Alyson
Como se dieron por fin las cosas para conocer a la mujer de mis sueños.
Una llovizna suave pero persistente de esas que te dejan empapado sin darte cuenta, por fin la bella voz se iba a materializar en un cuerpo, llegue con 15 minutos de antelación. De repente ahí esta se acerca a mi y reconozco esa figura vista en algunas fotos, pantalón lycrado azul rey, chaqueta grande y con la capucha puesta y sobre todo una enorme sonrisa nerviosa.
-Augusto que alegría tenerte frente a mí, fue su saludo
Me quede de piedra, que nena tan deliciosa, mas allá de mis más locos sueños, me acerque para darle un besito en la mejilla, pero ella sin dudarlo me dio sus labios, le acaricie la mejilla y sentí su piel, tibia y suave, ella tan solo cerro los ojos como si sintiera temor de lo que yo pudiera decirle.
- Hola princesa por fin nos vemos, eres preciosa tus fotos mienten se sonrojo.
Empezamos a caminar hacia su apartamento muy animados y hablando de muchas cosas por fin nos detuvimos frente a una casa grande, me miro con esos ojazos cafés y me dijo:
- Te presento mi casa sigue de ahora en adelante será nuestro refugio y sonrió dulcemente.
Entramos y subimos por una larga escalera, mis ojos no se podían despegar de la redondez de sus caderas, - dios mío que trasero llegamos a su apartamento pequeño, dos habitaciones y un estudio, una cocina, la salita, todo muy pulcro y ordenado, ahí estaba el sofá donde tantas veces me imagine sentado a su lado y haciendo tantas y deliciosas cosillas, nos quitamos las chaquetas y por poco mi corazón se detiene al ver esos pechos, no había escote pero la camiseta era tan ajustada y tan corta que no cabía la imaginación, no dejaba de mirarle el abdomen, ese ombliguito para comérselo y ella cada vez mas sonrojada sencillamente deliciosa-
- Quieres que te prepare algo caliente?
Fue su pregunta y no pude imaginar en ese momento nada mas caliente que su cuerpo, se dirigió a la cocina y la seguí, la observe un momento de arriba abajo y no estoy seguro si me vio o se hizo la desentendida, me acerque despacio, se quedo quieta, respiraba cada vez más rápido, anhelante rodee su cinturita con mis manos, suspiro, me pegue bien contra ella dejándole sentir mi cuerpo...
Ella volteo a verme y sin mediar una palabra acaricio mis mejillas me rodeo con sus brazos por el cuello, yo la abrace por la cintura apretándola fuertemente contra mi... suspiraba y me aferre a su boca como si me fuera la vida en ello, nuestras lenguas se enredaban en una deliciosa lucha donde no había vencido ni vencedor, mis manos volaron por su piel y no dejaba de repetir su nombre, música celestial para mis oídos, Alisón, mi Alisón la alce y la lleve al sofá, donde la recosté y me dedique a besar su cuerpo por encima de la ropa, sin afán, sin prisa, se sonreía y jadeaba feliz y entregada.
De un momento a otro se puso de pie y cuando estaba sentado observándola muy detalladamente me dijo q le quitara los zapatos... yo la miraba fijamente a los ojos, dio unos pasos hacia atrás y se paro dándome la espalda, lentamente se quito primero la camiseta, después se desabrocho el sujetador y deslizo muy lentamente su pantalón ajustado que marcaba sus caderas hacia abajo, dejando sus braguitas negras al descubierto, mis manos sentían tantos deseos de tocarla de sentir su piel y no las detuve las deje volar, me acerque a ella y la bese en el cuello y la espalda la recorrí con mi lengua, sentía como se estremecía, deslice una mano por dentro de sus braguitas para sentir su humedad, separo las piernas un poco para darme el placer de tocarla y sentirla mía por primera vez.
Ella muy suavemente tomo mi mano y volteo a verme, sin que yo dijese nada lamió mis dedos impregnados de su sexo, me llevo lentamente al sofá y me quito la camisa mientras sus dulces labios me besaban con pasión, me pidió q me sentara en el sofá y ella muy provocativamente se sentó sobre mi, sujetando con sus manos sus grandes y duros pechos los junto y los llevo a mi boca y pude saborear esos deliciosos pezones con los que tanto soñé, los lamí, los saboree, hale con mis dientes haciéndola gemir y gozar, ella sudorosa por tanta excitación vibraba a cada caricia mía, mi pene encerrado en su prisión pedía toda su atención.
Al verme tan ansioso recorrió con sus labios mi piel, degustando, lamiendo, mi pecho mientras con su mano acariciaba mi miembro por encima del pantalón y se quedo frente a mi de rodillas, me pidió que me pusiera de pie, mientras desabrochaba mis pantalones y me los quitabas junto con mi ropa interior...dejando al descubierto mi grande y grueso pene.
Exclamo un ¡ohhh! de admiración lo tomo en su mano y suavemente dejo libre la roja y brillante cabeza acercándolo a su boca y lo acaricio con la lengua, sentí que un corrientazo recorrió todo mi cuerpo, su lengua se deslizaba de abajo hacia arriba hasta llegar a la cabecita húmeda donde lo chupaba con gran pasión una y otra vez, la observe con deseo de poseerla y vi como mi miembro entraba en su boquita totalmente y ella con esas ganas incontrolables lo apretaba con los labios, después bajo con su lengua en busca de mis testículos y se los comió a bocaditos con su mano delicada lo apretaba y con su mirada me decía que era completamente suyo..
He de decirles que lo disfrute tanto que sentí como si el tiempo no existiera, cada instante junto a ella me parecía la mas excitante experiencia que jamás había vivido con ninguna mujer; después de dejarla durante mucho rato disfrutarlo, se acerco a mi oído y con un susurro me dijo que podría pedirle lo que se me antojara que ella me complacería, y pensé en tantas deliciosas formas de disfrutar su hermoso y calido cuerpo, le pedí entonces que se colocara en cuatro patitas y lamí su deliciosa vagina pasando mi lengua de arriba abajo por toda su húmeda rajita, era sencillamente delicioso escucharla gemir de placer y deseo de que la penetrara.
Acaricie su trasero con mi lengua mientras metía mis grandes dedos en su calida vagina, ella me pedía casi a gritos que la hiciera mía, coloque mis manos en su cadera y dirigí mi pene a la entrada de su caliente y jugosa rajita, me quemaba el deseo pero frote la cabeza por toda su vagina sin penetrarla, arrancándole suspiros de placer, vibraba, suspiraba, le metía solo la cabecita y me retiraba, me encantaba esa dulce tortura, mis manos ensañadas en sus nalgas apretándola dejando marcados mis dedos en su piel, de repente me grito suplicante -clávamela, clávamela por favor mi -, y sin previo aviso, sin darle tiempo de terminar la frase se la clave hasta el fondo de sus entrañas, grito de placer y dolor pidiéndome más y más que se lo metiera con más fuerza
Me empecé a mover suave al principio pero el calor del momento no me dejo seguir así y afianzándome en su hermoso y delicioso trasero, me dedique a clavársela sin temor, sin pausa, sin compasión, no se cuantos orgasmos le provoque pero no dejaba de correrse de pedir mas y mas... mientras yo deslice mis manos por su cuerpo estrujando sus grandes pechos y sus ricos pezones.
Metí dos dedos en su estrecho trasero, apenas suspiraba de placer, ya sabia lo que seguía, tan solo dijo: - ten cuidado hace mucho que n............-, su frase fue cortada de un solo golpe con mi miembro......... que se abría paso en su trasero lo absorbió todo, mientras gemía empujaba su cadera hacia atrás le dije: -lo querías todo anda date gusto, déjame penetrarte hasta el fin, siéntelo todo tuyo-
No dejaba de gritar sus orgasmos se sucedían, yo también llegue al punto de no retorno, mi pene se hincho, lo sentí mas grande y mientras se lo metía enterito deslice mi mano por su vientre y acaricie su clítoris grande exploté llenándola de tibia y abundante leche que salía y bajaba por sus muslos, aun seguí dándole cintura, no lo podía creer tenia una tremenda hembra a disposición y con ganas de seguir.
Caímos rendidos mi pene aun dentro suyo y mis manos en sus pechos, dormimos no se cuanto tiempo y al despertar los besos húmedos y deliciosos se sucedieron, me tomo de la mano, nos dirigimos al baño para tomar juntitos una rica y reconfortante ducha.
Una vez sintiendo el agua caer en nuestros cuerpos ella de espalda a mí y recostada en mi pecho, con su trasero pegadito a mi grueso pene, mientras yo acariciaba todo su hermoso cuerpo y besaba su cuello .
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