Amigos

Dos parejas de amigos deciden pasar un fin de semana en un hotel rural.Las expectativas de unos y otros no son las mismas...

Que enorme decepción. Después de más de tres horas en coche con destino al paraíso en forma de hotel rural nos encontramos con un absurdo recepcionista que nos dice que solo hay una habitación con dos camas de matrimonio .Le dan igual nuestras quejas, el e-mail que le enseñamos donde nos confirmaban la reserva de dos habitaciones dobles para el fin de semana con llegada el viernes y salida el domingo, mi cara de angustia y de desolación. No hay nada que hacer, siente la confusión habida pero el hotel está lleno y además nos confirma que en la zona no encontraremos habitaciones en otros hoteles, es lo que tiene haber venido en la temporada alta, todo más caro y además abarrotado. Parece que le divierte la situación, cuatro jóvenes de la ciudad con problemas,  se debe notar mucho las ganas que tenemos de encamarnos  con nuestra pareja, a las chicas nos mira descaradamente, como ofreciéndonos su habitación si decidimos pasar del resto, debe basar su expectativa en alguna experiencia previa, pienso sobre la marcha que es lo que suele hacer este recepcionista,  intentarlo muchas veces con todo tipo de mujeres y alguna vez encontrará el éxito.

No me importa lo que piensen el resto, yo llevo mucho tiempo planeando el fin de semana con Juanma y no puedo aceptar lo sucedido. Desde que le vi a principio de curso en la facultad sabía que acabaríamos enrollándonos, solo necesitaba tiempo para que se fijase en mí, no me gusta hacerme notar, mi aproximación siempre es lenta, planificada, estudiada a base de mucha imaginación, juego con mi sonrisa y mi mirada, mis mejores armas. En este caso la dificultad todavía ha sido mayor porque había una novia por delante, pero a base de paciencia, mucha conversación  fomentando su ego y participando en sus aficiones, he conseguido organizar este fin de semana con su mejor amigo y su novia. No nos hemos dado todavía ni un beso, los dos sabíamos que teníamos todo el fin de semana para experimentar, para pasar desde el primer abrazo tierno hasta la escena más pasional que quisiésemos vivir y ahora el incompetente del recepcionista se lo carga todo, le da igual. No lo puedo aceptar.

Entramos en la habitación, es enorme, el problema no es el tamaño sino la medida: una habitación, un cuarto de baño, un armario…eso si hay dos camas de más de un metro y medio cada una. Sobre la marcha pienso que la única solución es turnarnos la habitación durante el día, espero que Juanma lo sugiera, a mi me da mucha vergüenza hacerlo, no quiero que ratifiquen lo que ya saben, que he venido a pasar un fin de semana de sexo con el chico que me gusta. Sé que Juanma no lo hará, está muy bueno pero es muy simplón, acostumbrado a tener todo hecho y a que le solucionen las cosas no se le ocurrirá sugerir los turnos, le bastará con meterme mano en la cama y poco más. Mi esperanza es su amigo Luis, listo y divertido, siempre dispuesto a sacar partido de cualquier situación, seguro que se le ocurre algo, tampoco él puede estar muy contento con lo sucedido, su relación con Laura es muy pasional y estoy convencida que no se va  a conformar con estar todos juntos en la habitación. Reconozco que me gusta y que si no estuviera Juanma me divertiría tener una aventura con él, tiene pinta de saber cómo tratar a las mujeres.

Después de deshacer las maletas, poniendo a la vista de todos la ropa interior que había traído solo para lucirme delante de mi chico, bajamos a cenar, el ánimo de mis compañeros de viaje no parece que se vea afectado por lo sucedido, no me lo puedo creer, ¡cómo no se dan cuentan  que la ineptitud del encargado del hotel ha estropeado el fin de semana lujurioso que nos esperaba¡. Hablan de la universidad, de los profesores, de las anécdotas del curso…Por mi parte estoy bloqueada, me dan igual todas estas sandeces que se repiten todos los años con distintos actores, solo estoy interesada en saber cómo voy a poder hacer el amor con Juanma, y nadie me da una solución , es más, ni se habla de ello, les da igual que vayamos a dormir todos juntos como cuando éramos niños de primaria y alguno organizaba una fiesta de cumpleaños y luego nos quedábamos a dormir en su casa.

De vuelta a la habitación  mi ánimo esta por los suelos, entre las copas que hemos tomado, el cansancio del viaje y la noche que se avecina, solo pienso en quedarme dormida lo antes posible. Me tumbo en la cama, a mi lado Juanma lee un folleto del hotel que describe las excursiones que se pueden hacer por los alrededores. Enfrente de nosotros  Luis comienza a desvestir a Laura. Quiero no mirar pero no puedo, cada vez que le quita una prenda se detiene y le da un beso en el cuello, la espalda…el cuerpo de Laura es pura sensualidad, tiene una  piel muy blanca que trasmite fragilidad y una curvas por delante y por detrás que sugieren pasión. Cuando está totalmente desnuda ya no me queda ninguna duda, no puedo competir con ella, es un cuerpo casi perfecto, se le nota que le gusta mostrarlo por la admiración que despierta. A mi lado Juanma sigue  leyendo y disimulando, le he visto mirar a escondidas, me fijo en su entrepierna y veo que está empalmado, está claro que le ha gustado la exhibición y que si pudiese se abalanzaría sobre ella. A continuación es el turno de Luis, sin ceremonias de ningún tipo, cómo si la ropa le quemase, se queda desnudo. Tengo su culo a cuatro metros míos y si pudiese me acercaría a tocárselo, es un atleta, una espalda ancha y unas piernas musculosas que terminan en esa maravilla de trasero. Me apetece que se dé la vuelta para verle por delante, su cuerpo y la naturalidad con que lo muestra me ha puesto muy caliente y cuando por fin se da la vuelta compruebo que él también está excitado, la sola visión del cuerpo desnudo de su chica le ha puesto la verga como un mástil. La representación termina con la pareja de modelos entrando en el cuarto de baño agarrados de la mano para darse una ducha.

Cuando vuelven a la habitación empieza de nuevo  su exhibición, entran en el cuarto como si estuviesen en una playa nudista, se pasean sin ningún recato, mostrando sus cuerpos de diseño mientras nos animan a que nos duchemos nosotros. Se tumban en la cama y cogen cado uno el libro que se han traído, les da igual que estemos a su lado, no le dan ninguna importancia a su desnudez y parece como si nos animasen a hacer lo mismo. Por mi parte no estoy dispuesta, es verdad que necesito una ducha pero no pienso exhibirme delante de ellos. Cojo del armario un pantalón corto y  una camiseta para ponerme después de la ducha y entro vestida en el cuarto de baño. La ducha me sube el ánimo, también la visión del cuerpo de Luis, no consigo quitármela de encima y me acaricio bajo el agua pensando en él y en las cosas que sería capaz de hacerle con su novia de observadora pasiva. Juanma interrumpe mi estasis, pide permiso  para sumarse  y sin que me de tiempo a responder está ya a mi lado. Es la primera vez que le veo desnudo y he de reconocer que me decepciona, no puede compararse con su amigo, los músculos de Luis no aparecen por ningún sitio, hay más grasa que fibra y su miembro es un minúsculo guisante en comparación con el  pene descomunal de Luis. Le dejo que me toque las tetas pero salgo rápido, no quiere que se anime, por lo menos hasta que estemos solos.

Mi vuelta a la habitación es ridícula, entro vestida con mi ropa de niña buena, mientras Laura permanece tumbada boca abajo en la cama recibiendo un masaje de su novio. Me fijo en sus nalgas, duras y redondas, ni en los vestuarios de los gimnasios he visto una iguales, parecen estar modeladas. Luis se detiene en ellas, las acaricia con las yemas de los dedos mientras agacha la boca para humedecerlas con su lengua. Laura me dice que no hay nadie que de los masajes como Luis, que me tiene que dar uno, que hay que cerrar los ojos y dejarse llevar. Mientras abro la cama para meterme en ella, pienso en que me gustaría ser yo la que estuviese tumbada  recibiendo el masaje y notar la boca de Luis recorriendo mi culo.

La vuelta de Juanma a la habitación es una confirmación de la desilusión inicial, aparece desnudo pero su cuerpo es anodino, insulso, nadie se fija en él, deambula por la habitación sin despertar curiosidad y se introduce en la cama consciente de no haber despertado admiración en las mujeres presentes, Laura sigue disfrutando de su majase y yo no dejo de pensar en el masajista.

Decidimos apagar la luz y hacemos la promesa de aprovechar mañana el día visitando todos los pueblos pintorescos de la comarca. Sé que tengo que  quitarme a Luis de la cabeza, o  no conseguiré dormir. Pienso en la última hora y el cambio que ha supuesto, el problema ya no es solo la falta de intimidad sino que con quién me gustaría acostarme es con Luis. Sigo muy excitada y si Juanma se me acerca sé que voy a hacer el amor con él, aunque sea pensando en Luis. Me da mucha vergüenza hacerlo delante de mis amigos pero sé que no voy a poder resistirme. Medito en hacerlo tapándonos con la sabana para que no me vean desnuda  y cerrando la boca con la mano para no jadear. Mientras me pierdo en estos pensamientos mojigatos, Juanma ha reptado, me ha quitado la ropa y está a mi lado abranzádome por la espalda, yo permanezco de lado con los ojos cerrados. Noto su pene henchido haciendo fuerza contra mi trasero y su mano empieza a buscarme, despacio, con mucha dulzura. Abro los ojos  y aprovechando la luz del pasillo que entra por debajo de la puerta, entreveo a nuestra pareja de amigos desnudos sobre la cama, ella sentada encima de él, dejando caer la espalda hacia atrás para amortiguar las sucesivas embestidas del pene de Luis.  Mientras sigo con la mirada a los amantes noto los dedos de Juanma dentro de mí. Han cambiado las posiciones, Laura esta tumbada boca abajo y Luis la penetra por detrás, ahora lo hace despacio, con movimientos regulares, parece que el ritmo lo marca ella y el solo lo interpreta. Juanma me penetra también por detrás, intento marcar el mismo ritmo que Laura pero no lo consigo. Juanma quiere ir más rápido, está muy excitado y no puede contenerse. Aunque sigo pensando en Luis, me gusta tener a Juanma dentro de mí, le noto muy caliente y sé que está disfrutando de mi cuerpo. Luis se ha puesto de rodillas y Laura tiene su pene en la boca, lo lame, se lo restriega por el cuerpo, Luis gira la cabeza y me ve, se da cuenta que llevo un rato mirándoles pero no le importa, le excita que le vea gozando mientras se corre en la boca de Laura. Juanma está casi más excitado que yo, de un golpe con la pierna ha quitado las sabanas de encima y su boca busca mi sexo. Ya me da igual que me vean, cierro los ojos para protegerme, no puedo contenerme, con la lengua de Juanma jugando dentro de mi coño alcanzo mi primer orgasmo. Quiero que me vuelva a follar ya, le agarro su verga y la introduzco dentro de mí, me gusta sentirme  penetrada por él, sus manos me acarician los pechos mientras su lengua  recorre todo mi cuello. Estoy disfrutando  mucho,  he sido injusta al valorar su cuerpo, me gusta tocarlo y Juanma se está comportando como un  gran amante, busca su placer y el mío, es generoso y tierno, me dices cosas bonitas y eso me encanta. Cuando abro los ojos, veo a Luis pegado a nuestra cama, me mira y sonríe, lleva un rato gozando con nuestro goce, está empalmado y dispuesto a la lucha. Juanma me incorpora y me pone a cuatro patas, sigo teniendo a Luis a mi lado, de pié, y sigo sin ver a Laura. Juanma me penetra por detrás, primero por el coño, despacio, a cámara lenta, como pidiendo permiso. Su pene juega dentro de mi sexo y llega muy dentro,  la postura me gusta y sé que a Juanma también, los movimientos de entrada y salida se repiten mientras sus manos acarician mi espalda. No quiero que se corra, me gustaría que no se detuviese, aunque no le veo la cara me imagino sus gestos de placer ,se que le gusta mi cuerpo y que me siente suya, estoy convencida que ha soñado muchas veces con follarme y que no le estoy decepcionando, me gustaría darme la vuelta y decirle que lo siento, que cuando le vi en la ducha y desnudo por el cuarto dude de que fuese a gozar haciendo el amor con él, decirle que nunca me han follado tan bien como él lo está haciendo, que quiero hacerlo una y otra vez. Siento cómo se corre dentro de mí, sus movimientos han perdido cadencia, son bruscos y me gustan, lucha contra la naturaleza, no quiere salir pero su pene se contrae, necesita reposo.  A continuación me sujeta para mantenerme en la posición en la que estoy,  humedece sus dedos y muy suavemente los introduce en mi ano, lo hace muy despacio, combinado los dedos, llegando al fondo de mi cuerpo, me aguanto para no chillar de placer. Sigo sin ver a Laura, parece que no está. Juanma se ha vuelto a empalmar y noto ya su pene en mi trasero pidiendo pasó, entra en mi culo con cuidado para no hacerme daño mientras Luis , que ha permanecido delante de mí disfrutando de nuestros juegos, acerca su miembro a mí cara.  No lo dudo, acepto el desafío, agarro con las manos su polla, juego con ella y la introduzco en mi boca, mientras ahora veo a Laura por detrás de él,  restregando sus tetas en su espalda y acariciando con sus manos el trasero de Luis. No sé cuál de las dos vergas me produce más placer, juego con la de Luis y la de Juanma juega dentro de mi trasero. Pienso en quién se correrá antes, me da la sensación de que compiten por ello y de que Laura es la juez, estoy disfrutando como nunca lo he hecho cuando noto las manos de Laura acariciando mis pezones, es la primera vez que me toca una mujer de esa manera y me gusta mucho. Juanma pierde, noto su esperma deslizándose dentro de mí, y Luis se da cuenta  y sonríe mientras es ahora él quién vacía su placer y su semen inunda mi boca, lo saboreo, me lo trago, lamo su pene  con ansiedad, no quiero dejar nada, es todo para mí. Estoy agotada  me tumbo en la cama boca abajo, quiero descansar y también quiero seguir, no sé cómo, pero no quiero parar. Parece que leen mi mente, entre Juanma y Luis me levantan y me vuelven a colocar a cuatro patas, las posiciones ahora han cambiado, tengo a Juanma delante de mí, guiando su pene a mi boca. Por detrás Luis me tantea, coloca la punta de su sexo sucesivamente en mis dos agujeros, me está preguntando por donde prefiero que lo haga. A mí me da igual, lo único que quiero es sentirle dentro, que su pedazo de polla atraviese mi cuerpo. Al final decide él, mi trasero le pone más y prefiere entrar por ahí, tiene más fuerza que Juanma y su miembro es de más calibre, cada vez que entra siento que me  deshago, el dolor se junta con el placer y la mezcla de ambos me lleva al cielo. Laura no me abandona, es el punto dulce en la escena, su lengua recorre mis pechos y su boca los acoge con ternura, quiere servir de equilibrio, de contrapeso a la pasión de mis dos amantes y quiere jugar conmigo, saber hasta dónde puedo llegar. Me agarra la mano izquierda y la acerca a su sexo, introduce mis dedos  y lo noto húmedo y caliente, me noto torpe, no sé qué hacer, no es lo mismo tocarse que tocar, me da miedo no complacerla, que note mi falta de experiencia. Nada de esto ocurre, está gozando, y siento su  placer en mis dedos, esto  me excita muchísimo, no puedo más, todo mi cuerpo esta convulso, cada movimiento, beso, caricia, venga de donde venga me contrae, pienso en los tres al mismo tiempo, me imagino sus caras y me corro otra vez más. Luis ha vuelto a ganar, Juanma se ha corrido en mi boca y luego me ha besado y nuestras bocas han compartido su semen mientras Luis seguía rompiéndome por dentro y Laura juntaba sus dedos a los míos dentro de su coño. Es ahora el turno de Luis, sus penetraciones son cada vez más intensas, como queriendo averiguar hasta dónde puedo resistir, sabe que estoy entregada y que puede hacer conmigo lo que quiera, de repente  detiene sus movimientos, parece que pidiese permiso para eyacular dentro de mí, me encanta como me inunda y como su polla permanece empalmada atravesando mi trasero.

Nunca pensé que se podía disfrutar tanto con el sexo, pienso en ello mientras permanezco tumbada boca abajo en la cama. No veo a Juanma ni a Luis, tal vez hayan bajado a fumar. Laura está tumbada a mi lado, con su mano izquierda acaricia mi pelo, y con su mano derecha juega con mi trasero, recorriéndolo por dentro, quiere saber si hay heridas de guerra, yo solo quiero dormir.

Me despierto temprano, estoy sola en la cama, mis compañeros de juegos están en la otra.  El juego es el mismo de anoche, solo ha cambiado la jugadora, Laura me ha quitado el papel y está siendo follada por Juanma y Luis al mismo tiempo. Dudo en acercarme, no sé si esperan algo de mí, tal vez debería acariciar y mimar a Laura, devolverle parte de la ternura que me trasmitió ayer, decirle gracias con mis manos, que sepa que me gusta y que no me importaría probar algunas cosas con ella. Finalmente desisto, me levanto y me voy al cuarto de baño, necesito al menos unos minutos de intimidad.

Suelto el agua para darme una ducha caliente y noto que mi cuerpo sigue lleno de placer, intento recordar las sensaciones  de ayer, los cuerpo de unos y de otros, la forma diferente de penetrarme, los distintos ritmos, el sabor de sus sémenes, las manos de Laura…El agua me relaja, cierro los ojos y dejo que caiga sobre  mi cara, me siento la mujer más feliz del mundo.

Laura se ha metido en la ducha y me agarra de la mano, siento su cariño y también su deseo. Dejo que me enjabone, que meta sus dedos por donde más le apetece, que me masturbe como solo las mujeres somos capaz de hacerlo.

Afuera en la habitación nos esperan Juanma y Luis, todos sabemos que vamos a jugar un rato antes de empezar con las excursiones. Pienso en que todo ha estado organizado desde un principio para llegar al punto en el que estamos. Seguro que la reserva del hotel fue de solo una habitación, los tres habrán hablado muchas veces de los pasos a seguir para que me sumara a sus fantasías, habrán discutido sobre la mejor manera de embaucarme, sobre cómo se exhibirían delante de mí para conocer mi reacción, sabían que si me lo pedían les diría que no. No me importa ni les guardo rencor, me alegro que la jugada les haya salido redonda, estoy dispuesta a disfrutar del paso que he dado y a jugar una y otra vez, quiero hacer el amor con los tres y verles haciendo el amor entre ellos, disfrutar con cada uno y con todos a la vez, morir de placer, estoy dispuesta a que sea el fin de semana más feliz de mi vida, del que nunca me podré olvidar.

FIN.