AMIGO Y AMANTE- Parte 2

La presencia de Mirtha después de descubrirnos in-fraganti, era una obsesión para mí, hasta que un día, la madre me cruzó en la calle preguntándome que me pasaba que no iba, que los chicos me extrañaban, le dije una serie de escusas algo infantiles, pero quedé con la promesa de regresar.

AMIGO Y AMANTE- Parte 2

”Tranquilo, después hablaré con ella” Eso fue lo último que me contestó Claudio, después de haber sido descubiertos por su hermana. A pesar de no darle importancia, lo que me parecía extraño, me sentía pesimamente, asi que me vestí para regresar a mi hogar.

Por supuesto que dejé de ir a su casa, a pesar que Claudio insistía que estaba todo bien, que dejase de preocuparme, pero mi mayor vergüenza fue cuando, después de dos días, a pesar de intentar de evitarlo,  vi a Mirtha en el colegio, que por la forma de sonreírme, creyendo que se estaba como burlando, pero no era tan así, como lo imaginaba.

La presencia de Mirtha después de descubrirnos in-fraganti, era una obsesión para mí,  hasta que un día, la madre me cruzó en la calle preguntándome que me pasaba que no iba, que los chicos me extrañaban, le dije una serie de escusas algo infantiles, pero quedé con la promesa de regresar.

Días despues, encontré a Claudio le pregunté si había hablado con la hermana, e irónicamente me dice:

Sobre qué tengo que hablar con Mirtha?”

Sorprendido por su contestación la digo:

“Como sobre qué?, cuando nos descubrió el otro día”

Ya ni se acuerda, si quieres habla vos, con ella”

Estupefacto y hasta algo enfadado le contesto:

Me estas tomando el pelo, algo tiene que haberte dicho, o reaccionado mal”

“Querido amigo, hemos disfrutado nuestros escasos encuentros, porque evitarlos por la presencia de mi hermana? Hagámosla participe, no jugabamos al doctor con ella, hace unos años”

“Si, es verdad pero éramos más chicos, era algo inocente, ahora ya es una mujer,  es tu hermana, como lo puede tomar, no, no me parece correcto”

“Bien me tengo que ir, cuando quieras la seguimos, lo único que te digo es que te extraño, y ganas de estar dentro tuyo” Mientras me daba un suave beso en los labios, mientras veía como se alejaba, mis pensamientos giraban, sin entender demasiado, a que conclusión arribar.

El tiempo transcurría, nuestros encuentros eran bastante  esporádicos, al no ir a su casa, y carecer de algún espacio para nuestros encuentros. A veces veía a Mirtha en el colegio, notaba que estaba teniendo más pecho, usaba lentes de contacto realmente estaba bastante linda, nos saludábamos, pero mi apocamiento me contenía a acercarme y hablar con ella, a pesar que ella lo intentaba. Realmente estaba actuando como un verdadero idiota.

Una tarde viene Claudio, a comentarme que hay una fiesta de disfraz, en una casa algo alejada, pero cabía la posibilidad de que podríamos quedarnos a dormir, me agradó la idea, aunque lo primero que le digo es:

“Va,, tu hermana?”

“Si, cual es el inconveniente”?

“Ya sabes, por la vez que nos vio”

“Joan, termínala, ya me has cansado con ese tema, vas a venir, y romper con ese puto trauma que tienes. Y no solo eso, Mirtha quiere que te disfraces de mujer, y yo también. Te queremos realmente y mi hermana se sentiría muy defraudada sino lo haces”

La charla continua, hasta que terminé consintiendo, cuando al otro día vino a comentarme que Mirtha estaba más que contenta por haber aceptado. Ese comentario fue como un bálsamo, me sentí totalmente liberado de esa estúpida carga moral.

Obviamente, llegó el día, y los preparativos previos, al igual que aquella primera vez, la hermana de mi amigo, tenía todo previsto y preparado, apenas me vio, me abrazo fuertemente besando mis labios, fue un bello recibimiento.

Apenas entramos en su habitación, hizo que me sacase la ropa, algo retraído y sorprendido por su solicitud, lo fui haciendo lentamente, quedándome con el bóxer, hasta que ella misma me los bajó, sin dejarme de observar de una manera algo particular.

Acto después, me dio una bata, supongo que me habría catalogado por gay, al quitarse la ropa, quedando solo con su trusa, observando sus hermosos senos, hasta que se colocó un camisola corta.

Me hizo acostar, abrió la bata, y fue quitando el poco vello que tenía en las piernas, alrededor del pene y brazos, con una cinta adhesiva algo rápido y eficaz, pero por supuesto un poco doloroso.

Finalizado esa etapa, me lavó la cabeza, me peinó, puso spray para hacerlo, con algo de color, depilo mis cejas, maquillaje facial, cejas postizas, color en los parparos, rímel, pintado de boca y uñas, pero esta vez color negro.

Unas medias negras que llegaban hasta la entrepierna, me hizo poner una tanga, para que la falda corta, con su tajo, dejase ver solo mi piel, un sostén rellenado, y una blusa que dejaba al descubierto mi hombro. Rematando con un lunar en mi mejilla,  una cinta negra que rodeaba mi cuello y las sandalias plateadas.

Mirtha se vistió bastante similar pero en rojo, cuando la vi me dio ganas de besarla, estaba muy seductora, realmente parecíamos dos prostitutas, cuando Claudio nos vio, se entusiasmo por nuestro atuendos, habiéndose puesto un traje de su padre, con saco cruzado, azul con rayas blancas, corbata y sombrero, unos bigotes postizos, representando al proxeneta con sus dos putas, original, verdad?

Cuando su madre nos vio, demostró un gran entusiasmo, no tanto así su padre que era bastante conservador, pero tuvo que admitir la originalidad.

La mamá de mis amigos nos llevó a la fiesta, previo a saber que nos quedaríamos a dormir, al llegar había bastante gente, llamamos la atención, y hasta propuestas de tener sexo con las “ prostitutas” de Claudio.

No conocíamos prácticamente a nadie solo mi amigo al dueño de casa, y algunos más, bailamos, bebimos lo pasamos muy bien, Claudio bailó bastante con “ ambas”, tocándome cada vez que podía, tratando de contenerlo para evitar de tener una erección y descubrirse mi sexo.

Mirtha me buscó para bailar, haciéndola muy pegada a mi cuerpo, y hasta me dio un beso en los labios, que no puedo negar que me atraía, en determinado momento nos sentamos, y mientras tomábamos algo, me dice:

“Que tal la relación con mi hermano? Algo sorprendido, le digo que bien,

“Que pena para mí?

“Porque dices eso?

“No, solo bromeaba”

“Ah”

“Te acuerdas cuando me tocabas las piernas, en alguno de aquellos juegos que nos hacia mi hermano?

¿Si, los recuerdos, nos gustaba hurgar nuestro cuerpo?

“Una vez me hiciste mojar”

“Si?” Le contesto, algo perturbado, cuando veo que abre sus piernas, comprobando que carecía de la prenda inferior, mientras desabrocha un botón, dejando ver la carencia de sostén, asomando buena parte de su pecho.

Cuando me dice:

“Sácate la tanga”

“Qué?” Exclamo sorprendido

“Hazlo, déjate de niñerías, tonto?

Lo hice, tratando de evitar alguna mirada indiscreta, continuando con la charla y la bebida también, hasta que, se descalzo y con su pie, lo metió entre mi pollera, tocando mi sexo, que comenzó a erguirse, sintiendo sus deditos hurgar mi pene, comenzando a caldearse el  ambiente, para ambos..

Al depositar la pierna sobre las mías, pude apreciar mucho mejor su sexo, que con una sonrisa, quiso demostrar su pretensión, sacando su lengua tocando sus labios de una manera muy sensual.. Cuando llegó Claudio, no sé si me sentí más tranquilo o no, pero le dice a Mirtha:

“Quieres quitarme el novio?

“Porque no? sería más que  interesante”

Seguimos tomando, aunque Mirtha estaba cada vez mas provocativa, cerca de las  4 AM., la gente comenzó a irse, solo nos quedamos los invitados, había algunas habitaciones, proponiéndonos si queríamos ir con  las mujeres y por otro lado, Claudio con los hombres, pero rápidamente le contestó:

“Preferiria dormir con mi novia y mi hermana”, rápidamente nos llevaron a una habitación más grande con una cama doble y una simple. Pensé que no era buena idea, pero a mis queridos amigos, parecía entusiasmarles dicho ofrecimiento. La bebida, esos amagues y caricias de Claudio, me fueron alterando, solo que estaríamos los tres en el dormitorio, me hacía sentir algo incomodo con la presencia de su hermana.

Mirtha estaba bastante pasada de copas, así que  apenas entramos, sin desvestirse se tiró en la cama, durmiéndose inmediatamente, Claudio le sacó lo zapatos y la tapó. Me alegré por lo sucedido, hacia bastante que no teníamos sexo.

Cuando me dirigía al baño, me dice:

“Déjate las medias y no te quites el maquillaje”

Lo miré y sonreí, cuando regrese a la cama, estaba desnudo con su verga alzada, si bien estaba algo caliente por lo de Mirtha, se me habían enfriado las pretensiones de tener sexo con  mi amigo.

Pero sus caricias, entre mis piernas, tocar mi sexo, lamer mi orificio anal, me fueron llevando nuevamente a un estado de exaltación, sin esperar demasiado comencé a mamársela, besando sus testículos, alucinándome nuevamente por su sexo en mi boca, así estuve un buen rato hasta que me giró separó mis piernas y después de exaltarme bastante, y sin demasiado protocolo, me la introdujo totalmente, hasta hacerme gemir, comenzando a moverse lentamente, hasta acelerar, sintiendo como se movilizaba en mi recto.

Poco a poco se fue haciendo más violento, sentía su miembro desplazarse por mi recto, rozando las paredes de mi conducto rectal, hasta sentir sus testículos pegarse a mis glúteos, follándome de una manera más vehemente, como demostrando su dominio sobre mi cuerpo, me gustaba esa manera enloquecedora que lo hacía, aunque pensé si Mirtha estaría observando, aunque permanecía durmiendo plácidamente..

La sacó para elevar mis piernas sobre sus hombros, besándome, mientras oprimía mi verga erecta, para volver a penetrarme, con mayor ahínco, friccionando mis sensibles paredes internas,

Así continuo hasta acabar en mi recinto, terminando de masturbarme simultáneamente, el cansancio, la bebida, lo tarde que era, y este coito impetuoso, que apenas nos separamos, quedamos totalmente dormidos.

Unos golpes en la puerta me despertaron, no sabía ni donde estaba, pregunté bastante dormido:

¿Quién es?

“Soy Jorge, los llamo para saber si quieren desayunar o almorzar es más de las   12” Me contesta.

“Esta bien ya vamos”

Miré alrededor, Claudio desnudo, durmiendo, Mirtha desparramada en la cama con prácticamente todo el culo al aire, cuando vuelvo a sentir golpes en la puerta, diciendo:

“En los closet, hay ropa, mallas, usen lo que necesiten”

“Muchas gracias ” Contesté

Cuando se levantaron mis amigos, ya me había puesto una bermuda y una remera, luego se fueron vistiendo, y nos dirigimos a la terraza, donde habría 6 o7 personas, entre ellos, los padres del amigo de Claudio

Nos saludamos, cuando el padre casi enseguida, dice:

“Perdón creía que eran dos chicas, y me llamó la atención haberlas visto besarse”

“No es mi novio” dijo Mirtha ante mi sorpresa y la de Claudio, mientras me besaba en los labios.

“Los felicito hacen una linda parejita” Volvió a decir el dueño de casa.

Comimos usamos la pileta, realmente lo estábamos pasando muy bien, serian cerca de las 4 pm, y comenté que tener algo de sueño, con ganas de acostarme un rato, cuando el padre de Jorge dice:

“No tengo problemas si desean quedarse esta noche, hay lugar, mañana es feriado, sigan disfrutando”

Nos miramos los tres, y antes de decir algo, Claudio responde:

“Me parece perfecto, y se lo agradecemos”

Avisó a su casa y yo a la mía, no hubo objeción por ningún lado, así que nos quedamos, solo que mi problema era Mirtha, no porque la rechácese, al contrario, pero que hacer con Claudio?.

En determinado momento me fui a la habitación,  la bebida, el calor, y lo poco que había dormido, me dio cierta modorra, sin decir nada me retiré del lugar.

Estaba casi por dormirme, cuando un rato después se abre la  puerta surgiendo Mirtha, algo dormitado la observo, sentándose en su cama, mirándome,  cuando se quita el sostén de la malla.

Inmediatamente sentí una cierta sugestión, ver esas tetas adolescentes. Pero fundamentalmente la punta de sus pezones, resaltando por esa aureola que los circundaba casi del color de su piel.

Con una mirada pecaminosa, mantenía sus pechos desnudos, como intentando exaltarme, mientras metía sus dedos dentro de su tanga, que tapaba bastante poco de su intimidad.

Nunca la había visto de esa manera, tan sexual, apetecible, me atraía, a pesar de estar desnudo me levanté de la cama, para ir hacia ella.

Me incliné para besar sus labios, cuando Mirtha toma mi verga bastante erecta, acariciando sus pechos oprimiendo esos atrayentes pezones, sin llegar a separar nuestras bocas. Notaba como su respiración se entrecortaba al igual que la mía.

Así permanecimos hasta que comenzó a mamar mi bulto, de una manera desenfrenada, era algo alucinante, como su boca se apoderaba de mi miembro, besando mis testículos, intentando contenerme.

Por último la volqué sobre la cama, quitándole su tanga, apreciando su impúber vagina, de gruesos labios rosados, con algo de timidez se la cubrió con sus manos.

Las quité, para seguir observandola, separando esos apetecibles labios, descubriendo los pliegues, humedecidos totalmente por el flujo emanado, me tenté de besar esa deliciosa zona, metiendo mi lengua en su interior, notando como su cuerpo se arqueaba, gimiendo como una gata en celo.

No podía contener mis impulsos, ante mi acecho, su flujo se iba incrementando, donde mi lengua atacaba a su activo clítoris, vigilante de este acecho sexual, sumando mi dedo índice, para hurgar su ano, llegando a penetrarlo levemente, donde el cuerpo de Mirtha, comenzó a entrar  en un estado, de total enajenación.

Consideré que era el momento crucial, para penetrarla, algo que me parecía imposible, pero apenas mi pene fue apoyado en su abertura, me dice:

“Por favor, no, Joan, no estoy aun preparada, discúlpame”

No insistí, le bese los labios para continuar lamiendo su sexo con mayor intensidad, oprimiendo su esfínter con el índice, mientras su cuerpo comenzaba a estremecerse, exaltándome al percibir como Mirtha, estaba entrando en un estado, como de éxtasis, arqueando su cuerpo, empujando su pelvis contra mi boca, mientras mi dedo se introdujo totalmente en su ano.

Seguí acosándola  sexualmente, respondiéndome de una manera enardecida, notando como se erguían sus pezones, hasta que un fuerte arrebato la llevó a un afanoso orgasmo, seguido de un incontenible gemido, caí sobre ella, conteniéndola, sin dejar de acariciar su cuerpo sudoroso, hasta que se fueron apaciguando sus jadeos. Cuando recupero las energías, me dice:

“Gracias por lo que me has originado y discúlpame por no acceder de otra forma”

Le di un tierno beso, mientras me colocaba boca arriba, para comenzar a acariciar mi falo, hasta que inicio una suave mamada, mientras la depositaba íntegramente en su boca, sin dejar de mirar mis ojos, intentando de ir llevándome rápidamente  a un estado de arrobamiento, succionando y tragando mi pene, mientras me contenía el mayor tiempo posible, así, hasta que no podía impedir mi eyaculación, pretendiendo evacuar fuera de su boca, diciéndome:

Quieto, déjate llevar, déjame saborear tu secreción”

Me relajé, sintiendo la punta de su lengua rozar  mi glande, así continuo hasta que mi estado estaba al limite, cuando lo introduce en su boca, succionando de una manera intensa, hasta que sin poder contenerme más,  eyaculé con todo mi ser, depositándolo mi simiente en su cavidad bucal.

Nos quedamos tirados agarrados, alguno que otro beso, cuando le pregunto, a boca de jarro:

“Que sentiste cuando nos viste el otro día?

Se sonrió y mientras me besaba, me contesta:

“Aparte de la sorpresa, una gran excitacion”