Amante nocturna (8)
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Amante nocturna 8
¿Se puede saber que demonios te pasa?
Nada Verónica. Déjame en paz ¿quieres?
Entonces deja de rabiar con todos, que no es culpa nuestra tu mal humor.
Ahhh! Esta bien. Tienes razón. No es culpa de nadie solo mía.
¿Qué paso?
Nada. No quiero hablar de lo que paso
¿Con Ana?
Si. Con ella, pero en serio Vero, no me preguntes nada.
¿Así de malo fue lo que paso entre las dos?
El principio no fue malo sino el final.
¿¡¡Ahhh!!? No entiendo
No hace falta que entiendas, solo no me preguntes nada yo no me siento nada bien. Eso es todo.
Como quieras ¿Vamos?
Si vamos. Ir a la universidad me distraerá un poco.
Ok. Vamos entonces.
Si.
Soy una tonta. La deje ir y ahora piensa que solo estoy jugando con ella, que me estoy desquitando ahhh! ¡¡Soy una tonta!! ¡Que estupidez la mía! Debí seguirla a su cuarto, decirle que la quiero ..la amo, pero no. Me quede quieta en mi posición permitiendo que se marchara de mi lado creyéndome lo peor
¿Sofía?
¿¡Qué!? Perdón no te escuche.
Te decía que te ves mal. Porque no vuelves a la casa estas pálida.
No. A la casa no esta Ana.
No creo que haya llegado todavía del médico.
¿Médico?
Si. Hoy le quitaban el yeso.
¿Si?
Si. No me estas escuchando.
Si, pero...no se. Discúlpame.
Ya me haces un favor.
Ok. Dime.
Te de vuelves a la casa y comes algo. No comiste nada en el desayuno.
No tengo hambre.
Pero tienes que comer. Estas pálida ya te dije...no tienes buena cara.
Ohh! Ya. Esta bien iré a almorzar, pero ¿y tu?
Voy contigo. Al fin que no tengo ningunas ganas de escuchar al tipo de historia.
Ok. Vamos entonces.
La verdad .no tenia ningunas ganas de escuchar hablar a nadie por horas y menos al tipo de economía. Era un verdadero fastidio, pero era obligatorio ir a su clase cada dos días, pero bueno, mi problema ahora era lo que piensa y siente Ana por mi .si pudiera englobar la posibilidad de que de verdad le gusto, así como me di la impresión ayer noche eso eso seria lo mejor que me pudiera pasar
¡Pero bueno! Contigo no hay remedio ¿no?
Ahhhh!!!
¡Que no me escuchas Sofía!
Lo siento estaba pensando.
Si ya veo y a juzgar por tu cara en Ana.
¿Que tiene mi cara?
Olvídalo y mejor dime ¿Qué paso entre ustedes?
Nada paso. Y de pasar algo
¿Qué?
Me odia. Ana me detesta. No es como pensabas. Ella si me odia anoche se lo vi en los ojos al irse mi cuarto.
¡No digas tonterías! Ella no te odia.
Después de lo de anoche si.
Y se puede saber ¿Qué paso anoche?
No me preguntes nada, que me acuerdo y se me revuelve el estomago.
Ustedes dos ya me están irritando.
¿Por qué?
Déjalo así y vete al comedor a comer. Ya llegamos.
Esta bien. Intentare comer algo, pero no te enojes.
Si, si. Voy a buscar algo a mi cuarto y bajo a comer.
Ok.
Deje mi bolso y mi abrigo tirados en el sillón al entrar y me encamine sin ningún ánimo a la cocina. No tengo ganas de comer, pero si verónica no me ve con un plato en la mesa sentada seguro se enoja y ella enojada da miedo
Todos me saludaron al pasar por la mesa del comedor. Me senté pesadamente en la mesa y me limite sin más a observar mi plato. No puedo sacar aquella expresión de desagrado en la cara de Ana al irse de mi habitación. Como me arrepiento de haberla dejado irse así enojada y obviamente decepcionada. Ahhh!! Si le hubiera dicho que la quería, que me enamore de ella en vez de quedarme callada como una tonta sin saber ¿Qué decir? Si tan solo hubiera reaccionado y me hubiera ferrado a ella quizás todo seria muy distinto ahora.
Si pudiera volver a estar besando esos labios que se me tornaron completamente irresistibles una vez que los probé. Uyy!! Eso me llenaría de alegría me regodearía en la dicha si ella estuviera a lado en estos momentos en los que me siento tan derrotada por lo que pueda estar pensando de mi
Ahí viene Vero, y es mejor que comience a comer algo o por lo menos que me vea con el tenedor en la mano ¡¡¡Dios!!! Viene con Ana ¿Qué voy a hacer? No puede estar cerca de ella ahora. Me da miedo, no quiero que al mirarme me de esa expresión tan fea con la que me mira ayer noche mejor me voy.
Me levante de improviso de la mesa y tomando el plato lleno me encamine hacia al cocina nerviosa. No puedo evitar sentirme terriblemente triste por esta situación en que estoy por dejarme llevar por mis propios miedos ¡¡ Que estupida fui!! Como me arrepiento de haberme quedado callada y no haberle gritado estoy loco por ella
- Sofía.
Su voz. Esa dulce melodía me esta haciendo temblar y de momento no puedo ni girarme a verla. Siento un terror terrible de lo que me pueda decir estoy casi segura de que me va a insultar, gritar quizás reprochar el haberla besado claro que ahora que lo pienso ayer no se molesto y el echo de que sea mujer le paso completamente desapercibido y me permitió besarla otra vez ¿Será que ella es ? No o ¿si? Reflexionaba mientras me volteaba a mirarla .
- Necesito hablarte.
Me dice a lo que respondo que no tengo nada que decir, pero ella dice que no quiere que hable y se me acerca mas, mi interrogante sale a la vista, pero se acerca mas y al levantar la mirada solo siento sus labios recorriendo los míos, mmm la tibieza de su aliento, su respiración en mi rostro y la sensación de perderme a misma otra vez en un segundo, en un minuto en su boca
Me separo de ella y el pensamiento de que el moleste que sea mujer desaparece de mi mente y da paso al querer saber ¿Por qué me besa? ¿Por qué me esta mirando de esa manera? ¿Acaso le gusto? Pero no fue necesario preguntar demasiado me respondió lo que quería oír, lo que anhela oír de sus labios. Que le gusto... ¿Qué me quiere? Ella me quiere. No puedo haber escuchado mal, ¡Dios que no haya escuchado mal! Pero entonces me convenzo a mi misma y sin mas vueltas ni miedos le digo
- Te amo.
Y al decirlo se queda callada. Quieta y las palabras que siguieron me parecen un sueño ya vivido soñado. Estoy deseando besarla otra vez, regodearme en su boca con su calor y su sabor, pero no reacciona aun y la espera me esta enloqueciendo. Intento moverme y no puedo se lo pido a ella y la miro acercarse a mi pausadamente y antes de que pasara un minuto tengo sus labios otra vez aprisionados entre los míos
- No separes nunca tus labios de los míos.
Le ruego y sus manos se mueven por mi cintura con una delicadeza y suavidad que me enloquece. Me parece mentira que sea ella la que me este estrechando y acercándome muy despacio a su cuerpo tan lento que cada vez que me cautiva con sus manos me estremezco y solo deseo hacerle el amor como tantas veces he soñado y fantaseado
- No te preocupes que si tú me lo pides jamás dejare de besarte. Me dio por respuesta.