Alquiler de renta
Buscando cuarto de renta me encuentro con un par de malosos que me hacen ver el cielo
Que tal amigos han pasado ya muchos años desde que dejé de escribir jaja pero les cuento que ya me casé pero yo sigo viviendo mis aventuras ahora con mi esposo... Hace unos días buscábamos un cuarto para rentar y mudarnos lo más pronto posible, pero no hallábamos ninguno que nos gustara, pero la renta sale muy cara.
Una persona nos dijo que en la calle de Moneda había algunas vecindades con cuartos en renta, y nos fuimos para allá. Vimos uno, dos cuartos... y nada. Así que como ya era tarde y estábamos cansados de caminar todo el día, sobre todo con tacones, decidimos descansar un poco. En eso pasa una señora y le preguntamos donde estaba la tienda, y nos dice que en la esquina, damos vuelta a la izquierda y de ahí de frente y luego vuelta a la derecha... le dije a mi esposo ve tú, yo estoy cansada aquí te espero y se fué.
No pasaron ni dos minutos cuando pasa un chavo y me pregunta si andaba buscando cuarto, que rentan en la casa de su tío. Le pregunto si está lejos y me dice no, es aquí subiendo la escalera... veo para arriba y me señala el segundo piso... volteo a lo lejos y pienso -que tanto es tantito? Asi que me levanto y arrastrando los pies sigo al chico al segundo piso. Ahí recorremos un pequeño pasillo y se detiene al final de una puerta oxidada.
Toca la puerta insistentemente y sale un señor alto, con unos brazotes tatuados, una barba de leñador y una camiseta toda sudada -está buscando cuarto- dice el chico y aquel me mira de arriba-abajo... soy bajita, de apenas 1.58 de alto, morena, bonitas facciones y me gusta cuidarme, por lo que casi no tengo panza y lo único malo (o bueno, según se vea) es mi gran culo que se para solo... Asi que me invitan a pasar y dudando, doy un paso dentro... me arrepiento al instante pero ya es demasiado tarde.
El chico va detrás de mi, cerrando la puerta. -Pásale, por aquí - me dice con voz de trueno el gigante y me lleva a donde está una cortina rasgada, y entramos a una pieza que tiene un colchón en el suelo -cuánto quiere? Le pregunto - eso es lo de menos... puedes pagarme cuando puedas - dice el tío y lo miro desconcertada - Aquí te puedes quedar, pero necesitamos que nos des un adelanto -Cómo? respingué- Pero si yo no... - Digo y me interrumpe -Buscas cuarto no? Aquí vas a vivir - Dice e instintivamente retrocedo, pero me topo con el chico que está detrás mío y me toma por los brazos, sujetándome fuertemente - Pero no vengo sola, vengo con mi esposo y apenas estamos buscando; no es esto lo que queremos -Dije casi sollozando y el otro me miró, impávido.
Te voy a cobrar 3mil pesos, pero me vas a dar la mitad ahorita - No tengo dinero - le digo - Quien pidió dinero? -Dice el grandote y de un empujón, me lanza al colchón. Caigo sollozante y al instante me cae el chico encima y me empieza a manosear, mientras intento gritar. Me tapa la boca y me arranca la blusa de un tirón, mientras el otro me toma de las piernas y me quita la falda...
Sus manos estrujan mis pechos, me soban la concha mientras yo me resisto, me revuelco y contorsiono entre sus brazos; el gigante me levanta y pone mis piernas sobre sus hombros, y de unos mordiscos me arranca la tanga... dios, pensé, estoy a su merced... asi que hunde su cara en mi sexo y su lengua presiona mi clitoris con fuerza, chupandolo, succionándolo como si quisiera tragárselo... ya no peleo, pongo los ojos en blanco y siento como mis líquidos escurren por su barbilla... sigue succionando y me siento de trapo, con facilidad me da la vuelta y quedo boca abajo, él me sigue succionando el chocho mientras con una mano se empieza a bajar el pantalón... y salta a la vista una gigantesca polla del tamaño de mi antebrazo, gorda y babeante que al salir de golpe casi me saca un ojo...
El joven no deja de estrujarme los pechos, y me obliga a tragar semejante trozo de carne, que no cabe en mi boca, apenas y puedo comer la cabeza y el gigante me la hunde toda en la garganta, me ahogo pero el la mete y la saca con fuerza de mi boca... mmffmmggmhmh...mmgmmfmfmmhmhm.... ah... mmsmmmfmfmgmgmmg... me la saca de la boca y me tiran de nuevo al colchón, el chico para esto ya estaba semidesnudo y me ponen en 4 patas, el chico empieza a chuparme el culo y el gigante me sigue follando con la boca... me escupe el hoyo, mete uno, dos dedos... y luego me hunde el trozo de carne caliente en mi ano... grito de dolor por la brusquedad y el otro no deja de darme cachetadas y jalones de pelo y yo no dejo de mamar.
Después que me folló el culo un rato, el gigante se sienta en el colchón y me obiga a sentarme en su polla... nunca había tenido una verga de 20 cms, mucho menos en el culo... hayyy... grito de dolor y siento como me rasga milímetro a milímetro y su reata se hunde en mi hoyo... grito de dolor, de placer, y empiezo a gemir mientras el otro me chupa la vagina, luego me obliga a chuparle el pene cabezón, corto pero grueso.
Así me tenían un rato y yo sentía como me hundía cada vez más el pene en el ano aplicando un sube-baja muy despacio y que iba subiendo de velocidad poco a poco... al final cerré los ojos mientras el joven hundía su cabeza en mi sexo y en un descuido, buscó la entrada de mi vagina con su pene y como yo ya estaba tan húmeda, la hundió despacio dentro de mi y empezó a follarme también... ah, nunca había sentido tanto miedo y placer al mismo tiempo, el sentir 2 vergas follarme, llenando mis hoyos... yo ya estaba entregada al momento, ya no pensaba en mi marido, solo quería que eso nunca terminara, me follaban sin piedad los dos no sé cuanto tiempo duró, pero yo gritaba, pero eran gritos de placer así estuvimos hasta que gimieron, primero el chico se vino fuera de mi en mi cara, en mi boca... y el gigante no dejada de estrujarme los senos y con un rugido, me presionó a su cuerpo y supe que se había venido por las contracciones que tenía su pene en mi hoyo...
Todo fué tan rápido, tan intenso... se quedaron ahi manoseando todo mi cuerpo, estrujándome hasta que se levantaron, y salió el joven del cuarto, abrió la puerta de la casa y se fué. El otro se quedó ahí, me aventó la falda, la blusa. Lo miré impavida. Yo sólo traía las zapatillas puestas. Tomé mis cosas, medio me vestí y salí de ahí, sin decir ni una palabra.
-Dónde estabas? preguntó mi esposo, angustiado. Ya me había secado las lágrimas, y mi cuerpo temblaba, no de miedo, sino de culpa - Acabo de llegar, dijo él entre las penumbras, mientras me abrazaba - que te pasa? Me dijo y antes que yo pudiera decir palabra alguna, agregó - encontré un cuarto y sabes que? No vas a creer lo que me ha pasado! - Dijo finalmente y sonreí, tristemente...