaba a todos follándome a conciencia, sacó su verga de mi culo y dándole la vuelta Bruno quedó boca arriba con las piernas separadas y lo penetró, hizo ponerme sobre la cara de Bruno y éste chupaba mi polla y a continuación mi ano, era un placer inmenso notar su lengua pasearse sobre mi ano sus manos apartaban mis nalgas y mi polla estaba durísima, lo mismo que la suya, me di la vuelta dejando mi trasero en su cara y mi boca capturó su polla, la fui chupando, gimió mientras era ensartado por Rubén de forma contundente y brutal. Algo después Rubén me puso de espaldas a él y Bruno con sus piernas muy dobladas,  mi trasero descansaba casi sobre el suyo y mis piernas sobre la parte trasera de sus muslos y Rubén me folló con la misma intensidad que antes a Bruno, luego sacaba su polla y la clavaba en su colega para volver de nuevo a mi culo, así pasó bastante rato giró mi cara buscando mi boca y follándome estalló dentro de mí llenándome con su semen, luego volvió a clavarse en Bruno mientras yo lo masturbaba y él chupaba mi verga, terminando los dos casi al mismo tiempo, yo llenando su boca y él salpicando su cuerpo y mi mano. Rubén soltó: ¡Coge tu ropa y lárgate o te echaran en falta tus colegas! La expresión de su cara tan seria parecía más una reprimenda, me vestí en el baño y sin decir nada salí por la parte trasera de la casa por donde habíamos entrado la noche anterior. No entendía la expresión sombría de Rubén.

En lugar de ir a mi cama fui a los establos, allí ya se había iniciado el nuevo día para las faenas encontrándome al joven que cuidaba el ganado y lo sacaba a pastar, lo saludé y hablamos de los animales y me dejó ordeñar algunas vacas, lo que me recordó la verga de Bruno mientras lo masturbaba y sonreía, le ayudé a llenar unos cántaros metálicos con la leche recién ordeñada, luego recogimos los huevos de las gallinas llenando varias cestas con ellos, echamos comida a las gallinas, a los conejos y a los cerdos, sacamos a las vacas levándolas a pastar, Antón, el nombre del joven me ofreció parte de su desayuno y preguntaba cosas de la ciudad, nos reíamos mucho le contaba anécdotas del colegio y de mis amigos, su única distracción era tras la misa del domingo veía a sus amigos durante unas horas para luego continuar con sus labores, me dijo que le gustaba una chica del pueblo y a veces se veían a escondidas después de cenar, me dijo que la joven se llamaba Antonia y yo me reí un montón diciéndole: ¿No llamareis al primer niño Antonino? Y Entonces él soltó una fuerte carcajada repitiendo: ¡Antón, Antonia y Antonino! Y otra carcajada de ambos, el malestar por parte de Rubén se esfumó, me encontraba totalmente relajado, le pregunté incluso cosas personales como se las agenciaba cuando tenía calentura, él sonriendo me hizo un gesto con la mano cerrada moviéndola de arriba abajo como masturbándose y sonreí, el joven no era feo para nada, muy agradable, con su camisa de franela a cuadros, su pantalón de pana algo más que ajustados- creo que le habían quedado pequeños de tanto lavarlos- con tirantes, parecía no llevar ropa interior, su verga reposaba en una de las perneras y sus huevos se marcaban bien. Volvimos con las vacas les dio de comer y fue a buscar a las mulas y caballos para llevarlos afuera que bebieran, yo me despedí entrando en la sala comedor, allí todos devoraban el desayuno, me serví un tazón de leche recién ordeñada con cacao y unas galletas, ni Rubén ni Bruno hicieron acto de presencia.

Todos iban a ir a un macizo montañoso se excursión, yo dije, que me quedaba, me encontré con Antón que cepillaba a los caballos, me lanzó un cepillo retándome a hacer lo mismo y riendo le ayudé, allí donde él iba le seguían dos perros pastor del pirineos, enormes, me gustaba acariciarlos y jugar con ellos, el joven tendría unos 18 años.

Al poco Antón y yo tumbados sobre el campo de alfalfa con los perros encima nuestro riendo mientras los acariciábamos, Antón dijo: ¡Tú rostro es muy expresivo, realmente te gustan los animales, es… como si te hubieras criado entre ellos, pero tus rasgos son lobunos, con los ojos grandes y rasgados, tu nariz ancha y recta, los ángulos marcados de tu cara y sobre todo el color de tus ojos gris azulados, pero depende del día o tal vez de tu estado de ánimo! Yo repliqué: ¡Por eso mis amigos me llaman Wolf, es Lobo en inglés! Añadió: ¡No me extraña nada el apodo, te queda bien, mejor que Jorge, creo que no te pega tanto! Y repitió en voz alta gritando: ¡Wolffffff…! Y volvimos a reír. Yo grité: ¡Antónnnnn…! Y así un rato finalmente nos enzarzamos en una pelea con los perros por medio, terminé derrotado con Antón encima de mí sujetándome las manos diciendo: ¡Ríndete! Yo empujé la pelvis hacia arriba derribándolo y cayendo su cuerpo sobre mí, su cara  estaba a centímetros de la mía, me miraba a los ojos y su boca descendió sobre la mía, sus fuertes brazos pasaron bajo mi espalda apretándome contra su cuerpo mientras me besaba, mis brazos antes impasibles lo abarcaron apretándome más a él, mi pierna notaba el endurecimiento de su verga dentro del ajustado pantalón de pana, llevé mi mano a esa zona acariciando su verga y gimió, apartó su boca de la mía diciendo: ¡Esto no está bien! ¡Voy demasiado caliente y el contacto contigo fue peor! Yo mirándole a la cara dije: ¡Déjame ayudarte! Lo dejé tumbado sobre la hierba y abriendo su pantalón y tirantes le deslicé la prenda hasta los muslos, efectivamente no llevaba ropa interior y su polla estaba muy, pero que muy dura, la cogí con la mano comenzando a lamerla, él estaba rígido, pero al cabo de poco sus manos acariciaban mi cabeza mientras subía y bajaba en una buena mamada, su cuerpo se contorsionaba de placer, no forzaba mi cabeza y yo me tragaba todo su cipote mientras él gemía.

Agachado entre sus piernas abrí mi pantalón sacando mi verga y masturbándome mientras saboreaba la suya, mis labios se apretaban sobre su verga dándole más placer, me tragaba toda su polla sacándola de la boca de vez en cuando y arremetía de nuevo finalmente notaba su final y aceleré mi mano y juntos estallamos de placer, él llenando mi boca y yo sobre la hierba del suelo, por primera vez me tragué el semen, tenía la boca tan llena que apenas podía respirar y por eso lo fui tragando, realmente no me desagradó para nada. Le dejé la polla bien limpia sin una gota de semen, se vistió despacio y mirándome la polla dijo: ¡Realmente eres un Lobo macho, tu polla hará feliz a cualquiera ya sea chico o chica! No dejó que terminara de vestirme se puso de rodillas frente a mí sacándome la polla y llevándosela a la boca ¡Hummm, que sabrosa que está! Al poco me terminaba de vestir  y nos tumbamos sobre la hierba fresca en silencio. Ésa noche dormí plácidamente recordando al joven Antón, tenía mucha fuerza en sus brazos pese a su delgadez, totalmente desnudo debía estar de muerte.

Para el día siguiente todos iban a recorrer los 7 lagos, pero yo volví a quedarme y ayudé a Antón en todo lo posible terminando relajados en la pradera de nuevo, yo jugaba con uno de los perros, el otro dormitaba con la cabeza sobre mi compañero, el animal levantó la cabeza gruñendo y escuchamos una voz conocida: ¿Qué tal tortolitos? Yo iba a responder pero Antón apretó mi mano soltando: ¿Dónde has dejado a tu machito? Rubén cabreado intentó darle una patada, pero el perro saltó mordiéndole la pantorrilla haciéndolo caer sobre la hierba, una palabra de Antón y el perro lo soltó, Rubén se frotaba la pierna soltando improperios contra el perro, Antón se puso de pie enfrentándose a él diciendo: ¡Solamente te ha marcado, una orden mía y te abría desgarrado la yugular! Rubén se puso en pie y le dio un puñetazo, pero Antón lo esquivó apretó sus brazos alrededor de Rubén y rodaron sobre el suelo húmedo, yo les gritaba que se detuvieran, pero no me hacían caso, los perros y yo expectantes del resultado final, no sé cómo fue, que Rubén terminó mordiendo la hierba y sobre su espalda una rodilla de Antón mientras le apretaba la cara contra el suelo y retorcía sus brazos, sus piernas se movían intentando zafarse sin conseguirlo.

Y de pronto Antón deslizó los pantalones de Rubén dejando su culo al aire, le retorcía el brazo y se abrió su pantalón dejando caer sus tirantes golpeó varias veces su verga contra el culo de Rubén y lo penetró salvajemente, Rubén gritó ante la intrusión, Antón apretó su cara sobre la cabeza de él diciendo: ¡Esto es por lo que hiciste a Wolf en el bosque, os vi de lejos  abusando de él! Yo grité entre sollozos: ¡Antón, me pidió disculpas por ello! Pero Antón continuó: ¡Es bueno pedir disculpas cuando el daño ya está hecho! Y lo folló con ganas Rubén gemía de impotencia y placer, desde mi sitio veía su polla endurecida apareciendo por el lado de su cadera soltando semen mientras gemía, agotado Antón sacó su polla masturbándose sobre el culo penetrado mojándole, se arregló la ropa, se acercó a Rubén ayudándole a levantarse y le pidió disculpas, en silencio Rubén terminó de arreglarse la ropa y se iba a marchar cuando Antón le dijo: ¡Sí te apetece nos puedes hacer compañía! Y se tumbó a través por encima nuestro, el perro que lo había marcado se le acercó lamiéndole la mano, hablamos animadamente los tres.

Esa noche salí a tomar el fresco vi a Rubén fumando en el exterior de la casa, yo andaba hacía él pero él también comenzó caminar en dirección a los establos, yo también fui hacia allí, en la entrada estaba Antón también fumando, entre la oscuridad me acerqué a ellos, se estrechaban la mano y hablaban, Rubén se disculpaba de nuevo por mi violación y le contaba: ¡Siendo menor que Wolf, en mi país, mi padre me forzó y luego mis hermanos abusaban de mí hasta que crecí y me enfrenté a ellos peleándome uno tras otro finalmente me dejaron en paz! ¡Cuando vi a Wolf, tan inocente y puro como yo fui, quise destruirlo, luego me arrepentí por lo ocurrido! Salí de la oscuridad diciendo: ¡Yo podría haber peleado más contigo e impedirlo, le doy vueltas a la cabeza y tal vez lo deseaba! Besé los labios de Rubén y de Antón soltando: ¡Os quiero a los dos!

Antón dijo que los caballos estaban inquietos y por eso estaba allí, entramos dentro, acarició a los animales susurrándoles y se calmaron, subió a la parte superior y  tumbó una manta sobre el heno para los caballos sacándose el calzado junto a los calcetines, Rubén se acercó a él y se abrazaron apoyando sus caras juntas al poco Antón puso sus palmas sobre las mejillas de Rubén y sus labios besaron los agradables labios de Rubén, las manos de éste bajaron los tirantes y desabrocharon los botones de la camisa de franela sacándola del cuerpo de Antón, éste se subió los tirantes mientras los dedos de Rubén abrían los botones del pantalón su mano frotaba sobre la pernera del pantalón de pana, que engrosaba con rapidez, metió su mano por dentro del pantalón y Antón gimió, yo inmóvil miraba como si fuera una película erótica, Antón fue desnudando a Rubén quedando agachado su boca capturó la verga de Rubén y chupó con fuerza esa hermosa polla succionándola mientras deslizaba sus manos sobre el espléndido cuerpo de Rubén, lentamente sus cuerpos terminaron de rodillas sobre la manta apretándose mutuamente y saciando sus bocas, si el cuerpo de Rubén era espectacular el de Antón era impresionante los brazos más musculosos también sus piernas, su pecho bien formado, su culo respingón y prieto, tal como se le ceñían los pantalones así lo imaginé, con una buena polla.

Y de rodillas desnudos totalmente comenzaron a luchar entre sí, uno volteaba al otro, luego a la inversa, sus vergas crecían con el roce de la pelea, yo con mi ropa me acerqué a ellos intentando parar la pelea, terminando enmarañado entre ambos, le decía que pararan, pero nada ni caso, Antón dijo: ¡Es por ti, luchamos por ti! Y lloré gritando: ¡No quiero que luchéis, ya os he dicho que os quiero a los dos! ¿Qué más queréis? Poco a poco me fueron desnudando y sus bocas besaban mi cuerpo uno por delante el otro por detrás.

Rubén boca abajo con Antón sobre su espalda frotando su verga contra el culo y el joven de tez morena decía: ¡Antón fóllame igual que esta mañana, castígame! Lo puso a cuatro patas y lo penetró con fuerza poniendo su mano sobre la garganta de Rubén, que se quejaba y rugía de dolor y placer las embestidas eran muy potentes, yo me  acerqué a su cara y de rodillas frente a él metí mi polla en su boca profundamente haciéndole toser, de sus ojos cayeron algunas lágrimas, su cabeza se movía chupándome a fondo sin forzarlo, Antón gimió profundamente llenándole el culo de semen. Rubén se dio la vuelta y mirándome dijo: ¡Penétrame, quiero verte dentro de mí! Y entre sus piernas clavé mi verga, Antón a nuestro lado comenzó a chuparle la polla, me moje los dedos de la mano pasándolos entre las nalgas de Antón mis dedos entraron haciendo presión mientras se dilataba el ano, se levantó poniéndose con las piernas separadas sobre las caderas de Rubén ofreciéndome su culo, su mano masturbaba al tumbado y mi lengua lamía ése magnífico regalo, él gemía diciendo: ¡Que boca! Su ano palpitaba y se dejó caer juntando su polla sobre la de Rubén frotándose entre ellos, saqué mi verga de Rubén y presioné en el culo de Antón, al poco lo castigaba al igual que a Rubén metiendo con saña mi polla para sacarla de nuevo y embestir dentro otra vez, ambos gemían, sujetando las caderas de Antón derramé mi semen dentro de él gimiendo profundamente.

Antón se puso pegado a Rubén y yo me agaché sobre sus vergas mientras se masturbaban con frenesí, mis dedos pulgares estaban dentro de cada uno de sus culos penetrándolos y los dos derramaron su semen sobre mi rostro, me lamieron su semen y finalmente quedamos tumbados sobre la manta agotados. Era mi última noche allí de vacaciones y no volveríamos a vernos nunca más, a media mañana me venían a buscar.

Me despertó el repiquetear de la lluvia sobre el tejado, antes de abrir los ojos pensé ¡Bonito sueño y muy caliente! Bajé mi mano a mi verga que estaba dura entonces abriendo los ojos miré el tejado del establo y a mi lado estaban Rubén junto a Antón ambos boca abajo durmiendo plácidamente ¡Así no fue un sueño! Me levanté con cuidado y acercándome a un cubo lleno de agua me refresqué la cara, de pie los miré a los dos, eran tan magníficos sus cuerpos que quería retenerlos en mi memoria, me fije que sobre las nalgas de Rubén había semen casi seco y del ano de Antón se había deslizado un poco de mi semen con gotas de sangre, tal vez lo había desgarrado. Tras mirar la hora me incliné acariciando su espalda, abrió los ojos sonriéndome, le mostré la hora y se incorporó, le pregunté: ¿Te duele? Él negó con la cabeza soltando: ¡Ayer sí me dolió bastante, pero disfruté mucho contigo! Se lavó con las manos tomando agua del cubo y secándose con la camisa de franela, despertamos a Rubén que era reacio a levantarse, pero lo hizo finalmente, vestidos nos besamos los tres y fuimos a desayunar al comedor general, Rubén fue a su habitación metiéndose de nuevo en la cama y yo acompañé a Antón como todos los días, estaba más callado que de costumbre, horas después en el prado dijo: ¡No esperaba lo que anoche pasó, lo disfruté mucho, me habría gustado estar los dos solos abrazados y tal vez habríamos tenido sexo, no lo sé, desde que te conozco te veo constantemente en mis sueños, nunca había sentido esto por nadie y me asusta un poco!

Apreté mi cuerpo contra el suyo sobre la hierba, mis dedos fueron abriendo su camisa, después el pantalón, mi mano acariciaba su cuerpo deslizándola dentro del pantalón buscando su verga, incliné mi cuerpo sobre ella como si fuera el Santo Grial y comencé a lamerla para chuparla al instante, sus dedos acariciaban mi cabello y yo me iba desnudando, cuando quedé sin prenda alguna mirándole a los ojos dije: ¡Antón, poséeme, hazme tuyo, igual que yo ayer contigo, así te llevaré dentro de mí corazón, porque yo me entrego a ti! Lentamente terminó por desnudarse y dejando mi cuerpo sobre su ropa, se puso entre mis piernas levantándolas, su inmensa polla crecida de nuevo me penetró, di un respingo ante el dolor, él no apartaba sus ojos de los míos y mis manos lo acariciaban por todas partes, él susurraba: ¡Estás tan prieto que no duraré mucho, me gustaría estar toda la eternidad dentro de ti, me gustas, me atraes, me seduces y me haces feliz! Yo miraba su pedazo de tronco entrando dentro de mi ano y yo apretaba con ganas contra él, inclinó su cuerpo sobre el mío sujetándome los hombros mientras su boca devoraba la mía, su cuerpo se aceleraba y yo le comía la boca de forma insaciable, crucé mis piernas alrededor de sus caderas y gimió con fuerza derramándose dentro de mi culo, durante un buen rato continuó entrando y saliendo del mismo. Levantó mis piernas y culo sujetándolo con sus manos lamió mi ano y finalmente su boca chupó mi verga, su cabeza subía y bajaba constantemente y consiguió que yo terminara dentro de su boca, siguió chupando un poco más y al poco dijo: ¡Ahora tú tienes dentro algo de mí y yo de ti! Desnudos nos tendimos sobre la hierba.

Algo más tarde nos vestimos y regresamos, mi padre no tardaría en aparecer a recogerme.


Wolf me dijo: ¡Ves Kike, no todo es como aparenta, uno puede tener un cuerpo perfecto pero ser un borde, otro más normal puede tener un corazón de oro o viceversa! Yo pregunté: ¿Supongo que no tienes fotos de ellos? Wolf dijo: ¡No pero hice un dibujo lo más parecido a ellos, pero en aquel momento yo no dibujaba tan bien! Buscó en su Tablet y aparecieron varios dibujos, unos fumando junto al establo, otro luchando sobre el heno y en otra teniendo sexo ellos dos. Yo mirando a Wolf dije: ¡Sí con el relato me has puesto cachondo viéndolos dibujados tengo una erección de caballo! Wolf se sentó en mí hamaca soltando: ¡Buscaremos una buena solución para ello! Y sus largos y delgados dedos deslizaron mi bañador hacia abajo mostrando la dureza de mi polla, se inclinó sobre mí y sus labios cogieron mi verga, al principio solamente el capullo y su lengua reseguía el tronco, pero luego lentamente se la iba tragando toda y yo gemía intentando apartar su boca, él me decía: ¡Kike mi querido Kike déjate llevar por la pasión y el desenfreno, gocemos juntos! Bajó su bañador y colocándose a horcajadas sobre mi cara me ofreció su espléndida verga mientras que su boca chupaba la mía, notaba el latir de nuestros corazones a mil por hora, el placer y los gemidos terminaban en nuestras bocas, sus dedos acariciaban mi ano metiéndose dentro de mí abriéndome para recibirle, mis manos también hurgaban su ano que notaba palpitante, mis dos dedos entraban dentro de él y los suyos dentro de mí de forma tan insistente, que le avisé, pero continuó chupándome con más frenesí derramando mi semen dentro de su boca y así continuó chupándome mientras yo me descargaba en la suya gimiendo.

Instantes después los dos dentro del agua, Wolf con sus brazos extendidos sobre el borde de la piscina yo frente a él empujando dentro de su culo mi verga mientras sus piernas alrededor mío me aprisionaban y sus labios devoraban los míos, era pura felicidad, nunca había sentido eso por nadie, mi hermano Pol es más frío en ese aspecto se deja hacer, pero esto es muy distinto, me incita, me excita, me calienta arrastrándome con él al paroxismo, de Wolf no se puede decir que es guapo, el clásico guapo, pero es atractivo todo él, cuando te mira te derrites, cuando te abraza quieres estar siempre ahí, lo mismo cuando te penetra nunca te apartarías de él y ahora, que yo lo penetró quiero que dure eternamente sus labios te absorben el cerebro, sus gemidos me aceleran y empujando mi polla reviento de nuevo dentro de su culo gimiendo de forma incontrolada, menudo placer siento al estar junto a él y mis labios devoran los suyos tomando su aliento.

Momentos después mi cuerpo está apretado contra las baldosas de la piscina sujetándome con los dedos de mi mano en el borde y Wolf me penetra de forma contundente una y otra vez susurrándome al oído: ¡Yo nunca puedo ser tu hermano Pol! Giro mi cara sorprendido ante ésa afirmación y digo entre gemidos: ¡Nunca te he considerado cómo a mi hermano Pol, lo amo y punto, pero tú me haces feliz, me llenas el corazón, mi culo y mi polla palpitan cuando estas cerca! Gira mi cuerpo quedándonos frente a frente me mira a los ojos con esa mirada gris azulada y separó mis piernas dejándome penetrar de nuevo por él abrazándolo y digo: ¡Te quiero Wolf! Su polla entra y entra con fuerza yo gimoteo, suspiro soltando su nombre una y otra vez, noto que se derrama dentro de mí apretando mi cuerpo contra el suyo, mi verga exprime los últimos vestigios de semen, su boca se deleita con mis labios y eso me enciende de nuevo, él lo ha notado ya que se sumerge en el agua cogiendo mi verga y la chupa de nuevo provocándome una nueva sensación de placer que termino llenándole la boca.

Me gusta acariciar su cuerpo y ahora nos deslizamos en el agua como dos delfines abrazándonos y besándonos apretando nuestros cuerpos uno contra el otro.

Continuará.