Ama de leche

Conozco una chica y vivo una fantasia alucinante que no me lo voy a olvidar en mi vida.

AMA DE LECHE

Por lo general, mis experiencias sexuales no son algo de lo que uno pueda vivir jactándose delante de sus amigos. He tenido una o dos excelentes mujeres, con las cuales he satisfecho buena parte de mis ocultas fantasias. Sin embargo, me causan gracia esos tipos que viven hablando de sus aventuras eróticas con la vecinita de enfrente o de aquella vez que descubrieron (con gran deleite) que la separada del 5ª B había decidido mostrarse "cariñosa" en el ascensor justo un día en que no llevaba puesta la ropa interior. Dije que me causan gracia. Debí decir que me causaban, tal vez porque nunca pense que alguien podía vivir una aventura de esa naturaleza o porque, hasta ahora, siempre había pensado que el sexo se reducía a solo dos cosas: penetrar (por donde sea) y succionar o lamer. Pienso que esta es una manera un poco dulce de decir que mi vida sexual siempre ha sido algo sumamente "normal". Por lo menos, así era hasta hace un par de meses atrás.

Estando de vacaciones en Brasil, algo aburrido, decidí visitar uno de los tantos cabarets donde se realizan strip teases masculinos.No me entiendan mal.Mi idea era tomar un par de tragos y no precisamente mirar el show. Por otra parte, no me atraen los espectáculos donde algunos muchachitos, ataviados únicamente con un slip, menean su trasero delante de los ojos enloquesidos de varias damas. Si fui, era justamente por esas damas que se acercan hasta allí para buscar nuevas experiencias.

Había entrado en el cabaret alrededor de los diez y media de la noche y directamente me senté en la barra, como para observar el ambiente. Vi a Irene casi inmediatamente después.

Era imposible dejar de reparar en ella. Era verdaderamente hermosa, con el cabello largo, negro, y ondeado. Sus ojos eran celestes, pero lo que más me llamo la atención fueron sus pechos, indudablemente grandes, hasta un punto que parecían querer rebasar el amplio escote de la remera. Sus pezones estaban nítidamente marcados contra la fina tela de algodón, grandes y oscuros. Ella estaba sentada a una mesa junto a tres amigas, evidentemente aburrida, mientras las otras tres chicas reían y amenazaban con sacarle el slip al muchacho que hacia un show delante de sus narices.

No supe su nombre hasta mas tarde. Miraba fijamente su "Bloody Mary" y, por lo que se veía, el espectáculo no le interesaba en lo mas minimo. Sé de varias mujeres que, estando en esa situación, son presa fácil de algún aventurado que intente acercarse, pero me daba la sensación de que Irene no era de ese tipo. Un par de veces dirigí la vista hacia su mesa. Sus tres amigas apenas si se percataron de que las estaba observando, pero la morena ojiazul, a pesar de su rostro aburrido, contesto mi mirada en mas de una oportunidad.

Después de un par de números, el ambiente se inquieto un poco. Me arme de coraje( fortificado después de unos cuantos whiskys) y les pregunte si podía unirme a ellas. La mayor de las cuatro respondió:

"CLARO, QUERIDO.SOS EXACTAMENTE LO QUE ESTABAMOS ESPERANDO". Tome una silla y me senté.

A los pocos minutos ya sabia sus nombres. Muy pronto olvide todos excepto el de Irene.Por varias horas, mientras sus tres amigas reían y hablaban con los bailarines, ella y yo charlábamos en voz baja, tratando de hacernos oír por encima de la musica. La conversación en rigor de verdad, fue bastante estupida."¿ES LA PRIMERA VEZ QUE VENIS?""; ¿ EN QUE TRABAJAS?" Y ese tipo de cosas. En realidad no era lo que decíamos sino como lo decíamos, no sé si soy claro. Parecía que nos estabamos haciendo el amor con el pensamiento. Irene era bastante callada, pero tenia el cuerpo más excitante que yo había visto en largo tiempo. Finalmente, le propuse que nos fuéramos juntos en lugar de acompañar a sus amigas. De cualquier manera, ellas nunca habían notado que nos íbamos, tan ocupadas como estaban, mirando a los chicos que hacían strip tease. Apenas salimos a la calle, me toma del brazo, apretando sus pechos contra mí. Eso era muy bueno y prometedor….

Llegamos a mi auto y abrí la puerta de su lado para que entrara. Ella pasa sus brazos alrededor de mi cuello, apoyando nuevamente sus senos contra mi pecho. Realmente era una sensación inigualable, llenos y suaves, con el grado justo de firmeza. Me beso suavemente, dejando que sus labios tocaran tiernamente los mios. Cuando comencé a respondes, abrió ampliamente la boca deslizando su lengua sensualmente contra la mía.

Subimos y nos fuimos. La actitud de Irene fue algo cautelosa. Se sentó y apoyo sus manos cruzadas sobre la falda. Encendió la radio y surgió una vieja melodía de Los Beatles.Mantuvimos una pequeña conversación hablando absolutamente de todo excepto de lo que ocupaba nuestra mente: sexo. Cantamos juntos ese tema y algunos otros que vinieron despues. Finalmente llegamos al departamento que yo alquilaba durante mis vacaciones.

Apenas entramos, ya nos estabamos desvistiendo. Antes de que me hubiera quitado el saco, ella bajo el cierre de mis pantalones y saco lo que más quería en ese momento. Me quite la camisa mientras ella lo introducía en su boca cálida y humeda. A esta altura, mi sexo estaba endurecido como una roca pero ella lo rodeaba en toda su longitud sin ninguna dificultad.

Esta dama, de aspecto callado y tímido, estaba probando rápidamente que era una experta a la hora de hacer el amor, pero eso no era todo. Una vez que me hube sacado mis ropas, prontamente y le quite las suyas fuimos a la cama. Estabamos demasiados hambrientos uno del otro como para perder el tiempo en preliminares; me tendi en la cama y deje que ella se sentara encima mio.

Mi pene penetra fácilmente en su vagina y ella comenzó a moverse de arriba hacia abajo sobre él. Fue en ese momento que note lo hermosos que eran sus pechos. Eran largas e inusualmente firmes, con pezones oscuros y de casi seis centímetros de ancho.

Mientras Irene continuaba moviéndose, tomo mis manos y se las puso sobre sus inmensos pechos (¡cómo sí precisara que me lo pidiera!).Comenzó a rotar la cintura, gimiendo como si estuviera en el séptimo cielo. Por mi parte, apreté sus pechos con frenesi. Quede estupefacto cuando dos gruesos chorros de leche tibia brotaron de ellos, cayendo sobre mis hombros y mi rostro.

Quede sorprendido en un principio. Hasta ese momento, nunca había sabido lo que eran dos senos llenos de leche. Cuando uno vive experiencias como esa, es muy chico como para poder disfrutarlas. Mire fijamente a Irene, más ansioso que enojado. Ella noto que había un problema y detuvo un poco su movimiento, balancendose aun conmigo adentro de ella. Después tomo los pechos en sus propias manos y los apreto. La leche broto salpicando casi todo: Mi cara, la almohada, ¡inclusive la pared detrás de la cama! Todos los pensamientos y preguntas que hasta ese momento me habían surgido en la cabeza, desaparecieron rapidamente. Deje la boca abierta e Irene, como si tomara puntería, tiro dos chorros de liquido tibio y dulce contra mi lengua. Ese fue él epilogo, comencé a llegar al clímax mientras eyaculaba intensamente en su interior y ella gritaba y se retorcía de placer en su propio orgasmo.

Permanecimos en silencio algunos minutos. Jamas en mi vida había experimentado una relación como esta, y mucho menos había imaginado una fantasía asi. Rodé en la cama y puse mi boca sobre uno de sus pezones, circundándolo con mi lengua y mordiéndolo suavemente. Irene comenzó a excitarse y apoyo su pubis contra mi pierna. Introduje una buena parte de su pecho en mi boca y succione fuertemente. La leche broto tan libremente que inundo mi garganta, resbalando por sus curvas. Mi lengua pronto limpio él liquido.

Después de unos instantes, ella me puso de espaldas mientras me besaba todo el cuerpo aproximándose hasta mi sexo que, por entonces, se había puesto rígido nuevamente. Se lo coloco dentro de la boca por un momento y luego empezó a pasar su lengua por mis testículos, aveces llevándolos dentro de su boca y succionando con tremenda suavidad. Sin una palabra se coloco sobre mí y metió mi pene entre sus magníficos pechos, moviéndolo con ligereza.

De pronto, Irene se dejo caer sobre un lado y, tomando su seno izquierdo, lo apretó dirigiendo la leche hacia mi sexo, que pronto estuvo empapado del liquido espeso. Nuevamente subió sobre mí, pero ahora comenzó a frotar su clítoris, dirigiendo el flujo, algunas gotas de mi propio semen y la leche que aun me mojaba, directamente hacia su trasero. Totalmente excitada, tomo mi pene con una mano y lo empujo firmemente por atrás. Lentamente lo introdujo por completo en su trasero, mientras grunia y gemía como una gata en celo. Sus músculos en esa zona eran tan tiesos que por momentos sentí que, si seguía moviéndose, lo arrancaría de raiz. Ella giro colocando sus pechos contra mi rostro. Mi boca fue directamente hacia uno de esos pezones y chupe como si no hubiera tomado nada en varios días.

Aquel fluido maravilloso continuaba surgiendo, llenando mi boca y haciendo crecer mi excitación.

Hubiera querido que esa sensación durara para siempre, pero en un instante supe que no podría seguir mucho tiempo más. Eyacule por segunda vez, con un placer aun más intenso que en la primera, todavía con uno de sus pezones acariciado por mi lengua. Irene también alcanzo otro orgasmo, hundiendo aun más mi pene entre sus nalgas, como si quisiera tener hasta mí ultima gota de pasión.

Después, mientras descansábamos, supe la verdad. Irene me contó que había dado a luz hacia solo un par de semanas y que su compañero estaba bastante disgustado con la idea de hacerle el amor mientras amamantaba a su hijo. Le conteste que yo no tendría problemas en continuar ocupándome del liquido sobrante mientras durara, pero, a pesar de mi urgencia, ella apenas sonrio. Me dijo que esta seria la primera y la ultima vez. Permanecimos allí algún tiempo, besándonos y acariciandonos. Al cabo de un rato tuve otra erección y comenzamos todo nuevamente. Sus pechos continuaron ofrendándome leche a lo largo de toda esa noche de sexo absoluto.

Nunca volví a verla. Antes de terminar mis vacaciones, volvi una o dos veces mas al club pero solo vi a sus amigas. De todas maneras, la fantasía me ha quedado. Cada vez que estoy con alguna mujer, siento que al tocarle un pecho otra vez veré aquel liquido tibio surgir como de un surtidor.

FIN

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO Y QUE LO DISFURTEN COMO YO

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