Amigos traviesos

El verano cada vez nos ponía más cachondos y mi culo pedía la verga de mi mejor amigo

De pronto aquel recuerdo me invadió provocandome excitación de mi primera vez con mi mejor amigo.

Lo consideraba como a un hermano ya que soy hijo único, nos conocemos desde los 4 años pero el tiempo nos había llevado a la pubertad de los 18 años cuando todo sucedió.

Ese día mis padres tenían que dar una conferencia fuera de la ciudad y me dieron permiso de invitar a Ian para no estar solo en esa gran casa, hacía mucho calor en el living mientras jugábamos videojuegos cuando de pronto mi amigo se quitó la remera para estar más fresco, yo por mi parte no podía dejar de mirarlo de reojo aquellos abdominales suavemente marcados con algo de sudor en su pálido pecho.

-Los ojos al televisor Rubio. Menciono mi amigo que al parecer ya se había dado cuenta a lo que hice caso para ya no mirar más pero él le puso pausa al videojuego.

-Verte con esa remera me da más calor. Dijo mirándome fijo con aquellos ojos celestes y con sus manos trataba de quitarme la remera con risas hasta que lo consiguió.

-Ahora estás más cómodo amigo.

-Creo que con este calor terminaremos en ropa interior. Dije riendo contagiando la risa, seguimos con el videojuego pero mi mente me jugó una mala pasada provocandome una erección.

-Vaya al parecer el calor te pone duro eh?. Menciono volviendo a mirarme pero esta vez con su mirada recorriendo todo mi cuerpo hasta posar esos ojos celestes en mi boca entreabierta.

-El ejercicio nos está poniendo bien duros...quiero decir...

-Dime. Dije mientras acercábamos nuestros rostros.

-Tu también me estas poniendo duro. Dijo tomando mi mano y poniéndola en su pantalón sintiendo su bulto, sin pensarlo le robé un beso rápido para luego separarme pero el me tomó por el hombre.

-Esperaba tanto este beso, no me sueltes. Dijo volviendo a unir nuestros labios en un fogoso beso saboreando cada minuto hasta separarnos por falta de aire.

-Nunca hice esto con un chico. Mencione agitado.

-Yo tampoco pero quiero hacerlo contigo, ¿quieres?

Le respondí con un beso mientas apretaba su miembro sobre el pantalón provocándole un gemido de pronto él comenzó a bajar los besos por mi abdomen lamiendo y succionando hasta llegar a bajar lentamente el pantalón para sacar mi erecta verga que observo con lujuria mientras su mano subía y bajaba hasta meterla en su calida boca lentamente apretaba con sus labios.

-Oohhh lo haces muy bien.

Mis palabras lo motivaron más a meter más adentro mi verga provocando unas pequeñas arcadas y sus manos buscaban mis bolas para acariciarlas pero con su dedo fue buscando mi agujero para acariciarlo con saliva para ir lubricando mientras yo no paraba de gemir, hasta que se detuvo completamente.

-Puedo follarte lindo Rubio? Dijo mientras acariciaba mi rostro y coloco su pulgar en mi boca para lamerlo a lo que yo acente con la cabeza.

Me subí en el sillón de espaldas para entregarle mi culo y él comenzó a lamerlo haciéndome sentir placeres que nunca imaginé que hubiera ahí, deje caer mi cabeza hacia adelante cerrando los ojos al sentir como su dedo se introducía fácilmente.

-Mmmhh siento como arde de placer mi ano.

-Ajammm luego sentirás mucho más placer.

Empezó a meter y sacar aquel dedo despacio un par de veces para luego reemplazarlo por su verga que iba entrando lentamente, provocándome un gran gemido.

-Todo bien?

-Sisisisi sigue no pares. Dije respirando hondo sintiendo su verga caliente entrando y saliendo.

-Ooohhh oohh mmhhh.

Comenzó a moverse a un ritmo lento que me volvía loco apoyando su boca cerca de mi oído para escucharlo gemir, apretó mi cintura con fuerza para empezar a moverse más rápido.

-Aahhhh aaahh asiiii oohh

Nuestros gemidos se mezclaban y el mordisqueaba mi hombro mientras sus sacudidas hacían que sus bolas choquen con las mías hasta que senti algo caliente en mi interior, se había corrido y seguía con sus frenéticos movimientos sin descanso

-Aaahh cojeme a mi mmmhhhh. Me decía en el oído, lentamente fue saliéndo de mi culito y él se acostó en el sillón con una sonrisa traviesa mientras que yo lo ayudé a elevar sus piernas a mi hombro para besarlas hasta bajar a su hoyito y empezar a lamer de a poco ir metiendo mi lengua escuchando sus sensuales gemidos.

-Mmmhhh aaah no pares. Decía cerrando los ojos hasta que logre introducir un dedo y moverlo con lentitud como él me lo había hecho a mi, no podía más tenia que enterrar mi verga en ese culo caliente así que me posicione de a poco ir entrando sin ninguna queja, apoyé mis manos a la altura de sus hombros para moverme lento hacia delante y atrás sintiendo sus gemidos mientras me observaba mordiendo sus labios. Comencé a subir la velocidad rápido y él entrelazo sus piernas en mi cintura para poder meter más profundo, ambos inundabamos el cuarto de gemidos hasta que con mi mano tome su verga para masturbarlo.

-Ooohhhh juntos oohhh nos vengamos juntos. Dijo entre gemidos y yo me encargué de darle unas buenas embestidas mientras el solito se masturbaba fuerte, él fue el primero en correrse manchando todo su pecho con su propio semen y yo no paraba de darle sacudidas haciendo que sus ojos se pusieran blancos de tanto placer hasta que estalle en su interior bajando la velocidad y me apresure para sacar mi verga así recibir todo mi semen que expulsaba su culito, lo besé compartiendo el líquido blanco para tragarlo entre los dos después baje a limpiar su pecho con lamidas saboreando su leche dulce, ese dia él se quedo a dormir pero nos pasamos todo el día follando como conejos. Hoy en día estamos felizmente casados y sin perder la pasión que nos tenemos