¿Amigo o enemigo? XIII

No me di cuenta de nada hasta que me encontre encima de Roberto mientras que el me iba subiendo un poco la camisa.

Capitulo 13

Juan

-dime como lo hiciste.

-no sé de qué me hablas.

Unas horas después de que descubriera el mechón azul en mi cabello se fueron despertando mi hermana y Roberto quienes en ese momento estábamos metidos en mí habitación haciendo cada quien alguna actividad diferente: Ángela estaba en el escritorio usando la laptop, y aparte aun estaba usando la ropa que sacó la noche anterior de mi closet, mientras que Roberto y yo estábamos acostados en mi cama, él haciendo quien sabe que con su celular a la vez que jugaba con mi cabello y yo leyendo un libro que Ángela no podría leer ni en un años mientras usaba como almohada el pecho de Roberto, que bueno que no estaban ni mi papá ni José en casa porque sino ya estaríamos muertos los dos.

Yo: me refiero a mi cabello, ¿Cómo lo teñiste si aquí no hay tintes?

Ángela: aaah eso, es que en mi última visita no te diste cuenta pero escondí una caja con tintes de diferentes colores.

Yo: eres extraña.

Ángela: no tanto como tu amiga que me confundió contigo.

Yo: bueno, tampoco hay que darle toda la culpa, nos parecemos demasiado que sería fácil que nos confundieran…

Roberto: ni tanto –ambos nos le quedamos viendo -¿Qué? Admito que con el mismo corte de cabello, ropa idéntica y uno enfrente del otro parecen un espejo, pero eso mismo les diferencia ya que tú –dirigiéndose a Ángela –tienes un lunar en el lado izquierdo de la barbilla, en la palma izquierda hacia abajo en el lado derecho y otros dos en el hombro derecho y tú –esta vez me decía a mí –los tienes en el mismo lugar pero reflejado, ósea en el derecho de la barbilla y demás.

Cuando termino de hablar mi hermana y yo nos pusimos de pie uno enfrente del otro e intentamos comprobar lo que nos acababa de revelar la serpiente esta, y en efecto teníamos los mismo lunares en el lugar para que pareciéramos un espejo, sus lunares en el hombro derecho y los míos en el hombro izquierdo, en el lado derecho de mi barbilla y en el izquierdo en el suyo, como nunca habíamos dado importancia a los lunares como la mayoría de las personas no nos dimos cuenta de eso.

Ángela: con razón nos descubrieron aquella vez Marcos y Mateo –comentó más para sí que para nosotros.

Roberto: ¿Quiénes? Y ¿Cómo que los descubrieron?

Yo: unos amigos de la demonio y lo otro no importa.

Ángela: baya… -puso una cara que no me gustaba –eso quiere decir que no quieres que sepa que un día te…

Yo: ¡¡¡¡¡CALLATE!!!!! –y comenzamos una pequeña lucha para ver si se callaba o le contaba todo ella.

Roberto

Estos niños nunca iban a cambiar, pero no podía negar que era divertido verlos pelear como si fueran unos niños pequeños rodando de un lado a otro tirando sin querer cosas al piso y al final solo se detuvieron cuando tiraron un par de libros sobre sus cabezas provocando que se separaran y se sobaran el lugar donde les calló el objeto, después de que Ángela se resignara a no contarme nada cada quien regresó a como se estaba antes de que yo mencionara lo de sus lunares a excepción de mí mismo ya que en todo el rato en que se pelearon no me había movido de mi lugar mientras que hablaba por mensajes de celular con un amigo de la secundaria sobre nada importante ni especial.

-¿Qué tanto estás haciendo con esa cosa? –me dijo Juanito.

-nada importante descuida.

En ese momento Ángela salió del cuarto susurrando algo para sí misma pero suficientemente alto como para yo poder oírla decir “ni que la serpiente te fuera a poner los cuernos” eso me causo gracia pero también me puso un tanto contento ya que con eso nos estaba indicando que éramos Juan y yo novios. Mientras que la niña demoniaca estaba haciendo quien sabe qué cosa fuera del cuarto Juan ya iba cerca de la mitad del libro que tenía en sus manos y eso que lo acababa de leer ese mismo día y que tenía como 800 y tantas páginas, mientras que yo seguía mensajeandome con mi amigo.

¿Cuándo le dirás que sean novios? –era el mensaje que me acababa de llegar.

Cuando este seguro de que no me responderá que no.

¿No me decías que en el último mes se han estado besando cada que tienen ganas de hacerlo?

Si pero eso no quita que aun tenga la sensación de que me dirá que no.

Si no te apresuras alguien te lo va a quitar, ¿sabes qué? Si no lo haces pronto me presentare en frente de él, lo enamorare y lo hare mi novio antes que tú y te lo presumiré en tu carota fea.

Si claro, a ti no te gustan los chicos y soy más guapo que tú.

Nunca se sabe todo de otra persona por lo que me podrían gustar y tú ni en cuenta, pero descuida no me gustan… ya quisieras estar más bueno que yo.

Así terminaron mis mensajes con él, dejándome risa por insistir en que es más guapo que yo y que lograría enamorar a Juanito pero me dejo pensando en eso de que nunca se conoce por completo a una persona por lo que ¿alguna vez conoceré de verdad al verdadero Juan o el me conocerá así?

-¿Qué te tiene preocupado de repente? –pregunto de improviso.

-¿mande?

-de repente tienes una energía que desprende preocupación.

-¿Cómo puedes sentir eso de las personas?

Pero me quede con la duda ya que Ángela volvió a entrar a la habitación ya cambiada de ropa y con un nuevo detalle en el cabello el cual era que ahora ella también se tiño a sí misma el cabello pero esta vez de color rojo y solo como cinco centímetros de las puntas lo cual le quedaba muy bien para ella.

-me hubieras puesto ese color en vez del azul tan siquiera.

-pues aun tenemos tiempo de hacerlo antes de que venga mamá por mí.

Ángela

Bueno esa noche fue la más divertida que he vivido gracias a Juan y Roberto ya que desde que mis padres se divorciaron no había pasado una noche platicando tan entretenida sobre las ocurrencias, bromas, venganzas y maldades que hemos hecho los tres; también Juan estuvo contando unas que otras historias que ha hecho o pensaba hacer y yo de rato en rato decía una poesía que me había aprendido a lo largo de mi corta vida, en verdad extrañaba esos momentos con mi hermano en donde nos divertíamos todo el tiempo y ahora es de vez en cuando, o al menos así me parecía a mí; y bueno este Roberto no hiso muestra de ningún talento suyo a diferencia de nosotros dos pero no le preste mucha atención a eso.

Cuando todos estaban dormidos a excepción de mí fui a buscar una caja que había ocultado unos días atrás en la que se encontraban diferentes tintes, agarre una de color azul y me fui directo al cuarto que ocupaba ese momento este Roberto ya que ahí se encontraba también mi hermanito sin ninguna razón aparente ya que no creo que allá sido porque lo tumbe de su cama por no querer dormir en un colchón inflable; al asomar mi cabeza para checar si ya estaban dormidos los dos me fije que los tortolos estaban acostados juntos y bien abrazados, con mucho cuidado entre al cuarto y moví a Juan para poder teñirle uno de sus mechones de cabello pero no fue nada fácil ya que así dormidos se abrazaban muy fuerte como si aun inconscientes no quisieran que nada los separase, después de un largo rato de duro esfuerzo logre hacer mi objetivo y me fui a descansar una vez terminada la “misión”. Ya en la tarde estábamos los tres en la habitación de Juan pero esta vez sin dirigirnos ninguna palabra ya que estábamos bien concentrados, por a si decirlo, cada quien en su actividad: Juan leyendo un libro con demasiadas páginas, Roberto con el celular quien sabe que haciendo mientras jugaba con el pelo de Juan y yo mientras estaba en la laptop de mi hermano viendo las historias que el tenia aguardadas ahí (las cuales no son pocas) y también checaba las fotos que nos habíamos tomado cuando aun nuestros padres estaban juntos, al ver las fotos me llenaron de melancolía pero también me hicieron recordar que mi mamá iba a tener otro hijo o hija haciendo un poco más grande mi familia pero me hacía pensar que quien podría ser el padre.

Ya después fui a cambiar de ropa por qué no tardarían más de unas dos horas en venir por mí, al pasar por donde tenía escondida la caja de tintes decidí que yo también necesitaba un pequeñito cambio de look por lo que agarre un sobre al azar y fui al baño a terminar de arreglarme y al final me réglese a la habitación de Juan.

-me hubieras puesto ese color en vez del azul tan siquiera –me dijo Juan a penas entre.

-pues aun tenemos tiempo de hacerlo antes de que venga mamá por mí.

Así que ambos nos volvimos a salir de ese lugar para ponerle el color que quería este niño en el cabello, mientras que le ponía el tinte fuimos hablando de una y otra cosa para hacer tiempo para enjuagarle el cabello, la verdad todo lo que estábamos hablando eran puras cosas aburridas, que esto que aquello que blablá bla.

-¿ya intentaste hacer algo con la serpiente? –al escuchar la pregunta casi se desmaya.

-¡¡NOOOOO!! No podría… me da vergüenza al pensar eso.

-¿Por qué? ¿Será porque te da pena que tú siendo menor por un año tangas más experiencia que él?

-tampoco es que sepa mucho sobre el tema pero si, así es ya que sé muy bien que el aun no ha hecho nada de eso

-baya contigo… oye antes de que se me olvide te tengo que recordar que tienes que aprender a bailar tan siquiera lo más fácil –le dije mientras le lavaba el cabello.

-¿Cómo para que demonio infernal?

-no me digas que se te olvido… recuerda que en menos de un año es nuestro cumpleaños y me van a hacer una quinceañera y quiero que tú bailes conmigo.

-déjame pensarlo... no quiero.

-bueno lo dije mal, vas a bailar conmigo si porque si o si no le diré a papá que te andas besuqueando con Roberto sin que él se dé cuenta –jaque mate, le gané.

-pues ves y dile porque no pienso aprender a bailar –bueno me esperaba eso, pero tuve tiempo para tener otro argumento antes de que entrara al cuarto con el cabello ya seco.

-si aprendes a bailar podrías hacerlo con es Roberto –al decirlo detuvo su paso y volteo a verme.

-si alguien termina con los pies enyesados es tu culpa ¿entendido?

Al decir eso yo solo pude asentir con la cabeza  mientras veía como entraba a su cuarto, no fue como me lo había imaginado pero pude lograr que se decidiera a aprender a bailar para cuando fuera nuestro cumpleaños. Yo en vez de entrar también al cuarto decidí esperar en la sala a mamá mientras veía la televisión para así darles un poco de privacidad a esos dos aun a sabiendas de que no iban a hacer nada de nada. Al llegar por mi mí mamá fue a decirle  algo a Juan pero casi enseguida regreso con cara de que acaba de ver un fantasma.

-¿Qué pasa mamá?

-no tienes edad suficiente para saber, ya vámonos.

Juan

No podía creer que mi hermana demoniaca logró convencerme de aprender a bailar para su quinceañera; una vez que ya tenía el mechón cambiado de color me regrese solo a la habitación y volví a acostarme otra vez al lado de Roberto para poder leer el libro mientras que él jugaba con mi cabello, en cierto momento levante la vista a su cara ya que sentía que me estaba observado y, en efecto, así era, nos quedamos viendo por un pequeño rato hasta que nos dimos un beso el cual fue subiendo poco a poco de tono y no me di cuenta de nada hasta que me encontré encima de Roberto mientras que él me iba subiendo un poco la camisa.

-oye Juan quería…. ¡¡¡¿¿¿QUE ESTAN HACIENDO???!!!

Al escuchar la voz de mi madre en la puerta comencé a desear que el suelo me tragara o que fuera invisible en ese momento pero como eso era imposible apenas me di cuenta que aun estaba encima de Roberto me quite de ahí y trate de explicárselo a mi mamá pero fue imposible ya que apenas trate de acercármele enseguida cerró la puerta y pude oír como bajaba las escaleras; en verdad era lo último que una madre quisiera encontrar en el cuarto de su hijo: encontrarlo en la cama de este encima de otro muchacho en pleno acto, pero en parte le agradecía ya que no me sentía muy seguro de hacerlo ya con Roberto, al voltear a ver a este me di cuenta que estaba sonrojado suponiendo yo que era por el beso y que mi madre nos descubrió. Sin duda ese no era mi día.

Miércoles 7 de Marzo, 12:30 P.M.

Paulina

-¿Nos estás diciendo que tu mamá los encontró en la hora del amor? Jajaja.

-no es gracioso Roxy.

En ese momento estábamos él, yo y Yara en las gradas que estaban a un lado del campo de futbol viendo como Lucía y Ángela les daban una lección ellas solas a casi todos los chicos del salón de cómo se juega de verdad el futbol mientras que ellos no habían podido meter ni un solo gol en contra de esas dos lo cual era asombroso para nosotros e irritante para aquellos, en cierto momento Juan nos comentó lo que había vivido el Domingo provocando que nos diera un ataque de risa a nosotras haciendo que casi nos calleáramos de las gradas de cabeza ya que nos imaginamos cual pudo ser la cara de este niño y del otro al ver a su mamá en la puerta observando cómo casi lo hacen en frente de sus narices.

Yo: ¿Cómo que no? Para ti tal vez no lo sea pero para nosotras si ¿Verdad Yara?

Yara: si, sin duda jajaja –al ver la cara de pocos amigos que tenia Juan cambio de tema –y bueno ¿Cuándo se va hacer el examen de ingreso en las prepas en las que se meterán? El mío será el 5 de Mayo.

Yo: pues yo tendré que ir el 6 de Mayo.

Juan: curioso, yo también lo hago el 6, ya me voy de aquí que ya casi timbran.

Yo: si, tienes razón y oye, ¿Me ayudarías otra vez con matemáticas? Es que no entiendo ni una sola cosa que viene en el libro.

Juan: tú en verdad no tienes remedio, está bien si quieres venir a mi casa para que te ayude, eso tú lo decidirás.

Yo: ay gracias amigo –decía mientras lo abrazaba -¿Quién te quiere más que yo…?

Juan: mi mamá, y ahora suéltame que me asfixias con tanto cariño.

Yara: ¿Por qué tan amable Juan?

Juan: ya me conoces, soy un amor –dijo dándonos una sonrisa de superioridad con un toque de sarcasmo lo cual era raro en él.

Eso fue lo último que nos dijo antes marcharse de ahí para ir a la salida de la secundaria aún cuando aun no timbraban para largarnos; Yara y yo  decidimos seguir platicando de diferentes cosas mientras que la mayoría de nuestros compañeros chicos iban recibiendo la paliza por aquellas dos que quien sabe cómo le hacían pero lograron meter varios goles ellas solas mientras que ellos muy apenas lograron uno. Cuando al fin dieron el timbre de salida me fui con la compañía de la niña demoniaca para la casa de este Juan ya que no nos había esperado para irnos los tres juntos como ya lo habíamos hecho unas cuantas veces antes, al llegar pudimos oír perfectamente la voz de Juanito diciéndole a alguien “sabes que no me gusta el mango”, al entrar a la sala nos dimos cuenta que con quien hablaba era su hermano José quien tenía en las manos unos vasos llenos con licuado que al parecer era de mango por el color, al vernos entrar a la sala se fue directo a nosotras.

José: ¿Quiere alguna licuado de mango? –yo solo la acepte sin decir nada.

Ángela: uh mango me encanta –al oír eso volteé a verla interrogativamente -¿Por qué me miras así? ¿Tengo monos en la cara?

Yo: es que a Juan no le gusta el mango pero a ti sí

Ángela: ah eso… mira, él y yo seremos gemelos pero cada quien tiene gustos diferentes.

Juan: exacto, yo odio el mango pero amo las naranjas, no soporto hacer nada y adoro leer.

Ángela: yo amo el mango y detesto las naranjas, me gusta holgazanear  tanto como puedo y no leo aun cuando me pagan.

Yo: como que están invertidos en sus gustos ambos –mencione para recibir como respuesta un exacto de parte de ellos dos.

Terminado ese asunto todos nos sentamos en los sillones que había en la sala para que Juan me ayudara a mí en estudiar lo que yo no entendía de matemáticas y para que José le ayudara al demonio femenino en ingles, casi enseguida cuando nos pusimos a estudiar llego Roberto quien sin ver a nadie más fue a besar a Juan dejándome sorprendida ya que este le devolvió el beso y  sonrió una vez cuando se separaron, al voltear a ver lo que estaban haciendo los otros dos vi que José estaba a punto de levantarse a separar a los tortolitos por lo que se veía en su cara hasta que Ángela le dijo algo en el oído que lo dejo casi tan pálido como Juan haciendo que esta niña diera una sonrisa que quería decir todo solucionado hacía donde estaban la “serpiente” y el “gatito” como se decían ellos de vez en cuando, al ver la sonrisa de ella se pusieron más tranquilos; después de eso seguimos estudiando hasta que Juan se tuvo que ir a la cocina para ir preparando la comida ¿Acaso a él le tocaba hacer la comida todos los miércoles? Bueno, el caso es que de momento el me ayudaba y en otros instante se iba a fijar de que la comida no se le fuera a quemar, después de que estuvo todo listo me invitaron a comer a la cual accedí enseguida provocando que los que estaban ahí presentes se rieran a santa carcajada de mi acción, pero no era mi culpa de que estuviera con un hambre de los mil demonios, al terminar de comer Juanito y yo nos fuimos de nuevo a la sala para seguir estudiando unas horas más hasta que me sentí fastidiada de tantos números y letras que había en esa cosa, además ¿Desde cuándo se usan letras en matemáticas? Que yo supiera solo se usaban números.

Juan

Ya había terminado hace unas horas atrás de ayudar de nuevo a Paulina en las matemáticas como ya era costumbre desde que estábamos en primero por idiota que era ella en esa materia; también se había ido mi hermanita a su casa no sin antes decirnos a la serpiente y a mí que este José ya no iba a tratar de separarnos, al preguntar el porqué decía eso solo contesto que tenía unos cuantos secretos de nuestro hermano que no quería que salieran a la luz y que si papá trataba de hacer algo en contra de nosotros dos solo le dijéramos claramente Anabel, cosa que me desconcertó mucho pero no pregunte más ya que sin saber lo que tenía que ver ese nombre nos resultaría útil. En ese momento estábamos Roberto y yo en su cuarto acostados en su cama hablando de cosas sin importancia hasta que me hiso una curiosa pregunta.

-¿Este José conoce a sus verdaderos padres?

-¿Cómo? –la verdad esa pregunta me tomo desprevenido.

-que si José conoce a sus padres, es que como muchos chicos que están en su caso no llegan a saber quiénes son sus padres me entro curiosidad de saber si él los conoce… pero si no quieres no me tienes que contestar.

-él… conoce a su mamá, –dije al instante en el que me sentaba –claro si es que hablamos de sus padres biológicos ya que moralmente son los míos ya que son los que lo cuidaron desde pequeño.

-y… ¿Su papá? ¿También lo conoce? –yo deje escapar un suspiro por lo que iba a decir.

-te contare algo pero no quiero que vuelvas a tocar el tema… él no nació por amor ni nada de eso, si no que porque a su mamá la violaron, al saber que estaba embarazada no dudo en tenerlo ya que no le era justo matar a alguien que aun ni siquiera nacía, pero una vez que nació muy apenas lo podía ver ya que le recordaba al sujeto que abuso de ella, en ese entonces mi papá que era amigo de ella decidió proponerle que él lo cuidaría y muy a su pesar acepto, pero nunca descuido de él ya que lo visitaba constantemente, cuando ya tenía como 15 años le pregunto si quería ir a vivir con ella para recuperar el tiempo perdió, él se negó pero ella lo visita de vez en cuando pero desde hace meses que no viene, y lo que se de ella es que ahora tiene esposo y dos hijos más.

-baya, ¿Quién lo diría?... y una cosa más ¿Cómo le hiciste para obtener tanta información?

-es fácil sacarle información a mi papá cuando está dormido –en ese momento me llego una llamada al celular –hello.

-mentiroso –se podía notar que era Wendy –me dijiste que solo los estudiantes que vinieran de otra ciudad podían tener cuarto en… -no pudo terminar ya que le interrumpí.

-¿Tú para que me crees? Si es un internado obviamente que todos los alumnos tienen que quedase ahí, y si me disculpas hablamos después buenas noches –dije para después cortar y apagar el celular.

Después de eso me volví a acostar al lado de Roberto para así quedarnos dormidos, a la mañana siguiente por suerte ni mi padre ni José se dieron cuenta de que me dormí junto con Roberto ya que no sabía hasta que punto Ángela los podía mantener a raya con los secretos que tenía de esos dos por lo que podrían matarnos si nos ven así de  cerca y tan íntimamente. Pasaron las semanas en las que curiosamente fueron muy normales en todo: Paulina me pedía ayuda al estudiar, Lucía seguía tratando de  hacer que Giovanni se fijara en ella, una que otra vez cache de nueva cuenta a Daniel y Juan Carlos en los baños haciendo “cositas” llegándoles a ver sin querer donde el sol no alumbra, pero lo que sí me pareció raro era que Oscar estaba comenzando a ser amable conmigo y que estaba pasando mucho tiempo con mi hermana.

Ángela

Me  sentía contenta ya que estaba volviendo a estar más tiempo con Juan como antes de que nuestros papás se divorciaran y nos separaran llevando a cada uno con alguno de ellos dos, también porque Oscar se estaba volviendo amigo de mi hermano o al menos estaba tratado de llevarse bien con él; la verdad con todo esto se me había ido el enojo de que mi mamá no me contara de que estaba embarazada para luego estar emocionada de que naciera de una vez quien sería el nuevo integrante de mi familia. Los días dieron paso a las semanas, las cuales se convirtieron en meses, los profesores estuvieron casi matándonos con tantos trabajos, tareas, proyectos y para luego hacer los exámenes quien el único que paso los exámenes sin sacar menos de 9 fue obviamente el cerebrito de mí hermano menor, yo por suerte saque buenas notas a diferencia de Lucía que lo suyo es otra historia.

Llegó el día de la graduación en donde todos sin ninguna excepción estábamos nerviosos por hacer algo que nos dejara en ridículo, felices porque al fin nos graduábamos y tristes porque esa sería la última vez en la cual nos veríamos todos otra vez con certeza, lo bueno fue que todo fue muy bien (sin contar que me caí cuando subía las escaleras para tomar mi diploma); cuando llegaron las cartas de si habíamos entrado o no a la prepa (¿desde cuándo se avisa por correo?) Juan, Roberto y yo esperamos a que estuviéramos los tres juntos para abrirlas enterándonos que todos habíamos quedado adentro (cada quien en su prepa) y que mi hermano también por sus altas calificaciones tenía derecho de solicitar una beca; al enterase nuestros padres de la noticia nos regalaron a mí y a mi hermano un gatito de unos meses a cada uno (el suyo de color negro con la parte de abajo y las patas de blanco y él mío gris) y a Roberto su madre le mandó un conejo café en donde quiera que estuviera ella.

Aparte de las nuevas mascotas al inicio de las vacaciones mi mamá decidió llevarme una semana a la playa por haber logrado cursar la secundaria e ingresar a la preparatoria, ¿Así o más confianza me tiene mi madre?, bueno el caso era que fuimos solo que yo invite a mis tres amigas quienes solo Paulina y Lucía aceptaron ya que Yara ya tenía planes; una vez en el hotel en el que nos quedaríamos nos encontramos con la curiosa casualidad de que mis hermanos, mi padre, Roberto y Alexis (quien parece que invito Juan) tuvieron la misma idea de pasar unos días en aquel lugar para descansar así que decidimos divertirnos todos juntos. Pero a mitad del tiempo en el que nos quedaríamos mi mamá tuvo que ir urgentemente al hospital en donde nos avisaron que ella estaba dando a luz en ese momento; todos estábamos nerviosos por eso ya que solo tenía siete meses de embarazo pero al final todo fue bien y solo la familia entramos al cuarto una vez que terminó de parir.

Yo: ¿Acaso solo puedes tener gemelos o qué? –le dije al ver que tuvo un par de niñas.

Mamá: cállate y ven a saludar a tus hermanas.

Juan: mejor que no lo haga ya que si no las matara de un susto al ver a un monstruo –yo simplemente lo callé de un golpe en la cabeza.

Yo: y ¿Cómo les piensas poner si se puede saber?

Mamá: pensé en ponerles Julieta y Violeta pero aun no sé quien será quien ni como le hare para diferenciarlas… con ustedes fue más fácil al ser un chico y una chica.

Yo: más bien diría que dos chicas ya que a ambos nos gustan los chicos –esta vez fui yo quien se calló mediante un golpe.

Todo a partir de eso regreso a la normalidad y sin ninguna sorpresa o sobresalto…... bueno no hasta unos días antes de que cada uno fuera a su internado (si, Roberto entro en donde Juan), ya que Juan me fue a buscar a mi casa con una cara de preocupado que hacía que yo también lo estuviera, al preguntarle qué sucedía me contesto:

-Acabo de ver a Ana, la hermana de Carlos, pasear en el centro junto a su hermano –esto no es nada bueno.

Bueno, esto podria considerarse como final de temporada ya que acaban de salir de secundaria para entrar a la prepa por lo que significa que la mayoria de los personajes vistos hasta ahora desapareceran por completo o casi por completo (los que eran los compañeros de clase). Y una cosa más, voy a tratar de publicar alrededor de 15 Dias (Dias antes, unos dos dias despues) asi que hasta la proxima.