Amar y Querer (13)

...te pido que intentes soñar conmigo, y con un futuro...te prometo que te hare feliz...

Se que la historia esta complicada, y es que no es mi intención, las palabras salen sin permiso y se plasman, esta historia me ha apasionado mucho que no puedo dejar de escribirla, el final ya se acerca así que paciencia con Ana y Cristina y espero que disfruten de esta entrega...y una vez más muchas gracias, una humilde servidora Mili.

CRISTINA

No sé cuánto tiempo  pase sentada allí sobre la arena, pero el sol ya había desaparecido y la brisa ya me estaba causando algo de frío, me paré y me dirigí a la avenida, miraba la gente pasar, y era como que yo no existía, me sentía ausente de todo aquello, y sólo regresaba a mi mente Ana…porque no podemos ser felices? Me repetía mentalmente….yo puedo luchar contra la muerte y hasta contra la vida misma pero nunca podría hacerlo contra un niño, eso superaba mis fuerzas, ese niño puso las cosas en claro, Ana y yo, no podríamos estar juntas…llamé a Lucia y le pedí que viniera a recogerme, tardó un poco menos de 30 minutos y me llevó al piso, entre buscándola a ella, pero no estaba, Mari reconociendo mi mirada, me dijo que se fue a un hotel que prefirió hacerlo así y que no sabía cual, miré al vacio de aquel salón y a mis dos amigas expectantes de lo que haría, Lu se me acerco y me susurro – ella ya se despidió se va mañana, es mejor que lo dejes así mi niña – no tarde mucho ahí parada con la mirada en la nada al escuchar eso, Ana se iba, y mi corazón con ella…salí disparada de aquel lugar sin saber bien donde iría a parar.

ANA

Cris corrió de mi lado, la vi alejarse pero no tuve el valor de seguirla, y es que no era posible que el destino nos juegue de manera tan cruel que permita que este amor tan grande que nos tenemos se quede en el olvido por la mala apuesta de la vida? Cris no aceptaría que mi hijo crezca separado de Javier, su padre, y es que su actitud en lugar de causarme rabia por no luchar por nuestro amor y nuestro futuro, me causaba admiración, Cris es una mujer de principios, y ella no sería la que destruyera una familia y yo que podía hacer, aun si decidiera alejarme de Javier, Cris no me aceptaría…porque la vida es tan cruel, porque no se puede ser feliz, porque no puedo ser feliz, porque no puedo hacer feliz a Cris, porque porqueeeeeee!!!!

No sé cómo maneje, le di mil vueltas a aquella playa y no la encontré, tuve la esperanza de que ya se hubiera ido a casa y partí en su búsqueda, Lu y Mari me dijeron que no había ido ni había llamado…me sentí morir y toda la desesperación contenida y controlada, se esfumaron y me desplome y cayendo de rodillas en aquel piso llore como una niña, las lagrimas no paraban, eran eternas y es que acompañaban lo que tanto temía el dolor de no tener a mi pequeña, el dolor de imaginar que el futuro que soñamos se esfuma en el viento, que mis planes de amarla hasta desgarrarme se perdían, Lu se acerco a mí y supo exactamente lo que había pasado, Lu siempre tuvo esa facultad de saber sin saber…me abrazo y me pidió que me tranquilizará que todo eso no le hacía bien al bebe, ahí en ese instante Mari se entero de mi embarazo y como jalada por un imán después de escuchar aquella declaración, se abrazo a mí y así las tres acurrucadas en el piso y abrazándome me dejaron llorar hasta que sentí que ya no habían más lagrimas que perder.

Me levante confusa, y algo mareada, me recostaron en el sofá y me dieron algo de beber, yo recibía todo lo que me daban y tomaba lo que me acercaban pero sin sentido, sin entender bien en lo que se había convertido mi vida, hace un par de días yo era infinitamente feliz, y ahora me siento totalmente destruida, mi vida, para que quiero una vida si no es con Cris, para que quiero una familia si no es con ella, para que?...lo sé esos pensamientos fatalistas nunca faltan en un corazón roto, pero mientras más me quedaba en ese departamento, los pensamientos destructivos me inundaban más la mente…me paré de aquel sofá y llamé a Jessica y le pedí que adelantará mi viaje de regreso, ella emocionada me dijo que mañana mismo había un vuelo a las 8 que podía tomar, yo lo confirme y quedo todo listo, me iría mañana y dejaría atrás a Cris, aunque eso sería imposible porque ella tenía mi corazón y ese nunca regresaría a mí ni a nadie.

Lu escucho todo, trato de convencerme que no lo hiciera que esperara que le diera tiempo a Cris que asimilara la noticia y que seguro después ella entendería…pero sus palabras sólo salían de su boca y no encontraban sentido en mi cabeza, Cris me dijo que no podía, que no podría vivir sabiendo que destruyo una familia para hacerse ella de una…Lu me pregunto una y mil veces si estaba segura, y es que yo no estaba segura de nada, sentía que estaba tomando una decisión precipitada, pero tenía miedo de que Cris me deje esperando y yo tratando de convencerla y al final me deje sola por no poder aceptar mi hijo, y yo que haría entonces…sola y con un hijo, sin Javier y sin Cris, sola, no me sentía capaz de afrontar a un hijo sola, se que suena estúpido que miles de mujeres lo han hecho, pero yo no soy esas miles de mujeres, yo soy Ana Cervantes y en toda mi pedantería y altanería, soy débil, cobarde, muy miedosa y poco autosuficiente, soy un desastre en pocas palabras…..miedo era lo que más sentía, miedo a afrontar un hijo sola, si no viajaba a New York Javier me abandonaría y si me quedaba no sabía si podría convencer a Cristina…el dilema de las decisiones y en menos de un mes en una encrucijada otra vez.

Lucia: cariño, no tomes decisiones apresuradas, Cris te ama y estoy segura que luchará por ese amor, no te des por vencida

Ana: Lu tu no entiendes, es que tu no la viste…es que….cuando me dijo “no puedo, no quiero”, se me quebró todo adentro, yo no la puedo obligar, no puedo, y si igual la obligara quien sufriría…el niño…que estaría en la mitad de una encrucijada de culpas y cariños….quiero ser sensata, porque ya no sólo es mi vida la que se juega sino la de alguien que es totalmente inocente

Lucia: no entiendo Ana, la verdad que no, pero que pecado estáis pagando ustedes dos para que no puedan ser felices, no lo entiendo…si de verdad existiera justicia divina no os dejaría separarse

Ana: - “justicia divina”…definitivamente estoy pagando todo el desamor que cause a tantas personas – sólo te pido amiga que la cuides, y que no dejes que el cerdo de Bruno se le acerque, porque estoy segura que ese hijo de puta no va a desaprovechar la situación para engatusarla, tu Mari también cuídala por favor

María: mujer no te preocupes, Cristina es como mi hermanita y créeme que si tengo que luchar como una perra por su cría lo hare por ella, ella estará bien con nosotras, pero yo sigo pensando que no debes irte, quédate y lucha por ella como una puta a su esquina

Ana: - su comentario me saco un esbozo de sonrisa -  lo haría créanme si Cris me hubiera dado un indicio por más pequeño que podría aceptar mi nueva situación pero Cris me dejo las cosas muy claras, ese niño debía nacer en una familia a la que ella no quería pertenecer

Mari y Lu me miraron con mucha compasión pero después de lo que hable parecía que no había quedado dudas que Cris no quería una familia a costa de la destrucción de otra, me abrazaron, me consolaron, quisieron que me quede en el piso hasta mi vuelo pero sabía muy bien que sólo lo hacían para que esperara a Cris regresar pero yo ya no podía más, la toma de decisiones quemaban mi cabeza y mis entrañas, sólo quería salir de allí corriendo, me despedí lo más rápido que pude, prometimos estar en contacto siempre y que la amistad también se mantuviera siempre, me preguntaron para ir al aeropuerto, pero yo no di razón ni de mi vuelo ni de mi hotel ni de nada, sólo salí de allí lo más rápido que pude y manejando a toda velocidad llegue hasta el lugar de inicio de mi amor por Cristina, aquel hotel que vio nacer en una de sus habitaciones la historia de amor que me hacia respirar pero que me ahogaba también de dolor, bajé del auto y me quede mirando aquel cartel “Hospes Amérigo”, cuando siento una mano que me agarra del brazo

Aitor: Doctora, que gusto volverle a ver, y déjeme decirle que estoy encantado de volver a servirte – me estiro la mano para estrecharla y de su mano entré al hotel –

Ana: donde me llevas Aitor?

Aitor: como que a donde?, a su habitación Doctora, que estoy seguro que allí se quiere quedar

Ana: - como no quedarme en aquella habitación, esa habitación donde tuve por primera vez a Cristina entre mis brazos – gracias Aitor no sabes lo bien que me hace regresar a algo conocido

Aitor: claro que sí, y cambie esa cara doctora que no querrá que su amiga la vea con esa cara

Ana: - ay Cristina el amor de mi vida – mi amiga?...a ti no se te pasa ninguna no Aitor?

Aitor: es que hago bien mi trabajo

Ana: bien por ti…pero no no viene nadie, más bien por favor mañana tengo vuelo a las 8, así que por favor consígueme un transporte y otra cosa más….uhmmm…….no nada…sólo…. gracias Aitor

Aitor: no hay de qué y no dude en llamar para lo que quiera

Me dejo la maleta dentro de aquella habitación, se despidió y me dejo sola, me quedé parada cerca de 10 minutos admirando la gran vista de aquel ventanal que daba al castillo de Santa Bárbara, entre al dormitorio me quedé parada en el umbral de la puerta, y los recuerdos comenzaron a asaltar mi memoria, como Cris me arrincono contra aquella pared, como me beso mientras buscaba la luz, como me cargo hasta la cama….ayyy nuestra cama….me senté en aquella cama sobé toda su extensión como tratando de encontrar por casualidad su cuerpo, pero era sólo eso una cama, y ella no estaba allí, ella ya no estaba conmigo ni nunca más lo estaría.

CRISTINA

Caminé sin rumbo, llegue al bar donde solía currar y entre casi por inercia, me senté en la barra y me pedí una copa, Susana se percató de mi presencia y aunque al principio me vio con cara de rabia, después al percatarse de mi cara de dolor, se acerco comprensiva, y me abrazó

Susana: niña pero a ti que te pasa?...quién te hace sufrir?

Cristina: - la miré de frente y dos lagrimas salieron y con la mirada continua le dije – yo me hago sufrir, por ser como soy, por enamorarme de quien no debo y no poder hacer nada por cambiarlo

Diana: toma cariño aquí está tu copa – Diana me alcanzo un shot de tequila –

Susana: vaya cariño, todos nos enamoramos de los equivocados, sólo que la mayoría, decide que el equivocado algún día será el correcto y al final nunca lo es y sufrimos más, así que siéntete afortunada que dejaste ir a la equivocada, y sube ese ánimo cariño que hay muchas chicas bonitas, y tu eres muy maja y seguro encontrarás a alguien que te de lo que mereces, y las cañitas niña van por mi cuenta ok Diana?

Diana: si Jefa…ves Cris, este día esta flipao que mira que Susi regalar cañas no es algo muy normal…mira yo ya estoy saliendo del turno, si quieres te acompaño con unas copitas vale?

Cristina: vale Di, gracias, que ya te extrañaba, si que me hace falta regresar a currar aquí, lo que más me gustaba de estar aquí era tu compañía, siempre has sido una buena amiga, gracias

Diana: nada de sentimentalismo, vale, a tomar porque estas soltera?, y yo también y podremos salir a cazar a niñas muy majas vale?

Cristina: vale – no lo pude evitar, pero Di siempre me sacaba una sonrisa, era muy buena y tan linda, parecía que nunca sufría o que nunca se enojaba siempre tenía la sonrisa, era como Lu por eso me molaba tanto, y cuando estábamos juntas flipábamos –

No sé cuantas copas tomé, ni que le conté a Di, pero estábamos en una mesa del rincón completamente pedos abrazadas cantando a voz en cuello “te odio de los seis días”, vaya que nos salía bien aquella canción, yo  me sentía totalmente adormecida, el dolor del corazón seguía intacto pero mi mente cada vez pensaba menos en ella y eso sí me hacía bien, yo siempre lo había dicho el alcohol es amnésico por eso lo adoro, Susana nos vino a sacar, nos dijo que ya era tarde que pasaba de la 1 y que nos fuéramos, como borrachas indignadas, nos fuimos dando gritos y amenazando de ir a gastar nuestro dinero en otro bar donde si nos dieran de beber, caminamos dando brincos por la acera, porque ni yo ni ella nos podíamos sostener, hasta que lo inevitable pasó, caímos las dos al suelo, y entre carcajadas y medias palabras, siento los labios de Di apretarse contra mi boca, al principio no me percate, pero cuando ella quiso profundizar el beso, me paralicé y la alejé, la mire de frente y ella sólo me pedía perdón…no sé que me llevo pero la acerque otra vez hacia mí y la besé pero era con rabia, con fuerza, sin nada de ternura, y de una manera muy animal le toque todo el cuerpo como queriendo cogerla ahí mismo en una acera al frente de una avenida

Diana: calma, calma Cris, que estamos en vía pública, vamos a mi piso y lo hacemos rico allí vale?

Sus palabras las escuche todas, las entendí todas, pero el dolor del cual huía, Ana, regreso sentí su recuerdo golpearme el cuerpo, me sentí sucia por haberme dejado tocar por otras manos, por haberme dejado besar por otros labios, me levante lo más rápido que pude, la mire a los ojos y le dije – discúlpame Diana, yo no puedo, lo siento, lo siento – y salí corriendo de allí, la sobriedad quería llegar a mi cabeza pero el alcohol en mi cuerpo luchaba con aquello, caí varias veces pero las heridas en la piel y los golpes no los sentía sólo corría, cuando deje de correr y me encontré donde menos lo imaginé, estaba frente al Hospes Amérigo, no sé que me llevo, sólo entre a aquel sitio y lo miré con nostalgia, un muchacho que se me hacía conocido pero no pude reconocer se me acerco

Aitor: estas bien?, quieres que te lleve a su habitación?

Cristina: - a su habitación?, de quién habla?- perdón disculpa a cuál habitación?

Aitor: parece que el alcohol te volvió amnésica, de la doctora por supuesto, tú has venido varias veces cuando ella estuvo aquí no?

Cristina: Ana esta aquí?

Aitor: vaya mujer, será que me puedes dejar de responder con preguntas?

Cristina: disculpa, si si quiero ir a su habitación, pero no te preocupes yo voy sola, en que habitación?

Aitor: en la misma, seguro que te sientes bien?

Cristina: si si gracias

Tomé el elevador, y recordé aquella primera noche, los nervios, las dudas, sus miradas, su desconcierto…la campanilla como aquella vez me hizo volver a mi realidad….que estaba haciendo allí?, que venía a buscar, estaba embarazada y yo no podía hacer nada por cambiarlo, se iría mañana, que hago aquí? Me preguntaba mentalmente una y otra vez, pero mientras me debatía en incógnitas mentales mis pasos no se detuvieron y sin darme cuenta estaba al frente de su puerta, y toqué con dos golpes, sin saber porque ni para qué.

ANA

Me senté un rato en aquella cama que llevaba tantos recuerdos, no podía dormir en aquella cama, sería más tortura, así que jale una cobija y un par de almohadas y los lleve conmigo al sofá que estaba al frene al gran ventanal con la hermosa vista al Castillo de Santa Bárbara, ya estaba todo oscuro por lo que supuse que ya debían ser mas de las ocho, pero la oscuridad no hacía más que favorecer la vista de aquel hermoso castillo, las luces indirectas que llevaba lo hacían lucir espléndido, me desvestí y quedándome en ropa interior me arrope con la cobija y echada en ese sofá me quede mirando a aquel monumento, pero la mente juega, a veces torpemente pero con mucha convicción, y no dejo de atormentarme con los recuerdos de Cris, su risa, sus ojos, su cuerpo, sus brazos, su aroma ayyy su aroma que me embriagaba, metido cual aroma perpetuo, grabado en el olfato, no me dejaba olvidarlo, no pude evitar y otra vez, caí en el llanto, porque? Porque?!!!, lancé un fuerte grito, que se perdió en el aire, estaba sola y con mi corazón a la mano.

De tanto llorar quedé dormida, cuando siento golpes en la puerta de la habitación, no fueron golpes muy firmes pero si lograron que saliera de mi sueño, me pare algo tonta por no ubicarme en el lugar y lo primero que hice fue ver la hora eran las 2 de la mañana, pero quién me busca a esta hora?, me envolví en la cobija y fui hacia la puerta, pregunte quien era pero nadie respondió, eso me intrigo muchísimo pero también causo algo de temor, mire por el pequeño visor y no vi a nadie, y empecé a imaginar que todo era producto de mi imaginación y de mi estado mental tan frágil, pero sentí unas ganas imperiosas de abrir así que no esperé más y abrí, y la imagen que vi me asalto el corazón, la punzada tan profunda y que quemaba mi costado se sentía casi real, era Cris estaba mirándome con una vista totalmente perdida, se notaba que había estado tomando, se apoyaba en el marco de la puerta para no caer, no decía nada y yo no hacía nada, se empezó a mover para marcharse y la contuve, deje caer mi cobija y la abracé con todas mis fuerzas, al principio ella no me abrazo, pero luego escondió su rostro en mi cuello, me abrazó y empezó a llorar, la hice entrar a la habitación y abrazándola la lleve hasta el dormitorio y la senté en la cama, ella no decía nada sólo me miraba, le quite la ropa, primero la camiseta, luego los pantalones cortos, las sandalias, le sequé el rostro, y la recosté en la cama, ella hacía y seguía todo lo que yo hacía pero no decía nada.

La observe un momento, ahí totalmente indefensa con sólo su ropa interior abrigándola, y me acerque por encima de ella y coloque mi cuerpo encima del de ella y la besé, fue un beso suave, donde solo intervinieron los labios, me separé un poco para ver su rostro, y ella seguía mirándome, me acarició la mejilla y atrajo mi mentón a su rostro y me beso, con la misma ternura a la que me tenía acostumbrada y como pidiendo permiso con su lengua pidió que se abriera mi boca y yo la abrí y sentí como su lengua le daba caricias a la mía, sus manos suavemente sujetaron mi cabeza para luego bajar por mi cuello y continuar por la línea de mis senos, casi no tocaba pero rozaba, con total ternura y suavidad bajo un tirante para luego el otro, desabrochó el sujetador de mi espalda y lo saco suavemente, quedando mis senos desnudos sobre su pecho aún con su sujetador, con mis labios perdidos en su boca yo hice mi parte y la despoje de su sujetador con la misma delicadeza como ella lo había hecho, y así en contacto de nuestros pechos, logró que la respiración se hiciera más rápida y jadeante, sus manos aún acariciaban mi espalda y bajando despacio llego hasta mis bragas donde enterró sus manos entre el encaje de la prenda y la piel de mis nalgas, no las apretaba pero las acariciaba, poco a poco bajo las bragas y yo con mis piernas la ayude para terminar de sacármelas, y me dio la vuelta, quedando debajo de ella, y dando pequeñísimos besos desde mi boca, por mi cuello por el medio de mis senos, mi abdomen llego hasta mi monte de venus, y allí se detuvo, y se acomodó de rodillas frente a mí y me observo, no dijo nada pero me observo, con sus manos, comenzó a tocar todo mi cuerpo, empezó en mis hombros para bajar por mis senos dibujo los músculos tensados de mi abdomen que acarició con ternura, siguió por mis costados, y las caderas que hicieron que temblara toda, para seguir por mis piernas hasta mis pies, me levantó los brazos y los beso, tiernamente, era más una caricia que un beso, llegó hasta mi cuello y se recostó de costado hacía mí y me abrazó por la cintura y me susurró – te amo Ana, y siempre te voy a Amar – volteé hacia ella y quedando de frente a ella la mire, pero no le dije nada, y la bese con todo el amor que llevaba adentro hasta que la falta de aliento no me dejo más.

Me desprendí de sus labios y con la yema de mis dedos recorrí todo su perfil hasta llegar a sus caderas donde con total suavidad jalé sus bragas y se las saque, las dos totalmente desnudas de costado en la cama mirándonos de frente, nos observamos, su mano se perdía en mis formas y la mía en su piel dorada, nos abrazamos durante un largo rato, para luego perdernos en besos que nos calentaron sin medida, me perdí en su cuerpo una vez más y ella se perdió en mis brazos, hicimos el amor como nunca lo hicimos y más que placer sentimos amor, aquel amor que nos teníamos y que debíamos olvidar, me hizo suya con su boca en mi sexo, con su aliento, y yo la hice mía con mis besos y mis caricias a su centro.

Nos quedamos recostadas de costado y nos mirábamos de frente, nadie decía nada, yo le acariciaba el rostro y ella  apretaba  mi otra mano con fuerza mientras que con la otra sujetaba mi cintura, yo no quería que el tiempo pasara, me quería quedar así para siempre con ella a mi lado, con su abrazo, con su beso, con su alma, pero el cansancio se apoderó de mi cuerpo, y tratando de luchar con mis párpados le di una última mirada a eso ojos azules que me encantaban y susurré – Te amo Cristina y es para siempre – el sueño venció y quede totalmente dormida sabiéndola a ella a mi lado.

El teléfono me despertó, busque su cuerpo a mi lado, pero no estaba, me levanté rápido pero no había señales de ella, el teléfono seguía sonando, y contesté

Ana: Alo?

Aitor: buenos días doctora, la llamaba para informarle que su transporte para el aeropuerto ya está esperándola

Ana: - demonios que hora era?, las 7 estoy tarde carajo – ya va gracias Aitor que en 10 minutos bajo

Me vestí lo más rápido que pude, ya estaba de salida pero regrese para darle una última mirada a esa cama, al adiós que me dio el amor. Bajé rápido y Aitor me ayudo a guardar la maleta.

Aitor: espero que regrese pronto Doctora, de verdad que ha sido un placer servirla

Ana: gracias muchacho, y tú has sido un gran amigo, y deja de decirme doctora, que me llamo Ana

Aitor: vale Ana, que tengas un buen viaje entonces

Ana: gracias Aitor – me acerque para darle un beso en la mejilla, el se sorprendió un poco pero me correspondió y nos despedimos como si fuéramos grandes amigos, me alejé de él y casi en el umbral de la salida, Aitor me grita

Aitor: Anaaa, Anaaa espera se me olvidaba

Ana: que paso hombre?

Aitor: la señorita que vino anoche me dejo un sobre para ti, aquí tienes – me entrego un pequeño sobre con mi nombre escrito –

Ana: gracias Aitor, y cuídate ok?

Aitor: vale adiós Ana

Ana: adiós

Miré el sobre, pero no me atreví a abrirlo y es que prefería la despedida que me había dado anoche que las palabras de adiós que hubiera podido escribir, lo guardé en el bolso y subí al auto,  al poco rato llegamos al aeropuerto, no paso mucho tiempo para abordar el avión y yo fui la primera que subí, una vez sentada en mi asiento me pedí un buen whisky, y es que el vuelo era largo y para pasar el mal rato tenía que pasarlo ebria, me pedí cerca de 5 o 7 copas, sabía que tanto alcohol no le hacía bien al bebé pero que sabe el bebé de desamor y de un viaje de 10 horas, totalmente ebria me quede dormida, llevando en sueños la imagen de ella, la imagen de mi amor, me decía en sueños que aún tenía a mi esposo, y aunque ya estaba segura que a él no lo amaba, si lo quería y a pesar que amar y querer no es lo mismo, a veces uno se debe conformar con lo que se tiene y no con lo que no se puede tener.

Siento pequeños palmoteos en mi brazo, y contra mi voluntad abrí mis ojos para divisar, la causante de mi despertar.

Azafata: señora, ya hemos llegado, es la única persona que falta descender

Ana: joder, que me dormir las 10 horas del viaje?

Azafata: pues así parece, le ayudo con su maleta

Ana: no no te preocupes guapa que solo traigo el bolso, pero gracias por despertarme con tan buena vista – se sonrojo un poco y me regalo una sonrisa –

Azafata: de nada pero ya debe bajar, usted es la última

Baje del avión y me fui directo a inmigraciones, tenía que llenar esos papelitos de ingreso que la mayoría de gente los llena en el avión, pero claro como me quede dormida ni el papelito tenía, pedí que me lo dieran pero olvide pedir un bolígrafo, rogué que tuviera uno en el bolso, cuando empieza a sonar él celular

Ana: Alo?

Bruno: Buenas Doctora, aunque seguro que no tan buenas para ti

Ana: - para que me llamaba éste estúpido que quería ahora, seguro burlarse de mi dolor – que quieres Bruno?

Bruno: vaya doctora, se nota que ha perdido los modales, pero ya veo que aterrizó estaba haciendo hora para llamarla

Ana: habla de una puta vez Bruno que tu pose de amigo interesado no te va ni en pintura.

Bruno: pues bien Ana, ya que estamos sin rodeos pues te estoy llamando solamente para agradecerte que hayas dejado en paz a Cristina, pensé que lo de las fotos me ayudarían a alejarla de ti pero nunca pensé que tu serías mi As bajo la manga….tu embarazo Anita me cayó a pelo, gracias muchas gracias amiga

Ana: desgraciado, hijo de PUTTTAAAA!!!!, ya decía yo que no te quedarías tranquilo, lo de las fotos fue muy bajo Bruno….eres un desgraciado, y ni creas que Cris se va a fijar en ti ni nada, ella es LESBIANA, entiendes perro sin cerebro…y por si es que todavía no te lo han dicho eso significa que no le gustan los HOMBRES y hasta donde yo sé tú eres hombre aunque te comportes como una vil cucaracha

Bruno: uy uy se le salió lo corriente a la pulcra Doctora Cervantes, pero nada Ana, sólo llamaba para darte las gracias y desearte una feliz familia con Javier, bye doctora de mierda!!!

Ana: Hijo de puta!!!!!...alo!!!....ALOOOO!!!!

Tire el bolso al suelo de impotencia de rabia, la gente me miraba desconcertada, y yo con las lágrimas en los ojos…todo fue una jugada de ese hijo de puta, de ese desgraciado, Cristina mi amor como pude desconfiar de ti por culpa de una escoria como Bruno….lloré apoyada en una pared donde me había quedado, los recuerdos, las palabras de Bruno, las palabras de Cris, porque, porque!!!!!, un hombre paso a mi lado y me entregó el bolso, yo se lo recibí y cuando me lo iba a entregar cae de él, el sobre que me dejo Cristina, me sequé las lágrimas, traté de componerme algo y busque el papel que guardaba en su interior y lo empecé a leer.

Ana, no soy muy buena con las palabras como tú, ni escribo tan bonito como tú, pero lo que quiero decir es muy sencillo…yo no sé si lo que estoy haciendo sea lo mejor pero…… no quiero que te vayas, me puedo arrepentir de pedirte esto pero creo que más me arrepentiré de no hacerlo, y si te lo pongo en papel no es porque no tenga valor de decírtelo de frente pero porque temo que por mi presencia no tomes la mejor decisión…una vez me dijiste que para soñar no hay que saber hacerlo, pues ahora yo te pido que intentes soñar conmigo, y con un futuro…si no puedes soñarlo a mi lado pues entonces que seas feliz con tu familia pero si decides que si puedes conmigo te prometo que te hare feliz a ti y a tú bebé, te amo Ana y como dice tu libro” Amar y Querer”, el amar es total plenitud y el querer sólo un deseo fugaz, por eso estoy más que segura que yo te amo…y quiero que tu y yo y tu bebé seamos una familia, voy a esperar tu llamada….te amo Cristina

Me quede helada, estática, todos los músculos del cuerpo se me paralizaron, mi mano cayó a mi costado y estrujando ése papel, me mordí los dientes, las lagrimas frustradas salían nublando mi visión….porque no lo leí antes, porque no se quedo, porque no me lo dijo de frente….Cristina…..tengo que regresar, demonios tengo que regresar, trate de buscar mis cosas, busque en el maldito bolso mi pasaporte mi billetera y salir de allí corriendo, ya no me importaba nada, debía regresar lo más rápido posible….debo llamar, sino pensará que no quiero estar con ella….busque el celular y de pronto siento un gran mareo, me sostuve de la pared con una mano y trate de acomodarme derecha pero cuando lo intente, mis piernas se doblaron mi cabeza se sentía muy pesaba, el sudor era frio y sólo pude concebir mi cuerpo yendo a una caída inminente, cuando alguien por detrás me sostiene, no volteo para ver solo le digo – no me deje caer por favor que estoy embarazada –

Javier: jamás te dejaría caer mi amor – era Javier, el me estaba sosteniendo, y luego me besó – me haces el hombre más feliz de ésta tierra con esa noticia, te amo mi vida

Ana: yo yo…Javier, tu no entiendes – todo se volvió negro, deje de sentir, de llorar, de sufrir, me había desmayado en sus brazos –

Javier: abran paso necesito a un doctor, un doctor por favor…está embarazada!!!

CRISTINA

Aún recuerdo como si fuera ayer aquella noche, aquella última noche a su lado, la vi dormir, la observé por largo rato, acaricié su rostro infinidad de veces, y es que no me quería ir de su lado, me levante de la cama, y la imagen que dibujaba Ana con todo su cuerpo sobre esa cama era una obra de arte, tan bella tan….ayyy como podré vivir sin ella…pero que puedo hacer, quedarme con ella criando un niño que no sabrá quién es su padre?, yo no podía hacerle eso a esa criatura, ya bien yo había sufrido en mi familia, cuando encontré a mi madre teniendo relaciones con su abogado, sabe Dios desde cuando ella abra tenido esa aventura, quizás mi hermanito no era mi hermano, quizás yo tampoco era hija de mi padre, el cinismo con el que mi madre negó la aventura, mi familia era un desastre, mi padre un hombre soberbio e impositivo, mi madre muy de cultura y buenas relaciones hacia cochinadas en su vida y mi hermano, que parecía más un gigoló que un niño de dinero, lo que más anhelo en la vida es una familia, una familia propia, mía donde todo sea correcto y llena de sentimientos, yo no podía empezar una familia con Ana, de ésta manera, si quería formar una buena familia no podía empezar destruyendo una. La observé un tanto más y decidí que ya era hora de partir, ya había amanecido y no quería despedidas, ni adioses sentimentales, era mejor así dejarla allí y yo partir.

Me puse mi ropa y jale mi bolso, y le di una última mirada a ese cuarto, me quede un rato en el umbral y salí de allí, en el elevador iba pensando en una y mil cosas, si lo que hacía estaba bien, si dejarla ir era lo correcto, si estaría mejor con Javier que conmigo, si ese niño sería feliz al lado de una madre enamorada de otra mujer?, tantas cosas que me venían a la mente que no me di cuenta que ya había llegado al lobby, salí del elevador y me acerque a la recepción

Cristina: Buenos Días, puedo dejar un recado para uno de los huéspedes?

Aitor: claro que si, para la Doctora Cervantes?

Cristina: si…como lo sabes?

Aitor: anoche yo la recibí…no se acuerda? y la mande a la habitación de la doctora, veo que ya está mejor

Cristina: ah claro si si, bueno mejor de pinta pero…nada…mejor me puedes dar algo donde dejar una nota?

Aitor: por supuesto, aquí tiene – me extendió una libreta con un bolígrafo –

Cristina: - no sabía que escribir, ni sabía para que había pedido aquel papel, hicimos el amor y yo no me atreví a decirle nada, cuando tenía tanto que decir…movía mi cabeza de un lado al otro tratando de buscar algo que no sabía dónde estaba

Aitor: no le llega la inspiración?...porque no escribe lo que siente su corazón, y como una vez se lo dije a la doctora, las palabras son buenas y curan pero si la boca calla es porque invade la duda….no detenga al amor.

Cristina: sus palabras fueron sabías…sólo su comentario me hizo desdibujar todas mis causales, ya sabía qué hacer, y aunque no fuera lo correcto, sería por amor – chaval aquí tienes – le entregue el papel

Aitor: creo que mi consejo le ayudo mucho y no se preocupe por la nota que yo se la doy a la doctora personalmente

Cristina: gracias chaval, me has cambiado la vida – le di un beso sonoro en su mejilla –

Salí de allí, terriblemente cansada, pero la ansiedad de saber de Ana y la respuesta a mi propuesta me mantenían todavía a pie de guerra, no sé de dónde sacaba las fuerzas pero las tenía, fui a un café cerca del hospes a esperar su llamada, su respuesta….me sentía más que segura que ella regresaría a mí con mi nota…paso no sé cuantas horas pero estaba segura que eran más de 8 horas, mis ansias se convirtieron en angustia y mis esperanzas en desilusión….Ana había decidido pero no por mí, pero por su familia….me repetía en mi interior que fue lo mejor, pero las ganas de gritar y llorar podían más, salí de ese café sin saber a donde ir, no quería ver a nadie ni hablar con nadie, como una autómata tome un taxi y llegue hasta San Juan una playa que no me gustaba pero que siempre tenía gente…necesitaba estar en un lugar con mucha gente no quería cometer una locura, la sombra en mi espalda se hacía cada vez más grande, respiraba con mayor fuerza porque sentía el aire cada vez más denso,  no sé cuanto tiempo me quede ahí pero fue mucho, no me moví de donde estaba sentada en la arena debajo del muelle, muchas cosas pudieron pasarme, era un lugar algo peligroso pero es que a mi ya no me importaba nada, ni nadie ni siquiera mi bienestar, tomé mi celular y lo mire miles de veces imaginando que ella pudiera llamar pero no paso…era casi media noche, la luna llena iluminaba el mar como señalando un camino, me paré de allí y abrazándome el cuerpo camine, camine y camine y cuando menos lo pensé me encontraba en la puerta de mi edificio….a penas abrí aquella puerta tenía a Lu y a Mari caminando de arriba y abajo con el teléfono en el oído, y cuando me miraron entrar dieron un grito al unisono donde estabas?

Cristina: lo siento, chicas, debí llamarlas, no me siento bien quiero descansar vale? Después hablamos

María: mujer tu no me vas a dejar así, te desapareces, no sabemos dónde estás si estás viva o muerta, y sólo dices debí llamarlas?

Lucia: amor tranquila vale…enana yo te entiendo, sube a descansar que ya más tarde hablamos cariño, lo que quieras sólo lo pides, no vamos a ir a currar estaremos contigo para lo que necesites vale?

María: como que vale?, nos tiene comiéndonos las uñas de preocupación y la dejas ir así?

Lucia: amor, está sufriendo, no la atormentemos mas ok?

María: está bien

Cristina: gracias Lu, Mari os quiero mucho

Subí a mi habitación, traté de acomodar mi cuerpo, pero estaba todo rígido, es increíble lo que el desamor puede causar el físico de la gente, estaba destrozada, literalmente destrozada, había estado esperando cerca de 18 horas para que Ana llamara, pero no hubo ni una sola llamada….me vinieron a la mente muchas de las causas porque ella no me llamó, desde las más lógicas como que el muchacho no le haya dado la nota hasta las más descabelladas de que  haya confundido el bolso con alguien más, hasta incluso llegué a pensar que quizás lo leyó dentro del avión y por eso no llamó, pero ya habían pasado más de 14 horas de su partida, mi cuerpo está destrozado, estoy en pie de guerra hace más de 36 horas pero es que el sueño no es lo que me molesta es la agonía y el vacío que extrañar a Ana me causa…ya debió aterrizar, y aun así no hay llamado, supongo que tendré que vivir como aquella canción lo dice : “estoy contigo aunque estés lejos de mi vida por tu felicidad a costa de la mía…quiero que seas feliz aunque no sea conmigo” cuando empieza a sonar el tono de mi móvil que me saca de mi abstracción, siento un pequeño vuelco en el estómago, puede ser Ana, recién llego, se atraso el vuelo o que se yo, miro la pantalla y era un número desconocido, debe ser ella quien más puede ser, contesto con toda la sonrisa en mi cara – Alo, mi amor?