Alumnos de Intercambio

Cuando sentí a los dos dentro mío no puedo describir como me sentía, pensaba que iba a explotar de lo caliente que estaba, comenzaron a moverme entre los dos mientras Patrick aprovechaba de lamer mis senos. Sentía que estaba en el septimo cielo, esa noche había tenido más orgasmos que en toda mi vida y seguía corriéndome.

Tenía 22 años y estaba en cuarto año de la universidad. Justo en ese año llegó un chico alemán de intercambio, se llamaba Joseph. Era alto, rubio y de ojos azules, la verdad es que era guapísimo y mi mejor amiga comenzó una relación con él. Cuando Joseph llevaba 3 meses en Chile, llegó otro alemán a la universidad aunque a otra carrera, no se conocían pero con un tipo de solidaridad patriota Joseph lo incluyo a nuestro grupo de amigos. Su nombre era Patrick y a mi gusto era muchísimo más guapo que Joseph: igual de alto, pelo oscuro y tez blanca, mucho más grande corporalmente que el novio de mi amiga. Un día por coincidencia a Patrick le tocó una clase de formación general con nosotros. Llegaron las pruebas y como lo hacíamos para todos los ramos nos juntamos a estudiar Cecilia, mi amiga, Joseph y yo. Llegaron a mi casa temprano, nos dedicaríamos el fin de semana a estudiar aprovechando que mis padres se iban fuera de Santiago. Cecilia se fue más temprano a mi casa como de costumbre y cuando llegó Joseph la sorpresa era que traía consigo a Patrick. A penas abrí la puerta ambos me sonrieron, Joseph porque sabía que me encantaba Patrick y este último como un gesto de cordialidad.

  • Invité a Patrick espero no te molesté – me dijo Joseph.

Los hice pasar y nos tiramos en el living a estudiar. Ya era de noche cuando decidimos pedir una pizza y hacer un pequeño recreo para compartir unas cervezas. Estábamos bien avanzados en la materia así que alargando el break abrimos un tequila que tenía guardado mi papá. Limón y sal y comenzaron los golpeaditos, jugando al "siete". Cecilia que nunca había sido muy buena para las matemáticas fue la primera en retirarse del juego y se dedicó a mirar como nosotros seguíamos jugando. Cuando terminamos la botella, miramos a mi amiga y estaba durmiendo.

  • Vamos a acostarla – dije yo que estaba demasiado ebria- mejor mañana seguimos estudiando

Joseph levantó a Cecilia y la fue a dejar a mi pieza, Patrick y yo nos quedamos en el living hablando de lo ebrios que estábamos. En eso volvió Joseph

  • Pensé que te acostarías a dormir con ceci – le dije yo mientras Joseph se sentaba al otro lado mío
  • Ah, porque? Quieren estar solos? – me respondió subiendo y bajando las cejas.
  • No estaría mal – le dijo Patrick y yo lo miré impresionada
  • No te hagas – me dijo Joseph – no te habías dado cuenta acaso que Patrick te tiene ganas?
  • Joseph! – le dije enojada y muerta de vergüenza. Patrick se sentó en el sillón, porque antes estaba en el suelo y me dio un beso que me dejó a mil.
  • Uuu – dijo Joseph – creo que de verdad me iré a acostar
  • Que ridículo – le dije mientras me acomodaba en Patrick – si podemos seguir conversando los tres – ellos se miraron y se rieron, se dijeron algo en alemán y yo les hice entender que no comprendía nada y Patrick me volvió a besar.

Sacamos cartas y nos quedamos jugando al nervioso pero con penitencias. Los besos entre Patrick y yo eran más seguidos y más intensos, cuando Joseph no estaba atento incluso las caricias de Patrick subían de tono. Joseph decidió ir al baño y Patrick y yo nos seguimos besando en el sillón, él me pasaba las manos por las tetas y el culo sin ningún tipo de remordimiento y a mi me tenía a mil. En eso llegó Joseph y después de bromear por la interrupción volvimos los 3 al sillón, así mismo las penitencias fueron poniéndose más cachondas. Perdí yo, ya que mis reflejos estaban cada vez más lento y Joseph me pidió un baile sensual a Patrick, sin necesidad de sacarme la ropa ni que él me tocara, solo un baile. Pusimos música, no demasiado alta para no despertar a Ceci y comencé con el baile

  • Si que te mueves bien – me dijo Patrick estirando las manos para tocarme, pero Joseph se las afirmó quedando también como espectador principal. Terminó la canción y cuando me fije, los dos estaban erectos, me reí internamente pero no dije nada.
  • Voy al baño – dijo Patrick
  • Crees que no sé a lo que vas? – dije yo totalmente desinhibida. Patrick me miró sorprendido y yo le hice con un gesto que mirara su erección, era algo obvio – no deberías ir solo – le dije parándome para acompañarlo y ya totalmente liberada
  • No es justo . dijo Joseph – yo estoy igual
  • Ah no – dije yo entendiendo a que se refería – olvídalo, tu tienes novia
  • Una paja y nada más – me dijo casi implorando Joseph, yo miré a Patrick y él volvía a sentarse al otro lado mío en el sillón. No lo pensé mucho y le desabroché el pantalón al novio de mi amiga. Le saqué el pene y estaba bien dotado, comencé a masturbarlo y sentí las manos de Patrick en mis tetas, me voltee un poco para besarlo y él me tomó una de mis manos y la llevó a su entrepierna. Ahora entendía porque me gustaba tanto, estaba muy sobre el promedio. Y comencé a masturbar a los dos
  • No puedo creer que estoy haciendo esto – dije mientras los masturbaba
  • Yo tampoco puedo creer que esté pasando – dijo Joseph, mientras Patrick me sobajeaba yo lo besaba sin desocupar mis manos, de pronto sentí otra mano en mis tetas, era Joseph que me miró como pidiéndome permiso, me quise negar pensando en mi reputación, pero a esas alturas que más daba. Patrick comenzó a meter mano por mi conchita y me calentó de sobremanera. Me paré y me arrodille para comenzar a mamarle a Patrick, antes de que pudiera comenzar Joseph me estaba sacando la polera y me tenía las tetas por encima del sostén. – Tienes las mejores tetas del mundo… y el culo? – decía mientras me agarraba con sus dos manos mi culo.

Empecé a chuparle a Patrick y Joseph se instaló al lado mientras lo masturbaba, la verga de Patrick era exquisita, después me fui a mamarle a Joseph. Él era un poco menos delicado y casi me follaba la boca. En eso estaba cuando sentí a Patrick subiéndome la mini con la que andaba, empezó a masturbarme mientras me tocaba entera. Me sacó la tanga y me abrió las piernas, puso su cabeza debajo de mi concha y comenzó a lamer. Yo bajé un poco de altura para quedar más cómoda y seguir mamándole a Joseph pero disfrutando la lengua de Patrick. No lo podía creer, nunca había me había sentido tan puta, pero estaba dejándome llevar. Joseph le dijo algo a Patrick y Joseph me levantó del suelo para que me sentara en su verga. No quería pensar en que estaba a punto de follarme al novio de mi amiga. Me senté sobre él suavemente y podía ver su cara de placer mientras sentía como se iba introduciendo lentamente. Comencé el movimiento y él me besaba las tetas y nos dimos un bar de besos, solo hasta que de un tirón de pelo Patrick me dirigió la boca hacia su verga. Eso me había dolido, pero me lo merecía, me estaba comportando como la perra más grande del mundo, yo me concentré en la mamada y la penetración la controlaba Joseph, cada vez iba más fuerte y me costaba mantener la verga de Patrick en la boca, pero lo intentaba con todo mi esfuerzo. Volvieron a hablarse en alemán, yo estaba a punto de acabar cuando Joseph me sacó la verga salió de debajo de mí y Patrick me acostó sobre el sillón con las piernas abiertas, lo rodee con mis piernas para que me penetrara pronto y al fin me dejara terminar, pero el maldito mantuvo su la punta de su verga en mi entrada.

  • Cambié de opinión, date vuelta – le hice caso y me di cuenta que no había cambiado de opinión en cuanto a la posición, sino que en cuanto al agujero.
  • No – le dije – por ahí no, soy virgen
  • Vamos Alicia – me dijo Patrick – no te va a doler
  • No y punto o esto se acaba aquí – estaba parándome, pero Patrick me sujetó y me metió toda su verga por la vagina de un viaje, como era más grande que la de Joseph me dolió, pero eso no detuvo mi placer. Joseph puso su verga frente mío y seguí chupándola. Joseph se masturbaba mirándonos, Patrick comenzó el mete y saca más fuerte hasta que al fin llegué al orgasmo y un par de minutos después, Joseph y Patrick. Quedamos los tres en el sillón agotadísimos, yo me volví acomodar la falda y recogí mi ropa – Me voy a acostar – anuncié y me dirigí a la pieza de mis padres, Patrick me siguió.
  • Supongo que me dejaras dormir contigo – me dijo tomándome por la cintura y besándome, yo asentí y él sin soltarme me levantó un poco, yo me abracé con mis piernas a su cintura y me llevó a la cama. Nos comenzamos a besar nuevamente y la erección no se hizo esperar – espera – me dijo y se paró a cerrar la puerta. Volvió y comenzamos nuevamente a acariciarnos, volvimos a quedar desnudos y Patrick me penetró, estuvimos un rato así y después me cambié de posición quedando yo arriba, cabalgándolo, cuando comencé a sentir que tenía un dedo que jugueteaba en mi ano. No me dolió e incluso era agradable, así que seguí con los movimientos. Dos dedos e incluso tres, entendí lo que intentaba hacer pero solo me deje llevar, me dio vueltas y me dejo en cuatro patas y él detrás de mí – No te va a doler
  • Patrick la tienes muy grande me vas a romper mi pobre culito –

En realidad quería experimentarlo, pero el hecho que fuera Patrick el que lo hiciera me daba pavor, necesitaba algo más normal. Patrick untó su verga por mis liquidos y apuntó a mi culo, sentí como apoyaba la punta en la entrada y como empujaba de a poco. Me doliía y aguanté lo que más pude

– no puedo, me duele demasiado – le dije

Patrick se levantó y entró al baño de mis padres, hasta que regresó con un pequeño tubo de lubricante, se echó un poco en el glande y comenzamos de nuevo el intento, el juego de tenerlo atrás intentando desvirgarme el culo me comenzó a excitar notablemente y lo único que quería era que lo hiciera de una vez.

– Maldición hazlo de una vez – le grité y me la metió hasta el fondo, me saltaron un par de lágrimas

  • Te hice daño
  • Mierda si duele
  • Tu lo pediste
  • Deja que me acostumbre
  • Esto se siente genial – me dijo y empezó a menearse suavemente, al principio me ardía pero después comencé a agarrarle el gusto y el movimiento era más violento. – nunca había desvirgado un culo – me decía mientras se movía, me agarraba el pelo y me lo jalaba yo estaba comenzando a disfrutar cuando se abrió la puerta y vimos que era Joseph
  • Hijo de puta – le dijo a Patrick, que lo ignoraba – le rompiste el culo y no me avisaste – Joseph se estaba sacando la polera y se bajaba los pantalones, llegó y se puso de rodillas frente mío – chúpamela zorrita, yo no me quedo fuera de esto- comencé a hacer lo que me pedía hasta que Patrick se fue dentro mío. Yo estaba que ardía, así que dejé de chupársela a Joseph
  • Sigue con lo que Patrick dejó – le pedí y él no se hizo de rogar. Con Joseph si se sentía rico, porque Patrick la tenía demasiado grande. Esta vez la que se movía era yo, Joseph me sujetaba de las caderas y de vez en cuando me la clavaba con fuerza.
  • Tus vecinos querrán verte – me dijo Joseph y nos paramos juntos hacia la ventana, me apoyó contra ella y me abrió de nuevo el culo.

Oh que bien se sentía la ventana fría contra mis senos. Patrick comenzó a calentarse de nuevo y cuando ví su pene erecto pensé que eso jamás iba a terminar. Comenzó a masturbarse para reaccionar más rápido y llegó a mi lado para que lo ayudara, así que mientras Joseph me cogía por atrás contra la ventana masturbaba a Patrick que se puso delante de mí y comenzó a besarme, se dijeron algo entre ellos y Joseph sacó su verga de mi culo. Patrick me subió en sus brazos y me penetró por delante, cuando se hubo acomodado, Joseph se acercó por atrás.

  • No me van a coger los dos al mismo tiempo – dije, pero ya era muy tarde, la verga de Joseph estaba en la entrada de mi ano.

Cuando sentí a los dos dentro mío no puedo describir como me sentía, pensaba que iba a explotar de lo caliente que estaba, comenzaron a moverme entre los dos mientras Patrick aprovechaba de lamer mis senos. Sentía que estaba en el septimo cielo, esa noche había tenido más orgasmos que en toda mi vida y seguía corriéndome. Después cambiamos de posición, pero esta vez en la cama. Estaba agotadísima, a esas alturas solo quería que ambos se corrieran, pero seguían y seguían. Hasta que sentí a Joseph correrse en mi vagina y segundos después a Patrick. Cuando ambos se salieron yo chorreaba semen por mis piernas. Debí esperar un rato, para poder levantarme a limpiarme y cuando volví a la pieza los dos estaban acostados. Gatee hasta llegar al medio y ambos me besaban la boca y los senos. Así nos quedamos dormidos, hasta que al otro día sentimos que se abría la puerta. Todos miramos y era Cecilia que nos miraba asombrada, después de eso. Joseph, Patrick y yo no nos separamos hasta que ambos debieron irse de vuelta a Alemania.