Amamos follar 1

Dulce pareja que comparte los placeres carnales

Soy una mujer totalmente afortunada, pues tengo un esposo maravilloso pues me complace en cualquier capricho, realmente lo amo casa día más.

Nuestra pasión sigue intacta, es un hombre muy atractivo y ardiente, como yo lo soy también, mi genteroso busto y ejercitado trasero lo comprueba, resultado de mi disciplinado ejercicio matutino.Me gusta mantenerme en forma para mi esposo, pueso que si no lo hiciera, muchas mujeres estaría listas para complacer a mi marido, de esa forma cuido lo mio.

Por ello, esta noche tengo una gran sorpresa. Antes de convertirme en su esposa era bailarina profesional, y esta noche lo sacare a relucir.

Me pondré mi diminuto traje, tendré que terminar mi noche para mi amor. Deje una serie de instrucciones antes de entrar a la habitación, quiere su excitación e intriga lo dominen en el momento que comience la función.Era hora y cuando escuché su voz me excité al instante, solo con el preaviso mental que tendria mucho sexo con mi marido, mi hombre, con el unico que quiero.

Fui testigo del silencio momentaneo, se abrió la puerta y divisé a mi deseable esposo con su imponente presencia, puesto desde joven ha sido un hombre admirable desde su estatura y fisico. Solo queria lanzarme sobre él y pedirle que me folllara como solo el lo hace.Me enloquece su manera de poseerme la conexión intima que compartimos en ese instante. Me buscaba a tientas, podía sentir su pesada respiración y su ronca voz perderse entre la suave musica que hacia el ambiente mucho mas terso.

—

Me buscas amor?- susurré cerca de su precioso rostro, vendado, acercandome a su torso para que hacer que me tocara, al instante enterró su cara en el hueco de mi cuello, señal de que tuvo un mal día.

—

Te extrañe bebe, fue un día muy largo. Si puediera encerrarte en mi oficina, lo haría, me serías de gran ayuda-

—

dijo mientras acariaba con su lengua un punto debil detrás de mi oreja.

Jadeé,

—

¿En que sería buena para ti?

—

inquirí, acercando mis labios a los suyos.

—

Serías mi bella distracción- declaró en el instante que su boca estaba sobre la mia, acariciandola suavamente.

—

Ya que quiero ser tu única distracción, te preparé una sorpresa

—

dije mientras deslizaba su pesada chaqueta de sus hombros y caía al suelo, prosiguiendo con quitar su corbata y dejarlo en su camisa

—

Eso suena muy bien

—

susurró con una media sonrisa.

—

Claro que sí, ahora recuestate en la cama y disfruta mi show-

—

ordené suavemente, haria todo lo posible porque sus preocupaciones volarán a un rincón muy lejano de su mente.

—

Como mande la dueña de mi corazón

—

con esa clase de palabras hacia que mi corazon diera un vuelco.

—

¿Soy la única verdad?

—

cuestioné con una pizca de nerviosismo en mi voz.

En cuestion de segundos sus labios esta sobre los mios, condenados a este desenfrenado amor, queria demostrarme con este gesto que lo era, puesto que su lengua invadia mi boca, abasallaba duramente. Sus manos vagaron de mi cuello, a mi cintura y perduraron en mis caderas, de madera que me apretaba mucho más junto a él, haciendome testigo de su total excitación. Coloqué mis manos detrás de su cabeza y jalé su cabello.

—

Joder

—

gimió

—

Sabes como me pone que me jales el cabello.

—

Si lo sé, porque te quiero tan salvaje como quieras

—

declaré colocando mis manos sobre las suyas y dejandolas en mi trasero, que apretujó fuertemente haciendome gemir, por lo cual me dio un azote.

—

Nada de gemir, eres una guarra que no puede evitarlo, cierto?

—

susuró en mi oído, siendo victima de sus sucias palabras, mordí mi labio inferior en vez de soltar un gemido.

—

Bueno, ahora así quiero ver ese show para mi

—

y dejandome totalmente anonadada se recostó en la cama y poco a poco abría su camisa para dejarme divisar su marravillos six pack solo para mi. Su bulto era muy prominente, sabía que su polla no debería estar aguantando más para follarme. Quiero llegar a esta él y chuparsela.

«

No, no, concentrate debes pensar que es el quien va a sufrir

»

Muy bien si el quiere guerra, eso tendrá.

—

Mi amor, cuando quieras puedes quitarte la venda- me posiciono en mi tubo, dandole a mi hombre el mejor espéctaculo.

—

Wowwwww, estas para comerte

—

declara mi marido, sus ojos verdes detallan cada lugar de mi cuerpo.

—

Bueno, en realidad bombón eso es lo que vas a hacer dentro poco

—

comenté guiñandole un ojo, recibiendo de el una hermosa sonrisa.

—

Eso lo sé -

—

dije pesadamente, mientras veia a mi bella mujer moverse de un lado a otro, me estaba volviendo loco su precioso cuerpo cubierto por un minusculo vestido, sus senos sobresalian y sus piernas se veían escandalosamente bien, quiero arrancarle esa ropa con los dientes y hacerla mia.

—

Antes que todo, tengo que subirle a la música sin ella, no podré hacerlo bien

—

se dirigió a su gaveta del equipo de sonido y giró suavemente la perilla, la melodia irrumpió en el espacio. Mi mujer parecia estar bailando entre nubes, dejandose llevar de su pasión; la danza, su cuerpo lo demostraba a flor de piel, queria ser sus manos para ser yo quien pudiera estar recorriendo sus curvas, sus manos tocaban sus deseables pechos, sus inciestos pezones. Queria ser cada cosa con la que ella rozaba su cuerpo. Maestramente usaba el tubo para demostrarme que movimientos sensuales incluia su baile, ademas los cachetes de su culo se movían deliciosamente en él.

—

¡Mierda! Haces esto a próposito. Eres tremendamente buena. Tengo una ganas de quitarte ese puto vestido con los dientes. Tengo tantas cosas en mente que quiero hacerte por chica mala

—

sin poder controlarme más, desabroché el botón de mis pantalones y bajé el cierre de la cremallera, necesitando encontrar algún alivio en mi comunal erección.

—

Así que, si soy una chica mala, ¿Cual deberia ser mi castigo?

—

preguntó jugetonamente, mordiendo su labio inferior y siguiendo con su mirada el mivimiento de mi mano por toda la base de mi polla.

—

Coño bebe, te haría tantas cosas- dije con dificultosa respiración, solo con tener una vaga idea

«

Muñeca, llegaría a ti, y arracanría ese vestido de tu cuerpo, y me sorprendería descubrir que tus bellas tetas están desnudas y tus pezones duros listos para darles un mordisco. Te pediría darte la vuelta y me deleitaría verte con tanga, tus nalgas saltarían de alegría cuando te brindará un azote, porque realmente sé cuanto te excita que lo haga. No pararía de hacerlo hasta dejartelo rojo. Te rompería la tanga y alistarías ese culito para mi, me introduciría en ti, te agarraría de tus generosas caderas y empezaría a embestirte duro y profundo, mientras lo hago tu gemirías, gritarías prueba de tu disfrute. Tus tetas serían mi mayor distracción, las cogería una en cada mano y escucharías tu plegaria para que acelerara mis movimientos, pero no lo haría, te dejaría rogarme, apoyarías tus codos en la pared mientras recibes gustosas mis penetraciones, gozarías como la perra que eres, tus bellas nalgas me pedirían ser azotadas a la vez que llegas al orgasmo, totalmente saciada

»

Sin darme cuenta había cerrado los ojos, al abrirlos no me soprendo verte tocandote, víctima de mis palabras.

Gimió tan fuerte enviando punzadas a mi pene.

—

Mi amor, por favor

—

suplicó.

—

Esta bien, ven y chupamela.

Su hermoso cuerpo quedó casi desnudo, a pesar de la diminuta tanga. La veía desalizarse el pequeño vestido por sus gloriosas piernas, mientras caía al suelo me humedecía los labios. Sin más preámbulos llegó hasta mi arrodillada, con sus ojos me hizo una súplica silenciosa pidiendo permiso, pero no pude articulé ninguna palabra, solo un gemido estrangulado salió, y ella lo tomó como un si.

Sus pequeñas manos acariaciaban suavemente mis piernas musculosas, hasta encontrar nuestro camino a la felicidad, sus manos reemplazaron las mias, y cuando sucedió, no pude evitar rotar los ojos, la sensación era mucho mejor, sentir sus tersias mano sobre mi verga, es fenomenal. Sus movimientos eran firmes y codiociosos, al parar un segundo abrí mis ojos y casi me corro al instante, mi pene estaba entre sus grandes pechos, seguía su marravillosa tarea de apretujarme y chuparme la punta del pene con ímpetu, quería mi esperma.

—

joder, tu lengua rodeandome la punta es fantatisco

—

le aclamé, mientras cogía su cabello y hacia profundizar su mamada, queria correrme en lo más profundo de su boca. Sus chupadas me hacian sentir cada vez mas cerca de mi climax.

—

¿Estas cerca? Quiero mi ración de leche. Te fuiste muy temprano y no me la pude tomar, cariño

—

susurró con pesar.

—

Nena, tienes una boca realmente sucia-

—

declaré con falta de respiración-

—

sigue chupandomela, hasta que te limpies de todo eso.

—

Esta bien, como ordenes-

—

dijo a la vez que sacaba mi polla de su boca y se dirigia a mis pelotas, su lengua las mojaba, utilizó su mano derecha para presionar la entrada de mi ano, en ese instante mi polla terriblemente dura estaba lista para soltar la esperma haciendome ver las estrellas, su boca en su segundo me llevó al placer, mientras descargaba toda mi leche en su garganta, se maturbaba con la esperanza de aliviar esa presión en su coñito.

—

Bombón que corrida tan rica

—

mencionó recogiendo de sus labios los restos de sus labios y sus tetas chorreadas por mi leche.

—

Te ves preciosa- le confesé, amaba esta mujer con toda mi alma.

—

Eso me lo dices mucho, cariño

—

sin darme cuenta de responderle se recostó sobre mi, y cubrió su boca con la mia. Su lengua buscaba la mia, nuestro beso era tranquilo y dulce, mis manos estaban ansiosas por estar sobre su piel, su boca me recorrió la piel de mi cuello y sin prisas continuaban besandola. Su lengua llegó a mis biceps, y lo manoseó con sus manos queriendo memorizar cada centrímetro de mi, manteniendo la postura empieza a moverse de un lado a otro sobre mi verga.

—

Charlotte! ¿Que estas haciendo?- tomé fuertemente aire por las aletas de mi nariz, mi polla no podría estar más dura, con las sobresalientes venas y mi longitud un poco encorvada

—

joder, nena.

Sus movimientos no ayudaban a bajar la calentura, seguía restregandose contra mi, mi pene rozaba contra su coñito húmedo, creía no poder aguantar más. Cuando inesperadamente cogió mi polla entre sus manos y al instante la introdujo en su interior, haciendome soltar una maldición.

—

Agarrandola fuerte del cuello, pregunté tenso,

—

¿Que fue eso?

Verla gozar tan supremamente bien, me hacia enorgullecerme, mis buenos centrimentros de verga, no eran en vano, y más cuando no tomaba precauciones antes de enterrarse en su estrecho coñito. Sus caderas encajaban una y otra vez con las mias, haciendola disfrutar. Poco a poco, fue saliendo, hasta que dio la vuelta dejandome su espalda con mi pecho desnudo.

—

Bebe, ¿Pasó algo? ¿Te lastimé?- inquirí preocupado.

Su rostró confuso me volteó a mirar.

—

No claro que no, cariño, solo quiero probar esta posición. Me gusta sentirte de muchas formas.

Sonreí ampliamente y besé su hombro desnudo mientras se enterraba mi polla en su interior.

—

Eso ya lo sé, Eres una chica muy sucia

—

mordí el lóbulo de su oreja, lo cual la excitó, porque le brindó a mi pene un dulce apretón

—

!Eres solo mía! ¿Entiendes?

—

Sí, solo tuya, lo sabes mejor que nadie- concordó suavemente.

—

Ajá, ¿Porqué carajos sigues igual de estrecha como la primera vez que te follé?

Gimió fuertemente

—

No lo sé, talvez por que tu verga no es muy pequeña que digamos

—

confesó sarcasticamente.

—

¿Eso crees?

—

dije a la vez que elevaba mis caderas y le brindé una fuerte embestida.

Gritó enloquecida.

—

No hagas tanto ruido, ¿que dirán los vecinos?

—

le comenté esperando que los aminorara, pero al contrario aumentaron sus gritos, su rico culo se movía sin parar manteniendo bien profundo mi polla en ella, parecía que hace meses no la follaba, pero solo habían pasado un par de horas, nuestro sexo la hacia insaciable, lo cual no me incomodaba en absoluto.

—

Cualquiera que te viera diría que no te follo lo suficiente!- gruñí en su oído.

—

Lo haces mi amor, es solo que no puedo parar, contigo nunca tengo suficiente

—

elevé mis manos a sus pezones y los giré entre mis dedos al instante su cuerpó se tensó, enviando fuertes espasmos a su vagina.

Su insaciable pasión me fascinaba, eso aunmentaba mi ego, mi seguridad con facilidad, su belleza sobrenatural siempre la ha hecho tan deseable a la poblacion masculina, cuando la conocí no podía creer lo que veía, su hermoso cabello castaño y ojos azules eran el contraste perfecto, añadiendo su cuerpo lleno de curvas, no habia hombre que se perdiera de esa vista celestial, era un angel, sensual e inocente, cuando se convirtió en mi novia, la felicidad no cabía en mi pecho, nuestra relación iba en buena forma, mis padres y los suyos se conocían estabamos en una buena fase, habian pasado meses y en ningun momento tuvimos sexo, cuando llegó la oportunidad ella me confesó totalmente sonrojada que era VIRGEN, yo me quedé sin palabras, no podía creer que pudiera que lo fuera, su entorno estaba repleto de hombres dispuestos, y que lo fuera tenia un pro y contra. Pero esperaría lo que fuera por ella.

—

Mi amor, pero no me dejes por favor, eres el primer hombre al que se lo digo. Y sé que al no ser una mujer de experiencia, no soy tan interesante para ti

—

declaró con su bella cara repleta de lagrimas y sozollos.

—

No muñeca, mirame a los ojos

—

pedí

—

Nunca pienses que ser viegen te hace menos valiosa, al contrario me encanta saber que voy hacer el primer y último hombre en tu vida. Te amo y eso no cambiará.

Aunque no podría decir que ahora mi mujer seguía siendo inocente, mientras la penetraba sentía su cuerpo nervioso por alcanzar el climax, y mis embestidas estaban acercandola cada vez más, cuando llego el momento dio un grito liberador dejandose caer sobre mi pecho, rendida.

Saqué mi polla de su interior y la acuné entre mis brazos, dandole un beso en la frente.

Me sentía completamente dichoso y tranquilo, y podía recordar con perfección cuando fue la primera vez que esa clase de sentimiento me invadió.

La espera valió la pena, Charlotte luego de pocos meses, preparó una gran noche, estaba solo cubierta por una pequeña lenceria, que resaltaba su desarollado cuerpo, cuando la vi de esa forma casi me corro al instante, ella superó mis expectativas no podían ser comparadas con lo que vi ese día, su cuerpo era ardiente pero su personalidad era timida, cuando solté una maldición, ella abrió los ojos y divisé su preocupación en su rostro.

—

No te preocupes por mi nena, esa maldición fue por lo fabulosa que te ves. No sabes las ganas que tengo por hacerte mia.

—

Ahhhh- toda su piel se tornó de un bello color sonrojado

—

entonces puedo decir que obtuve mi proposito

—

sonrió triunfalmente.

Rodeandola-

—

¿Puedo saber cual era tu propósito?

—

pregunté curioso, a la vez que recogia su cabello en un lado de su hombro, dejandolo desnudo, incliné mi cabeza y dejé que su delicioso olor a rosas inundarán mis fosas nasales, al dejarle besos húmedos una estremecedora corriente calentó su cuerpo, gimiendo.

—

Yo... Yo solo quería verme sexy para ti- confesó.

—

¡Dios! Claro que te ves sexy

—

la apreté contra mi, haciendole saber mi excitación

—

pero solo para mis ojos. ¿Entendido?

—

Ajá- concordó con una bella sonrisa, bruscamente se giró, quedando frente mio

—

Quiero ser solo tuya. Así que bésame.

Y sin perder tiempo, sus labios rozaban los mios timidamente, pero coloqué mi manos detrás de su cuello, y le ayudé a seguirme mi ritmo, decidido y voraz, mi boca no tomaba revancha de la suya, cuando mi lengua entró en su boca, un gemido se le escapó, a mi bella mujer, lo cual me alentó a besarla con más pasión y aproveché para monosear su fabuloso culo. Luego de unos minutos me separé con desgano para regular nuestras respiraciones, pude admirarla con sus ojos salvajes y labios hinchados.

Cuando ella intento volver a besarme, coloqué mi dedo en sus labios y una expresion de terror se reflejo en su rostro.

—

Bebe, ni siquiera consiestas esa idea. Me muero por besarte, tus labios son mi mayor adicción. Pero quiero hacerte saber, no tiene porque ser esta noche, te esperaré. No te sientas presionada. Solo quiero que estes segura de tu decisión

—

le confensé preocupado, al decirle eso su rostro se iluminó de alegría.

—

¡Te amo tanto! Tu eres mi hombre, solo quiero ser tuya, y estoy completamente segura. Ahora hazme el amor.

Mi felicidad no podría ser mayor. Esta mujer la cual amaba, queria que fuera su primer hombre y no la desaprovecharía, la besé fuertemente y cargué de sus muslos en mi cadera. Al dejarla en su cama suavemente su pequeña mano viajó a mi entrepierna y le dio un apretón.

—

Estas tan duro

—

dijo sobandome la erección sobre el pantalón, mi pene dolía de excitación por sus sucias palabras.

Rapidamente saqué por mis hombros la camiseta y dejé que sus ojos me recorriera mi trabajado abdomen, mientras lo hacia, sus dedos estuvieron sobre mis tensos bícepshasta que sus manos llegaron a la hebilla de mi correa desabrochandola y dejándome caer los jeans a mis pies.

Pude verla recostada, mordiendo su labio inferior.

—

¿Disfrutando las vistas?

—

Están muy buenas- admitió coqueta.

—

Bueno, nena yo tampoco me puedo quejar

—

sus tetas se veían mucho mas grandes y su culo se veía mucho mejor.

—

Oye! Me miras como si quisieras quitarme la poca ropa que tengo.

Sonreí de medio lado

—

Nena, ganas no me faltan- le confesé a este angel, no quería mas preliminares, así que terminé de desvestirme, al hacerlo mi verga erecta quedó a su vista, al hacerlo los ojos de mi chica se abrieron tragando saliva, creo que la impresión fue mucho más fuerte de la que me la imginaba, sus ojos buscaron los mios, y ví a traves de ellos, miedo.

—

Mi amor, tranquila, si no estas segura, dimelo ahora

—

joder creo que no sería buena idea dejarme con una ereccion.

—

Si quiero hacerlo

—

exhaló, un suspiró de alivio salió de mis labios

—

es solo que la primera vez duele, o eso me han dicho.

—

Lo se nena. Iré con mucho cuidado, y si quieres parar solo dimelo, esta bien?

—

Ajá

—

susurró insegura.

Dejé que mis labios fueron su bella distracción, mientras yo desabrochaba su sostén, y resbalaba su tanga por sus piernas. Al ver su desnudez, no pude evitar humedecerme los labios, si su cuerpo con ropa era fabuloso, sin ella era la gloria. Sus rosados pezones llamaron mi atención, era lo mas bello, estaba tan excitada que ellos eran inhiestos picos, sin perder tiempo me incliné a besarlos, chuparlos, parecia un niño en un dulcería, con mis nuevos juguetes, mientras lo hacia sus manos viajaron a mi cabellera rubia y la apretaron contra sus tetas. Sus gemidos eran gloriosos y satisfactorios, dandome a conocer que esto era su disfrute, y que solo yo era el protagonista de aquello.

Recorrí su piel hasta su coñito, y empecé a chupar su clítoris una y otra vez, por instinto quiso cerrar sus piernas, pero mantuve sus muslos abiertos mientras la torturaba con mi lengua, sus gritos ansiosos querian llegar solo al extasis, lo cual hizo luego de alejar mi cara de su precioso retoño, y dejar paso a mi polla en su vagina, ya que quería correrme solo con ella, dejé que suavemente mi errecion penetrara su interior. La escuché sisear de dolor, esperé que retomara su compostura y empecé a embestirla dulcemente, mientras ella se perdía en mis ojos verdes y yo en sus bellos ojos azules. Poco a poco fue alejandose el dolor y la incomodidad para darle espacio al placer, su cara y sus gemidos, cambiaron.

—

Esto, es lo me he estado perdiendo?

—

gimió, arañando mis espalda.

—

Si, y mucho más

—

le declaré con dientes apretados, tratando de matener mi compostura al sentir su maldita estrechez sobre mi pene.

—

Oh joder! No quiero volver a hacerlo- gritó.

—

Y yo no dejaré que lo hagas

—

concordé mientras mis penetraciones seguian firmes dentro de ella, podia seguir admirando sus tetas botar arriba y abajo, estaba tan humeda que al poner mis manos en sus pechos se resbalaban, queria sostenerlas y nunca escapar de esa nube llena de pasion,

Podía ver su boca abierta y oír sus gemidos adornar la silenciosa habitación, nuestro ritmo seguía y seguía, hacerle el amor fue la más celestial que haya hecho. No podía recordar las otras mujeres, solo era ella y yo y quería que fuera así para siempre.

Su climax no esperó y corriendonos juntos, nuestra pasión duró hasta ahora.

Quería que siguiera siendo mi ángel y yo fuera su tentación.

**Hace

año

s escribo relatos eroticos, pero es mi primera vez compartiendolos, espero que hayan disfrutado leyendolo, tal como yo lo hice al escribirlo. TENGO UNA GENEROSA CANTIDAD DE ESTA SECUENCIA MATRIMONIAL, SE DESALLORARA TANTO EN EL PRESENTE COMO EN EL PASADO.**

Email + sweet.milk@outlook.es

Espero me apoyen con sus buenos comentarios. Gracias. Kisses Hornies.