Amaia, secretaria en practicas

Amaia entra en practicas como secretaria y su jefe se convierte en su amo lo mismo que su mejor amiga.

AMAIA, SECRETARIA EN PRACTICAS

Amaia había sido contratada por un abogado a instancias de su familia. Acababa de terminar la carrera de secretariado y le habían encontrado este trabajo de secretaria en un buen bufete de abogados. Estaba encantada con su nuevo trabajo, se llevaba bien con sus compañeros y su jefe la trataba con cariño. Fuera del despacho, en su vida habitual ella acababa de romper con su novio hacía dos semanas debido a una infidelidad por parte de él pero ella ya se había repuesto.

Solía salir con sus amigas pero la verdad tampoco mucho. Había acompañado a su amiga a una fiesta un tanto especial, era una fiesta bdsm. Ella había ido solo por hacerle el favor a su amiga. Elena que así se llamaba su amiga tenía intereses en esos temas, se lo había confesado para que ella la acompañase. Amaia fuera del sexo que había mantenido con sus novios, considerando que no era una estrecha ya que había accedido a practicarles felaciones o al sexo anal sin ningún problema, de hecho el sexo anal ahora la encantaba, no había hecho ninguna práctica considerada poco habitual o parafilia.

Pero esa noche la fiesta iba a tener más importancia de la que ella creía. Fueron a la fiesta, observaron los espectáculos que se llevaban a cabo en diversos puntos del local. Tuvo que reconocerle a su amiga que le había excitado alguno de los números pero nunca creyó que tanto. Al de unos días en el despacho se tuvo que quedar media hora después de la hora de cierre para pasarle unos documentos a su jefe y que él los firmase. Era viernes y estaban solos, todos se habían ido a casa. Ella vestía un jersey negro de cuello alto, pantalón de lanilla ajustado sin quedar ceñido que hacía a su culo todavía parecer mas apetitoso de lo que era. Entró con el documento donde su jefe y se lo dio.

El lo leyó y de repente la miró de arriba abajo y la dijo de forma brusca y descortés.

No se que te han enseñado en la Universidad salvo a vestirte como una zorra barata.

Amaia no podía creer lo que escuchaba. El hombre que la decía esto era el que siempre la había tratado con sumo cariño. Era amigo de su padre. Lo que no sabía ella era que él la había visto en la fiesta bdsm y que casualmente su amiga sin saberlo ella se había entregado a aquel hombre como sumisa.

Bájate zorra los pantalones y el tanga, que seguro que llevas tanga en vez de braguitas como una putita.

Ella esta alucinando, quería protestar pero algo en su interior se lo impedía y obedeció punto por punto y cuando se quiso dar cuenta estaba recostada boca abajo sobre la mesa esperando.

El se puso detrás y la empezó a dar azotes con la mano desnuda. Ella callaba cosa que enfadó al hombre.

¿Qué pasa perra? No sabes como se comporta una sucia sumisa. Se ve que en la fiesta no aprendiste.

La palabra fiesta cruzó como un rayo su mente y entonces comprendió la situación y a cada azote respondió con un primero inaudible uno, gracias para después agradecerlos en voz alta y con orgullo de ser merecedora de los azotes de ese Amo. Luego él sacó una caña que mostró a la chica acariciándola con ella la espalda y azotándola luego las nalgas con ella hasta lograr un tono color cereza. Cuando terminó la hizo arrodillarse ante él y que abriera la boca y la penetró en la boca sosteniéndola de la cabeza y follando su boca hasta que al de unos cinco minutos que a ella se le hicieron eternos y que en los que tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por evitar las arcadas el Amo eyaculó en la boca de la chica haciendo que ella se lo tragase todo. A pesar de ello parte la cayó por las comisuras de los labios aprovechando él para recoger los restos con el dedo índice y ofreciéndoselo para que ella lo chupase.

Luego sacó de un pequeño estuche un colgante con un collar de cuero y se lo puso al cuello. Era una placa con unas letras, él la explicó que sería suyo si ella aceptaba ser su discípula y se entregaba a él. Si aceptaba eso debía de coger las bolas chinas que la dio y antes de vestirse introducírselas en la vagina y vestirse posteriormente, llamar a casa y decir que iba a dormir en casa de una amiga. El se fue al baño a lavarse y la dejó allí confundida y pensando. Cuando él volvió ella se arrodilló ante él y le besó los pies y le dijo:

Acepto lo que quiera hacer de mi y que me acoja como su sumisa.

El la hizo levantarse y que se vistiera tras meterse las bolas. Luego la besó en la frente mientras ella le decía que la llamada a casa no hacía falta porque sus padres no estaban y además iba a pasar el fin de semana en casa de su mejor amiga y que a ella ya la llamaría luego. Ella le dijo que eso si que tenían que pasar por casa a por ropa pero Fernando la dijo que no era necesario que lo tenía pensado todo.

Amaia todavía se sorprendió más pero obedeció, estaba sumamente excitada. Bajaron al garaje, montaron en el coche de él y condujeron hasta el chalet que el abogado tenía a las afueras. Entraron a la casa y cuando abrieron la puerta Amaia recibió el mayor susto de su vida pero también el más excitante y placentero. allí de pies vestida solo con un delantal estaba su amiga. Amaia nunca había verdadera atracción por las mujeres pero desde hacía poco a veces sentía curiosidad y navegaba en paginas de internet de temática les.

Antes de que pudiera decir nada el Amo la agarró del cuello y la obligó a arrodillarse y a besar los pies de su amiga. Luego la ordenó a Maria que llevara a Amaia al baño y la rasurara el pubis para dejarla como a él le gustaban las perritas con una depilación brasileña. Maria obedeció y llevó a su amiga al baño. Cuando estaba rasurándola vió como el coño de la chica estaba muy mojado y como el cordón de las bolas estaba empapado. Para poder hacer mejor su labor la sacó las bolas chinas pero lo hizo muy lentamente llevando a Amaia al borde del orgasmo para luego pellizcarla y evitar que se corriera.

Luego la llevó a la sala donde les esperaba el Amo y la colocó a cuatro patas sobre la mesa baja con el culo en pompa. Maria se puso de pies al lado con las manos a la espalda y la mirada en suelo.

Prepara el culo de esta zorra para que me la pueda follar sin problemas.

Maria cogió un tubo de vaselina y untó el ano de la sumisa de manera abundante y la colocó un plug en la entrada y lo empujó dentro hasta que quedó colocado de tal forma que lo podía inflar sin problemas. Lo dejó allí inflado diez minutos mientras ella mamaba la polla de Fernando consiguiendo una gran erección. Seguidamente retiró el plug y el Amo montó a la sumisa follandola con todas su fuerzas a la vez que Amaia tenía que comerse el coño de María y ella era penetrada vaginalmente con los dedos del Amo. El sabía lo que hacía ya que variaba el ritmo acelerando a veces como un semental para después hacer las penetraciones más profundas y haciendo coincidir el orgasmo de la chica con su eyaculación.

Cuando terminó se fue a lavar y a la cama y a ellas las dejó que recogieran todo, se ducharan y se fueran a dormir, tenían la noche libre pero debían de dormir juntas y bien que aprovecharon la situación.

Este es un relato imaginario pero va dedicado a una buena amiga mia de cierta ciudad Venezolana que me le pidió.

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