Amamos follar 2
Jovenes siendo llevados al sexo por sus deseos.
Mi relación con charlotte después de haber hecho el amor, se fortaleció mucho más.
En la universidad se volvió más descohibida, y en algunos casos fue para mal, pues la veía hablar frecuentemente con un compañero que le sonreía, me colmó la paciencia cuando el se atrevió a tocarle la mejilla, acercandose peligrosame a mi chica. No perdí tiempo cruzando el pasillo de estudiantes vacio, pues habia estado apoyado en la columna de la universidad por horas para llevarla a casa.
Al llegar agarré al idiota de la solapa de su camiseta haciendo que se estrellara contra la pared fuertemente.
—Pedazo de idiota, ¿No sabes que es mi chica?
—Tranquilo hermano, no lo sabía. Solo quería divertirme con ella-—sonrió de medio lado.
—Pues ni lo intentes otra vez— grité, propinandol un puño en su cara— porque con ella no se divierte.
Le dí un ultimo golpe en su estomago y el grito de charlotte me sacó del trance. Lo dejé tirado, y sujeté a mi chica de la cintura para dirigirnos a un lugar solitario. Rapidamente encontré el aula de refuerzos que se utilizaba en contadas ocasiones.
—¿Porque hiciste eso? Te pudieron haber suspendido. Solo estábamos hablando, por favor.
—¿Que porque lo hice? No viste como te tocaba y tu no decias nada!— grité rojo de la rabia. Al hacerlo rapidamente me arrepentí de haberlo hecho, sus ojos estaban asustados y ella esta encogida de miedo.
—Yo... Yo solo le dije los temas del parcial porque llegó... llegó tarde- dijo casi inaudiblemente.
—¡Joder! ¿no había nadie más en tu puta clase que se lo dijera?— dije furiosamente mirandola a sus hermosos ojos azules que ahora estaban llenos de lagrimas.
—Yo solo... solo queria ser amable.
—Pues fuiste mas que amable para mi gusto!- exclamé fuerte
—Decidí darme la vuelta pues necesitaba tomar aire y serenarme, no quería descontrolarme enfrente de ella. Tomé una respiración profunda y elevé mis brazos para colocarme detrás de mi cabeza. Al instante mi chica rodeó sus brazos en mi, haciendo sonreir.
—Perdoname, no debí haber hecho— confesó — a mi tampoco me gustaría verte con ninguna chica.
—Lo se nena.
—Si quieres me voy en taxi. Nos vemos en la casa. ¿Si?— Quitó sus brazos de mi torso y se voltió para irse. Llegué antes de que abriera la puerta acorralandola contra ella.
—¿Sabes lo mucho que te amo?- le pregunté.
Ella elevó su cabeza y me miró nerviosamente, asintió su cabeza como respuesta.
—Yo solo te amo a ti, te escogí a ti, pues eres el hombre hecho para mi, porque no lo entiendes?— preguntó a la vez que acariciaba suavemente mi barbilla.
—Es solo que.. Me da miedo que me dejes por un idiota de esos, todavía me parece un sueño que tú seas mi chica.
—
Charlotte me dió una sonrisa complice, dejandome confundido.
—Bueno que te parece si dejas de pensar que soy un sueño hecho realidad- sonrie y se acerca para moder mi labio inferior-—y me follas aquí?— susurró sensualmente.
Inmediatamente la miré y abrí los ojos exageradamente. Mi chica ya no era la misma que se sonrojaba cada vez que la besaba en publico, ahora es una pequeña pervertida.
—Yo... Yo no creo que sea buena i..idea- contesté. ¿Pero que coño me pasa? Lo que mas me encantaría es follarla aquí mismo. Pero su descarada invitación me confundió completamente.
—¿Es que no me deseas?¿No deseas escucharme gemir mientras me follas?— propuso sin reparos.
¡Si! ¡Joder si¡ ¡Me encataría! Pero mi cerebro no tenía conexión con mi boca, estaba totalmente mudo.
—Bueno ya que no quieres, le diré a mi compañero que me lleve a casa—comentó en voz alta, haciendo enardecer de ira.
—¡No! Tu eres solo mia!— vociferé fuerte mientras la agarraba de sus largas piernas y las rodeaba en mi cadera, en ese instante me di cuenta que clase de ropa tenia puesta. Llevaba una simple blusa con un profundo escote que si me acercaba lo suficiente, podría ver sus preciosas tetas, junto con una diminuta falda roja.
—¿Hola? Llamando a erik?- preguntó con burla.
—¿Como te atreviste a salir así? No lo vuelvas a hacer.
—Porqué, ¿no te gusta?— dijo soltandose de mi agarre, la veía girando alrededor mio y sentía que moria. Su sonrisa es preciosa y me brindaba seguridad.
Claro que me encantaba, pero todos esos atributos debía solo verlo yo, puesto que habían muchos hombres que la deseaban, pero yo la protegería de todos esos bastardos.
—No te luce para nada bebe.
—
Por unos instantes tuvo una mirada dolida, pero luego entendió a que me refería.
—Asi que según tú... Esto no me luce. ¿Me pregunto que si lo hará?— su mano se dirigió a su blusa con cierre y lo fue deslizando hacia bajo hasta que pudo observar un brassier muy procativo sin tirantes, pasé saliva fuertemente ante aquel movimiento.Estaba totalmete feliz de verme sublebado cuando llevaba las riendas de la situacion como ahora.
Su mano ahora se deslizo a su minifalda, le quitó el botón y rebasló por sus piernas hasta caer en el piso. Su lenceria estaba para morir. Ella sabe lo mucho que me excita verla en negro, pues le favorece mucho.Cuando se volteó y me dejó una completa vista de su culo respingón no aguanté mas y fui hasta ella.
Y mientras me acercaba bajé el cierre de la cremallera junto los boxers para dejar paso a mi erecta verga, acaricié sus nalgas con mi polla y la sentí dar un respingo, pero luego sus manos viajaron a ella.
—¡Mira lo duro que me tienes! Esa ropa te queda fantastica, bebe— conteste, mordiendo su lobulo y buscando el broche del sosten—Donde coño esta el broche?
—Río—Mi amor el broche es adelante.
—
Gruño, y rápidamente lo encuentro y lo desabrocho, sus tetas saltan de felicidad hacia mis manos y torturo sus pezones entre mis dedos, retorciendolos para enloquecer de placer a mi chica.
—No te muerdas el labio, quiero escucharte gemir. Solo para mi.
—
Y así lo hizo, en busca de su orgasmo liberador dejé mis manos en su clitoris y lo acariciaba suavemente.
—Yo sabia en el fondo cuan pervertida eres, lo tenías planeado, cierto?
—aplicaba mas fuerte en su dulce boton, y aumentaba la fuerza con las que sotenia sus tetas.
—Mmmm—gimió sin parar, mis dedos no dejaban de follarla duramente.
—Responde— gruñí dandole una palmada en su rica nalga derecha.
—Sí, me puse esta ropa para que me follaras y ni siquiera tuvieras tiempo hablar con otras zorras.
Mi angel me estaba confesando que solo quería provocarme y realmente lo hizo, su timidez camuflada de una mujer llevada por la pasión.E incluso sabía a que zorras se refería, Marisa nunca ha dejado de insistirme que volvieramos porque Charlotte nunca podria satisfacerme como yo me lo merecia.
—Tu eres mejor que todas esas zorras. Y no necesitas traer poca ropa para que me fije en ti, simpre tengo mis ojos en ti.
—
Era verdad que era una mujer con poca experiencia, pero siempre me sorprendia con algo nuevo, en una ocasión furioso le pregunté donde había aprendido hacer una cubana, ella muerta de la verguenza me confesó que estuvo viendo porno. Y ese día recreamos muchos de esos videos, ella es mi sueño hecho realidad.
El grito de mi chica llegando al orgasmo me sacó de mis pensamientos, todavía seguia rítmicamente sacando y metiendo mis dedos de su coñito. Cuando termino su climax recostó su espalda en mi pecho rendida. Al igual que ella me corrí restregandome contra su suave culito.
—¿ Mi amor?
—¿Si?
—¿Ya no quieres follarme?— Furioso le volteé, y la mire a los ojos haciéndole saber mi furia.
—Me estaba conteniendo pero luego no pararé cuando empiece a darte duro, muy duro.
—Ahhhhh sí, por favor bebé, follame duro.
Dejé a resistirme a sus peticiones y tomé su boca, nuestras lenguas ansiosas tuvieron un encuentro profundo, compartíamos nuestro deseo mutuo, nuestro ardiente amor uno por el otro, sus manos al igual que las mias no se quedaban quietas, buscaban de alguna forma apaciguar este fuego lujurioso.
Sin esperar más mi chica tomó las riendas.
—Te ves muy guapo con esta ropa, hoy—declaró mi ángel
Me hice el ofendido y dije— Creí que siempre me veía guapo.
—Claro que siempre lo estas- me sonrió guiñandome un ojo- Pero, ¿Te confieso algo?
—Dímelo— relamí mis labios.
—Te ves mucho mejor sin ella- exhaló en mi oreja chupándome el lóbulo de mi oreja, enviando instantáneamente corrientes a mi polla dolorosamente erecta ante su mirada.
—
Al ver el resultado de sus palabras no quiso posponer lo inevitable y deslizando mi chaqueta de capitán por mis hombros, quedé en mi camisa blanca a la cual empecé a desabotonar pero se volvió muy tedioso. Así que mi chica salió en mi auxilio.
—¿Me dejas a mi?- preguntó.
Asentí en silencio.
Inesperadamente sus manos fueron a mi camisa y tiró de ella fuertemente hasta dejarla sin botones, mi pecho quedó totalmente desnudo, su mirada me recorria con avidez. En vez de enfurecerme con ella sonreí tiernamente.
—Me debes una camisa, ¿Que haré con mi salvaje chica?
Sus mejillas se tornaron de un hermoso rosa. No esperé una respuesta de su parte. Volví a besarla porque no me canso de hacerlo, sus carnosos labios son mi perdición, sin presión nos besábamos y besábamos con calma, quería transmitirle cuanto la quería, cuanto la añoraba, cuanto la ansiaba.
Sentí que mis pantalones se deslizaban por mis piernas, y con rapidez me incliné y me deshice de mis tennis. Al subir mi cabeza, la encontré muy ansiosa, no podré ser suave con ella en este momento porque su manera de provocarme me ha colmado la paciencia.
Fuertemente la agarré de su culo y la elevé en el aire para que sus piernas me rodearán la cintura, jadeó por la sorpresa de mis movimientos.
—Te lo advertí—gruñí a la vez que me hundí en su húmedo coño sin precaución, la apoyé contra la pared aumentando las embestidas que la hacian delirar de placer.
—Te siento tan adentro—jadea contra mi oído.
Ella gime y dice muchas palabras sucias que hace que me excite todavía más.
Sus manos se encuentran sujetas encima de su cabeza, y se lo hago todavía mas fuerte, quiero castigarla como ella lo hizo conmigo, al final decido soltarle las manos y ella las coloca en mi trasero apretandomelo y profundizando mis penetraciones en su interior.
—Dame más duro! ¡Sí! ¡Así!— gritó llena de placer.
Charlotte gemia por mi polla, por la sensación de esta entrando y saliendo de ella, por mi dedo frotando su clitoris y mi boca devorando su cuello.
—Me encantan tus tetas, son solo mías!— le chupé su duro pezón dejándoselos erectos y dispuestos.
—
Es tan receptiva que tengo ganas de follarla toda la noche solo para seguirla escuchando gemir por mi.
—E-estoy muy cerca..— jadea y me acerco para comerle la boca.
Sus gemidos se vuelven contantes y fuertes, cuando comienzo a moverme mas rápido, llevándonos a los dos a un viaje sin vuelta hacia el extasis.
—Oh!, Erik, ¡Si!- grita y noto sus paredes estrechandose mientras mi verga no deja de descargarse dentro de ella.—Nuestras respiraciones se regulan hasta que decido salir de su interior, sin dejar de abarzarla la dejo en el escritorio.
—Ahora dime, ¿Quién es el salvaje ahora?
Yo solo le regalé una de mis mejores sonrisas.
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AGRADEZCO DE CORAZON, SUS COMENTARIOS CONSTRUCTIVOS, ESPERO NO HABER TARDADO TANTO COMO ESPERABAN, Y DESEO QUE ESTA SEGUNDA PARTE LES GUSTE COMO LA PRIMERA.
RECUERDEN<>
TENGO UNA GENEROSA CANTIDAD DE ESTA SECUENCIA MATRIMONIAL, QUE SE DESALLORARA TANTO EN EL PRESENTE COMO EN EL PASADO.
Email + sweet.milk@outlook.es
Espero me sigan animando con sus buenos comentarios. Gracias. Kisses Hornies.