Amaneciendo

Ya es hora de que te vayas –me dice-,… se te va a hacer tarde,

Amanece; que flojera tener que vestirse. La cama está calentita,… mmm,… ¡no quiero levantarme!, no solo es flojera: es cansancio. Una vez más, yo y mi hombre nos hemos amanecido en su depa, desnudos, entrelazados nuestros cuerpos, sudorosos como si hubiésemos estado en un sauna, pegoteados, apestando mutuamente a hembra y a macho.

Mis pechos suben y bajan debajo de la sabana; me limpio su esperma de la boca, tras habérsela mamado hasta que casi me ahogó con su lechada: me cuesta aún acostumbrarme a ese amargor, pero a él le gusta,… le fascina echarme boca arriba, alzarme las piernas sobre sus hombros y machacar su vergota animal contra mi rajita depilada, hacerme gritar de gozo y antes de terminar, hacer que me ponga de rodillas delante de él, con la boca abierta, la lengua afuera, para que descargue su semen en mi boca. Tragármela y luego hacer que parte de su lechada se derrame de mi boca por mi barbilla, hasta mis pechos: siempre acabamos así. Mientras veo su pecho velludo y musculoso también jadeante, acostado a mi lado, agradezco más bien que hoy no quiso más bien hacerme llorar, clavándomela por el culo. Mientras él prende un cigarrillo, me toco con molestia el cabello: "¡carajo!,… -pienso-, "¡otra vez me cayó leche en el pelo!!". Ni modo, tendré que lavármelo. A él ni le importa: solo disfruta, como siempre, de haber gozado de mi cuerpo a sus anchas, toda la noche; y como a él le gusta, toda la noche cogiendo, mientras repite su equipo de sonido, la misma canción:

"…Apaga la luz, la noche está marchándose ya,.."

Siempre esa manía de escuchar la misma tonadita, repitiéndose hasta el cansancio: ni sé quién la canta, pero ya la letra la escucho hasta en mis sueños:

"…Y yo te diré, temblando la voz: el tiempo va de prisa y ese día en que soñamos vendrá,… apaga la luz, la noche está marchándose ya,…"

Lo destapo y arrastrándome voy hacia su verga: está relajada, pero aún así es gruesa. Se la acaricio con mi mejilla, para luego lamérsela muy despacio. El sonríe y me mira. "…el tiempo va de prisa y ese día en que soñamos vendrá,…"; escucho esa parte de la canción y pienso: él sueña en el día que vivamos juntos; yo, en el día en que no tenga que despertar temprano,

Las luces y los ruidos de la ciudad llegan a través de la ventana; a persiana ilumina nuestros cuerpos desnudos, permitiéndole a él verme fijo a los ojos, mientras yo me meto su pieza en la boca una y otra vez. Ya está dura: como a mí me gusta.

  • Ya es hora de que te vayas –me dice-,… se te va a hacer tarde,

Le miro con fastidio: toda la vida siempre lo mismo. Se la chupo, apretándole la pieza con mis labios.

"…Apaga la luz, la noche está marchándose ya,.."

Sabe que me molesta que me diga eso, así que le respondo con algo que a él le molesta:

  • Seguro que quieres irte ya a ver a esa perra de la tal Señorita Fonseca: esa puta,

  • Es una compañera de trabajo,…- me dice fastidiado-, no me interesa,

"…Y yo te diré, temblando la voz: el tiempo va de prisa y ese día en que soñamos vendrá,… apaga la luz, la noche está marchándose ya,…"

  • Pero a ella tú si le interesas: en su cara de mosquita muerta se muere por que le rompas el culo,

Sigo chupándosela, tratando de convencerlo de que nos quedemos en su cama más rato. Odio a su "amiga": más tetona, más culona que yo, más piernota,… ¡perra!

  • No quiero que hables con ella,…-, le digo mientras jugueteo con su verga.

  • Y yo quiero que te ya te vayas,… está amaneciendo,… -, me replica.

"…Apaga la luz, la noche está marchándose ya,.."

Me dieron ganas de mordérsela, pero desisto: en verdad es ya de mañana y debo irme. Molesta me pongo de pie y busco a tientas mi ropa por el suelo del cuarto aún a media penumbra. Encuentro mis bragas y me las calzo de espaldas hacia él: sé muy bien que le gusta verme el culo mientras me visto; haciendo eso, sé que en la noche querrá que venga de nuevo a su depa. Me pongo el sostén, luego las medias y la blusa, y siento su mirada de deseo recorrerme: mi coñito se moja de nuevo; quiero quedarme, pero no se puede: ya es muy tarde para mí.

"…Apaga la luz, la noche está marchándose ya,.."

  • ¡Ah!, y no quiero que llegues tarde a clases hoy, ¿entendido?,

Volteo ya vestida y le echo una mirada: lo odio y lo quiero a la vez. Levanto mi mochila del suelo, me aliso la falda y recojo del suelo la insignia del cole: se me había caído de la blusa anoche:

  • Okey, profe,