Amanda: La Tetas

Claudia somete a su hermana mayor relato de incesto lésbico dominación y azotes

Amanda: La Tetas

— ¡Zorra! — El golpe resonó en la habitación. —Deja de espiar a mi novio.

A Claudia se le salieron las lágrimas.

— Yo no quiero a tu estúpido novio, a quien veo…— las últimas palabras se quedaron su garganta viendo que yo volvía a levantar la mano, pero me contuve:

— No me importa lo que quieras, lo que quiero es que no vuelva a espiarme cuando venga con Eduardo él es mío.

Después de la discusión con mi hermana Claudia no volví a hablar con ella, solo los saludos de rigor de convivencia. Después solo la veía en la cena, hasta esa tarde había llegado con Eduardo estábamos en la sala, no sabía que estaba en la casa cuando salió de la cocina me impresionó verla con esa minifalda y ese top pequeño sin sujetador, el imbécil de Eduardo solo puso cara de idiota viendo a Claudia en ese conjunto que terminaban en unas medias hasta el muslo y unas zapatillas. Claudia subió las escaleras yo seguí la vista de Eduardo; no me lo creía la puta no llevaba ropa interior, pero, algo brillaba entre sus nalgas.

— ¿Tu que miras? — Le pregunté a Eduardo el con cara de tonto volteo a verme.

Me levanté y fui escaleras arriba mi pequeña hermana se estaba pasando, nunca vestía de manera provocativa y esta tarde se había vestido como una puta, esa zorra quiere a mu novio.

— ¿Qué haces vestida como puta? ¿Acaso quieres provocar a mi novio, puta? — Le increpe cuando la alcance en su habitación, ella me miro en su mirada no había inseguridad ni temor solo una suficiencia descarada, mirándome de arriba abajo deteniéndose en mis seno y sexo me dijo:

— No, no es por tu estúpido novio ya te lo dije, además que tanto me criticas es que no te has visto en un espejo. Mi Ama me ordenó vestir cachonda y lo he hecho, además es solo para la casa. — Me quede aturdida por lo que me dijo, “Mi Ama” me había dicho, acaso Claudia era lesbiana. Aun así, la estuve increpando todo el camino hasta la cocina.

— Si tú no eres lo suficiente para tu estúpido novio y no tengo la culpa, a mí no me va tu novio— Me dijo entrando ella en la cocina di la vuelta hecha una furia Eduardo no sabía dónde meterse mientras que le recriminaba:

— ¿Por qué te comías con los ojos a esa puta? — Y viendo mamá que llegaba en medio de la discusión también me increpo:

— Mamá tu hija me quiere quitar a mi novio habla con ella hoy se ha vestido como una puta sabiendo que venía con Eduardo, no voy a permitir que me quité a él, él es mío — Terminé caminando, los de mamá brillaron ojos brillaron como si mamá sabía que Claudia se había vestía hoy como puta por lo que me dijo:

— Tranquila cariño, hablare con ella y de ser necesario le daré un correctivo. — Ella entro a la casa, mientras le decía a Eduardo:

— ¿Por qué tenías que ver a la puta esa es que no solo lo suficiente para ti? —  Fuimos a la casa de Eduardo.

Yo estaba cabreada, pero no sé porque también tenía las bragas húmedas, llegamos a su casa no había un alma en ella, estaba muy cachonda lo bese el me llevo a su habitación y me hizo el amor, fue lindo, pero no lo disfrute a cada tanto la visión de Claudia en ese conjunto me descolocaba, Eduardo se corrió dentro de mí jadeé y fingí que me corría también, pero ni lejos de sentir lo que días atrás sentía cuando follábamos. Terminamos de pasar la tarde viendo algo te televisión él quiso hacerlo otra vez, pero no estaba de humor.

*  *  *

— Mamá ya llegué— Anuncié entrando en la casa.  Entre en la cocina mamá y Claudia Estaban terminando de poner los platos en la mesa, Claudia solo vestía con una vieja camisa de papá Mamá que estaba poniendo la comida en la mesa la abrazo:

— Hola mi amor— Dijo. — Siéntate la cena está servida. —

Comimos pasta con queso la cena favorita de Claudia viendo a Claudia y a mamá pregunto:

— ¿Hablaste con Claudia? —

— Si, hija esta tarde aleccione a tu hermana, aun llega el castigo— Y sonriéndome termino — ¿No es así cariño? —

— Si Señora mami, es incómodo— Respondió la muy zorra sonriendo. Solo la mire no comprendí su respuesta.

— Sé que ella trata de robarme a mi novio— Dije. — Siempre espiándome, siempre viéndonos cuando viene Eduardo, si se abriera más con los chicos… —

— No quiero robarme a tu estúpido novio— Claudia me interrumpió.

— ¡Ah no! — Exclamé enojada. — Entonces ¿Por qué siempre nos espías? ¿Por qué te vestiste hoy como puta? — Pregunté.

Claudia me respondió con fuerza:

—  Tú cuestionando mi ropa, si tú eres la puta, siempre sales así yo solo lo use esta tarde y en casa. —

Estaba por replicarle algo hiriente y mamá me callo con una mirada y diciendo:

— Amanda tranquilízate, Claudia no se vestirá de esa manera sin mi permiso.  ¿Estás contenta? —

Claudia vio a mamá sin dar créditos a lo que decía. Continuamos la cena, mamá me acariciaba el muslo haciéndome exaltarme vez en cuando.

— Ya lo sabes, no te acerques a mi Eduardo, es mío, puedes tener a quien tú quieras hay muchos chicos lindos, pero no mi Eduardo— Dije. Levantándome de la mesa. — Buenas noches— me despedí.

Fui a mi habitación ya no entendía nada me desnudé y me puse mi pijama de ositos para irme a dormir fui a lavabo lavé mis dientes y volví a la cocina por agua. Claudia está en cuclillas tocándose el culo.

— ¿Qué haces? — Me pregunta

— Nada, digo terminado la cocina— Digo. Un rubor rosa se extiende por sus mejillas

— Solo vine por agua, ya sabes puta no te quiero cerca de mi novio— Digo. Las mejillas de Claudia se colorearon de rojo

— Mira— Me dijo. — Yo no te voy a quitar tu novio idiota, mis gustos estar en otros lados— Me termino. Viéndome descaradamente las piernas.

Los ojos de Claudia recorrieron mis piernas y se concentraron en mi entre pierna. Le digo con mal talente:

— ¿Que me miras? — Ruborizada nuevamente me responde:

— Nada. —

— Si, lo que digas. — Le respondo y salgo de cocina sintiendo la mirada de Claudia en mi culo. No me lo creo Claudia es lesbiana, no sé qué pensar. Entre en mi habitación encendí laptop y me puse navegar no encontrando nada bueno apagué la maquina la luz y me metí bajo las sabanas me dormí y me despertaron unos gemidos en la habitación de mamá me levante despacio, abrí con cuidado la puerta de mi cuarto y camine despacio a la habitación de mamá la puerta estaba entre abierta y tras ella una escena surrealista:

Mamá al borde de la cama tenía una especie de correa en su cintura estaba totalmente desnuda, en la cama en cuatro patas estaba Claudia, mamá tomaba del pelo a Claudia con una mano y con la otra la tomaba por la cadera, el cinturón que tenía también parecía poseer una polla con la que mamá embestía a Claudia y por el culo, Claudia gemía y mamá gruñía obscenidades.

No sé, pero ver a mamá y a Claudia me puso tan cachonda que sin darme cuenta mis manos se movieron solas la derecha a mi intimidad y la izquierda a mis senos, los apreté mientras me acariciaba el sexo atreves del pantaloncito del pijama.  Claudia arqueo la espalda mamá la penetro más profundó y yo me acaricie con más ahínco el sexo. Claudia volvió la cabeza para ver a mamá y su vista termino en mí, me congelé por un momento después me percaté de la situación y hui a mi habitación.

Ya en mi cuarto pude respirar con normalidad, no lo podía creer mamá y Claudia follan, ahora entendí a Claudia cuando decía que tenía una Ama, esa era mamá por eso hoy vestía como una puta, bueno lo cierto es que siempre me dijo la verdad a Claudia no le van los tíos, eso me aliviaba. Pero otra duda me asaltó ¿Porque me excité al verlas follando? ¿Porque aún me seguía tocando? lo cierto es que estaba muy salida, inconscientemente metí mi mano entre el pantaloncillo del pijama y me masturbe tuve un orgasmo lento que mojo mucho el pijama, estaba hecha un mar de dudas, pero después del orgasmo me dormí profundamente sin gemidos.

A la mañana siguiente al levantarme Claudia no estaba y mamá estaba en la cocina con una bata se le veía feliz, al verla me dio vergüenza ella me sonrió saludándome:

— Hola, mi niña ¿Cómo amaneciste? —

— Bien— Dije. — ¿Claudia? —

Yo no sabía que decirle a mamá por lo vista Claudia no le dijo que me había visto espiándolas.

— Ella ya se fue a la universidad. ¿Por qué ustedes se llevan tan mal? Amanda Claudia es tu hermana ella nunca te haría algo que te dañara corazón has la pases con ella quieres— Me dijo mamá me abrazo pude sentir sus pezones en mi pecho, me beso saliendo de la cocina.

Me quede allí como estatua tome café y el desayuno después volví a mi habitación me mi mochila y salí de la casa.

*   *   *

Allí estaba Claudia con su vestimenta de puta, estaba en la cocina con los libros esparcidos por toda la mesa del comedor; con su faldita corta, medias hasta el muslo y blusa de tirantes finos sin sujetador sus senos alegres en forma de gota marcaban unos pezones duros. Yo no podía creer que la come libros de mi hermana fuera tan puta.

— ¿Aquí estas? — Pregunte. — Y volviendo a vestir como una puta— Termine de decir.

Lo que sucedió a continuación fue muy rápido; en un momento Claudia estaba en la silla y al siguiente me empujo con fuerza contra la pared. Ella hacía gala de una seguridad de la que yo no la creía capaz y con un susurro gélido me dijo:

—Aquí la única puta eres tú, sé que te acuestas con algunos profesores para levantar algunas notas, que cambias de novio como cambiar de bragas no entiendo porque aun estas con tu amado Eduardo, de segura que la tiene bien grande. — Claudia me acariciaba los brazos. Trate de soltarme:

— Suéltame desviada bruja. ¿Qué le hiciste a mamá? Yo follo con tíos lo normal no como tú que te follas a mamá incestuosa desviada— Dije, sentí sus manos en mis piernas mis bragas se humedecieron sin poder evitarlo, mis pezones se irguieron duros mientras Claudia con un brillo en los ojos de lujuria y superioridad me dijo:

— ¿Apuesto que no has dejado de pensar en lo que viste anoche cuando Mi Ama me follaba el culo? ¿Apuesto que cuando follaste hoy no lo disfrutaste? Diría que tu coño ahora es un charco de jugos. — No podía creer que Claudia supiera que después de clase fui con Eduardo a su casa, he hicimos el amor, pero yo no me excite con el solo cuando imaginé a Claudia desnuda con mamá fue que me excite.

— Yo no soy una bollera pervertida como tú— Dije tratando de nuevo de soltarme, pero Claudia con seguridad y fuerza me presiona contra la pared, su olor me llego a la nariz era un perfume afrutado, sentí su aliento en mi boca. En sus ojos había una expresión de lujuria y de deseo, deseo de poseerme, de dominarme por la fuerza si fuera necesario, sentí miedo y excitación cuando me hablo en un susurro:

— Sé que te excitó vernos a mamá y a mí— Dijo Claudia sus caricias ya subían por la cara interna de mis muslos. —

— Yo, yo no… — Pero las palabras no salieron de mi garganta, Claudia me bes, gemí.

— Hagamos algo— Dijo Claudia su mano se acercaba peligrosamente a mi entrepierna. — Si tus bragas están secas no te molestare más ¿Sí? Pero si están mojadas de lo que estoy totalmente segura tus más sucias fantasías serán realidad. —Terminó Claudia acariciando mis bragas yo solo pude gemir, se sintió tan bien esa caricia.

— Vaya, vaya con “la tetas” si esta mojada— Dijo Claudia. — De rodillas tetas, yo aún no puede follarte, pero si poder jugar contigo y entrenarte para comer el coño, si esta tarde será tu entrenamiento para presentarte ante la Señora esta noche. —

Mis piernas temblaron al sentir el eso de las manos de Claudia sobre mis hombros. Caí de rodilla frente a mi hermana la faldita de mi hermana era plisada. OÍ como con vos imperativa me ordenaba:

— ¿A qué esperas puta? Levanta mi falda y a lamer cuca zorra— Dijo Claudia. — Tú serás la puta más baja de esta casa, La Señora, yo soy la puta de la Señora, mi novia mascota y Tú que serás mi zorra y de mi novia, por consiguiente, tú también serás la putilla de mamá tu nombre en esta casa será Tetas, porque eres una zorra tetona como a mi gustan las mujeres. ¿Quedo claro? —

— Si. —

— Si ¿Qué? — Pregunta Claudia tomándome del cabello.

— Si Señora Claudia— Dije mis lágrimas corrieron por mis mejillas mi hermana menor me estaba humillando y eso me excito increíblemente. Nunca me había sentido atraída por las mujeres, pero el recordar a mamá y a Claudia en la cama hacía que mi coño se humedeciera agregando que ahora estaba de rodillas frente a el sexo de mi hermana menor.

— Come puta— Dijo Claudia. Enterrando mi cara en su entre pierna, el aroma de su sexo era dulce y fuerte, no tenía vello alguno, sus labios eran gorditos y su raja era estrecha al pasar mi lengua por su sexo el mío hormigueo. Su sabor era fuerte algo salado y picante pero increíblemente placentero mis lamidas eran inexpertas solo le hice la que a veces Eduardo me hacía, supe que lo estaba haciendo bien porque Claudia empezó a gemir.

— ¡Oh zorra, que rico! Sí, eres una comecoños natural puta con entrenamiento será incluso mejor que yo puta. —

Ella gemía su respiración se hizo agitado y mi sexo goteaba mis bragas estaban mojadas. ¿Cómo comerle el coño a mi hermana me excitara tanto? Claudia me volvió a tomarme del cabello y a restregar su sexo porta la cara solo atine a secar la lengua y deja que ella me hiciera la que quisiera. Ella restregó su cuca contra mi cara haciendo circulo en sentido de las manecillas del reloj.

— ¡Oh puta sí, que rico! Espera a que mamá te folle. — Sus palabras sucias me excitaban. Inconscientemente mi mano movió a mi entrepierna, sentí como Claudia me agarraba con fuerza del cabello y me levantaba la cabeza y me daba una bofetada:

— ¿Qué quieres hacer? Perra no te toques. — Y volvió a golpearme y empujarme al suelo, me lanzó una amenazadora mirada mientras me ordenaba:

— Tetas a cuatro patas y sígueme. — Mis lágrimas corrían por mis mejillas por el dolor en ellas, la humillante situación, pero mi chocho era un mar de flujo. No lo entendía mi hermana menor me humillaba y eso me excitaba sin poder controlarlo.

Claudia delante yo iba detrás, podía ver la faldita no llevaba bragas y su coño estaba brillante y húmedo. Al ir subiendo las escaleras me dijo:

— Por interrumpir mi gozo y por viciosa debes recibir un correctivo y créeme que lo voy a disfrutar. —

Temblé tras ella el resto del camino fue en silencio; no sabía que estaba pensando, me haría mi hermana menor. Pasamos por delante de mi habitación y de la suya, al llegar a la habitación de mamá Claudia me ordena:

— Tetas, la ropa fuera y sobre la cama a cuatro patas. —

Me levante me dolían las rodillas. Me desnude mis senos botaron al sacarme el sujetador, mis pezones estaban duro, mis bragas estaban perdidas, mi coño chorreaba y el olor a coño se extendió en la habitación.

— ¿A qué esperas puta? A la cama con el culo en pompa zorra, me voy a divertir con ese culito tuyo— Dijo mi hermana. Dije algo estúpido teniendo en cuenta que estaba desnuda frente a la cama de mamá:

— Claudia, le voy a decir a…— La oración quedo interrumpida cuando sentía otra bofetada.

— ¿Te he dijo que hables? Tetas hablaras cuando se te ordené.  ¿Qué claro? — termina Claudia.

— Sí. — Y sentí otra cachetada.

— Sí ¿Qué? — inquirió Claudia.

— Sí Señora— Respondí. Baje la mirada al suelo.

— Eres una desobediente que no conoce su lugar y mereces que te recuerdes que lugar tienes ahora— Me dijo Claudia.

Me subí a la cama en el culo en pompa.

— Voy a azotarte por golpearme aquella vez ¿Recuerdas Tetas? —

Humillada lo recordé.

— ¡Zorra! — El golpe resonó en la habitación. —Deja de espiar a mi novio.

A Claudia se le salieron las lágrimas.

— Yo no quiero a tu estúpido novio, a quien veo…— las últimas palabras se quedaron su garganta viendo que yo volvía a levantar la mano, pero me contuve:

— No me importa lo que quieras, lo que quiero es que no vuelva a espiarme cuando venga con Eduardo él es mío.

— Si Señora— Respondí

— Cinco azotes por ello, pero tranquila sé que te gustara tu contaras cada azote ¿Has entendido Zorra? —

— Si Señora. —

Me prepare para recibir los golpes.

ZAZ

Escuché un silbido en el aire y volteé la cabeza para ver una fusta cruzando el aire y estrellarse en mis nalgas.

El escozor se extendió por todo mi culo.

— Uno, Mi Señora— Dije me ruboricé al decirlo.

ZAZ

Otro golpe en mis nalgas.

— Dos, Mi Señora. —

Sentí una agradable humedad en mis glúteos volví la vista y Claudia lamia mis nalgas.

— Te dije que te gustaría— Me dijo mientras se levantaba y me daba otro azote.

ZAZ

Dolor de nuevo y sentí la fusta entre mis nalgas.

— Tres, Mi Señora Claudia

— Por Dios estas empapada, eres como yo de zorra— Dijo Claudia viendo la fusta. — ¡Oh! Mamá se divertirá follándote ese culo.

Esa revelación me hizo temblar nunca lo he hecho por detrás

ZAZ

— Cuatro, Señora. —

Sentí las manos de Claudia abrir mis nalgas y su lengua darme un lametón desde el ano a mi coño. Sentí un cosquilleo en toda la zona lamida.

— Siempre quise hacer eso— dijo Claudia al tiempo que me propinaba el último de los cinco azotes prometidos.

ZAZ

— Cinco, Mi Señora. —

Este último azote me causo un gran dolor en el culo.

— Espero que aprendas zorra nunca he querido a tus estúpidos novios, lo que siempre quise es este coño de puta— Me dijo Claudia metiendo sus dedos en mi coño.

— Por Dios eres más puta que yo. Ahora de rodillas para que termines el trabajo que comenzaste en la cocina y nada de tocarte mamá te hará correr y tú a mí mi puta tetona.

Me bajé de la cama mientras ella se sentaba, Le subí la faldita y enterré mi cara en su sexo estaba muy húmeda.

— Mi puta ¿Quieres comer mi coño como buena puta? — Me pregunto Claudia acariciando mi cabello. — Apuesto que es mejor que la tonta polla de Eduardo.

Bueno no podría comparar una polla es larga y una cuca es una raja el sabor si es diferente mientras que la polla de Eduardo sabia a sudor el coño de Claudia era entre dulce y picante. Mis lamidas fueren cobrando fuerza a la ves de que la respiración y los movimientos de Claudia fueron más a prisa.

— Si puta, cuantas veces me toque fantaseando con este momento, tenerte comiendo el coño. —

— ¿Te gusta comerme el coño? — Claudia pregunto.

No sabía que responder en primer lugar yo no era lesbiana, además Claudia era mi hermana esto era degenerado, pero no podía controlar que mi coño estuviera tan húmedo, mis flujos chorreaban piernas abajo y parte del flujo goteaba a mi ano. Temblé al recordar que Claudia comento que mamá me lo iba a follar.

— Tranquila mi puta, seguirás con tu tonto novio, pero serás una comecoños sumisa para nosotras— Me dijo Claudia.

Lamí toda l raja estrecha de Claudia ella me restregaba su coño en mi rostro. Flexionando sus piernas tuve un primer plano de su ojote que estaba húmedo y llevando mi rostro a su ano me dijo:

— Come te mi culo Zorra, te convertiré en una zorra sucia, aunque puta ya eras. ¿No es así? —

— SÍ, Señora, soy una puta. — Las lágrimas volvieron a salir de mis ojos, era tan humillante.

Comencé esa tarea tan denigrante, sin embargo, el sabor del culo de Claudia no fue lo que esperaba, su sabor era dulce y afrutado como si se perfumará el culo mesclado con sudor, saliva y jugos de coño. No podía creer, pero chupar su ano me encanto.

— ¿Y deseas ser además de una puta una puta comecoños? —

— Si, Señora deseo complacerte comiéndote. —  Lamia y contestaba las preguntas de Claudia.

— Tranquila mi puta, mamá te convertirá en una puta de tres agujeros esta noche ya eres una puta no muy sumisa, pero de eso me encargaré, serás una buena sumisa después de esta noche. — Claudia gimió — Si zorrilla, sí, sigue lamiando mi culo, zorra. —

Di una lamida desde el ano hasta su coño, Claudia gimió.

— ¡Oh! Zorra, no solo chupa mi culo— Dijo. — Folláme el coño, puta. —

Obedecí lamia su culo con circulo, mientras metía dos dedos en su cuca, sentí un subidón su rajita era cerradita casi virginal, Claudia gimió.

— Si, zorra más rápido sí. — Claudia se movió más rápido.

Viendo esto, usé mi lengua como si fuera una polla tratando de escarbar el culo de Claudia y supe al instante que a Claudia le gusta gimió y empujó más mi cara a su culo diciendo:

— Si, puta tienes una lengua traviesa si puta. —

Claudia comenzó a jadear y mis movimientos con la lengua y mis dedos tomaron intensidad, mi coño hervía por atención. Claudia movía sus caderas y en un momento arqueo la espalda y presiona más mi cara contra sus nalgas, gimió y lo que paso a continuación me dejo estupefacta.

— ¡Zorra que me corro! — Grito. — Sí putilla bébete mis jugos. —

De su coño salió gran cantidad de flujo blanquecino me baño el rostro parte del lavo mi cabello, Claudia convulsionaba sus ojos estaban cerrados y sus gemidos fueron apagándose mientras su orgasmo la atravesaba. Estaba impresionada por su orgasmo, había oído que las mujeres se corrían así pero nunca pensé que fuera cierto mis orgasmos no eran así.

—¡Oh Zorrilla que bien me lo hiciste! — Me dijo Claudia. — Ven a mí. — mientras me hacía espacio en la cama de mamá. Me recosté a su lado y Claudia volvió a sorprenderme besándome y metiendo su lengua dentro de mi boca, sentir su lengua dentro de mi hizo que un vacío se extendiera dentro de mi vientre gemí en su boca.

— A ver Putilla abre las piernas— me ordenó Claudia mientras me besaba el cuello, su lengua recorrió perversa toda la piel de mi cuello y mi pecho, tomando uno de mis pezones me lo mordido.

— ¡Ah! — Gemí. Ella me pellizco el otro pezón y me lo lamió.

— ¡Oh cuanto ansiaba comerme estas tetas, zorra! — Me dijo mientras me estrujaba las tetas. Me pellizcaba y chupaba las tetas, después fue bajando su lengua por mi abdomen, se entretuvo en mi ombligo al tiempo que me pellizcaba los pezones y me los halaba el dolor en ellos contrastaba con el gozo por las lamidas en mi ombligo.

Cuando llego a mi coño lamio mi pubis su aliento en mis labios vaginales me enviaban gran cantidad de placer mis piernas temblaron el lametazo que me dio entonces fue increíble arquee la espalda como si estuviese esperando eso momento toda la tarde. Claudia dijo

— ¡Oh zorra! Como voy a disfrutar esto. — dando una lamida a toda mi raja la sensación intensa, Eduardo no me lo hacía a menudo. Claudia con su lengua exploró todas las grietas de mi sexo el placer se expandió dentro de mí, lleve mis manos a mi boca las lamí y acaricie mis tetas, mis pezones rozándolos pellizcándolos halándolos.

— ¡Oh si Claudia la haces también! — Gemí.

— Más respeto a tu Señora puta— Dijo Claudia propinándome un azote en todo mi coño me dolió gemí. — Solo una mujer puede comerte el coño bien. —

Su lengua se perdió el comienzo de mi culo y mi ojete recibió las caricias, sus dedos pellizcaban mi inflamado clítoris, sentía el dolor y el placer entrelazados en mi coño.

— Zorra abre las piernas y no las cierres— Diciendo esto se levantó y tomo la fusta. — Tócate las tetas.

Comencé de nuevo, estaba frustrada.

— Claudia, que…— Mi frase quedo en mi garganta cuando sentí la fusta en mi muslo.

ZAZ

— Aún no has comprendido; dentro de esta casa debes respetarme, ¿Lo has entendido? — Dijo en sus ojos había esa expresión cínica y amenazadora.

— Si Señora. — Respondí. Sentí la fusta ahora en mi coño los azotes fueron suaves.

ZAZ

—¿Qué eres? — Me preguntó.

— Soy una puta sucia. — Respondí.

ZAZ

Azote en el coño

Arqueé la espalda.

— ¡Oh putilla! — Exclamo Claudia. — Te daré tanto placer. — me azoto el coño y los muslos.

ZAZ, ZAZ, ZAZ.

El dolor se extendió por las zonas azotadas para después sentir las suaves lamidas de Claudia llevándome de nuevo el placer.

Claudia se desnudó y sus tetas medianas botaron al desprenderse de la blusita la faldita para en el suelo y su tanguita se deslizo por sus muslos su cuca estaba depilada sus labios estaban brillantes. Se sentó sobre mi ahorcajadas entrelazando nuestras piernas nuestros sexos se besaron.

Claudia levanto una de mis piernas lamiendo desde la pantorrilla hasta mi muslo la caricia envió sensaciones placenteras a mi cerebro, comenzó a menear sus caderas, nuestros sexos se acariciaban uno contra otro, sus flujos se mezclaban con los mis ojos brillaron a ver en su mirada una lujuria indómita.

Claudia flexiono su cuerpo, magrea mis tetas.

— ¡Zorra! — Exclamo Claudia su vos era agitada. — ¿Te gusta? —

— Si señora. — Conteste.

El fuego se extendió dentro de mi poder entender como una mujer podía proporcionarme tanto placer. Claudia incremento el movimiento de las caderas. Gemía mi orgasmo estaba a la vista.

— ¡Oh! Señora que rico— Exclamé mi orgasmo se formó dentro de mi sexo, mi cuca vibró, mis muslos temblaron mis caderas se movieron descontroladas.

Sentí dos azotes en mis tetas mientras Claudia me increpaba:

— Ni se te ocurre correrte te correrás cuando la Señora. — Dándome otros dos azotes, Claudia relajo el movimiento de caderas, frustrada le rogué con voz trémula:

— Mi Señora, por favor necesito correrme. —

Claudia si siquiera verme se separó de mi fue al armario de mamá hurgo allí un momento y volvió trayendo un dildo pequeño en sus manos, me ordenó:

— ¡A cuatro patas, zorra! —  Me puse a gatas. Ella en cuclillas me abrió los cachetes del culo y me dio una lamida en el ano me hizo temblar. Volví mi rostro hacia ella.

— ¡Oh zorra como lo va a disfrutar! — Dijo mientras lamia el pequeño dildo, después lo lamio como se de una polla se tratará, ver a mi hermana haciendo eso produjo un nuevo hormigueo en mi encharcado coño.

Claudia me dio dos azotes más en el culo.

ZAZ, ZAZ

Poniendo la punta del falo en mi ano presiono, volvió a nalguearme

ZAZ

— Zorra relaja el culo sino te dolerá más me sentí nerviosa y ella viendo mi incomodidad me lamió desde el coño hasta el ano, relajé al sentir la caricia en mis agujeros íntimos, sentí otras nalgadas.

ZAZ, ZAZ

Y besando mis nalgas presiono el consolador en mi culo de nuevo el artilugio comenzó a entrar dentro de mí, sentí como mi culo se dilataba me dolió gemí:

— ¡Ah duele! —

Claudia volvió a sacar el dildo y lamer mi culo.

Volvió a embestir con el falo suavemente mi ano sentí el dolor punzante, gemir de nuevo:

— ¡Ay Claudia Duele! —

Sentí como Claudia terminaba de meter todo el dildo en mi culo, sentí el máximo grosor del dildo y cerrarse nuevamente repentinamente sentí de pronto como mis nalgas eran castigadas nuevamente con rudeza.

ZAZ, ZAZ, ZAZ, ZAZ

—¡Ah no, no…! —

— Si puta, no quieres aprender, te azotare hasta que lo entiendas.

Claudia me azote mis nalgas y mis muslos.

— Eres una zorra, mi zorra, me debes respeto, soy tu ama puta ¿Lo entiendes? —

— Sí, soy tu zorra Ama— Dije mis lágrimas corrían por mi cara, sentí como mis nalgas eran castigadas con furia para después de azotarme lamer mis nalgas y la parte exterior del dildo de mi culo.

Levantándose del suelo me ordenó:

— ¡No te muevas puta! — Salió de la habitación pasados unos segundos volvió a entrar dando la vuelta puso su culo delante de mí y me orden:

— ¡Puta, lame mi culo! —

Acerque mi rostro y ella tomándome del cabello enterró mi cara entre sus nalgas.

— Lame puta, serás mi come culo particular, ¿Lo entiendes? Te comerás mi culo todos los días zorra. —

Sus palabras humillantes hicieron que mis lágrimas volvieron a fluir, así como la humedad en mi cuca.

Ella se llevó algo a la boca lo lamio y mamo como se de una polla se fuera, comenzó a mover sus caderas. Se dio vuelta y me ordenó:

—¡Abre la boca puta! — Metiendo el dildo dentro este era mucho más largo y grueso que el mío. Y empezó a follarme la boca con él.

— Puta siempre tendrás el culo lleno dentro de la casa ¿Entiendes? —

Me dio una bofetada.

PLAS

— Si señora— Dije.

— Las putas de la casa siempre tenemos que tener el culo lleno para la Señora Mami ¿Lo entiendes Zorra? — Terminó Claudia.

— Si Señora las putas bebemos tener el culo lleno para la Señora Mami— Respondí siendo como la humillación cubría de rojo mi rostro y mi coño hormigueaba.

— Se buena puta y méteme el dildo en el culo, lame primero— Me dijo Claudia dulcemente algo que me agrado ya que toda la tarde me había gritado.

Lamí su culo y el dildo y lo coloqué en la entrada de su culo con un poco de presión el falo se perdió dentro de su ano, Claudia gimió:

— ¡Argg si putilla que rico. —

— Zorrilla a cuatro patas con las manos a la espalda. —

Puse mis manos a la espalda y recosté mi cara contra la cama estaba en una posición de precario equilibrio, Claudia recogió del suelo su tanga y con ella me amarro las manos.

— Puta la Mami Señora llegará pronto y tú serás mi regalo serás una puta sucia y sumisa ¿Que claro? Nos divertiremos esta noche.

— Si Señora— Respondí sintiendo dos nuevos azotes en el culo.

— Bien puta…— Su frase se perdió tras la puerta al cerrarse.