Amante nocturna (6)

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Amante nocturna 6

Estoy encima de ella y no tengo idea de cómo fue que llegue a estar en esta posición, pero no me importa….el olor de su piel es un sueño y el calorcito de que emana de su cuerpo es todo cuanto imagine....me encanta. Su aroma, su sabor…todo….

Y aquella lengua que se mueve en círculos en mi boca….tanto tiempo soñando con devorarme su boca y ahora…es un delirio. No puedo dejar de besarla. Sabe tan bien y huele…mmm, a frutas…quiero comérmela enterita a besos, recorrer con mi lengua todo su cuerpo, cada rincón….mmm, esos pechos…los quiero absorber hasta gastarlos o por lo menos hasta entumirlos… ¿Me dirá algo si me separo de sus labios? Quizás, pero ya no me aguanto más las ansias de probarla

  • ¡Ahh!

  • ¿Qué pasa?

  • Me has pegado en el tobillo con el yeso.

  • ¡Oh! Lo siento yo no

  • No importa Ana…..no pongas esa cara que no me lo fracturaste.

  • Pero…de verdad lo lamento.

  • Ya paso

  • ¿Sofía?

  • ¿Qué?

  • ¿Qué haces aquí?

  • Bueno yo solo vine a…olvídalo… es mejor que me vaya.

-¡No! No te vayas… ¡¡Sofía!!

Me levante de encima de ella como si fuera un resorte y antes de escucharla gritar mi nombre yo ya estaba bajando las escaleras a toda prisa ¿Por qué tenia que interrumpirme? ¡Estupido yeso! Ahhh! Que mala suerte la mía. Estuve a punto de tenerla conmigo y…..no me lo puedo creer ¡que fastidio!....

Me tire en mi propia cama y no podía dejar de pensar en la delicia de sus labios, mmmm…..es que el sabor de su boca me enamoro los labios. Hubiera deseado jamás separarme de ellos, pero aquel yeso… ¡Ya! Es mejor que me olvide de todo…fue bueno mientras duro…un par de minutos y nada mas, aunque a mi me pareció una eternidad, una infinidad en sus labios…..mmm, su olor…que aroma mas refrescante el de su piel…su perfume se adueño de mis sentidos, de mis instintos…solo quería besarla y besarla hasta quitarle la respiración con su aliento mezclándose con el mió ¡ahhh! Que ganas de volver a tenerla cerca, pero muy cerca de mí

El sueño termino por vencerme y mis ojos comenzaron a cerrarse inevitablemente con mi mente elevándose en sueños prohibidos…con ella, claro….siempre con ella…un golpe en mi puerta me obligo a despertar de mi seductor sueño….

  • ¿Quién es?

  • Yo.

  • ¿Ana?

  • Si, soy yo. Tenemos que hablar.

  • Es tarde… ¿Cómo llegaste hasta aquí?

  • Apenas, pero eso no importa ahora…ábreme la puerta.

  • ¿Para que?

  • Porque quiero hablar contigo y porque…estoy un poco mareada.

  • No debiste bajar con el yeso. Le dije abriendo la puerta.

  • Era necesario.

  • No lo era. Para que…y me quede helada. – ¿No tienes frío?

  • Si ¿Me dejas pasar?

  • ¿Con que fin?

  • Ninguno…solo estoy mareada, hace semanas que no me levanto.

  • ¡Ahh! Esta bien, pero

  • ¿Por qué me has besado? Me pregunta mientras se sienta en mi cama.

  • ¿Que?

  • ¿Por qué me besaste? ¿Qué hacías en mi cuarto hace dos semanas? Y

  • ¿Por qué me correspondiste?

  • Yo hice las preguntas primero y no me las has respondido… además tu fuiste a mi cuarto no yo al tuyo.

  • Y entonces ¿Qué haces aquí?

  • Yo quiero saber….

  • Pero yo puedo elegir no decirte nada.

  • Como quieras…me voy.

  • Adiós.

  • Eres una

  • ¿Soy una que?

  • Olvídalo Sofía. No vale la pena.

  • Si. Olvidemos lo que paso y punto. No volverá a suceder.

  • Si, si. Ya entendí.

  • ¿Qué entendiste?

  • Que un beso no tiene importancia para ti.

  • Yo no dije eso

  • No con todas sus letras, pero lo dijiste.

  • Que no lo hice y deja ya de poner palabras en mi boca ¿quieres?

  • ¿Qué vas a hacer para impedir que las diga?

  • Que acaso ¿quieres que haga algo?

  • No lo se. Si así fuera… ¿Qué harías? Me dice parada en la puerta.

  • Pues no lo se….algo se me va a ocurrir. Le digo acercándome a ella.

  • ¿Y eso seria…?

  • Dame un ejemplo de lo que te gustaría. Me acerco un poco más.

  • Mmmm, déjame pensarlo un poco.

  • Ok. Tienes unos segundos antes de que haga lo que se me ocurrió para detenerte. La tengo enfrente de mí.

  • Y… ¿Qué se te ocurrió?

  • Nada

  • No me vayas a dar con la puerta ¡eh!

  • Jajaja….no es eso lo que se me ocurrió. Unos centímetros me separan de ella.

  • Entonces… ¿Qué es?

  • Besarte.

  • ¿Qué?

  • ¿No te gusta la idea? Si prefieres la cambio por lo de la puerta.

  • ¡No!...me gusta, me gusta la ide

Sus labios son tan suaves y delicados y me cuesta creer que la este besando con su consentimiento. Armoniosos movimientos acaricio con su lengua en mi boca…mmm, es deliciosa esta sensación de tenerla conmigo de nuevo…con razón dicen que la segunda vez es mucho mejor que la primera…es la confirmación ¡la deseo tanto! La necesito demasiado. Tanto que no puedo evitar dejar deslizar mis dedos por su tersa cintura…ansío llegar a aquellos muslos desnudos, ambos y esas bragas blancas que cubren sus intimidad…mmm, es una delicada tentación

  • ¡Espera!

  • ¿Qué pasa?

  • Me voy.

  • ¿Cómo que te vas?

  • Si Sofía. Me voy…esto es solo un juego para ti.

  • ¿Quién dijo eso?

  • Nadie…solo lo se. Eres vengativa y además me lo advertiste al darte con la puerta en la cara.

  • Pero...y ¿para ti no es un juego?

  • No. Y te pido que no vuelvas a besarme…y por favor deja ya de fastidiarme la vida ¿quieres?

  • Pero Ana yo no estoy…Pero ya se había ido dejándome entumecido los labios….y el corazón.