Amante nocturna (7)

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Amante nocturna 7

  • ¿Qué pasa Ana?

  • Nada. No quiero hablar.

  • Pero,…mírate. Tienes una cara ¿no dormiste bien?

  • Estoy bien Verónica ok. No pasa nada.

  • Si, si. Al parecer tú y Sofía se levantaron con el mismo pie hoy ¿no?

  • ¿Qué quieres decir?

  • Que Sofía también estaba de mal humor en la mañana.

  • ¿Si? pues ella a mi me importa menos que nada.

  • Eso es mentira y lo sabes. A ver dime ¿Qué paso?

  • ¡Que no me pasa nada!

  • Pues no entiendo. Deberías estar feliz.

  • Feliz ¿Por qué?

  • Vienes de sacarte el yeso.

  • Ah! Eso, pues si estoy contenta….mi cara es por otra cosa.

  • Ya… ¿dime algo?

  • A ver….

  • ¿Tiene que ver con Sofía?

  • Si. Como siempre, es con ella.

  • ¿Qué te hizo ahora?

  • El problema no es lo que hizo sino ¿Por qué lo hizo?

  • No entiendo.

  • Ah! Bueno….Sofía me beso.

  • ¡¡¡Que!!!!

  • Baja la voz. Y si, es como lo escuchas….me beso.

  • Ok, pero eso es excelente.

  • Pero ¿Qué dices? Ella solo esta jugando conmigo.

  • Eso no es cierto.

  • ¿Como que no es cierto? Si yo misma se lo reproche y no dijo nada. Bien dicen que el calla otorga.

  • Pues te equivocas. Tú si le importas y mucho.

  • Y tú ¿Cómo sabes eso?

  • Porque me lo dijo y me pidió que no te lo dijera por lo que por mi no te enteraste ¿ok?

-Ok. Dime ¿Qué más te dijo?

  • Mira Ana…tú le gustas, pero ella cree que la odias. Por eso disimulaba detestarte.

  • Pero yo no la odio. La quiero… tu lo sabes.

  • Exacto. Yo lo se, pero ella no.

  • Ahhh! Sino me hubiera ido anoche quizás ahora todo seria diferente.

  • Si. ¡¡Ves!! Te lo dije anoche ¿no?

  • Si. Porque crees que le correspondí cuando me beso.

  • ¿Qué harás ahora?

  • No lo se. Sabes ¿Dónde esta ahora?

  • En el comedor con los demás ¿por?

  • Ya veras

  • Ana ¿Qué vas a hacer?

  • Algo que me dije que haría si tenia algún indicio de que le gusto a Sofía.

  • ¿Qué es eso?

  • Si me sigues sabrás ¿Qué haré?

  • Mmm, ¿Qué no ves que voy caminando detrás de ti?

  • Ya

Entre en le comedor y todos estaban sentados en la mesa comiendo…menos ella. Tenía el plato en frente, pero no comía nada y…..me pillo mirándola. Me hurta sus ojos y se levanta precipitada en dirección a la cocina.

Me encamino en su dirección con Verónica detrás de mi claro, esta de espaldas a la puerta por lo que al entrar en la cocina no me ve. No hasta que escucha mi voz diciendo su nombre...

  • Sofía.

Se queda callada mirándome y por la cara que tiene…esta nerviosa. Se le nota, pero nada me va impedir que haga lo que necesito hacer…lo que va a decidir de una vez si de verdad siente algo por mi o no.

  • Necesito hablarte.

  • Pero yo no tengo nada que decirte.

  • Si que tienes, pero yo no quiero que hables….

  • ¿Qué?

  • No...Yo solo quiero hacer esto

Mmm, estos labios son exquisitos. Descaradamente deliciosos, dulces y suaves…me hipnotizan. Solo quiero comerle los labios una y otra vez sin descanso…no deseo dejarla ir jamás…nunca separarme de sus labios, su calor…ese olor tan rico a primavera que desprende de su cuello

  • Pero… ¿Qué haces?

  • ¿No se nota?

  • Si, pero ¿Por qué?

  • Porque…me gustas, más bien me encantas. Siempre me has gustado desde el primer día que te vi…en la calle.

  • Creí que me odiabas…yo pensé que me detestabas.

  • No es así, yo…te quiero Sofía.

Se quedo callada y quieta en su posición. Me miraba y yo a ella, pero no me atrevía a decir nada ¿Qué tal si Verónica se equivoco y no le gusto nada y solo es un juego nada mas? ¿Qué tal si de verdad me odia? Eso me dolería en el alma

  • Tú… ¿Me quieres? ¿De verdad? O solo lo dices para

  • Es en serio. Yo te quiero en serio…y mucho te quiero.

  • Eso es bueno…muy bueno.

  • ¿Bueno?

  • Si. es bueno.

  • ¿Por qué?

  • Y bueno…porque yo también te quiero. ¡No! Mentira no te quiero…yo te

  • Tu ¿Qué? No te quedes callada ahora…termina lo que ibas a decir.

  • Yo te amo Ana.

Ahora fui yo la que me quede callada y helada de la impresión, de la emoción. Ahhh! Pero si lo único que me provocaba era comérmela a besos. No me lo podía creer…ella me amaba…ME AMABA como yo a ella

  • Los siento no debí decirte esto, pero es que tu dices que

  • Yo igual te amo.

  • ¿De verdad?

  • De verdad…yo te adoro y,..

  • ¿Y?

  • Me muero por besarte de nuevo.

  • ¿Y que esperas?

  • No lo se. Yo...estoy sorprendida creo.

  • Pues yo igual. Si me muevo me caigo.

  • Jaja…yo te sostengo.

  • Mmm, no se, por… ¿Cuánto tiempo lo harás?

  • No lo se. Por el tiempo que tú quieras.

  • ¿Y si es para siempre?

  • No me importaría.

  • ¿Aun estas sorprendida?

  • Algo.

  • Entonces… ¿Aun tengo que esperar?

  • ¿Para que?

  • Para que me beses, no dices que te mueres por hacerlo.

  • Si.

  • Bueno entonces ¿Qué esperas? No quiero que te mueras ahora.

  • Jajaja…entonces no te muevas de donde estas.

Le pido y me acerco a ella con aquel cosquilleo en el estomago, el mismo que no dejo de sentir desde que la conocí hace ya meses y,….mmm, estos labios son el cielo, son un anhelo…son

  • No separes nunca tus labios de los míos. La escucho pedir y el temblor de los suyos me incita a desear nunca hacerlo.