Amigos con derecho... a todo

Juegos de palabras... de manos... de provocación. Son esos los juegos que nosotros jugamos y las consecuencias de estos a veces son impredecibles...

Amigos con derecho… a todo.

Marcos y yo siempre hemos sido muy buenos amigos. Nos conocemos desde niños y poco a poco nos hemos conocido mucho mejor, por así decirlo. Yo siempre le gusté a Marcos y él siempre me gustó a mi, sin embargo nunca tuvimos nada, siempre fuimos amigos, a pesar de su insistencia yo nunca quise tener nada con él por mucho que me gustara. Razones había muchas pero ahora no importan… después de lo que pasó hace tres meses eso ya no importa… aunque de todos modos aun somos solo amigos, claro, tenemos ciertos privilegios con respecto a los demás amigos, somos amigos con derecho… a todo.

Todo esto comenzó, como dije, hace tres meses. Yo llevaba mucho tiempo sin ver a Marcos. Antes vivíamos en el mismo edificio pero desde que me mudé lo vi muy pocas veces. Luego el se mudo a otra ciudad y después de casi dos años sin vernos de cerca, sin hablar, nos encontramos un día en la fiesta de cumpleaños de un amigo en común. Estaban sus hermanas y su mamá en la fiesta así que él debería llegar en cualquier momento. Yo estaba hablando con Francisco, el cumpleañero y mejor amigo de Marcos. Entonces apareció, a lo que Fran dijo: “ya llegó! Por fin!” yo no entendí pues no vi a nadie conocido, solo a un chico alto y con un cuerpazo increíble… si así se veía vestido, no quería ni imaginarme como se vería desnudo… de todos modos después de detallarlo no le di mayor importancia pues estaba de espaldas y uno a veces se lleva sorpresas desagradables, preferí esperar a verlo de frente para terminar de sacar mis conclusiones acerca de cómo se veía. Entonces se volteó y cual fue mi SORPRESA cuando vi quien era. Era, por supuesto, Marcos. Ustedes se preguntaran por que me sorprendí tanto… les explico: unos meses atrás lo vi de lejos y no era ni la sombra del monumento que llegó a la fiesta, Marcos siempre fue un chico muy lindo con una sonrisa y una mirada café preciosa, pero era muy delgado, y cuando digo muy delgado es porque en verdad era flaco. Siempre fue alto pero ahora tenía un cuerpo de modelo, los pantalones se ajustaban a su trasero firme y a sus muslos, cosa que antes ni en sueños habría pasado, se veía que tenía una espalda y un pecho muy bien desarrollados (luego confirmé lo que pensaba). Me quedé muy impresionada cuando me di cuenta de que era él.

Marcos se acercó a saludarme, me dijo como de costumbre lo bien que me veía (eso era tradición y el seguía siendo el mismo a pesar del cambio en su apariencia). Yo respondí a sus halagos diciéndole que se veía muy bien y que no parecía el Marcos que yo conocía de toda la vida. Él me dijo que estaba en un gimnasio y que hacía mucho ejercicio… eso no tenia ni que decirlo, su cuerpo era la mejor evidencia de ello. Ahí comenzó la parte buena, hablamos todo el tiempo y no nos separamos en toda la noche, bailamos hasta más no poder.

Desde que nos conocemos y de eso hace ya unos años siempre jugábamos a provocarnos y ese día no fue la excepción, era tan excitante ese juego… Marcos y yo éramos la envidia de todos en la fiesta y eso nos divertía mucho. Mientras hablábamos él me dijo una vez más que siempre me había querido mucho y que lo que sentía por mi no era un cariño que se siente por una amiga pero que tampoco me amaba. A mi me pasaba lo mismo, lo que hay entre el y yo es una relación extraña, es una atracción muy fuerte, nos deseamos pero no queremos ninguna relación seria… se podría decir que una pasión animal nos une, se respira en el ambiente que nos deseamos, la gente lo nota y cuando estamos cerca solo jugamos a provocarnos

Marcos esa noche me pidió que bailáramos y dejásemos correr la noche a ver que pasaba y  como no tenía absolutamente nada que perder acepté… la verdad es que estaba muy caliente. Mientras bailábamos Marcos me pregunto si alguna vez había tenido relaciones con alguien y cuando le respondí que si se sintió muy complacido, pues, al igual que yo, prefiere estar con alguien que tenga algo de experiencia. Pude notar lo complacido que estaba cuando después de dar unas vueltas me tomó con fuerza por la cintura y me apretó contra su cuerpo, entonces sentí que tenía una tremenda erección, cosa que me excitó mucho, me dijo que le gustaba sentir mi cuerpo cerca del suyo…mientras más cerca, mejor. Entonces yo decidí continuar jugando y me acerque más a él, acerque mi boca a su oreja y después de un beso muy suave que le provoco un escalofrío le dije:

  • Todavía no estamos tan cerca como me gustaría…- y apretándome más contra su cuerpo me dijo también al oído:

  • Y ahora? Ya no podemos estar más cerca.

  • No estés tan seguro – le dije – la ropa estorba

  • Tienes razón… aunque eso lo podemos arreglar.

  • La noche aun es joven, tenemos tiempo para eso más tarde… - le dije y me separé un poco de el – voy a buscar algo de beber.

Dejamos de bailar y fui a la cocina de la casa a buscar algo para beber, había logrado excitarlo más de lo que podía aguantar pero como había mucha gente en el lugar se tuvo que quedar con las ganas de desnudarme y ...

Cuando regresé a la sala pregunté por él y me dijeron que estaba en la terraza porque tenía mucho calor. Fui allí y le pregunté por que estaba tan solo, me dijo que lo había dejado con las ganas y que trataba de calmarse un poco… pero… como yo no quería que eso pasara le dije:

  • Por qué? Acaso harías algo malo?

  • No lo se. Me excitas demasiado, lo sabes y aun así me provocas, pero tienes miedo de lo que pueda pasar, por eso solo juegas conmigo cuando hay mucha gente alrededor, porque sabes que no puedo hacer nada, solo eres una cobarde.

  • No te tengo miedo, ni a lo que pueda pasar, yo también estoy muy excitada, no te imaginas cuanto, solo quiero saber hasta donde puedes llegar y cuanto tiempo eres capaz de aguantar mis provocaciones

  • Ay Agatha – me interrumpió – no juegues con fuego si no te quieres quemar. – me dijo y se dio media vuelta dándome la espalda.

Se quedo en silencio y yo después de un momento decidí dejar de jugar y ser más directa con el, quería llegar más lejos, desnudarlo, acariciarlo, besarlo y que él me hiciera lo mismo, lo deseaba demasiado y esa ultima frase me provoco, sabia que el quería lo mismo que yo, así que me quite la tanga negra que llevaba puesta (estaba vestida con un vestido corto negro muy bonito y unas sandalias), me acerque a el y la guarde en el bolsillo de atrás de su pantalón y le dije mientras pasaba mi mano por su entrepierna:

  • Y quien te dijo a ti que yo no me quiero quemar

Salí de la terraza y me fui a la sala que estaba en el piso de abajo pero Marcos me alcanzo en las escaleras y sin decir una palabra me empujo contra la pared y me beso, era tan fuerte, pudo hacer conmigo cualquier cosa. Me llevo al baño a lo que yo no puse resistencia, cerro la puerta con seguro y me dijo:

  • aquí no nos va a molestar nadie, no sabes cuanto tiempo he deseado que esto pasara, de verdad estabas muy húmeda.

  • Aun lo estoy, por que no lo compruebas – abrí mis piernas un poco y puse su mano en mi entrepierna – o es que acaso tienes miedo

No tuve que decir más nada, en realidad no me dejo, me beso y me quito el vestido, me dijo que ahora le tocaba jugar a el, beso mis senos, mordió mis pezones muy despacio… como me gustaba lo que hacia. Me acerco a el pero el no se quito la ropa, solo se bajo el cierre del pantalón y saco su largo pene duro como una roca y lo rozo contra mi clítoris, eso me volvió loca pero traté de disimular lo excitada que estaba… en este juego ganaba el que resistiera más… traté de desabrochar su camisa pero él hizo algo que no me esperaba, tomo mis manos y  me dio media vuelta. Estaba de espaldas a él viéndome en el espejo, totalmente desnuda, con las manos amarradas, me sentí tan vulnerable e indefensa… no sabia que iba a hacer luego. Eso me excitaba mucho y a la vez me asustaba un poco, era presa del temor y el deseo. Así como estaba, desnuda, de espaldas a el, viéndome en el espejo, viendo su boca en mi cuello, sintiendo su aliento y sus manos atando mis manos con mucha fuerza, le pregunte:

  • Y ahora? Que piensas hacer?

  • No lo se, tal vez no haga nada aun

  • Por que? Acaso te acobardaste? – entonces con una mano sujeto con mucha fuerza mis manos y con la otra me tomo del cuello.

  • No, no me acobarde, solo quiero jugar – y deslizo su mano lentamente por todo mi cuerpo

Mis senos, mis pezones duros como rocas por el deseo que me invadía, mi culo y mis piernas fueron las victimas de su juego, sus dedos parecían plumas en mi piel… pellizcó suavemente mis pezones arrancándome un leve suspiro… no quería demostrarle que me derretía entre sus brazos, pero el calor del momento me estaba traicionando. Al escucharme y verme a través del espejo se detuvo un momento y tras una sonrisa maliciosa me dio una nalgada bastante fuerte y luego deslizo sus dedos por mi clítoris y por mi vagina… estaba tan húmeda.

Entonces metió uno de sus dedos en mi vagina y me hizo gemir de placer, así como estaba… apenas podía mantenerme en pie, estaba temblando pero de deseo… él se dio cuenta de lo mucho que me gustaba y siguió metiendo y sacando rítmicamente un dedo, luego dos, mientras que con el pulgar acariciaba mi clítoris. No tarde mucho en llegar a un orgasmo… estaba fuera de mi… mis gemidos pasaron de ser tímidos suspiros a ser fuertes… casi gritos, lo había olvidado todo, no me importaba estar en un baño de una casa que no era la nuestra y que además estábamos en una fiesta y había mucha gente, no importaba si alguien me escuchaba porque estaba disfrutando muchísimo del momento… esa sensación de inseguridad… pensar que alguien nos podría oír me excitaba.

Marcos seguía jugando y yo ya no podía mantenerme de pie, así que el me dio la vuelta, me abrazo… fue un abrazo muy tierno, me refugié entre sus brazos para no caerme… temblaba… me había hecho llegar muy lejos. Otro beso pero este más dulce que antes, suave. Nuestros labios se tocaron como si fueran a contarse un secreto, se acercaron lentamente y se fusionaron por un momento… su lengua busco la mía y tras una danza apasionada nuestras bocas se separaron… Marcos quiso decir algo pero un nuevo beso se lo prohibió

  • No digas nada… aun no terminamos… cierra los ojos.

Dicho y hecho… cerró los ojos y desabotoné su camisa. Una ronda de caricias invadió su pecho y su espalda, le arranque algunos suspiros con mis dedos. Jugar con sus tetillas lo hizo estremecer. Un escalofrío recorrió su cuerpo y mis dedos se deslizaron por su abdomen hasta su ombligo y luego descendieron hasta el instrumento de mi deleite y de su placer… le pedí que abriera los ojos… quería que viera como lo pajeaba… primero con un ritmo suave como una caricia y poco a poco el ritmo iba aumentando… arriba y abajo mi mano se deslizaba por su pene provocando deliciosas sensaciones en el… me pidió que no me detuviera y yo lo complací. Mientras continuaba con mi juego deslicé la otra mano por su entrepierna hasta sus huevos y comencé a masajearlos

  • Mmm… me corro… ahhhh… sigue… sigue… me corro

Acerque mi cuerpo al suyo un poco más. Mis pezones hicieron contacto con su espalda y eso lo excito tanto…empezó a olvidarse de todo… sus gemidos esporádicos aumentaron de volumen… arriba y abajo una vez más… otra… que rico era ver su cara en el espejo… estaba a punto de correrse… ya no podía más… se estremeció nuevamente y sentí en mi mano que un chorro tibio y espeso salió de su pene… que delicia… se estaba corriendo y mientras tanto yo seguía pajeándolo y masajeando sus huevos

  • Ya… para… no puedo más

  • Solo un poco más

  • Ya por favor… me tiemblan las piernas

  • Esta bien… mmm que rico

Y diciendo esto nos miramos al espejo y mientras sus ojos estaban clavados en los míos llevé mi mano a mi boca y lamí los restos de semen que habían caído en mis dedos… eso le encantó

  • Eres una golosa… no puedo creer esto.

  • Es que me provocas demasiado.

  • Lo se!

  • Tonto, hay que ver como eres

  • Eres increíble!

  • Lo se!

  • Ja ja ja, que modesta!

Nos besamos nuevamente pero esta vez unos golpes en la puerta nos interrumpieron.

  • ¿quién esta allí? ¿está bien?

  • Si si, espera un momento por favor – dijo Marcos.

Nos vestimos y salimos del baño, era la hermana de Marcos la que había tocado la puerta, nos dijo que había escuchado ruido y nosotros solo nos echamos a reír… creo que no quiso saber más al respecto, simplemente nos dijo que entonces no había oído nada pero que, de todos modos, estábamos medio locos…pues… que rico es estar loco entonces

Marcos y yo bajamos a la sala, solo Fran y algunos amigos se dieron cuenta de nuestra ausencia pero no dijeron nada, solo nos miraban. Nosotros sin inmutarnos seguimos bailando… después de lo que había pasado estar tan cerca sin poder sentirnos piel con piel era una tortura

  • Fran, esta muy bonita tu fiesta pero no me siento muy bien. – le dije.

  • ¿qué te pasa? ¿qué tienes?

  • Me duele un poco el estómago, debió caerme mal algo que comí, yo creo que mejor me voy a mi casa.

  • Pero, ¿no quieres tomarte algo?

  • No gracias. Además… estoy un poco cansada, quisiera dormir.

  • Bueno, pero no me gusta que te vallas así.

  • No te preocupes Fran. Yo la acompaño a su casa - le dijo Marcos.

  • Gracias Marcos, pero no tienes que acompañarme

  • Claro que si! No te vas a ir sola a tu casa si te sientes mal.

  • Bueno esta bien… ya que insistes

  • Vamos entonces.

  • Gracias por todo Fran, me encantó la fiesta - le dije a Fran

  • Chao! Cuídate. Mañana te llamo para ver como sigues.

  • Bueno pero llámame tarde que creo que voy a dormir mucho

Y Marcos y yo nos fuimos a mi casa… un poco de privacidad no nos caería mal. Teníamos que terminar lo que habíamos comenzado en el baño

CONTINUARA