Amigas

Dos amigas pasan una noche juntas para hablar y acaban haciendo algo más.

Hola a todos. Esta historia me la contó la que actualmente es mi novia. Os lo cuento más o menos como ella me lo contó a mí. Le sucedió cuando tenía 16 años.

Era una noche de viernes. Alba y Marta se habían ido a Pachá como cada viernes con algunas amigas y algunos chicos, entre ellos yo. El caso es que esa tarde en Pachá Alba y yo nos enrollamos y nos metimos mano hasta no poder más. Esto me dejó bastante cachondo, y al parecer a ella también. Después de Pachá ambas se fueron a casa de Marta a dormir. Sus padres estaban de viaje y ella se quedaba en casa con su hermana mayor. Esa noche la hermana mayor tenía una fiesta y no volvería hasta altas horas de la noche con lo cual las dos chicas estaban solas y podrían hablar de sus intimidades plácidamente.

Marta es una chica de 1’70 aproximadamente, tetas grandes y a pesar de que no es una modelo se podría decir que no está nada mal ya que también tiene bastante buen culo y muchos chicos del colegio nos fijábamos en ella. Es la típica niña pija con padres adinerados que tiene todo lo que le apetece y más. En su habitación tiene un ordenador de los buenos, una tele con video y DVD, una mini-cadena de un precio considerable y además la habitación es bastante grande. Por su parte Alba es mas alta, cerca del 1’75, tiene unas tetas pequeñitas pero bien puestas y un culo respingón precioso. Es una chica más modesta, en su casa solo tienen un ordenador y una tele para todos.

Entraron en casa de Marta y se fueron a la cocina a hacerse la cena. Se hicieron unas hamburguesas que había en la nevera, unas coca-colas y fueron al comedor a ver la tele. Pusieron la peli del plus que ya estaba empezada y empezaron a hablar sobre todo (estuvieron un buen rato hablando de mi y de cuando nos enrollamos Alba y yo).

Eran cerca de las dos y media cuando decidieron irse a la cama para estar más cómodas. Se cambiaron la una frente a la otra, como solían hacer cuando se quedaban a dormir en casa de una u otra, y no era un problema porque lógicamente se habían visto desnudas un montón de veces. Se tumbaron cada una en su cama pero a la hora de conversar no estaban cómodas ya que dormían en una litera y les resultaba incómodo no mirarse a la cara mientras hablaban. Marta le propuso irse a dormir a la cama de matrimonio y a Alba le pareció bien. Se tumbaron en la cama de los padres de Marta y pusieron la tele. En esos momentos ya estaban hablando de chicos y bastante de sexo. Marta zapeaba sin poner atención a la tele hasta que puso el plus y escucharon unos gemidos. Las dos se giraron a ver la tele y vieron que ya estaban dando la película porno de los viernes.

-¿Quieres verla?-le preguntó Marta a Alba

-Bueno, porqué no. No dan nada más interesante

Se pusieron a ver la película y a los pocos minutos ya estaban las dos bastante cachondas. Alba no se atrevía a tocarse ni las tetas ni el coño porque estaba Marta delante. Ellas habían hablado muchas veces y se habían confesado que se masturbaban pero nunca lo habían hecho la una delante de la otra. Marta se tocaba las tetas por encima del pijama y Alba notó sus pezones duros, luego se miró a ella misma y vió que también se le marcaban mucho ya que llevaba una camiseta de pijama muy ajustada. Finalmente Marta rompió el hielo:

-Estoy muy cachonda

-Yo también

-¿Nos masturbamos?

-Que va, yo paso-Alba era muy cortada para hacerlo y en primera instancia no se atrevía-Hazlo tu si quieres, no te cortes

-¿No te importa si me hago un dedo aquí a tu lado? ¿Seguro?

-Que no, que no, en serio, háztelo tranquila. Yo prefiero estar así.

Así que Marta ni corta ni perezosa se metió la mano debajo del pantalón y de las bragas y se empezó a frotar el clítoris. Alba se la quedó mirando mientras ella estaba mirando atenta la película.

-¿Te importa que me baje los pantalones y las bragas? Es que así estaré más cómoda.

-No, no te preocupes

Marta se sacó la manta, se sacó los pantalones y se bajó las bragas hasta los tobillos. Alba estaba cada vez más cachonda, pero no por la película sino porque su mejor amiga estaba a su lado metiéndose un dedo en el coño. Marta la miró y vio que Alba tenía los pezones muy duros y se mordía el labio inferior.

-Venga, únete a la fiesta. Si te mueres de ganas

-Que no, no insistas.

Pero Marta insistió y siguió insistiendo.

-Joder Alba, venga, si lo digo por ti, para que no te quedes así.

-Que pesada eres!! Parece que quieras verme pajeándome.

-No, lo que pasa es que no quiero verte así, sufriendo por estar cachonda.

Finalmente Alba retiró la colcha por completo, se quitó los pantalones y las bragas y, a diferencia de Marta, también la camiseta y el sujetador. Se quedó totalmente desnuda y empezó a jugar con su conejo. Las dos empezaron a mirar la película pero se iban intercambiando miradas y se iban riendo y sonriendo. Más risas se oyeron aún cuando en la película salió la clásica escena de lesbianas. En ese momento Marta estaba muy cachonda y se le pasó por la cabeza una idea que sorprendió pero que puso mucho más cachonda a Alba.

-¿Por qué no nos lo hacemos las dos a la vez? Tu a mi y yo a ti

-¿Qué dices?

-Ya veras, que a mi ya me ha hecho un dedo otra persona y es mucho mejor

-No se

-Venga va

Alba alargó su mano derecha hasta el coño de su amiga y le empezó a pasar el dedo por su húmeda raja muy despacio. Marta hizo lo propio con la mano izquierda y empezó a masturbar a su amiga. Ahí estaban las dos con sus piernas abiertas y pajeándose una a otra. Marta le fue metiendo un dedo a Alba mientras se cogía una teta con la otra mano y se la lamía con ganas. La película ya había acabado pero ellas seguían abiertas de piernas y masturbándose, mirándose a sus coños, a sus tetas y a los ojos mientras sonreían

-¿Qué, que tal?-preguntó Marta-¿Mola eehh?

-Si, no está mal-contestó Alba

-Méteme un dedo anda.

Alba le hizo caso y fue metiéndole un dedo. Ella ya tenía uno de los de Marta dentro. Alba estaba extrañada porque cuando habían empezado pensaba que se iba a correr enseguida e iba a quedar como una novata que no tarda nada en correrse, pero no fue así, aún no se había corrido ni sentía que iba a llegar al orgasmo. Siguieron metiéndose un dedo mutuamente un rato.

-¿Por qué no me lo chupas?-dijo Marta

-No te pases

-Pero si no pasa nada. Venga, que luego te lo chupo yo a ti. Ya veras el gustazo que da

-¿Y porque no del revés? Primero me lo comes tu y luego yo a ti.

-Joder, ¿Qué te cuesta?

-¿Y a ti? ¿Yo crees que te lo vaya a comer yo luego?

-Venga va, empieza tú.

-Que no, que yo he empezado a hacerte primero el dedo, ahora te toca a ti.

-Está bien.

Marta se puso bajo el coño de Alba y empezó a pasarle la lengua. Al principio le daba un poco de asco pero luego se fue acostumbrando, le pasaba la lengua por toda la raja, se paraba a chuparle y succionarle el clítoris mientras le metía dos dedos a toda velocidad y con el pulgar le acariciaba el ano aprovechando que Alba estaba con las piernas abiertas y un poco levantadas.

-Tenías razón…mmmmmm…es delicioso

Esto a Marta la motivó más y lo hizo con más ahínco. Ahora le metía la lengua hasta el fondo del coño mientras le sobaba las tetas con las dos manos. Para no haberlo hecho nunca parecía una experta. Alba le cogía la cabeza para que llegara más al fondo aún. En pocos segundos se corrió dejando toda la colcha empapada. Marta se separó con toda la cara mojada y parte de sus pelos también, pero satisfecha por el trabajo bien hecho.

-Ahora te toca a ti.

Alba se incorporó, separó las piernas de su amiga y empezó a jugar con su lengua en la raja de su amiga. Ahora que se había corrido había perdido del todo esa timidez inicial y decidió dar placer sin límites a su amiga. Primero se puso encima de Marta y le empezó a besar en la boca, en el cuello y fue bajando. Le quitó la camiseta y jugó con sus pezones a través del sujetador, luego le sacó el sujetador y dejó libres sus grandes pechos y volvió a magrearlos y chuparlos. A su vez Marta se iba masturbando rápidamente ya que su amiga la había puesto realmente cachonda como una burra. Alba no se hizo de rogar y volvió a bajar despacito hasta llegar a su coño y se lo empezó a comer con muchas ganas, pensando en como le gustaba que se lo hiciesen a ella. Marta gemía como una loca y eso a Alba le recordó cuando a veces le daba por masturbarse estando sola en casa y como le gustaba acariciarse el ano y meterse algún dedo.

-Marta, ponte de rodillas encima de la cama

-¿Qué me quieres hacer? Sigue chupando que me voy a correr pronto.

-Hazme caso, te morirás del gusto.

Alba se había corrido hacía muy poco pero el pensar que se iba a comer el coño de su amiga la había vuelto a poner cachonda. Marta le hizo caso, se puso de rodillas y Alba se puso detrás. Empezó comiéndole el coño desde atrás y metiéndole un dedo y más tarde otro. No tardó en subir su lengua hasta el ano de su amiga y empezó a chupárselo con deleite. Ni siquiera le entró repulsa al principio, simplemente pasó por ahí su lengua una y otra vez, y después la fue metiendo poco a poco en el culito de Marta mientras le metía dos dedos en el coño. Marta estaba al borde del orgasmo, no se creía el placer que le estaba dando su mejor amiga. Alba siguió explorando y le metió un dedo en el ano y lo fue metiendo y sacando a toda velocidad hasta que Marta se corrió brutalmente. Después de la corrida Alba sacó sus dos dedos del coño y el dedo del culo de su amiga, se besaron otra vez en los labios y se tumbaron. Marta cayó rendida enseguida pero Alba se había quedado con las ganas después de conseguir que su amiga alcanzara el orgasmo y volvió a masturbarse, esta vez sola recordando todo lo que había ocurrido esa noche. Por supuesto se metió dos dedos en el culo y otros dos en el coño hasta que alcanzó su segundo orgasmo y se quedó dormida abrazada a Marta.