Amigo, con novia, religioso y al final, follamos
Cómo después de dos años de amistad, acabamos en su casa, follando.
Amigo, con novia, religioso y al final, follamos
Esto fue hace unos pocos años, conocí por medio de otra amiga a un chico tres años más joven que yo, que empezaba la universidad y me pedía ayuda para rellenar los impresos. Se me dan bien los papeleos, la verdad.
El caso es que mi amiga me llamó a su casa y me presenté allí donde ya estaba, llamémosle Roger, esperando con cara entre tímido y divertido. Un poco más alto que yo, rubio, ojos azules, y buen cuerpo, aunque para tener en ese momento 18 años, parecía un poco aniñado y desde luego, no me atraía un tipo así, tampoco me lo planteé, ni entonces ni en el siguiente año, creo.
El caso es que desde entonces, él se unió frecuentemente a nuestro grupo de amigos y salíamos a tomar algo, a bailar o a lo que sea juntos. Pero siempre con otra gente y en ningún caso tenía yo en la cabeza nada con él. Lo más que se me pasó fue admirar de tanto su cuerpo cuando íbamos a una casa que tenía mi amiga en un pueblo, y podía ver el vello rubio que le cubría parte de las piernas, por otro lado firmes y no muy musculadas.
Lo mejor era verle cuando volvía de vacaciones de la playa, más rubio aún, con la piel muy morena del sol, y con pocos tapujos por taparse después de haber estado todo el día al sol en la arena. Fui viendo poco a poco cómo no sólo no le molestaba, sino que aprovechaba cualquier ocasión para quitarse ropa de encima. Pero bueno, esto se fue haciendo más evidente a partir de un día que, ya siendo amigos y saliendo incluso solos, le comenté en plan confidencia, que era gay. No con ninguna intención, simplemente porque quería contárselo y porque me daba confianza.
Después de eso, él empezó a salir con una chica, así que la cosa estaba clara, tampoco yo seguía teniendo intención de nada con él. De todos modos, la chica era lo más parecido a una monja que había por los entornos, así que no sé si sería sólo comunión espiritual, porque dudo mucho que llegasen a hacer algo más que besarse total, que Roger debía estar quemando noche tras noche.
Mientras tanto, y siempre en nuestro grupo de amigos, si había una fiesta, acababa disfrazándose y quitándose ropa, o si se planteaba de lejos un juego, un día acabamos jugando a los médicos (con temas irónicos, pero nada de desnudos aunque él aprovechaba para quitarse ropa de encima), o si estábamos en el jardín, únicamente sentados, él aprovechaba para levantarse la camiseta y dejar a la vista sus abdominales, bien delante de mí.
Yo me cabreaba a veces con él, sin decírselo, porque pensaba que sabiendo que yo era gay, no sabía a santo de qué tenía tanta facilidad para provocarme de ese modo, cuando tenía novia, y yo no pensaba que quisiese otra cosa. Pero claro, no era así del todo.
Un día, en un bar, ambos, estábamos tomando unas cervezas, y un tanto aburridos de los mismo, decidimos ir a su casa, que sus padres estaban de vacaciones, para entrar en Internet y ver alguna cosa que otra. Al llegar allí, nos tomamos unas copas de no me acuerdo qué, y bueno, fuimos a Internet. No tardó mucho en que fuésemos a ver alguna web sobre sexo, pero date que la conexión era una caca y no cargaba nada, así que como alternativa, me comentó que sus padres tenían escondidas unas cintas de vídeo porno, y que si quería ver una.
Puede que yo sea muy pavo y poco perspicaz a veces, pero lo vi como algo medio normal, tampoco me excitan especialmente las pelis porno hetero, pero bueno, le dije que vale.
El caso es que claro, a los dos minutos de película, me dice que si no me apetece hacer algo. Debía estar ya más cachondo que un toro, y desde luego la propuesta de subir a su casa no había sido para nada inocente. A esto yo le contesté que estaba bien, que por qué no. Me preguntó si esto perjudicaría nuestra amistad, y bueno, yo le dije que no, que por qué. Total que nos fuimos a la cama no sin antes por mi parte pasar por el mueble bar y echarme otro trago de algo, ginebra creo que fue, porque tampoco estaba precisamente tranquilo.
Ya en su habitación, nos desnudamos y me di cuenta al verle por fin desnudo, que tenía un cuerpo firme, claro, las piernas más fuertes de lo que pensaba y el vello que las cubría y el que tenía alrededor de la polla era duro, lo que acrecentaba todo placer cuando me rozaba contra él. Comencé dándole la vuelta, para masajearle el cuello, que en ocasiones había comentado que no le gustaba que se lo tocasen porque digamos que se inquietaba. No se inquietó precisamente, sino que se excitó como un loco, rozando su culo contra el mío, que estaba sentado justo encima.
Después de masajearle bien el cuello, seguí con la espalda y fui bajando hasta el culo, agarrándole las nalgas y viendo su firmeza, agarrándolas ambas con las manos y besando y mordiendo toda su superficie. Le di la vuelta y busqué su boca, primero tímidamente, luego comencé a morderle los labios y a meterle la lengua, comiéndole la suya. Estuvimos así un rato, mientras le acariciaba y agarraba su pelo, su cuello, le acariciaba el pecho, y encima de él, frotaba mi polla contra la suya y mi pecho contra el suyo.
Tengo el pelo velludo, lo que contrastaba con el suyo lampiño, y mi roce contra sus pezones le excitaba mucho, y más aún, cuando bajé hasta sus pezones y empecé a lamérselos y mordérselos no aguantó mucho, y me dijo que parase que se iba a correr si seguía así. Paré claro, está, y seguí bajando hasta alcanzar su ombligo, que seguí lamiendo hasta agarrarle con la mano la polla. En ese momento sentí que se le paraba la respiración, que estaba a la espera y expectante.
Al segundo siguiente me metí su polla en mi boca, con lo que un suspiro de placer se escapó de boca, y me dijo cuántas veces había estado pensando en esto. Y bueno, yo le contesté que era una cabrón, porque ahora cuadraba el porqué de sus exhibicionismos y tonteos, con o son novia, cuando estábamos juntos, la cantidad de ambigüedades y conversaciones al hilo que habíamos tenido. No se atrevía, pero la cantidad de pajotes que se debía haber hecho el cabrón a mi costa.
El caso es que le estuve mamando la polla durante un rato, y después me puse del revés y le di la mía, para que él también pudiese paladear la mía, que estaba empalmadísima desde el vídeo porno y ya no lo había dejado. Así estuvimos un buen rato pero le tuve que parar porque me la comía con tanto ímpetu que me hacía hasta daño, rápido, duro, fuertemente, parecía que no iba a parar, y sólo me repetía que quería que me gustase.
Claro, yo le dije que se la quería meter, porque de hecho quería hacerlo. Y bueno, como resumen de esto es que empezamos a intentarlo, pero no pudo ser. Intenté hacerlo sin ningún lubricante, más allá del condón, y tenía un agujero tan estrecho que pareció imposible entrar (al día siguiente me dijo que le había hecho sangre), y después, a pesar de usar vaselina, me dijo que le dolía mucho, y que no iba a poder ser. Por mi parte, que soy versátil tirando a activo, le dije que no importaba, que tratase de follarme él a mí. Así que le puse las piernas en los hombros, me di vaselina en el culo, y le agarré la polla llevándomela al culo. Empujó a lo bestia, como me había mamado la polla. Práctica no tenía, eso estaba claro, así que le tuve que ir parando hasta que por fin pudo entrar poco a poco, y después entró del todo.
Yo tenía el culo también estrecho, porque no solía entrar mucho por allá, pero al final fue tomando ritmo, y sentí su polla, no muy grande pero gruesa y muy dura, en mi agujero, frotando las paredes según se movía, de nuevo, rápido y a lo bestia. Estuvimos un rato así, sin cambiar de postura, pero tampoco mucho, porque los dos estábamos tan empalmados desde hacía tanto rato, y él era tan burro con las embestidas que enseguida llegamos al punto de corrernos. Él sacó la polla de mi culo, y fue directamente a la mía, que se la metió en su boca y empezó a mamármela hasta que me corrí y él se tragó toda la leche que salía a borbotones, sin problema ninguno. Él mientras tanto se había corrido entre sus manos, con la ayuda de las mías.
Nos echamos encima del otro durante un buen rato, respirando cansadamente mientras él me decía de nuevo que lo que quería es que me hubiese gustado, que él lo había estado deseando durante mucho tiempo, y que esperaba que lo repitiésemos. Al rato, de todos modos, volvíamos a estar empalmados, y estuvimos mamándonos durante un buen rato, hasta que coño, vimos que estaba amaneciendo, y es que habíamos estado en la cama durante más de seis horas sin darnos ni cuenta.
La verdad es que esa situación no se repitió. Dormí con él una vez más en la misma cama, él me dijo que si no quería hacer nada, pero en ese momento no me apetecía y bueno, al cabo de un año, él ingresó en una orden religiosa cosas que pasan, no le he vuelto a ver ni hablar con él. Y en fin, todo esto no me lo he inventado, otra vez cosas que pasan.
Ciao.