Amantes

Con dificultad me baje de su cuerpo y camine hacia la gran ventana ofreciéndole mi culo a todo esplendor mientras veía la oscura ciudad ser consumida por la incesante lluvia.

Los rayos del sol se reflejaban en los grandes ventanales haciendo contacto con mi iris lo que provoco una pequeña punzada en el cerebro. Giré mi cuerpo para observar a mi compañero quien aun dormía después de la extenuante noche, unas de las mejores de mi vida debo admitir, lastimosamente era un encuentro de despedida, un último sexo.

A partir de hoy todo cambiará entre nosotros.

Me levanto lentamente cerciorándome de que mis sutiles movimientos no lo despertaran, por fortuna aún seguía con sus parpados entrelazados y aquella hermosa sonrisa infantil que le caracterizaba cuando dormía, no siempre tenía esa sonrisa, había descubierto que su subconsciente la usaba después de una gran eventualidad.

Sus músculos estaban perfectamente trabajados para formar reflejos con la luz matutina, haciendo que se vieran aún más perfectos y armónicos de lo ya eran, es que su suave piel de terciopelo y ese perfecto bronceado que siempre llevaba lo hacían posible.

Con cautela busco mis prendas y luego abandono la habitación. Me sorprendo al encontrar un sobre en el mesón de su cocina con nuestras iniciales lo que no dudo en tomarla y guardarla en mi bolsillo. Sin duda era escrita por él, puedo oler como el delicioso aroma a su perfume queda atrapado entre mis dedos.

Busco las llaves entre mis bolsillos mientras me dirijo para observar el traje que esta doblado en el sofá, el mismo que se pondrá hoy para los que él considera como su boda, aunque para mí solo sea terminar de ponerse esa patética coraza de  hombre íntegro  ante la sociedad.

▬ 16 horas antes…▬

─ No quiero saber más nada sobre la boda Andrew, ya sabes lo que opino sobre el asunto─ escucho un pequeño suspiro por lo que alejo el iphone de mis oídos para poder agarrar un maldito taxi─ No cuelgues, por fin después de largas horas he encontrado uno.

Oigo el silencio y corro para montarme en el vehículo, le doy la dirección al conductor y observo como el paisaje de la ventana se va volviendo más difuso por las constantes gotas que empiezan a caer.

─ Y bien… ¿puedo continuar hablando? ─ Noto su voz algo cansada.

─ Adelante, ¿qué era eso tan importante que debías decirme?

─ Quiero que estés en mi despedida de soltero, sería muy especial que estuvieras conmigo ya sabes…

─ De ninguna manera, creí que había quedado claro el tomar distancia─  lo interrumpo un poco alterado, mientras veía las gotas caer por la ventana

─ Vamos Alex, desde aquella estúpida pauta no hemos parado de hablar por teléfono, parecemos dos adolescentes hablando a cada momento.

─ Entonces dejemos de hablar, cortemos ya nuestra relación hasta que no podamos más, hasta que nuestros cuerpos pidan con clemencia al otro. Te borraré de mis contactos… te bloquearé…

─ No quise decir eso, solo… te estoy pidiendo que vengas a mi maldita despedida, quiero verte antes de que cometa el peor error de mi vida, quiero que estés a mi lado por tan solo unos instantes; eso bastará─  escuche su profunda respiración─  juro que eso me bastara para continuar con el trato─ quede sumergido en mis pensamientos, mi mente recordaba todos aquellos momentos que habíamos vivido, desde ese primer momento en que nuestras miradas se toparon de aquel caluroso primer día de clases y como fuimos contrayendo nuestro amor clandestino─ ¿Alex sigues ahí?

Resulta gracioso, el hecho de que creas estar seguro de lo que eres, y de repente llega alguien que te fascina, que no le encuentres defecto alguno por más que busques haciéndote dudar de todo lo que sabes o crees saber de ti.

─ En que momento dejamos de creer en nosotros mismos… ¿Por qué permitimos que los hechos acaben gobernando nuestra vida en lugar de los sueños? Yo solo quería ser feliz a tu lado…

●●●

Dudo en tocar, estoy maquinando la excusa perfecta a mi falta parado detrás de su puerta. Algo en mi interior se muere por volver a ver su rostro, tocarlo y besar esos finos labios; pero sé muy bien que solo es poner el dedo en la llaga. Por lo que otra pequeña parte correspondiente a mi conciencia solo quiere huir y dar por terminado nuestra aventura. Sacar cueste lo que cueste a Andrew Parker de mi vida.

Arrojo la botella de vino que traía en el bote de basura y cuando estoy a pocos segundos de bajar las escalerillas. La puerta se abre y por el repentino cambio de olor del aire puedo percibir de quien se trata.

No debí haberme quedado tanto tiempo estancado. Tenía que haberme marchado minutos antes o tal vez nunca haber venido…si, esa era la mejor opción.

─ ¡Oh! Alex…que…sorpresa. Pensaba que no ibas a venir. Justo estaba por salir a llamarte.

No quería voltear, solo quería caminar devuelta a mi departamento e intentar dormir por aunque sea unas horas, mi cuerpo lo iba agradecer. En cambio me encontraba entre la espada y la pared, con el corazón latiendo a mil por horas y mis piernas que de un momento a otro iban a flaquear.

No sé de donde saque el valor y decidí voltearme. Al principio busque mirar otra cosa que no fuese él, pero se me hizo jodidamente difícil y acabe sumergido entre sus cristalinos ojos verde acuarela. Grabe error…

Mis piernas se tropezaron y caí de manera vergonzosa en su regazo, mis mejillas estaban calientes a mas no poder, pero las ignore, quería concentrarme en como nuestra piel rozaba, el tacto era más que agradable, era como si estuviera diseñada para estar las dos juntas. Sus brazos me acarician la espalda y al subir la mirada me encuentro con su radiante sonrisa, no la que trae consigo siempre, esa es para todo el mundo. Lleva consigo esa sonrisa que solo se forma cuando estamos juntos, ese sonreír que entra por tus ojos y rápidamente llega al corazón llenándote de un sinfín de cosas maravillosas.

Tardamos unos pocos segundos, que para mí se convirtieron en años. Ahora que nos encontrábamos adentro compartiendo con un selecto grupo de personas a los que el siempre llamaba, verdaderos amigos, extrañaba ese pequeño pero placentero abrazo.

La hora paso muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos solo quedábamos los dos. Pude entrar en razón cuando observe como el lugar estaba completamente vacío mientras me encontraba recostado en el espaldar de su sofá con aun la única botella de cerveza que había tomado en toda la noche.

Andrew se acercó a donde me encontraba y empezamos a conversar al principio teníamos tanto que contarnos que hablábamos a más de cien palabras por segundo y cuando apenas habíamos escuchado el final de la frase del otro, ya habíamos pasado a la siguiente. Y nos reíamos. Nos reíamos mucho. Luego la risa cesó y se hizo ese silencio. Ese silencio extraño y cómodo a la vez.

Nuestras miradas permanecían fijas en el cuerpo del otro, mientras sentía como la distancia entre los dos se iba acortando, tanto que odiaba la única cosa que se interponía entre nosotros, así fuese el aire.

Éramos cómplices de lo que iba a pasar, solo la luz de la luna que entraba tenebrosamente por las ventanas era testigo de nuestros actos.

Cerré mis ojos  y en ese instante me besó, con esa expresión de calma serena y al mismo tiempo con un misterioso y religioso encanto. Sus labios melancólicos, se unieron como labios gemelos en la misma ansia, con devoción, con frescura, con la suavidad y ternura que reclamaba la oportunidad a los míos.

Fue bajando sus labios hasta mi cuello, queriendo explorar toda la zona con desesperación lo que me provoco emitir unos pequeños gemidos de agonía.

Abrí los ojos y podía ver en reflejo de su ventana como nuestros cuerpos se unían cada vez más, hasta que el espacio fue sumamente corto por lo que caí acostado en el mueble mientras que él con una sonrisa lujuriosa empezaba a desabotonar mis apretados pantalones.

De pronto sentí como sus fuertes brazos me rodeaban y con algo de fuerza me levanta, sin parar de separar nuestros labios. Busco aferrarme más a su cuerpo por lo que mis muslos se aprisionan en su cintura y en pocos instantes me coloca sutilmente en sus cama, la cual conocía a cada detalle.

Su lengua se introducía con desesperación buscando el tacto con la mía, me encantaba su boca y ese sabor tan característico que tenían sus besos. Esta vez venían unidos alcohol, lo que me provocaba querer estar embriagado por su delicioso elixir.

Lentamente desciende sus besos hasta tocar mi pecho y buscar mis tetillas como a un niño su chupón. Pasaba su lengua me las succionaba provocándome un placer indescriptible mientras que su otra mano jugaba con la que se encontraba libre para luego alternarse.

Comencé a mover mis manos, que estaban dopadas bajo los efectos de la lujuria. Pero querían más, quería apreciar su magnífico cuerpo. Comprobar que  por esta noche iba a ser solo mío. Quería comprobar que se lo entregaría a su prometida intacto y quería contemplar su delicioso abdomen que dejaba consigo una gran v hasta su miembro. Su cuerpo era un completo deleite, hacía que quisiera probar cada una de sus partes y cuando acabara volver a empezar.

Moría por quitarle la camisa, así que  con cuidado mis dedos desabrocharon cada uno de sus botones y con brusquedad se la hale haciendo que callera al piso. Y por fin pude admirar su cuerpo, conocía a cada detalle, cada lunar, cada marca.

Pero no me conforme con solo eso, quería verlo por completo desnudo. Quería sentir toda su piel rozar la mía, como pude baje lentamente sus pantalones hasta que por fin cayeron y mi mirada se centró en el único obstáculo para lograr mi objetivo, sus bóxer.

Me abalancé intercambiando de posición, ahora era él quien estaba boca abajo y con los ojos serrados respirando con dificultad. Me coloque de nuevo entre sus labios pero esta vez el beso fue corto, para concentrarme en recorrer su bendito cuerpo de Adonis griego. Hasta parar en la tela de su bóxer que con desesperación comencé a lamer tratando de percibir el delicioso sabor de su miembro viril.

Mis dedos tocaron su elástico y lentamente comencé a bajarlos, mis ojos solo se concentraban en observar como su miembro ya erecto desprendía algunas gotas de líquido preseminal. Con una mano aguante su tronco y empecé a lamer el jugoso glande. Con la boca bien abierta, apoyé su frenillo en mi lengua y cerré mis labios para luego descender lentamente hasta que la punta de mi nariz rozó  con su pelvis y su glande toco las paredes de mi garganta.

─ Te las has tragado de un solo golpe, joder que bien se siente.

Pronto ya tenía introducido todo su miembro el cual mi boca acobijaba por lo que  comencé a mover mi cabeza de adelante hacia atrás, provocándome una enorme excitación, mis movimientos se intensificaron  lo que incito que mi amante soltara varios gemidos de placer. Sostuve su redondo trasero con mis manos, sin duda era uno de sus muy buenos dotes, perfectamente duro y parado. Ni con mis palmas abiertas lograba apretarlas de un todo.

─ ¡Aah! Lo estás haciendo de maravillas, pero para, por favor detente o vas hacer que llegue─ estiro su cuello y soltó una fuerte suspiro. Aproveche de contemplarlo mejor y guardar esa imagen en mi mente por siempre.

Sus fuertes brazos me tumbaron hasta quedar bocarriba. Mire sus ojos y como respuesta me brindo una sonrisa antes de que se desapareciera de mi vista.  Levantó mis piernas con ambas manos, haciendo que mi trasero quedara a su voluntad, solo respiré y cerré los ojos pero su lengua me tomó por sorpresa, el gemido que emití por el contacto fue completamente espontáneo, no lo esperaba, me sentía vulnerable mientras  chupaba, succionaba ,mordía mi culo y mis nalgas.  Lo hacía como un desesperado, apretaba las sabanas entre mis dedos mientras no paraba de gritar. Me estaba penetrando con su lengua mientras  movía toda su cara dentro de mis nalgas, era maravillosa la sensación de sus barba rosar mi peritoneo, de pronto siento un leve dolor en mi miembro, estaba comenzando a hincharse y ponerse muy caliente.

Al momento en que dirijo mi mano para calmar el pequeño dolor, mi amante me las retiró bruscamente y las colocó a un costado.

─ Aún no es tu hora─ levantó su rostro para unirnos en un profundo beso─ solo déjate llevar─ Confiaba en sus palabras, por lo que decidí cerrar mis ojos y dejarme llevar por el momento. Andrew saco el pote de lubricante que tenía en su mesa y con una sonrisa empezó a untármela en el ano ─ Ya no queda nada, la terminamos utilizando toda en menos tiempo de lo que creí.

Intento hablar pero solo me sale un gemido al mismo momento cuando sus dedos exploraban mi recto. Se posicionó más cerca de mí y empezó  a introducir su miembro con mucha paciencia. El dolor al poco tiempo fue remplazado por un gran placer que se hacía notorio en toda la habitación con nuestros gemidos al compás de la penetración, estaba deseando que no acabara. Era la mejor manera de entregarnos del todo, así era como nuestros cuerpos en verdad se unían en uno solo, compartiendo cada latido, besos y lo más íntimo que podíamos tener.

Su verga se sentía viva, palpitando, podía percibir el rose de sus venas con las paredes del interior; sentir como tranca  salía fácilmente de lo abierto que se encontraba mi esfínter. Aceleraba las embestidas, haciéndome temblar todo el cuerpo mientras  una sensación embriagante poco a poco se iba apoderando de mí. De repente muy rápidamente se levantó, subiéndome con él, levantando mí peso por lo que me aferré mientras sentía que por efecto de la gravedad su pene estaba entrando en lugares cada vez más profundos.

Con dificultad me baje de su cuerpo y camine hacia la gran ventana ofreciéndole mi culo a todo esplendor mientras veía la oscura ciudad ser consumida por la incesante lluvia.

No basto para volver a sentir su miembro, esta vez con más fuerza. Bombeaba rápidamente haciendo que nuestros cuerpos chocaran. Elevaba mis glúteos para obtener más placer, estaba deseoso quería exprimir hasta la última gota del acto sexual. Me giro y nos unimos en otro apasionante beso, lleno de deseos sudor y algunas lágrimas que  no pude dejar contener.

De pronto sentí como sus calientes manos tocan mi pene con brusquedad y empieza a masturbarme, como nunca lo había hecho haciendo que en poco tiempo salieran tres fuertes choros de semen y se estrellaran contra la pared.

El grito que emití después de sentirme satisfecho y realizado hizo que sus movimientos se intensificaran agarrando mis caderas y llevándome hasta la cama donde empezó a gritar mi nombre abatido por el orgasmo mientras sentía como su semen bañaba cada ranura de mi recto, en cuestión de segundos sentí el orgasmo más intenso que jamás había experimentado.

Caímos en la cama uno al lado del otro, hasta colocarnos de frete con una sonrisa placentera y una mirada que hablaba por sí misma. Sentí las manos de Andrew tocar mi rostro mientras que su dedo pulgar limpiaba todo el rastro de lágrimas que resbalaban lentamente por mi piel.

Es lamentable saber que lo perderé, es jodidamente  tan doloroso que solo quiero dormirme profundamente y levantarme pensado que solo fue un maldito sueño. Que la boda con mi hermana sea solo una pesadilla y los dos estemos juntos para siempre como soñábamos de pequeños. Como quisiera amarlo sin tener que perderlo, porque se ha convertido en todo para mí y la vida ya no es la misma sin no está a mi lado.

Fin

He regresado con otro relato espero que haya sido de su agrado y lo disfrutaran al máximo…    ¡¡No se olviden de valorar y comentar!!

Nos vemos en una segunda parte.

Besos