Amar y Querer (8)

...me quedo helada...Ana parada frente a mí con la vista perdida en lo que veía...

ANA

Ana: si? Hola

Aitor: Dra. Cervantes – se escuchaba como susurraba – le habla Aitor del Hospes Amérigo, se acuerda que me dijo que la llamara?

Ana: oh si, claro Aitor dime que pasa alguien llamo o pregunto por mi?

Aitor: justo por eso la llamo hace 10 minutos se presento un Sr. Ferrer aquí y me pidió que lo llevara a su habitación doctora, dice que es su esposo

Ana: - Aitor hablaba y yo estaba helada a pesar del calor asfixiante – y que le dijiste muchacho?

Aitor: lo que usted me dijo doctora, no le di información de usted pero como seguía insistiendo de que iba a llamar al gerente yo le dije que usted había salido a trotar por aquí cerca y que ya regresaría, pero él sigue insistiendo en querer subir a la habitación – vaya si que este muchacho lo hizo todo bien –

Ana: no Aitor, no lo dejes subir, se dará cuenta que no dormí allí, mira yo estoy en el taxi yendo para allá, déjame pensar que hacer, y te llamo luego vale?

Aitor: doctora pero no demore que el señor es muy insistente y en el bar lleva ya varios tragos

Ana: no te preocupes adiós

Aún me sentía helada, en shock, Javier había viajado hasta aquí y ahora que iba a hacer me descubriría seguro, que hago, demonios, debo seguir la mentira de Aitor, lo volví a llamar y le dije que mandara a la camarera a mi habitación y que desordenara todo un poco para que aparentara que pase la noche allí, y que entretuviera a Javier lo más que pudiera, le pedí al taxista que parara y empezamos a debatirnos

Taxista: que me dice que!! señorita?, yo no puedo hacer eso, todavía tengo que currar el resto del día

Ana: mire señor Mauro no?, que le parece si le doy 80 euros por su chándal

Taxista: pero esta todo usado señorita, y

Ana: 100 euros

Taxista: vale, y se va a cambiar aquí en el coche?

Ana: si, quíteselo, ahora necesito zapatillas y una botella de agua

Taxista: la botella de agua lo arreglamos en el quiosco de prensa, lo de las zapatillas está un poco difícil porque las tiendas aun están cerradas, aunque…yo creo que la quiosquera le puede vender sus zapatillas

Ana: vale entonces al quiosco de prensa

Así fue, Manuela la quiosquera, me vendió sus zapatillas mejor dicho me robo 150 euros por unas zapatillas gigantes y viejas, me cambie en seguida todo el atuendo, me eché un poco de agua en la ropa para que simulara sudor, le pedí a Mauro que cerrara las ventanas y apagara el aire acondicionado, con el calor el auto se convirtió en un sauna, llegue al hotel empapada en sudor y con una botella de agua en la mano, el taxista muy entretenido con toda la peripecia, me dio su tarjeta y me pidió que lo llamara cuando necesitara servicio y que encantado me daría otra vez su chándal, me reí, le agradecí y entré al lobby del hotel, me acerqué a la recepción y Aitor no pudo evitar la sonrisa al verme con un buzo, mucho más grande de mi talla, con unas zapatillas que parecían de payaso y toda la cara bañada de sudor.

Aitor: Dra. Cervantes hoy día ha trotado una maratón no? – se esbozo una pequeña sonrisa –

Ana: Hay que liberar las tensiones mi querido Aitor – siento una mano que me aprieta el hombro y volteo – Javier? – pongo cara de sorpresa indignante –

Javier: Mi amor, pero que paso contigo, querías recorrer toda la costa mediterránea? Y de donde sacaste toda esta vestimenta?

Ana: - puse cara seria – que haces aquí?, porque no me avisaste que venias?

Javier: es que acaso no le puedo dar una sorpresa a mi mujer, te extraño mi amor y como solo peleamos últimamente quise sorprenderte

Ana: sorprenderme o verificar que te fuera fiel? – lo mire intensamente –

Javier: creo que no es lugar para discutir esto, subimos a tu habitación?

Ana: vamos – le hice un adiós a Aitor y le guiñe el ojo en seña de complicidad a lo que el sonrió complacido lo que miro Javier y no pudo evitar lanzar su comentario –

Javier: vaya hasta a los empleados les coqueteas no?

Ana: por favor Javier no empieces

Subimos al elevador, Javier intento besarme pero no lo dejé alegando que estaba sudada, él no insistió y un silencio sepulcral inundo nuestro espacio, no había nada que decir, yo no quería hablar con él y delatarme y él no quería preguntar temiendo saber la verdad. Llegamos a la habitación, y tal como le dije a Aitor, la habitación parecía que habían dormido todo un equipo de futbol, él se acomodo frente al gran sofá que daba al balcón de la habitación, yo me disculpe y me fui a duchar, mi molestia por su presencia era palpable y él no sabía que decir; termine de ducharme y al salir del baño lo encontré echado en la cama esperándome

Javier: sabias que eres muy hermosa? – yo sólo asentí con la cabeza mientras me secaba el cabello con una toalla – porque estás así conmigo?, he hecho algo mal? – su voz era complaciente, estaba calmada y muy suave –

Ana: - no pude evitar sentir un gran dolor en el pecho, el no hizo nada, era yo la culpable de todo este enredo – no has hecho nada Javier, es sólo que estoy cansada y estresada, y salir con Bruno me ha animado bastante eso es todo.

Javier: se que estas cansada pero no puedo evitar sentirte distante, no contestas mis llamadas, peleamos todo el tiempo, me das excusas tontas, me mientes, y desde que llegue ni un beso ni un "mi amor", porque estas tan fría es que acaso hay alguien más?

Ana: - se me paralizó el corazón, claro que había alguien más, mi niñata hermosa, la que me despertaba todas las sensaciones que pensaba enterradas y olvidadas – por Dios Javier, vas a empezar con eso otra vez?, pero como no quieres que este enojada, llegas sin avisar como para descubrirme en alguna movida, como crees que eso me hace sentir? – pero que cínica que soy, claro que le soy infiel y en su cara le digo que no –

Javier: perdóname mi amor, sólo quiero arreglar las cosas, tu eres mi vida amor – se levanto y me abrazo y me beso tiernamente en el cuello, yo lo abrace pero no pude evitar sentir un gran dolor por mi actitud hacia él que me hizo derramar una pequeña lagrima –

Javier: mi amor no llores por favor, todo va a estar bien, nos amamos y eso es lo que importa, que bueno que le hice caso a Jessi de venir creo que necesitábamos estar así – Jessica!!!!!, maldita sea…me jugo chueco, la voy a matar nunca debí decirle nada –

Ana: así que Jessica te animo a venir?

Javier: bueno no estaba muy decidido y ella me dio el último empujón que necesitaba para venir a verte – Jessica Wipple te voy a matar, Javier me sostuvo el rostro con sus grandes manos y me acerco para darme un beso tierno, al que yo correspondí, el quiso profundizar el beso pero no lo deje poniendo de excusa que debía arreglarme para la presentación que era en 40 minutos, el lo entendió y me dejo que me arreglara, sin dejar de observarme, mandarme piropos y uno que otro beso y caricia por aquí y por allá.

Salimos del Hotel agarrados de las manos, el tenía que hacer unas diligencias, por lo que no me acompaño a la Universidad, pero quedo en ir a verme después de la presentación para la comida, nos dimos un beso y partimos cada uno a su destino.

CRISTINA

Salí del examen a las diez y la primera llamada fue de Lu, preguntando "que tal lo diste", le conteste de lo más positiva, lo había dado bien y hasta tiempo para revisarlo todo me dio, pero más que otra cosa estaba feliz por poder ahora estar tranquila con mi doctorcita, la llame pero nadie no contestaba, le mande textos y nada, lo cual me sorprendió muchísimo, así que decidí ir a buscarla al auditorio donde tenía su presentación, si bien la facultad de arquitectura esta fuera del campus principal, era bastante cerca caminando, no demoré mas y fui lo más rápido que pude, y mientras caminaba analizaba todas las opciones por las cuales no me contesto el móvil ni los textos, estaría todavía en la presentación, se olvido el móvil, no lo escuchó, mis pensamientos se ponían en conflicto mientras yo trataba de dejar de pensar más, llegue al campus en 20 minutos, en el auditorio había aún bastante gente, parecía que había algún tipo de clausura o algo así, entre y busque con la mirada a mi Ana hermosa, pero no la divisé cuando un señor algo mayor se acerca por detrás de mí y me pregunta si busco a alguien, yo asiento y le digo que por Ana, y él me señala con un dedo a Ana que estaba en el otro extremo, totalmente bella con un traje de falda y jersey impecable, tan ceñido al cuerpo como siempre, unos tacones altos que le hacían ver unas piernas larguísimas, ay tan bella, pero quién es ese que la agarra de la cintura, esta majo pero quién es?, OSTIA!!, por la gran puta ese es Javier, lo reconocí por la foto que vi en el móvil, hijo de puta la esta besando, es mi mujer puto me decía en mi interior, pero que veo ella se deja, pero como no se va a dejar es su esposo, él la abrazaba contra él y ella no ponía resistencia, sentí los celos y la rabia crecer en mi vientre y subir como un volcán hasta mi rostro, estaba segura que tenía todo el rostro rojo de la rabia, así que no aguante más y me fui como una flecha hasta ella para pedir una explicación pero que iba pedir, es su esposo está en su derecho, pero y lo nuestro?... Ana me vio como me acercaba e inmediatamente se soltó de él y ponía una cara seria mezclada con algo de miedo, pero es que yo también tenía una cara

Ana: Hola Cris – salió a mi encuentro no dejándome llegar a donde estaba ella con ese tipo –

Cristina: que carajos pasa Ana?, quien es ese hijo de puta que te toca toda? – yo sabía exactamente quien era pero ella no sabía que yo lo vi en su móvil –

Ana: cálmate Cris por favor yo te explico todo pero por favor no levantes la voz que nos están viendo, dame un segundo que digo que salgo un momento y nos vamos a hablar ok?, por favor – me miro con miedo en los ojos, así que no pude evitar aceptar –

Ana: espérame aquí y regreso – me lo decía cuando él se acerco y le toco el hombro, era igual e incluso más guapo que la foto del móvil –

Javier: mi amor, el director de Literatura dice que nos invita a comer, perdón disculpa, estabas hablando, pero que mal educado, soy Javier Ferrer el esposo de la doctora mucho gusto – me extendió la mano para saludar, yo solo me quede estática, no reaccionaba, su esposo, su esposo, ya lo sabía pero que me lo diga el retumbaba en mi cabeza, trague saliva y extendí mi mano y la estreche, tenía manos fuertes y muy cuidadas, era un hombre muy guapo, que cualquier mujer desearía –

Cristina: yo..yo…soy Cristina Ferrández soy ahmm… - la amante de tu mujer tarado, mire a Ana con desprecio –

Ana: amiga de Bruno, nos conocimos cuando llegue

Javier: ah bueno, entonces nos vamos mi amor, el director está esperando

Ana: un momento cariño, que Cristina me quiere hacer una consulta médica, solo será un momento ok?

Javier: vale pero no demoréis – la volvió a besar tarado de mierda, lo quiero estrangular…Ana me llevo hasta un apartado –

Ana: que estás haciendo aquí Cris? – todavía pregunta?, se fue de mis brazos casi a rastras y me pregunta que hago aquí? –

Cristina: yo?, mejor que hace "él" aquí? – la mire con rabia y desilusión –

Ana: Cris yo no sabía que él iba a venir, cuando llegue al hotel lo encontré allí esperándome, no me dijo que vendría, yo te iba a llamar para contarte todo pero no se me ha despegado todo el rato.

Cristina: ni un mensaje ni nada?, joder Ana, que quieres que haga ahora, que me vaya contenta?, o sea se termino, lo que compartimos lo de anoche tu cuerpo y tu alma entregándose a mí se acabo?, ahora te toca el tiempo de hacer de esposa fiel y abnegada?

Ana: Cris no me hagas esto, lo nuestro ya es difícil como esta por favor no lo compliques más, te prometo que yo me deshago de él más tarde y te voy a buscar por favor, y cómo te fue en tu examen?

Cristina: no me cambies de tema Ana, jodida estoy yo, que como una estúpida vengo a verte para estar contigo y me encuentro con la sorpresita de tu esposito, soy una gilipollas, seguro que ya sabías que venía por eso no querías que nos viéramos anoche pero claro tu calentura pudo más y por eso fuiste a mi casa – sabía que mis palabras la lastimaban podía ver en su cara la tristeza y dolor – te vas a Barcelona pasado mañana y ahora el tiempo que nos quedaba ahora es con él y no conmigo…sabes que Ana, vete a tomar por culo, yo me largo – la deje sola parada con su mirada perdida, no quise voltear, tenía la esperanza que viniera por mí, pero no lo hizo.

Estaba llegando a la salida de la Uni, cuando veo que Bruno estaba entrando en su coche, me toco la bocina y volteé, no sé qué cara tenía en ese momento pero bajo del coche dejándolo en medio de la vía y me abrazo, yo no pude contener más las lágrimas y lloré amargamente, sollozaba, no podía pronunciar palabra cuando otro coche que salía comenzó a tocar la bocina para que muevan el coche de Bruno…pero parecía que él no iba a apartarse de mis brazos, pero los bocinazos eran insistentes, y alguien se acerco a él, alce la mirada y era el hijo de puta del esposo de Ana, hablaron unos segundos entre ellos y luego el regreso donde mí y me llevo dentro del coche, y salimos de la Uni, yo no dije nada ni el tampoco, hasta que llegamos a un restaurante muy pijo y se atrevió a hablar

Bruno: es por Javier, el esposo de Ana, que estás así no? – yo asentí el continuo hablando – mira nena, yo sabía que esto iba a pasar que tu ibas a salir mal pero aún estas a tiempo de dejar todo esto atrás, tu eres demasiado para Ana mejor olvídate de ella y empieza de nuevo con alguien que sí te merezca, y que te parece si empezamos con una comida deliciosa y unas copitas y en la nochecita una fiestita, supe que tuviste un examen hoy y que te fue muy bien así que porque no lo celebramos te parece? – Bruno podía ser tan tierno unas veces, tenía razón todavía estaba a tiempo de zafarme de todo y era mejor así, para que sufrir por una mujer casada que aparentemente no iba a dejar a su marido pensé, asentí y secándome las lagrimas, entramos al restaurante.

Nos sentamos en una mesa que daba frente a una fuente de agua, Bruno ordenó por mi y pidió un vino blanco, comenzó a hacer sus bromas y comenzamos a calificar a las mujeres que estaban a la vista, Bruno tenía muy buen gusto y yo también por lo que casi siempre coincidíamos con las puntuaciones, estábamos de lo más bien cuando veo entrar a ella, a Ana del brazo del gilipollas ese que era su esposo y de dos personas mayores que no sabía quiénes eran, ella sonreía y apretaba el brazo de su esposo, al parecer no le había dolido nada mi partida, volteé y mi semblante cambio drásticamente a pavor, a desesperación a DOLOR, Bruno se dio cuenta y busco con la mirada la causa de mi molestia y se encontró con la causante, ella aparentemente no se había dado cuenta de nuestra presencia, Bruno me agarro la mano, la sobó tiernamente y me susurro – quieres que nos vayamos a otro lugar? – yo negué con la cabeza y levante mi vista y con toda la seguridad que aun guardaba – si alguien se va a ir que sean ellos, nosotros llegamos primero – llevándome la copa de vino a la boca, apretando los dientes y deseando que las ganas de llorar no me vencieran y que las fuerzas no me abandonaran.

ANA

Nada me sale bien, que Cris se presentará en el auditorio no lo esperaba, y todo lo que paso allí, yo como una cobarde la dejé ir, debí seguirla, no me atrevía a llamarla, mis pensamientos en ella me tenían ensimismada, Javier noto mi cara y me pregunto qué pasaba, yo di una excusa tonta pero él la creyó, salimos del auditorio para ir a una comida con el director del programa y su esposa, ni sabía bien, yo sólo pensaba en Cris, cuando ya estábamos de salida, el auto se detuvo, Javier pregunto porque y el chofer le dijo que un auto estaba bloqueando la salida y que no se movía, Javier con lo desesperado que es salió del auto y demoro unos cuantos minutos y regreso.

Javier: adivina con quien me encontré? – no me importaba ni quería escuchar –

Ana: no estoy para adivinanzas

Javier: ok ok, con Bruno, estaba con esa amiga que me presentaste, estaba llorando – QUE!!!, con mi Cristina?, demonios que hacía ese imbécil con ella, me asomé por la ventanilla y vi como Bruno acomodaba a Cris en su auto –

Ana: pero que te dijo? – seguía con la mirada en la ventanilla mientras el auto de Bruno pasaba y el nuestro avanzaba –

Javier: sólo nos saludamos, y le pedí que moviera su coche y me mando saludos para ti, nada más – que hacía Bruno con Cris, será que ella lo llamo?, demonios que pasa?, mi pequeña estaba llorando….DIOSSS!!....es todo mi culpa – estas bien amor? Pareces ofuscada.

Ana: no estoy bien, estoy preocupada por la amiga de él

Javier: no te preocupes seguro que Bruno sabrá como calmarla y tranquilizarla – tranquilizarla?, Bruno no es de fiar, y en varias veces hizo dudar a lesbianas declaradas de su condición –

Ana: si seguro – la rabia de saberla con él, que él la consolaría que él la abrazaría, lo peor de todo que yo era la culpable de todo, yo y mi cabeza hueca mi dejarme llevar, pero quien no se hubiera dejado llevar por ella, Cristina, Cristina perdóname pequeña.

Llegamos a un restaurant muy bonito, Javier con su encanto español nos hacía reír a todos, entramos y nos sentaron en una mesa con mirada a la entrada, yo me senté de espaldas a una pileta que estaba en el medio de todo el restaurante, Javier parecía curioso mirando por encima de mi hombro, así que pregunte que le causaba tanta curiosidad, y me dijo que Bruno con su amiga estaba a unas mesas de donde estábamos, volteé para confirmar y vi como Bruno agarraba la mano de Cris y le acomodaba el cabello por detrás de la oreja, volteé inmediatamente y sentí una rabia inmensa dentro de mí, se habrán dado cuenta que estamos aquí también, porque Bruno está así con ella porque la trata con tanta ternura, demonios me gritaba hacia adentro, sentí como la rabia y los celos inundaban mi ser, quería ir a esa mesa y llevarme a Cristina de su lado

Javier: estas bien cariño?, tienes una cara como que no sé

Ana: no pasa nada, me acorde de algo que tenía que decir en la presentación y no lo hice

Javier: mi amor pero no pasa nada, todo salió maravilloso – me beso la mano tiernamente –

Ana: gracias amor, y tú qué crees que Bruno este haciendo con su amiga? – que comentario para absurdo, se dará cuenta seguro –

Javier: no lo sé, pero ella parece ya más calmada hasta le sonríe, seguro que Bruno se la quiere…bueno tu sabes? – todos los colores se me subieron al cuerpo y a la cara –

Ana: lo dudo porque ella es lesbiana – lo dije en un tono tan fuerte que nuestros acompañantes dejaron su conversación para mirarme –

Javier: ok mi amor, pero no creo que sea de nuestra incumbencia, estar hablando de su vida y opciones no?, disculpad señores

Ana: perdón cariño

Javier: está todo bien cariño, quieres que los llamemos para juntarnos todos?

Ana: - lo analicé en medio segundo y me pareció genial la idea, así truncaría los planes si los hubiera de Bruno – sería genial amor, porque no vas a decirle a Bruno.

Javier: perfecto, iré a consultarle – lo vi caminar hacia ellos, mi mirada se encontró con la de Cris, pero sus ojos azules ya no me miraban con ternura sino con rabia y dolor, intercambio un par de palabras con Bruno y regreso, negando con la cabeza –

Ana: que pasó? No quieren?

Javier: él me dijo que preferían estar solos, pero la verdad yo creo que él no quería que le estropeáramos el ligue, no crees?

Ana: si seguro – sentía un calor que me subía y bajaba por el cuerpo, la rabia que me produjeron esas palabras jamás lo había sentido, yo Ana Cervantes, nunca había sentido celos en mi vida, ni siquiera por territorialidad, que pasa conmigo, como es posible que en 3 días de conocer a esta niña haga que me sienta como me siento que me hierve la sangre de pensar que otras manos puedan acariciarla, que ni siquiera otros pudieran sentir su aroma, ayyyyyyyyyyyyyyy que me pasa rayos rayos RAYOS!! – mi amor voy un momento al servicio, me voy a refrescar, ordena por mi si?

Javier: mi amor pero…si el aire acondicionado esta al máximo hasta frío hace

Ana: pero yo tengo calor, ok?

Javier: vale vale, ve mujer pero no te enojes

Ana: ashh

Me apresure a ir al baño y de pasada observe la mesa de Bruno, mi mirada se encontró otra vez con la de Cristina que aún tenía la misma expresión y con la de Bruno que me miraba con más rabia que Cris, entre al baño totalmente ofuscada, me empape las manos y me di pequeños toques en la cara y con mis manos formando puños golpeé el lavado, baje la cabeza para tratar de ordenar mis ideas, mis emociones, mis alteraciones, cuando levanto la vista, la veo, es ella, mi pequeña, mirándome desde la puerta como hacía el ridículo con mi frustración.

Ana: Cris, yo…yo...- quería decirle lo mucho que sentía, lo que su presencia con Bruno me causaba, los celos que tenía, como extrañaba tocarla, besarla, sentirla; pero no salió ni una palabra sólo un estúpido reclamo – porque estas con Bruno?

Cristina: - aun en el mismo lugar, como observándome o analizándome – que tiene que ver Bruno aquí

Ana: como que tiene que ver?, te está comiendo con la mirada, y desde que los vi no te ha dejado de acariciar y de agarrar la mano – lo dije con rabia y mucha intensidad

Cristina: estás celosa?

Ana: bah, yo celosa, ni a mi esposo…- me calló –

Cristina: claro tu esposo, el mismo que en las noches te hizo tocar el cielo, el mismo seguro que también te robo suspiros por cada rincón de tu cuerpo que beso, o ese que busca tus silencios para llenarlos de caricias, ése no?

Mientras hablaba le brillaban los ojos, se volvieron más azules, más intensos pero no de deseo, estaban llenos de rabia con cada palabra que salía de su boca, esa boca que me robo suspiros y se adueño de mi aliento. Verla así tan a flor de piel, tan explosiva, me excito de sobremanera, me acerque a ella y ella sin moverse, me observo, di un paso más y la bese con toda la intensidad que su cuerpo encendía, al principio rechazó mi beso, pero después sentí como se perdía en mi beso y caricias

Cristina: - se separó un poco – y si entra alguien?

Ana: no me importa – la tome por la cintura y la acerque hacía mi y la lleve hasta un cubículo, la sentí, recorrí con mis besos su cuello y el nacimiento de sus pechos, toque su cuerpo con urgencia y ella descubría el mío apresurada y desmedida, metí mi mano debajo de su falda y sentí su sexo húmedo lo que me prendió aún más, me estaba perdiendo en su piel y con ella mi cabeza, cuando un ruido nos detuvo en el instante – Mi amor estas bien?, Ana!!! – demonios Javier, automáticamente Cris se soltó de mí y salió del cubículo se arreglo la ropa

Cristina: después de la cena te voy a esperar en mi piso, si no vienes no te molestes en buscarme mañana – me beso tiernamente en los labios y salió –

Me quede estática, muda, sin razón y sin nada, tenía en mis manos la oportunidad de acabar todo al no ir al encuentro y perderla o de ir y jugármelas con ella, que iba a hacer, salí del baño mucho mas confundida de lo que entre, Javier me esperaba afuera y me llevo hasta la mesa, me pregunto si estaba bien pero yo solo seguía en shock por todo aquello, me dijo después de la cena, apenas eran las 3 de la tarde así que tenía un poco más de 5 horas para decidir qué hacer y cómo hacerlo.

Bruno y Cris se fueron antes que nosotros, yo no hacía nada más que ver el reloj pensando en la hora y en mi plazo, pero Javier y los demás invitados no tenían intensiones de moverse, hasta que por fin decidieron irse, me quedaban tres horas para pensar que hacer, aunque ya había tomado la decisión de ir al encuentro de mi pequeña.

Llegamos al hotel y Javier no dejaba de hablarme de que se yo, tonterías, subimos a la habitación y claro que Javier quería tener intimidad, pero era lo que menos quería, propuse hacer un brindis por su llegada, y de pronto me vino a la mente aquel trago raro que tomé con Cris en el yate el de la mezcla de tequila y vodka, no demoré y llame al bar para que me los prepararan y que subieran varios, y al decir varios, más de 10. Sentados el besándome y yo tratando de disimular mi incomodidad, le daba de beber, ya eran las 8 y Javier no caía, definitivamente Claudia les ponía algo secreto, los tragos se acabaron y él seguía medianamente sobrio, llame a recepción y Aitor me contestó, le pedí ayuda y me dijo que el llevaría el trago que lo haría caer en el sueño del olvido, llevó 5 tragos y dijo que con eso moriría de resaca pero no despertaría hasta mañana por la tarde, en cuestión de casi dos horas logré que se terminara los tragos, y ya bastante molesta por sus besos torpes y sus caricias bruscas y algo vulgares, cayó dormido en el sofá, Aitor me ayudo a llevarlo a la cama, le quite toda la ropa dejándolo desnudo, Aitor lo vigilaría de rato en rato y me llamaría si pasaba algo, ya eran casi las 10 pero tenía la esperanza que mi pequeña aún me quisiera recibir, tome un taxi y llegue en casi 20 minutos, cuando me abre la puerta siento como el corazón se me encogió.

CRISTINA

Salimos con Bruno del restaurante, dejando atrás a Ana y Javier, me llevo a mi piso, y se quedo conmigo, no me sentía capaz de quedarme sola especialmente si Ana no decidía venir, quería recibir el golpe de su abandono al lado de alguien y quien mejor que Bruno, saque una botella de vino y empezamos a beber.

Bruno: ay Cris, tú qué haces sufriendo por alguien que no te merece

Cristina: porque dices eso?

Bruno: es que tú no conoces a Ana, mira para decirte que relaciones serias le he conocido dos, una con una loca que hasta orden de alejamiento le tuvo que poner y la otra con Javier, no más, es incapaz de comprometerse, ya ves que estando casada…bueno tú.

Cristina: Bruno tu no entiendes, porque nunca te has enamorado

Bruno: cómo puedes hablar de enamorar, que la conoces, 3 días, en tres días te vas a enamorar?, por favor Cris no seas ingenua, lo que sienten ustedes es deseo, es pasional, es una atracción muy fuerte pero eso es todo y cuando pasen más tiempo juntas se aburrirán y terminara ese "enamorar".

Cristina: tú no sabes nada, acaso te has enamorado para saber que siento yo?

Bruno: claro que sí y por eso mismo te digo que tú no estás enamorada

Cristina: si no dejas éste tema te voy a pedir que te vayas

Bruno: está bien, SALUD!! Se tomó su copa casi de un solo sorbo

Charlamos, reímos y bebimos, el mucho más que yo claro está, pero yo ya empezaba a sentir los tragos, Bruno con tanto licor encima se estaba poniendo algo cariñoso, lo que no me llamo la atención porque, que borracho no se pone cariñoso, las horas pasaban y el vino se termino, empezó el whisky, yo con media cara adormecida…pero que cara si ya no sabía si mi brazo derecha aun estaba allí…aunque aun me sentía firme para caminar bueno al menos eso creía.

Mire el reloj y eran cerca de las 9 de la noche, y automáticamente las lagrimas salieron como mares, ella no vendría, esto era el final de algo que nunca tuvo principio, me refugie en el hombro de Bruno y en el otro brazo abrazada a la botella de whisky, bebimos cantamos y hasta bailamos desde copla, salsa, hasta reggaetón, luego unas románticas corta venas, Bruno se acerco bastante y yo con lo pedo que andaba le seguía cuando de pronto no sé cómo me empezó a besar, y yo con media lengua inmóvil, le correspondí, no me pregunten porque, porque no tengo respuesta, sólo correspondí, su deseo se incremento, y el mío también pero más que deseo era despecho, querer sacarme el olor de Ana, sus caricias, su sentir de mi, sacármela del sistema, y con quien mejor que con un hombre que borraría todo rastro de mujer en mi piel.

Seguimos en la batalla de besos cuando Bruno para de golpe, me mira fijamente, con medio ojo abierto y otro cerrado, o sea totalmente pedo que estaba, y me dice –Te amo Cris, desde hace mucho tiempo – me quede con cara de "me cago en la leche", pero en el segundo beso se me olvido lo que me dijo, seguimos en los besos y toques más que sensuales, me quito el top que llevaba y yo su camisa, estábamos camino a la habitación cuando tocan la puerta, me separe de él pensando que podía ser Mari que había olvidado las llaves, abrí la puerta despreocupada con Bruno abrazándome por detrás besándome el cuello y la nuca, cuando me quedo helada, Ana, parada frente a mí con la vista perdida en lo que veía